Ejemplo de Registro de Diario de Campo

PROGRAMA DE ESPECIALIZACIÓN EN COMUNICACIÓN DIRIGIDO A DOCENTES DE INSTITUCIONES EDUCATIVAS PÚBLICAS DEL NIVEL DE EDUCAC

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PROGRAMA DE ESPECIALIZACIÓN EN COMUNICACIÓN DIRIGIDO A DOCENTES DE INSTITUCIONES EDUCATIVAS PÚBLICAS DEL NIVEL DE EDUCACIÓN SECUNDARIA DE EDUCACIÓN BÁSICA REGULAR

Diario de campo “Se puede viajar por todo el mundo sin ver nada, o se puede ir solamente a la tienda de la esquina y descubrir todo un mundo” Horacio Calle (1990) ¿Qué es el diario de campo? Es un instrumento etnográfico1 que es utilizado por los investigadores para registrar aquellos hechos que son susceptibles de ser interpretados críticamente. Requiere un permanente y sistemático registro por escrito de aquello que se ha observado o experimentado y que es relevante para la investigación. Hay incertidumbre, incredulidad y resistencia por recarga de trabajo. Llevar un diario implica esfuerzo, trabajo, disciplina y, por qué no, modificación de hábitos de estudio.

¿Cuánto debo escribir en el diario de campo? Bajo la fecha de un día cualquiera se pueden observar varias páginas, solo unos cuantos párrafos o incluso unas pocas frases escuetas, dependiendo de qué tan productivo ha sido ese día para el avance de la investigación. No basta con escribir cualquier cosa, la idea no es escribir por escribir o hacerlo de una forma que no cumpla con los propósitos de la investigación. En el diario de campo hay que ser muy detallado con las observaciones realizadas útiles para la investigación. Las observaciones realizadas son descritas en el diario de campo sin escatimar detalles, relatando con la mayor riqueza posible lo que se observó. La idea es recrear con palabras lo observado. Sobre lo que hay que insistir en este punto es que en el diario de campo se debe registrar con el máximo detalle posible lo que 1

El objeto general del trabajo de la etnografía es la descripción, para su comprensión, de la vida social (Galindo, 1998). La descripción etnográfica no es tan fácil como a primera vista pudiera aparecer. No se puede describir lo que no se ha entendido, y menos aun lo que no se es capaz si quiera de observar o identificar a pesar de que esté sucediendo al frente de nuestras narices. la etnografía es el arte de leer sutilmente la vida social, el etnógrafo también debe tener la habilidad de saber contar, transmitir o traducir aquello que ha comprendido mediante su lectura. La etnografía es un arte de la narración.

Celso Delgado Uriarte Acompañante Pedagógico Especializado

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aparece como relevante para nuestra investigación: “Cuanto más rico sea en anotaciones este diario, mayor será la ayuda que ofrecerá a la descripción y análisis del objeto estudiado” (Cruz 2007). La idea no es escribir detalladamente todo lo observado, sino solo lo que se relaciona con nuestra investigación. Además de que es imposible describirlo todo, el sentido de PERTINENCIA es clave para enfocar nuestros esfuerzos durante el trabajo de campo en profundizar sobre la temática que nos hemos planteado. Ahora bien, esto no significa que nos cerremos a registrar asuntos que, aunque a primera vista no parecen relacionados con nuestra temática, nos han llamado la atención. En ocasiones, asuntos que inicialmente no parecían relacionados resultan ser cruciales para nuestra investigación cuando empezamos a comprender mejor. De ahí que la sugerencia es que, sobre todo al comienzo del trabajo de campo, se registren aquellas observaciones o conversaciones que nos parecen significativas, así no entendamos su conexión con nuestra investigación. A continuación, presentamos un ejemplo de registro de diario de campo.

REGISTRO N° 1 I. INFORMACIÓN GENERAL I.E. Juan Pablo II Lugar: Zona urbana de Chiclayo Área: Comunicación Grado y sección: Segundo B Fecha: 12/10/2012 Hora: 15:05 h – 15:50 h Docente: Oscar Ramos Bazán Propósito: Registrar y analizar información relevante relacionada con la producción de textos escritos.

II. NARRATIVA DE LA ACTIVIDAD Llegué al aula y formé cinco grupos de trabajo para continuar escribiendo un ensayo. Los equipos estaban conformados por tres estudiantes. Empecé a revisar cómo habían avanzado en el planteamiento de la tesis y los argumentos. Me Celso Delgado Uriarte Acompañante Pedagógico Especializado

