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Fundamentacion Teorica Del Trabajo Social Ensayos para estudiantes: Fundamentacion Teorica Del Trabajo Social Ensayos de Calidad, Tareas, Monografias - busque más de 2.286.000+ documentos. Enviado por: mariledandreina 28 enero 2015 Tags: Palabras: 1330 | Páginas: 6 Views: 7 Leer Ensayo CompletoSuscríbase

-FUNDAMENTOS TEORICOS En el Trabajo Social el uso racionalizador, acrítico, descontextualizado y dogmatico de las teorías sociales, buscando en ellas las respuestas operativas y instrumentales que le permitan dilucidar los problemas propios y específicos de la practica. Los contantes cambios sociales hacen que la teoría se adapte ya que no puede ser ajena a las condiciones sociales, de ahí decimos que el surgimiento de las Ciencias Sociales está conectado con la necesidad practica que el Estado tenía para unir a los ciudadanos en un proyecto común de leyes, reglamentos y deberes con los cuales se logra un control social, el Trabajo Social no escapa de ello e impone prácticas especificas de corte asistencial y su constitución está muy ligada a la discursiva de extremidad. Tomando en cuenta esto podemos decir que la estructura teórica es la siguiente:  Racionalización de la Teoría en Trabajo Social: Recordando que la racionalización es la domesticación que el hombre hace de las contingencias propias de la vida, para garantizar un marco que ampare su acción, el Trabajo social ha usado de forma acrítica y fragmentada algunas nociones básicas de las teorías sociales y humanísticas con el fin de explicar situaciones concretas que se plantean en la práctica profesional. Su uso instrumental y racionalizador se convierte en un obstáculo para la producción de conocimiento y hace que situaciones como pobreza, maltrato, falta de servicios básicos entre otros desde un punto de vista determinista.  Teoría y Práctica (Estableciendo Mediaciones): Las dificultades de establecer mediaciones entre teorías, prácticas sociales y prácticas profesionales ha llevado que el Trabajo Social a errar en conceptos equivocados que reducen el establecimiento de modelos de actuación. El desvelamiento de la relación teoría/práctica es necesario que considerar que los valores, significados y sentidos que se le otorgan a las acciones humanas constituidos por enunciados, conceptos y proposi Leer Ensayo CompletoSuscríbase

ciones que avalan la práctica sociales.  Ciencias Sociales y Trabajo Social: El surgimiento de las Ciencias Sociales no son de manera fortuita, sino constitutivo den la organización de los poderes definidos por el

Estado-Nación. El proceso de constitución de las Ciencias Sociales se conecta con la necesidad de práctica que tiene el Estado para unir a todos los ciudadanos en un proyecto común de corte nacional. La institucionalización de las Ciencias Sociales en América Latina se remonta en los años cincuenta donde los temas centrales como el desarrollo, dependencia, Estado y democracia retenían el desarrollo de teorías para lograr ubicar las disciplinas sociales en el ámbito latinoamericano. El Trabajo Social, se configura como una acción social de corte jurisprudencial legitimada por el Estado, su constitución se relaciona estrechamente con la acción filantrópica. Desde el punto de vista epistemológico, es importante que tanto las Ciencias Sociales como el Trabajo Social coloquen ...

fundamentos filosoficos martes, 7 de septiembre de 2010

INTRODUCCION:

Las tendencias ideológicas en el Trabajo Social a partir de la influencia del pensamiento filosófico y de las ciencias sociales ejerce influencia en la teoría y practica del Trabajo Social que de este apartado Faleiros en su libro analiza tres ideologías siendo ellas; la ideología liberal, tiene una visión de una sociedad sin conflicto, sin lucha; la ideología desarrollista es una manifestación dominante que se presenta con las ideas de modernización y democratización, mejoría y desarrollo, y la ideología revolucionaria se gesta en la lucha de clases se sistematiza con el arte del materialismo histórico, por lo que es importante conocer las características de cada una y como se plantean en el Trabajo Social,

TENDENCIAS IDEOLÓGICAS EN EL TRABAJO SOCIAL A PARTIR DE LA INFLUENCIA DEL PENSAMIENTO FILOSÓFICO Y DE LAS CIENCIAS SOCIALES:

Desde esta perspectiva se ubica al Trabajo Social determinado por la racionalidad productiva y su expresión en la lucha de clases, participando tanto de procesos de explotación y dominación de la clase dominante, como también en procesos de protesta y reivindicación de la clase dominada, a

través de la organización para la movilización y gestión popular. Lo que permite visualizar dos posiciones opuestas en la actuación profesional, una conservadora y la otra progresista.

Por lo que se realiza tres clases de tendencias ideológicas que analiza Vicente de Paula Faleiros de su libro Ideología y Metodología del Trabajo Social siendo ellas: Liberal, desarrollista y revolucionaria.



Ideología Liberal.



Ideología Desarrollista



Ideología Revolucionaria

Cada una de estas tres ideologías se concentra en la expresión de los objetivos del Trabajo Social así como también en reducir los conflictos, ejercer influencia para reducir la institucionalidad y promover actitudes positivas para el desarrollo y la influencia por el materialismo dialéctico e histórico, que se identifica con la tendencia progresista en Trabajo Social, pero sin embargo en el campo teórico y practico de la profesión predominan las tendencias ideología liberal y desarrollista debido a que estas se enfocan en la practica incorporando elementos como promoción humana, bienestar, humanismo, y colaboración entre las clases sociales, y también se identifican con la tendencia conservadora en el TS la cual s encuentra influenciada por el pensamiento filosófico de la corriente idealista.

La ideología liberal es la única capaz de sacrificar estereotipos por el bien social.. . Éstas características dan como resultado el desarrollo colectivo, pero están sujetas a su comprobación dependiendo del grado de desarrollo deseado y del grado de desarrollo alcanzado, modificando o quitando algun elemento, a partir del cual se analiza y habitualmente comparándolo con un sistema alternativo, real o ideal.

