Analisis Semiotico de Un Cuento

ANÁLISIS SEMIÓTICO DE UN CUENTO Dante Roberto Salatino Instituto de Lingüística – Facultad Filosofía y Letras – U.N. Cuy

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ANÁLISIS SEMIÓTICO DE UN CUENTO Dante Roberto Salatino Instituto de Lingüística – Facultad Filosofía y Letras – U.N. Cuyo [email protected]

RESUMEN. En este trabajo presentamos una alternativa metodológica del análisis semiótico-narrativo. El objetivo es lograr un análisis simple que, además de la lectura semiótica, aporte elementos que permitan considerar la psicología de los actores y la situación en contexto. Mediante el uso de un enfoque lógico particular (lógica transcursiva) se planteará los principios básicos del método propuesto, en contraste con algunas propuestas estructuralistas Esta información guiará la aplicación de las reglas interpretativas desarrolladas. Ilustraremos la aplicación de estos principios con el análisis del cuento Cenicienta de la versión recopilada por Charles Perrault. PALABRAS

CLAVE:

análisis

semiótico-narrativo,

lógica,

lógica

transcursiva, esquemas narrativos. ABSTRACT. In this work we present a methodological alternative of the semiotic-narrative analysis. The target is to achieve a simple analysis that, in addition to the semiotic reading, contributes elements that allow to consider the psychology of the actors and the situation in context. By means of the use of a logical particular approach (logic of passing) will raise the basic principles of the proposed method, in contrast with some structuralists proposals. This information will be guided the application of the interpretive developed rules. We will illustrate the application of this principles with the analysis of the story Cinderella of the version compiled by Charles Perrault. KEYWORDS: semiotic-narrative analysis, logical, logic of passing, narrative schemes.

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1. INTRODUCCIÓN En el extenso campo del análisis discursivo y narrativo, muchos e importantes son los aportes realizados por el enfoque estructuralista desde que Propp (Propp, 1927) planteara la existencia de ‘universales morfológicos’ en la trama narrativa. Este trabajo no pretende ser superador, ni mucho menos, sino el aporte de un punto de vista algo distinto, en donde se privilegia la economía del análisis, sin sacrificar por ello, los considerandos obligados y necesarios para un examen integral de la narración que incluya además de la lectura semiótica, la psicología de los actores y la poderosa influencia contextual (en sentido lato). En otras palabras, contempla el total de los sistemas reales que en definitiva son los que intervienen en la generación de sentido. 2. PROPUESTA LÓGICA Rápidamente repasaremos la estructura lógica elemental en que se fundamenta este análisis. Si hablamos de estructura, hablamos de relaciones; y si hablamos de relaciones, estamos diciendo algo sobre elementos que se relacionan; y si hablamos

de

elementos,

estamos

resaltando

diferencias

y

además

la

simultaneidad en la aprehensión de al menos dos elementos distintos. La concurrencia de la aprehensión de dos elementos exige, por un lado, que ambos tengan algo en común y por otro, que haya algo que los diferencie. Veamos esto último a través de un ejemplo simple: Supongamos que tenemos ante nosotros dos pelotas, y que una de ellas es rayada y la otra lisa. Estos elementos están relacionados de dos maneras en forma simultánea: tienen algo en común que los identifica como pelota (p.e. la forma) y algo que los diferencia como elementos distintos pertenecientes a una categoría determinada, el hecho de ser una rayada, y la otra no.

La

Tabla

I

muestra

una

Tabla I manera (entre

otras)

de

representar

‘numéricamente’ ambas pelotas. Este método se basa en dejar constancia de las oposiciones que caracterizan los elementos; o sea, de aquello que permite distinguirlos (presencia o ausencia de un atributo dado). Se puede observar que la cifra que representa cada elemento, tiene dos lugares, entonces, la mitad no ocupada (0), se la asignaremos a aquel atributo que hace que los dos elementos pertenezcan a la misma categoría (la forma); es 2

decir, para consignar que ambos son pelotas. Esta simple estructura se puede representar como lo muestra la Figura 1.

