Ensayo Final Salud Mental

RELACIÓN DE TEMAS DE SALUD MENTAL 4° SEMESTRE CON PRÁCTICAS CLÍNICAS DE ENFERMERÍA FERNANDEZ REBOLLAR LEOBARDO DAVID UNI

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RELACIÓN DE TEMAS DE SALUD MENTAL 4° SEMESTRE CON PRÁCTICAS CLÍNICAS DE ENFERMERÍA FERNANDEZ REBOLLAR LEOBARDO DAVID UNIVERSIDAD NACIONAL AUTONOMA DE MÉXICO ESCUELA NACIONAL DE ENFERMERÍA Y OBTETRICIA SALUD MENTAL

INTRODUCCION Durante este 4° semestre he tenido la fortuna de hacer prácticas de enfermería clínica en un campo bastante óptimo para la comprensión y práctica de la teoría vista en la licenciatura en enfermería en la cual me desarrollo. En esta ocasión abordaremos el tema de salud mental relacionado con las prácticas antes mencionadas en el Hospital General de Zona N°47, cabe mencionar que las practicas realizadas durante este semestre fueron enfocadas a la materia de enfermería materno-neonatal pero para modo de evaluación relacionaremos algunos temas de salud mental en las experiencias vividas durante esta etapa. SALUD MENTAL Como primer tema abordaremos la definición de salud mental y sus diferentes características relativas y complejas ya que el mismo concepto de salud mental es un concepto discutible, se trata de un concepto que esta muy marcado por el relativismo cultural. Mientras estuve en el Hospital General de Zona N° 47 note la gran diversidad de personas ahí atendidas, son mujeres que tienen toda una historia detrás de ellas, cuya historia se ve reflejada en su forma de ser, en su conducta y el rumbo en que quieren llevar su vida, se hace notar sus influencias culturales de una forma muy marcada. Atendí desde madres amas de casa, madres de la clase trabajadora, mujeres con diversos estudios educativos e incluso niñas y adolescentes.

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Toda esta variedad de mujeres con características propias hace reflexionar sobre la gran diferencia de trastornos mentales y sus diversos orígenes. Salud mental es un concepto relativo dependiendo de cada cultura y tiempo, se define históricamente como la ausencia de enfermedad, es decir, este concepto está condicionado culturalmente a lo largo de la historia y en cada situación cultural concreta. Muy seguramente este concepto o problema de salud mental, en otras culturas y momentos en la historia, se pensaba muy diferente a nuestra época actual. Así que… ¿Cómo definir quién es sano mentalmente en nuestra época? Desde un punto de vista cualitativo y relativo al estado de vida mental, la salud mental puede concebirse como un proceso histórica y socialmente determinado, de integración de los elementos conflictivos, constitutivos del sujeto de la cultura y de los grupos, con crisis previsibles e imprevisibles, registrables subjetiva y objetivamente, en el que grupos participan activamente de sus propios cambios y los de su entorno social (adaptado de Galli, 1985)1 Desde un punto de vista etiológico, la salud mental puede ser definida como un proceso de vida determinado y condicionado por un conjunto de otros procesos naturales, histórico-culturales, económico-sociales, jurídico-políticos, científico técnicos y de organización de los servicios de salud, procesos todos que se dan interrelacionados y movilizados por relaciones de poder. En orden a su perspectiva política la salud mental se extiende como una cuestión social y en consecuencia política que es determinada y se expresa en las relaciones entre Estado y Sociedad. La salud mental es un derecho humano inalienable e indisolublemente ligado a los conceptos y procesos de ciudadanía, libertad, democracia y solidaridad; en consecuencia precisa de un sistema jurídico legal que lo promueva, lo ampare y lo defienda de la discriminación, la exclusión y la violación de los derechos humanos y de un conjunto de políticas sociosanitarias que garanticen su desarrollo social y subjetivo plenos.2 Para comprender mejor que la frontera entre lo sano y la enfermedad mental es muy corta integrare a este ensayo el análisis de Héctor Sierra en la conferencia de Salud Mental y Fin de Siglo en la ciudad de Rafaela en 1998 Héctor Sierra expone que Freud nos da un modo de abordar la salud mental, nos dice que tenemos que cambiar el ojo por la oreja. Esto es de gran importancia ya que el que escucha trata de comprender la patología en su intimidad y también implica la producción de un acortamiento de las distancias entre el supuestamente 1 2

