Economia en El Porfiriato

Vázquez Cervantes Jesús Alejandro Grupo: 008 La economía durante el porfiriato Introducción Ya es bien sabido por todo

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Vázquez Cervantes Jesús Alejandro

Grupo: 008

La economía durante el porfiriato Introducción Ya es bien sabido por todos, que el periodo que comprende los años de 1876 a 1910, fue dominado por un solo sujeto, un destacado militar y político nacido en Oaxaca en el año de 1830, el general José de la Cruz Porfirio Díaz. Claro está que hubo dentro de su gobierno, una tercia de interinatos que tuvieron como dirigentes en el poder a José María Iglesias, Juan N. Méndez y por ultimo a Manuel González. En realidad, se podría afirmar que Díaz seguía al frente del poder durante estos interinatos, pero se hacia el cambio para que la gente no supusiera una dictadura, aunque esta era clara y fácil de detectar. Si bien es cierto que en este periodo se pueden encontrar una cantidad enorme de dilemas y de puntos para analizar, tato buenos como malos, en este trabajo el objetivo será observar el desarrollo económico que tuvo el país, bajo el mando del general Porfirio, sin minimizar, claro está, los “daños colaterales” que tuvo este periodo como factores negativos de este desarrollo económico, cosa que muchos autores dejan de lado. Será importante analizar todos los puntos, favorables o no, desde un punto de vista imparcial y lo más objetivo posible, debido a que Porfirio, como muchos otros tantos, es un personaje del cual se pueden leer versiones muy distintas y alejadas unas de otras, es decir, hay quienes hablan de un Porfirio bueno, o mejor dicho, solo las partes positivas del porfiriato en todos los aspectos que este abarca. Por otro lado, también hay un grupo de historiadores que se dedican a decir que Díaz era un tirano que se dedicó a destrozar al país. Es decir, claro que durante este periodo

hubo

aspectos

positivos,

pero

también

los

hubo

negativos

y

desfavorables, intentare hacer una mezcla de ambas posiciones para formar un criterio “global” en este sentido.

Economía en México previo al porfiriato Me parece pertinente empezar este trabajo dando algunos detalles o pinceladas de cómo estaba la economía antes del porfiriato, ya que el periodo que se analizara es altamente contrastante con la realidad que se vivía antes del gobierno de Díaz tanto política, como económicamente, que es el eje central de este trabajo. En el largo periodo que va desde la consumación de la Independencia de México, hasta la República Restaurada de Juárez y Lerdo, es un periodo en el que destaca un tipo de anarquismo, generado por la lucha constante que se tenía entre los dos grandes grupos que se encargaron de “dirigir” el país, estos grandes grupos son conservadores y liberales. Esta serie de conflictos internos, tenían al país hundido en una enorme inestabilidad y provocaban que el desarrollo económico en esta época fuera casi nulo, aunque de alguna u otra manera, sirviera para desarrollar las bases del futuro capitalista del país, ya que se empezó a dar lo que se conoce como “acumulación originaria del capital. Vale la pena especificar que, si bien se estaba en vías de un capitalismo, el estímulo no era dirigido hacia un capitalismo industrial, ya que con las distintas leyes y medidas que se tomaban, como la desamortización de las tierras y la expropiación de las tierras a las comunidades indígenas, se reforzaban las relaciones pre-capitalistas, como las haciendas, la fomentación de latifundios y la desviación de capitales hacia otros sectores. Esta inestabilidad, aumentaba si consideramos que en este periodo hubo algunos intentos de invasión desde el extranjero. Todo esto enmarcado bajo la desigualdad y la heterogeneidad en la que se vivía. En este entendido se puede decir que la economía mexicana previo al porfiriato, se encontraba en un enorme retraso y que, desde el punto de vista que se observe, se necesitaba una adecuación para que se lograra un desarrollo acelerado e integral. También se puede mencionar que el mercado se encontraba fragmentado, es decir, no se podía hablar de un mercado interno integrado como tal, esto debido principalmente a la falta de medios de comunicación que unieran las poblaciones con el centro del país y viceversa, además de un escaso