CONCLUSION Las ideologías son consideradas como el conjunto de ideas sobre el sistema existente (económico, social, político), en la que se analizan tres ideologías diferentes en la que se pretenden su conservación, y su transformación de como se introduce al Trabajo Social.

Publicado por evelyn en 17:57 1 comentario: Enviar por correo electrónicoEscribe un blogCompartir con TwitterCompartir con FacebookCompartir en Pinterest

Epistemología del Trabajo Social: Definiciones, Complejidad e Identidad1 . Diego Reyes Barría Universidad de La Frontera [email protected] Resumen “Las preguntas sobre el origen del conocimiento científico en las ciencias humanas y sociales, las proposiciones teóricas que están insertas en los modelos de intervención, los fundamentos epistémicos y los problemas éticosmetodológicos en el Trabajo Social, nos invitan a pensar en la posibilidad de una epistemología del Trabajo Social. Preguntas que hoy en día se hacen indispensables en la formación de estudiantes de pre-grado cuando intentan dilucidar caminos que permitan generar certidumbres y sentido para justificar la legitimidad y la necesidad del Trabajo Social en los espacios de intervención de los cuales se hace cargo. El presente trabajo pretende reflexionar sobre la necesidad de definir el Trabajo Social para realizar un análisis crítico que permita contrastar distintas concepciones existentes sobre el Trabajo Social en países latinoamericanos. Esto ayudará construir una propuesta que permita vislumbrar nuevas cartografías epistemológicas para potenciar la intervención y los fundamentos teóricos que sustentan la práctica del trabajador social. Para fundamentar mi propuesta, realizaré análisis de las distintas definiciones existentes en algunos países de Latinoamérica, como además, recogeré algunas propuestas de destacados trabajadores sociales que han tratado de sistematizar todo el aparataje meta-teórico que evidencian y justifican la existencia de la epistemología del Trabajo Social. 1 Trabajo expuesto en el II foro del centro de estudiantes de Trabajo Social de la Universidad de La Frontera, realizado el 16 de Mayo del 2012 en la ciudad de Temuco, Chile.2 Palabras Claves: Epistemología, Trabajo Social, Definiciones, Conocimiento. 1. Un grito desesperado en la odisea epistemológica del Trabajo Social “Son justamente las ciencias sociales y humanas las que oscurecen la comprensión del Trabajo Social… El Trabajo Social une, las ciencias sociales y humanas separan”2 . La situación actual que se vive al interior del Trabajo Social chileno parece tener cierta similitud con la pintura “El Grito” del pintor noruego Edvard Munch. Cuando intentamos pensar la epistemología del Trabajo Social, surgen una serie de preguntas, dudas e incertidumbres, en las cuales se aprecia un grito desesperado y angustioso respecto a las posturas, descréditos y certidumbres que asechan a los trabajadores sociales cuando intentan dirimir sus estatutos profesionales a las ciencias sociales. Al mismo tiempo, significa una temática ya esbozada hace bastante tiempo por varios pensadores del Trabajo Social, los cuales han intentado dilucidar el posible conocimiento

científico de la práctica del trabajador social. Personalmente considero que la naturaleza de los problemas epistemológicos del Trabajo Social se encuentran en un solo núcleo problemático, el cual atraviesa la memoria histórica de la profesión, los proyectos sociopolíticos en los que ha participado, las distintas identidades que han surgido en dichos contextos y, las filosofías que han influenciado los diversos paradigmas de base que el Trabajo Social asume, ya sea consciente o inconscientemente. Quisiera también mencionar que la reflexión epistémica no solo es propia del quehacer filosófico, por lo cual, es necesario comenzar a desmitificar que la epistemología 3 solo es “un discurso sobre el conocimiento cierto”. En este mismo sentido Bunge4 nos dice que “hasta hace medio siglo la epistemología era sólo un 2 Kars, Saul. “Problematizar el Trabajo Social: Definición, figuras, clínica”. (2006). Introducción (pp.16). España. Editorial Gedisa. 3 Valenzuela, Alvaro. “Epistemología y Pedagogía”. (2005). Introducción (pp.14). Temuco. Chile. Ediciones Universidad de La Frontera. 4 Bunge, Mario. “Epistemología”. (2006). México. Editorial Siglo XXI editores. 3 capítulo de la teoría del conocimiento o gnoseología. Aún no se habrían advertido los problemas semánticos, ontológicos, axiológicos, éticos y de otro tipo que se presentan tanto en el curso de la investigación científica como en el de la reflexión metacientifíca”. Sin embargo, las preguntas y respuestas que se han formulado en relación a como conoce el Trabajo Social, no han sido tratadas con la seriedad y prudencia adecuada, situación que ha conllevado a lo largo del tiempo a concebir un Trabajo Social sin memoria, desarraigado en las interpretaciones de los escenarios en donde opera, generado un desmembramiento metodológico en donde convive n teorías y métodos de diversas disciplinas debido al pragmatismo tecnológico que ha fundamento la práctica por muchos años de los trabajadores sociales. En este mismo sentido, Teresa Matus 5 nos dice que: “la concepción tecnológica de Trabajo Social, en sus diversas vertientes, se ha vuelto claramente insuficiente y problemática. Las formas más recurrentes de entender la noción de Trabajo Social se sitúan en una tensión binaria entre hacer y conocer.” Actualmente todavía sobreviven ciertas actitudes que rechazan el conocimiento, Ulises Toledo6 nos dice: que “ingenuamente, algunos esperan que el conocimiento organizado teóricamente sea isomórfico respecto de cada uno de los fenómenos cotidianos. Como esto es imposible, se acusa a la teoría de no aportar los conocimientos que se requieren para la práctica, de aquí se pasa, fácilmente, a la conocida perogrullada que se enuncia en tono magistral: una cosa es la teoría y otra es la práctica”. Toda esta articulación de afirmaciones ha llevado a opacar la discusión sobre las implicancias éticas de las intervenciones sociales, lo cual ha impulsado una relación conflictiva con el conocimiento, esta situación a menudo se expresa por medio de la visión dicotómica entre la teoría y la práctica, postura que visualiza al trabajador social como una entidad separada de su subjetividad y racionalidad 5 Matus, Teresa. “Propuestas contemporáneas en Trabajo Social: Hacia una intervención polifónica”. (1999) Capitulo 1: Los

