Yo Despues Del Aislamiento.

1ª Edición: Primavera de 2020. Registro en trámite. Todos los derechos reservados a Rodolfo Michel y los autores. Se pro

Views 63 Downloads 3 File size 7MB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

1ª Edición: Primavera de 2020. Registro en trámite. Todos los derechos reservados a Rodolfo Michel y los autores. Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra.

Índice de Autores

Rodolfo Michel 5 Didier Queijeiro 7 Brenda Tamez 10 Isabel Carrillo 13 Manuel Barriga 16 Lupita Michel 19 Azucena Delgado 22 Marcela Iturralde 25 Alejandra Tamez 28 Rossy Torres 31 Lydia Zárate 34 Margarita Cerda 37 Berenice García 40 Adriana Vázquez 42 Laura Tamez 45 Yolanda González 47 Carolina Díaz 50 Luz Elena González 53 Brenda Cortez 56 Julia Arvayo Murillo 59 Lety Velázquez 62 Rocío González 65 Miriam Sainz 68 Alan Navarro 71 Elvira Gómez 73 Rosario Cervantes 76 Aaram Gamboa 78 Carmen Anzaldo 81 Iris Pozo 84 Iliana Juárez 87 Astrid Moctezuma 90 Huitzilíhuitl Cíntora 93 Abril Fitch 96

Zaira Gortázar 99 Ana Cecilia Flores 102 Roxanna De La Rosa 105 Francisco Cadena Ramírez 108 Edith Zúñiga Díaz 112 Mónica Rincón 115 Ángel Sánchez 118 Gerardo Brenis 121 Maricarmen Castellanos 124 Sol Heredia 126 Lorena Almaraz 129 Laura Gabriela Luna 132 Ricardo G. Bernal 135 René Nuza 139 Pita Domínguez 142 Marisol G.C. 145 Angélica Félix-Moreno 148 Julio César Díaz 151 Arlet Valenzuela 154 Socorro Michel 156 Karla G. Chávez 158 Olivia Ortiz 161 Dana Bojórquez 164 Edilia Tanaka 167 Rebeca Sainz 170 Adriana Navarro 174 Cristy López 177 María Dolores Hurtado 180 Mirza Muñoz 184 Asman Ortiz 190 Denise Landeros 193 Christian Brizuela 196 Darío Landeros 199 Martín Méndez 202 María de Jesús Gómez 205

Rodolfo Michel Quiénes somos y de qué estamos hechos Dentro de un tiempo quizás hayamos olvidado lo que sucedió en nuestras vidas en el 2001, 2005 o cualquier otro año, pero seguramente nunca olvidaremos lo que sucedió el año 2020. Palabras tales como coronavirus, pandemia, cuarentena, confinamiento -algunas de ellas desconocidas por muchos- forman parte ya de nuestro vocabulario. La pandemia vivida en el 2020 es un acontecimiento histórico de la humanidad, de los que perduran en la memoria de todos. Nunca habíamos vivido una crisis global. Ni siquiera las guerras mundiales habían sido vividas de forma directa en todos los países del mundo, como ha sucedido con la pandemia provocada por ese pequeño virus. La libertad de movimiento y de actividad desapareció durante meses para unos cuatro mil millones de personas. La economía personal y global sufrió un colapso prácticamente total. Afloraron miedos, inseguridades, angustias y muchas otras emociones para la mayoría de nosotros, haciéndonos tremendamente vulnerables, pero también, florecieron la esperanza, la fe, el altruismo y la confianza.

5

A pesar de haber transcurrido solo dos semanas, de hacer un escrito hablando de la pandemia, la situación actual dista mucho de lo vivido apenas 15 días, en la pandemia como en la vida todo puede cambiar de un momento a otro. En estos días sin salir de casa, de no ver a mis pacientes en el consultorio ni dar talleres ni conferencias, he recibido muchos presentes, estar con mis hijos, cocinarles, terminar dos libros que no estaban en mis planes inmediatos, iniciar dos más. Por fin me “entregué” a la era digital, empecé a impartir talleres y conferencias en línea, realicé reuniones virtuales con mi familia y amigos, aprovechando el tiempo emprendí acciones que se convertirán en hábitos. Este alto obligado que el mundo nos impuso nos comprueba de forma tajante que la vida es tan frágil que se puede perder en un momento. Que la empatía, la resiliencia, la inteligencia emocional son herramientas que tenemos a la mano y muchas de las veces a pesar de saberlas, elegimos no apropiarnos de ellas. Confirmé una vez más que el miedo es una emoción la cual no puedo controlar su aparición, pero si duración, una vez más confirmo que ser feliz es una decisión y que la felicidad no implica necesariamente estar libre de las pruebas de la vida. Es evidente que nos esperan meses difíciles en los cuales tendremos la oportunidad de demostrar quiénes somos y de qué estamos hechos. Vibrar alto y ser felices a pesar de las circunstancias. Confío plenamente en que vienen cosas buenas para la humanidad, ya están ocurriendo. Sé más que nunca que lo que individualmente hacemos o dejamos de hacer impacta a la humanidad entera. Renuevo mi compromiso de ser feliz y contribuir a la felicidad de los demás, disfrutar de este maravilloso camino, cumplir mis sueños y decirle a la gente que quiero, que la quiero, y eso me incluye a mí mismo, por supuesto.

6

Didier Queijeiro 16 días después…

16 días después aquí estamos nuevamente, tu amigo DDQP-80 y tú, leyendo estas palabras. ¿Qué pasó después de estos días? Estamos a 6 de abril del 2020 y continúo en León, Guanajuato. En tan pocos días lo único que podríamos esperar es que los casos de contagios se incrementaran y que estemos cada día más próximos para entrar a fase tres; pero en estos pocos días mi papá se puso mal, le dio un derrame cerebral, perdió casi el 100 % de su movimiento, ya no puede depender de sí mismo, créeme que todo esto duele y mucho, duele mucho el no saber si salir corriendo para ir a verlo, ya que él vive en CDMX, no sé si mi temor más fuerte es el ir y terminar contagiado, el poner en riesgo aún más su salud, el si me agarra el toque de queda ahí y dejar solas a mi esposa e hijas o solo sea un pretexto para no ver cómo está realmente… mismo temor de dos años atrás, ya que prácticamente en las mismas fechas a mi mamá le diagnosticaron cáncer, el cual se la llevó en solo unos meses, llegan muchos recuerdos.. sé que habrá familia que no logre entender todo esto que está pasando en mí y se puedan generar problemas, no sé qué pasará…. ...Tiempo al tiempo.

7

Llegan muchas preguntas a mi mente, pienso en todas las familias que pueden estar pasando peores momentos que uno y que realmente puede ser que yo esté en la gloria por lo que a pesar de todo estoy completamente agradecido por todo lo que está sucediendo. Sé que dirás que cómo puedo estar agradecido y sí, lo estoy, ya que gracias a todo esto mi interior está cambiando, estoy aprendiendo a ser realmente humano, estoy aprendiendo a entender que como hombres también nos hace bien llorar y que el que te vean tus hijas no significa debilidad, significa que tenemos sentimientos, que el llorar nos limpia el alma. Estoy aprendiendo a tener nuevamente esa pureza que tienen los niños, estoy aprendiendo a escuchar y a entender, a no juzgar por juzgar, a entender que cada uno habla como le va en la feria o a entender que gracias a esto estoy trabajando en mi inteligencia emocional. Estoy gradecido ya que le estamos dando un gran respiro a nuestro planeta, sé que tendremos recaídas ante esta situación, preocupaciones económicas, discusiones, habrá cosas que nos molesten y creo que será normal ya que es instinto de supervivencia y falta de adaptación. ¿Con enojo, frustración e impotencia lo solucionarás? Lo más importante será nuestro control emocional, el que logremos realmente aplicar todo lo que estamos aprendiendo. Recuerda que son áreas de oportunidad y en ti está el aceptarlas y salir avante de las mismas. Todos estamos super preocupados por lo que está pasando, qué tanto nos afectará… pero ahora te hago la siguiente pregunta, ¿Qué estás haciendo desde este instante para que nada de esto te afecte a cómo lo estás pensando? ¿Qué harás cuando todo esto termine? Recuerda que cada situación, con buen o mal resultado, dependerá de cómo lo quiera ver uno, es como cuando tomas alguna decisión en tu trabajo o en tu vida, la tomas sin dolo, sin pensar en un mal resultado, hasta que lo aplicas o lo haces es cuando sabrás las consecuencias, ¿cuáles son esas consecuencias o resultados? Sé que se te vino a la mente un buen resultado o un mal resultado… pero no es así, solo hay buen resultado o mejorar y ajustar lo que hiciste para llegar al éxito….

8

Escribir todo esto te puedo asegurar que es muy fácil, pueden ser palabras reales y que, si lo estamos haciendo, o palabras que nos gustarían realmente hacer; todo lo que logres con estas palabras dependerá de ti, de lo que quieras realmente lograr. En ocasiones muchas personas te dicen “no te preocupes por el futuro”, “no hay que forzar las cosas”, pero para mí en este momento si aplicará el futuro ya que al terminar todo esto quiero salir a la calle y gritar, disfrutar de la lluvia, voltear al cielo y admirarlo, ya que nuestra mirada siempre va en el limbo y nuestra mente en “N” mil problemas, agarrar carretera sin rumbo fijo y disfrutar cada parada o destino que me toque vivir en ese momento, en verdad piensa en todas las cosas que dejas de ver y admirar por estar pensando en cosas que solo el tiempo pondrá en su lugar. A lo mejor la vida es solo un sueño, del cual nos despertamos al morir.