Figura 1 Desde el punto de vista lógico podemos ver en la Figura 1 que ambos elementos guardan una doble relación: i) son opuestos; es decir, uno es la negación del otro (negar 01 es reemplazarlo por su inverso 10, y viceversa) y ii) son complementarios porque uno tiene una característica que el otro no tiene. Pero además este esquema nos muestra otros aspectos relacionales que subyacen a la aprehensión de ambos elementos. Así, por un lado tenemos la conjunción () por aquel aspecto o atributo que tienen en común (la forma) y por otro la disyunción () por aquel atributo que los diferencia (textura). La conjunción como operación lógica nos dice que una relación será verdadera (1) cuando ambos elementos de la relación sean verdaderos, de lo contrario será falsa (0); por eso 01  10 = 00. En cuanto a la disyunción nos dice que será falsa (0) únicamente cuando ambos elementos disyuntivos sean falsos, de lo contrario será verdadera (1); entonces 01  10 = 11. De acuerdo a lo anterior estamos autorizados para decir según la lógica de clases que 11 representa la unión de aquellos aspectos que distinguen un elemento de otro, y que 00 representa la separación (intersección) de aquel aspecto que los reúne (categoría). Es importante notar además, que 11 y 00 guardan entre sí la misma doble relación de oposición y complementariedad. Por tanto, y siguiendo en la lógica de clases, podemos afirmar que en este pequeño universo que hemos caracterizado, hay dos clases o conjuntos: la de los elementos (con su ámbito (01) y su complemento (10)) y la del cambio o transformación (con su ámbito (11) y su complemento (00)) que surge cuando dos objetos se relacionan entre sí. Cuando analizamos otras oposiciones relacionadas con los mismos objetos, descubrimos algo interesante. Por ejemplo pelota grande vs. pelota pequeña. Esta última oposición ya no es binaria (no tiene solo dos términos: el elemento y su opuesto), sino que al menos, admite un término intermedio como lo es pelota mediana. En realidad este tipo de atributos, acepta infinitos valores 3

entre sus extremos. De esta manera, si pretendemos ‘describir’ lo que ocurre en la realidad de este nuestro limitado universo, debemos poder caracterizar todas las posibilidades. Una forma de hacerlo es ampliar el esquema anterior, profundizando en su estructura y mostrar así, que en definitiva todo se restringe a un inter-juego entre el ‘ser’ y el ‘parecer’ (Greimas, 1973: 108). El ‘parecer’, aquello que se ofrece en directo a la aprehensión y que tildaremos de ‘superficial’, es de tipo binario o discreto; se pasa de un extremo al otro de la comparación sin valores intermedios, siendo así un atributo absoluto y evidente. El ‘ser’ en cambio, es aquello que ‘no se ve’, que permanece oculto y por lo que lo llamamos profundo y admite infinitos valores intermedios entre sus extremos; esta última característica lo convierte en un atributo continuo o analógico y relativo pues resulta su valoración, de una comparación. Hipotéticamente y de una forma genérica, se puede utilizar como base de la descripción semiótica, la relación sujeto/objeto (Courtés, 1980: 62). Aquí sujeto (S) es considerado como la ‘fuente’ del cambio y el objeto (O) como el ‘destino’ del mismo, y ambos están relacionados precisamente por ese cambio que queda expresado por una operación de disyunción (cambio aparente = V) en la superficie y por una operación de conjunción (cambio oculto = ) en lo profundo. (Figura 2)

