Aplomos en Ganado Vacuno

Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Veterinarias. Departamento de Prod

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Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Veterinarias. Departamento de Producción Animal.

Zootecnia Méd. Vet. Horacio R. Zeballos

Aplomos en Ganado Vacuno.

Se denomina aplomo a la dirección que deben seguir los miembros en su conjunto y sus diferentes regiones en particular para que el cuerpo sea soportado en la manera más sólida y al mismo tiempo más favorable para la ejecución de los movimientos. Para el desarrollo y estudio de los aplomos se hace necesario convenir la existencia de algunos puntos y líneas teóricas que sirven como referencias para la apreciación de la dirección de los miembros en general, o de cada una de sus regiones. Un animal cuya estructura es sólida es aquél cuyo peso y movimiento pueden ser dirigidos simétricamente por las partes más fuertes del sistema esquelético-muscular, como en el caso de los ejes de los huesos largos de los miembros. La distribución pareja de la fuerza disminuye el desgaste de los huesos y articulaciones causando menos rengueras o manqueras. Los miembros del animal forman un sistema complejo de palancas, diseñados para el movimiento de peso con mínimo esfuerzo. Las patas son un sistema de palancas (huesos), puntos de flexión o articulaciones, puntos de unión (tendones y ligamentos) y fuentes de poder (músculos). La eficiencia máxima del sistema de palancas depende del ángulo de las patas.

Fig. 1

Se requiere destreza para localizar y alinear estos huesos, articulaciones y sus ángulos correspondientes, pero existen características externas que pueden ser útiles puntos de referencia. En esta figura observamos la angulación ideal de las articulaciones de los miembros del animal. El ángulo del cuarto delantero se mide desde la parte superior de la escápula hasta el punto superior de la articulación escápulo-humeral y hasta el codo (punta del olécranon). El ángulo del cuarto posterior comienza a partir del acetábulo de la cadera a la rótula y hasta el tarso (garrón). Al dibujar una línea imaginaria, observado de perfil desde la punta de nalga (tuberosidad isquiática) hasta el suelo, ésta deberá pasar tangencial a los garrones y terminar 2 a 5 cm. detrás del talón.

Fig. 2

Aplomos del miembro anterior. En el miembro anterior, visto de costado, el aplomo es correcto cuando una línea vertical de aplomo que se trace desde el encuentro toca el suelo unos 10 cm. por delante de la pezuña y otra línea, paralela a la anterior, trazada desde el codo toca el suelo por detrás del talón unos 8 centímetros.

Fig. 3

Centro de articulación del codo.

Si se observa que la punta de las pezuñas se aleja de la línea de aplomo trazada desde el encuentro, y que el talón o la pezuña se acerca a la línea de aplomo trazada desde la punta del codo, estando desviado el miembro anterior hacia atrás, se dice que el animal es “remetido de manos”. Si en cambio, los puntos en que esas líneas tocan el suelo, se encuentran en las puntas de las pezuñas o muy cerca de ellas, la primera, y muy alejada del talón hacia atrás, la segunda, el miembro está desviado hacia adelante y se dice que el animal es “plantado de manos”. Debe tenerse presente que, en general, el bovino es normalmente un poco remetido de manos.

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Con la apreciación del aplomo de todo el miembro, siempre observándolo de costado, debe apreciarse si cada una de las partes está en la orientación normal que le corresponde. Para esta apreciación sirven de guías las líneas de aplomo ya citadas, y también, otra línea trazada verticalmente desde el centro de la articulación del codo, línea que en un miembro de conformación correcta debe dividirlo en dos partes iguales en el antebrazo, la rodilla, la caña y el nudo y tocar el suelo en el talón o muy poco hacia atrás. Normalmente el antebrazo, la rodilla, la caña y el nudo están sobre dicha línea vertical, por lo tanto, si se la tiene en cuenta, se aprecia sin dificultades las desviaciones hacia adelante o hacia atrás que puedan presentar esas partes. De estas anormalidades en la orientación puede resultar que la rodilla esté desviada hacia adelante en un animal “bracicorto” o “corvo”, o hacia atrás en un “trascorvo” o “rodilla de carnero”. Puede suceder también que sea “largo de cuartillas o sentado de nudos”, o bien, el defecto inverso sería “corto de cuartillas o parado de nudos”. Como puede apreciarse en la fig. 1 el ángulo normal de la cuartilla con el suelo debe ser 50-55º en los miembros anteriores y 55-60º en los miembros posteriores.

