Estudio de Salmo 33

“Estudio de los Salmos” Ps Alex Donnelly SALMO 33 Introducción Este salmo comienza como el anterior terminó: “Alegraos…

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“Estudio de los Salmos” Ps Alex Donnelly

SALMO 33 Introducción Este salmo comienza como el anterior terminó: “Alegraos…en Jehová” (Sal 32:11; 33:1). En el Salmo 32, la alegría se debe al perdón de los pecados (v.1-2). En este salmo, la alegría se debe a que Dios es el Creador (v.4-9), y el que gobierna sobre Su creación (v.10-17). Los que confían en Él serán librados de la muerte (v.18-22). El salmo se divide en nueve estrofas, pero las estrofas se pueden agrupar en la siguiente manera. 1. Una Exhortación a Alabar a Dios (v.1-3). 2. Razones para Alabar a Dios (v.4-22) a. Dios es el Creador (v.4-9) b. Dios es el Señor de la Creación (v.10-17) c. Dios es el Salvador de Su Pueblo (v.18-22) NOTA: Cada una de estas secciones concluye con una aplicación (v.8-9, 16-17 y 20-22). Podemos tomar la primera estrofa como una introducción a todo el salmo. Es a la luz de todo lo que va a decir a continuación acerca de Dios, que el salmista exhorta al creyente a alabar a Dios. Notemos ciertos detalles que saltan a la vista en estos primeros versos: i.

Aunque todo el mundo debe alabar a Dios, el salmista dirige esta exhortación a los “justos” (v.1a); a los “íntegros de corazón” (v.1b). Ellos son los que esperan en Dios (v.20). Se alegran (v.21a), porque han confiado en Él (v.21b), y han experimentado Su misericordia (v.22). ¿Es esa nuestra experiencia? El pecado quita el gozo de la salvación (ver Sal 32:3-4); no nos permite confiar en Dios, ni experimentar Su misericordia. Por lo tanto, el pecado no nos permite alabar a Dios.

ii.

El salmista afirma que debemos alabar a Dios con alegría: “Alegraos…” (v.1a), “tañendo con júbilo” (v.3b). Esta alegría ase expresa por medio del uso de ciertos instrumentos (v.2), que acompañan un “cántico nuevo” (v.3a).

Habiendo establecido esta exhortación, el salmista procede a dar tres razones principales por las que debemos alabar a Dios. Estas forman el cuerpo del salmo. Debemos alabar a Dios:

1. PORQUE DIOS ES EL CREADOR (v.4-9) La doctrina de la creación de Dios es fundamental en la Biblia. Es triste que hoy en día muchos cuestionan o dudan de esta doctrina, influenciados por la teoría de la evolución. El salmista es claro al respecto: “Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos…”. a. La Doctrina Expuesta (v.6-7, 9) Según el salmista, todo el universo fue hecho por Dios: i. ii. iii.

Los Cielos (v.6). Los Mares (v.7) La Tierra (v.8-9)

Dios hizo todo por el poder de Su Palabra (v.6). Aquí debemos leer Génesis 1, Juan 1:1-3, Heb 1:2-3. La Palabra de Dios es “recta”1 (v.4a); por lo tanto, todo lo que Él hace, lo hace “con fidelidad”. El término en hebreo (‘emuna’) significa ‘firmeza’ (ver Éx 17:12); pero en este caso, es ‘firmeza moral’ o ‘integridad’ (ver Deut 32:4, donde la palabra “verdad” es la traducción de ‘emuna’)2. Porque Dios es íntegro, Él ama “justicia y juicio” (v.4b). b. La Doctrina Aplicada (v.8) Dado a que Dios es el Creador, y que Él es íntegro, todos los habitantes de la tierra deben temer delante de Él (v.8). Debemos observar que el salmista usa dos palabras diferentes aquí. En el texto original, la primera palabra (“Tema a Jehová…”) es ‘yare’, que significa ‘miedo’ (ver Gén 32:11). Dado el poder de Dios, todo ser humano debe tener miedo ante Su presencia. Fue este ‘temor’ que lo llevó a Abraham a estar dispuesto a darle a Dios su único hijo, Isaac (Gén 22:12). Los que temen a Dios, obedecerán Su Palabra (ver Éx 9:20). El segundo término (“Teman delante de Él…”) es ‘gur’, que significa ‘pararse o ponerse a un lado’. En el AT, esta palabra muchas veces significa ‘habitar’; describe a la persona que se aleja un poco del camino por donde iba, y coloca su carpa a cierta distancia del camino, para pasar la noche. Aplicando esto al temor a Dios, concluimos que el término ‘gur’ indica la actitud de una persona, que ante la imponente presencia de Dios el Todopoderoso Creador, queda asombrado, y se aleja un poco de Él, agachando la cabeza. Podemos tomar como ejemplo, la reacción de Pedro, ante la gloria de Cristo (Lucas 5:8); o la del publicano, cuando estaba en el templo orando (Lucas 18:13) REFLEXIÓN: ¿Tenemos reverencia, al acercarnos a Dios?

