Ensayo Salud Mental

UNIVERSIDAD AUTONOMA DE CAMPECHE FACULTAD DE HUMANIDADES LICENCIATURA EN PSICOLOGIA MATERIA: PREVENCIÓN E INTERVENCIÓ

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UNIVERSIDAD AUTONOMA DE CAMPECHE

FACULTAD DE HUMANIDADES

LICENCIATURA EN PSICOLOGIA

MATERIA: PREVENCIÓN E INTERVENCIÓN EN PSICLOGÍA SOCIAL.

DOCENTE: ROSALES RAYA GUILLERMO

ENSAYO “LA SALUD MENTAL”

ALUMNO (A): GRUPO: 8 SEMESTRE “C” NOH UC ANA MARIA

FECHA: 05/03/2015

SALUD MENTAL

La salud mental es un fenómeno complejo determinado por múltiples factores sociales, en ella se relaciona varias enfermedades como depresión, ansiedad, epilepsias y demencias, esquizofrenia y desarrollo de en la infancia. Lograr que la población conserve la salud mental depende de la realización exitosa de acciones de salud pública para prevenir, tratar y rehabilitar. Por salud mental se entiende la capacidad del individuo, del grupo y del ambiente de interaccionar de forma que promueva el bien-estar, el desarrollo y las habilidades mentales (cognitivas, emocionales y relaciones). Cuando surge una disrupción de interacción afectiva entre los factores individuales, grupales o ambientales, hablamos de un problema de salud mental. Mientras que el trastorno mental es una entidad medica que causa una discapacidad significativa. Los factores sociales pueden exacerbar las diferencias bilógicas, llegando en muchas circunstancias, a ser las desventajas sociales los factores determinantes en la salud mental. Parece conveniente el diferenciar el trastorno mental de un problema de salud mental. La salud mental y las enfermedades mentales están determinadas por muchos factores de interacción social, psicológica y biológica, de la misma forma en que lo están la salud y la enfermedad en general. La evidencia más clara se relaciona con el riesgo de enfermedades mentales, las cuales, en el mundo desarrollado y en vías de desarrollo está asociado con indicadores de pobreza incluyendo bajo niveles de educación y en algunos estudios, con malas condiciones habitacionales y bajo ingreso. La mayor vulnerabilidad que tienen las personas en desventajas, en cada comunidad, a las enfermedades mentales, se puede explicar mediante

factores tales como la experiencia de vivir en inseguridad y desesperanza, el rápido cambio social y los riesgos de violencia y problemas de salud física. Los problemas mentales, sociales y de conducta pueden interactuar en forma tal que intensifican sus efectos sobre conducta y bienestar. El abuso de sustancias, la violencia y los abusos de mujeres y niños por una parte, y los problemas de salud tales como enfermedades cardiacas, depresión y ansiedad tienen mayor prevalencia y son más difíciles de afrontar cuando existen condiciones de altos niveles de desempleo, bajo ingreso, educación limitada, condiciones estresantes de trabajo, discriminación de género, estilo de vida no saludable y violaciones a los derechos humanos. En algunas comunidades, las prácticas y formas de tradicionales de vida contribuyen a mantener la salud mental, aun cuando este no fuese la intención explicita de las mismas. Si no se cuenta con la seguridad y la libertad que proporcionar estos derechos, es muy difícil de mantener un alto nivel de salud mental. La salud mental se puede mejorar a través de la acción colectiva de la sociedad. Para mejorar la salud mental se requiere a políticas y programas por parte de los sectores gubernamentales y comerciales incluyendo los sectores de educación, trabajo, justicia, transporte, ambiente, vivienda y asistencia social. La salud mental de cada persona afecta a su vez la vida de cada uno de estos dominios y por lo tanto, la salud de una comunidad o población. Los problemas de salud mental también resultan en una serie de otros costos para la sociedad (OMS 2003). La depresión fue la causa más importante de aportación a la carga de enfermedad en 1990 y se espera que para el 2020 se la segunda causa en importancia después de la enfermedad cardiaca isquémica. Aun así, la mayoría de los gobiernos y sociedades no le han brindado la debida atención a los temas de enfermedades mentales y salud mental. El estatus de la salud mental está asociado con la conducta en todas las etapas de la vida. Un conjunto de evidencias indican que los factores sociales asociados con los problemas de salud