desarrollo del trabajo asalariado, cuestiones que generaban que a los posibles inversionistas se les fueran las ganas de invertir su capital en nuestro país. Otro elemento que habría que destacar, es la falta de canales de créditos formales en el país y por lo tanto, tampoco se contaba con una organización financiera adecuada. Resolver toda esta serie de cuestiones que detenían el desarrollo económico y capitalista en México, fueron una de las principales tareas y retos con los que se encontró el gobierno de Porfirio. El desarrollo de la economía en el porfiriato Como ya se dijo anteriormente, durante el gobierno de Porfirio se terminaron por sentar las bases del desarrollo capitalista en el país, en el cual se logró un gran crecimiento económico. Crecimiento estimulado y logrado gracias al proyecto histórico porfirista, el cual estaba enmarcado dentro de los principios del liberalismo económico, el cual respondía a un par de fenómenos: la división internacional del trabajo, es decir, preparar las condiciones para la entrada del comercio externo para que este dejara de ser un factor ajeno a la economía del país. Sergio de la Peña, lo sintetiza de la siguiente manera: “... El esquema de desarrollo porfirista era sencillo y optimista. Se basaba en la convicción de que la vinculación de la nación con el exterior, habría de producir los impulsos básicos para ponerlo en el camino del progreso...”1. Por otro lado, la consumación de la lucha nacional por la hegemonía política de los dos grupos políticos del país, que respondía al interés del asentamiento de las bases del el funcionamiento pleno del modo capitalista de producción, lo cual, era continuación, en cuestiones generales, de las tendencias de Juárez y Lerdo. Es por esto que, citando de nuevo a de la Peña, el proyecto porfirista debía basarse sin duda, en “...adaptación administrativa interna, incluyendo el saneamiento de las estructuras fiscales; (...) construir un sistema de transporte y comunicación que de un solo golpe, se pensaba, habría de colocar a la nación, en el centro de la civilización moderna (...), explotar los abundantes recursos naturales de los que disponía la nación (...); también fundamental era la formación de un sistema 1

De la Peña, Sergio. La formación del capitalismo en México. Ed. Siglo XXI. México 1979. Pág. 163

crediticio moderno...”2, cuestión que se siguió al pie de la letra, llegando con ella el desarrollo económico del país, a costa de la miseria en las clases bajas y cuestiones crueles que manchan de alguna manera este despegue en la economía, cuestión que analizare más adelante. Para el análisis de las condiciones de la economía mexicana durante el porfiriato, existen cuestiones principales que hay que desarrollar para darse cuenta de la situación que se vivió, económicamente hablando en el país. Siguiendo la línea que plantea Hilario Barcelata Chávez, en su libro Desarrollo industrial y dependencia económica en México, las bases de este desarrollo económico, son, la creación de ferrocarriles, la minería, la agricultura, la industria y por último, y tal vez la más importante, la inversión extranjera. Los ferrocarriles. Es claro que uno de los sectores que recibió un mayor impulso en el periodo del porfiriato fue la instalación de un sistema ferroviario moderno, el cual surgió ante la necesidad de dinamizar el comercio interno, con la intención de conectar lo más posible el país de extremo a extremo, y de manera que el centro pudiera conectarse también, de manera rápida, con las poblaciones lejanas. La construcción de estos se llevó a cabo en forma completamente acelerada, sobre todo con la intervención del capital extranjero. El ferrocarril brindo la posibilidad de explotar actividades productivas que antes no eran posibles debido a que resultaban inaccesibles, por tanto, como ya se dijo antes, los inversionistas no se animaban a poner una empresa en nuestro país, ya que no era redituable y era una inversión riesgosa, cosa que el ferrocarril corrigió. Con esto se logró la unificación de diversos mercados que se encontraban fragmentados de manera geográfica, con lo cual se logró la configuración o la integración de un mercado interno. De hecho, los aspectos arriba mencionados fueron los que determinaron el trazado de las líneas férreas ya que, al ser en su mayoría empresas extranjeras 2