1

La palabra aquí tiene el sentido de ‘rectitud moral’ (ver Éx 15:26). Podemos notar la manera en que, tanto en Sal 33:4, como en Deut 32:4, la palabra ‘emuna’ va en paralelo con “recta” o “recto”. 2

2. PORQUE DIOS ES SOBERANO (v.10-17) La segunda razón por la cual debemos alabar a Dios es porque Él gobierna sobre todo lo que ha creado. Esta fue una doctrina firmemente enseñada y sostenida por generaciones pasadas (Lutero, Calvino, Spurgeon, etc.). Lamentablemente, muchos evangélicos contemporáneos hablan o actúan como si el ser humano fuera soberano, y dan la impresión que Dios está a la espera de lo que los seres humanos vamos a hacer. Pero el salmista es contundente: “Jehová hace nulo el consejo de las naciones, Y frustra las maquinaciones de los pueblos. El consejo de Jehová permanecerá para siempre…” (v.10-11a) ¿Cómo ejerce Dios Su soberanía? ¿Cómo gobierna en este mundo? Veamos lo que dice el salmista al respecto, y cómo aplica esta enseñanza. a. La Doctrina Expuesta (v.10-15) i. Dios Gobierna Sobre la Base de Su Conocimiento (v.13-15) Por ser Creador, Dios ve todo lo que Su creación hace; nada se esconde de Su mirada (v.13-14). Él sabe lo que todo ser humano hace. Es más, Dios puede ver hasta los pensamientos de todos nosotros (su “corazón”, v.15a); todo lo que pensamos hacer (v.15b). ii. Dios Frustra los Propósitos Humanos (v.10) Dado a que Dios ve todo lo que los seres humanos hacemos o pensamos hacer, Él puede intervenir para frustrar esas cosas, cuando ellas no van de acuerdo con Sus propósitos. iii. Dios Cumple Sus Propósitos (v.11) El ser humano se puede proponer muchas cosas, pero es Dios quien determina lo que se hace. Por consiguiente, solo los propósitos de Dios se cumplirán. Ellos son permanentes, firmes, porque Dios es Soberano, y nunca pierde control de Su creación. Ver Efe 1:11b. Conclusión (v.12) El salmista concluye: ‘¡Qué tremendo privilegio es ser parte del pueblo de Dios!’ La nación cuyo Dios es Jehová, es dichosa; aquel pueblo a quien Dios escogió. Esto se aplica, no solo al pueblo de Israel, sino a cada creyente; a cada integrante de la Iglesia de Cristo. b. La Doctrina Aplicada (v.16-17) ¿Cómo aplica el salmista esta doctrina? Lo hace en dos maneras: una explícita, y la otra implícita.

i. No Hay que Confiar en la Criatura (v.16-17) Una tentación a la cual estaban expuestos los reyes de Israel era la de confiar en su fuerza militar. Esta fuerza se basaba sobre el número de soldados en su ejército (v.16a), la valentía de ellos (v.16b), y en particular, la calidad de su caballería (v.17a). Hoy también corremos el riesgo de poner nuestra confianza en recursos humanos. Pero si Dios es soberano, y si solo Sus propósitos triunfan, entonces no tiene sentido confiar en los hombres. ii. Hay que Confiar en el Creador Aunque el salmista no lo dice explícitamente, esta es la conclusión a la cual nos lleva. Si los propósitos de Dios son los que prevalecerán (porque Él es Creador y Soberano), entonces lo mejor que podemos hacer es confiar en Él. REFLEXIÓN: ¿En qué estamos confiando nosotros? 3. PORQUE DIOS ES EL SALVADOR (v.18-22) Finalmente, debemos alabar a Dios porque Él es nuestro Salvador. En estos tiempos, el ser humano se cree autosuficiente, y considera que ya no necesita a Dios, porque él mismo puede forjar su propia ‘salvación’. Es esta actitud que lleva al ser humano a dar las espaldas a Dios. Pero, ¿qué dice el salmista? a. La Doctrina Expuesta (v.18-19) Dios ve a todo ser humano (v.13-14), pero mira con especial atención a Sus hijos – a los que le temen; los que esperan en Su misericordia (v.18). ¿Por qué lo hace? No simplemente por curiosidad, sino para salvarlos: “Para librar sus almas de la muerte, Y para darles vida en tiempo de hambre” (v.19) Cualquiera que sea nuestra necesidad – sea física, emocional o espiritual, Dios la conoce, y hará algo al respecto. b. La Doctrina Aplicada (v.20-22) Si Dios es nuestro Salvador, debemos confiar en Él (v.20-21). Debemos ‘esperar’ en el Señor (v.20a), sabiendo que Él es nuestro “escudo” y “ayuda” (v.20b). Cuando lo hacemos, dos cosas resultarán. Nos alegraremos en Dios (v.21a; ver v.1), y estaremos listos para alabarle (v.2-3).