mental también están relacionados con el alcohol, drogas, delitos y deserción escolar. La ausencia de los determinantes de la salud y la presencia de factores perjudiciales también parecen ejercer un papel predominante en otras conductas de riesgos, tales como la práctica de sexo no seguro, trauma de carretera e inactividad física. Los estudios sobre los vínculos entre la depresión y las enfermedades cardiovasculares demuestran que salud física

y la salud mental están

estrechamente relacionadas a través de diversos mecanismos. El estatus de salud mental es una consideración clave para cambiar el estatus de salud

de una

comunidad. La promoción de la salud es un campo emergente de acción, a menudo denominado la “nueva salud”. La evidencia para la promoción de la salud mental depende de la definición, medición y registro de salud mental. La salud mental contribuye a todos los aspectos de la vida humana. Tienen valores sustanciales e insustanciales o intrínsecos: Para el individuo, la sociedad y la cultura. La salud mental tiene una relación reciproca con bienestar y la productividad de una sociedad y la cultura, igual puede ser considerada como un recurso individual que contribuye la calidad de vida del individuo y puede aumentar o disminuir de acuerdo con las acciones ejercida por la sociedad. Un aspecto de la buena salud mental es la capacidad para mantener relaciones mutuamente satisfactorias y duraderas. Hay evidencia creciente que demuestra que la cohesión social es decisiva para la prosperidad económica de las comunidades. Cada cultura influye en la forma en que las personas entienden de salud mental y la consideración que tienen sobre ella. Un entendimiento y una sensibilidad a los factores valorados por diferentes culturas, aumentara la importancia y el éxito de las intervenciones potenciales. Comprender que la salud mental es más que la ausencia de enfermedad, puede ayudar a las personas con enfermedades mentales y a las personas encargadas de su atención. Los recursos para la protección de la salud y la salud positiva

pueden coexistir con síntomas psicopatológicos algunas veces severos, esto sugiere el valor de desarrollar enfoques clínicos más integrales en la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación, concentrándose en la salud positiva de la persona, sus fortalezas, capacidades

y esfuerzos personales dirigidos

a la

recuperación. El modelo de recuperación empodera a los usuarios y a las personas que partían con ellos mediante el énfasis de la fortaleza y una orientación positiva hacia el futuro. El evaluar y aprovechar las fortalezas ayuda a las personas a “vivir bien” con enfermedades mentales u otras enfermedades y evitar mayores prejuicios debido a estos padecimientos (Schmolke 2003). Es claro que aunque las políticas dirigidas a mejorar la vivienda pública puede tener efector positivos sobre la salud mental, hay también un considerable potencial de impactos negativos que sugiere nuevamente la necesidad de monitorear y evaluar las ganancias reales (y perdidas) en la salud ocasionadas por cambios importantes en la vivienda y otras políticas sociales. El alcance y resultados de las actividades de promoción para la salud mental son potencialmente amplios, resulta útil distinguir entre intervenciones que están propuestas para lograr algo más, pero que mejoren la salud mental como beneficio lateral. La política de la salud mental es un conjunto organizado de valores, principios y objetivos para mejorar la salud mental y reducir la carga de los trastornos mentales en una población. Cuando está bien formulada, la política de salud mental identifica y facilita acuerdos de acción entre los diferentes partes interesadas, asignando roles y responsabilidades definidas. Se puede decir que un país que presenta serios problemas en la salud de sus habitantes tendrá problemas para llevar adelante un plan nacional de desarrollo de sus propios pobladores, del uso de sus riquezas y de bienestar de sus habitantes. así lo gobiernos integran sistemas nacionales de salud , que dan atención población para mejorar sus condiciones de vida y desarrollo, disminuyen los impactos mortales de las enfermedades , previene hábitos nocivos que ayudan a una mejor calidad de vida , investigan las características de las enfermedades y procuran llevar a la mayoría de la población , atención suficiente y adecuada.