9

Brenda Tamez La rebeldía del corazón del hombre

Que impactante leer, ver y escuchar lo que pasa en el mundo por el COVID19. Que superlativo todo. Las palabras bien pueden sobrar o faltar porque todo-todo es superlativo. El presente, el futuro. El COVID. No hay en la historia semejante correlación a nivel mundial. Podríamos mencionar la plaga bubónica o la gripe española de 1818, pero aun así estos hechos se quedan cortos, porque solo fueron en ciertas regiones geográficas y no “catástrofe sanitaria mundial”, porque esto... ya es una catástrofe. No necesitamos de los valores ‘posteriori’ para darnos cuenta de que esto ya es una catástrofe mundial sin haber finalizado. Y bien, lo que le sigue es una pesadilla aún peor. En México decimos que “Con dinero baila el perro”, pero el problema es que cuando esto llegue al fin... no habrá billetes, y en el baile no habrá música y mucho menos invitados. Y todo esto a nivel mundial. El planeta gime, sus habitantes, algunos incrédulos o mejor dicho ignorantes... aún deambulan irresponsablemente, contagiando; provocando su agonía algunos gobiernos minimizan sus verdaderos valores, todos quieren ser los héroes, pero nadie acata a lo más fácil: #quedateencasa #nosalgasdecasa #stayhome

10

En algunos casos la ignorancia juega un papel importante. Por su lejanía con la civilización, por desconocer los hechos actuales, en algunos y enfatizo “en algunos” la ignorancia es aceptable como falta de responsabilidad civil. Pero en aquellos lugares donde se nos informa por la internet, por la radio y la televisión: guarda distancia, quédate en casa, desinfecta todo, usa mascarilla, guantes, gel antibacteriano, etc., ¿tenemos pretexto para desobedecer? NO. Se nos está proporcionando información, incluso cursos online gratuitos sobre el coronavirus de donde sales certificado. Entonces por qué aquellos que no somos esenciales no acatamos las ordenes de los gobiernos. Como estudiante en teología solo se me ocurre una razón: la rebeldía está ligada al corazón del hombre, tal y como el Rey Salomón lo expone en el libro de los Proverbios. Su naturaleza humana es rebelarse. ¿A pesar de que le cueste la vida? Absolutamente. De esas historias está llena la Biblia y la misma historia humana. Los libros en las bibliotecas relatan miles de hechos de esa rebeldía, de esa naturaleza que poseemos toda la humanidad de curiosidad innata, de salir, de investigar, de ver en primera fila... de aprender... Y si vamos entonces a aprender ¿por qué no aprender de China, de Corea, Japón, Italia, España, Francia, Canadá o Estados Unidos? Hagamos a un lado el “‘que no le cuenten, que no le digan, véalo usted mismo” y mejor digamos: “aquí se rompió una taza, cada quien para su casa”. Seamos prudentes por los que nos siguen, seamos inteligentes por las generaciones que vienen, seamos responsables por la humanidad de los siglos por venir. Que la historia relate de los hechos heroicos de todas las poblaciones del mundo, y no por hacer cosas excepcionales... sino tan solo por obedecer algo tan sencillo como lo es: QUÉDATE EN CASA. Y así, solo así todos seremos héroes y heroínas de esta década. ¿Qué me ha enseñado esta pandemia? Que somos frágiles, vulnerables, débiles, egoístas, rebeldes y desobedientes, pero también que si nos unimos somos fuertes, únicos y excepcionales.

11

Que Dios nos ayude a mantenernos fuertes. “Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén” Hoy es abril 6 del 2020. Vivo en Estados Unidos. Soy Interprete-Traductora Profesional. Tengo 50 años. Es el día 18 del encierro en casa, decretado por el Gobernador Neso en el estado de California. Mi trabajo se considera esencial. He tenido contacto con infectados. Yo, aún no padezco el CV19. ¿Llegará el día? Sí, pero para entonces espero haya pasado la crisis más grave.

12

Isabel Carillo La ola del miedo

Soy Isabel Carrillo, nací en Guadalajara Jalisco, adoptada por Tijuana hace 30 años; soy mamá de Yaya, Alex y Valeria, abuela de Yadiel, Yael y Yarel. Me considero una mujer amorosa, segura, persistente, valiente y creyente. Coach de vida, conferencista, y directora de Mujer Fascinante A.C. Dos semanas después de esta pandemia vengo a hablar contigo… ¡Hola Coronavirus! Eres más famoso que cualquiera, poderoso para detener naciones y paralizar el mundo. Te conocí un 10 de marzo, porque el nueve yo estaba ocupada en un día importante para las mujeres mexicanas, “Un día sin mujeres”. Antes de hablar de ti quiero hablar de ese día. Yo elegí apoyar el movimiento, solo que la vida me sorprendió al recibir una llamada de una empresa invitándome a dar una conferencia en Tijuana con más de 500 mujeres. ¿Sabes COVID-19? Ese dilema me tuvo pensando “Sí apoyas el movimiento ¿Cómo vas a salir a trabajar?” La empresa quería apoyar el movimiento sin parar la productividad.

13

Yo preocupada por un día de mi vida sin saber lo que se aproximaba, y las palabras iban y venían en mi cabeza: “Ve, es la oportunidad para que esas mujeres puedan escucharte, sepan y recuerden sobre su amor propio y su valor como ser humano, ¡con una mujer que escuche el mensaje y haga cambios en su vida habrá valido la pena! Así que me decidí a asistir, ¡ojalá pudiera contarte a detalles! Aquello fue muy emotivo y entendí que había tomado la mejor decisión; no se trataba de mí, se trataba de ellas, al final me conmoví tanto que fui yo la que agradeció el haber estado en ese espacio donde yo sabía que había tocado el corazón de muchas, lo supe por los mensajes que recibía durante esa noche y regresé agradecida y satisfecha a casa. Había decidido que el 10 de marzo me quedaría en casa a descansar y es justo cuando me hago consciente de ti, todos hablaban del COVID-19, familia, amigos, redes sociales, noticias internacionales, te volviste tema de conversación las 24 horas. El mundo hablaba de ti sin conocerte del todo. Y al llegar tú, llegó una ola, la más grande que he conocido, la ola del miedo y todo por tu culpa. A mí me has hecho llorar, enojarme, desesperarme, angustiarme por mí y por los míos. He llorado con noticias donde veo tantas muertes y familias que saben que nada será igual porque te llevaste lo que más aman, su familia. Me dio mucho coraje ver cómo mi agenda se cancelaba por ti, mi trabajo, mis relaciones, mis finanzas y ni se diga de mi amada familia, estoy sola en casa, mis tres hijos lejos en otro país donde no sólo la frontera nos separa, ahora también tú, sin poder verlos y mucho menos besarlos y abrazarlos. ¿Qué si has impactado mi vida? Después de dos semanas ¿Quieres saber cómo te veo? Después de pasar la etapa donde me sentí rota y angustiada, fui a mi lugar sagrado, a conectarme con la fuente de poder, me postré de rodillas, me reconocí como responsable de algunas cosas de las cuales yo soy parte de la situación a resolver, me tomé todo el tiempo necesario y ¿Sabes? Fue ahí donde me llené de amor, fe y esperanza, solo Dios puede ser mi guía, entonces sucedió la magia...

14

Y ahora te digo “A partir de hoy elijo vivirte y conocerte desde la responsabilidad y el amor” Ahora reconozco que estoy lista para vivir desde la apertura al cambio, desde la observación para aprender, mantenerme activa, positiva y alerta para reconocer la lección a pasar, reconozco que todo está dentro de mí, quiero, así como la naturaleza repararme sola, estar en armonía y fluir con el día a día. Sé que tú también tienes tu historia, no puedo aconsejarte nada, cada uno vive lo que necesita vivir en su momento, con sus propias anécdotas, desde su percepción, pensamientos y sentimientos. Sin embargo, si estás leyendo estas líneas en este año 2020, quizá en 10, 20 o 50 años después, deseo que sea cual sea tu COVID, (divorcio, enfermedad, finanzas, pérdida de trabajo…) te asegures de conocerlo, aceptarlo, actuar responsablemente, que tomes la mejor de las actitudes y que tengas fe de que pronto va a pasar. Coronavirus, pronto ya no estarás de moda, mientras tanto hoy estoy haciendo cosas nuevas, conociendo personas, escribiendo mi pequeña historia con muchas historias de éxito en este maravilloso libro, y ¿sabes? ¡Es gracias a ti!

15

Manuel Barriga ¿Luz al final del túnel?

Hoy es jueves, 9 de abril de 2020. Me llamo Manuel Barriga, economista. Nací en 1947 en Extremadura, España, país donde vivo. Nunca en mis setenta y dos años de vida hubiera imaginado que un día tendría que quedarme confinado en casa por orden del gobierno y mucho menos que ese confinamiento lo hiciera con gusto, con paciencia, con ánimo y convencido que es lo mejor que puedo hacer ahora por mi patria, por los míos y por mí. Efectivamente, los acontecimientos se han producido con una velocidad increíble. Pero, qué ha pasado en España para que, en pocos días, algo que veíamos lejano en las noticias, un problema de China, Corea, Japón y e Italia, empezara a cambiar nuestras vidas de forma tan radical. El Ministerio de Sanidad, allá por finales de febrero nos anunciaba que en España el caso tendría muy poca incidencia, si acaso unos pocos infectados, solo eso. Como las cosas malas siempre les pasan a otros, nosotros, no tomamos medidas de precaución, no nos sirvió de ejemplo lo que pasaba en otros países y seguimos permitiendo actos multitudinarios como partidos de futbol o la manifestación a nivel nacional del 8 de marzo.

16

En la noche del 8 de marzo los casos se dispararon, ahí empezamos a tomar conciencia de lo que estábamos viviendo. Los contagiados crecieron exponencialmente, empezó a cundir la alarma y no nos adelantamos a los acontecimientos. Iba a ser imprescindible contar con material sanitario en grandes cantidades porque en grandes cantidades iban a ser los infectados. Nos faltaban mascarillas, guantes, batas, equipos respiradores, Unidades de Cuidados Intensivos. Empezó a nacer la angustia, y el día 14 de marzo el gobierno declaró el estado de alarma en todo el país. Debemos permanecer en nuestros domicilios. Todos los negocios cerrados, excepto servicios esenciales. Solo se puede salir a la calle para ir a trabajar a esos servicios esenciales, para sacar a las mascotas o para comprar alimentos. Comienzan los bailes de cifras, la picaresca hispana, la solidaridad, los actos de los balcones, los memes, y lo que más podíamos temer, el contagio a nuestros sanitarios. Cuando redacto estas líneas 19.400 sanitarios están infectados por el COVID-19. Esto es tremendo, si enferman los que nos tienen que sanar la espiral puede ser terrorífica. Estos son nuestros héroes modernos. Los héroes suelen aparecer en las guerras y esta sin duda es una guerra, sin bombas, sin carros acorazados, sin aviones, sin balas, pero…. tal vez con ataques estratégicos y desde luego con muertos que mueren solos y se entierran, cuando se pueden enterrar, sin el adiós de sus seres queridos. Hemos tenido que construir hospitales en tan solo tres días, transformando el recinto ferial de Madrid en el hospital más grande de España para aliviar la presión sobre las UCI en los hospitales tradicionales. España tiene una de las mejores sanidades del mundo y, sin duda, los mejores sanitarios (permítanme esta licencia patriótica) pero todo ha sido insuficiente, nos hemos visto desbordados. Nos marean con cifras llamando nuestra atención hacia el número de infectados. Miren, nadie sabe el número de infectados ni en España ni en ningún país porque no se hacen test a todos los habitantes y, además, se sabe que muchos contagiados son asintomáticos. Esa cifra no vale, pero sí vale el número de muertos diario. Es la única estadística real, fiable, cuando empiece a bajar esa cifra de manera continua y sistemática podremos afirmar que la pandemia va cediendo.

