Dios Sana Mis Heridas

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P. Carlos Triana, eudista

Dios Sana mis Heridas mas Profundas

-Taller de Sanación Interior-

Dios sana mis Heridas más Profundas © P. Carlos Triana, eudista México, D.F.

Reservados todos los derechos Enero 2015 Prohibida la reproducción total o parcial de este libro, por cualquier medio, sin permiso escrito del autor.

Contenido Introducción

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1. Clases de Sanaciones

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2. Medios de Sanación

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3. Fundamentos para hacer las Oraciones de Sanación

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4. Formas Concretas para Orar por Sanación

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5. La Oración de Sanación Interior Propiamente Dicha

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6. Modelos de Oración de Sanación Interior

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7. Ejercicios de Sanación Interior

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8. Actitudes Espirituales para Sanar Interiormente

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9. Doce Oraciones de Sanación Interior

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1. Oración de sanación interior (P. Emiliano Tardif ) 2. Tú has venido a curar los corazones heridos 3. Oración para la sanación interior personal 4. Oración de sanación de la propia imagen 5. Oración de perdón y sanación interior 6. Sanacion de los Recuerdos 7. Sanación interior (P. R. De Grandis)

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8. Oración por la cura del alma 9. Oración por la cura interior 10. Intercesión por la cura interior de alguien 11. Oración por la sanación interior y física 12. Oración por la sanación interior

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Introducción

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a vida tiene cosas muy bellas. La vida es bella. Vivir es hermoso.

Sin embargo muchas personas han experimentado terribles golpes en la vida. Y no me refiero tanto a los golpes físicos, que también existen y duelen, sino más bien a los golpes morales, que duelen mucho más. Estos golpes: rechazos, burlas, desamor, palabras hirientes, abandono, soledad, malos recuerdos, maltratos, violaciones… no solo duelen sino que marcan, imprimen un sello de frustración, de fracaso, de resentimiento, de dolor y malestar interior, de complejo y odio, de tristeza y angustia… Entonces se requiere sanación interior. Muchas terapias de orden sicológico están llamadas ayudarnos a sanar interiormente. Hay hombres y mujeres profesionales, especializados en tratar y ayudar a sanar el dolor humano que yace en el fondo del alma. Pero está también la terapia de orden espiritual, la terapia religiosa que nos ayuda a sanar totalmente. Es la oración de sanación interior. Oración, hay que decirlo, poco Dios Sana mis Heridas más Profundas

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conocida y poco practicada en la Iglesia, sin embargo hoy supernecesaria para ayudar a tantos hermanos y hermanas atormentados por sus heridas interiores. Nuestro Dios vino a salvarnos integralmente. A El acudimos en esta oración para pedirle que pase su mano sanadora por todo nuestro pasado y corte de raíz esas circuntancias donde se generó nuestro dolor y malestar. Ofrezco esta sencilla enseñanza a todos los cristianos, con la esperanza de que encuentren alivio a sus penas. Yo soy testigo de cómo el Señor ha sanado interiormente a miles de personas, las ha liberado de culpabilidades y complejos, las ha hecho nuevas, y todo gracias al poder de la oración.

A Ti, Mi buen sentimiento, Mi grato recuerdo, Mi mejor momento.

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I. Clases de Sanaciones

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os seres humanos necesitamos siete clases de sanación:

1. Sanación física: la curación de una enfermedad o incapacidad físicas. 2. Curación sicológica: la curación de heridas a la psique humana, incluyendo heridas emocionales. 3. Curación espiritual: esto significa, sobre todo,“la curación del pecado” que le restituye a una persona su relación con Dios (Padre Cantalamessa). 4. Curación interior, como “Curación de Recuerdos y heridas profundas de la vida. Este concepto de curación de recuerdos fue destacado por Juan Pablo II en su enseñanza relacionada con el Año del Gran Jubileo.“Esta purificación tiene como objetivo la liberación de la conciencia personal y comunitaria, de todas las formas de resentimiento y violencia que son el legado de faltas pasadas”. La importancia de este concepto es que extiende el Dios Sana mis Heridas más Profundas

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ministerio de sanación más allá de las heridas individuales hasta las heridas sufridas por pueblos enteros y sociedades a través de los males del pasado. 5. Curaciones intergeneracionales. Esta forma de curación se refiere a la curación de heridas y desórdenes transmitidos por ancestros y que a veces se le conoce como la curación del árbol de la familia, del árbol genealógico o de los yugos hereditarios. 6. Curación de la tierra. Existe una creciente conciencia sobra la conexión entre los pecados humanos y los males que afligen a la tierra (sequías, contaminación, inundaciones, agotamiento de las especies, etc), una percepción que va de acuerdo con estudios ecológicos modernos. Las oraciones y el arrepentimiento por los pecados humanos que producen estas calamidades contribuyen a que la tierra se libere de ellas. 7. Curación de las perturbaciones del Maligno, las cuales se logran por medio de las oraciones de liberación, de desinfestación y de exorcismos.

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II. Medios de Sanación

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ara sanarnos, Dios nos ha dado varios medios. 1. Los medios naturales. Son los medios primeros y básicos para nuestra salud. Los encontramos precisamente en la naturaleza: en los minerales, en los vegetales, en los animales. Todos los medicamentos son producidos a partir de los medios naturales. 2. Los medios profesionales. Dios nos ha concedido la inteligencia. Por medio de ella ha capacitado a muchos hombres y mujeres, profesionales de la salud, para que velen por la salud de su pueblo. Los médicos, paramédicos, enfermeras, odontólogos, sicólogos, terapeutas, etc… son, aunque muchos no lo sepan, servidores de Dios en favor de la salud de los hombres. 3. Los medios artificiales. Los hombres han inventado un sinnúmero de aparatos, por supuesto artificiales, para contribuir en la salud del pueblo Dios Sana mis Heridas más Profundas

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de Dios. Así tenemos los anteojos, los dispositivos auditivos, las sillas de ruedas, las prótesis, las andaderas, los bastones, los marcapasos, etc. 4. Los medios espirituales. Se trata de las diversas oraciones y liturgias celebradas en favor de la salud de los enfermos. Entre esos medios espirituales están las oraciones litúrgicas y no litúrgicas para pedir toda clase sanación, y entre ellas, obviamente encontramos la oración de sanación interior. 5. Los medios sobrenaturales. Son los milagros poderosos que Dios obra de diversas formas, y de manera especial por el carisma de curación y de milagros, otorgando así salud a su pueblo. Téngase encuenta que en el Ordo del ritual de la unción de los enfermos, se nos dice en el numeral 3, que “es parte del plan de Dios y de su providencia que el hombre luche con todas sus fuerzas contra la enfermedad en todas sus manifestaciones, y que se emplee, por todos los medios a su alcance, para conservarse sano”.

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III. Fundamentos para hacer las Oraciones de Sanación

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a oración de sanación tiene varios fundamentos. Los cristianos oramos por sanación no por fanatismo ni irracionalidad, no por superstición ni ningún otro motivo que no sea la fe en el Señor todopoderoso, él lo puedo todo, para él nada hay imposible, la fe en el Dios de misericordia que nos ama y nos quiere sanos, como un padre siempre quiere sanos a sus hijos. Veamos las diversas razones: 1. Razón teológica. La principal razón teológica es la Encarnación del Hijo de Dios. Al encarnarse y volverse igual en todo en los hombres menos en el pecado, Jesucristo asumió todo nuestro ser, cuerpo, alma y espíritu. En su encarnación asumió a todos los hombres en su dimensión integral para salvarlos. Su Nombre Jesús, esto es, su persona que significa “Dios salva” y su ministerio que se identifica con su persona, fueron definidos como “el ungido de Dios que pasó haciendo el bien y sanando a los oprimidos por el diablo” (Hch 10, 38). Ese fue Jesús, Dios encarnado, un terapeuta, un sanador. Dios Sana mis Heridas más Profundas

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Como dice el documento de la Iglesia, Directrices para las oraciones de sanación: “las curaciones de Jesús manifiestan la victoria del Reino de Dios sobre todo tipo de mal y se convierten en símbolo de la curación del hombre entero, cuerpo y alma” (Nº 1). 2. Razón bíblica La Biblia es la revelacion de Dios para los cristianos. Dios en el Antiguo Testamento se nos reveló como aquél que “libra de todo mal” (Sab 6, 8). Y en el Nuevo Testamento, Cristo vino, en nombre de Diios y como Dios, a hacer la redención del hombre, una redención integral: del hombre, de todo el hombre y de todos los hombres. La Biblia exhorta al enfermo a que ore al Señor para que lo cure: “Hijo, en tu enfermedad no te deprimas, sino ruega al Señor, que él te curará” (Si 38, 9). Nuestro Señor Jesucristo ha pedido en su Palabra que oremos por los enfermos, por los que sufren, que los unjamos para que se restablezcan, porque la oración insistente del justo tiene mucho poder (Cfr. Sant 5, 13-16). 3. Razón eclesiológica La Iglesia existe para evangelizar. La misión de la Iglesia es evangelizar. A eso la envió Jesús. Pero evengelizar como él, para proseguir su obra que él describió en la Sinagoga: 12

Fundamentos para Hacer las Oraciones de Sanación

“El Espíritu está sobre mí porque me ha ungido para evangelizar a los pobres, a proclamar la liberación a los cautivos, a dar vista a los ciegos y a anunciar el año de gracia del Señor” (Lc 4, 18-19). Esta misión evangelizadora está explicada más ampliamente en Mateo: “Díganle a Juan el Bautista que los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia la buen noticia” (11, 2-5). Jesús quiere continuar esta misión a través de su Iglesia. Por eso a los Doce. “Los envió con las siguientes instrucciones: vayan y proclamen que está llegando el Reino de los cielos. Sanen a los enfermos, resuciten muertos, limpien a los leprosos, expulsen a los demonios” (Mt 10, 7-8). Al Señor Jesús, el gran evangelizador del Padre, cuya obra debe proseguir la Iglesia, le llevaban toda clase de enfermos para que los sanara, dice la Palabra, y pasaba sanando toda enfermedad y toda dolencia (Cfr Mt 9, 35) O sea que la obra de la evangelización que es una tarea muy amplia, incluye el rubro de la sanación, la liberación, y otros. Precisamente cuando Jesús sanaba y liberaba decía que lo hacía con la fuerza del Espíritu para que todos supieran que el Reino Dios Sana mis Heridas más Profundas

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de Dios estaba cerca. Sus sanaciones y liberaciones quedaban así integradas al anuncio del Evangelio, eran acciones evangelizadoras. La Iglesia está llamada a interceder por todos, ella es sacramento de salvación, es intercesora por esencia, es un pueblo sacerdotal, pueblo de intercesores. Como intercesora debe pedir por la salvación de los hombres, y la salvación incluye salud física, espiritual, emocional. La Iglesia del tercer milenio debe vivir la samaritanidad, es decir, está llamada a revelar el rostro misericordioso de Cristo, el buen samaritano, que se compadece de los abatidos por los golpes de la vida. En su primer libro, Jesús de Nazaret, el Papa Benedicto XVI escribe: “El curar es una dimensión esencial de la misión apostólica y de la fe Cristiana en general”. Incluso se puede decir que la cristiandad es una religión terapéutica, una religión de sanación. Cuando se le entiende a un nivel suficientemente profundo, esto expresa el contenido completo de la redención”. Y añade: Quien verdaderamente desee curar al hombre, deberá verlo en su concepto integral y debe saber que su última curación sólo puede ser el amor de Dios”. 4. Razón pastoral El Buen Pastor, inspiración de todo cristiano, tiene, según la biblia, una honda preocupación por las ove14