Requisitos de una intervención social fundada. (pp.26). Argentina. Editorial Espacio. 6 Toledo, Ulises. “¿Una epistemología del Trabajo Social? (2004). Cinta de Moebio, Diciembre, Número 021. Santiago. Chile. Universidad de Chile. (pp.4). ISSN. 0717-554X.4 al momento de enfrentar la realidad de la cual se hace cargo. Bajo este panorama se ha generando una carencia de reflexión, que hoy en día se vivencia en una crisis identitaria la cual debe ser enfrentada al interior de las escuelas de Trabajo Social. No debemos olvidar que nuestra profesión debe ser cultivada en los más profundos valores humanos, junto al saber de las ciencias sociales y humanas, nutriéndose y aportando al cultivo de dichos saberes, pero al mismo tiempo, debe trabajar en combatir cualquier intento de dominación ideológica o burocrática. Solo el análisis de los valores, y en este sentido, un análisis en materia de ética, y forzando el pensamiento hasta el límite como diría el filosofo chileno Jorge Millas, podremos construir un Trabajo Social más humano y con miras hacia una ayuda integral que facilite en las personas el empoderamiento sobre sus propias vidas. 1. La necesidad de definir al Trabajo Social Lo primero que quiero dejar en claro en este primer esfuerzo, es la intención de definir el Trabajo Social, debido a que si existen incomprensiones, descalificaciones y ambigüedades al momento de definir lo propio en Trabajo Social, tiene que ver por el poco esfuerzo que se realiza al interior de las academias para proponer definiciones que satisfagan el imaginario colectivo en donde se forman los estudiantes. Muchas veces existe malestar e incomprensión a la hora de definir que somos y para que existimos en la sociedad, Natalio Kisnerman7 decía que: “El servicio social se nos presenta hoy en términos de dos fundamentales antinomias: ser adaptador o ser agente de cambio; trabajar en la neutralidad doctrinaria o trabajar en la realidad. Consecuencia de ello es el estado actual de crisis de identidad que presenta la profesión”. Cuando me refiero a definición, no intento otorgar una sentencia absoluta e incuestionable, ni mucho menos, lograr una definición ultima sobre el tema, sino más bien, deseo proponer una definición con una objetividad entre paréntesis. 8 7 Kisnerman, Natalio. “Ética para el Servicio Social”. (1982) Capitulo 2: Ideología y Servicio Social. (pp.53). Buenos Aires. Argentina. Editorial HVMANITAS. 8 Para Humberto Maturana, un observador no tiene base operacional para hacer cualquier declaración o afirmación acerca de objetos, entidades o relaciones, como si ellas existieran independientemente de lo que él o ella hace. Más aún, una comunidad de observadores que no puede distinguir en la experiencia 5 Para Kars9 “definir ayuda a no equivocarse de blanco, a identificar los problemas que requieren solución, a no pedirle al trabajo social lo que de ninguna manera puede hacer. Dicho en otras palabras, equivocarse de definición acarrea consecuencia materiales considerables. Las más de las veces, el concepto erróneo intensifica las dificultades de la práctica y de las desorientaciones del profesional”. Creo que es fundamental deconstruir y repensar el Trabajo Social desde su memoria histórica, porque desde ese lugar uno pude visualizar nociones que permitan comprenderlo en los escenarios contemporáneos de su operar. Dado lo argumentos anteriores,

definir el Trabajo Social involucra responder una cuestionante que atraviesa el tronco medular de la disciplina misma. Lo motivante de esta pregunta, es que nos invita de lleno al pensamiento de Nietzsche para poder responderla, lo cual significa dentro de la filosofía nietzscheana, reflexionar sobre el eterno retorno.10 Si construimos un puente, entre ella y el Trabajo Social, podríamos interpretarla como una situación existencial cuyo destino inevitable es el volver una y otra vez hacia atrás para preguntarse sobre sí mismo ¿Qué es? ¿Para que existe? Y ¿Cuál es su finalidad? ¿Qué es Trabajo Social? pregunta que conlleva en sí misma una reorientación de interrogantes contextuales que vivencian los trabajadores sociales dentro de los paradigmas en donde ejercen. Si eludimos pensar el Trabajo Social dentro de los procesos sociales que lo entretejen nos traería serias consecuencias para la profesión, situación que conlleva inevitablemente a la búsqueda de sentido para el desarrollo de las intervenciones sociales. Como primer referente, debemos visualizar que la profesión se enfrenta en su quehacer en una realidad en donde se enlazan: la multidimensionalidad, la multiproblemática de los fenómenos sociales, y a su vez, la complejización misma entre percepción e ilusión, no está en este aspecto en una posición mejor. Para mayor información consultar: Maturana, Humberto. “La Objetividad un argumento para obligar”. (1997) Capitulo 1: La Ontología del explicar. (pp. 23). Chile. Dolmen Ediciones. 9 Kars, Saul. “Problematizar el Trabajo Social: Definición, figuras, clínica”. (2006). Capitulo 1: Es posible, es necesario definir el trabajo social. (pp.23). España. Editorial Gedisa. 10 Es interesante leer la segunda parte del libro, y especialmente el discurso sobre el “Retorno.” Hay un fragmento que puede ser interpretado como la dependencia y el desprecio que tiene el Trabajo Social sobre sí mismo cuando intenta justificarse como una disciplina al lado de las ciencias sociales: “Estaba sentado entre ellos, disfrazado, dispuesto a desconocerme para soportarlos.” Nietzsche, Friedrich. “Así Hablaba Zaratustra. (pp.192) España. Editorial Edaf. 6 que ha sufrido el Trabajo Social a lo largo de estas décadas. Todo este aparataje imposibilita una sentencia única para definirlo, realidad que nos advierte la complejidad y la diversidad de los escenarios posibles en donde habitan los trabajadores sociales. Identifico como primer problema en Trabajo Social, su nula capacidad y su constante rechazo cuando intenta mirar hacia atrás en su propia historia, no da inicio para realizar un análisis de la misma, como al mismo tiempo, del valor de sus autores que le dieron origen y soporte. En este mismo sentido comparto lo que decía Natalio Kisnerman11: “no creo que existan psicólogos que no hayan leído a Freud, ni sociólogos que no hayan leído a Max Weber. Y sí creo que existen miles de trabajadores sociales que sólo han escuchado hablar de Mary Richmond, ni haber leído alguna de sus obras. Existen también, docentes de Trabajo Social, que enseñan historia de la profesión sin haberse acercado a esa fuente que es Mary Richmond”. Es en su memoria histórica donde se encuentran las distintas configuraciones de sus identidades, las cuales han otorgado sentido a cada época. De acuerdo con Quiroz12 “la esencia de Trabajo Social, aquello que le

