racionalismo, empirismo, criticismo

INTRODUCCIÓN En la Modernidad predomina el valor del conocimiento, es discutible cuánto de la información disponible es

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INTRODUCCIÓN En la Modernidad predomina el valor del conocimiento, es discutible cuánto de la información disponible es conocimiento, no obstante, mucho de ella lo es: todo lo que no es falso y está justificado. Las fuentes están ligadas al cuerpo (los sentidos) y la mente (la razón) de los seres humanos. Los filósofos han discutido durante muchos siglos cuál de estas vías es la más adecuada y confiable, y en consecuencia, cuáles son sus alcances y limitaciones. Los debates más intensos en la historia de la Filosofía moderna se han producido alrededor de los sentidos y la razón como fuente de conocimiento; a los que defienden la primera opción se los llama empiristas y a los segundos, racionalistas. Entre los racionalistas se destacan: René Descartes (1595-1650), Baruch de Spinoza (1632-1677) y Gottfried Leibniz (1646-1716). Entre los empiristas: John Locke (1632-1704), George Berkeley (1685-1753) y David Hume (1711-1776). Como fundador del Criticismo, encontramos a Immanuel Kant (1724-1804). Hay algo que todos ellos comparten y es una preocupación especialmente moderna: el alejamiento de las creencias religiosas o, más precisamente, de Dios; en consecuencia, el ser humano debe guiarse a sí mismo y por sí mismo. Todos los filósofos se esfuerzan por extraer de la razón o del entendimiento, las reglas de funcionamiento y confiabilidad de las facultades de conocimiento humano. RACIONALISMO “El buen sentido (o razón) es la cosa mejor repartida del mundo, pues cada cual cree estar tan bien provisto de él, que incluso los más descontentadizos en cualquier otra cosa, no suelen apetecer más del que ya tienen”. René descartes. Todos los hombres son igualmente racionales, pero no prestan atención al método en el momento de utilizar la razón. Refiere al método que sólo la razón puede dictar, y que, requiere que hagamos el esfuerzo de atender a ella en como pilar de todo conocimiento. Descartes propone la imagen del árbol de las ciencias cuya raíz es la metafísica, su tronco es la física y sus ramas la medicina, la mecánica, la moral. Se propone establecer de las ciencias algo firme y seguro, porque del error no puede sostenerse la verdad. El error, es lo dudoso, mientras que la verdad es la certeza. Por eso, a su método se lo denomina “el método de la duda”. La duda no es un fin en sí misma, sino un camino (por eso no es un escéptico) para alcanzar la certeza. Ésta, una vez encontrada, será una base firme que garantice la verdad de todo lo que se deduzca de ella. Para esto, no es necesario recorrer uno por uno nuestros conocimientos sino que basta con dirigirse a sus fuentes. Se encuentra certeza en la razón, en el pensamiento. El pensamiento está compuesto por tres tipos de ideas:   

Las que parecen provenir del exterior o adventicias (de las cosas que rodean al sujeto). Las que son fabricadas por uno mismo o facticias (de centauros o sirenas). Las que no parecen provenir de fuera del pensamiento, ni fueron inventadas por uno mismo, las innatas. Fueron puestas en el alma por un creador o ente superior (perfección e infinito).

Como Descartes, Platón pensaba que cada uno puede descubrir estas ideas en sí mismo examinándose atentamente y evitando confundirlas con las sensaciones del cuerpo. En la vida, al percibir los objetos, el alma recuerda las verdades de las cosas que conoció antes de nacer. Es necesario, por eso, “separa el alma del cuerpo” lo más posible, para no confundir las cosas que