Figura 2 Los vértices del ‘cuadrado’ propuesto representan lo que llamamos nichos o lugares ontológicos, que igual a lo propuesto por Greimas en sus categorías sémicas (Greimas, 1973: 151), serán ocupados por elementos de sentido (contenidos) concretos; contenidos que, en la elaboración de la dinámica, no son tenidos en cuenta. Si a 0110 (clase de los elementos) la negamos, obtenemos su opuesto: 1001. Sus constituyentes no desaparecen, solo cambian de lugar. Si volvemos a negar, obtenemos (según la lógica clásica) la estructura inicial. Se establece así una dinámica cíclica que podría caracterizarse como la tendencia de ir hacia el 4

objeto (10) a través del sujeto (01). Esta dinámica se puede asimilar a una función (una estructura proyectada en otra estructura) que llamaremos: organización y que representa una transformación o cambio evidente y no significa otra cosa que la disyunción entre ambos polos de la relación (11 = V). Ahora, si negamos 01(S), no desaparece pasando a 10(O), sino que ‘pasa’ a 11(V); y si esta última se niega, ‘pasa’ a 10(O). Luego, 11(V) se transforma en una clase mediadora entre los polos opuestos y cambia entonces, el concepto de negación. Es como si se negara los continentes (Günther, 1962) (nichos) y no el contenido y en esta forma, hay un ‘desplazamiento conservador’1( Hegel, 1985(T1): 163) de un extremo a otro obtenido por la ‘negación de la negación (Hegel, 1985(T1): 189). Alcanzado 10(O); si se vuelve a negar, se obtiene 00(), lo cual significa otra transformación o cambio (en este caso oculto) que representa ahora, la conjunción de los extremos a la que llamaremos desorganización. Si negásemos 00() llegaríamos a 01(S), completándose un ciclo reflexivo (Hegel, 1985(T1): 189). En realidad, son dos ciclos completos ‘ensamblados’ que ‘giran’ en sentido opuesto (Figura 3).

Figura 3 El ensamble definido recibe como nombre PAU (Patrón Autónomo Universal) y es considerado como la unidad de complejidad real. Queda constituido un verdadero sistema como manifestación concreta de la mínima expresión de realidad que se pueda concebir. Su complejidad reside en que las dos ‘triadas’ que lo componen: SVO y OS, están ligadas por una triple relación: i) son opuestas, OS (100001) es la negación de SVO (011110) y viceversa; ii) son complementarias, cada una tiene a su vez una característica de la que la otra carece y viceversa y iii) son simultáneas o concurrentes, se producen al mismo tiempo. Por otro lado, son complementarias bajo dos aspectos: a) en el ya mencionado, y b) en el que surge dado su ‘sentido de giro’. Finalmente podemos decir que a este sistema lo animan dos lógicas: una superficial y binaria, ya que ‘gira a saltos’; por ‘pares’ de elementos; y una 1

El aufheben de Hegel.

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profunda y continua, con infinitos valores intermedios entre 1 y 0, a la cual le llamamos difusa o borrosa. Todo el sistema a su vez, está regido por una única lógica polivalente (tetravalente, cuyos valores de verdad no son 1 y 0, sino 11, 01, 10 y 00), que da la posibilidad de representar el devenir de los hechos o procesos reales (en cualquier nivel que se considere la realidad), razón por la cual la llamaremos lógica transcursiva o del transcurrir. La lógica transcursiva, por el hecho de servir para representar integralmente la realidad, de acuerdo a lo aquí propuesto, también es apta para representar cualquier manifestación lingüístico-semiótica del discurso: frase, relato mínimo, programa narrativo, esquema canónico, etc., que se supone representan distintos aspectos reales de un universo determinado (sea éste concreto o virtual). 3. PROPUESTA METODOLÓGICA Antes de analizar el cuento, haremos algunas precisiones que ayudaran a comprender la posible utilidad del método y su ubicación respecto de las propuestas actuales. El sistema presentado tiene un comportamiento dispar frente a los esquemas narrativos canónicos tradicionales. El esquema de la Prueba no es considerado como necesario para la interpretación de un discurso, no porque no se esté de acuerdo con el ‘encuentro’ de dos programas narrativos sino, porque la lógica aquí aplicada, no es una ‘lógica en reversa’ (Courtés, 1997: 125) que obligue a comenzar el análisis por el final; antes bien, es transcursiva y por lo tanto, se comienza el análisis por el principio y se va ‘gestando’ su estructura con el devenir. El esquema de la Búsqueda (Greimas, 1971: 270) es aceptado en sus planteos básicos: transferencia de objetos de valor, los cuatro tipos de actantes (sujeto, objeto, destinador y destinatario) que, de a pares, juegan un papel trascendente e inmanente en forma alternativa justificando de esta manera el sacar a la superficie lo profundo haciendo evidente una acción; contrato, competencia, performance, son aspectos que con algunos matices pueden ser manejados por la lógica transcursiva. Respecto al enfoque de los esquemas canónicos en general, se está más cerca de las alternativas propuestas por Fontanille (Fontanille, 2001: 103) aunque, a diferencia de lo que señala el mismo autor (Fontanille, 2001: 102), y dado que los esquemas narrativos son productos de la praxis enunciativa y por tanto de un arraigo cultural insoslayable, sí es posible establecer un esquema universal del sentido de la acción a través del amalgamado de los esquemas de 6