Esta relación es muy estrecha ya que existe una gran variedad de enfermedades médicas que dan como resultado trastornos mentales claramente identificados y a los que se han denominado secundarios. Sn numerosas las enfermedades médicas que generan trastornos mentales en individuos susceptibles, entre estas predominan las endocrinológicas, cardiopatías, inmunológicas y neurológicas. La necesidad de que todos los miembros de la familia se integren al mercado laboral, incluyendo a madres con niños pequeños , así como la migración internacional, aun cuando presentan oportunidades para el progreso económico , incrementan los riesgos para los problemas mentales , ya que las familias se cambian los roles tradicionales de la mujer y el hombre , además de crear un ambiente poco propicio para la comunicación y supervisión de todos los miembros de la familia provocando estrés adicional que puede llevar a la depresión y la ansiedad. a) Pobreza: La pobreza como problema de mala nutrición, carencias de servicios básicos, marginalidad, accesos limitados a los servicios educativos de salud, repercuten en las relaciones de vida de la familia y la sociedad. Este es un problema complejo, en que la dimensión de la carencia, la privación o la marginalidad son los rasgos que habitualmente se destacan. Encuestas recientes han demostrado que las familias pobres tienen una mayor prevalecía de depresión y trastornos de ansiedad; los niños que viven en la pobreza se encuentran más expuestos a enfermedades médicas, estrés familiar, apoyo social inadecuado y depresión de los padres. La pobreza se asocia con la falta de apoyo y de estimulación, ambientes caóticos, estrés psicológico y bajo control de las familias. Hablar de los trastornos mentales es hablar de la pobreza, ambos están encerrados en un círculo vicioso. b) Trabajo (personas desempleadas): Tienen más síntomas depresivos que las que encuentran trabajo. Inclusive las personas con empleo que perdieron su trabajo tienen un riesgo doble de estar deprimidas que las que mantienen su empleo.

c) Educación (bajo nivel educacional): Varios estudios han demostrado una asociación significativa entre la prevalencia de “trastornos mentales comunes” y el bajo nivel educacional, un bajo nivel de educación dificulta el acceso

a la mayoría de los trabajos profesionales, aumenta la

vulnerabilidad e inseguridad y contribuye al mantenimiento de un capital social disminuido. El analfabetismo o el escaso nivel educacional. d) Violencia y trauma: En comunidades afectadas por la pobreza, la violencia y el abuso son frecuentes. Ellas afectan el bienestar mental y pueden inducir trastornos mentales a los más vulnerables e) Población rural: Las características de la vida rural en México , como la falta de oportunidades de trabajo, la falta de infraestructura básicas, de servicio de salud , de satisfactores , alimentación deficiente y mal balanceada , oportunidades limitadas para contraer matrimonio fuera del círculo familiar , incrementando los factores genéticos de riesgos, aunados el abuso en el consumo del alcohol , embarazos adolescentes, depresión y limitaciones en el desarrollo de las funciones cerebrales superiores , son factores que prevalecen la prevalencia de pacientes mentales. f) Niños y niñas en situación de calle: El niño de la calle es todo menor que depende o está en condiciones de depender de su propia actividad en la calle para sobrevivir, con su inclusión en el mercado laboral, los niños y jóvenes más favorecidos se encuentran en condiciones de enorme desventaja , pues trabajar para contribuir al ingreso familiar les impide asistir a la escuela ; esta falta de preparación se vuelve en un obstáculo para superar, en el futuro, , sus precarias condiciones de vida , asimismo , se ha detectado que un gran números de estos menores es miembro de familias desintegradas y disfuncionales, lo que las convierte en expulsoras de estos niños y posibilitan que el problema se mantenga , ya que salen a la calle con mejores condiciones de vida , muchas veces para encontrarse con situaciones hostiles, agresivas, opresivas, incomprensivas y en crisis constantes. Estos niños y jóvenes viven expuestos al uso de drogas, la