es consustancial y propio, está en su propia historia y en la profundidad de sus raíces. Entonces, frente a aquella desorientación disciplinar, Trabajo Social debería analizar su propia “conciencia histórica” y tratar de configurar una particular “memoria colectiva” y dejarla como herencia a las generaciones futuras. Sin embargo, vemos todo lo contrario: Trabajo Social no vuelve la mirada sobre sí mismo y las más de las veces, se desconoce y descalifica, presentándose en el presente como un ente desarraigado. El rescate de la historia nos dará nuestra Identidad. No obstante, fácilmente olvidamos el pasado y lo negamos”.

La intención de abordar el análisis epistemológico del Trabajo Social no es nueva. En 1983, Boris Lima (a la fecha profesor de la Universidad Central de Venezuela) publicó la tercera edición del libro que – precisamente– tituló Epistemología del Trabajo Social. En el prefacio explica que en el transcurso de dos décadas de labor profesional fue tomando conciencia del vacío que existía en torno a la explicitación del sustento científico del Trabajo Social. Para dilucidar ese vacío se fue internando en el ámbito de la epistemología en busca de una fundamentación que confiriera "razón de ser" a la disciplina. Reparemos que la expresión "disciplina" que emplea este autor constituye –en sí misma– una apuesta que hay que fundamentar (1). En palabras del autor: "...las respuestas al por qué del Trabajo Social deben buscarse en un marco amplio – en el plano histórico y epistemológico– y no exclusivamente en los linderos de su propio hacer. La epistemología trata de la teoría del conocimiento científico y como tal debe comprender sus problemas, métodos, técnicas, estructura lógica, examen de las categorías e hipótesis en la investigación. Con el marco teórico que ella facilita será posible explicar y englobar las diversas tendencias asumidas por el Trabajo Social Latinoamericano, y el proceso de reorientación y reconceptualización que se ha venido produciendo". La "novedad" que se estaba produciendo en las postrimerías del Siglo XX era el creciente número de estudios que buscaban elucidar el rol "del conocimiento científico en el Trabajo Social, a su práctica, a sus métodos, a su lógica, a su ideología o a su fundamentación filosófica". Y, a raíz de ello: "se ha venido conformando un verdadero aparataje meta-teórico que no dudamos en sancionar como la aparición de la Epistemología del Trabajo Social, nunca antes presente en la profesión" (2). En opinión de Lima, la histórica ausencia de la epistemología en el Trabajo Social se explica por la larga predominancia de una concepción pragmática-tecnológica que fue notoriamente negligente en lo referente a una reflexión rigurosa sobre los fundamentos de la practica: "El Trabajo Social Tradicional reflejaba su vacío epistemológico en el poco interés por esforzarse en la conceptualización de los principios, de los objetivos que orientarían su quehacer profesional, de los elementos teóricos a utilizar y por lo tanto, de la metodología a instrumentar para hacer frente a la problemática social donde tendría que operar" (3). 1. Otras Voces Recientemente otras voces se han sumado a este reclamo. Así, Estela Grassi de la Universidad de Buenos Aires, reconoce: "el trabajo social ha tenido una relación conflictiva con el conocimiento, del cual la teoría es la expresión sistemática. Esta conflictividad se expresa, entre otras cuestiones, en que se ha llevado al extremo una forma dicotómica de pensar la realidad que separa radicalmente realidad-teoría y discursoacción. (...). Pero la teoría pretende ser una interpretación válida de la esencia de los fenómenos, es decir, de aquello que trasciende lo inmediato, lo evidente, lo concreto sensible, para ubicarlos en estructuras históricas. (...). Por eso la teoría está obligada a explicitar o validar sus supuestos y sus proposiciones sobre la realidad. Esto nos coloca en el plano epistemológico, en el cual hay que discutir acerca de los criterios de validación del conocimiento en ciencias sociales" (4). Grassi sostiene que lo conflictivo de esta relación se hace evidente en la muy socorrida queja –que aún hoy hacen algunos profesionales– de que la formación recibida en las aulas sería muy teórica. La tácita "creencia" que está en la base de ese lamento es que la teoría sería invalida por que no cumple con la