17

En España hemos llegado a tener más de mil muertos diarios. Ahora llevamos una semana “estables”. El viernes 3 murieron en España más de 810 personas por este virus, el sábado 4, 674; el domingo 5, 637; lunes 6, 700; martes 7, 757 y ayer miércoles 683. Naturalmente hay que ser muy prudentes pero la paradoja es que, aun con 700 muertos diarios, lo cual es una tragedia, parece que podemos albergar algo de optimismo. Todo indica que estamos en la meseta antes de iniciar la curva del descenso. Semejante a lo que ha ocurrido hace dos semanas en Italia. ¿Podría comportarse igual en México? Si fuera así el aprendizaje y la recomendación es “¡por favor no cometan nuestros errores, ni los de los italianos!” Predecir cómo será uno cuando termine el confinamiento no es fácil, porque terminará también para 47 millones de españoles y para 3000 millones de personas en el mundo y eso nos condicionará, pero estoy seguro de que sabré valorar mejor mis libertades y espero ser más paciente y comprensivo, es decir, mejor persona.

18

Lupita Michel Agradecer, más que pedir

Mi nombre es Lupita, mamá de dos bellos hijos, estoy viviendo como madre una de mis mejores experiencias de vida. Tal vez suena medio raro que diga esto en estos momentos de contingencia mundial. Les explico por qué siento esto. Provengo de una familia sencilla, trabajadora y sobre todo muy unida, soy la hija 10 de 11, crecí en un hogar donde papá era el proveedor y mamá la administradora que hacía rendir cada peso para que no nos faltara nada, así que mamá en casa y papá trabajando. Cuando era pequeña soñaba con tener mis propios hijos y a la par ser profesionista como el resto de mi familia. Recuerdo mucho mi etapa como hija y hermana menor. Papá decía que había que prepararnos más como mujeres, ser profesionistas por si en algún momento nos tocaba apoyar al esposo en la economía familiar, por ello terminé mi carrera como Cirujano Dentista a los 23 años. A los 25 me casé y fui madre de un hermoso niño que ahora es un excelente ser humano. Se llama Rodrigo. Al año nació mi segunda hija a la que llamamos Karina y ahora es toda una mujer de carácter y enorme simpatía. A las dos semanas de nacimiento de cada uno de ellos volvía a mi trabajo llevándolos conmigo a mi consultorio y así hasta que empezaban a caminar y el lugar se convertía en una zona peligrosa para ellos.

19

Trabajaba de medio tiempo cuando ellos iniciaron sus estudios y los jueves decidí tomarlos para ser ama de casa de tiempo completo, esto me permitía llevarlos al kínder, recogerlos y tenerles la comida calientita en la mesa servida. Esto lo sigo haciendo hasta la fecha, saben que ese día mamá está en casa. Lo más bello e interesante de esta cuarentena es que me ha regalado la oportunidad de vivir la experiencia que por circunstancias de la vida me perdí. Ahora me siento que ya estoy completa como madre y como profesionista, y cosa curiosa, lo veo como una oportunidad de reintegrarnos y disfrutar como nunca habíamos podido, pues llevamos ya casi tres semanas juntos, cocinando, viendo series y sobre todo compartiendo en la mesa al mismo tiempo los sagrados alimentos. Me siento una mujer más que bendecida, porque es algo que añoré toda mi vida y ahora lo tengo, siento mi familia unida completa. Sé que estamos en un periodo muy difícil mundialmente hablando, pero yo sé que los tiempos de Dios son perfectos y ÉL ME ESTA DANDO ESTE REGALO. Sé que como yo hay muchas mujeres que han salido a trabajar y que en algún momento añoraban también soñaban vivir esta experiencia, ahora no hay interrupciones que nos hagan salir y dejarlos, no sé cuánto dure esto, pero estoy segura que podemos cada quien llenar nuestros vacíos en estos tiempos y acercarnos de alguna manera a los seres que amamos. Mis hijos están en edad casadera, espero que sea cuando estén preparados para hacerlo y disfrutar cada etapa de su vida, esta experiencia la veo como la oportunidad de disfrutarnos antes de que eso suceda. Dios es muy grande y sé que lo mejor está por llegar, después de este aislamiento seremos unas personas más sensibles que nos ocuparemos más de los pequeños detalles que de las cosas materiales, en lo personal quienes me conocen saben que amo los abrazos, esos que reconfortan y que se dan de corazón, que permiten sanar, reparar y recargar energías , en estos días de “Susana Distancia” los añoro más que nunca, pero estoy segura que si antes eran bonitos, ahora serán bellísimos, porque seremos triunfadores en esta guerra contra el virus, que ahora que lo pienso bien, no quiero verlo como enemigo, más bien como aliado para recuperar el mundo , mejorar la naturaleza y la raza humana,

20

Seguiré teniendo precauciones, porque quiero sobrevivir junto con los seres que más amo. Soy una mujer libre, amorosa y apasionada. Me siento más que bendecida porque tengo una familia que amo y me ama, un hombre muy importante en mi vida con el que comparto momentos mágicos, bellos, llenos de amor, diversión y complicidad. Creo plenamente en DIOS sé que Él nos cubre y protege. Tengo amor, familia, salud, amistades sinceras que se han convertido en familia, casa, trabajo, salud y muchas ilusiones para seguir adelante; creo que no podría pedir nada más…decido agradecer más que pedir. ¡Estoy más que bendecida!

21

Azucena Delgado Nada es casualidad

Mi nombre es Azucena Delgado, soy originaria de Jalisco y vivo en Tijuana desde hace 10 años. Soy Neuróloga pediatra, aprendiz de pintura, baile y oratoria, y me gusta escribir porque es otra manera de expresar lo que está en nuestro corazón, alma o intelecto. También soy una de las conductoras en la radiodifusora Sintoniza sin Fronteras, de un programa en multimedios llamado “Historias al Aire” donde compartimos historias de personas que han logrado éxito y motivamos a nuestro público a que también puede lograrlo. Estudié medicina y pediatría en Guadalajara, después hice la subespecialidad en Ciudad de México donde conocí a un tijuanense y al terminar nuestros grados, casi sin conocernos, nos casamos. Después de varios cambios e inestabilidades decidimos vivir en Tijuana, tenemos 2 hijos y por ellos hemos mantenido el gran deseo de darles la familia estable y funcional que nos hubiera gustado tener. Al llegar a Tijuana, el mundo laboral fue todo un reto. Yo quería trabajar en un hospital público, ser parte de su grupo de pediatras, formar parte de su equipo, pertenecer a su institución; pero a pesar de haber ingresado a Cruz Roja, IMSS e ISSSTE ninguno tenía el apoyo para que ejerciera como Neuróloga pediatra, solo como pediatra. Debido a todas las negativas y situaciones al respecto, tuve que buscar nuevos caminos; desde entonces tengo mi consultorio privado (Neu-

22

romédica), soy profesora de Neurología en la Carrera de Medicina y Psicología de la UABC y soy subespecialista subrogado del Hospital General de Tijuana y de Servicios Médicos Municipales. Llegué a tener cinco trabajos al mismo tiempo, pero, conforme las oportunidades aumentaban, el tiempo en casa disminuía. Los años pasaron y el ritmo de trabajo rápido, agitado y súper extra organizado era parte de mi vida. Había podido agendar mis días con algunas actividades extracurriculares que me brindan distracción como el baile, la pintura y también la oratoria, aunque esta última fue más por necesidad; pero pasaba todo el día fuera de casa, visitando el hospital, dando o recibiendo clases y viendo pacientes. En mi consultorio, una de las principales causas de consulta han sido los problemas de conducta en los niños, así que parte de mi trabajo también es orientar a los padres de mis pacientes sobre cómo poner hábitos a sus hijos, cómo tener una mejor comunicación con ellos, cómo lograr impulsarlos a ser más independientes según su edad; y una de las mayores reflexiones al iniciar la cuarentena fue que al dejar a mis hijos al cuidado de alguien más, no estaba haciéndolo yo con mis propios hijos. Amo mi trabajo y aunque siempre tuve presente el deseo de pertenecer a una institución, mi realidad actual es que no he tenido un sueldo, ni horario fijo; sin embargo, gracias a eso no soy del grupo de médicos que en este momento están al frente de esta pandemia en los hospitales. Aunque, si los casos siguen aumentando o si el personal de salud enferma, todos los médicos privados sabemos lo que va a suceder, es parte de nuestra vocación, estaremos allí apoyando a los demás hasta que todo mejore. Por lo tanto, me toque o no estar al frente junto a mis colegas, me gustaría que cuando todo termine, pueda seguir practicando lo que en varios años había hecho a medias y que he descubierto esta cuarentena. Estas últimas dos semanas que he estado en casa, tuve que aprender a usar plataformas digitales para dar mis clases o tener reuniones y con orgullo digo que ya no me da tanta pena compartir lo que soy o pienso. Además, me alegra haber reforzado en la distancia amistades verdaderas, aunque a pesar de mi intención también con tristeza he visto desvanecer otras. Con mi familia he practicado los consejos que he dado: Sé con certeza que los padres debemos poner la debida

23

atención a nuestros hijos, no nos cuesta absolutamente nada dejar el celular a un lado y míralos mientras nos hablan, ese solo gesto va aumentando la confianza y la seguridad de que estaremos para ellos cuando lo necesiten; establecí hábitos, esto es la clave para irles fomentando la independencia, responsabilidad y autosuficiencia. Ser con ellos siempre coherentes; ser firmes y amables a la vez, fomentar el respeto mutuo y sobre todo ser constantes. Dios me permita seguir dándole a mi familia el amor, la dedicación, la creatividad, la paciencia y el tiempo que les he dado durante esta cuarentena; y que desde hoy permanezca solo lo valioso, lo importante, lo recíproco y lo real.

