Comentario _la Alta Edad Media

Comentario “La Alta Edad Media: Europa 400-1000” Título: La Alta Edad Media: Europa 400-1000. Autores: McKitterick, R. (

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Comentario “La Alta Edad Media: Europa 400-1000” Título: La Alta Edad Media: Europa 400-1000. Autores: McKitterick, R. (coordinadora), De Jong, M., Devroey, J.P., Shepard, J. Wickham, C. y Wood, I. Edición original: Oxford University Press Colección: Historia de Europa Oxford. Año de edición: 2001 Edición española: 2002. Editorial Crítica. Barcelona. Traducción de Soriano Robles, L. Nº páginas: 333 ESQUEMA DEL CONTENIDO Esta obra forma parte de una colección de monografías dedicadas al análisis de diversos períodos históricos. El volumen que comentamos se dedica al estudio de la Alta Edad Media en Europa. Para realizar este análisis se divide la obra en diversos capítulos, cada uno dedicado a un aspecto histórico y escrito por un autor diferente, aunque en el prefacio se explica que la coordinación entre los diferentes autores fue estrecha y debe ser considerada una obra colectiva. La autora principal remarca que se pretende ampliar el panorama medieval más allá de las regiones geográficas generalmente estudiadas. La estructura de la obra consta de los siguientes capítulos: 1) Introducción (R. Mckitterick, Universidad de Cambridge) 2) La Política (R. Mckitterick) 3) La sociedad (C. Wickham, Universidad de Birmingham) 4) La economía (P. Devroey, Universidad Libre de Bruselas) 5) La religión (M. De Jong, Universidad de Utrech) 6) La cultura (I. Wood, Universidad de Leeds) 7) Europa y el ancho mundo (Shepard, J., Universidad de Cambridge) 8) Conclusión: hacia el siglo XI (R. Mckitterick). El libro se completa con un listado de bibliografía complementaria, tablas cronológicas, mapas y láminas. RESUMEN Introducción. La autora principal comenta las dificultades de encontrar fuentes documentales sobre la época de estudio y hace un breve repaso de los principales acontecimientos históricos acaecidos entre los siglos IV y X: primeros reinso bárbaros, la crisis de Bizancio, la aparición de los carolingios… La política. En la política de la alta Edad Media destaca el contexto de transformación desde el mundo romano y la política de expansiones hasta zonas que no habían pertenecido al imperio. El inicio de la alta Edad Media mantiene las complicadas estructuras administrativas romanas. Fuera de las fronteras del imperio, cada pueblo tenía sus propios métodos. Es fundamental la figura del Rey, la cabeza de la administración de todas las formas de gobierno, líder del ejército, encargado de velar por la paz y la justicia y legislador. En particular a partir de los gobernantes carolingios, su poder real venía de Dios, y era el rey por tanto responsable del bienestar y salvación de su pueblo: formas correctas de culto, devoción, enseñanza y educación en la fe cristiana. El papel de la reina en estos reinos no cuenta con un amplio consenso, y parece que variaba considerablemente en función si la monarquía se heredaba o no. En cuanto a la corte y la nobleza, ostentar un título nobiliario y estar cerca del rey eran privilegios importantes: estatus, protección real, apoyo en actos privados y beneficios materiales. Con todo, era un arma peligrosa, ya que caer en sospecha de deslealtad podía traer

la muerte, el destierro político o la perdida de todo bien material. La continuidad con el mundo romano es muy evidente en el contexto del derecho y de las materias legales, como un proceso de adaptación de éste a los nuevos tiempos. La sociedad. Este capítulo trata de los distintos modelos de sociedad en diferentes regiones de Europa, analizando por separado a la nobleza y al campesinado, el grupo más abundante pero sobre el que hay menos documentación. El punto de partida es el mundo romano tardío, aún vigente en el año 400. Destacan dos aspectos: primero, que la mayoría de personas que ocupaban cargos de responsabilidad eran civiles, no militares. En ellos se valoraba la cultura y la educación. Segundo, la condición aristocrática estaba asociada con los cargos imperiales. Destaca el carácter tremendamente urbano de estas sociedades, que hacían de la ciudad el centro de su actividad, reservando sus villas en el campo para los periodos de descanso. En las sociedades medievales occidentales, la condición de ser nobilis venía determinada por la posesión de riquezas (tierras), los cargos militares, ya que las sociedades eran sobre todo militares; la ascendencia, como las antiguas familias aristócratas romanas que mantuvieron sus estatus debido a su riqueza o a su linaje, la proximidad al rey y los patrones de comportamiento típicos de la aristocrática: ostentación de su riqueza en trajes y joyas, participación en banquetes y festejos reales, cacerías, etc. La