expectativa de identificar la totalidad de los problemas cotidianos "bis a bis". Ingenuamente, algunos esperan que el conocimiento organizado teóricamente sea isomórfico respecto de cada uno de los fenómenos cotidianos. Como esto es imposible, se acusa a la teoría de no aportar los conocimientos que se requieren en la practica, a los cuales "echar mano" de manera inmediata para aplicarlos en la solución de cada problema puntual que va emergiendo en el día a día. De aquí se pasa, fácilmente, a la conocida perogrullada que se enuncia en tono magistral: "una cosa es la teoría y otra cosa es la práctica". Obvio, nunca se debe confundir el mapa con el territorio que replica, lo mismo sí el mapa es conceptual (5). Con estos pueriles argumentos se pretende justificar una supuesta dicotomía intrínseca entre la teoría y la práctica, facilitando de ese modo, la ingerencia subrepticia de supuestos ideológicos en torno al conocer, definidos desde particulares opciones (o "paradigmas"), que influencian el ejecutar de la práctica profesional. Esta actitud contiene la paradoja de que no pone en cuestión las teorías implícitas a partir de las cuales el trabajador social "operativo" define una situación como un problema social. Simplemente se asumen irreflexivamente y luego –con enorme ingenuidad– se actúa en consecuencia. En contra de tal simplismo reaccionan Teresa Zamanillo y Lourdes Gaitán denunciando la incoherencia de ese artificial y pernicioso dualismo: "...acabemos con la ficción. La acción no excluye el pensamiento, como tampoco éste vive sin aquélla. Pensamiento y acción son las dos caras de una única verdad. (..). Acción y cambio son los dos conceptos que más han ocupado y preocupado a los trabajadores sociales. Pero para cambiar o transformar la realidad social hemos de convenir en que es preciso conocer la dirección que se quiere seguir, a donde se desea llegar. Es necesario también algo más: contar con un planteamiento teórico que ahorme o de sentido a la practica"; y finalizan con este llamado de atención: "es menester profundizar y rastrear hasta dar con un cuerpo sistematizado de conocimientos adecuado a los fines que se persiguen" (6). Sin embargo "dar" con un cuerpo de conocimientos adecuados a los fines del Trabajo Social no es fácil; en primer lugar porque la sistematización de conocimientos realizada por disciplinas como la psicología o la sociología no ha sido hecha en función de dichos fines, por lo tanto, no será posible que los trabajadores sociales puedan "dar" con un cuerpo de conocimientos ad hoc como quién tropieza con un tronco en el camino. Los Trabajadores Sociales no pueden eludir su responsabilidad y deberán "construir" su propia sistematización. Pero eso no significa que les corresponda "descubrir" todo los conocimientos que se necesitan a partir de cero, se trata más bien de re-estudiar el cuerpo de conocimientos existentes en las ciencias sociales, desde la realidad situada que le corresponde atender al Trabajo Social. A partir de ahí, se podrá elaborar una reconstrucción racional de dichos conocimientos, lo que implica seleccionar, interpretar y desechar, en términos de su factibilidad de integración a un programa coherente de investigación y de acción, presidido por los "fines que se persiguen" en el Trabajo Social (según nos han recordado Gaitán y Zamanillo). Estos "fines" deberán fungir a modo de núcleo firme del programa. Paralelamente, Cecilia Aguayo aborda otro aspecto de la sistematización referida a los elementos cognitivos que surgen desde la practica como una forma de aprehensión racional de la experticia: en ese sentido, la sistematización "tiene que ver con el re-encuentro de la práctica consigo misma", inaugurando un espacio de re-flexión y de organización de los saberes que se infieren desde la practica. Así entendida, la sistematización es una tarea de construcción de conocimientos que puede realizar el profesional práctico sin alejarse de su cotidiana labor, siempre que cumpla algunos requisitos: "...representa el rito de detenerse en la marcha de los proyectos sociales, de suspender la condición funcionalista de las relaciones sociales que nos permitirá la toma de distancia necesaria para identificar, interpretar, analizar, develar, respetar, comprender la realidad en la que trabajamos". Y cuando –de esa manera– rescatamos, reflexivamente, los contenidos cognitivos que emanan de la practica, podemos "descubrir a los sujetos, sus sentidos y significaciones, ahora bien, no solo se trata de dar cuenta de las inter-subjetividades, sino también de la objetivación de estas relaciones" (7). Ciertamente, una forma imprescindible de objetivación es la conceptualización rigurosa para producir la conversión de la experiencia privada en conocimiento colectivo y compartido (8). Con todo, se debe tener clara conciencia que la sistematización no es la panacea porque, si bien es condición necesaria, no es condición suficiente para constituir las bases de una disciplina, dado que los conocimientos también deben ser validados y la determinación de validez excede a la mera sistematización; en cuanto exige rigurosos criterios lógicos y epistemológicos de demarcación (con evidentes consecuencias metodológicas) y cuyo énfasis no es sólo la organización coherente, sino, la producción de nuevo conocimiento.