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las que invirtieron en su construcción, lo orientaron hacia el exterior, esto buscando que esta nueva vía de comunicación permitiera el libre flujo de materias primas producidas en el país, desde su punto de explotación, hasta los puertos y fronteras y viceversa, la entrada de mercancías importadas en estos últimos, transportadas hacia los puntos comerciales más importantes del país. El procedimiento por el cual, la expansión ferroviaria se llevó a cabo y tuvo una gran redituabilidad monetaria, consistió en “...otorgar la concesión de los derechos de explotación de la línea a empresas extranjeras por 99 años y además, conceder ricas ayudas. Se daba una generosa subvención para ayudar a la construcción de las vías que, variaba entre seis y ocho mil pesos por kilómetro, dependiendo de las dificultades técnicas del trazo. Se concedía un derecho de vía, de setenta metros a cada lado de la línea, más los terrenos necesarios para edificios administrativos, talleres, patios, etc...”3 Esto aunado a que las constructoras disponían de los materiales de construcción en terrenos nacionales vecinos, junto con la concesión de cualquier yacimiento mineral que se encontrara en el perímetro de la vía, esto sin mencionar que se les exoneraba el pago de impuestos hasta por 20 años de la importación de maquinaria y equipo. Las constructoras también podían disponer de los materiales de construcción que se encontraban en terrenos nacionales vecinos, así como también se les concesionada cualquier yacimiento de minerales y materiales de cualquier naturaleza que éstos hallaran dentro de perímetro de vía. Además, se les exoneraba del pago de impuestos hasta por 20 años por importación de maquinaria y equipo, además la exención de impuestos sobre productos. Es por esto que el 32% de la inversión extranjera se dirigió a la construcción de ferrocarriles, principalmente Alemania, Francia, Inglaterra, Holanda y en mucha mayor proporción, los Estados Unidos.4

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IBID, Pág. 182 Nicolau D’olwer, Luis. “Las inversiones extranjeras” en Cosío Villegas, Daniel. Historia Moderna de México. El Porfiriato. Vida económica. Ed. Hermes, México 1974.P. 1153 4

La minería Uno de los sectores que más se vio beneficiado con la expansión ferroviaria y, por tanto, de la inversión extranjera, fue la minería, la cual explotaron una gran cantidad de empresas extranjeras que vieron en ella la gran oportunidad de trasladarlos hacia el exterior del país a costos sumamente bajos. Se dice que el 60% del movimiento de carga lo constituía el transporte de minerales. Otros factores que influyeron para que se diera el gran auge en la minería durante el porfiriato fueron los avances técnicos en cuanto a electricidad, los cuales se ocupaban en las labores de desagüe, la fundición de los metales, con lo cual se lograba disminuir los costos y aumentar la capacidad productiva de este sector. También se dio la expedición del código minero en 1884, el cual “...estimuló y concedió numerosas franquicias al capital extranjero, la minería pudo (así) operar bajo condiciones propicias para generar excedentes que le permitieran evolucionar e influir en el desarrollo de los demás sectores de la economía...” 5. Esto aunado a los avances científicos que se daban en el extranjero, los cuales permitían una explotación minera a mayor escala. También se puede mencionar las facilidades fiscales y exenciones de impuestos a toda la rama de producción minera, así como las rebajas a las tarifas de importación de materiales y equipos mineros. Otro factor importante fue la creciente demanda de minerales como plomo zinc y cobre para las nuevas ramas industriales que surgían ante los avances tecnológicos. En este sentido, se puede decir que fue la segunda rama en importancia para la inversión extranjera que llego al país en este periodo. Siendo un 24% de esta lo que se invertía en minas y metalurgia. De este porcentaje, los países que tuvieron una mayor aportación fueron, Inglaterra, Francia y una vez más, sobre todo,

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Solís, Leopoldo. La realidad económica mexicana. Retrovisiòn y perspectivas. Ed. Siglo XXI. México, 1981. Pág. 63

Estados Unidos, quienes tenían un 61% de esta inversión extranjera sobre la minería.6 La Agricultura El sector más importante en la economía mexicana, era, sin duda, el agrícola y representaba el principal apoyo en la expansión capitalista. Sin embargo, a diferencia de otras ramas que se habían modernizado, su desarrollo no se vio alterado en su forma; las haciendas seguían prevaleciendo como unidades productivas, en todo caso, se logró desarrollar la explotación de tipo capitalista. Hay que resaltar que el mercado interno del país, se basó en gran medida en la producción agrícola realizada en las haciendas. La producción agrícola se vio beneficiada por factores como la expansión del ferrocarril, lo cual unifico los mercados que geográficamente se encontraban alejados, el aumento de la demanda de alimentos, debido al incremento de la fuerza productiva, es decir, del trabajo asalariado en otros sectores y el crecimiento de la industria, la cual demandaba mayor consumo de materias primas. Es cierto que también existió una demanda externa en cuanto al ganado, palo de tinte, vainilla, café, chicle, henequén, entre otras materias. Este sector, fue uno de los de menor interés para la inversión extranjera, aunque dicha inversión, en los casos que se concretó, fue cuantiosa y el control que permitió ejercer en algunos renglones, fue total. Esto gracias a que, como ya se dijo antes, las personas que se dedicaban al sector agrícola no tenían la calidad de empresas no capitalistas en su mayoría, aunque hubo algunas en las que se introdujeron algunos avances técnicos, sobre todo en las dedicadas a las exportaciones agrícolas.