percibimos con el conocimiento verdadero del alma. Esto se llama teoría del conocimiento como reminiscencia o anámnesis. Entonces, estas ideas innatas, en Platón, son Metafísicas; en San Agustín, divinas; en Descartes, Leibniz y Spinoza, se van justificando con la ciencia emergente. Si el racionalismo puede garantizar ideas innatas a priori, necesarias y universales, lo hace a costa de abandonar la presencia de la realidad material. El hombre es un ser racional y el conocimiento seguro que puede obtener sobre la naturaleza proviene de su razón. El conocimiento es una relación entre un sujeto y un objeto, si la razón nos permite conocer con certeza, entonces el objeto también tiene que ser racional (es lo más característico del racionalismo). Aquello que verdaderamente define al objeto, no son sus cualidades sensibles, sino sus propiedades racionales o matemáticas, porque no dependen de los sentidos. Esto es así, porque las cualidades sensibles se atribuyen a los objetos solo en la medida en que interactúan con nuestros sentidos, y no son confiables. En cambio, las propiedades racionales no dependen de nuestros sentidos, las conocemos mediante el pensamiento. El racionalismo sostiene, que el único conocimiento válido es el racional, en la medida en que garantiza dos rasgos claves que todo conocimiento tiene que tener para ser válido: 

Necesidad lógica: es indispensable de la experiencia, pero no surge de los hechos, sino que los hechos se ordenan según esta lógica.



Validez universal: vale para todos los casos posibles, sin excepción.

Ambos, son dos principios que se encuentran claramente en las matemáticas, la ciencia modelo por excelencia para el racionalismo. EMPIRISMO El término “empirismo” tiene su origen en el griego empeiría, que significa experiencia. Toma a la percepción (los sentidos) como fuente de conocimiento. El principio fundamental, es que todo conocimiento se fundamenta y se valida con la experiencia. Nuestra mente es como una tabula rasa o papel en blanco, que vamos rellenando con información a medida que vamos produciendo conocimientos sensibles. Todo lo que sabemos proviene de experiencias empíricas concretas. “Las observaciones que hacemos acerca de los objetos sensibles externos, o acerca de las operaciones internas de nuestra mente, que percibimos, y sobre las cuales reflexionamos nosotros mismos, es los que provee a nuestro entendimiento de todos los materiales del pensar. Estas son las dos fuentes del conocimiento de donde surgen todas las ideas que tenemos o que podemos naturalmente obtener”. John Locke. Locke, en el “Ensayo sobre el entendimiento humano”, descubre que el entendimiento tiene reglas, y es importante conocerlas; que no hay ideas innatas, debido a que, las ideas provienen de la experiencia y tienen su origen en la percepción. Las fuentes de todas las ideas son la sensación (percepción de objetos sensibles) y la reflexión (percepción de las operaciones del entendimiento). “El conocimiento no es sino la percepción de la conexión y acuerdo, o del desacuerdo y la repugnancia entre cualesquiera de nuestras ideas. (…) Donde haya semejante percepción, hay conocimiento; donde no la haya, entonces, aunque podamos imaginar, columbrar o cree, siempre nos quedaremos cortos en cuanto al conocimiento”. John Locke.

La razón, en la época actual, ya no es pilar indudable de todo conocimiento, sino que cumple la función de establecer cadenas de ideas: es capaz de descubrir las ideas intermedias entre otras y puede ordenarlas de modo que resulte efectivamente una cadena hilada de ideas. Podemos decir, que la razón deja de tener el carácter de contenidos racionales (conjunto de ideas innatas) para adoptar un carácter operativo. Locke sostiene que la medida de la verdad de las ideas es su adecuación a los objetos que están fuera del pensamiento y la establece mediante lo que llama “ideas simples”, que son las ideas que las cosas producen en nosotros a través de los sentidos. Hume, por su parte, sostiene que para analizar la naturaleza del conocimiento no es importante establecer de dónde provienen (si son efecto de un mundo de objetos más allá de ellas mismas, si son innatas o si son simples alucinaciones). Berkeley propone lo que suele denominarse “idealismo”. En síntesis, el empirismo, parte de las siguientes consideraciones:    

El punto de partida de nuestros pensamientos siempre es la experiencia (las percepciones de nuestros sentidos). No son posibles las ideas innatas, ni tiene valor cognoscitivo alguno postularlas. La razón, ya no es entendido como el conjunto de ideas innatas, ni es considerada la medida de la verdad del conocimiento. La realidad no es necesariamente racional, sino que, el empirismo siembra una duda respecto a la posibilidad de alcanzar la realidad más allá de las ideas.

