09 El Trabajador Social

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El TRABAJADOR SOCIAL EN UN JUZGADO DE FAMILIA LOS CASOS ESPECIALES DE ASI Lic. Norma Ramlaj El Trabajador Social del Juzgado de Familia, fue y es el primer y único profesional no perteneciente a la rama del Derecho que fue incorporado en el Servicio de Justicia, esperando de su función e incumbencias profesionales que tomara contacto con el sistema familiar en crisis, crisis de tal magnitud que no pudo superarse sin que intervenga un tercero ecuánime – el Juez – que dirime sobre el conflicto que los aflige. Tal como dice Kempe: “El abuso sexual es definido como el compromiso de dependencia, desarrollo inmaduro de niños y adolescentes en actividades sexuales que ellos realmente no comprenden, en los que pueden dar un consentimiento o que se violaron los tabúes sociales de los roles familiares." La Dra. Rosa Loureiro define el ASI “como el acto o los actos de naturaleza sexual impuestos por un adulto sobre un niño o niña o adolescente masculino o femenino, que por su condición de tal, carece de desarrollo maduracional, emocional y cognitivo como para dar un consentimiento acerca del o los actos en cuestión. La habilidad para enredar a las personas menores de edad en un vínculo de tipo sexual está basada en la posición dominante, de poder y de seducción que tiene el adulto sobre él o ella, y que contrasta con los aspectos de vulnerabilidad y dependencia que ésta o ésta tiene”1 Se detecta, actualmente una mayor incidencia de esta problemática intrafamiliar, si bien no puede precisarse si su aumento es real o debido a la mejor comprensión del problema por la comunidad. En los 18 años que llevo trabajando con niños abusados sexualmente, solamente en una oportunidad el mismo no era abuso intrafamiliar. En años recientes se ha focalizado mucha atención en los servicios a víctimas que creen la versión del abuso que relatan los niños y, lo hacen asegurándoles apoyo y protección. La práctica y la formación de los Trabajadores Sociales tienen incorporado estas ideas y, por lo tanto sus aproximaciones a los niños abusados sexuales, es mayor, pues han sido entrenados con metodología más actualizada, haciendo además cumplir la ley y siendo, muchas veces, el denunciante. Este esfuerzo merece ser comprendido y apoyado por las otras disciplinas que trabajan en el bienestar de niños., ya que los efectos del abuso pueden ser diferentes de acuerdo a las diferentes etapas del desarrollo evolutivo. Los Trabajadores Sociales tienen como rol principal la derivación a consulta de los niños víctimas a terapeutas especializados para validación y tratamiento. Mientras se lleva a cabo tal consulta con el niño y, necesita ser valorado con relación a otros factores presentes antes y después del abuso sexual en sí mismo. En muchas instancias el Trabajador Social puede ser el único otro profesional implicado en el caso. Dado que el Trabajo Social está implicado en la situación de crisis, del principio al fin de la resolución de la misma, hay una importante oportunidad de reducir la probabilidad de abordar la herida de la víctima con el apoyo de adultos aliados y, hacer valoraciones iniciales y certeras, con la inmediatez del servicio que necesitan los niños basados sobre niveles de probables heridas emocionales presentados en el tiempo de inicio. 2 Valga resaltar que el abuso sexual no es exclusivo de ninguna clase social sino que se presenta en las distintas clases con similar frecuencia. En los abusos sexuales intrafamiliares los perpetradores, llamados también ofensores o por el poder que detentan opresores, son generalmente adultos pero pueden ser también adolescentes o niños. Tratándose de ofensores juveniles, no debe confundirse conductas abusivas con la experimentación propia de la etapa vital, debe atenderse a los dos polos, víctima y ofensor, pues probablemente este último haya sido previamente víctima de abuso u otra forma de maltrato. Otra cuestión paradigmática en el ASI es la alta posibilidad de responsabilización de la víctima cuando el mismo devela lo que le ha sucedido constituyéndose esto una victimización secundaria. A esto se alude cuando se señala como otra fuente potencial de herida emocional de niños víctimas a la reacción de aquellos con quien el niño tiene contacto una vez que el abuso sexual 1

