Las Instituciones en Colombia

LAS INSTITUCIONES EN COLOMBIA Andres Camilo Calambas Tamayo Cindy Tatiana Tovar Sánchez ECONOMIA INTERNACIONAL UNIVER

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LAS INSTITUCIONES EN COLOMBIA

Andres Camilo Calambas Tamayo Cindy Tatiana Tovar Sánchez

ECONOMIA INTERNACIONAL

UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA CALI FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS Y ECONOMICAS Santiago de Cali, Mayo 2019

LAS INSTITUCIONES EN COLOMBIA

ECONOMIA INTERNACIONAL

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German Martinez Docente

UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA CALI FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS Y ECONOMICAS Santiago de Cali, Mayo 2019

LAS INSTITUCIONES EN COLOMBIA

El objetivo del presente ensayo es identificar como fue la evolución de las instituciones colombianas y cuál ha sido su incidencia en el desarrollo de nuestro país, para este análisis, tendremos en cuenta dos libros: La historia de Colombia y sus Oligarquías, escrito por Antonio Caballero y Por qué Fracasan los Países, escrito por Daron Acemoglu y James Robinson. Para dar desarrollo a nuestro tema, primero debemos establecer que son las Instituciones: para el economista, historiador y premio Nobel de Economía, el estadounidense Douglas Cecil North, “Las instituciones son restricciones que surgen de la inventiva humana para limitar las interacciones políticas, económicas y sociales. Incluyen restricciones informales, como las sanciones, los tabúes, las costumbres, las tradiciones y los códigos de conducta, así como también reglas formales como las constituciones, leyes y los derechos de propiedad”, por lo anterior, podemos decir que las instituciones son las reglas de juego de una sociedad, las que proporcionan los incentivos necesarios y determinan las pautas de su desarrollo tanto económico como político y social. James Robinson y Daron Acemeglu, en su libro, Por que Fracasan los Países, revelan que no es la naturaleza geográfica, ni la fe, ni la cultura lo que determina el destino económico de un país, son las instituciones, la clave para una prosperidad sostenida o el estancamiento de su

nación. Podemos rastrear la evolución de las instituciones colombianas, desde la época de la colonia, ya que es en este periodo donde se establecen las bases fundamentales para el desarrollo de las mismas, podríamos decir, que los nativos de la época, eran personas pacificas que desconocían los términos de la guerra y la necesidad de luchar por su subsistencia, eran personas que tenían a su alcance las condiciones necesarias para vivir y no tenían la visión o el ímpetu de avanzar en su desarrollo, esta situación facilito la conquista por parte de los españoles que vieron en nuestros antepasados la salvación económica para su reino. Al nuevo mundo, llegaron hombres de dudosa reputación que trajeron consigo la violencia y la usurpación del poder, finalmente, a sangre y fuego los nativos debieron aceptar a los europeos como sus dirigentes y debieron servir como sus esclavos para el cultivo de las tierras y la extracción del oro, a cambio de introducirlos a la religión católica, un poderoso elemento para la estabilidad y la cohesión de la colonia. Las indias por su parte debieron aceptar la colonización no solo porque fueron forzadas, sino, porque, en un mundo que rápidamente se aculturizó, un hijo mestizo tenía mayores posibilidades de integrarse a la nueva sociedad que un indio o zambo, en otros casos, fueron los caciques los que entregaron a los españoles a sus propias hijas, ya fuera para calmar la

violencia de los conquistadores en sus aldeas o para realizar alianzas con los poderosos europeos y combatir a sus propios hermanos. Es en este momento, donde empiezan a establecerse las primeras instituciones económicas y políticas, cimentadas en una dictadura personal, el fomento del culto a la personalidad y el egoísmo imperante de la época, ya que para los europeos los nativos no eran más que animales y no estaba entre sus planes compartir sus riquezas o tratarlos como iguales, consideramos que es en este momento, donde se instauran las bases egoístas y antisocialistas que han caracterizado cada gobierno desde la independencia. Tristemente, esta forma de ejercer el poder ha sido reincidente en cada gobierno, podríamos decir que cada una de las personas que ha llegado a la presidencia del país, ha intentado perpetuarse en el poder, ha fomentando el desarrollo de instituciones extractivas que los favorezcan a ellos mismos, sus allegados y a selectos grupos de la sociedad, y sobre todo estos gobernantes han intentado por todos los medios posibles coartar y reprimir la oposición, en palabras de Alfonso López Pumarejo “ No encuentro en la historia nacional un ejemplo de un periodo de gobierno que no se haya constituido como una oligarquía, olvidando sus obligaciones para con sus electores”. Adicional a esto, podríamos decir que nuestros gobiernos desde la independencia también han sido carentes de esa fuerza y ese patriotismo que evitaría que continuáramos entregando nuestro país y nuestras riquezas al extranjero, antes llamado España, ahora, llamado Estados Unidos, quizás, este amor por nuestra patria y nuestra cultura que nos hizo falta desde la colonia, hubiera escrito una historia diferente para Colombia. Luego de indagar nuestras memorias, se podría inferir que todos estos comportamientos han sido aprendidos y vienen arraigados desde la colonización y han permeado nuestras instituciones, convirtiéndolas en instituciones económicas y políticas extractivas, que han frenado y bloqueado la prosperidad económica y el desarrollo intelectual, tecnológico y social del país, pensando solo en el beneficio de unos pocos a costa del deterioro de la mayoría. Después de ver como nuestro país, a lo largo de su historia, se ha desangrando a sí mismo, por la violencia, la intolerancia, el radicalismo, la corrupción y la falta de amor por lo nuestro, podemos decir que “Nada es novedoso en Colombia”, continuamos con los mismos problemas de siempre, pero con diferentes actores, seguimos siendo la misma patria boba de 1810: dividida, preocupada más por quien ostenta el poder que por solucionar sus conflictos internos y su desorden institucional. Después de identificar aquellos comportamientos y actitudes que han marcado el lento y obstaculizado desarrollo del país y han determinado la forma de operar de nuestras instituciones, solo queda reflexionar sobre los errores cometidos e identificar la forma de enmendarlos, en una Colombia soñada, habría educación gratuita y de calidad, se fomentaría la innovación tecnológica y se velaría por el desarrollo, la inclusión, el bienestar

y la igualdad social, además se incentivaría la participación de la toda la población en la toma de decisiones, pero esto solo sería posible si hay una confianza real en las instituciones y su proceder, se castiga la corrupción, se restringe el poder de los grupos económicos y se vela por la prosperidad general, en resumen, la Colombia soñada tendría instituciones inclusivas y pluralistas que aceptan, reconocen y toleran la existencia de diferentes posiciones y pensamientos, logrando así que exista un crecimiento a nivel social y que prime el bien general sobre el individual o los grupos élite que son conformados por unos pocos. Ahora que ya sabemos que se debe cambiar para tener las instituciones inclusivas deseadas solo resta preguntarnos qué podemos hacer individualmente para favorecer este cambio y hacia donde se deben dirigir las reformas necesarias para lograrlo, esta debe ser una reflexión individual cuyo beneficio seria social y estatal.