vida se traslada al campo. Las sociedades campesinas están mucho peor documentadas que las aristocráticas. Se analizan tres casos diferentes. Cada uno presenta un modelo en que el papel de los campesinos varía mucho según su mayor o menor grado de dependencia de los que ostentaban la posesión de la tierra, pero se dan unos patrones generales: a) Existía una jerarquía campesina, basada en la diferencia entre hombres libre y no libres. Los libres tenían responsabilidades militares. B) Aunque en ocasiones los pueblos no siempre eran colectividades coherentes, existían como conceptos y a veces con cierta fuerza organizativa, con cortes locales. C) La estructura de las familias era nuclear: padres e hijos. Los recursos disponibles no daban para más. Las mujeres estaban limitadas al ámbito doméstico. D) Había una diferencia entre campesinos y señores pero existía toda una gradación social desde el campesino libre al aristócrata. La economía. Entre los años 400 y1000 el 90% de la población trabajaba en el campo una agricultura de subsistencia, y la mayor parte de la producción se consumía in situ por los propios campesinos o sus vecinos inmediatos (artesanos, clero, magnates…). El artesanado también parece haberse dedicado a la producción para autoconsumo. Tradicionalmente se ha dicho que esta época corresponde a una ruralización de la economía, fundamentalmente doméstica y sin comercio o dinero. Una cuestión clave entre los siglos IV y VI fueron las crisis demográficas por pestes, excesiva carga tributaria, pobreza y falta de salud. La población empezó a crecer a partir del siglo VII gradualmente; en el VIII comenzó una época de clima más cálido; se dio una intensificación de la agricultura surgiendo dos tipos de áreas: alta y escasamente pobladas. El comercio se activó con la creación de nuevas rutas y nuevos asentamientos en lugares portuarios y como lugar de intercambio de divisas. Las actividades comerciales también se concentraron en las ferias anuales. En ganadería, a partir del siglo V las especies de animales, excepto los caballos, fueron reemplazadas por otras de raza más pequeña: oveja, cerdo, vacuno. Esto se puede considerar como una indicación del predominio del latifundio. Respecto a la agricultura, tres especies eran las estrella (cebada, espelta y trigo) alrededor del año 400, que progresivamente fueron incorporando avena (adecuada para tierras pobres y climas duros) y centeno, que se extendieron espectacularmente en el siglo X. En Bizancio el modo de cultivo más extendido eran los minifundios de los colonos, que con tal de que pagaran sus tributos no debían rendir cuentas a nadie. Con la reaparición del

latifundio, los magnates actuaron como intermediarios en la recaudación de tributos, pero esto no afecto a la situación de los campesinos. Otro aspecto de las obligaciones campesinas era el transporte del genero. Los excedentes se reunían y eran distribuidos a los lugares centrales, esto es, abadías, palacios etc. para comercio o para los servicios del Estado, sobre todo en referencia al ejército. No se puede decir que el crecimiento demográfico en la alta Edad Media estuviera asociado a una forma de organización agraria específica, aunque la reducción de obligaciones públicas y privadas supuso un lento aumento de la prosperidad. Después del año 1000 se intensificaron los intercambios, de todo tipo, con otras zonas: comercio, migración, saqueo, guerras Se intensificó la agricultura, hubo excedentes, y propició que en las ciudades se concentraran, con lo que se podía allí agrupar trabajadores o artesanos. Las nuevas élites tuvieron un papel importante, pues controlaban las finanzas y el comercio, hasta las revueltas sociales del siglo XIV. La religión El cristianismo de la alta Edad Media tiene mala fama, pues se considera una desviación de lo autentico para convertirse en una herramienta de control sobre el pueblo. Se busca constantemente el cristianismo verdadero, el de valores cristianos eternos que no considera los cambios. El ejemplo de la Conversión de Constantino tras la batalla que le iba a dar la corona del imperio se empleó como modelo a seguir las conversiones bárbaras. En lugar de una decisión individual, solía ser una cuestión debatida y sopesada en grupo. Este tipo de conversiones supusieron la aparición de un nuevo pueblo cristiano, gens. La identidad política era definida por los limites religiosos. En el Imperio Carolingio la división entre poder político y religioso parecía clara en la forma, pero en realidad Carlomagno actuaba como máximo responsable ante Dios de los pecados de su pueblo. Respecto a Roma, los obispos llevaban años afirmando ser los sucesores directos de Pedro y líderes de la Iglesia universal. El papado vivía de rentas antiguas, promoviendo una intensa actividad de peregrinaje y