24

Marcela Iturralde Y un día llegó un virus que vino a cambiar la forma de pensar y de ver la vida Mi nombre es Marcela Iturralde Camacho, tengo 30 años, nací en Torreón, Coahuila, aunque soy Tijuanense y Bajacaliforniana por adopción y por convicción. Soy Licenciada en Administración de Empresas, Maestra en Gestión y Políticas Públicas, actualmente me dedico al Sector Educativo. En medio de la Pandemia muchas ideas rondan mi cabeza. ¿Será acaso que nuestra arrogancia y soberbia como humanidad nos colocó ante este escenario? Nos pensamos invencibles, con poder descomunal, capaces de someter y pisotear a la naturaleza. Disponemos de la tecnología, la industria y el dinero; nuestra evolución en la ciencia y la supuesta inteligencia de la que presumimos, pero solo ha tenido que aparecer una minúscula partícula hecha virus para recordarnos lo frágiles que somos, para hacernos comprender que, sin importar donde nos encontremos, así seamos el más humilde de los desvalidos o un ciudadano del país más poderoso del mundo, estamos en el mismo barco. Pero ¿De verdad lo estamos? Mejor dicho, estamos en el mismo mar, unos en barco, otros en yate, algunos en lancha, alguien en salvavidas y muchos nadando desprovistos y a la deriva. Muchas cosas tendrán que cambiar a partir de ahora:

25

El Sistema de Salud deberá fortalecerse en equipamiento e infraestructura, así como a través de un respaldo decidido para todo el personal médico. Enhorabuena para los cirujanos y hasta para quien se encarga de la limpieza de los Centros de Salud. Gracias por estar ahí, en primera línea, no con capa, pero si con bata, defendiéndonos. Se ha probado que la educación en línea es una herramienta extraordinaria, nos permite optimizar recursos, de igual manera el trabajo en casa. Habremos de replantear pros y contras, perfeccionando las estrategias y haciendo lo que corresponda por incorporarlos en nuestra vida productiva. La manera de interactuar con los demás será orientada quizá a la filosofía japonesa, donde el espacio personal es regla y los saludos son ceremoniosos, pero sin contacto físico de por medio. La sonrisa será acaso la señal de buena voluntad hacia los demás. Siempre lo fue, pero ahora más que nunca es tiempo de ser responsable y de promover la higiene, el lavado de manos, la alimentación sana que refuerza al sistema inmunológico, hábitos imprescindibles. Se han preguntado ¿Por qué está surgiendo una pandemia psicoemocional a la par de una viral? Hablo de la sensación de impotencia frente a una enfermedad de la que aún conocemos poco, de sentir incertidumbre, preocupación y ansiedad. Todo ello a la par provoca tristeza, falta de concentración, perdida de sueño y un sinnúmero de trastornos que no dimensionamos. Y en esta vorágine de emociones aparece el humor como válvula de escape, consabido por todos, es que en México la creatividad ante la desgracia, la burla, el sarcasmo y los memes son parte innata de nuestra cultura. Aun cuando mofarse de las tragedias no resulte aceptable; el humor sigue siendo una de las mejores formas colectivas de escapar al dolor, es más un mecanismo de defensa. Sentimientos encontrados me embargan; por una parte, me llena de alegría descubrir que, aun en medio de la crisis hay rasgos de humanidad: diversas asociaciones civiles que ven a favor de los colectivos más vulnerables, como son las personas en situación de calle, nuestros mayores, las personas con discapacidad; procurándoles con tesón todo el apoyo del que son capaces.

26

Familias más unidas que nunca, padres involucrados con el bienestar de sus hijos, buenas personas que aun en la distancia ven por el prójimo y están atentos a las necesidades ajenas. Empatía, amor, solidaridad, gratitud y compasión. Valores universales que hoy revisten un sentido especial. Por otra parte, ver la indolencia, insensatez y falta de probidad ante este virus me causa tristeza, tal vez el mensaje oculto sea como una sacudida fuerte para hacernos entrar en razón. La vida te destruye todo lo superficial, hasta que te queda solo lo importante. La vida te humilla y te derrota, hasta que comprendes que las guerras reales no se ganan en un campo de batalla, sino en tu habitación, de rodillas y ante Dios. Te deseo al final de esta aventura, que nunca te abandonen las ganas de seguir, que tengas la visión clara de lo que está por venir, que tu corazón esté en paz y lleno de nuevos bríos para volver a comenzar cada vez que sea necesario. Hasta donde estés, sé a cada momento la mejor versión de ti mismo, abrazos.

27

Alejandra Tamez Ecos de la cuarentena

Mi nombre es Alejandra Tamez, nací y vivo en Monterrey. Soy esposa, mamá de tres. Trabajo ejerciendo mi carrera de Administración de Empresas, me intriga el comportamiento humano y cada vez que se me presenta oportunidad estudio al respecto. Me encanta leer, escribir, el café y el vino tinto platicado. Cuando empecé a escuchar de un virus que había nacido en China y que era una especie de influenza lo veía tan lejano de mí y al mismo tiempo lo sentía tan irreal. Me había tocado vivir en mi luna de miel el SARS de 2003, después me tocó embarazada de mi hijo más chico vivir aquí el H1N1; el SARS no llegó a México y la H1N1 declarada en su momento pandemia también, pasó sin detener más de una semana el mundo. Así que realmente cuando leí las noticias y empecé a escuchar coronavirus solo pensé: Dios los ayudé. En marzo que el COVID llegó a México seguía sin poder creer que estábamos cerca de vivir una cuarentena, de tener que aislarnos para enfrentar de mejor manera la situación. Cuando avisaron que las clases se suspendían presencialmente y que debíamos quedarnos en casa para ayudar a contener la pandemia…bueno, sentí un nudo en el estómago. Por primera vez lo vi como una realidad inminente y nuestra.

28

Los primeros días en los que vivimos este aislamiento trabajando y estudiando de casa los pasé con mucho miedo a los efectos económicos que podríamos tener, sentí incertidumbre, tristeza. Dos días seguidos tuve taquicardia y el ojo izquierdo me temblaba, empecé a sentir que me “estiraban” los músculos de la cara del lado izquierdo. Mi cabeza estaba sumamente ocupada viendo el lado de trabajo, de negocio, de la fuente de ingresos nuestra y de varias familias que laboran con nosotros desde hace muchos años, viendo cómo podíamos seguir adelante. Hubo una noche que fue un despertar para mí en medio de esta crisis. Me senté conmigo misma y empecé a poner en orden mi cabeza. Lo primero que me dije fue, siento miedo, pero ¿miedo a qué? ¿Cuál es mi miedo real? Y encontré que mi miedo más grande era no tener que darle de comer a mis hijos, así que me di cuenta de que eso era irreal, porque por más mal que estuvieran las cosas sí podríamos comer. Dejé que mis emociones salieran y una a una cuestioné ¿Cuál es el peor escenario? Y fui poniendo mis emociones en el tamaño que correspondían, fui mesurando una a una y dándoles su lugar. Entonces me puse a orar y en mi corazón le dije a Dios “Confío en tus planes, aunque a veces me aterren, sé que si estamos viviendo esto es para que aprendamos algo, dime ¿Qué es lo qué quieres que aprenda? Me abandono y fluyo en este plan”. Hice una lista de lo que sí tengo en este momento, me cambié los lentes y empecé a ver distinta a esta crisis . Empecé a saborear el estar juntos en casa, cada uno haciendo sus deberes. Que no hay agendas llenas y complicadas, tiempo de volver a tocar base con cada uno, de limpiar rincones de la casa, de reordenar. Empecé a vibrar en gratitud junto con los míos, tuvimos pláticas ricas y si bien es cierto que todos extrañamos la vida como la conocíamos hasta ahora, también es cierto que aprendimos cada uno a disfrutar este tiempo que quedará indeleble en la historia de nuestras vidas. La época en que el mundo se detuvo. Por primera vez pude constatar lo que había leído en tantas de mis lecturas, que todos estamos conectados como en un gran telar, lo que afecta a uno nos afecta a todos y lo que hacemos nosotros también afecta a lo demás, aunque no sea nuestra intención dañar o ayudar.

29

Por primera vez le doy el valor real a los abrazos, las visitas, las celebraciones, las sobremesas interminables, las copas de vino acompañadas de pláticas que no se acaban, estamos hechos para vivir en grupo, para tocar y ser tocados, para compartir con otros nuestros andares. Al terminar esta cuarentena seguramente nos vendrán tiempos complicados en materia económica, será difícil recuperar lo perdido en estos tiempos, pero no hay crisis que no podamos superar estando juntos, apoyándonos unos a otros como hermanos que somos. El volver a vivir en comunidad, a reunirnos, abrazarnos, ¡celebrar! ¡Eso nos dará la fuerza necesaria para sacar la casta! Y con Dios de la mano, nada nos puede faltar.

30

Rosa María Torres Desafío a la Transformación Personal Hola, amigos, mi nombre es Rosa María Torres Vea, radico en Guadalajara, esposa y madre de dos maravillosos hijos, de profesión Ingeniera Civil y por amor al servicio, Terapeuta y Coach de Transformación Personal. Cuarentena de 8 años. Por más de 7 años llevé una lucha interna entre hacer lo que mi “lógica” del pensamiento me dictaba y lo que realmente mi corazón quería hacer. Deseaba una vida como la mayoría, un trabajo “estable” dentro de mi profesión, con un sueldo “estable” y vivir una vida “normal”, pero mi corazón y lo que la vida me presentaba era el ayudar a los demás, era servir de forma diferente a como lo venía haciendo. En enero del 2012, recibí la llamada esperada, la empresa donde por 15 años laboré, me daba las gracias, mi ciclo laboral había concluido. Rumbo a casa no paraba de llorar, amaba en verdad lo que hacía. Ya en casa, sentada frente a mí esposo compartiéndole mi situación, él me hace una pregunta inesperada ¿Qué vas a hacer? Mi respuesta en automático fue: ayudar a los demás.

