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Reporte de lectura de las paginas 1-24 del libro “Estrategia de política pública en la gestión financiera en los municipios urbanos de México y su impacto en la gobernabilidad local” de Mario Eduardo Ibarra Cortés. PROBLEMÁTICA DE LA GESTIÓN FINANCIERA EN MÉXICO En este reporte voy a mencionar los problemas que hay con la gestión financiera en los gobiernos municipales de México de acuerdo a lo que analicé y comprendí de la lectura realizada. Se sabe que la problemática municipal en México es altamente compleja no sólo por la gran diversidad de los mismos, más de 2,435 municipios, sino también por su grado de desarrollo, ubicación geográfica y competencia política. Me di cuenta que los gobiernos municipales son administrativamente ineficientes y financieramente insuficientes. En México, los gobiernos municipales se caracterizan por tener como principal fuente de ingresos los recursos que provienen del gobierno federal vía participaciones y transferencias. Este nivel de gobierno tiene bajos niveles de captación de ingresos propios ya que el promedio nacional es de solo el 20 por ciento y el resto que corresponde al 80 por ciento son ingresos indirectos provenientes del gobierno federal y estatal, los cuales tienen la característica de ejercerse siguiendo normas y políticas emitidas por los propios municipios. Comprendí que, en el área de servicios, se encuentran graves deficiencias de cobertura en los servicios públicos que son responsabilidad del municipio y una alta concentración de éstos en las cabeceras. Además, los municipios se encuentran limitados en su acción por amarres legales que impiden su desarrollo en materia de obras y servicios. Dichos amarres van desde la determinación de sus recursos y la forma en que debe administrarlos al momento de ejercer su gobierno, hasta las reglas de dónde aplicarlos y cuándo es posible modificar su destino o manejo. Si se analiza la normatividad relativa a cada uno de los servicios a cargo del municipio, se encuentran una serie de laberintos y trámites que impiden el desempeño defunciones originalmente asignadas a las municipalidades. En cuanto a la calidad de los servicios: a) La eficacia es mala en todos los estratos. Por ejemplo, para el servicio de seguridad pública, sólo un 21.4% de los municipios de estrato alto tienen un cumplimiento de sus programas (eficacia) que sea superior al 75%. Este rendimiento disminuye claramente en municipios de estrato menor. b) b) La necesidad de recursos extras —indicador de eficiencia elegido— es muy frecuente sobre todo en servicios como el agua potable o el alumbrado. Esto indica una mala programación y/o un mal manejo al implementar políticas de servicios. c) c) Sólo el 34.4% de los municipios logra recuperar, a través del cobro de derechos de agua, un 60% de lo que invirtieron y a esta cifra aún falta descontar otros gastos. (Castillo, 1996). En general las dificultades de prestación presentan un panorama muy difícil para las administraciones en relación a su calidad. En lo relativo a las formas de prestación, se continúa prefiriendo un control directo de los procesos. Por otro lado, la planeación municipal parece presentar un carácter formal o hasta decorativo. Se trata de cubrir el requisito de contar con un Plan de Desarrollo. La mayoría de los planes presentan graves deficiencias en su estructura con carencias de definición, diagnósticos inapropiados y objetivos difusos. Además, el cumplimiento de objetivos que se alcanza es muy bajo. Otro problema que se cruza dentro de la parte administrativa es la capacitación. En general, el nivel de profesionalización de los funcionarios municipales se sitúa entre mala y pésima, y esto se agudiza en los estratos bajos.