prueba y búsqueda, bajo los siguientes considerandos: se unifican las relaciones polémicas o contractuales con los tipos de presencia, quedando todo restringido a solo cuatro ‘figuras’ que pueden ser manejadas por el PAU. Prueba y Búsqueda quedan entonces definidas bajo las siguientes alternativas (que siempre están supeditadas a una carencia, lo que las transforma en intencionales): i) Indiferencia: coexistencia sin influencia mutua de dos polos de intereses, lo que genera dos recorridos narrativos paralelos que solo se contactan a nivel superficial, sin interferirse; ii) Acuerdo: coexistencia con influencia mutua de dos polos de intereses que tienen elementos en común que los reúne y elementos distintivos que son adaptados, por ambas partes, para permitir el ‘encaje’ de los dos recorridos narrativos, permitiendo enlaces a nivel superficial (a través del parecer – la mentira) y la aceptación de común acuerdo del nivel profundo (del ser); iii) Conflicto/Evasión: confrontación de dos polos de intereses para saldar una carencia a través de un mismo objeto. El litigio perturba el estado de ‘desequilibrio estable’ (mantenido por retroalimentación negativa) en que se desenvuelven sus dinámicas (oscilaciones controladas, entre lo superficial y lo profundo). Esta perturbación se manifiesta como ‘oscilaciones fuera de control’ (incrementadas en su amplitud en forma exponencial por retroalimentación positiva) provocadas por la influencia entre los niveles superficial y profundo en forma cruzada y conducentes a una ‘catástrofe’. Se llega al límite de lo tolerado por la estabilidad dinámica; ambos sistemas se ven obligados a optar (se bifurcan): o se pasa a un nivel de complejidad mayor (quitándole complejidad al contrincante) transformándose en dominador de la situación; o por el contrario, se degrada el nivel de complejidad por no ser capaz de adaptarse, transformándose en dominado; o aún más, desapareciendo directamente de la escena; y iv) Sumisión: coexistencia de dos polos de intereses en donde uno de ellos predomina por tener intacta la ‘capacidad’ de adaptación a los avatares, posibilitada por el uso completo del ensamble superficial/profundo (parecer/ser), y poder así influenciar al otro que solo maneja el nivel superficial, en detrimento del nivel profundo. Se debe dejar constancia que esta figura puede tener dos variantes: una absoluta, en donde la sumisión es total (tanto en el parecer como en el ser) y otra relativa, en donde tal sumisión es solo aparente. La figura de la dependencia, puede ser consecuencia de la alternativa anterior (iii). Por otro lado, su evolución puede seguir distintos recorridos narrativos que permiten