de su gloria pasada. En más de una ocasión, sin el apoyo de los sucesivos emperadores no habría salido adelante, entre otras por las acusaciones de corrupción y escándalo. Otras formas de vida religiosa (o no religiosa) no tuvieron demasiada trascendencia en esta época. La identidad cristiana se definió por contraste con las otras identidades, enemigos del pueblo cristiano que, sin suponer realmente una amenaza, proporcionaban coherencia y unidad. Los judíos eran poquísimos, y excepto en zona visigoda no hay evidencia de una persecución hacia ellos, más bien de cierta protección real como buenos comerciantes. Respecto a los herejes, eran sorprendentemente raros en comparación con lo que ocurrió en la baja Edad Media, y pocas veces dejaron huella en los escritos. Solían proceder de círculos eruditos. Respecto al paganismo, se tachaba como tal a cualquier manifestación religiosa que no fuera católica, y fueron descritas por gente cristiana que intentaba mostrar la equivocación de esos planteamientos paganos. Solían ser de carácter animista, y fácilmente integrales en los ritos cristianos. La iglesia encontró posibilidades ilimitadas de control sobre el pueblo: venta de reliquias de santos, peregrinaje, libros con vidas de santos… aprovechando el fervor popular en propio beneficio. A su vez, los reyes consideraban que la estabilidad de sus reinos dependía de la oración de las comunidades monásticas, de manera que les dotaron de inmunidades para alejarlos de las necesidades terrenales y que pudieran tener más tiempo y tranquilidad para sus oraciones. Tanto es así que los gobernantes llegaron a intervenir en la organización interna de los monasterios. A mediados del siglo XI, la reforma gregoriana afectó profundamente a las iglesias y reinos de Occidente, con consecuencias políticas como la Controversia de la Investidura: nuevos límites entre lo secular y lo sagrado, siendo este último competencia exclusiva del clero. Fueron cambios en la creencia y práctica religiosa muy lentos, pero las estructuras e ideas más

antiguas permanecieron intactas. La cultura. La cultura en la Europa occidental y del Mediterráneo en el año 400 era, al menos para la élite, romana e imperial. La evolución de la misma puede establecerse según el autor en cinco etapas: A) El último siglo del Imperio Romano occidental, con los cambios políticos y sociales que rodearon la llegada de bárbaros a los terrenos del Imperio Romano y afectaron a la cultura en distintas maneras (por ejemplo el traslado de la capital a Rávena por Honorio) La cultura literaria había permanecido imperturbable por la cristianización del Imperio Romano y la Biblia era el libro básico de estudio. La educación para la élite era en retórica y gramática, lo que preparaba al estudiante para ejercer de alto funcionario. B) Los estados sucesores y la tradición imperial. La mayoría de los estados en los que se establecieron los bárbaros se intentó continuar de alguna manera la tradición imperial, o al menos imitarla. También intentaron mantener las instituciones gubernamentales. Los reyes bárbaros, en su mayoría, sabían leer y escribir. A lo largo del siglo V la mayoría de escuelas urbanas de retórica y gramática habían fracasado, ya que no eran necesarios oradores en las nuevas instituciones, y no se podía mantener una serie de maestros en estas artes. La oratoria sobrevivió sólo en las homilías de los clérigos, pues la educación se asoció con la Iglesia. Los escritores de la época eran todos clérigos o monjes, y sus obras de contenido espiritual. También surgieron de las filas monacales lo que se podría llamar, aunque no en sentido estricto, historiadores, como Gildas, Beda el Honorable, Isidoro de Sevilla o Jordanes. Estos se limitaban a escribir sobre temas regionales o pueblos particulares, y actuaban de manera individual. C) España después del año 711. Los visigodos fueron derrotados en el año 711 por un ejército berebere y musulmán. La capital se estableció en Córdoba, que se embelleció y pasó por una época de esplendor. Se cree que ambas religiones coexistieron sin grandes hostilidades, salvo en el reino de Asturias, donde se predice en el Beato de Liébana la expulsión de los musulmanes por Santiago Matamoros, y se da una arquitectura propia y diferenciada. D) Renacimiento carolingio. El periodo carolingio supuso un restablecimiento de una cultura dominante de corte que en muchos aspectos era una reinterpretación de la cultura del Imperio Romano cristiano. Algunos aspectos interesantes son la producción de libros de tema religioso de escritura elegante, libros no estrictamente religiosos como la Admonitio Generalis, guía de normas de vida para los funcionarios escrito por el propio Carlomagno; El Libri Carolini en el que se condenaban igualmente la iconoclasia y la iconodulia… Floreció la