Ética en Las Organizaciones

ÉTICA EN LAS ORGANIZACIONES La Ética empresarial es un tipo de conjunto de valores, normas y principios que se reflejan

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ÉTICA EN LAS ORGANIZACIONES La Ética empresarial es un tipo de conjunto de valores, normas y principios que se reflejan en la cultura de cualquier empresa, con el fin de poder alcanzar una buena sintonía con la sociedad y así adentrarse a una excelente adaptación a todos los medios, en escenarios que se hacen respetar todos los derechos y valores que son altamente reconocidos por nuestra sociedad. Es necesario recordar que la ética se entiende como teoría orientada a señalar pautas de comportamiento, mientras que la moral es la práctica de las normas establecidas en la reflexión ética. (Fernández, 2010). En la actualidad la ética es vital para las empresas, ya que de ello depende que se apliquen adecuadamente las leyes, que se dé un proceso de transparencia en las transacciones, que se reporten utilidades verídicas, etc. Las empresas tiene la responsabilidad de proporcionar a sus accionistas todos los beneficios a los que tengan derecho; de asegurar una administración eficiente y honesta de sus recursos, así como brindarles a todos la información necesaria para que ejerzan el control que les otorga la ley. Los clientes, los ciudadanos y la sociedad en general demandan a las empresas que se comporte de forma transparente, que se comprometan con el desarrollo de sus entornos, que sean honestas y responsables en sus comportamientos. Los casos de corrupción, especulación financiera e inmobiliaria, intoxicaciones alimentarias, desastres medioambientales, la falta de la veracidad de la publicidad, entre otros, han concientizado a la sociedad de la importancia de que la empresa actué conforme a unos principios y valores éticos. También las empresas reconocen cada vez más la importancia de incorporar practicas éticas e la gestión empresarial, como elemento en la toma de decisiones y de mejora en la reputación de la empresa. La ética de la empresa se debe hacer presente en todas sus áreas, pero el departamento que ejerce un mayor impacto en esta materia, el que contribuye a configurar a la ética de la empresa y determina en mayor medida la manera d trabajar de los empleados, es el departamento de Recursos Humanos. La cultura ética de las personas determina en gran medida el resultado de las operaciones de cualquier organización. Cada empresa dependiendo de su naturaleza se enfrenta a diferentes dilemas éticos. La ambigüedad en cuanto a lo que es ético puede convertirse en un problema para los empleados. Los códigos de ética son una respuesta para reducir esa ambigüedad, ya que estos siempre hacen referencia al “buen” o “correcto” funcionamiento de una organización.

Un código de ética es un documento formal que establece los valores principales de una organización y las reglas éticas que espera que sus empleados sigan. A nivel interno de la ética organizacional se deben diferenciar entre la ética profesional, social e individual. Es por ello que indagaremos algo de cada una de ellas: 

Ética social: Se cataloga en el sistema legal de toda sociedad, en cuáles son sus prácticas y costumbres, así como en los valores y en las normas que no están escritas, pero que usan las personas de la sociedad para poder interactuar entre ellas.



Ética profesional: Son los valores y las reglas morales que un conjunto de personas hace para poder controlar la forma en que se desenvuelve una tarea determinada o se usan los recursos.



Ética individual: Son los estándares morales y personales que una persona usa para relacionarse con otras.

¿Cómo crear una ética organizacional? La ética organizacional la aplican los altos directivos, puesto que estos son los mayores responsables y por ende los que instauran la cultura ética. Las herramientas necesarias que los gerentes poseen para crear una ética organizacional son:  

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Pueden iniciar valores morales que den como resultado las normas y reglas éticas concretas que las personas usen para llegar a tomar las decisiones. Pueden informar a personas ajenas a la organización, tal como los clientes, de los valores éticos que mandan en la organización. Pueden establecerse castigos para las conductas muy pocas éticas, así como algunos alicientes para las que si son realmente éticas. Pueden tomarse decisiones que determinen recursos organizacionales y que a la vez alcancen las políticas que sean basadas en la posición ética de toda organización. Plantear un sistema de control y una estructura ética. Si citamos un ejemplo, es posible elaborar procedimientos en los cuales los empleados posean un camino a los clientes con el fin de que estos lleguen a comunicar sus preocupaciones con relación a las conductas pocas éticas. Los valores éticos manan de arriba hacia a abajo, por ende, la estructura organizacional será en consecuencia, quien fortifique o disminuya el diseño ya establecido. Formar una cultura ética, estableciendo una serie de reglas, valores y normas que determinen de una forma clara cuál debe ser la posición ética de toda organización.

Bases para construir una organización ética Cada empresa es diferente ya que la actividad que realiza cada una de estas es distinta, se encuentra integrada por distintas personas, el lugar en donde operan no es el mismo, el entorno legal también difiere, etc. Dentro de las empresas existen valores universales como el respeto, la tolerancia, la igualdad, etc., y valores que solo se aplican para la empresa, estos valores no son los mismos para todas las empresas, ya que se enfoca a las prioridades y a la misión de la empresa. El documento donde se plasman los valores universales y los valores característicos de la empresa se llama código de ética organizacional, este se debe de dar a conocer a todos los empleados, proveedores, accionistas y autoridades del gobierno; también se debe brindar capacitación para que los miembros de la empresa se identifiquen con el código y sean capaces de aplicarlos en su vida diaria. El código ético es un documento formal, escrito y distinguible, que consiste en unos estándares morales usados para guiar la conducta de la organización y/o de los trabajadores. (Schwartz) Las empresas que quieren implementar un código de ética tienen que definirlo de acuerdo al fin que persigue, la actividad que realizan y las características que definen a la empresa.