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desembocar en cualquiera de las figuras anteriores, por una ‘rehabilitación’ del nivel profundo. Las modalidades anteriores ponen en evidencia lo que es relevante a nivel socio-cultural; o lo que es lo mismo, aquello que podemos pesquisar en el plano de la praxis narrativa. No obstante es posible sondear a través de ellas, otros planos como son: el de las sensaciones (placer, neutralidad, displacer), el de las reacciones (atracción, displicencia, rechazo), el de las emociones (amor, armonía, odio), el de las percepciones (sujeto, acción, objeto), el de lo psíquico (idea, lenguaje, pensamiento), etc. 4. ANÁLISIS DE CENICIENTA Dadas las bases anteriores, intentaremos un análisis simple del cuento Cenicienta. Se elige este cuento para poder contrastar el análisis hecho por Courtés (Courtés, 1980). Hay que aclarar que se toma la versión popularizada por Charles Perrault (‘El cuento infantil’, 1977: 30) aunque con algunas reservas, pero nada tiene que ver con la majestuosa elaboración que hace Courtés al comparar un número importante de variantes del cuento; algo que por otra parte, está totalmente fuera de mis posibilidades. Para comenzar diremos que Cenicienta es una historia (entre muchas) sobre las relaciones intersubjetivas y no de un casamiento, y cuyo núcleo fundamental es el ‘reconocimiento social’ (convivir), usando el casamiento como medio para lograr el objetivo (suplir una carencia). Esta interpretación evita desembocar en una moraleja anodina en donde solo se resalten los valores (con tinte costumbrista) de bondad,

generosidad y perdón. El relato así encarado

encaja perfectamente en nuestra alternativa de Acuerdo (ii). Comienza la historia con una Cenicienta ubicada en una alternativa de Sumisión (iv) (no siendo trascendentes los detalles íntimos que la ubican en esta situación), claro que en una variante relativa, ya que al no poder suplir su carencia (reconocimiento) por medios propios aún sabiéndose portadora de elementos necesarios aunque no suficientes para lograrlo, aparece como sumisa y servicial, haciendo prevalecer lo superficial sin detrimento de lo profundo (que sería la sumisión total y absoluta; la anulación). La aparición en escena de una posibilidad de reinserción social y aun en su propia familia (el baile, que como reunión pública favorece esta reinserción), la lleva a intensificar lo adecuado de su nivel superficial a través por ejemplo, de las buenas acciones o del prestar ayuda desinteresada (manifestaciones absolutamente sinceras) lo que en el momento adecuado, redundó en una ayuda a través de una recompensa mediadora que 8

permitió un mayor reforzamiento de la apariencia (el reconocimiento social es parecer-dependiente y no ser-dependiente). La unión (a través del hada madrina) de sus dotes naturales (belleza, bondad, afabilidad, etc.) con las prebendas (vestido, zapatos, carroza, sirvientes, etc.) canaliza una transferencia ‘virtual’ de valores por una mediación que le permiten ubicarse en el escenario adecuado y llegar a quienes pueden permitirle alcanzar su meta. Gráficamente podría expresarse como en la Figura 4.

Figura 4 Lo planteado es la mera realidad ‘superficial’ pero, hay en sí, un desdoblamiento del recorrido narrativo: el recorrido superficial está a cargo del par Destinador-Destinatario y el recorrido profundo, del par Sujeto-Objeto según lo muestra la siguiente figura. (Figura 5)

Figura 5 Los recorridos, que son simultáneos y llevan un ‘sentido de giro’ opuesto, se desarrollan de la siguiente forma: El recorrido superficial parte desde el Hada Madrina y el profundo desde Cenicienta (como objeto) (recordar las dos triadas opuestas: SVO y OS). Al hacerse efectivos los elementos a ser utilizados en la Recompensa, Cenicienta está preparada para la Seducción. Al ser Cenicienta alcanzada por la recompensa puede, al ejercer la seducción, llegar al Príncipe. El 9

cuadrado semiótico expresa esta situación compleja de una manera resumida (Figura 6).