Dra. Rosa Loureiro – Lo que pasa en casa – de la violencia que no se habla – Ed Psicolibros – Waslala – Montevideo, Uruguay – 2º edición 2005 2 TRATAMIENTO DE OFENSORES SEXUALES EN EL MARCO DEL TRABAJO SOCIAL Y LA SALUD MENTAL - Cap. Posición de los Servicios de Protección a niños sobre el probable trauma emocional que provoca el ser víctima de abuso sexual - Varios - New York, 1989 - Inédito en Argentina – Traducido por la firmante

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ha sido revelado. Si no se les cree se hallarán desprotegidos, pueden ser ridiculizados y es probable que experimenten mayor trauma que aquellos a quienes se les cree. Dicha actitud de descreimiento se halla también en la base de la frecuente “retractación” 3 de la víctima que perpetúa su existencia o, al menos, sus destructivos efectos. El ASI provoca daños desbastadores en los niños y adolescentes, de los que difícilmente podrán sobreponerse el resto de sus vidas. Heridas tan dolorosas colocan a los chicos en situación de negar lo que pueden haber contado (incluso relegándolo como realidad sentando las bases de problemas emocionales severos), de negarse a la realización de tratamiento por el dolor que este conlleva. 4 Hemos observado que casi el 15% de los niños/as abusados/as son menores de 5 años. El 60% tiene entre 10 y 18. Estos niños tienen más riesgo, pero la mayoría presenta una inteligencia normal. Pueden ser de cualquier clase, raza o religión. La mayoría de los abusadores son conocidos por los chicos, muchos de ellos, parientes. El 80% de los abusadores son hombres heterosexuales. Edad promedio del abusador: 30 años. El abuso puede suceder en la propia casa del niño. 5 En el caso de los chicos mayores ya conocen que lo que les ocurre es una historia de sometimiento, donde el abusador/opresor ha sometido su sexualidad, comprometiéndola quizá para el resto de sus vidas. La función del Trabajador Social dentro del Servicio de Justicia deberá apuntar a velar por los intereses del niño, resguardando su salud física, mental, psíquica y social, teniendo como eje a la Convención de los Derechos del Niño y la legislación vigente. En principio, es necesario plantear que el Abuso Sexual Infantil es una de las realidades más duras con las que se debe enfrentar el Trabajador Social a la hora de la intervención. De esta manera, el Trabajador Social asume un compromiso hacia el niño víctima de abuso sexual, orientando todas las acciones hacia la superación de la situación abusiva, para ello, las estrategias no solo comprenderán al niño sino también se trabajará con toda la red social y familiar. Para ello, el Trabajador Social en el informe social tendrá en cuenta diferentes puntos a tratar, a saber: Grupo familiar conviviente; familia extensa; aspectos referidos a la salud de los niños; Genograma familiar con el fin de mostrarle al Juez el mapa de la familia; Historia social y actual; Observaciones profesionales; conclusiones. En el informe social, dentro del eje Observaciones Profesionales, el Trabajador Social explicitará una aproximación diagnóstica de acuerdo a los datos recabados durante la entrevista, como así también con las diferentes informaciones de otros profesionales intervinientes en el caso. 6 El proceso que se inicia en la instancia Judicial y continúa en el ámbito terapéutico, debe permitir el cambio de comportamiento abusivo, la elaboración de las experiencias traumáticas y facilitar un proceso de dialogo que permita el surgimiento de un sistema de comunicación, de comportamiento y de creencias en donde no exista la interacción violenta. Para ello, es sumamente importante que la postura ideológica y los lineamientos a seguir entre el Juzgado y el equipo profesional que lleva adelante el tratamiento, sean coherentes, sin fisuras a fin de evitar que el niño sea expuesto nuevamente a situaciones traumáticas como las vividas Cuando esa es la hipótesis de máxima, en una historia familiar, el que pudiera llegar a incluir situaciones de cualquier tipo abuso de los niños; se utiliza, la realización de entrevistas domiciliarias esto es, cuando la Trabajadora Social, concurre al domicilio de la familia que ha presentado una situación de extrema crisis. Al menos en mi caso particular, preparo una entrevista semi-estructurada en lo que se refiere a los datos personales de los componentes de la familia y libre en cuanto al relato que hacen de su historia familiar y de la situación actual. El Juez en este caso no puede (si es que alguno lo intentara) darse por no enterado, nuestros Informes Sociales, al estar firmado son un instrumento público y el superior, como funcionario, no puede dejar de dar intervención al fuero correspondiente, ante la “posible comisión del delito de abuso sexual agravado por el vínculo”, por poner un ejemplo. Este fuero es siempre el Fuero Penal.

