Actitud Mental Positiva y Resiliencia

5.3 ACTITUD MENTAL POSITIVA Actitud: Predisposición, tendencia o disposición adquirida, relativamente estable, de conduc

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5.3 ACTITUD MENTAL POSITIVA Actitud: Predisposición, tendencia o disposición adquirida, relativamente estable, de conducta. Mental: Hace referencia a la mente. Hablamos sobre los diferentes tipos de pensamiento que pueden encontrarse en nuestra mente y cómo estos van generando un estado emocional de acuerdo a lo que mantengamos en la mente. Positiva: Concepto que ser refiere a lo moralmente bueno y benéfico, según los cánones de una sociedad o cultura determinada. Estos tres conceptos forman una técnica de auto superación personal formidable: la actitud mental positiva. Por lo tanto, si nos proponemos mantener en nuestra mente pensamientos positivos, sintonizaremos con todo lo positivo que esté a nuestro alrededor. Esto nos ayuda a hacer más llevadera nuestra existencia. No importa si lo que estamos enfrentando es negativo o triste o de mucho esfuerzo. Lo que importa es que si nuestra actitud es positiva al enfrentar cualquier evento, éste será más fácil de sobrellevar. Se hace "cuesta arriba" cuando a la dificultad con la que nos enfrentamos, nosotros le agregamos una actitud negativa, de pesimismo. Es importante mantener constantemente en nuestra mente pensamientos positivos Visualizarnos como personas positivas, alegres, dinámicas, durante unos segundos, varias veces en el día, nos ayuda a grabar en nuestro fondo mental una autoimagen positiva. La Actitud Mental Positiva, nos permite finalmente acercarnos a la felicidad, al estar en mayor armonía con el medio ambiente que nos rodea y de las personas que están en ese entorno. Cada vez que se genera un pensamiento positivo, éste, con su vibración más sutil y fina, penetra y destruye las formas de pensamiento más grotescas generadas por pensamientos negativos. Síntomas de la actitud mental negativa: 1. La afición a divulgar malas noticias. 2. La manía del comadreo. 3. La inclinación a lo morboso, lo perverso, lo sensacionalista. 4. La necesidad enfermiza de buscar siempre el lado negativo de las cosas. 5. El pesimismo, la curiosidad por las debilidades ajenas, la inquietud, la tendencia a dramatizar. ¿Cómo desarrollar una actitud mental positiva? Napoleón Hill, en su libro, los 17 Principios del éxito34, menciona los siguientes consejos prácticos para conseguir una actitud mental positiva. 1. Reconoce que tu actitud mental es lo único sobre lo que tú y sólo tú tienes control total, nadie más. Elimina de tu mente y de tu corazón, los pensamientos negativos, de ira, miedo, frustración, solo permítete pensamientos de amor, felicidad, éxito, paz, seguridad. 2. Entiende que toda derrota, adversidad, haya sido provocada o no por nosotros mismos, contiene la semilla de un beneficio equivalente. No te desanimes ante la adversidad y entiende que algo positivo de ella puedes aprender.

3. Aprende a cerrar las puertas de tu mente a todos los fracasos del pasado. Despeja la mente de cualquier influencia que no sustente una actitud mental positiva. Lo que pasó, ya pasó, es pasado y no lo puedes cambiar, lo que sí puedes hacer ahora, en el presente es trabajar en lograr tus metas. 4. Descubre, investiga dentro de ti, que es lo que más deseas en la vida, cual es la actividad que más disfrutas hacer y ve tras ello, no te desvíes. Hazlo ya, ahora mismo. 5. Determina que recursos necesitas para lograr tus metas, y establece un Plan para alcanzarlas.

6. Hazte el habito de pensar y hablar siempre en positivo, evita las críticas, el prejuzgar a las personas, abstente de los chismes, este tipo de práctica, solo daña la actitud de una sola persona, la tuya. Si no tienes algo positivo que decir de algo o de alguien, por tu bien, mejor no digas nada. Práctica este consejo en todo momento. Grábatelo a fuego en tu mente y corazón. 7. Mantén tu mente siempre ocupada. Averigua que es lo que más te gusta hacer, y realízalos, con un esfuerzo de amor, con el alma y corazón. Quizás sea un pasatiempo, perfecto. Solo recuerda que una mente ociosa, se convierte rápidamente en una mente negativa. 8. Oblígate a comprender que lo que te hiere no es la derrota, sino la actitud que tienes hacia ella. Práctica el arte de buscar la semilla del beneficio equivalente que hay en todas las decepciones a las que te enfrentas. 9. Rompe con los hábitos negativos. Abstente de los vicios de uno en uno durante un mes hasta que te demuestres quien manda. Si necesitas ayuda de algún consejero o un grupo de apoyo, consíguela. No dejes que el orgullo te domine. 10. Comprende que nadie puede herirte, encolerizarte sin tu propio y pleno consentimiento. Cierra la puerta de tu mente a cualquiera que desee ejercer una influencia destructiva. 11. Desecha cualquier deseo ardiente de controlar a los demás. Ahógala antes que te destruya. Canaliza esa energía hacia un mejor control de ti mismo. 12. Ejercita tu cuerpo, con el propósito de mantenerte en forma. Las enfermedades mentales pueden surgir con facilidad de las físicas, y tu cuerpo y mente deben permanecer en activo para ser positivo. 13. Disciplina tu mente para que conforme tu destino hacia el objetivo que hayas elegido en tu vida. Haz que tu mente se enfoque, tal como el lente de una cámara, en el objetivo que desees alcanzar. Dedícate a conseguirlo con ahínco y furor, se persistente. Persiste Siempre.

