Tema 7. Exploración Del Abdomen

EXPLORACIÓN EXTERNA DEL ABDOMEN Antes de realizar la exploración del abdomen, debemos conocer la situación anatómica y l

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EXPLORACIÓN EXTERNA DEL ABDOMEN Antes de realizar la exploración del abdomen, debemos conocer la situación anatómica y la proyección externa de los órganos que se encuentran en su interior. Para ello realizaremos un paradigma de exploración. Considerando que el animal se encuentra en decúbito supino, dividimos el abdomen en tres regiones, al trazar líneas imaginarias paralelas que cortan al animal a nivel de la última costilla y justo por delante de la articulación de la rodilla. De craneal a caudal se denominan: - epigastrio - mesogastrio - hipogastrio A su vez trazamos dos líneas paralelas que cortan al animal partiendo de la parte más profunda de ambas fosas inguinales, de manera que dividimos cada región anterior en otras tres, una central y dos laterales: - epigastrio: xifoidea y paracondrios - mesogastrio: umbilical y flancos - hipogastrio: prepubiana y fosas inguinales

Figura 1. Paradigma general de exploración abdominal A continuación representaremos los paradigmas de exploración en diferentes especies de animales domésticos, para luego entrar a considerar, más en profundidad, la exploración abdominal en pequeños animales y en rumiantes.

Paradigma de exploración abdominal del caballo.

Paradigma de exploración abdominal del perro.

Paradigma de exploración abdominal del cerdo.

Paradigma de exploración abdominal de los rumiantes.

Metodología de la exploración abdominal en pequeños animales. Ver práctica 4.

Metodología de la exploración abdominal en el caballo. 1. Inspección. Con el animal en estación, observando por delante, por detrás y por ambos lados. Las alteraciones más representativas que podemos observar son los incrementos de volumen. Un abultamiento circunscrito en la pared abdominal puede producirse por alteraciones localizadas de órganos (p.e. abombamiento de la fosa inguinal derecha en timpanismos de ciego, o en el paracondrio derecho en casos de hepatomegalia). También puede aparecer por afecciones de la pared abdominal. En cambio, la ascitis provoca abombamiento simétrico en la porción media-inferior del abdomen, con hundimiento de las fosas inguinales.

2. Palpación. Al igual que en los pequeños animales, podemos realizar una palpación superficial y una palpación profunda. La palpación superficial la realizamos con el dorso de la mano para localizar diferencias de temperatura o asimetrías, y con la palma o punta de los dedos para valorar la sensibilidad de la pared abdominal. Por otro lado, la palpación profunda en grandes animales está muy limitada, y únicamente se podría realizar presión con el puño para buscar puntos de dolor. En el cerdo, incluso esto sería imposible por la grasa. Entre las alteraciones que podremos descubrir a la palpación tendremos: • Aumento de tensión de la pared abdominal: en fosa inguinal derecha por acumulo de gas (meteorismo de ciego), sobrecargas sólidas de intestino, en paracondrio derecho por hepatomegalia. • Sensación de oleada si hay líquido libre en abdomen. • Defensa muscular: en alteraciones de la pared o procesos dolorosos en órganos internos. Se debe tener cuidado, ya que los animales muy nerviosos pueden reaccionar de la misma manera.

3. Percusión. En grandes animales, la percusión se realiza con el martillo y el plesímetro. Con el animal en estación, se percute en dirección dorso-ventral y cráneo-caudal, siguiendo la dirección de tres líneas verticales trazadas sobre el mesogastrio. Comprobaremos los tonos y la posible presencia de líneas horizontales de amortiguación de sonidos (líneas de matidez horizontal), que denotan la presencia de líquido libre en abdomen. También percutimos sobre determinados órganos para comprobar su área de proyección. Como ya ocurre en los

pequeños animales, las vísceras huecas llenas de aire presentan un sonido hipersonoro, timpánico cuando existen vísceras huecas llenas de aire a presión (p.e. meteorismo de ciego provoca sonido timpánico en la fosa inguinal derecha), submate en las vísceras huecas llenas de líquido, o mate al percutir sobre vísceras sólidas.

