Ensayo Salud Mental

La Salud Mental en El Salvador Noé Leonel Rivas Herrera1 Introducción El presente ensayo pretende hacer un análisis a n

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La Salud Mental en El Salvador Noé Leonel Rivas Herrera1

Introducción El presente ensayo pretende hacer un análisis a nivel general del estado actual de la salud mental en El Salvador. Es evidente para todos los habitantes que los problemas psiquiátricos y psicológicos cada día van en aumento a la par del crecimiento de los problemas políticos, económicos, ambientales y sociales en el país. Sin embargo, no existen políticas claras sobre cómo se van a resolver. Para el análisis se ha utilizado datos generados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), a nivel de la región centroamericana y la Republica Dominicana. De la misma manera se han usado datos del estudio realizado por el Dr. Ricardo Gutiérrez y sus colaboradores de la Universidad Tecnológica de El Salvador. El tema es sumamente complejo, da para mucho más, ojalá cada vez más investigadores se dediquen a estudiarlo a fondo para que de esta manera se pueda convencer al gobierno de que debe ponerle más atención antes de que se vuelva muy complicado. Panorama general de la salud mental en El Salvador En El Salvador, no hay necesidad de ser un profesional de la salud mental para saber que se tienen serios problemas psiquiátricos y psicológicos. La sociedad salvadoreña es un crisol donde se combinan los principales ingredientes para producir gran cantidad de este tipo de problemas. Por su posición geográfica, a lo largo de la historia el país ha sufrido innumerables catástrofes naturales: terremotos, inundaciones, sequias, plagas, etc., principales generadores del Trastorno por estrés postraumático. Todavía, a pesar de que hace más de 25 años se firmaron los acuerdos de paz, venimos acarreando problemas heredados de esa cruenta guerra civil, muchos afirman que de ahí nacieron las pandillas. El sistema económico vigente cada vez genera más y más pobreza, la desesperación en los habitantes es evidente, la crisis económica cada vez es más profunda y no se ve por donde pueda mejorar. Son miles de salvadoreños 1

Licenciado en Psicología, actualmente laborando con el Mined.

desempleados, que ante la situación no les queda otra que dedicarse al empleo informal o buscar la manera de emigrar a costa del rompimiento de su núcleo familiar (1, 2, 3, 4). Aunque los hijos siempre agradecen las remesas que les envían, al final siempre resienten la ausencia de sus padres, algunos hasta mencionan que hubiera sido mejor que nunca se hubieran ido, porque lo que les tocó sufrir a cambio fue más doloroso. Sus conductas casi siempre son de frustración, enojo, resentimiento, generándoles serios problemas en sus relaciones sociales. Toda esta situación incentiva que los adolescentes, los adultos y los adultos mayores caigan en la drogodependencias, principalmente en el alcoholismo. Lo más drástico es que muchos pueden llegar al suicidio. Indudablemente que esta sociedad genera innumerables pacientes con problemas de salud mental para el sistema Nacional de salud. Sin embargo, pareciera que este no le pone mucha atención. En su mayoría se preocupa más por la consultas de las diferentes ramas de la medicina. De tal manera que la población salvadoreña se ha acostumbrado a que ante cualquier mal que le aqueje, acuda a un médico, que este lo ausculte, llegue a un diagnóstico y como consecuencia natural le recete medicinas (3). Si al final no es así, hasta puede llegar a resentirse, es como si el medico no le creyera que él está grave. Por otro lado el profesional médico, como que se siente en la obligación de encajar a cada paciente bajo un diagnostico y por ende recetarle algo para curarlo. Muchos de estos galenos se dan cuenta que los pacientes no necesitan medicinas, sino resolver algo emocional que los está desestabilizando y que no los deja continuar. Lo lógico sería que los refiera a un especialista de la salud mental. Muchas veces no lo hace porque simplemente está convencido que con tratamiento medicinal será suficiente; además, podría ser que él mismo no confíe en tales profesionales. En otras ocasiones, nos encontramos con que no hay profesionales destacados en la institución, o el paciente tiene que viajar largas distancias para acceder a uno. Si acaso le dan una referencia al paciente para este tipo de consulta, el reacciona de forma molesta, alegando en primer lugar que él no está “loco”. Cosa que es común en el medio salvadoreño, se cree que los psiquiatras y psicólogos solo quieren saber la vida de las personas “a saber para qué”, “cómo lo van a curar a uno con solo escucharlo”, “además, yo no quiero volverme adicto a ninguna