Fundamentos para Hacer las Oraciones de Sanación

jas enfermas, perdidas y amenazadas por el lobo. A ellas las atiende, las cura, las venda, las saca de donde se enredaron, las monta sobre sus hombros, las lleva a buenos pastos y a aguas frescas, por ellas da la vida. 5. Razón de la realidad social Estamos en una sociedad enferma, enfermiza y “enfermadora”, donde una gran cantidad de hermanos están siendo heridos por los duros golpes de la vida moderna, por la herencia recibida, por los virus desatados hoy, por las perturbaciones del Maligno, por la contaminación ambiental, por el estilo de vida actual, etc... Y esos hermanos, silenciosamente o a grandes voces, nos están gritando que necesitan ayuda médica, sicológica y espiritual. 6. Razón de sentido común Vox populi vox Dei. La voz de un pueblo golpeado y herido es la voz de Dios. Dios mismo es el que nos urge a desarrollar una pastoral de acompañamiento y servicio a su pueblo necesitado de salud física, emocional y espiritual. 7. Razón espiritual Los hombres de fe Creemos que Dios demuestra su poder en nosotros y puede realizar mucho más de lo que pedimos o imaginamos. (Ef 3, 20) Dios Sana mis Heridas más Profundas

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Creemos que Dios es poderoso, para él nada hay imposible (Cfr. Lc 1, 37). Creemos que tenemos un Dios misericordioso y poderoso que se apiada de nosotros porque nos ama y porque nos ama nos escucha y nos bendice. Creemos que Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre (Heb 13, 8) y continúa vivo en la Iglesia salvándonos y en el cielo, intercediendo por nosotros. Creemos que en verdad “llevó nuestras enfermedades, sufrió nuestros dolores; y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53,4-6). Creemos que el Señor Jesús mandó y sigue mandando al mundo al Espíritu Santo, Señor y dador de vida nueva, que puede restaurar nuestra vida, que es el gran poder de Dios, agente imprescindible de la liberación y sanación. Creemos que la oración hecha con fe tiene poder: “¡Qué es eso de si puedes! ¡Todo es posible para quien cree!” (Mc 9, 23; cf. Mc 6, 5-6; Jn 4, 48). Y por esa fe, y por los testimonios de la obra de Dios en muchos hombres y mujeres, invocamos con insistencia y clamamos confiadamente a Dios por la sanación de su pueblo.

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IV. Formas Concretas para Orar por Sanación

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n el documento anteriormente aludido, cuando se habla de los Aspectos Disciplinares para las oraciones de sanación, la Iglesia nos dice en el Art. 1: “Los fieles son libres de elevar oraciones a Dios para obtener la curación”. Pero esas oraciones son de dos tipos: litúrgicas y devocionales. Las litúrgicas tienen su propia normatividad, las devocionales son más espontáneas. En ellas, por sentido teológico pastoral, no debe faltar el anuncio del Evangelio y la súplica intercesora, pues la Iglesia es esencialmente evangelizadora e intercesora. En el Art. 5, nos recuerda que: “Las oraciones de curación no litúrgicas se realizan con modalidades distintas de las celebraciones litúrgicas, como encuentros de oración o lectura de la Palabra de Dios. Es necesario que durante su desarrollo no se llegue, sobre todo por parte de quienes los guían, a formas semejantes al histerismo, a la artificiosidad, a la teatralidad o al sensacionalismo” Dios Sana mis Heridas más Profundas

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Al no haber un ritual para estas celebraciones, la Iglesia nos deja espacio a la espontaneidad para este tipo de oraciones. Sin embargo la Renovación Carismática Católica ha presentado, con aprobación de la Santa Sede, unas orientaciones para dichas oraciones de sanación que se llama “Directrices para las oraciones de sanación”. Allí nos dice que podemos hacer oraciones de sanación en contextos litúrgicos y no litúrgicos. - En Contextos litúrgicos 1. En los contextos litúrgicos, la Iglesia cuenta con un sacramento explícito para orar por la sanación de los enfermos, prevé una misa pro infirmis y una bendición para los enfermos. 2. Por medio de la unción, acompañada por la oración de los sacerdotes, la Iglesia encomienda los enfermos al Señor sufriente y glorificado, para que les dé el alivio y la salvación. Cuando el obispo bendice el óleo, la Iglesia pide: “infunde tu santa bendición, para que cuantos reciban la unción con este óleo sean confortados en el cuerpo, en el alma y en el espíritu, y sean liberados de todo dolor, de toda debilidad y de toda dolencia”. 3. Los laicos pueden acompañar al Sacerdote en el sacramento de la unción para interceder intensamente por el enfermo o los enfermos.

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Formas Concretas para Orar por Sanación

4. Los laicos pueden participar en la “Misas llamadas de sanación, con plegarias litúrgicas para los enfermos y con la imposición de manos después de la comunión o al final de la Misa”. 5. Los laicos pueden vivir “liturgias de la Palabra, seguidas de imposición de manos sobre el enfermo, tal vez con la unción de aceite bendito (no con el aceite del crisma ni el oleo de los enfermos). 6. Los laicos pueden hacer “plegarias variadas por el enfermo, durante la exposición del Santísimo Sacramento”. 7. Los laicos pueden hacer “oraciones de sanación después de un servicio litúrgico, no directamente relacionado con la sanación: después del final de la Misa, después de las Vísperas, después de la Bendición del Santísimo Sacramento”. 8. Los laicos pueden hacer “oración de sanación, particularmente de sanación interior, con ocasión del sacramento de reconciliación”. “El confesor puede “guiar al penitente con paciencia hacia su curación y madurez plena”. Contextos no litúrgicos A nivel de piedad, la Iglesia cuenta con oraciones y celebraciones para buscar la salud y fortaleza Dios Sana mis Heridas más Profundas

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para los enfermos, tales como ayunos, peregrinaciones, vigilias, oraciones con el Santísimo, Rosarios, encuentros explícitos para orar por enfermos, y otras, en las que podemos incluir las oraciones de sanación interior. El documento de Directrices recalca que se pueden dar: 1. “Reuniones especiales para el ministerio de sanación. Son un servicio no litúrgico anunciado como una reunión para oración de sanación, dirigido regularmente por alguien con un reconocido carisma de sanación (con frecuencia, un sacerdote o un religioso)”. 2. “Reuniones de oración que incluyen un tiempo para rezar por personas que tienen necesidades especiales, que naturalmente incluyen a aquellos que necesitan sanación, ya sea física o interior”. 3. “Respuestas ad hoc a algunas necesidades. Cuando los cristianos encuentran gente enferma, dondequiera que estén, pueden orar por su curación, algunas veces imponiendo sus manos en ellos”. 4. “Reuniones de grandes muchedumbres. Éstas, se realizan a menudo al aire libre, en climas tropicales; o en centros o recintos para grandes convenciones, en climas más templados. Algunas de ellas tienen 20

Formas Concretas para Orar por Sanación

propósitos evangelizadores explícitos. Algunas incluyen la imposición de manos por individuos o por pequeños equipos que trabajan juntos. Algunas otras no incluyen imposición de manos, pero sí una oración colectiva de toda la audiencia al mismo tiempo, o bien oraciones colectivas para la sanación de enfermedades particulares”.

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V. La Oración de Sanación Interior Propiamente Dicha

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s una intercesión

La sanidad interior está relacionada con el pasado y la interioridad de las personas. Se trata de tomar conciencia de que aquello que ha afectado al individuo en el pasado (niñez, adolescencia, adultez) tiene vigencia en el presente y futuro, si no se supera. Y una de las maneras de superarlo es orando a Dios, para aceptar, para perdonar, para avanzar. Somos el producto de todas las experiencias de nuestra vida. Nuestras experiencias pasadas determinan nuestras relaciones y situaciones presentes. Las heridas del pasado distorsionan lo que percibimos en el presente. Con la oración de sanación interior buscamos, por medio de una invocación a Cristo y a su Espíritu, que las personas sean liberadas de las dolencias y ataduras generadas en el pasado, las cuales impiden gozar de una nueva vida en Cristo y tener una plena realización como personas y cristianos. La oración de sanación interior es la intercesión que eleva una Dios Sana mis Heridas más Profundas

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persona por sí misma o por otras para que el Señor Jesucristo con la fuerza del Espíritu Santo restablezca el corazón herido. Parábola del Jardín Quiero explicar la oración de sanación interior desde la parábola del Jardín. Nuestro corazón es como un jardín en donde muchas veces crecen malas hierbas y plantas inútiles con frutos venenosos, tales como rencor, odio, pesimismo, desprecio de sí mismo y de los demás, etc. Este jardín no debemos ni mantenerlo sucio y, mucho menos, tratar de esconderlo tapándolo con otros materiales. Por mucha apariencia de orden que pretendamos dar, por los frutos notaremos el estado del huerto; es algo que no se puede esconder de nadie, y menos aún del Señor. En otras palabras, nos podemos estar engañando a nosotros mismos, pero recordemos que no podemos engañar a Dios. Por lo general otras personas son las que nos plantan semillas venenosas a través de sus insultos, maltratos, mentiras, chismes, rechazos, burlas o por su falta de amor etc. Así fueron plantando su raíz en nosotros esas plantas, y fueron creciendo como plantas de rencor, pesimismo, maltratos, desconfianza, odios, venganza, etc. Esas plantas crecieron cada día más, produciendo en nosotros frutos agrios y amargos, flores mustias... son heridas emocionales de nuestra vida afectiva (rechazo), de nuestra voluntad (acciones ofensivas), de nuestra memoria (malos recuerdos). Causas de las heridas 24

La Oración de SanaciónInterior Propiamente Dicha

Las heridas pueden producirse debido a una inesperada frustración o fracaso, a un fuerte golpe emocional, q una situación traumática provocada por un grave accidente, a un largo período de soledad, a una decepción causada por un ser querido o cercano en quien tanto confiábamos y que traicionó dicha confianza, a la separación repentina de aquel ser a quien mucho amábamos y que se marchó de nuestro lado sin explicación alguna, a un severo regaño que nos hicieron siendo pequeños nuestros padres o alguna persona adulta que representaba en ese momento la autoridad, a un error o un pecado grave que cometimos y que no nos perdonamos a nosotros mismos, a alguna burla o rechazo, e incluso a un defecto o limitación física que poseemos y que ha sido motivo de continuas burlas o desprecios o discriminaciones por parte de los demás… Las heridas ocurridas a más temprana edad, incluso las que se produjeron aún antes de nuestro nacimiento, cuando captábamos y asimilábamos las reacciones e impresiones más fuertes de temor, rechazo y dolor de nuestra madre, son las más difíciles de superar y las que más nos afecta en nuestro comportamiento actual. Todas esas heridas pueden producir en nosotros enfermedades físicas, mentales, morales, espirituales. Físicas: Los conflictos interiores, recueros negativos, sentimientos de odio, rencor, no aceptación de la propia Dios Sana mis Heridas más Profundas

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historia y personalidad, de situaciones vividas… con el tiempo, desencadenan en males físicos, hoy llamados enfermedades psicosomáticas; es decir, enfermedades físicas generadas en nuestra mente o espíritu (placebos). Psiquicas o Mentales: Se trata de la alteración de las emociones, las obsesiones de suicidio, venganza, los impulsos de tristeza, depresión, angustia, aislamiento, culpabilidad, temor, complejos de inferioridad, etc. Morales: Son aquellas que impiden la realización de actos moralmente virtuosos y que también impulsan a vicios contrarios. Por ejemplo la lujuria, el alcoholismo, las drogas, la pornografía, la pereza, la gula… y otros vicios… Espirituales: Son las que impiden relacionarse eficazmente con Dios. Por ejemplo, un fuerte bloqueo a tener fe, frialdad espiritual, apertura a cometer pecados, falta de constancia en el camino de Dios. Consecuencias de esas heridas • Las heridas nos atan - las heridas nos atan al que nos ha herido, - nos atan a la amargura producida por el golpe. - de manera que nos sentimos amarrados e imposibilitados para dar y recibir amor.