4. Auscultación. La auscultación puede realizarse de dos formas: a) Inmediata: colocando la oreja sobre la superficie del animal, normalmente interponiendo un paño. Nos colocaremos de forma que quedaremos mirando hacia caudal. b) Mediata: utilizando el fonendoscopio. En cualquier caso, nos quedaremos escuchando durante al menos 2 minutos. Deberemos fijarnos en el tono, la intensidad y la duración de los sonidos intestinales. Comenzaremos a auscultar a nivel de las fosas inguinales, para luego ir desplazándonos en dirección ventral. Los borborigmos deben aparecer en una frecuencia de 8 a 10 por minuto. A nivel del mesogastrio dorsal podemos escuchar sonidos ileocecales típicos que se comparan con los sonidos que produce el agua al caer por un desagüe. En los equinos, la auscultación de los borborigmos es fundamental, ya que la ausencia de borborigmos o disminución en su frecuencia o intensidad se relaciona con un pronóstico poco favorable. Si percutimos al tiempo que se ausculta podemos comprobar la presencia de ruidos de chapoteo, que indican la presencia de gas en un intestino distendido. Las causas que pueden provocar un aumento del peristaltismo incluyen: • Después de una comida copiosa con alimentos poco digestibles (paja). • Enteritis. Las causas que pueden provocar una disminución de los borborigmos pueden ser: • Exceso de alimentos concentrados o secos. • Tratamientos con parasimpaticolíticos (atropina). • Enfermedades nerviosas (encefalitis, meningoencefalitis). • Inflamación grave como la peritonitis aguda difusa. Por otro lado, puede haber situaciones en las que exista un aumento del peristaltismo en unas zonas y paro en otras. Esto puede suceder por obstrucción u oclusión intestinal provocadas por cuerpos extraños, tumores, o alteraciones funcionales (íleo) por parálisis de un segmento (p.e. simpaticotonías provocadas por peritonitis). Así, hay borborigmos constantes en un tramo de intestino, y ausencia en el tramo posterior.

5. Palpación rectal. La palpación rectal es una técnica exploratoria que resulta fundamental en los grandes animales, ya que en muchas ocasiones será la única forma que realizar una exploración de los órganos abdominales, ya que la exploración externa está muy limitada. Existe una serie de precauciones que debemos tomar a la hora de realizarla: a) Preparación

del explorador. Debemos atender a:

a. Utilización de una ropa apropiada. b. Uñas cortadas para evitar lesiones en la mucosa rectal. c. Guantes largos de goma o plástico lubricados con una sustancia estéril: vaselina, agua jabonosa… b) Preparación

del animal:

a. Utilizar medios de sujeción apropiados. En ocasiones deberemos usar tranquilizantes o anestesia epidural baja para evitar desplazamientos bruscos del animal. b. En bóvidos, no es necesario relajar el recto mediante aplicación de una irrigación con agua templada, ya que la mucosa rectal es viscosa y con contenido más pastoso. Pero en équidos sí se aplica enema de agua jabonosa tibio. Así, evitamos desgarros rectales, que casi siempre son mortales. c. Un ayudante será necesario para sujetar la cabeza y cola del animal, y realizar maniobras complementarias como la de levantar el abdomen del animal para facilitar la accesibilidad en la palpación.

Procedimiento. El explorador se sitúa detrás del animal. Con los dedos en forma de cuña, se penetra por el esfínter anal con movimientos de rotación, imprimiendo suficiente fuerza para vencer la resistencia. Una vez en la ampolla rectal, con la mano a modo de cuchara se desaloja el contenido fecal con el fin de poder maniobrar con facilidad y progresar por el recto (se aprovecha para realizar la inspección de las heces). Si el animal realiza esfuerzos de expulsión o contracciones enérgicas, se aconseja esperar y/o indicar al ayudante que pellizque en la zona de columna dorsal, y continuamos cuando las paredes vuelvan a estar fláccidas. Si durante estas contracciones intentamos seguir avanzando por el recto hay riesgo de que provoquemos un desgarro rectal, que en el caballo puede ser mortal. Cuando podamos, iremos avanzando en dirección paralela al raquis y con precaución, palpando en el suelo del recto hasta que notemos el borde craneal del pubis. Las estructuras que intentaremos palpar serán: • Pelvis ósea y sacro. Palparemos todo el contorno siguiendo la dirección de las agujas del reloj. Buscaremos deformaciones o fracturas. • Vejiga de la orina: se localiza sobre el pubis, pero si está repleta rebasa el borde y cae hacia la cavidad abdominal. • Genitales internos: en la yegua podemos palpar la vagina, útero y cuernos uterinos y los ovarios. • Peritoneo parietal: que debe ser liso e indoloro al presionar; en el macho podremos notar los anillos inguinales internos. • Colon mayor: dirigiéndonos en dirección craneoventral izquierda. • Bazo: siguiendo la pared abdominal izquierda. • Riñón izquierdo: desplazando la mano dorsalmente, unido al bazo mediante el ligamento nefroesplénico. • Arteria mesentérica craneal: bajo los cuerpos vertebrales, desprendiéndose desde la 1ª vértebra lumbar.