31

Mi esposo aceptó y apoyó mi decisión. Ingresé a una empresa de suplementos alimenticios, montamos un local, invertimos en producto e iniciamos nuestro negocio de salud. Mi esposo venía arrastrando problemas de salud por más de 15 años y mi persona no era la excepción. Llevábamos más de un año consumiendo suplementos alimenticios con beneficios notorios en nuestra salud, por lo tanto, no fue difícil aceptar el cambio e iniciar con una nueva experiencia. Dentro de esa etapa realicé un Diplomado de Nutrición, varios cursos de Biomagnetismo Médico y me adentré a la Herbolaria. ¡Disfrutaba compartir con otras personas nuestra experiencia de salud, compartir que el sanarse era posible! Pero los resultados no eran los esperados y nuestra economía se colapsaba, el miedo se apoderó de mí, entré en conflicto interno, empecé a pensar que me había equivocado y en automático empecé a rechazar lo que estaba haciendo, empecé a anhelar mi actividad anterior. Los problemas económicos iban en aumento, la desesperación y la depresión se hacían presentes durante el día, nada me salía, las ideas no llegaban, la fe se perdía y el enojo y la desesperación eran mi guía. Entré en la etapa de lucha interna. Por un lado, el anhelo de salir adelante y sentirme feliz me llevó a practicar la meditación diaria, a escuchar conferencias sobre el “Ser”, del cambio, de transformación, etc., a practicar el Ho’oponopono, a escuchar audiolibros, etc. Mientras que, por otro lado, los problemas económicos iban en aumento, no había dinero para la renta de casa, para gastos, comida, luz y agua, menos para la renta del local. Mi vida empezó a cambiar en la medida que aprendí a fluir con ella, a dejar de poner resistencia, a escuchar a mi Ser Interno, a comprender que los problemas no existen, cuando comprendí que no puedo dar lo que no tengo, cuando aprendí a agradecer por todo, cuando empecé a amarme.

32

En Julio del 2019, nos cambiamos de casa, tuve que cerrar el local y atender desde casa. No estaba acostumbrada a eso, siempre salí a trabajar. En diciembre 2019 concluí con mi entrenamiento de coach de Transformación Personal, aprendí a desbloquear mis miedos y me ayudó a reencontrarme y a afianzar mi misión de vida, y es la de contribuir de algún modo hacer de este mundo un lugar feliz, a través de talleres, coaching, cursos, no importa el medio, lo importante es hacerlo. Llega un momento en nuestra vida de tocar fondo, de sentirnos derrotados, de no saber qué hacer, de sentirnos vacíos, de tener miedo. Si esta cuarentena, es ese tu caso, no permitas que se vuelvan 8 años de encierro, en tus manos está, de nadie más. Vívela, fluye, adéntrate en Ti y descubre el camino que tu Ser tiene para Ti. No estás solo. Te confieso que, durante mi cuarentena de 8 años, nunca estuve sola, siempre llegaban ángeles (amigos, hermanos, primos, mi madre, mensajes, libros, una conferencia, dinero, palabras, etc.) mi esposo y mis hijos estaban siempre ahí apoyándome, Pero mi ceguera no permitía verlo, me aferraba a mi dolor y a querer que las cosas sucedieran a mi manera. Amigos no están solos, atrévanse a vivirla, Dios no se equivoca. No permitas que esta cuarentena se convierta en 8 años de tu vida. Sé que lo puedes hacer, si Yo lo Hice, tú también. Lo único que tienes que hacer, es seguir tu voz interior. Con Amor, Rossy Torres

33

Lydia Zárate Que la vida cambia en un suspiro

Soy Lydia Aidé Zárate, nacida y radicada en tierras Regias, en la Sultana del Norte, la famosa ciudad de las montañas. Comunicóloga de profesión, Mercadóloga cuando es necesario, escritora cuando sueño despierta. Hay veces que unos simples acordes bien acomodados resuenan tanto y te llevan a otros tiempos. Pues en épocas difíciles, no es necesario que pase algo para llorar, el simple hecho de que no pase nada es suficiente, porque en la palabra NADA, se encierra un mundo de vacío acumulado de años luz. Y dentro del hogar no pasa nada en apariencia. Mis hermanos ven televisión, juegan video juegos, pelean, hacen todo como si nada, hacen todo como siempre. Mi madre se sienta en su viejo y amado sillón, a pintar sus cuadros en acrílico o pastel, pues le hemos invadido de pronto su espacio de siempre. Pero algo se cocina diferente, con sazones de otros tiempos entrañables. Pues el confinamiento nos ha hecho más juntos y distantes a la vez, es una mezcla perfecta entre el yin y el yang.

34

Y te das cuenta de cuánto cambian las cosas con pequeños actos, como si dos cuerpos fueran caminando en líneas paralelas y de pronto una piedra casi imperceptible apareciera, haciendo que las líneas que un día caminaban juntas terminasen en horizontes distintos. Ese día me desperté cansada, pues había tenido un fuerte dolor de estómago durante la noche que me impidió dormir tranquilamente, me levanté como de costumbre y me dirigí a asearme la cara un poco. Acomodé mis cabellos en una coleta a lo alto de mi cabeza y salí del tocador. Justo en el pasillo iba caminando mi madre, la cual se acababa de colocar una sudadera de entre tiempo, ya que afuera llovía y hacia algo de frío, era un día gris de esos que te invitan a tomarte un café con tus seres queridos, de esos días que te invitan a arroparte entre sábanas para ver televisión. Mi primer reflejo al verla cruzarse en mi camino fue abrazarla, no sé si por haber pasado mala noche, o por el simple hecho de que quería contacto humano. Teníamos días de no saludarnos de beso y abrazo como acostumbramos. Teníamos días de no sentirnos por la “sana distancia”, la misma que sin querer nos había llevado a enfermar el corazón de tristeza y melancolía. La estreché en mis brazos y me recargué en su hombro, la sentí impávida, como sorprendida por mi acto espontaneo de abrazarla. Y la escuché entre sollozos decir “Mija, hace mucho que no me abrazabas”. Me despegué de su hombro para comprobar su rostro y tenía dos rocíos en sus ojos a punto de brotar. Mi madre lloraba por sentirme cerca de nuevo. No teníamos mucho tiempo de estar alejadas físicamente, teníamos lo que va de la cuarentena, pero cuánta incertidumbre es para una madre o para una hija dejar de sentir a los que tienes cerca. No me había dado cuenta de cuánto nos afectaba y no creo que se haya dado cuenta de cuánto le afectaba. La seguí abrazando, contándole de mi malestar estomacal; me consoló en reciprocidad. Ambas nos dirigimos a la sala a platicar juntitas en esa lluviosa y gris mañana, donde nos volvimos a encontrar en un abrazo que se sentía prohibido, a pesar de ser madre e hija.

35

Puedo claramente anticipar los días venideros, llenos de abrazos a mi madre, llenos de conexión, para impregnarme del olor de sus ropas a condimento por la cocina. Para llenarme de ella poco a poco. Puedo ver con lucidez sus cuidados a pesar del tiempo y de los tiempos, su olor a finas hiervas en el corazón y sus ropas manchadas de pintura por sus cuadros redescubiertos como nuevas ventanas al mundo. Puedo verme con anhelo escribiendo estas y otras memorias, para recordar y recordarme de lo frágil que es la vida y lo fuerte de los lazos, para nunca olvidar lo sincero de un abrazo. Que la vida cambia en un suspiro y que en suspiros distintos podemos cambiar el rumbo, podemos mejorar el curso. Puedo verla dibujada entre líneas en la memoria de mis cabellos y mis dedos. Con sus ojos brillosos de emoción, por sentirme en un abrazo, aunque hubiese estado solo separada por una habitación. Puedo verme amando a mi madre cada día aún más.

36

Margarita Cerda Tiempo de cambios

Mi nombre es Margarita Cerda Chávez, mexicana, nací en la Ciudad de Tijuana, tengo 30 años, soy licenciada en derecho, con una maestría en gestión y políticas públicas, trabajo en el Ayuntamiento de Tijuana y hoy, más que de mi ámbito profesional, comparto mi esperanza ante esta adversidad en la que nos encontramos. Quién no ha escuchado esa trillada frase ‘’Todos los cambios traen algo bueno’’, normalmente viene a mi mente, un cambio de trabajo, de casa y por qué no decirlo, quizá hasta un cambio de “look” obligado por alguna circunstancia, una plancha excesivamente caliente o pudiera ser algo mucho más grave como una enfermedad. Pero, y qué pasa cuando un día por motivos ajenos a ti, a tu familia, trabajo o entorno te encuentras en una situación jamás imaginada: una ‘’PANDEMIA’’. Claro, con excepción en esas películas de ciencia ficción. Las noticias llegan y en primera plana: un virus alarmante en Asia con muertes y miles de infectados que tiene desconcertado al mundo, nuestra mente solo piensa: ¡Qué triste! De prisa llegó a Europa con sus perfectas calles y sus miles de visitantes.

37

Entonces, nos comenzamos a preguntar ¿Qué es eso tan grande que está dejando las calles solas y que tiene sumergidas a las personas en compras de pánico? Vemos familias en los supermercados comprando “por si la cosa se pone peor”, aún con el caos, las advertencias y lo que las noticias pueden decirnos lo observamos lejano, pensamos que Europa es un continente lo bastante distante para sentirnos frágiles, pero rápido los países comienzan a tomar medidas drásticas. Nuestros vecinos del norte cierran las escuelas. Con esto llegó a nosotros el primer motivo real de preocupación y es que de a poco, quienes cruzan a diario la frontera comienzan a ver que todo va en serio. Los partidos de la NBA no continuarán y hasta el mismo Disneyland, el lugar más feliz del mundo, optó por cerrar sus puertas ante esta amenaza. En un abrir y cerrar de ojos descubrimos que la distancia no era tan grande. La consciencia comienza a llegar y decidimos resguardarnos en nuestras casas, algunos con su familia, pareja, mascotas o solos. Y aquí estamos, escapando un poco del encierro a través de las redes sociales, las personas haciendo galletas, ejercicio, jugando con sus hijos, algún ordenando espacios abandonados por el tiempo que no se tiene durante el día a día. Luego, como avalancha llegó ese momento de calma que nunca pedimos, ese parar de trabajar, dejar de ver a nuestros amigos, pareja, familiares cercanos. En algún momento del día quizá respiramos animados y un maratón de Netflix es consuelo suficiente para seguir una tarde más. Hoy, otro golpe de realidad nos acompaña, todo por lo que nos hemos esforzado y trabajado no nos sirve en este momento, estamos en un espacio que ahora es nuestra guarida. Conforme lo días avanzan vemos que lo que realmente añoramos es abrazar a mamá, papá, a la familia y a esos que tanto queremos, caminar en la playa, tomar un café, una copa de vino o las vacaciones que con ilusión programamos.

