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Informe de lectura “Periodismo de Investigación”- Gerardo Reyes Capítulo 3: El Saque Por: Manuel Felipe Palacio Betancur

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Informe de lectura “Periodismo de Investigación”- Gerardo Reyes Capítulo 3: El Saque Por: Manuel Felipe Palacio Betancurth En este capítulo, Gerardo Reyes nos habla básicamente de la pericia que debe de poseer un periodista de investigación a la hora de llevar a cabo su labor, que una investigación puede nacer de algo que se escucha simplemente, que es un dato importante que se le suelta a alguien, y sobre el cual el periodista de investigación decide ahondar y escarbar. El señor Reyes nos hace también una interesante anotación que valdría la pena tomarla como un llamado de atención a nosotros los periodista en formación y demás personas que se desenvuelven en el campo, con el sentido de que debemos retomar la lectura como hábito, y no dejar de leer un artículo porque el periodista no nos gusta, o incluso habla de echar un ojo a los avisos clasificados pues no sabemos qué datos importantes encontraremos allí. Durante este capítulo, se presentan un sin número de casos, de los cuales a mi parecer y por la temática que este maneja, es de los más importantes y más ahora en época de elecciones y es el del llamado "subsidio de transporte", que fue un caso descubierto por la unidad investigativa de la que hacia parte Gerardo Reyes. Se descubrió que el gobierno pagaba subsidio de transporte para los propietarios de buses de transporte público por concepto de conducción y para "gastos" de reparación o mantenimiento. ¿Qué sucedió? Que lo que empezó como una solución "temporal", se convirtió en un monstruo porque cuando el gobierno quería acabarla, los propietarios hacían "paro" y amenazaban con no prestar servicios de transporte gratuito en época de elecciones. Entonces, a pesar de que la gente no sabía que sucedía con los dineros de este subsidio, se descubrió que los propietarios estaban falsificando facturas de compra de repuestos, e incluso falsificaban las planillas de ruta para recibir el subsidio y echárselo al bolsillo, incluso habían buses destartalados y abandonados que figuraban con planilla metida en el subsidio, pues no había los suficientes mecanismos de control y los que habían, eran fáciles de brincar por medio de la falsificación de facturas. El, nos habla de un llamado espejismo (de los cuales está lleno nuestro país), y es simplemente el ir más allá de lo que se ve, observar el currículum de los personajes, los papeles de las obras o de más, puesto que la popularidad no es sinónimo de honestidad. Valdría la pena entrar también a analizar algo que Reyes dice y es el hecho de “soltar las instituciones” y no hablar siempre de lo mismo, buscar temas de interés del ciudadano y hace énfasis en no tragar completo, y siempre revisar los archivos para tener la plena certeza de que nuestro “investigado en cuestión”, si sea tan decoroso como se muestra.

Capítulo 4: La prueba del olfato El señor Gerardo Reyes nos habla de la prueba del olfato,, y lo primero que piensa el lector es quizás el hecho de que el periodista de investigación, antes de iniciar con su proceso, debe sentarse a pensar si eso que “husmeo”, si podría tener futuro como una investigación, si los posibles obstáculos que se le presenten en el camino serán suficientes para detenerle, si la investigación si tiene futuro, en resumidas cuentas, si su “olfato” si agarró algo bueno. El proceso no es corto ni fácil como dice Reyes, pues en realidad son más el número de investigaciones archivadas, que las publicadas, gran parte de las veces a falta de elementos probatorios, que son parte fundamental de nuestra investigación, pues comprueban que lo que nosotros sospechábamos si es completamente cierto y nos dan las riendas y el rumbo dentro de la misma. Pues bien, como dice Reyes, “Demostrar el pago de un soborno es casi imposible; probar el favor es más simple”, frase que es totalmente cierta, puesto que esta acción efímera puede taparse del modo que más nos encanta a los colombianos y es “echándole tierrita”. Pero ¿De qué modo podríamos darnos cuenta de en realidad que sucedió? Es en este punto donde los elementos probatorios desempeñan el papel más importante, porque son todo aquello que tenemos a nuestro alcance para comprobar que lo dicho es cierto. Ejemplo de lo anteriormente mencionado, y aplicándolo a la actualidad, sería la relación que llevó el mayor retirado de la Policía Juan Carlos Meneses con el ex Presidente Álvaro Uribe Vélez durante su mandato. El mayor Meneses aseguró que Uribe le brindó unos contratos a cambio de su silencio frente al caso llevado en contra de su hermano Santiago Uribe Vélez, involucrado con paramilitarismo. ¿Qué hubiera sido del testimonio del mayor Meneses sin las pruebas? En realidad, no hubiera servido absolutamente para nada. Y lo que hace aún más creíble su historia, es el hecho de que el mayor ya estando retirado, aparece en los registros de entrada al palacio de Nariño, justo cuando Uribe estaba de presidente, y cuando el mayor Meneses dijo que se le habían entregado los sonantes contratos. Si bien no siempre tendremos la suerte de encontrarnos de buenas a primeras con la prueba clave de nuestra investigación, podemos recordar nuestro trabajo: investigar. Y seguir poco a poco recogiendo fichas que juntas, revelaran ante nosotros, una verdad oculta.

Capítulo 5: Indagación Esta etapa es quizás uno de los puntos más importantes dentro de nuestra investigación, pues es aquí donde empieza a rodar el juego y comenzamos con un largo proceso de recolección de la mayor cantidad posible de material que podamos encontrar para nuestra investigación.. Una vez que se ha tomado la decisión de dar rienda a nuestro proyecto investigativo (por encima de las dificultades que pueda presentar en el camino), debemos empezar por el derecho e iniciar a investigar, husmear, buscar por cielo y por tierra literalmente, datos que nos sirvan para ampliar la información de lo que estamos buscando. Acá, es donde empieza una gran definición en el campo de las fuentes y es el tener claro que es una fuente documental, y que es una fuente personal. Las fuentes documentales no son más que sitios, bases de datos, entidades, organismos, sindicatos, periódicos; donde se acumule información que nos sirva para enriquecer nuestra investigación, o simplemente como elementos probatorios para demostrar la veracidad de lo que estamos diciendo. Las fuentes personales, no son más ni menos que nuestro “informantes”, que con sus testimonios, irán enriqueciendo poco a poco nuestra investigación. Valdría la pena hacer la anotación de que si bien nuestros informantes nos dan datos importantes poco a poco, existe una diferencia una „fuente‟ y un „informante‟, diferencia que radica en el hecho de que si bien nuestro informante es casi que esencial en nuestro proceso pues posee beneficio de inventario y es confiable, la fuente es alguien independiente que estará dispuesto a ayudarnos cuando lo requiramos (si es de su campo de dominio), pues esta, no habla, ni toma partido en lo que no sabe y es discreto. Podemos anotar que siempre es bueno dentro de nuestra investigación, desarrollar una cierta „Base de datos‟, que durante el desarrollo de nuestra investigación, pues de nuestras fuentes depende el éxito o fracaso de nuestra investigaciones, pues sin ellas, nuestro proyecto no sería más que meramente especulativo. La etapa de indagación finaliza única y exclusivamente en el momento en que nosotros decidamos que el material recolectado ya es el suficientemente sólido para sustentar nuestra investigación y consideramos que con lo que tenemos, podemos enganchar a lectores y sustentar casi que por completo nuestra investigación.