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La Oración de SanaciónInterior Propiamente Dicha

• Las heridas producen amargura en nosotros - Las cuales se manifiestan a través de nuestra conversación, nuestras acciones; nuestras actitudes, lo cual causa trastornos en nuestra salud física. - La amargura forma paredes que nos aíslan de otros por temor a recibir nuevas heridas; genera en nosotros desconfianza hacia la gente; miedo a que nuestras heridas interiores y nuestras debilidades salgan al descubierto; nos lleva a la soledad, al aislamiento. - La amargura trae como resultado el rompimiento de relaciones: Apartamos gente de nuestra vida; tenemos una actitud muy critica para con otros. • Las heridas hacen que rompamos nuestras relaciones - Las relaciones rotas causan “ceguera en las relaciones” ya que no nos permiten: Actuar con sabiduría; vernos a nosotros mismos con la perspectiva correcta y como Dios nos ve; ver a otros como son en realidad, con sus fortalezas y debilidades, con sus necesidades. - Las relaciones rotas causan insensibilidad: Solo pensamos en satisfacer nuestros deseos egoístas; no nos preocupamos sinceramente por las necesidades de los demás. Todas estas heridas interiores afectan nuestra salud física, emocional, espiritual, moral, como ya dijimos, perjudica nuestra forma de ser y vivir , afectan nuestros sentimientos y relaciones con los demás, nuestro estado de ánimo, nuestras Dios Sana mis Heridas más Profundas

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actitudes frente a la vida y las demás personas, y la forma de reaccionar ante las diversas situaciones de la vida. Por eso reaccionamos ante situaciones violentamente o con un irrefrenable temor. Sentimos un rechazo hacia determinadas personas que no sabemos de dónde proviene. No sentimos el amor que quisiéramos tener por los demás y, si lo sentimos, nos encontramos con que no podemos demostrárselo por una incapacidad de dar y demostrar afecto y cariño a los otros. En ocasiones, nuestro comportamiento y actitudes ante determinadas personas están marcados por un aislamiento incomprensible, complejos o patrones de culpabilidad; o con frecuencia nos colocamos ciertas máscaras delante de los demás, que ocultan lo que verdaderamente somos y sentimos. Todas esas cosas son las plantas de mal que han sido sembradas en nuestro jardín y que nosotros hemos dejado crecer: plantas de amargura, de resentimiento, de odio, de mal… El jardinero poda y embellece el jardín Jesús, el jardinero, no quiere que en nuestro jardín haya maleza ni ninguna clase de malas hierbas; al contrario, El desea que en nuestro jardín personal sólo haya plantas hermosas y útiles, con flores bellas y atractivas, que den frutos buenos y abundantes.

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La Oración de SanaciónInterior Propiamente Dicha

Definitivamente Jesús no plantó esas malas hierbas en nuestro jardín. Un enemigo suyo las plantó, valiéndose de las malas decisiones nuestras y de las personas con quienes hemos entrado en contacto. El, nuestro jardinero tiene el poder para sanar por completo y de raíz todos nuestros males. Pero él cuenta con nosotros, nos pide permiso, necesita que nosotros le permitamos sanarnos. El está dispuesto a ayudarnos a arrancar esas plantas de mal de nuestra vida, y a mantener siempre un jardín que dé gloria a Dios. Es hora de saber que hay alguien que puede extirpar todo nuestro mal: él es el mejor médico, el mejor terapeuta, el mejor sicólogo, el mejor maestro de vida. Es el amado jardinero de nuestro corazón. El jardinero quiere sanarnos El jardinero nos dice con fuerte voz: Vengan a mí los que se sientan cargados y agobiados y Yo los aliviaré. Mt 11, 28. El quiere sanarnos. La oración de sanación interior es pues una oración llena de fe a ese Dios que quiere sanarnos, que ha prometido hacerlo: • “Haré que tengas alivio, y de tus llagas te curaré porque la repudiada te llamaron, te dijeron Sion de la nadie se preocupa” ( Jer 30,17). • “He aquí que yo les aporto su alivio y su medicina. Los curaré y les descubriré una corona de paz y seDios Sana mis Heridas más Profundas

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guridad… y se estremecerán de tanta bondad y de tanta paz que voy a concederles” ( Jer 33,6.9). Dios quiere sanarnos porque somos sus hijos, nos conoce y ama, y nos quiere sanos, como cualquier buen padre quiere ver bien en todos los aspectos a sus hijos. El quiere sanarnos porque él sabe todo lo que nos ha ocurrido. El conoce lo que te ha herido: «Señor, tú me examinas, tú me conoces. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; aun a la distancia me lees el pensamiento. Mis trajines y descansos los conoces; todos mis caminos te son familiares. No me llega aún la palabra a la lengua cuando tú, Señor, ya la sabes toda. Tu protección me envuelve por completo; me cubres con la palma de tu mano. Conocimiento tan maravilloso rebasa mi comprensión; tan sublime es que no puedo entenderlo.» (Sal 139,1-6). El quiere sanarnos porque El sabe lo que nos dañó desde el vientre de nuestra madre: «Tú creaste mis entrañas; me formaste en el vientre de mi madre. ¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas,y esto lo sé muy bien! Mis huesos no te fueron desconocidos cuando en lo más recóndito era yo formado, cuando en lo más profundo de la tierra era yo entretejido. Tus ojos vieron mi cuerpo en gestación: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban diseñando, aunque no existía uno solo de ellos.» (Sal 139,13-16).

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La Oración de SanaciónInterior Propiamente Dicha

El quiere sanarnos porque El sabe que hacer con nuestros traumas: «restaura a los abatidos y cubre con vendas sus heridas.» (Sal 147,3). Cristo, el jardinero de nuestra vida, quiere sanarnos porque: El como nosotros fue herido desde antes de nacer, cuando fue rechazado. El fue rechazado a los largo de su vida, desde que nació hasta cuando murió. El sufrió burlas, discriminación, acusaciones. El experimentó angustias, soledad, depresión (Mt 26,36-39), el dolor de las relaciones rotas ( Jn 7,1-5), rechazo (Mt 27,27-50), cargas y temores (Mt 26,39). El sabe lo que es un corazón herido y rechazado y por eso quiere sanarnos y restaurarnos. Dejemos entonces que sea El quien mediante el Espíritu Santo limpie nuestro jardín; que extirpe de raíz las malas hierbas para que no vuelvan a brotar. La sanación interior es una oración por la que pedimos a Dios que limpie nuestro jardín de esas plantas negativas que han brotado desde nuestra infancia hasta el día de hoy. Que nos ayude a limpiar el jardín de las plantas venenosas. El tratamiento sicológico a personas profundamente heridas por la vida puede servir y de hecho ha servido Dios Sana mis Heridas más Profundas

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mucho, son ayudas profesionales psicológicas que no debemos rechazar ni desconocer, pero los hombres de fe, además de la ayuda profesional buscamos la ayuda espirtual y sobrenatural de Dios, por medio de la sanación interior para que sea él quien vaya restaurando la personalidad profundamente herida y bloqueada.

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VI. Modelos de Oración de Sanación Interior

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os siguientes son modelos para dirigir oraciones de sanación interior en grupos de oración, y pedir la sanación para uno o varios hermanos: Modelo 1 Para lograr la sanación interior hace falta que: 1. Invitemos al jardinero a tomar posesión de nuestro Jardín, junto con su Espíritu. 2. Escuchemos su Palabra de ánimo. 3. Tomemos, en su presencia, conciencia de la maleza de nuestro jardín y le entreguemos, con la firme decisión de deshacernos de ella, dicha maleza. Se trata de tomar conciencia de situaciones de nuestro pasado que han afectado nuestra vida, dejando profundas heridas, y entregárselas a Jesús. Dios Sana mis Heridas más Profundas

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a. Tomar conciencia de lo que nos pasó antes de nacer: -Rechazo en el feto a causa de embarazo no deseado. -Sexo no deseado -Embarazo no planificado por la pareja; en medio de conflictos matrimoniales; por sexo prematrimonial o como resultado de una violación. -Enfermedades físicas de la madre que afectan al niño b. Tomar conciencia de lo que nos pasó en la niñez: -Falta de cuidado y atención en la infancia y en la niñez. -Comparación entre hermanos, que produce rivalidad o discordia. -Sarcasmo, frases groseras o hirientes. -Apodos o burlas por limitaciones o fracasos. Expresiones tales como: orejón, panzón, etc. Que produce temor al fracaso, inadecuación, etc. -Golpes, maltratos, brusquedad en el trato (ojo, no es que se corrija y/o discipline). -Falta de interés en sus necesidades de ser escuchado, protegido, ayudado en sus tareas, provisto, etc. -Abuso e imposición de trabajos y normas severas. -Falta de amor expresado en ternura, caricias, alabanzas, etc. -Falta de comunicación e interés, pasividad e indiferencia en las relaciones. -Hijos adoptados. -Sobreprotección; subestimación del niño en sus capacidades, fuerza física, etc. -Excesiva dominación. 34

Modelos de Oración de Sanación Interior

-Maltrato, abandono, escándalos, etc. Por parte de padres alcohólicos o drogadictos. -Padres que han sufrido rechazo y que están incapacitados de dar y recibir amor. -Critica, juicio, etc. -Substitución de regalos por amor. -Falta de hogar. -Hogares destruidos. c. Tomar conciencia de lo que nos pasó en la adolescencia: -Padres que establecen metas falsas o injustas. -Relaciones paternas defectuosas. -Malas relaciones familiares. -Malas relaciones con compañeros. -Amistades quebrantadas; sentirse defraudado o abandonado por aquel que consideraba amigo. -Falta de logros. -Abuso -Ser excluidos de grupos; sentimientos de burla, menosprecio, incomprensión. d. Tomar conciencia de lo que nos pasó en el Matrimonio: -Conflictos entre la pareja. -Infidelidad de una o ambas partes. -Maltrato, falta de respeto, palabras hirientes, insultos, ofensas, falta de confianza. Dios Sana mis Heridas más Profundas

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-Un cónyuge alcohólico, drogadicto, o con cualquier vicio (pornografía, agresor sexual, criminal). -Menosprecio. -Separación o Divorcio. -Abuso físico, sexual o emocional. e. Tomar conciencia de lo que nos pasó en la sociedad en general: -Falta de aceptación -Comentarios crueles de compañeros y amigos -Grupos que lo excluyeron (en la escuela, el colegio, trabajo, iglesia) -Malos tratos. -Competencia cruel y desleal. -Amistades destruidas. -Fraude y/o quebrantamiento de un noviazgo. 4. Pidámosle perdón por haber permitido que creciera en nosotros el mal. 5. perdonemos con amor a quienes nos han sembrado consciente o inconscientemente dichas semillas de maleza. La sanación interior total sólo puede obtenerse cuando hemos perdonado a aquellos que nos han herido; cuando le entregamos por completo al Señor nuestras heridas del pasado. Sea cual sea la experiencia que una persona haya tenido o las heridas que haya sufrido, Jesús quiere curarlas 36