ALGUNAS PARADOJAS DE LA ÉTICA EN LAS ORGANIZACIONES La ética en las organizaciones, como disciplina teórico-práctica, posee unas características propias que la convierten en un tipo de saber no exento de paradojas. Conviene conocer algunas de estas paradojas, que se desprenden de la naturaleza del comportamiento humano, de su carácter voluntario y racional. En primer lugar, conviene saber que, en buena medida, la ética se puede exponer pero no imponer, se puede presentar, pero a cada cual toca aprenderla, de modo totalmente libre. La ética y su racionalidad pueden ser explicadas y descritas, pero precisamente porque la racionalidad humana es libre, la ética no puede ser impuesta, sino expuesta. En segundo lugar, y como consecuencia de la primera paradoja, surge una segunda: la ética nunca se termina de aprender. Precisamente porque el ser humano es perfectible, también lo son las organizaciones humanas, y este dinamismo lleva a que unos días se avance y otros se retroceda, pero cada nuevo día constituye una oportunidad para mejorar. Hay una tercera paradoja que hace del estudio de la ética un campo muy propio para gentes con espíritu emprendedor. Aprender ética es «arriesgado». Cuando se descubren los dinamismos del ser humano y las leyes éticas propias de estos dinamismos, pueden encontrarse rincones inexplorados, o aspectos del propio comportamiento, que debieran ser cambiados. El aprendizaje requiere siempre estar dispuesto al cambio. La humildad, como virtud ética, es una de las bases sobre las que construir una personalidad cada vez más rica. Es paradójico, pero el espíritu de mejora continua, no es posible sin el reconocimiento de que se puede mejorar cada día. La ética es para toda persona que quiera mejorar como tal y, en particular, la ética organizacional es para aquellos que quieran hacer de su ámbito de trabajo un lugar, no sólo más eficiente y eficaz, sino más humano. Las leyes, cuando son éticas, se encargan de poner los límites, y son necesarias, la ética distingue también los mínimos para evitar el mal, pero busca el bien. El mal, en cuanto ausencia de bien, debe ser evitado. Conviene tener presente otra de las paradojas: aprender ética no implicará necesariamente acabar con la corrupción que, desgraciadamente, está presente en no pocas organizaciones y sectores de la sociedad. Sinvergüenzas, farsantes y embusteros los ha habido, los hay, y los seguirá habiendo siempre, por más que se escriba de ética, pues la libertad humana consiste precisamente en que el ser humano puede decidir actuar bien o mal. La libertad, como característica propia de la naturaleza humana, tiene sus limitaciones. Sin embargo, gracias precisamente a esta libertad, es posible actuar bien. Si hay personas decididas a poner los medios convenientes, aunque no se pueda acabar con la corrupción, al menos se podrá reducir, aislar y denunciar. Eso es cooperar, con el buen uso de la propia libertad, a que las cosas mejoren. En algunos países esta tarea es, especialmente, urgente. Como se ha dicho, siempre habrá ladrones, timadores y

embusteros, como consecuencia del mal uso de la libertad. Pero por esta misma razón, porque la racionalidad humana no es automática ni determinista, cada persona decide, o mejor, cada persona «se decide». Esta matización es importante, y se puede ver al comparar la acción de conocer con la de decidir. Conocer no implica conocerse, sin embargo, decidir, sí implica decidirse y esto es, precisamente, por la naturaleza práctica (ética) del ser humano. También se puede afirmar, sin miedo a errar, que siempre habrá personas en las que se puede confiar y con las que da gusto trabajar. A cada uno corresponde decidir en qué grupo quiere estar. Y esto lleva a la última de las paradojas, y quizá la más apasionante. Aunque arriesgado, el aprendizaje de la ética amplía los límites de la libertad del comportamiento humano. Quizá con un ejemplo se vea más claro. Si usted no es piloto de avión, y no está familiarizado con el cuadro de mandos de la cabina, no estará capacitado para realizar un aterrizaje de emergencia, y quizá no le gustaría encontrarse en esta situación. De tener que enfrentarse a ella necesitará de la ayuda de quien sepa. Cuantos más conocimientos se tienen, mejores decisiones se pueden tomar. Es más libre el que más conoce la realidad, pues ante las diversas alternativas de actuación, puede emplear mejor su libertad. Esto mismo ocurre en cualquier decisión humana, y de modo particular en su dimensión ética. Cuanto más se sabe, más capacitado se está para tomar mejores decisiones. La ética no limita la libertad poniendo trabas al comportamiento, como pueden pensar quienes vean en la ética un conjunto de restricciones. El juicio ético ayuda a tomar mejores decisiones. Ignorar la dimensión ética en el comportamiento humano sería olvidar un aspecto de la realidad organizacional.