Tema 7 Del Cuaderno

Cuaderno psicología social Cristina Gil INFLUENCIA DE LOS ESTEREOTIPOS ASOCIADOS A LA EDAD EN LA SALUD DE LOS MAYORES

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INFLUENCIA DE LOS ESTEREOTIPOS ASOCIADOS A LA EDAD EN LA SALUD DE LOS MAYORES ESTEREOTIPOS SOBRE LOS MAYORES Y EL ENVEJECIMIENTO Estereotipo: contenido de las características que se atribuyen a ciertos grupos, que pueden ser positivas o negativas, aunque suelen predominar las últimas. De esta forma, existe una imagen sobre los miembros de esos grupos que es compartida por las personas de una sociedad determinada, lo que origina dos consecuencias conductuales de interés: la primera se relaciona con las conductas desarrolladas por la sociedad hacia los grupos estereotipados, y la segunda afecta a la propia conducta de los miembros de esos grupos. En ambos casos, la influencia de los estereotipos va a depender de su activación (automática y controlada) y estas conductas manifiestas van a depender a su vez del propio contenido del estereotipo. El aspecto más relevante de los estereotipos para la psicología social no es su contenido en sí mismo, sino las conductas que van a estar incluidas dentro de los esquemas estereotípicos y que se activan cuando interactuamos con los individuos de ese grupo en concreto. Los estereotipos sobre los mayores han tomado especial relevancia en la investigación debido, en primer lugar, al proceso de envejecimiento y aumento de esperanza de vida de la población, y en segundo lugar porque todas las personas, en algún momento de su vida, interiorizarán los estereotipos relativos al grupo mayores según vayan cumpliendo años y se comiencen a categorizar a sí mismas como parte de ese grupo. El 18% de la población española tiene más de 65 años, y en 2060 llegará a un 25%. Los estereotipos sobre la edad son transculturales, es decir, la mayoría de las culturas mantiene creencias similares sobre los mayores. Se ha comprobado que al comparar al grupo de mayores con otros grupos se les atribuía menos rasgos de competencia y más de sociabilidad, y que este resultado, obtenido en EEUU, se replicaba en otros seis países (Bélgica, Costa Rica, Corea del Sur, Hong Kong, Japón e Israel)

EL CONTENIDO DEL ESTEREOTIPO SOBRE LOS MAYORES Los estudios en nuestro país ponen de manifiesto la existencia de estereotipos negativos sobre el envejecimiento, tanto por parte de la población joven como de los pertenecientes a la categoría de mayores. Para categorizar a una persona en el grupo de “mayores” existen dos características distintivas: su edad y el deterioro de su salud. Aunque ambos grupos mencionados arriba coinciden en señalar otras, como el aspecto físico, el deterioro intelectual, forma de pensar, ser jubilado, forma de vida… En el mismo estudio del CIS, se extrajeron los rasgos estereotípicos aplicados a tres grupos de edad: personas jóvenes, adultas y mayores de 65. Los resultados mostraron diferencias entre el contenido para cada uno de los grupos. Los más representativos que la muestra empleó para los mayores fueron, en primer y segundo lugar, “dependiente” y “enfermo”. Además estos dos, junto al de “tristes” se les asignaban más al grupo de mayores que a los otros, y menos el de “trabajadores”. La activación de los estereotipos influenciará especialmente cuando mantengamos interacciones con miembros del grupo de mayores. El proceso de categorización también puede dar un sentido diferente al contenido de los estereotipos relativos al grupo de mayores: si nos describen una persona enferma, que ha tenido que dejar ciertas actividades, que esto a su vez le ha generado tristeza… pero al principio nos dicen que tiene 27 años, todo cobra otro sentido porque lo encuadramos dentro de la categoría social de “joven” 1

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mientras que si nos dicen que tiene 68 lo categorizamos como “mayor”, y la impresión que nos formamos es distinta. Sin embargo en un estudio del IMSERSO destaca que solo un 27% de los mayores indica tener mala salud, y un 15% estar tristes. En definitiva, los estereotipos sobre mayores aunque tienen parte de “verdad” no son aplicables a todo el grupo de esa categoría, lo cual hay que tener especialmente en cuenta entre profesionales que tienen relación con ellos, puesto que pueden atribuírseles síntomas o dolores a “su edad” y no a una enfermedad concreta, lo que puede llevar por ejemplo un mal diagnóstico

