Ensayo Sobre La Pena de Muerte

INTRODUCCIÓN Debido a que es la sanción más antigua y grave de toda la historia de la humanidad, hablar de la pena de m

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INTRODUCCIÓN

Debido a que es la sanción más antigua y grave de toda la historia de la humanidad, hablar de la pena de muerte confiere entrar en debates o discusiones que comprenden y denotan diversos puntos de vista, desde quienes están de acuerdo y apoyan dicho castigo, hasta quienes lo repudian y consideran que no debería existir por un número considerable de razones. La razón por la cual tratar este tema significa discrepar con algunas personas es, precisamente, que conlleva a una nueva perspectiva de la sociedad, debido a la participación necesaria de ciencias sociales como la sociología, la filosofía, la política y hasta la religión que, a pesar de no estar dentro del campo de la ciencia, brinda una visión muy marcada sobre el mundo y quienes vivimos en él. Para lograr una perspectiva muy concreta sobre la pena de muerte, comenzaré este ensayo analizando la evolución del pensamiento humano con respecto a ésta, se definirá lo que es pena de muerte y platearé argumentos tanto a favor como en contra, resaltando que este castigo no tiene lugar si no se dan las condiciones correctas.

DESARROLLO “La vida es el derecho de todos.” “Nadie le puede negar la vida a nadie.” “Sólo Dios da vida y sólo Dios la quita.” Premisas como estas, las cuales se nos han inculcado desde que tenemos uso de razón, van creando en muestro subconsciente un concepto de lo que es vida, de aquel regalo divino que se debe respetar como lo más sagrado de cada persona. Siendo así, ¿qué justifica que alguien le arrebate la vida a su prójimo? Antes de responder a la interrogante debemos analizar, a partir del inicio de los tiempos, La evolución del concepto de vida que ha tenido la humanidad desde el génesis. Para la Biblia, la vida es el soplo de aliento que Dios da al hombre luego de crearlo. Adán, como lo llamó, fue lleno de gracia y enseñó a sus primeros hijos, Caín y Abel, el valor y el respeto que debe tener cada hombre para con su vida, siento el más grande regalo de su Creador. Paradójicamente, es en esta pareja de hermanos donde, por primera vez -según las Sagradas Escrituras-, el derecho a la vida es arrebatado a causa de envidia, miedo y cobardía. Esta historia ya todos la conocemos, así que no voy a ahondar más en lo que va de ella, pero sí voy a rescatar que, al ser de conocimiento casi universal, esto crea en la humanidad un mensaje subliminal que hace referencia a que quitar la vida, tal vez sea algo normal, sin embargo, gracias a que el hombre se educa y vive en una familia que lo quiere y lo protege, no desarrolla esa idea errónea de que quitar la vida es algo que no trae mayores complicaciones. No sólo en la Biblia vemos rasgos de muerte, incluso la humanidad ha sido testigo, a lo largo de su historia, de innumerables leyes y decretos que avalan el castigo máximo como una solución total de cualquier delito. Desde las enormes matanzas de los colonizadores, hasta genocidios como el de Mao Zedong y Adolfo Hitler son hechos que han creado y siguen creando en la conciencia de la humanidad un resentimiento hacia el hombre mismo, que no se resuelve sino con dar muerte a quien infringe lo que a uno le parece correcto. Todo esto está dentro de nuestros genes y escondido -por así decirlo- en lo más

recóndito de nuestro sistema reptil. Pero no nos salgamos del tema. Cuando hablo de hechos catastróficos de ese tipo, lo hago con el mero fin de entrar en un contexto donde quitar la vida es lo mismo que acabar con un insecto o peor aún, jalar la cadena del baño; contexto en el cual considero que es necesario entrar para poder explayar mis ideas en contra de la pena de muerte. Si partimos de la ley universal de “toda causa tiene un efecto” llegamos a comprender que cada delito merece ser castigado, que cada actitud equivocada debe ser corregida, así como lo hacen nuestros padres cuando nos comportamos mal, pero todo esto tiene un fin: modificar la conducta y formar una persona que actúe acorde a la ley. Así lo planteaba B. F. Skinner en su Teoría del Condicionamiento Operante, más exactamente en su definición de castigo: “hecho que provoca la disminución de una conducta porque el suceso que le sigue es un estímulo aversivo”; y subrayo estímulo aversivo pues es la reacción que provoca al individuo reconocer que lo que hace es malo y que no debe repetirlo si no quiere volver a ser castigado. Con este objetivo la humanidad quiere corregir a los delincuentes, pero hay quienes van más lejos y prefieren terminar con la vida de cada criminal que tenga la osadía de desafiar la ley. Si bien existen delitos que, por su naturaleza aberrante, no pueden ser perdonados por cualquier motivo, el ser humano es capaz de aplicar otros métodos, siendo para mí el más correcto la privación perpetua de la libertad, o como se dice “condena a cadena perpetua”. El hombre medieval, con la necesidad de acabar con la delincuencia que, si bien es cierto, iba creciendo en proporciones gigantescas por la falta de trabajo o por los constantes conflictos entre reinos, plantea diversos métodos para terminar con esta. (evolución del concepto de pena de muerte) (...)