• Ciego: como una gran bolsa que tiende a ocupar la fosa inguinal derecha.

Imagen de los órganos abdominales del caballo a la palpación rectal. Cp: curvatura pélvica del colon mayor; B: bazo; Ri: riñón; Lne: ligamento nefroesplénico; Ci: ciego; Id: intestino delgado. Tomado de: Exploración clínica veterinaria. García Partida P, Prieto Montaña F, Gutiérrez Panizo C, Mayer Valor R. Ediciones Universidad de León. 1999.

La palpación rectal resulta fundamental en los équidos para llegar al diagnóstico del cólico. Por cólico se entiende cualquier dolor asociado al abdomen, y las causas pueden ser diversas: a) Impactación de colon: cuando el colon está bloqueado por una masa firme o por comida. b) Enterolitos y fecalitos. c) Timpanismo: sobre todo de ciego, la presencia de gas dilata al intestino, lo que provoca dolor. d) Cólico espasmódico: se produce por un incremento en las contracciones intestinales. Los espasmos intestinales provocan dolor. e) Desplazamiento/vólvulo/torsión: una porción de intestino se desplaza hacia una posición anormal (desplazamiento) o bien se retuerce comprometiendo su irrigación (vólvulo/torsión). f) Enteritis/colitis. g) Distensión/ruptura gástrica: por atracones de alimento seco que se expande al humedecerse (p.e. pulpa de remolacha). No todos los cólicos caen dentro de estas categorías, y además un cólico puede estar provocado por varias causas. Aunque los síntomas externos pueden ser similares, algunas de estas causas pueden tener resolución médica, mientras que otras causas precisan de intervención quirúrgica inmediata. De ahí la importancia de poder reconocer las causas mediante la palpación rectal.

Metodología de la exploración abdominal en rumiantes. Si en vez de considerar al animal en decúbito supino éste se encuentra en la estación, podemos trazar un plano imaginario que corte al animal longitudinalmente por la mitad, diferenciando una mitad izquierda y una derecha en las que podemos representar la proyección externa de cada uno de los órganos.

POR EL LADO IZQUIERDO:

Estómago del adulto, lado izquierdo. 1, rumen; 2, retículo; 3, abomaso; 4, bazo. Tomado de: Exploración clínica veterinaria. García Partida P, Prieto Montaña F, Gutiérrez Panizo C, Mayer Valor R. Ediciones Universidad de León. 1999.

1. Exploración del rumen. Situado en la zona lateroventral izquierda, ocupa aproximadamente 2/3 de la cavidad abdominal. Su contenido se estratifica en tres capas: -superior

o gaseosa, formada principalmente por dióxido de carbono y metano. -media o fibrosa, formada por alimentos groseros (paja, heno). -inferior o pulpácea, constituida por agua y solutos, saliva, gérmenes microbianos y otras partículas sólidas de muy escaso tamaño.

Corte transversal del abdomen donde se aprecian las tres capas del contenido ruminal. Tomado de: Exploración clínica veterinaria. García Partida P, Prieto Montaña F, Gutiérrez Panizo C, Mayer Valor R. Ediciones Universidad de León. 1999.

1.1 Inspección. Desde el lado izquierdo observando su plenitud y movimientos. La plenitud puede valorarse por el perfil convexo de la pared abdominal y los movimientos (2-3 cada 2 minutos) se aprecian tanto en el flanco como en la zona del pliegue de la babilla. Tenemos aumentos de volumen, llegando a desaparecer la fosa del ijar por meteorismo gaseoso o indigestión vagal y disminución del volumen abdominal por ayuno prolongado o enteritis.

1.2 Palpación. Apoyando la palma de la mano sobre el flanco podemos palpar las contracciones ruminales. También se debe palpar con la punta de los dedos, nudillos o puño, para valorar la consistencia del mismo: - capa gaseosa: elástica. - capa fibrosa: pastosa. - capa pulpácea: fluctuante.