EL PROCESO DE AUTOESTEREOTIPIA COMO PERSONA MAYOR La influencia sobre el estado de salud de los estereotipos relativos a la edad entre mayores puede llevar a que las personas los interioricen progresivamente (los aprendemos desde niños) de forma que los individuos terminan por aplicárselos a sí mismos al alcanzar la edad en que se categorizan en el grupo, por haberse convertido los estereotipos en auto-relevantes para la persona. Ej. “yo ya no tengo edad” Además los mayores poseen menos habilidades para amortiguar el impacto de los estereotipos negativos que las que tendrían otros grupos de edad. Como consecuencia de este proceso, los individuos modificarán sus percepciones del propio envejecimiento para ajustarlas al estereotipo, lo que les acarreará cambios conductuales y consecuencias tanto psicológicas como sobre su estado de salud física.  Estudio “el uso del tiempo”, CIRES, 1996. Con una muestra de 1200 españoles mayores de 18 años se analizaron 15 items, obteniendo diferencias significativas por tramos de edad: de 18-36, 37-65 y +65

Como puede verse existe un grupo de conductas cuya frecuencia desciende con la edad, como tomar copas o bailar, por eso tienen coeficientes de correlación (última columna) negativos. Las conductas con el coeficiente de correlación de Pearson en positivo, son más probables que sean exhibidas por personas de mayor edad. 2

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Por tanto existen grupos de conductas que es más probable encontrar en determinadas franjas de edad, debido a eso la probabilidad de asociarlas a uno u otro grupo será mayor, y por tanto pasarán a formar parte de los aspectos descriptivos de los estereotipos de edad. La cuestión es que estas conductas no solo describen “qué hacen las personas según la edad” sino que pasan a tener un carácter normativo: “qué deben hacer y qué no”. Si una persona de 65 años contará que realiza conductas asociadas a estereotipos de jóvenes, como salir de copas cada semana, tener mucho sexo, bailar…. Seguramente despertará la atención e incluso el rechazo, por parte de ciertos sectores de la sociedad.

EFECTOS DEL PROCESO DE ESTEREOTIPIA SOBRE LA SALUD DE LOS MAYORES Levy y sus colaboradores querían comprobar si una visión positiva del propio envejecimiento, que no sea congruente con el contenido del estereotipo de mayor, tenía implicaciones positivas sobre la salud de las personas. En su estudió, relacionaron las mediciones realizadas con cinco ítems de la escala “satisfacción con la vida” con las defunciones de esas personas a lo largo de los años siguientes. Se comprobó que las personas con percepciones más positivas de su propio envejecimiento tenían una longevidad media superior a aquellas con percepciones más negativas de esa etapa de su vida: los que rechazaban los estereotipos tenían una esperanza de vida media de 7,5 años más que los otros. El resultado más importante es que este hecho se producía independientemente del género, etnia, estatus, soledad, salud funcional… Los resultados encontrados tienen que ver por un lado con la autoestima asociada a la auto-estereotipia, y por otro lado con la discriminación que los mayores sufren en su entorno. Considerando esto, se pueden establecer dos líneas de actuación para promover mayor esperanza de vida en los mayores: fomentar el rechazo a los estereotipos negativos asociados al envejecimiento, y promover una mejor autopercepción del envejecimiento.

ALGUNAS INVESTIGACIONES EN TORNO AL CAMBIO DE ESTEREOTIPOS SOBRE MAYORES Algunas investigaciones han analizado estrategias para el cambio de los estereotipos relativos a la edad, aunque los resultados obtenidos no hayan logrado del todo los efectos esperados. Guo, Erber y Szuchman usaron una muestra de 90 participantes de entre 17 y 24 años, para comprobar si la información contraria al estereotipo conseguía cambios en la evaluación de una persona mayor. Manipularon por un lado la activación o no del estereotipo relacionado con pérdida de memoria en la vejez, y por otro lado la edad de un hombre (joven o mayor) del que se indicaba que había tenido varios olvidos. Se formaron seis grupos, a los que daban distinta info según las condiciones: a) Condición de activación del estereotipo: a los participantes en esta condición se les daba una información que afirmaba que la memoria empeoraba durante la vejez. b) Condición contraria al estereotipo: en la información que recibían los participantes en esta condición se afirmaba que la memoria no se veía afectada por el paso de los años, permaneciendo constante. c) Condición de control: los participantes en esta condición no recibían ninguna información sobre ese tema. En cada uno de los grupos de las condiciones, la mitad de los participantes leía un texto con idéntica información de distintos olvidos referidos al varón de 28 años y la otra mitad al de 67 años. La hipótesis era que la activación de la característica «pérdida de memoria», asociada a la vejez (condición de activación 3