38

Y aquí estoy yo, viendo con cierto reproche y consternación a la gente que incumple con las normas impuestas. Esas personas tan egoístas y con nada de empatía hacia el prójimo, que no comprenden que vamos hacia un futuro incierto. Por otro lado, están esos médicos que arriesgan sus vidas por salvar otras, aportando sus conocimientos para ayudar, personas apoyando al que menos tiene, jóvenes haciendo compras para que los mayores no salgan, personas al otro lado del mundo cantando desde sus balcones, gente pensando con el corazón, es entonces cuando veo que la humanidad se sobrepone a la adversidad. Quizá no entendamos qué está pasando, ni cuándo va a terminar. Y es ahí donde nos damos cuenta de que el mundo no es tan grande, que el dolor de otros nos conmueve, que no importa el idioma o cómo nos vemos, todos estamos en esto y coincidimos que no hay bien más preciado que la vida, el amor, la familia, la libertad; cosas tan simples y cotidianas como contemplar un atardecer, detalles tan efímeros que en algún momento dejamos de valorar, y que cuando los volvamos a disfrutar, vendrá un cambio que llegó para hacernos mejores personas y apreciar más el propósito al que todos venimos: ¡a Vivir! Es ahí en donde tengo puestas mis esperanzas, y la utópica frase se hace presente “Todos los cambios traen algo bueno’’.

39

Berenice García Regalos y bendiciones

Mi nombre Berenice G. Martínez. Nacida en Cuernavaca. Radico en Tijuana hace 17 años. Casada hace 14 años. Madre de 2 adolescentes. Lic. en contaduría y finanzas, pasante de psicología. Cuando empecé a leer sobre Covid19, no me alarmé, simplemente lo veía como una noticia de China. Después me enteré de que, en otro continente, el europeo, ya había casos y que habían aislado a las personas. De pronto fue una noticia mundial y fue cuando le puse más atención, sin centrarme sólo en esa situación. Trataba de hacer mi vida normal, sin pensar en el virus. De mi trabajo me mandan a trabajar desde casa. Casi toda mi labor la puedo realizar con una computadora e internet, tenemos esa ventaja. El sistema está en línea. Aunque no dejé de trabajar en un trabajo alterno familiar (carnicería), mis cuidados eran diferentes. Mi primera reacción fueron los letreros de “#Distanciasana”. “#Quedateencasa”. Me angustié. Se vale tener esas emociones que me bajaron el ánimo sin llegar al extremo de sentirme deprimida. Me ocupé de usar desinfectante en el área laboral.

40

Sin embargo, la vida siguió. Las pláticas ahora eran en relación con Covid19. Los cubrebocas, que sí los debemos usar o no, los guantes. Lavarse las manos constantemente, ya lo hacíamos desde pequeños, ahora el doble de veces. Todo era alrededor de esta pandemia. La angustia y la tristeza son inevitables al saber lo que ocurre en la ciudad vacía, las calles solitarias, se cancelan las visitas... ¿Qué he redescubierto?, ¿qué regalos y bendiciones he recibido en esta cuarentena? Lo que me ha dejado, que la verdad ya lo hacía, agradecer por todo, por lo que tengo y lo que no. Agradecer porque tengo la oportunidad de quedarme en casa, de disfrutar a mis hijos, de escribir, de leer, de dormir, de estar sin prisa... Estar más tiempo en familia. Agradezco que mis hijos y mi esposo están sanos y estamos juntos. Me da mucha alegría pensar en que mi familia está a salvo, en casa y que, si salen, toman las medidas pertinentes. Mi abuelita a pesar de tener 80 años y ser hiperactiva, ha elegido estar en casa y seguir las indicaciones de las autoridades de salud. Mi mamá también ha tenido la oportunidad de estar en su casa, y así cuidarse y cuidarnos. Pronto nos reuniremos para abrazarnos. Por ahora, nos video llamamos. Me anima saber que pronto será un recuerdo esto vivido. ¿Qué viene a futuro para mí y los míos? Todos los días seguir agradeciendo por mi vida, la de mi familia y amigos. Agradecer por mi salud. Cumplir metas y no posponer las visitas a mi familia y respirar lo más profundo que pueda. Hacer todo lo que tenía pospuesto... Tener más paciencia y entender al otro, al semejante como eso, como otro humano. No hacer corajes innecesarios que solo bajan mi sistema inmune. Escribir, bailar, cantar. Vivir en urgencia. Vivir amando.

41

Adriana Vázquez Sé el cambio que quieres ver en el mundo Mi nombre es Adriana Vázquez Sifuentes, tengo 30 años, tijuanense, psicóloga de profesión, viajera y animalista de corazón. El pasado 3 de marzo viajé a Europa, fue un viaje maravilloso que me enseñó grandes ciudades, grandes personas, vistas espectaculares, pero sobre todo me regaló la oportunidad de sacar una versión de mi responsable, a tomar decisiones con calma, a mantenerme tranquila y tener control de la ansiedad que normalmente predomina en mí. Este viaje lo comencé a planear desde hace 6 meses, poco a poco fui haciendo reservaciones, comprando vuelos y hospedajes. Para mi sorpresa unas semanas antes del viaje, China se ve afectada por el COVID-19, mi pensamiento fue “menos mal yo no voy para allá”, días después me entero que también Italia tiene altos números de contagios y muertes, nuevamente pensé “gracias a Dios no voy para allá” mis compañeros del trabajo empezaron a mostrarse preocupados, aconsejándome que mejor lo pospusiera, igual mis familiares y la verdad es que al pensar en todo el dinero que ya tenía invertido me fue imposible imaginar perdido este viaje que con tanto amor planee, además de como buena mexicana creer que a mí no me iba a pasar.

42

Mi vuelo salió de Los ángeles, CA. Visité Paris, Bruselas, Brujas, Ámsterdam y Londres, además de admirar la arquitectura de cada ciudad, me di cuenta de que en ningún lado había filtros de revisión o medidas preventivas, era más la psicosis que había en Tijuana sobre la idea de que Europa estaba totalmente contagiado, que lo que realmente se estaba viviendo. Seguí disfrutando mi viaje, me encontraba en Londres, aún me quedaban dos días ahí y después iría a Madrid. Lamentablemente pasó lo que pensé que a mí no me pasaría, Madrid prohibió entrada y salida de vuelos, y Estados Unidos no permitió la entrada de ningún vuelo proveniente de Europa, esto como medida de prevención por el virus, y la verdad lo entendí totalmente. El problema fue que yo ya no podía regresar a Los Ángeles y necesitaba encontrar una manera rápida de regresar por México, y es aquí cuando muchos familiares y amigos se preocuparon por mí, me enviaron bastantes mensajes queriendo saber de mi situación, incluso ofrecieron enviarme dinero. No tengo palabras para describir lo que mi corazón sintió, me di cuenta quién está para mí realmente y lo valoro enormemente. Pude resolver la situación y al siguiente día ya estaba en Tijuana, no tenía síntomas del COVID-19, pero aun así nadie quiso verme, mi prometido me recogió en el aeropuerto con guantes, cubrebocas y desinfectante. No voy a negar que me entristeció sentir ese rechazo de los que amo, pero al final comprendí que era por su bien y por el mío. Hoy 7 de abril, un mes después de ese grandioso viaje me encuentro sana, en mi departamento a lado de mi prometido y mi gatita. Tengo 3 semanas aislada, extraño a mi familia, extraño a mis amigos, incluso extraño ir a trabajar. Sé que esto que estamos viviendo es una experiencia única, y a pesar de que el escenario se ve fatal, sé que será tan malo como quiera verlo o tan bueno como lo desee, no puedo controlar lo que pasa a mi alrededor, pero sí lo que pasa conmigo, con mi paz mental. Soy fiel creyente que el universo conspira sabiamente, te da la experiencia que requieres vivir en ese momento para crecer emocionalmente y si no aprendes se encarga de ponerte en esa misma situación una y otra vez hasta que aprendas. Esta situación nos está regalando tiempo para reconectarnos con nosotros mismos, con nuestra familia, nos está dando la oportunidad de ver la importancia de la solidaridad, de reconocer las capacidades

43

que tenemos ante la adversidad y nos abre los ojos para darnos cuenta del descanso que necesita la tierra. En china prohibieron el consumo de gatos y perros, me parece que es un gran logro y esto solo significa la unión y el respeto que debe de existir entre los humanos y los seres vivos. Mis más sinceras condolencias a quienes hayan perdido un familiar ante esta contingencia, demos gracias a la vida porque hoy estamos aquí, gracias por aquellos que ya no están y que tuvimos la bendición de tenerlos por un instante. Esto es un reflejo de que la vida es tan incierta que en un segundo se apaga, por esto vivamos con plenitud, con respeto, sin arrepentimientos, aprendiendo a pedir perdón y a perdonar. Un beso hasta el cielo hermano, te amo. Estoy agradecida por la experiencia que me tocó vivir, porque Dios me da la oportunidad de corregir mis errores con el apoyo de las personas que amo, Gracias Alex, mamá y papá.