Galli, V Salud mental, definiciones y problemas. Dirección Nacional de Salud Mental Bs. As. Argentina 1985 Galli, V Salud mental, definiciones y problemas. Dirección Nacional de Salud Mental Bs. As. 1985

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sano y el supuestamente enfermo. El enfermo ya no es el otro, como distante y lejano, el enfermo soy yo. Freud nos dice que los mismos mecanismos que operan en la patología, operan en cada uno de nosotros, los así llamados normales. Que las mismas estructuras, las mismas instancias, los mismos mecanismos de defensa, están operando tanto en la patología como en la salud. Esto es, que entre el enfermo y la persona llamada normal, simplemente hay una diferencia de grado, una diferencia de cantidad, no de cualidad. La diferencia no es cualitativa, es simplemente cuantitativa. Es decir que entre la angustia que puedo sentir yo como supuestamente normal y la angustia psicótica, no hay una diferencia de calidad, hay una diferencia en la cantidad. La angustia psicótica es una angustia que aniquila, es una angustia que desborda, que no tiene control porque hay un colapso defensivo. En el caso de la angustia de una persona “normal” los mecanismos de defensa más o menos funcionan y puede controlarlo. 3 Es entonces cuando para intervenir a nuestros pacientes no solo utilizamos la vista si no que también los escuchamos, es decir la combinación de ambas intervenciones nos dará un resultado inequívoco para definir nuestras actividades para ayudar a restablecer la salud mental de nuestros pacientes. En mi experiencia personal durante mis prácticas clínicas de enfermería Materno-Neonatal en el Hospital General de Zona # 47 me percate de la falta que hace escuchar a las pacientes, ya sea por la carga de trabajo, el exceso de pacientes o la falta de conocimientos pero hay una deficiencia en este aspecto de la escucha. No generalizo porque hay personal de enfermería que sÍ realiza o se preocupa por la integridad mental de sus pacientes, principalmente licenciadas enfermeras y estudiantes de enfermería que tienen los conocimientos de esta importante actitud para resguardar la salud mental de los pacientes. Me es preciso recordar esa actitud, esa mirada que te ofrece una paciente durante su estancia en el hospital, la cual sin decir una sola palabra te da todo un discurso y te pide ayuda, esa mirada te dice “ven y escúchame necesito hacerte saber cómo me siento para que me puedas ayudar”. Algunas veces me sucedió que con tan solo escuchar atentamente lo que quieren decir se disminuía su ansiedad, algunas mujeres en labor de parto no saben qué hacer y nosotros como enfermería somos el contacto más íntimo y confiable para ayudarlas a dar fin a la etapa que están viviendo. La salud mental no solo obedece al funcionamiento de las estructuras cerebrales, también el medio, las experiencias concretas, las interacciones con los otros y la historia de cada sujeto, todas estas características cuentan para entender el porqué de su mayor o menor equilibrio emocional. Este es el mayor aporte de Freud en este aspecto, desmedicaliza la enfermedad mental, quita esa 3