pastilla” (3). En resumen, se puede asegurar que hay suficientes causas que hacen suponer que la salud mental en el país necesita mejorar. Datos estadísticos Para poder dimensionar un problema hay que medirlo. Pocos países en Latinoamérica llevan controles extensos y confiables sobre los trastornos psiquiátricos y psicológicos que aquejan a su población. Investigando se puede encontrar algún material de investigadores que ayudan de alguna manera a entender el problema. Ellos de igual manera se quejan de la falta de datos y al momento de analizar no son muy contundentes en algunos aspectos, posiblemente porque ellos han trabajado en las instancias en el sistema y saben que no se le da la importancia debida. Empezando porque los formatos que utilizan los profesionales no tienen el suficiente espacio para definir los problemas relacionados con la salud mental. Casi el 90 % del espacio del reporte lo utilizan los médicos. Una muestra de que el sistema de salud salvadoreño no le da la debida importancia a la salud mental es el financiamiento que le asigna. Cuadro 1. Financiamiento de la salud mental, Centroamérica y la Republica Dominicana.

El cuadro 1, nos permite observar que El Salvador está entre los tres países que menos recursos financieros destina en la región para este rubro, consumiéndolo en un 92% en el Hospital Psiquiátrico Nacional. Un dato utilizado para determinar si un Hospital está preparado para atender problemas relacionados con la salud mental es el número de camas asignadas para tal propósito.

Cuadro 2. Tasa de camas en los hospitales generales y psiquiátricos, Centroamérica y la Republica Dominicana

De acuerdo a estos datos (ver cuadro 2), definitivamente una persona con problemas de salud mental no puede ser ingresada en un hospital general, tendrá que acudir obligadamente al Hospital Psiquiátrico,

que como podemos ver, apenas tiene 6,3

camas por cada 100.000 habitantes. Otro dato importante, es la cantidad de profesionales que se asignan para atender problemas de salud mental en el sistema nacional de salud (cuadro 3). Cuadro 3. Tasa de profesionales de salud mental, Centroamérica y La Republica Dominicana.

Por cada 100.000 habitantes tenemos 1.39 psiquiatras y 1.68 psicólogos. En un país con tantos problemas a todo nivel: económicos, políticos, ambientales y sociales, es muy difícil que logren dar abasto.

Un dato que llama bastante la atención es la cantidad de escuelas que prestan asistencia en salud mental (ver cuadro 4). Sabemos que para el ser humano es sumamente importante el desarrollo de su infancia. Todo comienza ahí, es cuando se siembra la semilla del ciudadano que después veremos en las calles. Si fue educado para la paz, tratará de relacionarse bien con los que lo rodean; si fue preparado para odiar, será parte de los desadaptados sociales que tanto problema causan a la sociedad. En las escuelas mucho se puede hacer: implementar planes para la convivencia, preparar a los maestros para que sepan detectar problemas en los chicos y chicas, para derivarlos posteriormente al psicólogo escolar; proporcionar atención psicológica a los alumnos y miembros de la comunidad educativa, etc., pero si el recurso no existe, solo se queda en deseo. Cuadro 4. Escuelas públicas por país que disponen de atención en Salud mental, Centroamérica y la Republica dominicana

De acuerdo al Ministerio de Educación en el 2016 había en El Salvador 6,032 escuelas públicas. Esto quiere decir que solamente el 0.5% cuenta con atención en salud mental. Para finalizar este apartado se presenta a continuación la cantidad de usuarios que fueron atendidos en salud mental en el Salvador por cada 100.000 habitantes (cuadro 5). Apenas 627, 28, sumamente bajo para un país de más de 6 millones y medio de habitantes.

Cuadro 5. Usuarios tratados en servicios ambulatorios, Centroamérica y la República Dominicana.