En este último aspecto es relevante, para las ciencias sociales, el cambio de estatuto del conocimiento científico a raíz del surgimiento de la perspectiva post-positivista, que ha generado una saludable reducción de ingenuidad epistemológica y, consiguientemente, se ha comenzado a desconfiar de la sacrosanta "objetividad" que postulaba el positivismo. En efecto, en el curso de los últimos cuarenta años el análisis epistemológico que va de Popper (9) a Lakatos y de Kuhn a Feyerabend (al margen de las diferencias que mantienen entre sí) coincide en mostrar que ningún "hecho" es independiente de una implícita teoría de la observación que lo constituye y que de manera solapada "instruye" al observador sobre lo que debe "ver" cuando se encuentra frente a un conjunto de estímulos distales dados. Eso significa que lo que llamamos un "hecho" siempre se constituye desde una particularinterpretación de un conjunto de estímulos relativamente amorfos. Del mismo modo ningún problema social es de suyo tal problema. Sin desconocer las condicionantes estructurales, en gran medida el problema se produce socialmente mediante un trabajo de negociación, de construcción y deconstrucción de la realidad, realizada en el día a día por los actores sociales, por ejemplo, a través del procedimiento que Garfinkel llama "etnométodos". De ahí se deriva que no existe la observación "desde ninguna parte" defendida por los positivistas (que, de paso, levantaba una barrera infranqueable entre sujeto y objeto). Desde la ciencia cognitiva, el ilustre biólogo y epistemólogo chileno Francisco Varela ratifica este aserto: "...en el curso de las investigaciones olvidamos a menudo quién está formulando las preguntas y cómo se formula la pregunta. Al no incluirnos en la reflexión, perseguimos tan sólo una reflexión parcial y nuestra pregunta deja de estar encarnada; busca expresar en palabras de Thomas Nagel, una perspectiva desde ninguna parte. Resulta irónico que este intento por lograr una perspectiva no encarnada nos lleve justamente a adoptar una perspectiva desde un lugar teóricamente limitado, preconceptualmente entrampado y muy especifico" (10). Podemos apreciar, en esta sucinta aproximación, la complejidad que reviste la cuestión de la producción de conocimiento válido y, en directa relación con ello, la relevancia de la vigilancia epistemológica de tal proceso (11) que nace de la conciencia de una falta de reflexión sobre la implicación concreta y situada del sujeto cognoscente en la experiencia cognoscitiva. 2. Epistemología Con lo que llevamos dicho ya le habrá quedado claro al lector que la epistemología no se reduce a una mera propedéutica de una cierta metodología de la investigación. Ante todo, la epistemología constituye una metateoría (12) crítica del conocimiento científico, de su origen, fundamento, posibilidades, procesos y resultados, donde la metodología es sólo uno de los aspectos que caen bajo su mirada analítica y no siempre para alabarla. A modo de ejemplo, considérese el famoso "Tratado Contra el Método" de –el ya mencionado matemático y físico– Paul Feyerabend o la demoledora crítica a la inducción, el probabilismo estadístico, la infundada confianza en las pruebas empíricas verificadoras y el carácter metafísico de las grandes generalizaciones empíricas llamadas "leyes científicas", presentada –con argumentos graníticos– por Sir Karl Popper (13). Al hilo de lo anterior se entiende la advertencia de Jonathan Dancy (14) quien nos explica que –a la epistemología– le corresponde examinar la justificación de esa curiosa creencia que posee el mono desnudo sobre la privilegiada condición que tendría su grupo zoológico para alcanzar un conocimiento cierto acerca de "algo" y, por ende, entre las cuestiones centrales que trata de responder el epistemólogo están las siguientes: Si hayalgo que podamos conocer, ¿qué es ese algo? ¿Cuál es la relación entre conocer y tener una creencia "verdadera"? ¿Cuál es la relación entre los datos que me entregan mis sentidos y las cualidades de la "cosa", en sí misma considerada? ¿Cuál es la relación entre mi "ver" y el conocer, o, entre el percibir y el conocer? ¿Qué creencias (cognoscitivas) están justificadas y cuáles no? ¿Cuáles son los criterios de justificación del conocimiento que lo distingue de las falsas creencias? Estas son cuestiones elementales que están en el preámbulo de la ciencia del conocimiento y nos permiten intuir la intrincada temática que la ocupa Precisando el concepto, Friedrich Dorsch define a la epistemología como el "Tratado de la Ciencia" que investiga el conocimiento científico en sus principios, metodología, formación y desarrollo (15). El punto es complementado por P. Thuillier quien advierte: "En una primera aproximación, la epistemología se propone estudiar la producción de conocimientos científicos bajo todos sus aspectos: lógico, lingüístico, histórico, ideológico, etc. (...) dado que las ciencias nacen y evolucionan en circunstancias históricas determinadas, el epistemólogo se preguntará también cuáles son las relaciones que pueden existir entre la ciencia y la sociedad, entre la ciencia y las religiones, o entre las diversas ciencias" (16). Por lo tanto, a su juicio, se trata de una metaciencia que trabaja codo a codo con los científicos en la formulación y estudio de los problemas que estos encuentran en el curso de su trabajo y –críticamente– ayuda a tomar conciencia de cuestiones de historia externa que, no obstante, tienen directa incidencia en su labor, como son los factores sociales, políticos e ideológicos que afectan a la ciencia. Más aún, muchos científicos de primer nivel han

hecho relevantes aportes a la epistemología, entre ellos: Einstein, Poincaré, Heisenberg, Lakatos, Bateson, Maturana, Piaget, Watzlawick, Schutz, Luhmann, etc. Asimismo, Thuiller recomienda separar la expresión "Filosofía de la Ciencia" de la Epistemología; en su opinión, la primera designa una tradición de siglos pasados caracterizada por el talante especulativo de sus juicios y por asumir definiciones a priori sobre lo que debía ser el canon del conocimiento científico, derivando a continuación un sistema dogmático y a–histórico que tenía mucho de convicción personal. En cambio, la denominación Epistemología la reserva para referirse a un esfuerzo más reciente al que asigna el carácter de ciencia del conocimiento (ciencia de segundo grado o metaciencia), donde filósofos y científicos confluyen en una tarea reflexiva, crítica y autocrítica que, mediante un análisis atento de la historia interna– externa de los procesos y contextos de producción del conocimiento científico, buscan establecer criterios amplios –dando cabida a los elementos sociales– para discriminar el conocimiento válido de sus sucedáneos falsificados. En ese encuadre los investigadores Alvarado, Barros, Chiang, Díaz y Godoy, corroboran que en la epistemología actual "no se concibe a la ciencia como un fenómeno lineal, ni necesariamente acumulativo. Por el contrario, la ciencia es para muchos un producto social que debe dar respuesta a las grandes preguntas que en cada contexto específico se suscitan. La ciencia vive quiebres en su modo de ser concebida, puesto que es toda una sociedad, a través de sus científicos renovadores, la que busca y encuentra un nuevo modo de hacer ciencia" (17). En efecto, la obra científica es un producto histórico de una comunidad científica y social, pero posee la peculiaridad de obligarse a cumplir unos requisitos específicos que le permitirían justificar su pretensión de validez.