La industria 6

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Aunque no se puede hablar de un auge industrial en el país, el desenvolvimiento de la industria durante el porfiriato, sigue el mismo ritmo ascendente que las demás ramas productivas antes mencionadas. En los tiempos anteriores al porfiriato, existían pequeñas unidades productivas y si acaso, en algunas ramas, como la fabricación textil, se notaba cierta intensificación en la producción. Una vez más, el ensanchamiento del mercado interno fue clave para el crecimiento que se tuvo en la producción industrial, pero un factor determinante que favoreció a la naciente industria, fue la amplia protección arancelaria que existía en esta época, incluso en ocasiones se llegó a prohibir la importación de mercancías que pudieran competir con las producidas en México. Si bien es cierto que tuvo cierta importancia el crecimiento industrial, la expansión de esta fue limitada con respecto a las demás; esto debido a la poca demanda, falta de infraestructura adecuada para llevarla a cabo y porque era más atractivo invertir en actividades dedicadas a la exportación, que invertir en la industria, la cual era primordialmente para el abastecimiento del mercado interno. Esto se hace notar, cuando observamos que de la inversión extranjera, solo el 4% tenía como destino la industria, siendo Francia el más interesado en este aspecto.7 La inversión extranjera Como se ha visto en todos los aspectos analizados con anterioridad, un factor determinante, por no decir que el más determinante, dentro de la economía en el porfiriato fue la inversión extranjera. La cual se dio en una cantidad enorme, debido a las condiciones propicias para que se animaran a invertir y por las facilidades que trato de dar la política porfirista respecto a estas. La cuantiosa masa de capital que llego como inversión extranjera al país, trajo serias consecuencias: Hubo una gran deformación de la economía nacional, debido a que se polarizo de manera desigual orientándose hacia la política exterior; consecuencia de esto último, se creó una enorme dependencia con los

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centros capitalistas más importantes, cuyos capitales se convirtieron en una necesidad para seguir con el desarrollo del país. Los países más activos en la inversión extranjera, como ya se ha visto, fueron sin duda EUA (37%), principalmente en ferrocarriles, Inglaterra (29%), también en la expansión ferroviaria, Francia (27%), quien se dirigió a la deuda pública, Alemania (2%), en ferrocarriles, y Holanda (2%), principalmente en la deuda pública, entre otros que tuvieron pequeñas contribuciones. Dentro de las actividades que tuvieron mayor interés para la inversión extranjera podemos encontrar La construcción ferroviaria (32%), minería (24%), deuda pública (15%), servicios públicos (7%), bienes raíces (6%), bancos (5%), Industria (4%), comercio (4%) y petróleo (3%).8 Un dato importante en este sentido, se presenta en un estudio realizado por José Luis Ceceña, donde analiza las 170 sociedades más importantes existentes en el país, hacia 1911. En este se observa la hegemonía que tenía la inversión extranjera sobre la economía interna, ya que de estas, el capital extranjero dominaba 130 (77%), siendo la mayoría de las ramas productivas controlada en más del 50% por el capital extranjero, incluso en algunos casos, como en el petróleo, tenían el 100% de control sobre esta actividad. Donde más sociedades extranjeras se formaron, fue en la minería, con 29, las cuales representaban un 98.2% de la participación total en esta actividad; en la rama bancaria, se formaron, 28 sociedades, que representaban 76.5% del total; a pesar de que no fue una rama muy desarrollada, la industria tuvo 25 sociedades, que eran el 84.3% del total.9 Daños “colaterales” Si bien es cierto que todo lo anterior impulso la economía, le dio una estabilidad impresionante y por supuesto, fijo los ojos del mundo en nuestro país, los puntos que tuvo a favor Porfirio en el tema Económico tuvieron una contraparte bastante