Modelos de Oración de Sanación Interior

y sanar su corazón roto. Después que le hayamos pedido a Dios que nos libere, después que le hayamos orado para que rompa todas las cadenas que nos atan, después que hayamos perdonado a todos los que nos hirieron, estaremos listos para pedirle a Jesús que sane nuestros recuerdos dolorosos. Perdonar es sanar la vida, es tomar la decisión valiente de desprendernos del pasado para sanar el presente y construir un futuro, recuperando así la paz interior. Perdonar es encontrar la salida y resolución de todos esos sentimientos de crítica, ira, culpa, miedo, rencor, rabia e impotencia, volviendo así a recuperar nuestra identidad para unificarnos y reconciliarnos con los demás. Perdonar es recordar sin rencor. Henri Lacordaire, fraile dominico, abogado y célebre predicador francés del siglo XIX dijo: ¿Quieres ser feliz un instante?: Véngate. ¿Quieres ser feliz toda la vida?: Perdona. Un discípulo de Jesús le preguntó: ¿Maestro, cuántas veces he de perdonar a mi hermano? ¿Siete veces?. Y Jesús le respondió: Siete veces no, setenta veces siete. Perdonar es un don de Dios. La oración sincera, que procede de un corazón limpio de pecado, ayuda a perdonar al que nos hirió.

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Perdonar libera la memoria y nos permite vivir en el presente, sin recurrencias constantes al pasado doloroso. Y lo principal: nos sana interiormente. En el Padre Nuestro decimos: perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Perdonar es una decisión que deja en libertad tu corazón y limpia toda herida interior. Si tú quieres experimentar el perdón del Señor, debes primero perdonar. Por eso, cuando presentes una ofrenda al altar, si recuerdas allí que tu hermano tiene alguna queja en contra tuya, deja ahí tu ofrenda ante el altar, anda primero a hacer las paces con tu hermano, y entonces vuelve a presentarla. (Mt 5, 23 – 24). 6. Pidámosle que quite y ponga, que are y siembre de nuevo. Que limpie nuestro Jardín y le restituya, con la fuerza del Espíritu, la belleza original, plantando en él las semillas de su Espíritu para que produzca los frutos del Espíritu: comprensión, perdón, aceptación, paz, alegría, amor, bondad, generosidad… 7. Demos gracias por su obra realizada en nosotros y entreguémonos a su Espíritu para que guíe nuestra vida de hoy en adelante.

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Modelos de Oración de Sanación Interior

Modelo 2 Otra forma de lograr sanación interior: 1) Traer a memoria las experiencias que produjeron el trauma y los sentimientos negativos. 2) Renunciar a esos sentimientos negativos nombrándolos por su nombre (Temor, etc.) 3) Perdonar de todo corazón, mencionando la persona por nombre y el daño que hizo. 4)Pídele perdón a Dios por todo sentimiento negativo y perdónate a ti misma confesándote. 5) Se lee el Evangelio y se Reconoce y confiesa que Jesús sufrió todas las heridas de tu alma y murió en la cruz llevándolas por ti. 6) Ora explícitamente pidiendo la sanación. Cree que en este momento el ungüento del Espíritu Santo está sanando tus heridas. « Por tanto, os digo que todo lo que pidáis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá »(Mc 11, 24) 7) Dale gracias a Dios por tu sanidad y alábale.

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Modelo 3 Recordemos que la oración de sanación interior es pedir a Jesús retroceder al tiempo en que fuimos heridos, para que ahora nos libere de ello. Esto implica Tres pasos: 1. Leer la Palabra de Dios y meditarla: una Palabra suya bastará para sanarnos. 2. Sacar a la luz las cosas que nos han herido. Conviene hacerse ciertas preguntas que generalmente nos revelan las heridas básicas por las que debemos orar: - ¿Cuándo comenzó todo esto? O también: ¿fue una niñez feliz? Muchas de las heridas más profundas se remontan a los primeros 2 o 3 años de vida, o sea, al tiempo en que fuimos más vulnerables y menos capaces de defendernos a nosotros mismos. Pero también es verdad que algunos han recibido sus heridas posteriormente en la escuela, en algunas experiencias sexuales desdichadas, etc. - ¿Qué fue lo que causó la herida? Muchas veces ya la respuesta a la primera pregunta revela las razones de las viejas heridas. Muchas de ellas arrancan de algún rechazo o alguna relación rota. Particularmente importantes son nuestras relaciones con los padres. Si la madre no acarició lo suficiente al niño, si el padre regresaba del trabajo cansado y apenas hablaba con el niño o lo castigaba duramente, si había dema40

Modelos de Oración de Sanación Interior

siados niños para una madre enfermiza y no tuvo tiempo de demostrarles afecto, o si uno de los padres falleció siendo todavía pequeño el niño. Todas estas penosas experiencias dejan heridas que afectan profundamente los sentimientos básicos de la persona. - Quién causó las heridas? Eso se logra mejor al dialogar con otra persona; incluso el hablar del problema constituye ya un proceso de curación. 3. Orar al Señor para que nos cure de esas heridas. Si alcanzamos a recordar cómo y por qué comenzó todo, y quién causó la herida, entonces pedimos a Jesús que nos acompañe al pasado. Él, como Señor del tiempo, es capaz de hacer lo que nosotros no podemos. Él puede curar esas heridas del pasado que todavía nos hacen sufrir, a veces en forma inmediata. Vaciar y llenar Después de haber orado por la sanación de la herida y pedirle que extirpe de nosotros la herida, que saque de nosotros esas consecuencias de la herida (vaciar), podemos pedir al Señor que llene la vida nuestra de todo lo que estábamos echando de menos. Dado que tenemos una necesidad tan profunda de amor, la conclusión de la oración de sanación interior es, por lo general, llenar del amor de Dios todos los ámbitos vacíos de nuestro corazón. Dios Sana mis Heridas más Profundas

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La curación interior da tanta paz y alegría a las personas, que es una pena que sean tan pocos los que entiendan y practiquen esta clase de oración.

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VII. Ejercicios de Sanación Interior “Escucha a Jesús Escucha a Jesús que te dice: Vengan a mí los que se sientan cargados y agobiados, y yo les aliviaré” (Mt 12, 28). Siente que Jesús va recorriendo toda tu vida y va ingresando a todos los momentos y circunstancias de tu pasado. El toma plena posesión de lo que eres, de lo que piensas, de lo que haces; Siente cómo Jesús asume lo más intimo de tu corazón. En la fe, acógelo sin reservas, gozosamente y siente cómo Jesús toca las heridas que más te duelen; cómo Jesús saca la espina de esas angustias que te oprimen; cómo te alivia esos temores y te libera de tus rencores. Acepta a tus padres Dios mío, si alguna vez sentí verguenza o aversión por mis padres, en este día yo los acojo con cariño y amor. Pido perdón por mi ingratitud y de tu mano yo los acepto con gratitud y emoción. Si acaso ellos ya fallecieron, igualmente yo los acojo, les abrazo, los amo, los acepto profunda y Dios Sana mis Heridas más Profundas

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totalmente en el misterio de tu Santa Voluntad y les pido perdón en tu nombre. Gracias, Señor, por el regalo de mis padres y bendita sea su memoria para siempre. Amén. Acepta a tu pareja Señor Jesús, te agradezco que hayas puesto en mi vida y en mi corazón a la persona que tú me has dado como compañera hasta el final de nuestros días. Reconozco que somos dos personas distintas, aunque tú, Señor, has ido moldeando nuestros corazones para que lleguen a ser uno solo en el amor. Dame, Señor, la aceptación total de su manera de ser y haz que mi pareja, en cristiana aceptación, comprenda también mi condición para que lleguemos a ser una pareja unida y fuerte en tu amor. Pule, Señor Jesús, todo aquello que aún no sea ideal en nuestra relación común; danos la sabiduría necesaria para educar en tu amor a nuestros hijos y haz que juntos alcancemos la paz en tí. Amén. Acepta tu figura fisica Padre mío, fuente de mi vida, dame la gracia de hacerme amigo de mí mismo. Si alguna vez sentí verguenza de ser como soy, te pido perdón a tí, autor de mi vida y de mi ser. Perdona mi insensatez y mi ingratitud. Desde ahora quiero sentirme contento de ser como soy; feliz de ser como soy. Te alabo, te admiro y te agradezco por estas manos, este rostro, esta figura general. Bendito seas por haberme hecho tal como me hiciste. En tus manos me entrego, feliz de ser como soy. Amén. 44

Ejercicios de Sanación Interior

Acepta la enfermedad y la muerte Padre mío, dueño de la vida y de la muerte, dame la gracia de aceptar con paz el misterio doloroso de la vida, las enfermedades, la decadencia y la muerte; aceptarlas sin lamentos, sin lágrimas, en silencio y paz. Me acuerdo que tu Hijo transformó lo más negativo e inútil del mundo, como es el dolor y la muerte, en fuente de redención y de vida eterna. Yo también quiero que desde hoy mi dolor y mi muerte sean fuente de redención para mí. A partir de este momento acepto sufrir con Jesús y como Jesús. En tus manos, Padre mío, me abandono con mi vida y mi muerte, mi salud y mi enfermedad. Amén. Acepta tu persona Dios mío, en tus manos me pongo con lo poco que soy, feliz de ser como soy. Si alguna vez sentí tristeza y verguenza de mi persona, te pido perdón por haberme avergonzado de la obra de tus manos. Te doy gracias por haberme hecho capaz de pensar que pienso, portador de un aliento divino e inmortal. Dame la gracia de perdonar y de amar esta extraña personalidad. En tu voluntad perdono y amo tantas cosas muy mías que hasta ahora no me gustaban. En tus manos me pongo con lo poco que soy, feliz de ser como soy, amigo de mí mismo. Amén. Acepta la propia historia Dios mío, Señor de mi vida, dame la gracia de transformar el dolor en amor. Aquellos que nunca me comprendieron y Dios Sana mis Heridas más Profundas

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aquellos que nunca me aceptaron y siempre me rechazaron, aquellos que se fueron detrás de mí con infundios, medias verdades y calumnias enteras, y que me hicieron pasar noches sin dormir y días con lágrimas. Todos estos recuerdos dolientes quiero transformarlos en una ofrenda de amor y depositarla en silencio en lo profundo de tu voluntad. Señor, que toda esta masa doliente y sangrante se transforme en este momento en una ofrenda hacia ti, depositada para siempre con amor en al altar de tu voluntad. Y sea este momento el segundo nacimiento de mi vida, porque lo anterior de mi vida quedó para siempre olvidado y borrado. Y como niño recien nacido, comienzo yo hoy a caminar libre y feliz en tu nombre, Señor, amén. Perdona en el Espíritu de Jesús Espíritu Santo, poderosa fuerza de Dios, haz en este momento el prodigio de identificar mis sentimientos con los sentimientos de Jesús. Mi Señor Jesucristo, muerto y resucitado, presente aquí en este momento, y que está dentro de mí. Toma posesión completa de todo mi ser. Hazte vivamente presente en mi cuerpo y en mi espíritu, y asume todo lo que siento, lo que pienso, lo que soy, lo que tengo. En este momento tus sentimientos sean mis sentimientos, tus emociones mis emociones, tus ojos mis ojos, tus brazos mis brazos. Jesucristo, poderoso y amoroso Señor, calma dentro de mí este tormento de hostilidad que siento contra esa persona. Yo quiero sentir por ella lo que tú sientes en este momento 46

Ejercicios de Sanación Interior

por esa persona, lo que tú sentías al morir en la cruz por ella. Perdónala tú dentro de mí. Y, con mis sentimientos transformados en tus sentimientos, perdónala y ámala dentro de mí, conmigo. Quiero perdonarle como tú le perdonas; quiero mirar a ese ser con tus ojos y abrazarlo con tus brazos. Yo le quiero. Yo le comprendo. Yo le perdono. Yo le amo; como tú, mi Señor Jesús. Oración de abandono Padre, en tus manos me pongo; haz de mí lo que quieras. Por todo lo que hagas de mí, te doy gracias. Estoy dispuesto a todo; lo acepto todo con tal de que tu voluntad se haga en mí y en todas tus creaturas. No deseo nada más, Dios mío. Pongo mi alma entre tus manos; te la doy, Dios mío, con todo el ardor de mi corazón porque te amo y es para mí una necesidad de amor el darme, el entregarme entre tus manos sin medida, con infinita confianza, porque Tú eres mi Padre. Amén.