Etimológicamente, el término "intervención" hace referencia a la acción y efecto de intervenir; la palabra "intervenir" significa tomar parte en un asunto y también interceder o mediar por alguien (Diccionario de la Real Academia Española, 2001). Aplicado al Trabajo Social, la intervención es la acción organizada y desarrollada por los trabajadores sociales con las personas, grupos y comunidades. Para la trabajadora social y profesora María Asunción Martínez Román (2003), dicha intervención está orientada a acompañar, ayudar y capacitar a las personas en sus procesos vitales para ser responsables, para ser libres de elegir y ejercer la participación, así como a facilitar los cambios de aquellas situaciones que supongan un obstáculo para el desarrollo humano y la justicia social, promoviendo los recursos de la política social, las respuestas innovadoras y la creación de recursos no convencionales, basados en el potencial solidario de las personas. Para tal fin, afirma la autora que no sólo se actúa profesionalmente con la gente y su ambiente más próximo, como es la familia, amigos y vecinos, sino que se intenta intervenir también en los contextos que condicionan o limitan sus posibilidades de desarrollo, teniendo como referentes la Declaración Internacional de los Derechos Humanos y la promoción de la justicia. De ahí que la intervención en Trabajo Social esté centrada tanto en la persona como en el medio social, partiendo de un enfoque global y plural. Intervención profesional que se inscribe en un contexto social, histórico, político, económico y cultural de la realidad social. La misma La intervención en Trabajo Social desde la calidad integrada 81 parte de los fundamentos éticos, epistemológicos y metodológicos del Trabajo Social, basados en una concepción dinámica de la persona y del mundo. Los objetivos específicos y los modos concretos de llevar a cabo la intervención están supeditados a las características de la realidad de las personas y del contexto social, a los niveles y modelos de intervención del Trabajo Social desde los cuales se intervenga. A partir de estas consideraciones previas sobre la

disciplina y la profesión, vamos a señalar algunas de las características generales de la intervención en Trabajo Social, las cuales se representan en el siguiente dibujo. Fuente: elaboración propia. Entre las principales características, observamos las referidas al objeto, los objetivos, la ética profesional, la epistemología, la metodología, la función globalizadora, los ámbitos de intervención y las áreas profesionales de actuación, que pasamos a esbozar muy brevemente. /./. Objeto del Trabajo Social La intervención profesional de los trabajadores sociales parte del objeto de la disciplina, que está centrado en las situaciones de dificultad de las personas y los obstáculos del medio social que limitan o impiden 82 Carmen Barranco Expósito el desarrollo humano. Situaciones que precisan de la intervención del trabajador social para transformar, mejorar o superar las dificultades, potenciar las capacidades y recursos, incidiendo tanto en las situaciones individuales, grupales o comunitarias, como en las del medio social. 1.2. Objetivos generales del Trabajo Social. Los mismos tratan de generar cambios para ayudar a las personas, grupos o comunidades, a satisfacer sus necesidades; a superar las dificultades materiales y no materiales, los problemas sociales y los obstá- culos que impiden o limitan la igualdad de oportunidades; a potenciar las capacidades de las personas; así como a contribuir a promover el bienestar social, el desarrollo humano y la calidad de vida de la ciudadanía. El tipo de cambio estará supeditado a las situaciones de las personas y a las condiciones del medio social, así como a los propios enfoques de los modelos de intervención en el que se inscriba la acción profesional, pudiendo dar lugar a una transformación, modificación o mejora. 1.3. Etica del Trabajo Social. La intervención social parte de los valores filosóficos y los principios éticos de los Derechos Humanos de la dignidad a la persona, respeto, autodeterminación, justicia social, igualdad de oportunidades y participación recogidos en el Código de Ética Internacional del Trabajo Social (Consejo General de Colegios Oficiales de Diplomados en Trabajo Social y Asistentes Sociales, 1999). Igualmente, se especifica la obligación que tienen los trabajadores sociales con la disciplina y con la sociedad. Vinculado con la calidad, se especifica el deber de proporcionar la mejor atención a todas aquellas personas que soliciten su ayuda y asesoramiento; motivar a los clientes a que participen lo más posible, así como la responsabilidad profesional con las organizaciones, la sociedad y otros profesionales. 1.4. La Epistemología en Trabajo Social. Desde la pluralidad paradigmática que caracteriza a las Ciencias Sociales, en las que se incluye nuestra disciplina, el Trabajo Social comparte la diversidad de perspectivas paradigmáticas de las cuales emanan los distintos modelos de intervención que han ido elaborando, deconstruyendo y reconstruyendo los trabajadores sociales. En esta dirección, se afirma que, desde los paradigmas de las Ciencias Sociales, el Trabajo Social se fundamenta en los modelos interaccionistas centrados en la persona y en la situación, con un enfoque global que enriquece las recíprocas interacciones, entre la persona La intervención en Trabajo Social desde la calidad integrada 83 y el medio social (Red de la, 1996). Modelos de intervención profesional que, a través de las diversas perspectivas paradigmáticas, focalizan la intervención de distinta manera. Así, los modelos correspondientes a la