CRITICISMO Es una postura que parte de una actitud crítica, que consiste en la reflexión sobre la idoneidad de nuestras herramientas de conocimiento. “Crítica” proviene del griego krino que, entre otras cosas, quiere decir “separar” o “distinguir”, y en su investigación, el crítico hace una doble distinción. La primera, es tomar distancia con respecto al uso cotidiano e irreflexivo del objeto, la segunda, ser crítico ante él. Plantea que el acto de conocimiento, es una relación activa entre sujeto y objeto, en donde, el sujeto no recibe y refleja el objeto cuando lo conoce, sino que lo produce. Kant, genera una ruptura que de alguna manera, ya se venía produciendo, pero definitivamente, coloca el problema del conocimiento en otro lado. Es una filosofía que intenta superar los dos peligros a los que conducen tanto el racionalismo como el empirismo; estos son el dogmatismo y el escepticismo, respectivamente. Ante la pregunta: ¿es posible el conocimiento?, el racionalismo responde que sí, pero conduce al dogmatismo porque, al no tener en cuenta el alcance de la razón, la consecuencia es que propone como conocimiento ideas que no lo son (sobre todo cuando se trata de objetos que no son parte de la experiencia). El empirismo ya había considerado esta observación con su análisis de las ideas como substancia, causalidad, espacio, tiempo. Con el racionalismo, Kant comparte el supuesto de que la razón tiene autonomía con respecto a la percepción sensible; con el empirismo, comparte la idea de que sin analizan los alcances del entendimiento y sin contar con la experiencia, la razón no puede conocer el mundo en que vive. Pero el racionalismo, según Kant, exagera el poder de la razón al punto de sostener que toda realidad es cognoscible con independencia de los sentidos; el empirismo, exagera al sostener que no hay conocimiento más allá de la percepción y reduce los conceptos fundamentales de la ciencia a meros “hábitos”, como hace Hume con el concepto de causalidad.

A partir de lo expuesto anteriormente, sostenemos que Kant propone averiguar qué puede conocer la razón sin la experiencia, qué requiere de ella y, cuáles son los objetos del conocimiento posible. Quiere establecer los límites de la razón, los alcances de lo que la razón puede conocer por sí misma y así sentar las bases de las condiciones que hacen posible todo conocimiento, tanto científico como filosófico. Kant, replantea la relación entre sujeto y objeto de conocimiento. El objeto, ya no es aquello que está más allá del pensamiento y que determina las características del conocimiento según las suyas propias, racionales o sensibles. Mientras que, el sujeto, no es una especie de espejo pasivo que recibe las impresiones de los objetos (como en Locke) o que refleja su estructura gracias a la homogeneidad racional entre ambos (como en Descartes). Según Kant, el objeto es el resultado de una actividad del sujeto que consiste en organizar las impresiones según ciertas estructuras que son propias de la razón y que hacen posible, así, todo conocimiento. Para Kant, hay algo, no sabemos qué, algo aún muy difuso e incomprensible, datos sin forma y sin orden, que el sujeto tiene que elaborar; no hay una realidad en sí, sino que es el sujeto el que constituye al objeto o a esa realidad. El sujeto, activo, encara la realidad como si tuviera moldes en la mente y en el cuerpo. Al igual que Hume, considera que no hay causalidad o sustancia en las cosas sino que se trata de categorías con las que el sujeto ordena lo real. Si las molduras funcionan por sí solas, se puede pensar, pero el verdadero acto de conocimiento, se produce cuando se aplican a una realidad empírica concreta. La razón, está constituida por dos facultades, la sensibilidad y el entendimiento: Las estructuras organizadas de la sensibilidad se denominan intuiciones puras, y son el tiempo y el espacio. Estos dos conceptos, para el racionalismo son “objetos” que conocemos mediante las ideas innatas, y para el empirismo son ideas derivadas de las operaciones del entendimiento a partir de las impresiones; pero para la filosofía crítica son formas que permiten al sujeto que conoce, organizar sus percepciones. De acuerdo a la facultad del entendimiento, las estructuras organizadoras son las categorías. La causalidad es una de ellas. Vemos así que lo que para el racionalismo era una idea innata y para el empirismo es el producto de un hábito asociativo de la mente, es en Kant un esquema propio de la razón, pero que necesita ser aplicado a los contenidos recibidos de la experiencia para que constituya un verdadero conocimiento. Es por eso, que la filosofía kantiana se suele denominar “idealismo trascendental”. El “idealismo trascendental” se explica a partir de: el idealismo, porque los objetos sólo son tales en la medida en que son para un sujeto que conoce; y trascendental porque este sujeto sólo es una condición de posibilidad de que haya objetos, pero no los construye por entero, sino que depende también de los datos sensibles que el sujeto no produce por sí mismo y que provienen de una red “exterior” a él. El criticismo, diferencia el pensar y el conocer. Pensar es más abarcativo que conocer, pero el conocimiento es más riguroso. Plantea que nunca tenemos acceso a las cosas “como son en sí mismas” sino siempre las conocemos según las organiza nuestra razón. Con respecto a entidades como Dios, el alma, la libertad, el mundo como sistema de objetos, Kant, dice que no son objetos sino ideas de las razón que pueden ser pensadas, pero nunca conocidas porque no son fenoménicas sino nouménicas. Hay una renuncia de Kant al conocimiento de lo absoluto y hay, en ese mismo acto, una decisión de apostar a la ciencia como único conocimiento confiable. La razón establece las marcas y los