1.3 Percusión. Con martillo y plesímetro. - zona dorsal: subtimpánico. - zona media: submate. - zona ventral: mate. En casos de sobrecarga con alimento sólido o geosedimentación se observa matidez total en la zona ventral y en casos de timpanización en el área dorsal se produce un sonido de timpánico a hipersonoro.

Sonidos percutorios de la pared abdominal izquierda. a) subtimpánico, b) submate, c)mate. Tomado de: Exploración clínica veterinaria. García Partida P, Prieto Montaña F, Gutiérrez Panizo C, Mayer Valor R. Ediciones Universidad de León. 1999.

1.4 Auscultación N°, intensidad y tipo de movimientos ruminales (oímos como un trueno). - Normalidad: 2-3 cada 2 minutos - Afectaciones del estado general: disminuidos o abolidos - Timpanismo espumoso, estenosis: frecuencia aumentada.

2. Exploración del retículo. De ubicación intratorácica, queda proyectado a nivel de los espacios intercostales izquierdos 6° y 7°, por debajo de la línea trazada a nivel de la articulación escápulohumeral. Podemos explorarlo de forma limitada.

2.1 Percusión. La percusión entre la 6° y 7° costilla es mate-submate.

2.2 Auscultación. Se pueden oír los ruidos correspondientes a los movimientos de éste.

2.3 Pruebas del dolor. Sospecha de reticulopericarditis traumática o reacciones dolorosas de origen hepático, omasal, pulmonar o abomasal. La respuesta a las pruebas dolorosas consiste en que el animal emite un sonido positivo o quejido con significado de dolor abdominal. Tenemos: 1. Toma del lomo o pinzamiento de la cruz. 2. Prueba del bastón. 3. Percusión dolorosa 4. Palpación dolorosa. 5. Subir y bajar una pendiente. 6. Prueba de zona. En base a los arcos reflejos víscero-cutáneos, se pasa la mano, un martillo a contrapelo o se tira de los pelos en la zona post-escapular. 7. Prueba del bloqueo respiratorio. Se provoca una fase de apnea de al menos medio minuto a la que seguirá una inspiración profunda, provocando aumento de la sensibilidad. 8. Ferroscopia o detector de metales.

3. Auscultación – Percusión La auscultación-percusión se utiliza para detectar la presencia de vísceras abdominales repletas de gas. Es una técnica muy útil para obtener “ping” o “pung” que son los sonidos resonantes que denotan la presencia de excesivas cantidades de gas en la luz del tracto gastrointestinal o en la cavidad peritoneal. Los “ping” son mas agudos y los “pung” mas graves. La zona a explorar se percute mediante golpes con el dedo flexionado o con el martillo de percusión. Simultáneamente, se coloca el fonendoscopio en una zona inmediatamente adyacente a la que se explora a la espera de un sonido timpánico que podrá oscilar de agudo (“ping”) a grave (“pung”). El “ping” más habitual por el lado izquierdo es el producido por el desplazamiento del abomaso hacia la izquierda. El “pung” más frecuente por este lado es el que se escucha al auscultar-percutir sobre un rumen en atonía que contenga cierta cantidad de gas.

POR EL LADO DERECHO:

Estómago del adulto, lado derecho. 1, hígado; 2, retículo; 3, omaso; 5, abomaso; 6, duodeno; 7,8, intestino grueso; 9, intestino delgado. Tomado de: Exploración clínica veterinaria. García Partida P, Prieto Montaña F, Gutiérrez Panizo C, Mayer Valor R. Ediciones Universidad de León. 1999.

3. Exploración del omaso. Proyección ventrolateral derecha a la altura de la 7° a 9°, quedando su proyección dividida a la mitad por la línea horizontal que pasa por la articulación escápulo-humeral, dorsal al abomaso.

3.1 Inspección y palpación. No recogemos datos de utilidad.

3.2 Percusión. Mate-submate, lo que dificulta su diferenciación con estructuras limítrofes.

3.3 Auscultación. Ruidos crepitantes rítmicos, no siempre perceptibles.

4. Exploración del abomaso. El fondo de órgano se apoya en la pared de la región xifoidea derecha y el cuerpo se proyecta hacia el plano medio de la cavidad, desviado en su mayor parte hacia la izquierda y situándose el píloro a nivel de los espacios intercostales 9° y 10°.

4.1 Inspección. Se puede apreciar un perfil más convexo hacia ventral.

4.2 Palpación. Sólo es posible si la pared abdominal está flácida, delgada o cuando el abomaso padece procesos de geosedimentación, dilatación o procesos dolorosos.