perspectiva psicodinámica, psicosocial y los de la perspectiva conductistacognitiva están más encaminados a la capacitación de las personas para que éstas afronten sus dificultades y avancen en su propio desarrollo personal y social. Por otra parte, los modelos críticos están más orientados a promover cambios en la sociedad y en las propias personas, el empoderamiento y la defensa de sus derechos sociales, a través de los procesos dialécticos, participativos y colectivos. En estos últimos modelos priman el nivel colectivo para encarar los propios cambios personales y la transformación de las estructuras sociales generadoras de exclusión y desigualdad social, con la finalidad de avanzar hacia el desarrollo humano, la calidad de vida y la justicia social. Y por último, los modelos desde la perspectiva sistémica-ecológica, que se orientan más hacia la intervención con las personas, las redes sociales y la naturaleza. Su finalidad es la de potenciar los procesos de capacitación personal y la calidad de vida, así como el desarrollo social y un medio ambiente ecológico y sostenible. También, conviene señalar que en los últimos años se resalta la necesidad de la intervención multinivel. Este enfoque preconiza una práctica profesional integradora que una el trabajo individual, familiar, grupal y comunitario. Además, que integre diferentes teorías y métodos, lo micro y macro, así como lo objetivo y lo subjetivo (Red de la, 2000; Reid, 2003). 7.5. La metodología en Trabajo Social. Actualmente en Trabajo Social, a nivel individual, grupal y comunitario, se aplica el método o los métodos de las Ciencias Sociales, según se parta de una concepción unitaria del método o del pluralismo metodológico. En cualquier caso, el método o los métodos en Trabajo Social presentan una estructura y procesos que se configuran en torno a las fases interrelacionadas que posibilitan conocer, diagnosticar, establecer un plan de acción, ejecutar dicho plan y evaluar los procesos y los resultados alcanzados. De esta manera, se logra profundizar en el conocimiento e intervenir con las personas, grupos o comunidades para producir cambios o transformar la realidad social. Lógicamente, las técnicas y el modo de implementar las fases y procesos están supeditados a los paradigmas de estudio o investigación que se apliquen, así como los modelos y niveles de intervención. 8^. Carmen Barranco Expósito 1.6. Perspectiva Globalizadora. La intervención profesional se realiza desde una perspectiva globalizadora, intradisciplinar e interdisciplinar, para profundizar y dar una respuesta más efectiva a las situaciones complejas que caracterizan la realidad social. Para tal fin, los trabajadores sociales comparten ámbitos de intervención con otros profesionales y se coordinan con psicólogos, pedagogos, sociólogos, abogados, médicos, etc. También están en conexión con los agentes políticos, sindicales y sociales de la acción social. Por otra parte, cabe resaltar que se está fomentando la cooperación entre organizaciones y el tejido asociativo y sector económico para abordar lo que se viene denominando el "trabajo en red". A través de estas redes se establece la implicación de los entes públicos y privados, vertebrados en torno a programas que van desde lo local a lo transnacional. Se trata de dar una repuesta global e integral, incluyendo las áreas y sectores, abarcando tanto la planificación, ejecución, evaluación y coordinación de las acciones para obtener resultados eficaces en los diversos ámbitos de intervención profesional. Esta perspectiva global y aplicada al medio rural, Rueda (2000), expresa que la intervención se ha de

abordar desde los principios básicos de multidimensionalidad, cooperación, coordinación, interdisciplinariedad y transversalidad. A los que, en mi opinión, habría que añadir el de la calidad integrada. /. 7. Ámbitos de intervención y áreas profesionales. La intervención en Trabajo Social se realiza en los diversos ámbitos de los Servicios Sociales y de Bienestar Social, así como en otros ámbitos comunitarios, el sociosanitario, de Derechos Humanos, etc. La misma se lleva a cabo en las distintas Administraciones Públicas (Central, Autonómica y Local), en las ONGs y en el sector mercantil. En estos ámbitos de intervención profesional, los trabajadores sociales realizan diversas actividades que se agrupan en las denominadas "áreas profesionales", siendo definida el área profesional como: "la agrupación de funciones profesionales relacionadas" (Consejo General de Colegios Oficiales de Diplomados en Trabajo Social y Asistentes Sociales de España, 2003, 17). A su vez, el área se define como "la capacidad de acción propia de los cargos y oficios" (Diccionario de la Real Academia Española, 2001). De ahí, que el área incluya el agrupamiento de funciones relacionadas y también las acciones que son propias a los cargos. A continuación, de manera telegráfica, se exponen algunas de La intervención en Trabajo Social desde la calidad integrada 85 las áreas más relevantes, recogidas por la Comisión Mixta del Perfil Profesional (2003). a) Área de atención. La intervención del Trabajo Social se concreta en las acciones con las personas y colectivos que sufren las consecuencias de situaciones carenciales, conflictos y crisis. Su fin es posibilitar el desarrollo humano y autonomía a través de la movilización de sus capacidades y de los recursos . b) Área de prevención. La intervención profesional se centra en las causas de las dinámicas de marginación, exclusión y desintegración social, con la finalidad de evitar su aparición. c) Área de promoción y educación. El Trabajo Social se orienta a descubrir y potenciar las capacidades de individuos, grupos y comunidades. También, a generar procesos de participación e implicación, de formación y de organización para ayudar a las personas a la adquisición o incremento de los conocimientos y habilidades sociales que precisan. d) Área de mediación y arbitraje. A través de este área los trabajadores sociales intervienen para mediar en la resolución de los conflictos que afectan a las familias y grupos sociales, tanto en el interior de sus relaciones, como en su entorno social e) Áreas de planificación y evaluación. La intervención de los trabajadores sociales se desarrolla en el diseño de la planificación y de la evaluación de los planes, programas y proyectos. f) Áreas de gerencia y administración. La intervención profesional se realiza en los procesos de organización, coordinación, dirección y animación del personal hacia la consecución de los objetivos y obtención de resultados de calidad.

g) Área de investigación y docencia. Los trabajadores sociales a través de la investigación tratan de profundizar en el conocimiento de las necesidades y problemas, así como en los procesos de calidad que se relacionan con su propio trabajo profesional. Al mismo tiempo, realizan acciones para que los conocimientos acumulados, las experiencias vividas y las reflexiones teóricas se pongan a disposición de los profesionales, de las personas vinculadas a la acción social y de los futuros trabajadores sociales. Después de presentadas las características de la intervención en Trabajo Social, vamos a tratar de esbozar los elementos configuradores de la calidad para adentrarnos en la intervención en Trabajo Social desde la calidad integrada en el marco de las organizaciones que nos ocupan