violencia social, abuso sexual, la prostitución y a la explotación, y enfermedades transmitidas por vía sexual; entre las secuelas que esta situación deja a los menores se encuentra el retraimiento emocional, la ansiedad, la depresión y los problemas de relacionarse. g) Personas con discapacidad: Son aquellas que por razones físicas, psicológicas y sociales requieren de mayor apoyo para interactuar con su medio y desarrollar su potencialidades. En México la discapacidad se asocia con otro factor de vulnerabilidad que es la pobreza. Si la población discapacitada no es atendida, padece de desajustes psicosociales, problemas

de

desintegración

familiar,

analfabetismo,

desempleo,

mendicidad y problemas económicos graves, todos ellos estresores emocionales importantes. h) Menores farmacodependientes: El consumo de drogas en México se ha extendido a todo los grupos sociales, se les considera un problema de salud pública, además que se relaciona con acciones delictivas y violentas. i) Madres adolescentes: Son innumerables los factores involucrados en el embarazo en la adolescencia: falta de educación sobre la educación sexual y reproductiva, familias disfuncionales, consumo de drogas, reproducción de patrones culturales y la presencia de problemas mentales como el trastorno de déficit de atención. Enfrentan situaciones de conflictos, que le significa cambios en su condición y se exponen a experiencias de vida como la soledad, dolor emocional, intolerancia y tensiones emocionales que les afecta tanto a ellas como a sus hijos. Estos son algunos factores que ocasionan que la salud mental aparezca, ahora me gustaría aportar algo de salud mental en los roles sociales. Los factores sociales y culturales tienen un papel fundamental cuya influencia se mantiene en forma diferente en hombres y mujeres en función de las matizaciones en que cada uno se ve obligado a desempeñar en las distintas sociedades.

El incremento de la morbilidad psiquiátrica en mujeres casadas de mediana edad, con hijos menores, en comparación con las solteras, es un hecho frecuentemente observado. Hoy se admite que dicha asociación es un rasgo característico de las mujeres que no aparece en los hombres, para los que el estado civil de “casado” se comporta como un factor de protección frente al desarrollo de la enfermedad mental. Los cambios sociológicos afectan tanto mujeres como hombres, pero plantean una problemática mayor en las mujeres, sobre todo las casadas con niños pequeños perteneciente a clases sociales muy desfavorecidas. Todo ello apunta que los factores sociales y estructurales son clave para explicar la diferencia en la frecuencia y distribución de la depresión entre hombres y mujeres. La financiación en salud es de sumo interés ya que determina la disponibilidad de cuidados a quien va dirigido y el grado de protección ante un problema de salud mental agudo o crónico. La tendencia cada más marcada hacia la privatización de los cuidados con el objetivo de mejorar la eficiencia, equidad y la afectividad del sector sanitario y en muchos países europeos, la rápida incorporación del gasto farmacéutico y los cuidados a largo plazo y en el domicilio, tienen consecuencias negativas que afectan más a la mujer que al hombre, ya que estas son sobrerrepresentadas tanto como pacientes por ser prestadoras del cuidado de la salud mental, con el consiguiente incremento de carga derivada de prestar cuidados así como el incremento de desempleo. Un parámetro que se tiene en cuenta a la hora de planificar servicios de salud es el concepto de carga. Este concepto tiene implicaciones de género ya que introduce sistemáticamente sesgos en la estimación de la carga de la enfermedad mental en las mujeres. Además no tienen en cuenta la sobrecarga y el impacto de los cuidados informales en las mujeres e ignora los factores sociales y culturales que son determinadas para evaluar la gravedad de la discapacidad. Si los servicios deben ser equitativos