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VIII. Actitudes Espirituales para Sanar Interiormente

A

sumamos actitudes espirituales ante aquello que puede ser fuente de sufrimiento en nuestra vida: Actitud ante el Pasado: El tiempo es irreversible; no podemos retroceder ni un segundo en el tiempo. Por ello cualquier cosa que haya sucedido en el pasado es ya un hecho consumado e irreversible que no podemos cambiar. La rememoración del pasado puede convertirse en una gran tristeza y sufrimiento para muchas personas. Es hora de no viajar hacia ese pasado doloroso. Los hechos pasados ya están consumados. Aunque viertas un mar de lágrimas o que te encolerices, todo es inútil: esos hechos jamás serán alterados. Entonces, ¿para qué recordarlos?; mejor déjalos en el olvido y así no te seguirán lastimando. Actitud ante los Fracasos: Si tú pensabas que determinado plan tuyo alcanzaría el éxito, pero no fue así, dio como resultado algo negativo ante tus ojos. Pero en realidad no fue negativo, sino inferior a tus previsiones. Y ese resultado se convierte en fracaso cuando tú mismo rechazas aquel resultado. Al poner en marcha tu proyecto Dios Sana mis Heridas más Profundas

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te forjaste a tí mismo una ilusión que después se esfumó y produjo en ti como un desgarramiento; como que algo se hubiera roto en tu interior. Tienes que darte cuenta de que no es el fracaso lo que te tiene atrapado, sino que eres tú y solo tú el que está dándose de cabeza contra aquel resultado negativo. A fuerza de darle vueltas en tú cabeza y de resistirlo en tu corazón, lo has ido convirtiendo en un dolor terrible que te oprime. El problema no está en el resultado de tu proyecto: está en ti mismo. Actitud ante los Obstáculos: Como ser humano tú te preocupas por diferentes situaciones ajenas a ti tales como tener delante una larga fila de espera, o leer en el periódico que ha habido un accidente aéreo, que la inflación se ha disparado, las heladas amenazan las cosechas de este año, etc. Eso son piedras en el camino, pero tú no puedes cambiar ninguna de ellas. La regla de oro es: dejar que las cosas sean lo que son. Una vez que has llegado a la conclusion de que por tu parte no puedes hacer nada y de que los acontecimientos seguirán si que nadie te pida tu consentimiento, tienes que aceptarlo todo con mucha calma. Hay un refrán anónimo que dice así: Con las piedras que encuentres en el camino sé delicado y llévatelas. Y si no las puedes cargar como hermanas, al menos déjalas atrás como amigas. Esa es la piedra filosofal para transformar a los enemigos en amigos y secar innumerable manantiales de sufrimiento. 50

Actitudes Espirituales para Sanar Interiormente

Actitud ante los Disgustos: El disgusto es un producto de tu mente; somos nosotros mismos quienes engendramos los disgustos. Es posible que tú hayas vivido un suceso que se convirtió en escándalo y la gente te llenó de suposiciones injustas y tu prestigio se vió afectado. Todo ese conjunto de circunstancias es ya un hecho consumado y quedó estacionado en tu mente. Si tú relegaras al pasado ese suceso, lo olvidarías y ya no existiría para tí. Pero eres tú mismo quien rehace mentalmente de nuevo aquella desgracia y te enciendes en furia, rabia y verguenza, y por eso ese hecho pasado se transforma en disgusto. Pero has sido tú mismo quien estás transformando ese suceso en disgusto. Despierta y despréndete de los recuerdos dolorosos; deja ya de sufrir por ello. Actitud ante los Imposibles: A veces tenemos que enfrentarnos con situaciones que nos desagradan o que nos provocan rechazo y que no está en nuestras manos solucionar. Las denominamos situaciones límite, o bien hechos consumados o, simplemente, un imposible. Muchas veces poco o nada podemos hacer ante determinada situación. Si alguna vez podemos hacer algo que resuelva la situación, hay que avanzar decididamente y afrontarlo con valentía. Pero si vemos que nada podemos hacer a pesar de nuestra mejor voluntad, debemos abandonar la idea de ocuparnos de aquella situación.

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Debemos tener muy presente que hay que dejar de lado los imposibles, y seguir adelante. Actitud ante las Obsesiones: La obsesión está emparentada con la ansiedad y la angustia, aunque en sí mismo sea diferente. Entre obsesión, ansiedad y angustia hay una relación de causa-efecto, pero encierran contenidos distintos. Lo específico de la obsesión es que la persona se siente dominada por un contenido que se ha instalado ahí, en su interior, y se ve ante la impotencia de ahuyentarlo, dejando de ser dueño de sí mismo. Esto es lo más característico del fenómeno obsesivo. La obsesión acaba convirtiéndose en uno de los más abundantes surtidores de sufrimiento humano. Actitud espiritual ante la Angustia: Ante todo es conveniente subrayar la diferencia que existe entre inquietud, ansiedad y angustia. En la inquietud predomina la sensación física, aunque ello no conlleva ahogo u opresión; es tan solo una sensación, sin llegar a ser un sentimiento y no llega a alterar el aspecto afectivo. La ansiedad es una perturbación psíquica y con ella se experimenta una impresión de inseguridad con efecto de sobresalto, aunque con tendencia a buscar la solución. Es más de carácter cerebral que somático. La angustia es una sensación física profunda que afecta principalmente al plexo solar y la garganta, siempre con sensación de opresión, ahogo y de encogimiento. 52

Actitudes Espirituales para Sanar Interiormente

Actitud espiritual ante la Depresión: Se caracteriza por un profundo y prolongado abatimiento, acompañado por una total impotencia para cualquier futura iniciativa. El deprimido pierde facilmente sus facultades de comunicación y revivien los hechos más sombríos de su pasado, lo cual les produce sentimientos de culpabilidad. La depresión afecta a todo el organismo y la persona vive con amargura una sensación oprimente de inutilidad y expresa, con voz vacilante, pensamientos derrotistas. Actitud espiritual ante la Rutina: Es la fuerza más desestabilizadora de las instituciones humanas y de la vida misma. Por efecto de la rutina los humanos experimentan una constante caída de tension en los compromisos, pierden el ímpetu inicial y aflojan en el entusiasmo. Entonces aparece la apatía, desfallece la ilusión y se hace presente la tibieza y la monotonía. La rutina es motivada en gran parte por la repetición al gastarse la novedad de algo. Desaparece el impacto, el asombro y la novedad cuando algo se repite una y otra vez. La solución está en conservar la lámpara encendida, en buscar de adentro hacia afuera. Cuando el interior de la persona es luz, todo es luz. Actitud espiritual ante la Envidia: Es la hierba más frondosa del huerto humano; la que más abunda. La envidia busca razones para disfrazarse, nunca ataca al descubierto, siempre se cobija bajo las alas de las razones y se complace en hacer sufrir a los demás. Dios Sana mis Heridas más Profundas

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Actitud espiritual ante la Personalidad: La personalidad es herencia de dos factores: herencia y ambiente. Podemos decir que los elementos básicos de la personalidad se heredan genéticamente, mientras que el ambiente determina qué se desarrollará en la persona y en qué medida. Los miembros de una misma familia pueden ser físicamente muy parecidos, pero el hecho de vivir alejados, en distintos ambientes, les hace diferentes con el tiempo. Cuando vuelven a reunirse se dan cuenta de su parecido físico, pero también de sus diferencias personales. Entonces es cuando pueden empezar las envidias, resentimientos, odios, y todo aquello que destruye la unidad familiar. No podemos aspirar a una verdadera sanación interior si antes no nos hemos aceptado a nosotros mismos, con nuestras virtudes y defectos. Actitud espiritual ante la Enfermedad: La enfermedad puede surgir en una persona por muchos medios y por determinadas circuntancias. Cuando la descubres en tu organismo tienes que buscar ayuda para combatirla y vencerla, pero si no lo logras y la enfermedad continua en tu cuerpo debes deponer toda agresividad, no irritarte contra ella y dejarla en paz. Aceptándola estarás también en paz contigo mismo y con los demás. Y si la enfermedad debe acompañarte a lo largo de tu vida, que no sea en calidad de enemiga sino de hermana y amiga. Todo cuanto se acepta se transforma en amigo en una reconciliación sin fronteras. 54

Actitudes Espirituales para Sanar Interiormente

Actitud espiritual ante la Muerte: Para el ser humano ninguna realidad encuentra tanta oposición como la muerte y por ello es la enemiga por antonomasia de la humanidad. La persona cuanto más piensa en ella más la teme, y cuanto más la teme más la engrandece, con lo cual lo único que consigue es que su vivir sea un morir. Hay que aceptar que todo lo que nace muere y que, llegada la hora, de nada sirve resistir. Hay que hacerse a la idea, serena, sabia y humildemente, de que un día esta vida se acabará. Debemos soltar las adherencias y dejarnos llevar. Esta será nuestra victoria sobre la muerte y habremos acabado transformando a nuestro peor enemigo en nuestro mejor amigo.

