Articulo UPN2017MTRA. MARIELA

LA ÉTICA COMO REFERENTE DE ACCIÓN EN INVESTIGACIÓN EDUCATIVA En este siglo, los desafíos éticos que se viven en la educa

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LA ÉTICA COMO REFERENTE DE ACCIÓN EN INVESTIGACIÓN EDUCATIVA En este siglo, los desafíos éticos que se viven en la educación superior, es decir los propósitos de hoy en día, son trabajar en la educación con valores éticos. La vida social, económica y política siempre se maneja dentro del marco ético, regularmente se está en comunidad para alcanzar una vida digna, por lo que es mejor vivir en sociedad ya que los individuos aislados difícilmente pueden ser plenos.

Siempre se necesita de los demás para satisfacer las necesidades fisiológicas, afectivas e intelectuales. Precisamente es por ello que son tan graves los problemas de la violencia y la corrupción, en la comunidad, ya que fragmentan la convivencia humana, por lo que es

importante estar unidos para vivir mejor, resulta desastroso que la misma comunidad se convierta en un obstáculo para lograr una vida plena. En una sociedad como esta, en donde ese elemento tradicional de la educación que comienza en el seno de la familia, se ve en los diversos programas educativos. Es decir cuando un niño o niña va a la escuela y empieza a aprender a leer, se le está incorporando a una larga tradición natural. Gonzales (2009). Pero es importante no olvidar el otro polo del propósito de la educación, y ese otro polo es la innovación y el cuestionamiento. Parte del propósito de la educación es enseñarle a la nueva generación a mejorar sobre lo aprendido. La educación superior que es la que nos atañe, tendrá la tarea de invitar al estudiantado a tomar seriamente lo que ya se sabe y lo que antes se ha hecho, pero siempre con miras a mejorarlo e impulsarlo en direcciones de creatividad e innovadoras.

Es necesario tener en cuenta que no solo el cometido de la escuela es la enseñanza, es importante también los valores éticos que se le impulsen a los alumnos, para poder servir a la sociedad y no solamente ver lo personal. Con respecto a la educación, es el momento adecuado de la ética, de hecho, el propio Aristóteles, lo menciona cuando escribe la Ética a Nicómaco, la concibe como algo de lo cual hay que “hablar a los jóvenes hasta que tengan la edad suficiente para entrar en el mundo de la política, como una preparación necesaria para entrar en el mundo de la ciudadanía”, comenta Savater, (1999) con respecto a este cuestionamiento es conveniente mencionar que desde pequeños hay que hacer énfasis en los valores éticos, para que posteriormente en el proceso educativo se trabaje con ellos.

Por esto la educación y la ética son partes imprescindibles de cualquier formación humana. ” No se puede formar solamente a las personas desde el punto de vista laboral; formarles para que sepan apretar botones o para que cumplan funciones más o menos gestoras, sin haberles formado la capacidad de convivencia y ciudadanía, que no surge naturalmente de las personas” menciona Savater, (1999). Los demócratas no surgen de las piedras naturalmente, como las flores silvestres; hay que cultivarlos, regarlos, en este comentario es válido mencionar que todo lo que se fomenta se desarrolla adecuadamente.

Savater pregunta ¿Qué es lo que queremos formar como valores fundamentales de ciudadanía? En primer lugar, hay “que formar la capacidad de autonomía”. Vivimos en un mundo muy complejo y no se puede crear personas que van a vivir, constantemente, dependientes de autoridades, técnicos, curanderos, que los van a acompañar toda la vida y les van decir: “No comas esto, vete por aquí, no te arriesgues»”; hay que crear personas capaces de autonomía, de iniciativa propia, de responsabilizarse para bien o para mal de lo que hacen; esto me parece imprescindible y tiene que ser transmitido en el momento en que aún se puede transmitir. Savater, (1999)

De igual manera menciona en segundo lugar, “formar personas capaces de cooperar con los demás. Junto a la autonomía, la capacidad de cooperación es imprescindible, sobre todo en momentos en que los trabajos van a ser cada vez más aleatorios, en que las personas van a tener que trabajar en siete u ocho trabajos a lo largo de su vida”; en todos ellos van a necesitar la capacidad de saber cooperar con los demás. Quien es incapaz porque no entiende lo que le dicen, porque no entiende las tareas, porque no sabe lo que es dividirse unas obligaciones con otros, y no entiende que hay que colaborar, cooperar, dividir el trabajo con los otros, está totalmente negado para lo que la vida contemporánea va a exigir.