Pude comprender que a medida que los ingresos provenientes del gobierno federal son mayores se incrementa la dependencia financiera municipal y se reduce la autonomía financiera que se refiere a la libertad municipal para ejercer su gasto con normas y políticas propias. Esta situación es producto de la existencia de un federalismo fiscal basado en la centralización de atribuciones de cobro de impuestos en el gobierno federal, pero también a la ausencia de estrategias por parte de los gobiernos municipales para incrementar sus ingresos propios. En finanzas, el obstáculo más claro para mejorar el desempeño es la falta de recursos, pero además de la escasez, se presentan otros problemas como el mal rendimiento tributario y el inadecuado esfuerzo fiscal. La capacidad autonómica de los gobiernos municipales se puede vincular a su capacidad de generar ingresos propios. Sin embargo, los municipios han sido incapaces de mejorar su recaudación de predial, que desde las reformas de 1983 se ha considerado el principal ingreso propio con el que cuentan. Creo que, si se consolida una mejor descentralización, es posible ir armando un federalismo más sólido y avanzar en las otras dos grandes áreas que son la fiscal y la política. Pero, en las condiciones actuales, los avances enfrentan no sólo atrasos sensibles en las bases sobre las cuales se supone que debe operar un Nuevo Federalismo sino resistencias estructurales producto de las batallas por el poder. Me pareció también interesante lo de que los gobiernos municipales tienen poca libertad para aplicar gravámenes sobre bases tributarias que son reservadas por la federación, como es el caso del IVA e ISR. Lo cual me puso a pensar sobre qué medida o cambio podría tomar el gobierno federal en esto, si se podría hacer una nueva estructura para beneficio de los municipios y a nivel nacional. Creo que en materia fiscal se puede pensar en políticas de carácter redistributivo y aquellas que solamente conceden mayores facultades a los municipios. En la opción de la redistribución de recursos del SNCF se han dado sólo pequeños cambios, prácticamente marginales. De ese modo su efecto se ve limitado por los procesos de inflación, colocando a los municipios en un callejón sin salida; se les otorgan nominalmente más recursos, pero en términos reales cuentan con menos lo que disminuye su posibilidad de acción y deteriora su capacidad de inversión. La redistribución de recursos no ha resultado tan sustantiva como parece, sobre todo si se toma en cuenta el deterioro real de los recursos con los cuales se cuenta, mientras que el otorgar facultades recaudatorias mayores a los municipios puede resultar peligroso dada la pobre capacidad administrativa demostrada por la mayoría de ellos en la recaudación de tributos. Además, para aquellos municipios con capacidad para el cobro y administración aparece el problema del límite impositivo, aún más reducido por efecto de la crisis. Aquí, existe un peligro claro pues detrás de la capacidad recaudatoria hay un costo político asociado. A medida que un municipio no encuentra un aumento de participaciones, pero sí un mayor número de facultades para cobrar tributos, se corre el riesgo de que se exceda en la presión fiscal sobre un universo de contribuyentes seriamente dañados por la crisis, lo cual puede conducir a un problema de carácter político. Por concluir, creo que es muy importante estar informado de esta problemática donde los municipios son severamente dependientes a las transferencias del gobierno federal para sus gastos administrativos. Ya que las transferencias solo reducen el problema a corto plazo, por ello existen muchos municipios endeudados con el gobierno, aparte que se gastan todo el dinero recibido de la federación en los excesivos gastos administrativos. No es posible que la dependencia financiera de los gobiernos municipales en México sea del 60 por ciento, eso realmente es alarmante y se debería de solucionar.

El hecho de que los municipios utilicen más el financiar los gastos con ingresos de la federación es porque su administración es muy deficiente y no les alcanza con los impuestos municipales que cobran, ya que los municipios no cumplen eficientemente la recolección de contribuciones que les corresponden. Estoy de acuerdo con lo que se plantea en la lectura de que la dependencia financiera de los gobiernos municipales se deriva de una baja recaudación de ingresos propios y de un poco o nula utilización de su poder tributario. Entre los ingresos propios que los gobiernos municipales no usan al máximo se cuentan los cobros al usuario y el impuesto predial. Los cobros al usuario se refieren al pago directo por un servicio o bien público, tales como el pago por el consumo de agua, por cambio de propietario, actas de nacimiento. También estoy de acuerdo en que la solución está en aumentar los ingresos propios, ejercer más poder en las recaudaciones tributarias y mejorar la capacidad administrativa de los municipios. Para finalizar, es conveniente reiterar la importancia que tiene construir un cambio que funde su viabilidad en procesos que transiten tanto de arriba-abajo, como de abajo hacia arriba. Las determinaciones centrales para redefinir el sistema de redes y las relaciones entre los niveles de gobierno deben encontrar su estrategia en el fortalecimiento de los gobiernos locales (estados y municipios).

Bibliografía Castillo, R. G. (1996). Redalyc. Obtenido de Redalyc.org: http://www.redalyc.org/pdf/267/26700706.pdf

Cortés, M. E. (2010). Estrategia de política publica en la gestión financiera en los municipios urbanos de México y su impacto en la gobernabilidad local. En M. E. Cortés, Estrategia de política publica en la gestión financiera en los municipios urbanos de México y su impacto en la gobernabilidad local (págs. 1-24). Miguel Angel Porrua.