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IX. Doce Oraciones de Sanación Interior 1. Oración de Sanación interior (P. Emiliano Tardif ) Padre de bondad, te bendigo y te alabo y te doy gracias
porque por tu amor nos diste a tu Hijo Jesús. Gracias Padre porque a la luz del Espíritu
comprendemos que él es la luz, la verdad y el buen pastor
que ha venido para que tengamos vida
y la tengamos en abundancia.
 Hoy, padre, me quiero presentar
delante de ti, como tu hijo.
Tú me conoces por mi nombre,
pon tus ojos de Padre amoroso en mi vida.
Tú conoces mi corazón
y conoces las heridas de mi historia,
Tu conoces todo lo que he querido hacer
y no he hecho.Conoces también lo que hice
o me hicieron lastimándome.
Tú conoces mis limitaciones,
mis errores y mis pecados;
conoces los traumas y complejos de mi vida.
 Hoy, Padre, te pido que por el amor
que le tienes a tu Hijo Jesucristo,
derrames tu Santo Espíritu sobre mí,
para que el calor de tu amor sanador
penetre en lo más íntimo de mi Dios Sana mis Heridas más Profundas

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corazón.
Tú que sanas los corazones destrozados
y vendas las heridas
sáname aquí y ahora de mi alma,
mi mente, mi memoria y todo mi interior.
 Entra en mi Señor Jesús,
como entraste en aquella casa
 donde estaban tus discípulos
 llenos de miedo. Tú que apareciste en medio de ellos y les dijiste:
“Paz a vosotros”
Entra en mi corazón y dame tu paz.
Lléname de tu amor,
Sabemos que el amor hecha fuera el temor.
Pasa por mi vida y sana mi corazón.
 Sabemos, Señor Jesús,
que tú lo haces siempre que te lo pedimos
y te lo estoy pidiendo con María, mi madre,
la que estaba en las bodas de Caná
cuando no había vino
y tu respondiste a su deseo,
transformando el agua en vino.
Cambia mi corazón y dame un corazón generoso,
un corazón afable, un corazón bondadoso,
dame un corazón nuevo. Haz brotar en mí
los frutos de tu presencia.
Dame el fruto de tu Espíritu que es amor,
paz, alegría.
 Haz que venga sobre mí
el Espíritu de las bienaventuranzas,
para que pueda saborear
y buscar a Dios cada día,
viviendo sin complejos ni traumas
junto a los demás,
junto a mi familia,
junto a mis hermanos. Te doy gracias padre,
por lo que estás haciendo hoy en mi vida.
Te doy gracias de todo corazón
porque tú me sanas,
porque tú me liberas,
porque tú rompes las cadenas
y me das la libertad.
Gracias, Señor Jesús,
porque 58

Doce Oraciones de Sanación Interior

soy templo de tu Espíritu
y ese templo no se puede destruir
porque es la casa de Dios.
 Te doy gracias Espíritu Santo por la fe,
gracias por el amor que has puesto en mi corazón,
¡qué grande eres Señor Dios Trino y Uno!
Bendito y alabado seas, Señor. 2. Tú has venido a curar los corazones heridos Señor Jesús, Tú has venido a curar
los corazones heridos y atribulados,
te ruego que cures los traumas que provocan 
turbaciones en mi corazón;
te ruego, en especial que cures
aquellos que son causa de pecado. Te pido que entres en mi vida,
que me cures de los traumas psíquicos 
que me han afectado en tierna edad 
y de aquellas heridas que me los han provocado
a lo largo de toda la vida. Señor Jesús, Tú conoces mis problemas,
los pongo todos en Tu corazón de Buen Pastor.
Te ruego, en virtud de aquella gran llaga
abierta en Tu Corazón, 
que cures las pequeñas heridas que hay en el mío. Cura las heridas de mis recuerdos,
a fin de que nada de cuanto me ha acaecido 
me haga permanecer en el dolor, en la angustia, 
en la preocupación. Cura, Señor,
Todas esas heridas que, en mi vida,
han sido causa de raíces de pecado.
Quiero perdonar 
a todas Dios Sana mis Heridas más Profundas

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las personas que me han ofendido,
mira esas heridas interiores
que me hacen incapaz de perdonar.
Tú que has venido a curar los corazones afligidos,
cura mi corazón. Cura, Señor Jesús, mis heridas íntimas
que son causa de enfermedades físicas.
Yo te ofrezco mi corazón,
acéptalo, Señor, purifícalo y dame
los sentimientos de Tu Corazón Divino.
Ayúdame a ser humilde y benigno.
 Concédeme, Señor,
 la curación del dolor que me oprime 
por la muerte de las personas queridas.
Haz que pueda recuperar la paz y la alegría
por la certeza de que Tú eres la Resurrección y la Vida. Hazme testigo autentico
de Tu Resurrección,
de Tu Victoria sobre el pecado y la muerte,
de Tu Presencia de Viviente entre nosotros.
Amén. 3. Oración para la sanación interior personal Señor, Tú puedes volver atrás conmigo y caminar conmigo a través de mi vida desde el momento en que fui concebido. Ayúdame, Señor, aun entonces: límpiame y líbrame de todo lo que pudo causarme dificultades en el momento de mi concepción. Tú estabas presente en el momento que fui formado en el vientre de mi madre. Líbrame y sáname de cualquier ataduras en mi espíritu que hayan podido llegarme por mi madre o las circunstancias de la vida de mis padres aún cuando tomaba forma. Por esto, te doy gracias. 60

Doce Oraciones de Sanación Interior

También te alabo, Jesús, porque además me estás sanando del trauma de nacer. (Muchas de nuestras madres tuvieron partos largos y dolorosos cuando nacimos, y esto tiene un efecto en la criatura). Te pido, Señor, que me cures del dolor de nacer y de todo lo que sufrí al nacer. Te doy gracias, Señor, porque Tú estabas allí para recibirme en tus brazos cuando nací. Conságrame en ese mismo momento al servicio de Dios. Gracias, Jesús, porque esto se ha hecho. Señor Jesús, te alabo porque en esos primeros meses de mi infancia tú estabas conmigo cuando te necesité. (Hay muchas personas que necesitaban más amor del que recibieron de su madre, porque fueron separados por circunstancias que no pudieron evitarse. No recibieron el amor que les hubiera ayudado a sentir fuerza y estabilidad). Hubo veces que necesité que mi madre me acunara en su pecho y me meciera y me contara cuentos infantiles como solamente sabe hacerlo una madre. Señor, hazlo Tú en lo más profundo de mi ser. Envíame a tu madre, María, para que me estreche en su regazo, me dé calor y me haga todo lo que una madre hace para brindarle a su hijo ternura y seguridad. Déjame sentir su amor maternal tan conmovedor, confortante y profundo que nada ya pueda separarme de ese amor otra vez. Te doy gracias y te alabo. Señor, porque sé que ahora mismo estoy cobijado en los brazos de tu madre y en los tuyos. (También hay personas que necesitaron más del amor paternal en sus vidas). Por cualquier razón que me haya Dios Sana mis Heridas más Profundas

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sentido descuidado, rechazado, Señor, llena esa parte de mi ser con un profundo amor paternal que sólo viene de un padre. Aunque yo no esté consciente de haber necesitado unos brazos fuertes y un “papito” que me amara y me diera seguridad y apoyo, dámelo Tú ahora. Gracias, Señor, porque esto también lo estás haciendo. (Según crecíamos, algunos de nosotros pertenecíamos a familias donde no había mucho tiempo para nosotros como individuos). He llegado a entender y a aceptarlo, pero una parte de mi ser en realidad nunca se sintió completa, nunca se sintió verdaderamente querida. Te pido hoy una curación de ese sentimiento. Señor, hazme saber que soy tu hijo, una persona importante en tu familia, un ser único que amas de una manera muy especial. Cúrame, Señor, las heridas causadas por las relaciones con mi familia, el hermano o hermana que no me entendía del todo o que no me demostraba amor y bondad debidamente. Una parte mía nunca se sintió amada por eso. Déjame ahora alcanzar en perdón a ese hermano o hermana. Quizás a través de los años, nunca he podido aceptarlos porque nunca me sentí verdaderamente aceptado por ellos. Dame un gran amor por ellos. Así que la próxima vez que los vea haya tanto amor que todo lo viejo habrá pasado. Me habrás renovado. Te doy gracias por eso, Señor. (Según crecíamos, el primer trauma real en nuestra vida pudo haber sido cuando fuimos a la escuela por primera vez. Esa fue la primera vez que nos ausentábamos del 62

Doce Oraciones de Sanación Interior

hogar y todo lo que ello representaba. Para algunos de nosotros que éramos muy sensibles, que éramos tímidos, inseguros, esto fue difícil; - quedarnos con aquella maestra extraña, con compañeros extraños, en un lugar extraño). Señor, de veras nunca me recuperaré de esa experiencia, porque había cosas que esperaban de mí y cosas que me herían mucho. Hubo maestras intratables y niños que no me mostraban amor o comprensión. Te pido, Señor, que me sanes de todos esos años que pasé en la sala de clase, que me quites todo el dolor y sufrimiento que recibí en ese tiempo. Me retraje en ese entonces, Señor, y empecé a sentir miedo de hablar en grupos porque me habían ridiculizado, castigado, criticado en la escuela. Dejé de hablar porque era demasiado doloroso. Señor, te pido que abras la puerta de mi corazón. Déjame relacionarme en grupos de una manera más abierta y libre de lo que he podido hasta ahora. Según se lleva a cabo esta curación, tendré la confianza y el valor de hacer lo que me pidas en toda situación. Gracias, Señor, porque creo que estás sanándome ya. Señor, cuando entré en la adolescencia, empecé a experimentar cosas que me asustaron, me avergonzaron y me causaron dolor. Nunca he podido sobreponerme del todo a algunas experiencias que tuve cuando me estaba conociendo a mí mismo, lo que significa ser persona. Te pido, Señor Jesús, que sanes todas las experiencias que tuve como adolescente; las cosas que hice y que me hicieron y de las que nunca he sanado. Entra en mi corazón y quita Dios Sana mis Heridas más Profundas

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todas las experiencias que me causaron sufrimiento o vergüenza. No te pido, Jesús, que borres esto de mi mente sino que lo transformes de manera que pueda recordarlo sin vergüenza, con acción de gracias. Hazme comprender por lo que hoy están pasando los jóvenes, porque yo mismo también he pasado por ello: esa época de búsqueda y conflicto. Según me voy sanando, déjame ayudar a otros a encontrar la curación. Señor, al salir de este período de mi vida, y al empezar a crecer en la vocación a que me llamabas, tuve dificultades. (Algunos fuimos llamados a ser esposos y esposas, algunos fuimos llamados al celibato, otros escogieron la soltería o ahora son viudos o divorciados. Ha habido dolor, ha habido sufrimientos; no hay carrera alguna en la tierra que no conlleve dificultades de ajuste, problemas que necesitaban curarse en la vida privada). Te pido, Jesús, que me cures en el estado de vida que me encuentro hoy, y todo lo que eso ha significado para el mundo que me rodea. (Esposos y esposas tienen cosas del pasado que se interponen en sus relaciones, heridas y sufrimientos que solamente pueden existir entre quienes tratan de vivir juntos y conocerse en una situación muy íntima). Señor, sáname de estas cosas. Haz que mi matrimonio empiece a ser de nuevo lo que Dios quiere que sea. Toma en tus manos todas las heridas y sufrimientos del pasado, para que desde ahora en adelante este matrimonio sea limpio y de nuevo tan libre y tan sano como sea posible. 64

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Gracias, Padre, que mediante esta curación podemos llegar a ser la clase de marido y mujer que Tú pides que seamos. (Los sacerdotes, religiosas y religiosos han tenido heridas que los han alejado de Jesús en vez de acercarlos a Él). Señor, ayúdame a sentir tal calor y fortaleza de amor en mí que nunca jamás dude yo, si el camino que sigo es al que me has llamado. Dame valor y confianza en la obra que me has llamado a hacer. Llévame adelante con propósito y metas nuevas. Gracias, Padre, porque sé que estás haciéndolo. (La gente soltera que se han sentido llamados a esa vida, siguen los pasos de Jesús con un dolor y sufrimiento que sólo Dios conoce). Me he sentido solo y en ocasiones, abandonado y totalmente rechazado por el resto de la humanidad. Señor Jesús, lléname hoy de un nuevo sentido de fortaleza y propósito. Hazme comprender lo que has puesto en mi corazón. Déjame ser un testimonio vivo de Jesucristo. Te doy gracias, Padre, porque sé que estás haciendo esto. Según siento la unción de tu amor, te glorifico, Señor, porque sé que está hecho. Señor, no hay poder en el cielo y la tierra que pueda impedirlo. Te alabo, Señor, porque sé que mientras más te entrego, dándote gracias y alabándote por ello, más me das la fortaleza de tu presencia, el poder de tu espíritu, el amor de tu Divino Hijo. Te alabo, Jesús, por esta curación y te glorifico. Gracias. Amén. Dios Sana mis Heridas más Profundas