4.3 Percusión. Submate, convirtiéndose en mate en casos de sobrecarga y timpánica en el meteorismo.

4.4 Auscultación. Sonidos semejantes a los de gorgoteo de los intestinos. En casos de desplazamientos de abomaso a la izquierda o en fases avanzadas de desplazamiento a la derecha podemos oír: - sonido de chapoteo: cuando se combina con la auscultación con la sucusión. - tintineo metálico: al combinar auscultación-percusión sobre el área de dilatación superior, debido a la presión del gas.

5. Exploración del intestino. Debido al gran desarrollo del estómago del rumiante, sólo dispone de la porción caudal derecha de la cavidad abdominal para su ubicación. - Intestino delgado: porciones inferiores del abdomen. - Intestino grueso: porciones superiores.

5.1 Inspección. Debemos fijarnos en el comportamiento y en la mímica del animal. En casos de cólico mostrarán la molestia y dolor mediante cambios continuos de postura, “zapateo”, posturas antiálgicas o miradas frecuentes al flanco.

5.2 Palpación. En condiciones normales da la impresión de ser tenso elástica. Puede tornarse más tensa y con dolor a la palpación profunda en caso de enfermedad.

5.3 Percusión. Subtimpánico en dorsal y variando a moderadamente mate al descender hacia ventral. El área de matidez puede aumentar en casos patológicos (torsiones e impactaciones intestinales) o fisiológicamente (gestación). También podemos encontrar sonido timpánico en “y” por debajo del flanco derecho en dilataciones del ciego.

5.4 Auscultación. Se perciben sonidos débiles, irregulares, en la mayoría de los casos oscurecidos por otros más intensos procedentes de los preestómagos. Los sonidos se pueden describir como borborigmos, roces, crepitaciones o gorgoteos.

6. Contragolpe y sucusión. El contragolpe es una variación de la palpación útil para determinar las masas duras o macizas situadas cerca de la pared abdominal. Se realiza dando un golpe seco en la pared abdominal con los dedos extendidos o los puños cerrados lo que hace que cualquier masa dura se aleje de la pared abdominal y después rebote de forma que el clínico lo note. El mejor ejemplo es el contragolpe del feto en el flanco derecho al final de la gestación. También puede notarse la impactación del omaso o abomaso. La sucusión es la sacudida del animal de un lado a otro al tiempo que se ausculta el abdomen para detectar los sonidos de oleaje o los producidos por la acumulación de líquido o de gas en el intestino o las vísceras (sobretodo abomaso).

7. Auscultación – Percusión Los “ping” que pueden escucharse en el lado derecho del abdomen son confusos y difíciles de distinguir por eso debe tenerse mucha precaución a la hora de delinear los bordes del “ping” para poder determinar que órgano los está provocando. Por este lado puede haber presente gas acumulado en ciego, colon espiral, intestino delgado duodeno, útero, peritoneo, recto y abomaso, pero los “pings” que más frecuentemente se escuchan son los producidos por el colon espiral y el ciego.

PALPACIÓN RECTAL. La palpación rectal en el vacuno presenta las mismas implicaciones, en cuanto a su realización, que en el caso del caballo. Pero debemos decir que, en condiciones normales, principalmente podremos palpar los órganos reproductores y el rumen, mientras que el resto de vísceras abdominales resultan poco accesibles. A continuación, se exponen algunas de las alteraciones que podremos detectar mediante palpación rectal: • Con la palma de la mano hacia la izquierda, notaremos la pared del rumen. En la indigestión vagal anterior, el rumen adopta forma de L. • Omaso: inaccesible, excepto si hay distensión desmesurada (en el cuadrante craneoventral derecho). • Abomaso: no se nota en condiciones normales. Si hay dilatación, en la mitad ventral del hemiabdomen derecho, de forma esférica y elástica (timpanismo) o pastosa (sobrecarga). • Asas intestinales: no identificables, excepto si hay aumento de volumen patológico, por vólvulos o invaginaciones. • Dilatación-torsión del ciego: formación cilíndrica curvada, firme y elástica, en el hemiabdomen derecho. • Peritonitis generalizadas, se palpan como una rugosidad de la pared abdominal.

Imágenes tomadas de: Exploración clínica veterinaria. García Partida P, Prieto Montaña F, Gutiérrez Panizo C, Mayer Valor R. Ediciones Universidad de León. 1999.