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acerqué con mi silla al primer grupo, después continué con el segundo. En ambos noté que habían copiado tal cual la información seleccionada para la escritura argumentativa, con la diferencia de que el manuscrito presentaba errores ortográficos. Mientras me paraba y volteaba a mirar, los estudiantes del grupo que se encontraban en la parte posterior se mostraban inquietos como si algo malo estuvieran haciendo. “Ay, guarda, guarda,… ya viene el profe” –se escuchó una voz femenina. Entonces, decidí acercarme y pedirles el avance de su ensayo. “Profe, es difícil, no lo entiendo” –me dijo un alumno cuando estaba sentándome a su lado. Karina tenía las manos debajo de la mesa y se sonreía muncho cuando hablaba. Los demás también se reían. ¿Qué pasa? –les dije. ¡Nada, profe! –respondió rápidamente Karina. ¿Qué tienes debajo de la mesa? – le volví a preguntar. “Profe, tiene poemas que escribe a su macho” –se adelantó a responder Pedro. Traté de convencer a Karina para que me mostrara lo que escondía debajo de la mesa. Pero no lo lea, profe – me advirtió. Era un diario íntimo con muchos versos y dibujos de corazones. Los versos estaban escritos con distinto color de lapicero. Era un diario bastante adornado con pergaminos. ¿Puedo leer un poema? –le pregunté. No, no, no, … sí, sí, sí, … titubeaba. Leí con voz de poeta. Los cuatro estudiantes que integraban el grupo miraban muy concentrados cómo entonaba cada verso. ¡Bravo!, ¡Bravo!, ¡Bravo! –gritaron todos. Como tenía mi cámara fotográfica, tomé una foto al poema (ver anexo). Profe, no le vaya a decir a los demás profesores, porque nos quitan. De pronto escuché que sonó la sirena del colegio avisando cambio de hora. Entonces, les dije, aquí nos quedamos. Hasta la próxima clase. III. ANÁLISIS CRÍTICO, DISCURSIVO E INTERCULTURAL Considero que he dado un paso muy importante en mi trabajo pedagógico con el lenguaje. Siempre he considerado la escritura como una tarea domiciliaria. Pero desde las clases presenciales y el acompañamiento pedagógico del Pronafcap, he ido cambiando mi mirada al proceso de enseñanza-aprendizaje de la producción de textos. A la escritura académica, ya no la veo solo como un producto a evaluar, sino como una práctica social y cultural que requiere de una serie de tutorías que brinden la posibilidad de sentarme con mis estudiantes y discutir con ellos los borradores de escritura que elaboran en el aula, además de preguntarnos permanentemente para qué escribimos. Desde la psicolingüística se ha tratado de concebir a la escritura como un mero proceso mental, pero Celso Delgado Uriarte Acompañante Pedagógico Especializado

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desde una perspectiva sociocultural, la escritura es más que eso. La escritura es una forma de lograr objetivos sociales y prácticas culturales más amplios, porque se inserta en nuestras vidas. Últimamente no me interesa mucho poner el énfasis en la gramática y ortografía, sino más bien los aspectos los pragmáticos, textuales y discursivos. No me es fácil, aún lo vengo asumiendo como un reto. Hay que pensar más en la actividad que en el tema, lo cual requiere mucho tiempo. Pude cambiar mi concepción sobre la pedagogía de la producción de textos cuando me planteé estas preguntas: ¿de qué sirve terminar la programación curricular si mis estudiantes no logran escribir por lo menos un párrafo de manera coherente? ¿Para qué tantos contenidos de gramática y ortografía si no tienen una utilidad en la vida diaria? ¿Por qué los estudiantes escriben bastante cuando se trata de un diario íntimo, pero no sucede lo mismo con la escritura de un ensayo? Estas y otras interrogantes sobre mi práctica pedagógica me hicieron reflexionar bastante sobre mi rol de academicista que estaba desempeñando en el aula.

La literacidad crítica nos señala que tanto las prácticas letradas oficiales (en este caso el ensayo) así como las prácticas vernáculas son válidas. Pero esto aún no lo internalizo, por eso es que en alguna ocasión les dije a mis estudiantes que no perdieran el tiempo escribiendo poemas o cartas. Espero que en el marco de la interculturalidad como muy bien lo enfatiza mi profesora de Didáctica, Johanna Ramírez, pueda ir tomando conciencia de cómo ir incorporando en mis clases las prácticas autogeneradas de mis estudiantes. ¿Por qué no podría, por ejemplo, tomar como pretexto la frase “Profe, tiene poemas que escribe a su macho” para escribir un ensayo sobre los roles de género? ¿Cuál es el sentido de la palabra macho en nuestro contexto? Tal vez, pienso, podría elaborar un mural aprovechando las potencialidades de mis estudiantes, porque me quedé impresionado de cómo una estudiante había confeccionado su diario íntimo. En este diario había pergaminos, dibujos, tipos de letras, poemas, canciones,… Claro, no a todos les va a gustar escribir ensayos. Es obvio que mi estudiante me reclame que no entiende la tarea. ¿Estará fallando el método o el contenido? La próxima actividad trataré de impulsar la escritura, partiendo de las necesidades e intereses de mis estudiantes, y no desde mis intereses o los intereses del Diseño Curricular Nacional. Esto si es toda una gran tarea educativa lingüística, hacer pertinente el currículo. No me queda otra, para eso estoy estudiando la Especialización. Esto quiere decir que al terminar me sentiré ESPECIALISTA en Investigación y Didáctica de la Comunicación, no superficialista ni mecanicista, como enfatiza mi profesor de Investigación Acción, Diego Portilla. Ahora entiendo por qué me hablan de la escuela como un espacio de transformación social. Ojalá también la gestión de mi colegio cambie, de una gestión directiva a una gestión colaborativa, de una gestión burocrática a una gestión democrática, de una gestión normativa a una gestión por resultados. Me comprometo a ser agente de cambio y a formar agentes que transformarán la sociedad. Celso Delgado Uriarte Acompañante Pedagógico Especializado

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Anexo

Prácticas letradas vernáculas de los estudiantes de segundo grado B I.E. Juan Pablo II – Chiclayo

Celso Delgado Uriarte Acompañante Pedagógico Especializado