Es de reconocer que también ha habido avances, los gobiernos han hecho un esfuerzo para poner una diferencia. Si comparamos las condiciones actuales con las de hace 20 años encontraremos muchos puntos relevantes. Entre ellos se tienen: la Política Nacional de Salud Mental (2011), se está por aprobar una ley de salud mental, existe un Plan nacional de salud mental con un componente de intervención en desastres, documentos regulatorios de intervención, la incorporación del componente de salud mental en hospitales generales, la conformación de ocho equipos de salud mental adscritos al mismo número de hospitales generales, incorporación de profesionales de salud mental en los equipos comunitarios de salud (ECOS), la vinculación y coordinación del Ministerio de salud (Minsal) con instituciones como: el Instituto Salvadoreño del seguro social (ISSS), el Instituto Salvadoreño de Bienestar Magisterial (ISBM), Sanidad militar (SM); estas instituciones también desarrollan acciones de promoción, educación y capacitación del personal en salud mental en el nivel de atención primaria en salud, también tienen profesionales en salud mental para la evaluación diagnóstica, tratamiento y rehabilitación del personal cotizante que presenta problemas o enfermedades de naturaleza mental (1). Trastornos más comunes en El Salvador

En un estudio realizado por el Dr. José Ricardo Gutiérrez Quintanilla y Cecilia Beatriz Portillo García, de la Universidad Tecnológica de El Salvador (1), tomando como base datos recopilados por informes de registros de prevalencia de los diferentes trastornos mentales diagnosticados por el Ministerio de Salud de El Salvador y el Instituto Salvadoreño del Seguro Social, en el periodo del año 2006 a 2013;y el informe de los recursos humanos (2013) contratados en el sistema nacional de salud, determinan los diez trastornos mentales más comunes que aquejan a la sociedad salvadoreña (ver tabla 1). Como era de esperarse la ansiedad es el trastorno más común entre la población salvadoreña. En esta situación de violencia, donde nadie se siente a salvo en ningún lugar, es lógico pensar que se tiene que andar siempre alerta en disposición de huida constante. En segundo lugar, la depresión. Ante tanta adversidad, recordemos que las personas de bajos recursos económicos son los más propensos a padecer este tipo de trastornos (y que además son la franja más ancha de la población), lo mínimo que les puede suceder es deprimirse. Tabla 1. Número de casos la tasa de prevalencia de los diez trastornos mentales y del comportamiento en El Salvador, del año 2006 al 2013.

Conclusión A pesar de que no se tienen suficientes datos que den cuenta del problema real que vive El Salvador en cuanto a salud mental, hay indicios suficientes de que es serio. No

se puede negar que la sociedad salvadoreña convive con grandes problemas políticos, económicos,

ambientales

y

sociales,

principales

generadores

de

problemas

psiquiátricos y psicológicos. Existen estudios que muestran que los trastornos más comunes están encabezados por la ansiedad y la depresión. El estado está obligado a analizar todos los estudios para proponer estrategias de solución y, principalmente, destinar más recursos financieros a todo el sistema de salud pública, pero principalmente al rubro de la salud mental, de tal manera que las personas que padecen este tipo de trastornos no se sientan marginadas por ninguna institución. Se sabe que ya hay iniciativas bastante loables, pero no son suficientes. Es imperativo que por lo menos deba haber un psicólogo y un psiquiatra por cada unidad de salud comunitaria. En las escuelas los psicólogos tienen trabajo más que suficiente no solo con los problemas más comunes de la salud mental, sino con los problemas de aprendizaje, existe un alto índice de menores con discapacidad mental que los maestros, por falta de capacitación, no pueden afrontar. Referencias bibliográficas 1. Gutiérrez Quintanilla, José Ricardo, Portillo García, Cecilia Beatriz. Prevalencia de trastornos mentales y recursos humanos en salud mental en El Salvador. Revista Electrónica de Psicología Iztacala. 18, (3), 2015. 2. Rodríguez, Jorge J, Kohn, Robert, Aguilar-Gaxiola,Sergio. Epidemiología de los trastornos mentales en América Latina y el Caribe. Organización Panamericana de la Salud. Washington, D.C. 2009. 3. Chávez Ruiz, Eduardo Roberto. Psiquiatría en El Salvador: Mitos y Actualidad. http://www.medicosdeelsalvador.com/uploads/articulos/5/19695-dr-edu-rob-chavezruiz-psiquiatria-en-el-salvador-mitos-y-actualidad.pdf. 4. Gutiérrez Quintanilla, José Ricardo. Prevalencia de alteraciones mentales: depresión y ansiedad en la población salvadoreña. Estado de la salud mental. http://www.utec.edu.sv/media/investigaciones/files/Prevalencia_de_alteraciones_me ntales_depresion_y_ansiedad.pdf