Fig. 4

“corto de cuartillas” o “parado de nudos”

Normal

“largo de cuartillas” o "sentado de nudos”

Observando los aplomos de frente de los miembros en general, los debemos juzgar mediante una línea imaginaria perpendicular que, partiendo del centro del encuentro, divida el antebrazo, rodilla y caña en dos partes iguales, siendo normal que presenten una ligera desviación hacia adentro a la altura de las rodillas.

Fig. 5

Los defectos a

“abierto de adelante”

“cerrado de adelante”.

observar serán:

Al realizar la observación de frente de los miembros en particular, podemos encontrar defectos tales como “cerrado de rodillas” o por el contrario “abierto de rodillas” o “hueco de rodillas”.

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Fig. 6

Normal

“abierto de rodillas” “cerrado de rodillas” o “hueco de rodillas”

Dos de las anomalías más frecuentes son: el “izquierdo”, “estevado”, “chueco para afuera” o “patizambo” y el “pata de loro”, “patojo”, “chueco para adentro” o “zambo”, defectos que se hacen notables desde la rodilla o bien del nudo hacia distal. Consisten en desviaciones hacia lateral o medial, de las regiones por separado o en conjunto, especialmente de las pezuñas. Aplomos del miembro posterior. La línea de aplomo normal de los miembros posteriores observado de perfil está determinada por una perpendicular bajada desde la tuberosidad isquiática o punta de nalga, debiendo pasar casi tangencial al garrón y borde posterior de la caña, llegando 4 a 5 cm. por detrás del talón.

Fig. 7

Tuberosidad isquiàtica o punta de nalga.

Los defectos son los mismos que para los miembros anteriores: “remetido de atrás”, cuando el miembro se aleja de la línea de aplomo, o lo contrario “plantado de atrás”. Los aplomos anormales en el miembro posterior son más graves que en el anterior, y sobre todo los correspondientes al garrón, región que debe ser seca y neta, pues en el toro debe sostener casi todo el peso del cuerpo en el momento de efectuar la monta para el servicio. Siguiendo con la observación visto de perfil, se presentan otros defectos producidos por desviaciones parciales de una o más de las partes que lo forman. Estas desviaciones se presentan, casi siempre, desde el garrón hacia abajo. Así, si la caña se aparta hacia adelante, alejándose de la línea de aplomo, indica que el pie está desviado hacia adelante, acodándose en el garrón, constituyendo el defecto llamado “pata en hoz”, “pata en guadaña” o “sentado de garrones”, y si la caña se sitúa sobre la línea de aplomo, el pie está desviado hacia atrás con el ángulo del garrón muy abierto constituyendo el defecto de “parado de garrones” o “derecho de garrones”.

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Fig. 8

“Pata en hoz” “Pata en guadaña” o “Sentado de garrones”

Normal

“Parado de garrones” o “Derecho de garrones”

Igualmente como en el miembro anterior, se suelen observar “corto de cuartillas” o “parado de nudos”, como así también los “largo de cuartillas” o “sentado de nudos”. Los aplomos de los miembros posteriores vistos desde atrás se consideran correctos si las líneas verticales que parten desde la punta de nalga, dividen al miembro en dos partes casi iguales, sobre todo desde el garrón hacia abajo y que entre ambos miembros exista una buena separación. Si los miembros posteriores no se disponen según la línea vertical, sino que la mayor parte del garrón se sitúa por fuera de las verticales tendremos el “hueco de garrones” o “abierto de garrones”. Cuando por el contrario gran parte de los garrones se halla por dentro de las paralelas, el animal es “cerrado de garrones”.

Fig. 9

“Normal”

“hueco de garrones” o “abierto de garrones”

“cerrado de garrones”

Si se presentan desviaciones hacia adentro o hacia afuera, fácilmente apreciables si se observa la orientación que toman las puntas de las pezuñas, entonces tendremos el “chueco para afuera” o “patizambo” y el “chueco para adentro” o “zambo”, en este caso es hueco de garrones, defecto entonces que debemos rechazar. La apreciación de los aplomos se completa observando el animal en movimiento. Son normales cuando los miembros no se desvían hacia adentro al desplazarse y que el paso no se hace como trazando un arco hacia afuera antes del apoyo. En el caso de producirse este movimiento anormal se dice que el animal camina guadañando.

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