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(Ahora permanece en silencio unos diez minutos. Deja que el Espíritu de Dios complete la obra de curación en ti. Vacía tu corazón de todo lo que no es de Dios. Deja que Dios vuelva a llenarlo con su Amor). 4. Oración de sanación de la propia imagen Señor, dales a mis hermanos una buena imagen de sí mismos. Que puedan verse como Tú les ves. Padre en nombre de Jesús, nos dirigimos a Ti para que toques a cada uno de estos hermanos y les des una buena imagen de sí mismos y una verdadera autoestima en Cristo Jesús. Señor, ellos puede que se sientan indignos, inapropiados o inferiores; quizás se sientan feos, tímidos, o como pesonas que no hacen nada bien. A lo mejor les llamaron con apodos que no les gustaron, e incluso de adultos pueden sentirse inseguros y no amados. Señor Jesús, llévate sus sentimientos de fracaso, de vergüenza, de decepción, culpabilidad o timidez. Te pedimos que los liberes de toda fuerza negativa que les ha mantenido en la esclavitud y les ha apartado de vivir una vida abundante y victoriosa. 66

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Amado Señor, hazles saber cuánto les amas y que ellos son la niña de tus ojos. Haz, Señor, que se den cuenta que Tú has muerto en la cruz, no solo por sus pecados, sino también por sus profundas heridas emocionales y sus recuerdos dolorosos. Te rogamos, Señor, que sanes todo lo herido y roto que haya en ellos. Ayúdales a amarse a sí mismos, a aceptar tu perdón, a perdonarse a sí mismos y perdonar a otros. Señor Jesús, llena los vacíos de sus vidas. Y dales el amor y la seguridad que pueden no haber recibido. Dales un atrevimiento santo, confianza y nuevas energías para que puedan hacer todas las cosas a través tuyo. Señor, dales una buena imagen de sí mismos. Y que puedan verse como Tú les ves: especiales, dignos y perdonados, para que cada uno de ellos llegue a ser la persona que Tú creaste y quieres que sea. Te lo pedimos a ti, que los amas y que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

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5. Oración de perdón y sanación interior Señor Jesucristo, hoy te pido la gracia de poder perdonar a todos los que me han ofendido en mi vida. Sé que Tú me darás la fuerza para perdonar. Te doy gracias porque Tú me amas y deseas mi felicidad más que yo mismo. “Señor Jesucristo, hoy quiero perdonarme por todos mis pecados, faltas y todo lo que es malo en mí y todo lo que pienso que es malo. Señor, me perdono por cualquier intromisión en ocultismo, usando tablas de uija, horóscopos, sesiones, adivinos, amuletos, tomado tu nombre en vano, no adorándote; por herir a mis padres, emborracharme, usando droga, por pecados contra la pureza, por adulterio, aborto, robar, mentir. Me perdono de verdad, Señor; Quiero que me sanes de cualquier ira, amargura y resentimiento hacia Ti. Por las veces que sentí que Tú mandaste la muerte a mi familia, enfermedad, dolor de corazón, dificultades financieras o lo que yo pensé que eran castigos. ¡Perdóname, Jesús y Sáname! 68

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Señor, perdono a mi madre por las veces que me hirió, por las veces que se resintió conmigo, estuvo furiosa conmigo, me castigó, prefirió a mis hermanos y hermanas que a mí, me dijo que era tonto, feo, estúpido o que le había costado mucho dinero a la familia, o cuando me dijo que no era deseado, que fui un accidente, una equivocación o no era lo que quería. Perdono a mi padre por cualquier falta de apoyo, falta de amor, o de afecto, falta de atención, de tiempo, o de compañía, por beber, por mal comportamiento, especialmente con mi madre y los otros hijos, por sus castigos severos, por desertar, por estar lejos de casa, por divorciarse de mi madre, por no serle fiel. Señor, perdono a mis hermanos y hermanas que me rechazaron, que dijeron mentiras de mí, me odiaron, estaban resentidos contra mí, competían conmigo por el amor de mis padres; me hirieron físicamente o me hicieron la vida desagradable de algún modo. Les perdono, Señor. Señor, perdono a mi cónyuge por su falta de amor, de afecto, de consideración, de apoyo, por su falta de comunicación, por tensión, faltas, dolores o aquellos otros actos o palabras que me han herido o perturbado. Dios Sana mis Heridas más Profundas

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Señor, perdono a mis hijos por su falta de respeto, obediencia, falta de amor, de atención, de apoyo, de comprensión, por sus malos hábitos, por cualquier mala acción que me puede perturbar. Señor, perdono a mi abuela, abuelo, tíos, tías y primos, que hayan interferido en la familia y hayan causado confusión, o que hayan enfrentado a mis padres. Señor, perdono a mis parientes políticos, especialmente a mi suegra, mi suegro, perdono a mis cuñados y cuñadas. Señor, hoy te pido especialmente la gracia de perdonar a mis yernos y nueras, y otros parientes por matrimonio, que tratan a mis hijos sin amor. Jesús, ayúdame a perdonar a mis compañeros de trabajo que son desagradables o me hacen la vida imposible. Por aquellos que me cargan con su trabajo, hablan de mí, no cooperan conmigo, intentan quitarme el trabajo. Les perdono hoy. También necesito perdonar a mis vecinos, Señor. Por el ruido que hacen, por molestar, por no tener sus perros atados y dejar que pasen a mi jardín, por no tener la basura bien recogida y tener el vecindario desordenado; les perdono. 70

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Ahora perdono a mi párroco y los sacerdotes, a mi congregación y mi iglesia por su falta de apoyo, mezquindad, falta de amistad, malos sermones, por no apoyarme como debieran, por no usarme en un puesto de responsabilidad, por no invitarme a ayudar en puestos mayores y por cualquier otra herida que me hayan hecho; les perdono hoy. Señor, perdono a todos los profesionales que me hayan herido en cualquier forma, médicos, enfermeras, abogados, policías, trabajadores de hospitales. Por cualquier cosa que me hicieron; les perdono sinceramente hoy. Señor, perdono a mi jefe por no pagarme lo suficiente, por no apreciarme, por no ser amable o razonable conmigo, por estar furioso o no ser dialogante, por no promocionarme, y por no alabarme por mi trabajo. Señor, perdono a mis profesores y formadores del pasado así como a los actuales; a los que me castigaron, humillaron, insultaron, me trataron injustamente, se rieron de mí, me llamaron tonto o estúpido, me hicieron quedar castigado después del colegio.

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Señor, perdono a mis amigos que me han decepcionado, han perdido contacto conmigo, no me apoyan, no estaban disponibles cuando necesitaba ayuda, les presté dinero y no me lo devolvieron, me criticaron. Señor Jesús, pido especialmente la gracia de perdonar a esa persona que más me ha herido en mi vida. Pido perdonar a mi peor enemigo, la persona que más me cuesta perdonar o la persona que haya dicho que nunca la perdonaría. Gracias Jesús, porque me estás liberando del mal de no perdonar y pido perdón a todos aquellos a los que yo también he ofendido. Amén. 6. Sanación de los Recuerdos Señor, gracias por ese don maravilloso de Recordar, por el don dela memoria. Gracias porque esta facultad me ayuda a revivir los momentos dulces de tu inmensa misericordia. Sin embargo, a veces, Señor, me torturan los malos recuerdos, Pues no todos los recuerdos son de alegría; hay recuerdos amargos que cubren de gris mis momentos más lindos. Hoy mi Señor te entrego todos los malos recuerdos de mi memoria. 72

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Algunos se han grabados en forma de complejos y traumas, queme paralizan y producen temores, me bloquean y me impiden que sea feliz. Amigo Jesús pon tu mano sanadora en mi memoria, envía tu Espíritu Santo que me ayude a comprender que el pasado ya pasó y el hoy es distinto. Jesús acompáñame a recordar eso momentos dolorosos y a comprenderlos, a convencerme que si yo tuve culpa , tú me has perdonado, que el tiempo ya ha pasado y si herí a otros, Tú estás también para sanarlos, por tu gran misericordia Acepto Padre Celestial todo lo que me pasó, como parte de tu moroso plan y quiero borrar, con tu ayuda, lo que no sea fruto del Espiritu Santo en mi Memoria. Haz el milagro de que mi memoria no sea un sotano oscuro sino un depósito de misericordia donde puedo acudir para nutrirme y nutrir a otros de motivos para alabarte. Te amo, Señor; hazme libre de mi pasado y sus tormentas, déjame descansar en tus brazos, plasma en mi corazón esa paz que calma y me hace estar en perfecta comunicacion contigo. Mi buen Maestro, sólo tú puedes enseñarme a convertir mis recuerdos negativos en positivos. Amén. Dios Sana mis Heridas más Profundas

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7. Sanación interior (P. R. De Grandis) Señor Jesús, gracias por tu presencia hoy. Se que me amas y que me estás llamando por mi nombre. Viniste a liberar a los cautivos. Gracias por Tu amor y Tu piedad que me liberan constantemente de vínculos y me llenan de Tu vida abundante. Yo te alabo, te bendigo y te adoro.  Me pongo bajo tu protección, Señor, y me cubro con Tu Preciosa Sangre y pido a los Ángeles, a los santos y a Tu Madre Bendita que intercedan por mí.  Señor, me sumerjo en un perdón profundo para limpiarme de cualquier raíz de amargura o resentimiento. Centro mi oración ahora sobre la persona que más me ha fastidiado en la última semana. Perdono a esa persona desde lo más profundo de mi corazón y bendigo a esa persona. Absuelvo de toda culpabilidad a cada persona que me haya herido en el último mes. Jesús, porque te  amo, digo a esas personas: “Aunque me hayan herido, yo no los voy a herir. Los entrego a Jesús, los perdono, los acepto y los amo tal y como son”. 74

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Por un acto de voluntad, perdono a todos aquellos que me han herido desde el principio de este año. Jesús, bendícelos.  Señor, ahora te ruego por la persona que más daño me ha hecho en la vida, la que es como el origen de todo mi dolor. Elevo esta persona a Ti, para que reciba Tu bendición.  Señor Jesús, te pido la gracia de perdonarme de verdad por mi mayor pecado, por la mayor falta de fe en mi relación contigo. Me perdono por eso, Señor. Tú me has perdonado y ahora recibo de Ti la gracia de perdonarme de verdad.  Señor, me pongo en Tu presencia y te pido por todos aquellos que llevan mi sangre, que no están perfectamente unidos a Ti.  Señor, te pido perdón por sus culpas. Me uno a la oración de Daniel cuando intercede por su pueblo y digo: “¡Señor, Dios grande y temible, que aguardas la alianza y el amor a los que te aman y observan tus mandamientos. Nosotros hemos pecado, hemos sido injustos y rebeldes y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus leyes” nos hemos sublevado contra Yahvé. Dios Sana mis Heridas más Profundas