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IDEM Ceceña, José Luis. México en la Órbita Imperial. Ed. El Caballito. México, 1970, Pág. 40

claro, Es decir, si bien es cierto que, con la creación del Banco de México, se dieron préstamos para las personas que fueran a invertir y crear empresas, la mayoría de estos préstamos se fue para la inversión extranjera y a los nacionales se les dio solo un 10% de las propuestas que se recibieron, lo cual generaba que en México se explotara la mano de obra barata y que solo fuera un país de producción de materias primas y no un país industrializado como tal. Esto aunado a que la mayoría, si no es que todos, los inversionistas eran familia o amigos de Porfirio, cuestión que fue un grave error. Por otro lado, el despojo de tierras que hubo con lujo de violencia para quitar a los indios (por ejemplo a los Yaquis) fue algo brutal, si se resistían a este despojo se les exterminaba o en el “mejor” de los casos, se les mandaba a Yucatán a ser explotados en condiciones de esclavos, teniendo que comprar en las tiendas de raya y generándose deudas que se heredaban a sus descendientes, un daño que se pudo haber evitado y que se tuvo que haber evitado. Es claro que estas contradicciones, cuestiones negativas, no se pueden minimizar, se tienen que poner en una balanza para no hacer un juicio apegado a ninguno de los dos lados; si bien es cierto que no me extendí mas en esta parte, me parece que no requieren mayor explicación y si hay que tomarlas en cuenta como cuestiones sangrientas, infernales, que resaltan mucho en este periodo. Estas cuestiones negativas, al menos la dependencia económica con el extranjero, se ve incluso hasta nuestros días, donde la deuda externa es inmensa y requerimos primordialmente de nuestros vecinos del norte para que la economía nacional se mantenga, cuestión que pudo haberse evitado dándole mayor apoyo a los inversionistas mexicanosConclusiones En general pienso que si bien las formas no fueron precisamente las mejores, el gobierno de Porfirio Díaz tuvo aspectos bastante positivos que terminaron por darle estabilidad económica al país, misma que desde el punto de vista que se quiera ver era completamente necesaria. Es cierto que se tuvo un desarrollo

importante, aunque en su mayoría fue en cuestión exterior y no tanto en beneficio del pueblo mexicano. Aunque no deja de ser triste la forma en la que una parte del pueblo mexicano se vio tremendamente apabullada por las decisiones de Porfirio, pienso que las condiciones de desigualdad y de injusticia siempre existirán en cualquier gobierno que se pueda presentar, pero al menos Díaz logro que la economía mexicana entrara en el mercado global y de alguna manera trajo algunos beneficios para los habitantes de nuestro país en esa época. En las etapas anterior y posterior inmediatas al porfiriato, la economía sufrió una inestabilidad y muy malos momentos, por lo tanto me parece que si es posible afirmar que hubo un balance positivo en este aspecto. Como ya dije antes, las formas no fueron las adecuadas y finalmente el fin no justifica los medios, tuvo errores en sus decisiones, tuvo malos manejos en cuanto a la economía interior, pero me parece que este periodo es de vital importancia para un crecimiento económico del país en la posteridad. Bibliografía Solís, Leopoldo. La realidad económica mexicana. Retrovisiòn y perspectivas. Ed. Siglo XXI. México, 1981. De la Peña, Sergio. La formación del capitalismo en México. Ed. Siglo XXI. México 1979 ROSENZWEIG, Fernando (1965) “El desarrollo económico de México de 1877 a 1911. En, El trimestre económico. Vol. XXXIII. México. Pp. 405 – 454. KATZ, Friedrich (1976) “Condiciones de trabajo en las haciendas durante el porfiriato: modalidades y tendencias”. En La servidumbre agraria en México en la época porfiriana. SEP Colección SEP – Setentas No. 303. México. Pp. 15 – 91. Ceceña, José Luis. México en la Órbita Imperial. Ed. El Caballito. México, 1970 Nicolau D’olwer, Luis. “Las inversiones extranjeras” en Cosío Villegas, Daniel. Historia Moderna de México. El Porfiriato. Vida económica. Ed. Hermes, México 1974.