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La retractación es una de las cinco fases del “síndrome de acomodación al abuso sexual infantil” citado por Intebi en “Abuso sexual infantil en la mejores familias”. Págs. 150/155. 4 EL TRABAJO SOCIAL EN EL SERVICIO DE JUSTICIA…- Alday, Bratti y Nicolini – Ed. Espacio. Buenos Aires 2º edición 2004- Pág. 169/70 5 LA NACION DEL 22/2/03 6 ABUSO SEXUAL INFANTIL Y TRABAJO SOCIAL DESDE LA JUSTICIA” Autoras: Georgina Monteleone, Victoria Pugliese y Andrea Saragosti – Inédito- Trabajo de sistematización para la UBA Fac. de ciencias sociales Carrera de Trabajo Social - Buenos Aires, 2000.-

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El develamiento espontáneo de un Abuso Sexual Infantil que un niño hace al Trabajador Social, lleva un tiempo de trabajo semi exclusivo, ya que ante tal situación concreta debe operarse de inmediato. Como todos sabemos en el Poder Judicial la inmediatez no existe, tal y como se entiende en estos casos, por lo que hay que recurrir a las vías no formales de contacto, así “ usando y abusando” de otros profesionales se pide en forma inmediata un turno en el Cuerpo Médico Forense, para que la/el niño sea visto lo antes posible confirmando lo que ya ha manifestado, enviar estos informes de manera urgente al fuero Penal para que no sea revictimizado el pequeño con nueva evaluaciones psiquiátricas, psicológicas y físicas cuando el caso lo amerita. Luego con urgencia y también de vital importancia resta buscar en la familia ampliada, quien se haga cargo del niño mientras actúa la justicia penal, procese y determina la pana que corresponda al abusador. Y allí no termina la cosa, es fundamental asegurarse que el niño/a haga tratamiento especializado para superar lo ocurrido. Apelando a contactos personales y con mucha suerte se obtiene lo necesario, lo que el Estado debiera tener a disposición sin necesidad de utilizar esos contactos personales. En todos los casos de Abuso Sexual Infantil, se esconde una historia de represión y sometimiento que ejerce el abusador con el abusado. Así los chicos escuchan frases tales como “si contás la mató a tu madre” “Nadie te va a creer” “contalo y te mandan a un instituto” etc. Veamos a la luz de lo manifestado por Michelle Elliot cuales variables tenemos en cuenta para presumir que nos podemos encontrar ante un Abuso Sexual Infantil: Los chicos entre 5 y 12 años pueden: .- insinuar que tiene secretos que no pueden contar; decir que un amigo tiene un problema; preguntar si uno guardaría un secreto si ellos contaran algo; empezar a contar mentiras, ser descaradamente tramposo, en la esperanza de ser sorprendido; tener inexplicablemente fuentes de dinero; tener sueños aterradores; tener enuresis; exhibir repetidas e inexplicablemente cambios de conductas tal como volverse agresivo o introvertido; dejar de disfrutar de actividades que antes le gustaban, tal como música, deportes, arte, scoutismo, ir a campamentos de verano, gimnasia; ser renuente para desvestirse en gimnasia; volverse miedoso o negarse a ver a ciertos adultos sin razón aparente, mostrar antipatía a una babyssiter en particular, parientes u otros adultos; actos sexualmente inapropiados para su edad; dibujar sexo explícito algunos actos del abuso; parecer que están guardando un secreto, algo que es preocupación para ellos; tener infecciones urinarias, sangrías o dolor en la zona genital o anal; sangrar o tener dolor de garganta; tener enfermedades crónicas, tal como dolor de estómago o de cabeza; tomar por encima los roles parentales, parecer mayor de su edad (sobre todo si es víctima del incesto); presentar desórdenes tal como anorexia o bulimia; presentar depresiones severas, incluso intentos de suicidio; tener una pobre autoimagen, sentirse automutilado; estar constantemente afuera; involucionar la conducta, tal como chuparse el dedo o abrazar juguetes; mostrar malestar cuando camina; decir que son malos, sucios o corrompidos; ser cauteloso, estar vigilante.; repetir palabras obscenas o frases que pudieran ser dichas durante el abuso; intentar abusar sexualmente de otros chicos; hablar o escribir acerca de cuestiones sexuales; encontrar centenares de excusas para no volver a la casa o a la casa de los amigos después de la escuela (sitios donde el abuso puede estar ocurriendo); actos sexualmente inapropiados con respecto a los adultos. Jóvenes de los 12 años en adelante, pueden: .- estar depresivos constantemente; suicidarse; usar drogar o beber excesivamente; automutilarse; mostrar odio a si mismo; tener embarazos; experimentar pérdida de la memoria; volverse anoréxico o bulímico; estar fuera frecuentemente; ser inapropiadamente seductor; ser miedoso acerca de cierta gente como parientes y amigos; sustituir los roles parentales en la casa hasta tal punto que ellos cocinan, lavan, cuidan niños y son tomados al cuidado del todo el mundo exceptuados ellos mismos; no permitírseles tener una cita o tener un vínculo de amigos; tener dolor/sangrar en las áreas genitales o anal o en la garganta; encontrar una excusa para no ir a la casa o a algún lugar en particular; tener pesadillas recurrentes, o miedo a la oscuridad; no poder concentrarse, parecer estar en un mundo propio; tener "un amigo que tiene un problema" y contar el abuso de ese amigo; tener enfermedades crónicas como dolor de estómago o de cabeza; abusar sexualmente de chicos, hermanos o amigos; mostrar un rápido cambio en la escuela / hábitos de trabajo; ser introvertido, aislado o excesivamente preocupado; tener arranques de cólera o inestabilidad; tener miedo de desnudarse en los gimnasios; tener, inexplicablemente, sumas de dinero; actos sexualmente inapropiados con respecto de los adultos.7 7