44

Laura Tamez ¿El vaso está medio lleno o medio vacío? Qué, si es el tiempo el que nos sobra ahora para pensar y pensar, y repasar, y volver a repasar con detalle muchas cosas que nos hemos dicho a través de los años, vaya, que hemos aprendido de esta sociedad, comunidad, familia, que nos ha rodeado, independientemente de la edad que tengamos, ¡claro que sí! Precisamente, yo, con 47 años, de profesión Odontóloga, habiendo trabajado más de 20 años en el área de la salud, en ningún momento, haciendo memoria, había retumbado tanto mi mundo externo e interno como lo ha hecho en estas últimas 4 semanas. Qué tal se aplica aquel dicho que dice “fíjate cómo es por dentro, lo externo no importa”, consejo tras consejo, de la tía, la hermana, la madre, y se les repite a las sobrinas, a los hijos, a los nietos (Bueno, no tampoco, que mis princesas apenas tienen 1 y 5 añitos, pero definitivamente que se los diré, ¿eh?). Y esto ahora de verdad que viene a ser tan cierto. En estos momentos qué importa cuánto tenemos, qué títulos portamos, qué carros o qué casas poseemos, la ropa y zapatos que con obsesión hemos adquirido, algunos más, algunos menos, ¿de qué nos sirven las cosas materiales en exceso, si no nos protegen de este diminuto y microscópico monstruo que nos acecha? ¡Todo ello sale sobrando!

45

Ahora sí estamos sacando de lo que realmente estamos hechos por dentro, no por fuera, lo llenos o vacíos que hemos estado, definitivamente es ahora cuando lo mostramos. Por más egocéntricos, irritables, superficiales, vanidosos, avaros, ermitaños, inseguros, paranoicos, desconfiados, evasivos, tiranos y crueles que pudiésemos haber sido en algún momento o etapa de nuestra vida con nuestro alrededor, lo que llevamos más adentro, aquel ser puro, bueno, bondadoso, congruente, integro, pacificador, humano, amoroso, compasivo, leal, entusiasta, ayudador, protector, fuerte, adaptable, creativo, emprendido, visionario, y muchas más cualidades que no cabrían aquí para describirnos, es lo que nos ha brotado en estos 28 días. ¡Sí!, hay un brote, pero de misericordia, de lucha, de solidaridad, de unidad, de trabajar codo a codo con nuestro prójimo, con nuestro compatriota, con el ser humano que habite en cualquier parte del mundo. Esto es lo que me ha cambiado. No volveré a ser igual, no puedo, ni debo, es esto lo que me ha abierto la capa más profunda de la cebolla que era, para descubrir que puedo echar mano de ello desde el centro de mi alma, de mi Corazón, y aventarlo a puños al mundo de afuera. ¡Mi vaso estaba a medias, pero es ahora cuando lo he llenado! Hace unos días leí lo siguiente en un curso que estoy llevando de desarrollo personal, ¡y me encantó! Creo que se aplica como anillo al dedo HOY: “La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a cualquier persona y país. Pues trae innovaciones, avances y progresos. Es de la crisis que nace la creatividad, la imaginación y los descubrimientos, así como los grandes cambios y las necesarias transformaciones. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias está obstaculizando su propia evolución personal impidiendo que afloren sus talentos ocultos todavía por desarrollar. A la hora de afrontar la crisis no hay mayor limitación que caer en el conformismo, la inercia y la pereza…Es en la crisis donde puede aflorar lo mejor de cada uno…” Albert Einstein. Yo no quiero faltar a la responsabilidad que me ha sido otorgada por esta crisis. La responsabilidad de dar, de crear, de construir, de sumar, de alentar, de empatizar, por mi mundo, mis hermanos, mi país, mi estado y mi ciudad. Mi compromiso queda aquí plasmado: ¡hasta que el aliento sea arrebatado de mi cuerpo, haré y daré lo mejor de mí! ¡Llenemos nuestros vasos, que rebosen! y cuando los niveles bajen, apoyémonos unos en los otros. Una vez fuera de nuestras casas, acabado el confinamiento, mantengámonos como vectores de paz, armonía y amor.

46

Yolanda González Un mundo mejor, un mundo nuevo

Mi nombre es Yolanda González, tengo 53 años, felizmente casada, con Eric Salguero; madre de dos hermosos hijos, Allen de 32 años y Erica de 24. Nacida en Tepic, Nayarit. Conforme pasa el tiempo, te das cuenta de que esto no pasará tan pronto, que toma dimensiones inimaginables, que la tranquilidad de nuestros gobernantes es solo una cortina de humo, tras la cual, el pueblo es el más afectado. Que la gente que lo toma a la ligera es la que pone en riesgo a los más vulnerables. El miedo hace mella no solo en mí, sino en todo ser humano, aunque tratemos de mantenernos calmados, y dar ánimo a nuestra familia, muy en el fondo sabemos que corremos peligro y que está presente al salir de casa. Quisiera con escudo en mano, proteger a mis hijos, a mi esposo, a mi familia y amigos; la impotencia se hace presente. Pero la vida continúa, a cada uno nos toca velar por nuestra propia seguridad, para poder proteger a los demás. He de mencionar que lamentablemente ya me ha tocado vivir el dolor de perder a un amigo; y me parte el alma escuchar que las personas afectadas, no están siendo tratadas como merecen; en los hospita-

47

les escasean los respiradores y el equipo médico necesario; algunos cuerpos sin vida son desechados en contenedores; ni siquiera su familia puede despedirse y hacerles un entierro digno. Dios los reciba en su Gloria y les de descanso eterno. Hay personas que han sido afectadas sin estar contagiadas, pues si falleces en estos tiempos, no tendrás un servicio funerario, donde puedan acompañarte tus seres queridos, es limitado el grupo que puede asistir a esos servicios. Me toca profundamente saber el dolor de la familia, y no poder dar un abrazo de consuelo. Pasan los días, sin poder seguir el ritmo de vida que llevábamos, las salidas se reducen únicamente a comprar víveres y enseres necesarios; del trabajo a casa y viceversa, a pesar del peligro que corremos, debemos cumplir con nuestras obligaciones, seguir trabajando, protegernos y encomendarnos a Dios. Hoy, tengo el tiempo que añoré no tener para convivir con mis seres queridos, hoy comemos en familia, como hace tiempo no lo hacíamos, comparto más tiempo de calidad con mi esposo y mis hijos; ¡benditas adversidades que te da la vida! Creo que el día de mañana que miremos al horizonte, recordaremos con tristeza esta pandemia como la más devastadora de nuestra época, la que nos enseñó a ser mejores; porque si en todo esto que hemos vivido, no hemos aprendido a reflexionar; la verdad, nos hemos perdido. Pero no, yo creo que tanto nos ha impactado, que lo que a futuro viene, será mucho mejor. Aprenderemos nuestra lección. Cuidaremos más de nuestros padres o abuelos, pues fueron ellos, los más vulnerables; ellos que hoy están solos, que siempre vieron por nosotros, he hicieron de este mundo algo maravilloso, y que desgraciadamente nosotros estamos destruyendo con el afán de ser más, de creernos invencibles y valorar más lo material y no la verdadera esencia de la vida… A los que libremos esta pandemia nos habrá tocado navegar aguas turbulentas, pero habremos salido más fortalecidos, los que desgraciadamente se nos adelantaron, se les recordará con gran tristeza, pero los llevaremos presentes en nuestros corazones.

48

Debo de decir que no todo es tragedia, pues si algo nos caracteriza es saber sacar provecho de las adversidades; he tenido la suerte de participar en este bello proyecto y heme aquí, escribiendo, relatando, cómo nos ha cambiado la vida, algo que nunca imaginamos nos podría suceder. Siempre me ha gustados escribir, y en mi tiempo libre, dejo volar mi imaginación, al plasmar algún escrito; solo necesito un papel en blanco para poder traspasar barreras, y dejar huellas de un loco pensamiento. No sé si inspire a alguien, si a alguien le interese o simplemente sea para llenar mi ego. Somos seres de luz, tenemos mucho que dar; iluminemos el mundo, dejemos a un lado tanta negatividad y malas noticias; cambiémoslas por sonrisas, muestras de apoyo, de amor y solidaridad, que todo esto que estamos viviendo sea para crear un mundo mejor, un mundo nuevo… No sé si nos alcanzará la vida para cumplir nuestro propósito en este plano, lo que sí sé, es que cumplir nuestros sueños, alcanzar metas, y arriesgarse, siempre estará a nuestro alcance. Por ahora solo me resta agradecer a Dios por permitirme llegar a este día, por darme la dicha de tener una gran familia, a la cual amo profundamente; a Rodolfo Michel por permitirme participar en este libro, y hacer de mi sueño una realidad.

49

Carolina Díaz Tú eliges

Mi nombre es Carolina Díaz, nací en Guerrero, radico actualmente en Morelia, Michoacán. Comparto mis días con mi pareja desde hace 7 años. Soy una mujer empresaria, Licenciada en educación, Coach de vida y consultora en felicidad. Marzo 2020. La vida transcurría normalmente. Niños en la escuela, padres trabajando, empresas generando empleos, eventos masivos celebrándose, jóvenes planeando fiestas en antros; familias reservando hoteles para vacaciones de semana santa, etc. Nuestra sociedad circulando en cotidianeidad. México recibe la información alarmante y le inyecta su sentido humorístico compartiendo memes virales y olvidando que no somos inmunes a las enfermedades. “El virus se encuentra en otro continente”, “el mar nos separa de la pandemia” “México está muy lejos de la zona afectada”. Expresiones como estas se escuchaban en conversaciones referentes a la situación en China. La humanidad perdía la visión de que estamos profundamente interconectados y que no somos entidades diferentes.

50

Diagnostican un creciente número de casos de Covid -19 en México, nuestras ciudades comienzan a detener sus actividades, el gobierno federal declara cuarentena para frenar el contagio, estableciendo medidas de confinamiento, quedarse en casa es nuestra mejor vacuna contra el virus. La vida cotidiana, escuela, trabajo, diversión, viajes, entre muchas actividades más se detienen. El miedo y el pánico comienzan a propagarse más rápido que el virus. Lo que se creía lejos, en otro continente, ahora se encuentra en nuestra tierra mexicana. Las compras de pánico hicieron notar el sentido de supervivencia que caracteriza a nuestro cerebro reptiliano. La escasez de productos para el cuidado de la salud se hizo notoria en tiendas y farmacias; el desabasto generó un notable y preocupante incremento de precio en la canasta básica, así como también en productos de limpieza. La situación que se presentaba resaltó algo más que un instinto, el egoísmo hizo presa de la humanidad. Todo a mi alrededor era diferente, calles vacías, áreas de juegos infantiles sin niños, negocios cerrados, la ciudad de la cantera rosa se veía como un domingo permanente. Mi empresa cerró sus puertas cancelando eventos programados con anterioridad y sin fecha próxima, quedamos sujetos a las autoridades para abrir nuevamente. Mas allá de esta pandemia y del miedo que se está propagando por todos los medios, me encontraba ante una gran oportunidad que me estaba dando la vida, una oportunidad de volver a conectar conmigo, conectar con lo que la vida cotidiana y monótona me hizo olvidar, con quien soy en realidad. Conectar con la sensibilidad, con cada detalle que la vida nos ofrece. El escuchar las aves cantar cada mañana es un regalo que no se disfruta con plena atención y ahora es posible por el silencio que prevalece en nuestras calles. Disfrutar mi familia y hogar por más tiempo se convertía en un regalo. Me di a la tarea de habilitar una habitación como gimnasio y oficina, diseñé rutinas que me permitieran trabajar en diferentes áreas para fortalecerlas y desarrollar nuevos hábitos.