Figura 6 La Seducción, como puede verse, se comporta como un cambio oculto (mentira) que segrega aquello que en apariencia parece unir a los protagonistas, provocando desorganizaciones profundas que se ‘acumulan’ (Cenicienta se queda cada vez más tiempo en el baile) posibilitando, alcanzado un límite (el no respetar el regreso antes de la media noche) y a través de un mediador (el zapato de cristal), la reorganización de todo el sistema. Esta reorganización se proyecta a la superficie mediante un cambio evidente que se hace efectivo en el sinceramiento de la relación establecida entre el Príncipe y Cenicienta, al reconocerla como la dueña del zapato. Se rompe la figura de Sumisión en la que estaba atrapada Cenicienta. Hay una revitalización de su ser, en desmedro del parecer. Se le reconocen sus cualidades personales; se hace efectiva y definitiva la recompensa y se la acepta en familia (reconociéndola y pidiendo su perdón) porque ella también se transformará en mediadora de un mayor reconocimiento social que le vendrá a su familia, cuando se case con el Príncipe. Se conforma una nueva figura, de la que Cenicienta es uno de los polos principales. Esta figura es la de Acuerdo en donde la unión concretada en el casamiento con el Príncipe, además de permitir subsanar una carencia, facultará la mutua influencia de intereses que fortalecerá más aún la unión (a través de los elementos en común) y adaptará los elementos distintivos de ambas partes, para posibilitar el ‘encaje’ de los dos recorridos narrativos, permitiendo enlaces a nivel superficial (a través de la apariencia – la mentira) y la aceptación de común acuerdo del nivel profundo (del ser) mediante el amor como mediador.

5. CONCLUSIÓN 10

Se ha presentado un método de análisis semiótico-narrativo que mediante unos pocos elementos simples e inmediatos del relato, posibilita la construcción, en el transcurso mismo de la historia, de una estructura compleja que responde a un patrón universal que opera como unidad. La circunstancia de poder tratar en forma integral y simultáneamente ambos niveles de la realidad (superficial y profundo), conduce a la elaboración de una solución razonada del sentido del relato. No es necesario aclarar que la interpretación aquí dada de Cenicienta no es la única ni la mejor; solo es una de las infinitas posibles. Lo que si aparece como un detalle no menor, es el hecho evidente que este cuento no tiene nada de infantil, ni siquiera en la interpretación que hizo el propio Perrault ya que, difícilmente un niño pueda elaborar adecuadamente las asociaciones entre fealdad y maldad, belleza y bondad, elevación y riqueza; más allá de la ingenuidad deliciosa de que el bien y la bondad, siempre terminan triunfando.

BIBLIOGRAFÍA Courtés, J. “Introducción a la semiótica narrativa y discursiva”. Hachette, Madrid 1980. Courtés, J. “Análisis semiótico del discurso. Del enunciado a la enunciación”. Gredos, Madrid 1997. Fontanille, J. “Semiótica del discurso”. Fondo de Cultura Económica, Lima 2001. Greimas, A. J. “Semántica Estructural”. Gredos, Madrid 1971. Greimas, A. J. “En torno al sentido. Ensayos semióticos”. Fragua, Madrid 1973. Greimas, A. J.; Courtés, J. “Semiótica. Diccionario razonado de la teoría del lenguaje”. Gredos, Madrid 1982. Greimas, A. J. “Del sentido II. Ensayos semióticos”. Gredos, Madrid 1989. 11

Günther, G. Textos traducidos al inglés de la mayoría de su obra - en www.thinkartlab.com (1961-1984). Hegel, G. W. F. “Lógica”. Hyspamérica, Madrid 1985 (2 tomos). Lévi-Strauss, C. “Antropología estructural”. Paidós, Barcelona 1987. Montes, G. “El cuento infantil”. Centro Editor de América Latina, Buenos Aires 1977. Propp, V. “Morfología del cuento”. Juan Goyanarte, Buenos Aires 1972.

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