MANUAL DE PROTECCIÓN DE NIÑOS - ENTRENAMIENTO PARA OPERADORES- Michelle Elliot – Inglaterra 1999 – Inédito en Argentina – Traducido por la suscripta

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II – HABLEMOS SIN TAPUJOS, EL INCESTO Como hemos establecido por lo que hasta acá dicho y por la experiencia recogida el Abuso Sexual Infantil siempre o casi siempre es incesto. El incesto ocurre en cualquier tipo de familia, aunque se ha intentado sugerir que esto sucede en familias sumamente perturbadas o en familias con desórdenes de carácter, esto no es así. Nuestra experiencia nos hace sugerir que una característica que perturba a las familias incestuosas es el fracaso para establecer adecuadamente el tipo de relaciones familiares. También, quizá por la pobre destreza comunicacional, los miembros de la familia incestuosa tienen percepciones muy diferentes de la importancia y fuerza de sus relaciones interpersonales. Observamos, así a tres grupos en la familia incestuosas de padre-hija, desde la perspectiva de la relaciones del padre-hija, madre-hija y padre-madre. Acordamos que el hecho más llamativo descubierto en el incesto familiar es la simetría casi uniforme de la madre y la hija, esta simetría que con frecuencia precede al acontecimiento del incesto abierto. Muchas madres, obligan a sus hijas a tomar los deberes del hogar. También se observó en las familias incestuosas la existencia de problemas en la relación madre-padre. En los casos tratados se observó que la situación familiar, en que los roles tradicionales madre-hija están invertidos. La madre con frecuencia depositaba en su hija muchas de las responsabilidades de los deberes del hogar, y las madres relacionaban su propia incapacidad sexual con sus maridos contribuyendo a la creación de situaciones donde el padre y la hija se encontraban juntos porque la madre los abandonaba. El niño quedó descuidado y vulnerable. Así una esposa con frecuencia, conciente o inconcientemente, queda entrampada de la relación incestuosa entre el padre y la hija, ya que puede ser una socia silenciosa en la iniciación y sostén de la relación incestuosa, en otros casos la madre puede estar tan ajena que solo se entera cuando la víctima se lo cuenta y de acuerdo a su forma de reaccionar se estaría ante una madre permisiva al incesto, o bien una madre que cree de inmediato y denuncia y pide ayuda. Cuando la reacción de la madre es la falta de interés, el padre con frecuencia comienza eligiendo a la mayor de las hijas para llenar el rol familiar materno y a participar en una relación sexual secreta. Cuando esta hija avanza en la adolescencia y comienza a ser más rebelde, el padre avanza en el incesto sobre la hermana menor. La sexualidad y el afecto pueden mezclarse y el padre puede justificar su relación sexual con la hija como una expresión de amor. Muchas hijas son forzadas a asumir el rol de la madre. También notamos que muchos padres son violentos. Esta violencia puede contribuir a la pasividad de sus esposas y al consentimiento de sus hijas y puede influir en sus necesidades de ocultar el incesto. Muchas de