Sierra Héctor, Conferencia Salud Mental y Fin de Siglo. Rafaela 1998

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imagen de patología física que tiene que ver exclusivamente con el saber médico e introduce los factores psicológicos, antropológicos y sociales. Entonces nos plantea Freud que la patología se produce por una interacción entre aquellos factores que el sujeto trae genéticamente y la historia personal, los eventos, las cosas que le fueron pasando y que le pasan. Freud decía: miren entre estos dos factores, lo que llamaríamos lo genético y otro que llamaríamos la historia del sujeto, hay una relación inversamente proporcional. Esto es que, cuanto mayor sea la carga genética del sujeto, menor importancia tendrán que tener los eventos de su vida para que este sujeto se descompense y viceversa. Estas dos series de factores interactuando son las que permiten comprender más cabalmente porque una persona enferma. Es así que empezamos a cambiar el concepto de enfermedad mental por el de trastorno mental. La Organización Mundial de la Salud definió asertivamente la salud mental como aquel estado sujeto a fluctuaciones, provenientes de factores biológicos y sociales en que el individuo se encuentra en condiciones de conseguir una síntesis satisfactoria de sus tendencias instintivas, potencialmente antagónicas, así como para formar y mantener relaciones armoniosas con los demás y para participar constructivamente en los cambios que puedan producirse en su medio ambiente físico y social. En mi participación para la atención de pacientes en las prácticas clínicas note constantemente estas fluctuaciones, como ya antes lo mencione, lo note principalmente con las pacientes en labor de parto; ya que al estar en ese estado físico y mental del embarazo, sus actitudes y pensamientos son más notorios. Se puede utilizar la vista y la escucha como dice Freud; es importante hacer notar que nosotros como enfermería tenemos un lugar privilegiado ya que nuestro contacto con el paciente es directo y tan cercano que si logramos empatizar con ellos nos daremos cuenta del origen y grado de fluctuaciones en su salud mental. Nos dice la Lic. En enfermería Silvina Malvárez en la conferencia presentada en el Simposio de Enfermería en Salud Mental y Psiquiatría del Caribe, que como actores sociales de privilegiada condición, las enfermeras podemos liderar pensamientos y procesos que tienen mucho que ver con el bienestar y con el destino de la humanidad.4 Los trastornos mentales son más comunes de lo que creemos, la salud mental ha sido considerada por la mayoría de los países del mundo como uno de los principales problemas de la humanidad, no solo por su valor en el sentido de la 4

Malvárez Silvina, Simposio de Enfermería en Salud Mental y Psiquiatría del Caribe. San Juan de Puerto Rico 1998.

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calidad de vida individual y social, sino por su peso estratégico en el desarrollo socio-económico de las naciones y, particularmente, por la gravedad de los daños que se están produciendo en la salud mental como consecuencia de los cambios mundiales en las últimas décadas; al igual que por las diversas dificultades que presenta su abordaje. 5 La Organización Mundial de la Salud admite que hay en el mundo 40 millones de personas que sufren de Trastornos mentales graves, otros 250 a 300 millones presentan sufrimientos menos graves pero aún invalidantes y un número no determinado e impredecible presenta sufrimientos psíquicos asociados a procesos mórbidos de carácter orgánico y hay fuertes razones para prever que los mismos aumenten si no se adaptan medidas de tipo promocionales y preventivas urgentes.6 El cuidado de la salud mental es el conjunto de actividades basadas en un repertorio variado de conocimientos culturales y científicos que tienen por objeto promover, proteger, restablecer y rehabilitar la salud mental de las personas y los grupos humanos. La atención integral de la salud mental incluye un conjunto de medidas sanitarias, socio-culturales, científico-técnicas, económico-políticas, legislativas, éticas, estéticas y organizacionales que suponen una visión completa de la vida del sujeto y la dinámica social. Esta atención debe orientarse hacia el establecimiento de redes de servicios que substituyan el modelo de atención de la psiquiatría, que se caracterice por la diversificación y calificación de las prestaciones sanitarias y que incluya a los distintos sectores de la comunidad.7 En cada época y en cada marco social siempre se vive de una determinada manera de acuerdo a las condiciones que posibilitan las condiciones geográficas, sociales, económicas, políticas, etc; condiciones que nunca son estáticas y siempre se encuentran con cambios menores y mayores de acuerdo a las nuevas condiciones que se van presentando. 8 Debemos tratar a nuestro paciente como un ser único ya que conlleva un historial y una vida muy diferente a otra persona, cada persona es un mundo y debemos hacer conciencia de no generalizar las intervenciones.