poesía de la corte. En la arquitectura se vuelve a la antigüedad romana con mosaicos, y se estila la pintura al fresco y estuco. La lengua estaba en constante evolución, pues ya se empezaban a configurar las lenguas romances derivadas del latín. Surgen los primeros textos en lenguas vernáculas. E) El siglo X. Los contactos entre los pueblos más distantes se intensificaron, mientras que el imperio carolingio se dividió en muchos reinos menores. Con la coronación de Otón I como emperador se inició una Renovatio romana, que aunque fracasó políticamente, tuvo importantes consecuencias culturales: entre ellas destacan la enorme producción de manuscritos ricamente decorados, y sobretodo, las innovaciones en la música, con la creación de nuevas formas musicales, teoría de la música, empleo más amplio de instrumentos, etc. Europa y el ancho mundo. En este capítulo se trata la evolución de las relaciones de la Europa altomedieval con otras zonas del mundo entonces conocido. Dentro de los límites del Imperio, el mundo podía concebirse como girando en torno a dos ciudades, Roma y Constantinopla, todavía en el siglo V. Los límites exteriores no estaban tan definidos. En las fronteras con Oriente Medio había un rico comercio, debido entre otras a la Ruta de la Seda, que suponía un fluido intercambio de productos. El mundo persa y el romano, rivales en muchos aspectos, compartían el gusto estético y cultural. El conflicto entre Persia y Bizancio estalló en el 603, tras lo que cierto comercio se mantuvo, pero en mucha menor medida. El Islam empezó a causar estragos, el Imperio retrocedió visiblemente. El Mediterráneo constituyó una barrera para los viajes Oriente - Occidente al perderse los tres patriarcados orientales, Alejandría, Jerusalén y

Antioquía: se perdieron las carreteras trazadas por los romanos, o se volvieron peligrosas. Por su parte, aunque la amenaza de los pueblos bárbaros hizo surgir un interés creciente por estos pueblos y sus formas de vida y de organización militar, en Bizancio se rechazaba hasta tal punto esta idea que apenas aparecen mencionados en las crónicas. COMENTARIO CRÍTICO SOBRE LA APORTACIÓN AL ESTUDIO DE LA HISTORIA MEDIEVAL. Desde mi posición de estudiante no puedo juzgar realmente si esta obra aporta ideas totalmente nuevas o simplemente las recoge y las ilustra. Lo más destacable para mí es que los autores rechazan de plano la antigua concepción de la Alta Edad Media como la “caída del imperio Romano”, las “invasiones bárbaras” o “los tiempos oscuros”, y tratan estos seis siglos como uno de los períodos más dinámicos y complejos de la historia, ya que lo consideran la transición entre el mundo romano y la formación de los nuevos estados europeos y, en resumen, una época fundamental en la construcción de Europa. OPINIÓN PERSONAL La lectura de este libro no resulta ágil, lo que en mi opinión esto se debe a un problema de traducción, ya que el texto resulta recargado y farragoso como si no se hubiera adaptado el lenguaje al idioma español, haciéndose simplemente una traducción frase a frase y palabra a palabra del inglés al castellano. Esto confiere al texto una densidad que dificulta la lectura. Además contiene faltas gramaticales; la más llamativa, el uso del verbo haber conjugado en las frases impersonales. A pesar de esta dificultad añadida, el libro es un tratado muy completo de la vida en la alta edad media en diversas regiones europeas. Los autores tratan de extender el estudio de esta época más allá de la típica perspectiva de los países francos. Se ofrece una buena introducción que nos sitúa en el contexto del final del imperio romano y las invasiones bárbaras para comprender mejor la evolución posterior de la historia. La intención de los autores de extender geográficamente el estudio de este período abarcando toda Europa se queda, en mi opinión, en una simple ampliación hacia las regiones de Gran Bretaña e Irlanda, que al fin y al cabo son los países de procedencia de la mayortía de los autores. Las menciones a España, por ejemplo, son escasísimas y los temas se tratan aquí de una manera sumamente superficial. El análisis por separado de los diversos aspectos sociales presenta un panorama muy completo de la vida en la alta edad media, basándose en muchos ejemplos extraídos de fuentes documentales diversas. Sin embargo, resulta difícil separar netamente los contenidos, de manera que frecuentemente aparecen menciones a la religión en el capítulo destinado a la cultura, o a la sociedad en el dedicado a la economía… Quizá la obra se beneficiaría con una coordinación más detallada. Ya dije que el análisis es muy detallado, pero precisamente por ser tan completo resulta un tanto denso, y creo que una lectura más reposada sería de gran interés para profundizar más en esta época, aunque requeriría más tiempo.