y eficientes es necesaria una mayor

sensibilidad hacia los aspectos de género. Y esto debe quedar reflejado tanto en

la investigación como en los patrones de prestación de servicios. No obstante ni mujeres ni hombres son grupos homogéneos, por lo que los cambios en la política en salud mental les afectaran de forma diferente, dependiendo de la edad, clase social o etnia. Según la mayoría de los estudios, las mujeres tienden con mayor frecuencia que los hombres a buscar ayuda para sus problemas psiquiátricos en los servicios ambulatorios especializados y las diferencias son más patentes en el ámbito de la atención primaria, cualquiera que sea la causa. De ahí que se haya dicho que ser mujer es una variable predictora de mayor utilización de servicios psiquiátricos. En países industrializados se ha podido constatar que el hombre acude más tarde y cuando los síntomas son más evidentes: cuando reconoce tener problemas emocionales utiliza los servicios de salud mental de forma similar a la mujer. En muchas regiones del mundo la accesibilidad a la mujer a los servicios está muy limitada. Para un acceso mejor a los servicios a las mujeres necesitan mejores transportes y apoyo con el cuidado de los hijos o familiares enfermos a sus cargos; así como una mayor flexibilidad horaria por parte de los centros de salud mental. En el ámbito de los servicios hospitalarios los datos no son tan concluyentes. Un aspecto que empieza a ser preocupante en el potencial terapéutico que para las mujeres puedan tener algunas instituciones psiquiátricas en las que predomine un ambiente dominado por hombres. El hecho de los casos de los abusos en las mujeres por parte de los hombres institucionalizados de nuevo abre el debate entorno a que dichas unidades continúen siendo mixtas o se designen algunas solo para mujeres. Mientras que los hombres entre aquellos “sin techo”, no se puede olvidar que este grupo de población hay un porcentaje de mujeres con una enfermedad mental y con hijos, cuyas necesidades no quedan recogidas en la planificación de los servicios de salud mental.

Ahora entendemos que es muy importante conocer que es la salud mental que es el estado de bienestar en el cual el individuo se da cuenta de sus actitudes, puede afrontar las presiones normales de su vida, puede trabajar productiva y es capaz de hacer una contribución a su comunidad. La promoción de la salud mental contribuye con la salud en general y debe formar un componente esencial en la promoción de la salud. La innegable presencia de enfermedades de salud mental en México hace necesario encaminar o fortalecer las políticas de salud en beneficio de la salud mental de la población. Es necesario tomar medidas preventivas. Se ha mostrado que la capacitación de maestros y padres mejora la detección de problemas y facilita las intervenciones indicadas (OMS, 2004). En el ámbito laboral, son prioritarios programas de capacitación de manejo del estrés para la población en general, en particular dirigidos a grupos de riesgo como médicos y enfermeras. Conviene elaborar un diagnóstico sobre la situación del país y tener conocimiento de la prevalencia de situaciones como dificultades en las parejas, en la vida sexual

Bibliografía: Institución, N., Panorama de la salud mental en las mujeres y hombres mexicanos. Recuperado de: http://cedoc.inmujeres.gob.mx/documentos_download/100779.pdf

Montero, I., Salud mental. Recuperado de http://www.msssi.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/pdf/equidad/06modulo _05.pdf

Organización, M. Promoción de la salud mental. Recuperado de: http://www.who.int/mental_health/evidence/promocion_de_la_salud_mental.pdf

Servicio de Investigación y Análisis. La salud mental en México. Recuperado de: http://www.salud.gob.mx/unidades/cdi/documentos/SaludMentalMexico.pdf