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del estereotipo), fortalecería el estereotipo de los mayores cuando el texto se refería a la persona de 67 años, mientras que la información sobre el mantenimiento de la memoria (condición contraria al estereotipo) debilitaría dicho estereotipo cuando la persona tenía 67 años. Los autores preguntaron a los participantes, tras la lectura de la entrevista, si la falta de memoria del protagonista se debía a una falta de capacidad (se respondía en una escala tipo Likert de 7 puntos) En la condición de control no hubo diferencias entre el protagonista de 28 o 67 años, la edad no era lo suficientemente importante aquí para que las percepciones de falta de capacidad fueran estadísticamente distintas. Sin embargo, aquellos participantes que leían la información que activaba el estereotipo de los mayores fortalecían dicho estereotipo, ya que atribuyeron los olvidos a una falta de capacidad significativamente en mayor medida cuando el protagonista del texto tenía 67 años que cuando tenía 28. se observó que esta diferencia se producía en dos sentidos opuestos: una mayor percepción de falta de capacidad cuando el protagonista del texto es una persona mayor, y el efecto contrario cuando el protagonista es una persona joven. Es decir, la activación del estereotipo de persona mayor también modificaba la percepción de los miembros del grupo de jóvenes (menor percepción de falta de capacidad). Finalmente, en la condición contraria al estereotipo, donde se señalaba que la memoria permanecía constante con la edad, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre los participantes que leyeron la entrevista del protagonista joven y los que leyeron la del mayor. Tampoco diferencias entre esta y la condición de control, parece por tanto que presentar información contraria al estereotipo no modifica claramente los estereotipos negativos relativos al grupo de mayores. Cuddy y sus colaboradores comprobaron si se podía modificar el contenido del estereotipo de los mayores variando el nivel de competencia con el que se presentaba un miembro del grupo. Para este fin se mostró a un grupo de estudiantes universitarios (que constituyó el grupo control) el siguiente texto: George es una persona de 71 años de edad, fontanero jubilado. Actualmente vive en el estado de Nueva York. Los primeros años de jubilación le resultaron algo difíciles, pero desde que comenzó a realizar diversas actividades considera agradable el período de jubilación. Juega al golf al menos una vez por semana y se mantiene ocupado con su nieto, que vive en su propio vecindario. Él y su mujer Margaret disfrutan dando largos paseos Esta condición control se comparó con dos condiciones experimentales, en las que se añadió información adicional para modificar el nivel de competencia percibida en la persona estímulo. En la condición de baja competencia los participantes leían ese texto y al final se añadía este fragmento: Últimamente, George ha tenido algunos problemas de memoria. Por ejemplo, la semana pasada estuvo media hora buscando sus llaves y, finalmente, su mujer le tuvo que indicar dónde las había dejado. Por su parte, en la condición de alta competencia los participantes leían después del texto base esto: George está orgulloso de conservar una memoria perfecta. A pesar de que la semana pasada estuvo más de media hora buscando sus llaves, finalmente pudo recordar exactamente dónde las había dejado. Posteriormente, los participantes completaron una pregunta sobre la competencia percibida en la persona estímulo y tres ítems relativos a la dimensión sociabilidad (sociable, amistoso y bien intencionado). Los resultados indicaron que los participantes percibían el mismo nivel de competencia en las tres condiciones experimentales, independientemente de la información que se diera sobre la persona. Por otro lado los 4

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resultados mostraron que en la condición de baja competencia, en comparación con las otras dos condiciones, los participantes aumentaron la puntuación de sociabilidad de la persona estímulo. En definitiva, se observó un aumento de la estereotipia relativa al grupo de mayores cuando se presentó información congruente con el estereotipo, ya que se les atribuía más sociabilidad, pero la manipulación que perseguía reducir el impacto de los estereotipos no se diferenció de la condición de control. Galinsky y Moskowitz (2000) mostraron que el inducir a jóvenes a que adoptasen la perspectiva de una persona mayor, «imaginando cómo puede ser un día de su vida y tratando de ponerse en su lugar», tenía dos tipos de efectos en relación con el grupo de las personas mayores. Primero, los describían de forma más similar a como se describían a ellos mismos y, por otra parte, reducían el uso de estereotipos relativos al grupo de mayores. Parece, por lo tanto, que este tipo de estrategia es más eficaz para cambiar los estereotipos, que las estrategias que simplemente presentan información contraria al estereotipo, como normalmente se emplea en los medios de comunicación de masas para reducir el impacto de los estereotipos asociados a la edad.

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