5.4

RESILIENCIA

La resiliencia es la capacidad de afrontar la adversidad saliendo fortalecido y alcanzando un estado de excelencia profesional y personal. Desde la Neurociencia se considera que las personas más resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, soportando mejor la presión. Esto les permite una sensación de control frente a los acontecimientos y mayor capacidad para afrontar retos. El camino que lleva a la resiliencia no es un camino fácil, sino que implica un considerable estrés y malestar emocional, a pesar del cual las personas sacan la fuerza que les permite seguir con sus vidas frente la adversidad o la tragedia. La resiliencia genera la flexibilidad para cambiar y reorganizar la vida, después de haber recibidos altos impactos negativos. Más que la capacidad de enfrentar y resistir maltratos, heridas, etc., la resiliencia es la capacidad de recuperar el desarrollo que se tenía antes del golpe. La resiliencia de la persona permite superar el trauma y reconstruir su vida. Ante todo diremos que no se nace resiliente. La resiliencia no es una especie de fortaleza biológica innata, tampoco se adquiere como parte del desarrollo natural de las personas. La resiliencia no es una competencia que se desarrolla fuera de contexto, por voluntad de la persona. No la construye la persona por sí sola sino que se da en relación con un ambiente determinado que rodea al individuo. Por otra parte, no hay un patrón o fórmula fija para edificarla, sino que cada persona va desarrollándola de acuerdo a sus necesidades, y atendiendo a sus diferencias culturales, en función del contexto donde le toca vivir. En este sentido, el contexto cultural juega un papel fundamental en cómo cada persona percibe y lidia con la adversidad y las experiencias estresantes con que la vida la confronta. De modo que cada persona desarrolla sus propias estrategias para resiliar las experiencias traumáticas. De cualquier modo depende de cómo se dé la interacción entre la persona y su entorno. Al respecto comenta Boris Cyrulnik: “La resiliencia se teje: no hay que buscarla sólo en la interioridad de la persona ni en su entorno, sino entre los dos, porque anuda constantemente un proceso íntimo con el entorno social”. Según el neuropsiquiatra Boris Cyrulnik existen dos factores que propician la resiliencia en las personas:

 Si la persona en su infancia temprana pudo tramar un principio de personalidad, a través de un apego seguro, el cual se forja en la relación con el otro (cuidador), mediante una interacción e intercambio que teje la resiliencia desde la comunicación intrauterina, pasando por la conexión con el cuidador, especialmente la madre, que provee seguridad afectiva en los primeros años de vida. Este tipo de interacción se convierte en un mecanismo de protección.  Si luego del “estropicio” (experiencia traumática), se organiza alrededor de la persona, una red de “tutores del desarrollo”, vale decir, la posibilidad de agarrarse o sostenerse de alguien o algo. Este algo o alguien del cual asirse se convierte en

un tutor de la resiliencia, que promueve o provoca el desarrollo psicológico sano y funcional después del trauma. Este cuidador actúa como el medio para que el niño desarrolle un sentido de vida e identidad.

Las personas resilientes poseen tres características principales: saben aceptar la realidad tal y como es; tienen una profunda creencia en que la vida tiene sentido; y tienen una inquebrantable capacidad para mejorar. Además, presentan las siguientes habilidades:  Son capaces de identificar de manera precisa las causas de los problemas para impedir que vuelvan a repetirse en el futuro.  Son capaces de controlar sus emociones, sobre todo ante la adversidad y pueden permanecer centrados en situaciones de crisis.  Saben controlar sus impulsos y su conducta en situaciones de alta presión.  Tienen un optimismo realista. Es decir, piensan que las cosas pueden ir bien, tienen una visión positiva del futuro y piensan que pueden controlar el curso de sus vidas, pero sin dejarse llevar por la irrealidad o las fantasías.  Se consideran competentes y confían en sus propias capacidades.  Son empáticos. Es decir, tienen una buena capacidad para leer las emociones de los demás y conectar con ellas.  Son capaces de buscar nuevas oportunidades, retos y relaciones para lograr más éxito y satisfacción en sus vidas. Las percepciones y los pensamientos influyen en el modo como la gente afronta el estrés y la adversidad. El estilo de pensamiento de las personas resilientes se caracteriza por ser realista, exacto y flexible. Cometen menos errores de pensamiento (como la exageración o sacar conclusiones precipitadamente, sin evidencias que las corroboren) e interpretan la realidad de un modo más exacto que las personas menos resilientes. El apoyo emocional es uno de los factores principales. Tener en tu vida personas que te quieren y te apoyan y en quien puedes confiar te hace mucho más resiliente que si estás solo. Permitirte sentir emociones intensas sin temerlas ni huir de ellas, y al mismo tiempo ser capaz de reconocer cuándo necesitas evitar sentir alguna emoción y centrar tu mente en alguna distracción. No huir de los problemas sino afrontarlos y buscar soluciones. Implica ver los problemas como retos que puedes superar y no como terribles amenazas. Tomarte tiempo para descansar y recuperar fuerzas, sabiendo lo que puedes exigirte y cuándo debes parar. Confiar tanto en ti mismo como en los demás. Generalmente, las personas logran adaptarse con el tiempo a las situaciones que cambian dramáticamente su vida y que aumentan su estado de tensión. ¿Qué les permite adaptarse? Es importante haber desarrollado resiliencia, la capacidad para adaptarse y superar la adversidad.