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De Él esperamos solamente el perdón y la misericordia” “Ahora, pues, oh Dios nuestro, escucha la plegaria y las súplicas de tu siervo, y, por amor de ti mismo, haz brillar Tu Rostro sobre tu santuario devastado. Dios mío, inclina tus oídos y escucha. Abre tus ojos y mira cómo está arruinada la ciudad sobre la cual ha sido pronunciado tu Nombre. No nos apoyamos en nuestras buenas obras, sino que derramamos nuestras súplicas ante ti, confiados en tu gran misericordia. Señor, escucha; Señor, perdona; Señor, atiende. Obra, Dios mío, no tardes más, por amor de Ti mismo, ya que tu Nombre ha sido invocado sobre tu ciudad y tu pueblo”. (Dn 9, 4 – 19). 8. Oración por la cura del alma Señor Jesús, Te pido por mi alma. Las consecuencias del pecado se reflejan en ella. Purifica, oh Señor, mi subconsciente. Penetra en él con tu luz para que las tinieblas no lo envuelvan. Con el poder de tu gracia, toca lo más profundo de mi alma que está amarrada a las cosas materiales, de donde provienen mis miedos. Purifícame para que mi espíritu esté más abierto a Ti. Cúrame de la desconfianza que pueda tener de Ti y de tu Palabra. 76

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Te pido, Señor Jesús, que me cures de toda conmoción negativa y de los traumas oriundos de los fracasos y planes no realizados. Purifícame de toda tiniebla interior y cuida de las heridas que se encuentran en la médula de mi subconsciente. En el poder de tu nombre, Jesús, y de acuerdo con tu Palabra, ahora mismo yo aniquilo todo raciocinio y todo orgullo que se levantan en mí contra el conocimiento de Dios y esclavizo todo pensamiento y lo reduzco a la obediencia a Ti. (2 Co 10,5). Te pido además, Señor Jesús, que mi alma sea renovada por el poder de tu Santo Espíritu y de tu Palabra y que solamente lo que sea verdadero, noble, justo, puro, amable, de buena fama, virtuoso y digno de alabanza ocupe mis pensamientos (Flp 4,8) Que tu paz, que sobrepasa toda inteligencia, guarde mi corazón y mis pensamientos en Cristo Jesús (Flp 4,7) Ruego, ahora por las personas espiritualmente enfermas y sumergidas en problemas. Aliviánales las cargas y cura las llagas originadas en su enfermedad espiritual. Protege a los niños y a los jóvenes que recibieron esta triste herencia. Dios Sana mis Heridas más Profundas

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¡Libéralos de las depresiones, miedos, neurosis y de todos los problemas psíquicos! Cura también a los que se quedaron psíquicamente enfermos por causa de la falta de éxito en la familia, en la escuela o empleo. Aparta de ellos cualquier idea de suicidio y líbralos de cualquier pensamiento opresor. ¡ Jesús, sé Tú el único Señor de nuestra alma! Libera con tu sangre preciosa a las personas que practican el ocultismo y la hechicería, cuyas consecuencias las llevan a la oscuridad y a la muerte espiritual. ¡Restituye a las almas la paz y la serenidad!  Amén. Ruegan por nosotros, Oh Virgen María de Guadalupe, Madre de Dios y nuestra. En nombre de Jesús. Amén. 9. Oración por la cura interior Jesús mío: Vengo hoy a pedirte la cura de mis recuerdos, de todo aquellos que viví y quedó guardado en mi inconsciente y que me ha atormentado. Tú me conoces y sabes la causa de cada problema que traigo en mi interior. Ven, Jesús, y cura estos recuerdos, los momentos en que me sentí rechazado, desanimado, ignorado hasta por aquellos que más amaba. 78

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Cúrame de los sentimientos de odio, rencor, disgusto y falta de perdón que, muchas veces, se reflejan en mi cuerpo, causando dolores y enfermedades físicas. Cúrame de los momentos de peligro que viví y que me tornaron una persona miedosa e insegura, cúrame Señor. ¡Oh Señor, son tantos los traumas y marcas que traigo en mi mente… y solo Tú puedes curarme! Por eso Te pido: lava mi mente con tu sangre, dame tu cura y lléname de tu paz. Desde ahora, Te alabo y agradezco, pues creo que estás actuando en mí ahora y que seré, en Ti, una nueva criatura. ¡En el poder de tu nombre, Jesús! Amén. 10. Intercesión por la cura interior de alguien Señor Jesús, Te pido que entres en el corazón de NN. y toques aquellas experiencias de vida que necesitan curarse. Tú conoces mucho mejor a NN de lo que él se conoce a sí mismo. Derrama pues, tu amor en todos los rincones de su corazón. Donde quiera que lo encuentres herido, tócalo, consuélalo, libéralo.

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Si NN se siente solo, abandonado, rechazado por la humanidad, concédele, mediante tu amor regenerador, una nueva conciencia de su valor con persona. Jesús, Te entrego a NN totalmente a Ti: su cuerpo, mente y espíritu y Te agradezco por restaurar su integridad. Gracias, Señor. Amén. ¡Aleluya! 11. Oración por la sanación interior y física Señor Jesucristo, creo que eres el Hijo resucitado y glorioso de Dios Padre y que estás aquí entre nosotros, vivo e intercediendo por mí, amándome y queriendo ayudarme. A ti me entrego, confiado, ¡porque sé que quieres curarme y eres omnipotente para hacerlo! Señor Jesús, Te lo ruego: perdona mis pecados, fallas y omisiones y cura, principalmente en mí, mis malos hábitos. Quiero, con tu gracia, perdonar a los que me ofendieron y afligieron. Jesucristo, mi Dios y mi Amigo, en este instante Te acepto como mi amado Salvador y Señor, único dueño de todas las áreas de mi ser, de todo lo que soy y poseo.

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Jesús, mi Señor y Rey, Te pido que entres ahora en mi vida y permanezcas conmigo según lo prometiste: “Estaré siempre contigo, hasta el fin de los tiempos.” Yo creo en tu Palabra. Señor Jesús, yo Te entrego, en este momento, mi mente, mi voluntad y toda mi vida, pues quiero que seas el centro de mi vivir, sin que el egoísmo sea más el centro de mi vida. Mi redentor y mi Hermano, muéstrame el propósito maravilloso que tienes para mi vida en este mundo y en la eternidad. Yo acepto el plan amoroso y salvador del Padre eterno para mí. Mi Señor y mi Dios, dame tu paz y tu poder, para que pueda agradarte en todos mis actos, aceptar mis condiciones actuales y futuras que bondadosamente planeas. Señor Jesús, renuévame totalmente, porque sé que es ésta tu voluntad para mí ahora. Te agradezco, mi Señor y mi Dios, porque me estás curando y ungiendo con tu poder infinito y tu eterno amor, que cura y salva. Te agradezco tu gran interés por mí, porque sé que tu salvación se extiende a todas las áreas de mi ser para curarme. Dios Sana mis Heridas más Profundas

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Jesús mío, Te lo pido: pasea por los corredores de mi mente, de mi subconsciente e inconsciente, borrando todos los recuerdos dolorosos e irrigando totalmente con tu sangre salvadora tanto mi cerebro cuanto todas las demás áreas que carecen de salud. Salvador mío, creo en tu promesa de que a todos los que Te reciben en el corazón Tú les das el poder de convertirse en Hijos de Dios Padre ( Jn 1,12). Jesucristo, Señor todopoderoso del universo, creo también que Dios Padre nos da la vida eterna cuando Te aceptamos como Salvador, porque la fuente de la vida sin fin y de la salud está en Ti, en el poder de tu Cruz, aceptada por Ti para nuestra salvación y eterna felicidad. Sé, mi buen Jesús, que sufriste la Pasión por amor a mí y Te agradezco mucho por tu grande amor. ¡Señor Jesús, sálvame y retírame de en medio de la tristeza para que celebre alegremente tu santo Nombre de Redentor y Libertador del universo y me gloríe en la alabanza del Padre celestial! ¡Mi Señor y Salvador Jesús, creo que resucitaste y estás, en este instante, sentado a la derecha del Padre celestial, en tu trono de gloria, intercediendo por mí y por los que amas! 82

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¡ Jesús, Hijo de David, Te necesito, ven a curarme, a salvarme, a liberarme de todo mal! ¡Señor Jesús, creo que en este instante me has liberado de toda enfermedad y Te lo agradezco! ¡ Jesús, mi Señor y mi Dios, Te pido que también cures a todas las personas que sufren! ¡Ruega por mí, Oh Virgen Santa María de Guadalupe y envuélveme en tu manto de protección! Amén. ¡Aleluya! 12. Oración por la sanación interna Jesús, te pido que entres a mi corazón y toques esas experiencias de vida que necesitan ser sanadas. Tú me conoces mucho mejor que yo a mí mismo. Por lo tanto, trae tu amor a cada rincón de mi corazón. Dondequiera que descubras al niño herido, tócalo, consuélalo y ponlo en libertad. Retrocede en mi vida hasta el mismo momento en que fui concebido. Purifica mi cuerpo y libérame de esas cosas que pueden haber ejercido una influencia negativa en ese momento. Bendíceme mientras estaba siendo formado en el vientre de mi madre y elimina todos los obstáculos a la integridad que me puedan haber afectado en esos meses de confinamiento. Dios Sana mis Heridas más Profundas

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Concédeme un profundo deseo de volver a nacer y cura cualquier trauma físico o emocional que pudiera haberme dañado en el proceso de mi nacimiento. Gracias, Señor, por estar ahí para recibirme en tus brazos en al mismo momento de mi nacimiento, para darme la bienvenida a la tierra y asegurarme que Tú nunca me fallarías o me abandonarías. Jesús, yo te ruego que rodees mi infancia con tu luz y toques esos recuerdos que me impiden ser libre. Si necesité más amor materno, envíame tu madre, María, para que me proporcione cuanto me falte. Pídele que me abrace, que me bese, que me cuente historias y que llene todas esas partes vacías en mí, que necesitan el consuelo y el calor que sólo una madre podría dar. Quizás el niño interior se sintió necesitado en el área del amor paterno. Señor, que yo sea libre para gritar «Abba», papá, con cada parte de mi ser. Si necesité más del amor de un padre y garantía para asegurarme que yo fui deseado y amado muy profundamente, te pido que me tomes y sienta yo tus brazos fuertes y protectores. 84

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Dame y renueva mi confianza y valor para hacer frente a las adversidades del mundo para que sepa que el amor de mi Padre me sostiene si tropiezo y caigo. Pasa por mi vida, Señor, y confórtame cuando los otros no me trataron bien. Cura las heridas de encuentros que me dejaron atemorizado, que hicieron que me replegara en mí mismo y creara barreras contra la gente. Si me he sentido solo, abandonado y rechazado por la humanidad, concédeme a través de tu amor sanador, un nuevo sentido de valía como persona. La gente me rechazó y hablaron mal de mí cuando yo era inocente, y me sentí triste y resentido. Oh Señor, ven y cúrame. Te presento mis malos hábitos y mi viejo yo vicioso y corrompido, lávame y purifícame, Oh Señor. Jesús, me entrego a ti, cuerpo, mente y espíritu, y gracias por hacerme íntegro. Gracias Señor . Amén

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