sentidos comprueban y la ciencia moderna parece seguir ese camino, así, se va a ir constituyendo en el paradigma del conocimiento mismo. CONCLUSIÓN Con la presente exposición, pretendimos exponer las tres fuentes de conocimiento desarrolladas teóricamente en la historia de la Filosofía moderna. Parten de diferentes posturas de acuerdo al conocimiento, sus alcances y límites, pero además, sostiene una fuente clave de acceso a él. Estamos hablando del Racionalismo, en el cual pretendimos focalizar conceptualmente las ideas de Descartes; del Empirismo, en el cual, nos centramos en la percepción a partir de los sentidos que desarrolla Locke; y del Criticismo de Kant, a partir de un exhaustivo análisis comparativo de las dos teorías anteriores. Entonces, a modo de síntesis, proponemos un resumen de los tres tópicos: Racionalismo: el hombre es un ser racional y el conocimiento seguro proviene de su razón, esto supone un sujeto y un objeto racionales. Parte del “método de la duda” como camino para la certeza. La certeza lleva al conocimiento válido, que tiene dos rasgos característicos: la necesidad lógica y la validez universal. Considera a la matemática como ciencia modelo. Esta postura, define al pensamiento como compuesto por tres tipos de ideas: las adventicias, las facticias y las innatas. Empirismo: todo conocimiento se fundamenta y se valida con la experiencia. El humano es un papel blanco que conoce a partir de experiencias empíricas concretas. Afirma que el entendimiento tiene reglas y que no hay ideas innatas, debido a que, las ideas provienen de la experiencia a partir de la percepción. La realidad no es necesariamente racional. Criticismo: el acto de conocimiento es una relación activa entre sujeto y objeto en donde el sujeto no recibe y releja al objeto, sino que lo construye. Busca superar el dogmatismo del racionalismo y el escepticismo del empirismo. Sostiene que la razón está constituida por dos facultades: la sensibilidad (intuiciones puras) y el entendimiento (categorías); es por esto que se denomina a la postura de Kant como “idealismo trascendental”. Afirma que el pensar es más abarcativo que el conocer, pero el conocimiento es más riguroso. Por último, afirma que la ciencia actual se está construyendo a partir del análisis de Kant, con una conjugación de lo racionalista y lo empirista, dado que, la razón establece marcas que los sentidos comprueban.