Hace énfasis en que además de autonomía y cooperación, hace falta despertar la capacidad o la vocación de participar en la vida pública. “La diferencia entre una democracia y un autoritarismo es que en la democracia somos políticos todos” menciona Savater, (1999). Es por esto que alarma oír hablar de lo malo que son los políticos, de lo corruptos que son, y uno dice: Querrá decir que nos pasa a todos, porque si los políticos son corruptos, lo son porque nosotros dejamos que lo sean, porque fracasamos en nuestra propia tarea política que es el elegirles, sustituirles, controlarles, vigilarles, y en último término, presentarnos como candidatos, como una mejor alternativa frente a ellos; si eso no lo hace, efectivamente los políticos seguirán siendo unos corruptos; y lo seran todos, los políticos dentro de un país, porque todos en una democracia somos políticos, y no hay más remedio que serlo, es por eso que el trabajo docente es fomentar estos valores. Lo fastidioso de las democracias es que obliga a tener que preocuparnos siempre por la cuestión política, y para eso hay que aprender a participar en la gestión pública de las cosas;

no a dejarlas en las manos de los sabios, los técnicos, de los que vienen de fuera a resolver las cuestiones. Todos éstos son valores ético-políticos, al lado de ésos hay otros valores éticos que no necesito recordarles. Los valores de autonomía, de cooperación y de participación son los que hay que suscitar como valores de los ciudadanos que se quieren; y esto de alguna manera recae sobre los educadores.

De igual manera menciona que “La educación es la única forma que hay de liberar a los hombres del destino, es la antifatalidad por excelencia, lo que se opone a que el hijo del pobre tenga que ser siempre pobre; a que el hijo del ignorante tenga que ser siempre ignorante”; la educación es la lucha contra la fatalidad. Educar es educar contra el destino, que no hace más que repetir las miserias, las esclavitudes, las tiranías, etc. Además hay que educar para la ética, hay que saber que educar es ya, en sí, una labor ética, emancipadora. Estas cosas que se pierden en los planteamientos burocráticos, en las dudas sobre nuestras tareas, en la convicción de las dificultades que se tienen, en la hipertrofia de las tecnologías que convierte la labor personal en algo mínimo y ridículo, hay que recordarlas de una manera ingenua y clara, en ese hace énfasis Savater, (1999) con respecto a este comentario es importante mencionar que la labor ética, tiene que pasar por tantos problemas burocráticos de hoy en día.

Alguien tiene que hacer esa labor, y es en la docencia en donde se realiza esa tarea de recordar ciertas cosas básicas y, sobre todo, de recordar que no hay que educar para la desesperanza. Si se educa diciendo que el mundo es un desastre, que todos los políticos son corruptos, que el sistema es omnipotente y nunca se lograra cambiarlo, que el neoliberalismo ha secuestrado el mundo y jamás se podrá enfrentar a sus malévolas intenciones, que todo está perdido; se creara una sociedad de pesimistas cómodos que se dedicarán a vivir, y culparán de todos los males a la situación cósmica que les ha tocado soportar. Savater, (1999)

Esto hay que transmitir con unas pautas, no digo de optimismo desenfrenado loco, pero al menos de un cierto pesimismo que acepte que hay que actuar; que algo hay que hacer, y que ese algo depende de uno. No se puede esperar a otra ocasión mejor; no podemos

esperar a que venga el siglo que viene a ver qué movimientos y corrientes cósmicas nos liberan de los males o nos condenan a ellos definitivamente. Se menciona que en cuanto a la idea de la verdad y la ética, ésta es una tarea racional. Para empezar, como todas las tareas filosóficas, es una tarea ante todo, y la verdad es aquello que la razón intenta establecer, no una verdad absoluta con mayúscula, sino una que es más real.

Trascender la ética como reflexión teórica y convertirla en práctica es imprescindible. Los profesores de ética lo único que hacen es facilitar el acceso a obras, temas, formas de controversia. Aunque no existan los profesores de ética, ésta seguiría existiendo, y la necesidad de aplicar criterios éticos y de reflexionar sobre lo que es mejor para vivir seguiría existiendo. Savater, (1999), hace la pregunta de la ética es ¿cómo vivir? “De modo que la ética académica quedará más o menos encerrada en los círculos profesorales académicos; pero la ética vivida, la respuesta a cómo vivir, esa pregunta se la hace incluso quien no tiene la menor idea de qué significa la palabra ética”, por lo que a lo largo de nuestro que hacer docente se tiene que tener presente el gran compromiso en los grupos escolares sobre todo en los jóvenes que son los más vulnerables, para no dejar de fomentar los valores éticos.

Referencia Bibliográfica. Gonzales J. (2009). Desafíos éticos de la educación superior en el siglo veintiuno. Savater F. (1999). La educación es el momento adecuado de la ética. Recuperado el 28 de Enero del 2017 en: www.analitica.com/bitblioteca/savater/education_etica.asp