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Malvárez Silvina, Simposio de Enfermería en Salud Mental y Psiquiatría del Caribe. San Juan de Puerto Rico 1998. 6 Sartorius, N. Atención Primaria en salud mental. Congreso Argentino de Psiquiatría. Bs. As.1987 7 Malvárez, S. Salud Mental y Fin de Siglo. Argentina 1994 8 Guisenberg, E. La Salud mental del y en el posmoneoliberalismo. León, Gto. 2000

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PROMOCIÓN DE LA SALUD Cabe aclarar que las intervenciones de enfermería no solo se pueden dar en un ambiente hospitalario, sino que también y principalmente se dan en la comunidad haciendo uso de la promoción para la salud. He tenido la fortuna de realizar este tipo de actividades de promoción en personas sanas y enfermas durante las prácticas de enfermería en el hospital general de zona #47, ahí realizaba charlas sobre diferentes temas de salud, con lo cual estuve previniendo que en un futuro personas sanas sufran algún trastorno y lleguen a la necesidad de solicitar atención en algún centro de salud u hospital. Es así como nos anticipamos a la enfermedad. La primera promulgación internacional relativa a la promoción de la salud estuvo dada en la Carta de Ottawa para la Promoción de la Salud 9, documento surgido de la Primera Conferencia Internacional sobre la Promoción de la Salud en 1986 promovida por la Organización Mundial de la Salud y el Gobierno de Canadá. La carta define que la promoción de la salud constituye una política que consiste en proporcionar a los pueblos los medios necesarios para mejorar la salud y ejercer un mayor control sobre la misma, percibiéndose la salud como un concepto positivo, como una fuente de riqueza de la vida cotidiana, cuyos prerrequisitos son la paz, la educación, la vivienda, la alimentación, la renta, un ecosistema saludable, la justicia social y la equidad y que supone la acción coordinadora de elementos diversos como legislación, medidas fiscales, cambios organizacionales, acción intersectorial y participación efectiva y concreta de la comunidad. En este contexto propone como necesario promocionar el concepto y los medios y asigna al sistema sanitario un papel de mediador entre intereses sociales antagónicos y a favor de la salud.10 POSMONEOLIBERALISMO Como ya antes se menciono cada persona tiene características que denotan la influencia del medio en el que se desarrollan, tales características son las consecuencias psicopatológicas producidas por el actual modelo neoliberal hegemónico a nivel mundial.

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OMS, Ministerio de Salud y Bienestar Social de Canadá, Asociación Canadiense de Salud Pública. Carta de Ottawa. En; Promoción de la Salud: una antología. Publicación Científica No 557. OPS. Washington, 1996 10 Malvárez. S. Promoción de la Salud Mental, 2002

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Nos menciona Enrique Guinsberg “Nadie me ha podido dar algún ejemplo de comportamiento humano que no esté atravesado por la cultura”.11 Es imperativo mencionar que una vida nómada o sedentaria, rural o urbana, mística o atea, etc. producirán psicopatologías genéricas muy diferentes que, a su vez, tendrán transformaciones más o menos coherentes con las transformaciones estructurales que los marcos sociales tengan. Sin duda alguna lo que más se dice sobre el hombre de nuestra época es que ha acrecentado sus tendencias individualistas, y a modo de dar otra definición utilizaremos narcisismo y egocentrismo. Entonces es así que frente a importantes tendencias de cooperación y de solidaridad vigente en épocas recientes, hoy el centro de cada individuo es él mismo y sus intereses, esto como lógica consecuencia de un sistema que ve a la sociedad como suma de individuos que actúan y luchan por alcanzar sus objetivos y triunfar frente a otros que intentan algo similar donde, generalmente, no alcanza para todos y para muchos. Lipovetzky considera que la privatización ampliada, erosión de las identidades sociales, abandono ideológico y político y desestabilización acelerada de las personalidades indica que vivimos una segunda revolución individualista.12

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Guinsberg, E. La Salud Mental del y en el Posmoneoliberalismo. León, Gto. 2000 Lipovetzky, G. La Era del Vacío. Barcelona 1988

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