las víctimas muestran sensación de abandono de sus madres. El mensaje que esas madres trasmitían una y otra vez a sus hijas fue "padre primero, tú segunda". La relación madre-hija es a menudo marcada por una franca y abierta hostilidad. Como siempre en la situación incestuosa padre-hija, el ofensor/represor de la víctima es su propio padre. Aprender a culpar a sus padres y/o madres ayuda a las víctimas a hacer frente a sus stress. La traición de la confianza y el abuso de los roles parentales en relaciones incestuosas producen efectos desvastadores en el desarrollo psicosocial de niños víctimas del incesto.8 Notamos en estos casos que las niñas víctimas de incesto guardan mayor rencor hacia las madres que no las protegieron, a las que les contaron y no fueron creídas, de tal forma se subvierte la protección que los niños/as esperan de sus padres. Existen también casos en donde las hijas son victimizadas en situaciones de divorcio donde la madre no se halla presente pues el incesto se consuma durante la visita del niño con su padre. En estos casos cuando el niño cuenta la madre generalmente cree la versión e inmediatamente moviliza sus fuerzas en protección de sus hijos. Aquí nos encontramos con situaciones paradójicas en donde en sede civil se suspenden las visitas e inmediatamente se busca el diagnóstico que devele el Abuso Sexual Infantil, mientras que en sede penal el peso de la prueba es la voz del niño, muchas veces sin acompañamiento profesional, de forma tal que el padre queda sobreseído del delito cometido. Estos padres suelen sentirse impunes – y de hecho lo son – por lo que reclaman nuevamente el contacto con el niño, menuda tarea si las hay pues la sentencia penal judicial está a su favor y es difícil oponérsele, no le quedan al otro progenitor muchos recursos para que el hijo no vuelva a revincularse con el padre. Cuando un niño ha sido víctima de ASI y se intenta revincularlo con el padre abusador es un trabajo ímprobo y contrario a los principios de la ética profesional, vale entonces buscar otras vías de

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TRATAMIENTO DE OFENSORES SEXUALES EN EL MARCO DEL TRABAJO SOCIAL Y LA SALUD MENTAL - Cap. Posición de los Servicios de Protección a niños sobre el probable trauma emocional que provoca el ser víctima de abuso sexual - Varios - New York, 1989 - Inédito en Argentina – Traducido por la firmante

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escape para que el padre abusador abandone su intento de recuperar a su víctima atrapada. Así dentro del marco de una sociedad neoliberal que intenta dar algunos pasos sobre esta problemática, es hora de tomar conciencia que estas historias de incestos y ASI deben ser tratadas sin tapujos, ni pruritos y que debe lucharse contra las normas de silencio que la misma sociedad les impone. Y, fundamentalmente tomar conciencia que el incesto es un hecho social y cultural, y que desde una cultura represora se pretende esconder el problema debajo de la alfombra, porque desde que el mundo es mundo los niños han sido los sojuzgados de la historia humana.-