51

Mi amor por el conocimiento y la gratitud me llevaron a leer nuevamente un libro que en su momento impactó mi forma de ver la vida y ahora me encaminaba a rediseñar aspectos importantes. Continué así con lecturas de dos libros más y un diplomado en mi área profesional. Se me presentó la oportunidad de ver lo que funcionaba y lo que no funcionaba en mí, una tarea un poco complicada, sin embargo, exigía un gran compromiso que con gusto acepté para redescubrirme. Hacer un rediseño mental, espiritual, emocional y físico, rediseño que comparto dentro de casa con las personas que amo y que, dado el momento, compartiré al salir de casa. Fue en el silencio donde encontré muchas respuestas que me apoyan para ver la vida diferente, accionando desde mis posibilidades para reconstruir un mundo mejor, compartiendo mi contribución para formar una sociedad en armonía. Tomé mi mochila llenándola de mis descubrimientos, aprendizajes, herramientas y proyectos. Me di a la tarea de reunir amigos y colegas que eligieran, al igual que yo, impactar vidas a través de su experiencia profesional para transmitir fe, optimismo y esperanza a nuestra sociedad durante 7 días en redes sociales. Proyecto que desarrolla el firme propósito de unirnos desde el amor recordando que ante la tempestad nos tenemos unos a otros. Probablemente seamos una humanidad con valentía porque elegimos vivir en esta época, fuimos capacitados para este momento y ahora la oportunidad de reconexión se presenta para salir a ganar batallas venideras. La decisión de ver como oportunidad lo que nos presenta la vida es nuestra, tú eliges.

52

Luz Elena González La luz en la obscuridad

Mi nombre es Luz Elena, vivo en Chihuahua capital, felizmente casada desde hace 32 años, madre de tres maravillosos hijos, dos mujeres y un hombre. Financiera de profesión, maestra por vocación y amor, consultor en desarrollo organizacional, coach de vida, conferencista y ahora escritora. Al igual que muchos de ustedes, hace muy poco tenía actividades por realizar, viajes de trabajo, cursos que tomar, vacaciones, citas médicas, conciertos, en fin, planes. Consideraba erróneamente que la situación que envolvía otros lugares era lejana, y que no llegaría, cuál fue mi sorpresa, en menos de tres meses, ¡Pum! Lo tenemos encima, empieza a generarse el caos. Información en referencia a quédate en casa, cancelación de eventos masivos. De un día para otro en la oficina se establecen medidas extremas, se cancelan juntas, viajes, nadie sale, gel, lo peor, sin dar explicaciones, lo que hacía suponer que algo malo estaba pasando dentro y fuera también, por lo que ya sabrán, lo primera emoción que vino a mí, fue temor. Mis hijas no viven en casa por lo que me invadió más pánico, ¿cómo protegerlas si no están conmigo? ¿Qué hacer ante esta circunstancia?, si es tan grave ¿Qué sucederá si se enferman?, en fin… una se-

53

rie de pensamientos negativos que lo único que hacían era que mi miedo creciera. Me comuniqué con ellas, reuní al resto de la familia y platicamos de la situación, suelo ser positiva siempre, pero sentía que esta vez lo que venía era más grande y no sabía qué hacer, cómo evitar que esto nos tocara, esa emoción duró unos momentos, ya que al ver sus respuestas positivas contrarias a lo que yo esperaba me demostró que efectivamente, ante el caso se puede salir adelante y que desde donde estemos puedes hacer algo distinto, así que cambié mi actitud a positivo, considerando que si bien es algo a lo cual todos somos vulnerables, cada uno decide la forma en la cual lo vivirá, puedes vivirlo desde el temor, angustiado, preocupado, o bien vivirlo desde el cambio. Me pregunté ¿Qué puedo hacer diferente bajo esta situación?, Mucho. Decido el cambio, no solo con mi actitud, sino con poder servir a quien lo necesitara, un mensaje de apoyo, una sonrisa, un no te preocupes todo va a estar bien, te llevo algo, te compro algo en el super, sobre todo a las personas vulnerables o a aquellas con temor a salir. Así han transcurrido estos primeros días desde que comunican la situación, ¿les digo algo? A pesar de todo lo que se comenta y dice, para mí ha sido un gran redescubrimiento, he podido ver que el ayudar a los demás te genera algo grande a ti, considero que más de lo que tú les das, es un sentimiento de satisfacción enorme, que de verdad contagia, ¿te digo algo más? lo que no te afecta, te hace más fuerte. Descubrí, que aunque no pueda dar un abrazo fuerte a cada uno, puedo trasmitir mi amor desde donde esté, que mi mente es capaz de dominar todo lo que hago, que puedo contribuir a través de compartir mi experiencia, siempre había querido dar pláticas en línea, hoy lo hago y he contribuido a los demás. Aprendí también, que, si pienso fuera de la caja, puedo tener una visión diferente de cómo hacer las cosas, que debo ser agradecida cada día por la oportunidad que me da de ser feliz, que soy yo y nadie más quién decide cómo ver el mundo, problemas, situaciones fuertes siempre estarán ahí, pero cada una tiene una luz, en mí está descubrirla y poder aplicarla en mi vida y en la de los demás.

54

Este nuevo ser que empieza a surgir está fortalecido, tiene más energía que lo que en su vida ha manejado, hoy más que nunca estoy convencida que “Sí se puede”, el miedo es un sentimiento, lo que lo causa es el desconocimiento a lo que vendrá, la incertidumbre es la principal arma del miedo y hoy te digo ¿quién tiene una bola de cristal para adivinar el futuro?, la respuesta es NADIE. Cada quien tiene en sus manos la construcción de su propio futuro, el mío es bello, grande, poderoso, cargado de amor y energía y así lo visualizo siempre, así que, colócate tus mejores lentes como yo y aprecia lo bello de la vida día a día, con todo lo que te dé, recuerda, siempre podrás encontrar la luz en la obscuridad.

55

Brenda Cortez Epifanía

Mi nombre es Brenda Raquel Cortez Velázquez, nací y crecí en Tijuana. Soy una persona soñadora, curiosa, alegre y que le encanta aprender. Me gradué de la carrera de Relaciones Internacionales y me gustaría formarme como escritora. Antes de que comenzara la cuarentena en Tijuana estuve en un viaje largo atravesando el Océano Pacífico en barco con otros jóvenes del mundo y conociendo Japón. Estuve desconectada del mundo tanto de los logros de la humanidad como de las noticias tóxicas. Era feliz sin pensar en ello. Me llenó de tristeza llegar a México para que a las 2 semanas de haber vuelto la empresa donde trabajaba entrara en bancarrota y me encontré con una realidad que no me esperaba. Cuando comencé el aislamiento en mi casa me sentí un poco desorientada los primeros días, no sabía cómo aprovechar algo que no había tenido desde hace un rato: Tiempo para pensar. Y fue ahí donde decidí que el tiempo que estuviese en casa lo iba a utilizar para reflexión y tomarlo no solo como una tempestad que nos azota, sino como una oportunidad para valorar la vida y el tiempo que tengo en este mundo.

56

A los pocos días de cuarentena me invitaron a emprender un nuevo proyecto empresarial, a moderar un panel con jóvenes, hice videollamadas con mis amigos… A pesar de todo lo que ocurría en torno a este virus nunca estuve sola. Fuera físicamente o en espíritu mis seres queridos han estado conmigo y valoro cada momento y a cada persona que se acercó a mí para hacer que el día fuera más ameno, los colores más vívidos y el sol más brillante. En esta cuarentena recibí un regalo llamado vida y otro llamado buena salud, que he podido conservar hasta el día de hoy. Le sumo otro regalo llamado Amor. Estos 3 regalos para mí han sido esenciales e invaluables durante este tiempo. He aprendido y reaprendido a valorar más lo afortunada y privilegiada que soy. Despierto y tengo un techo que cubre mi cabeza, tengo a mi familia sana y comida qué llevarnos a la boca. Estoy bendecida por tener gente que se preocupa por mí y por poder apoyar a otros. Hace unos días vi una reflexión que refleja la inequidad mundial. Lo voy a parafrasear, decía más o menos que en esta crisis “No estamos en el mismo barco. Estamos en el mismo mar, unos van en barco, otros en lancha y otros nadan con todas sus fuerzas”. Lo cual me lleva a la conclusión de que en este mundo lleno de desigualdades ejercer la empatía y solidaridad hacia los demás es importante. Redescubrí mi capacidad creativa al aprender a usar plataformas para editar videos, que escribir unas cuantas líneas te alivian el alma, que cultivar la esperanza en tiempos de crisis ya es parte esencial de quién soy y que es algo que desearía poder transmitir a otras personas. Redescubrí que las sonrisas son gratis y que no tienen precio, pero valen mucho, que las amistades permanecen a pesar de la distancia, que la vida es un instante y que el ser humano en solitud puede sacar ya sea lo peor o lo mejor de sí mismo, que los seres humanos estamos conectados, que los pequeños detalles importan, que es normal sentir la incertidumbre, lo importante es salir de ello y recordar que el estrés, la ansiedad y el miedo no tienen el control de mi vida, el control de mi vida lo tengo yo.

57

Después de esta etapa de contingencia viene una recuperación que puede resultar menos o más complicada para unos que para otros, tanto económica como emocionalmente. Sin embargo, la mentalidad puede marcar una gran diferencia. El ímpetu por seguir adelante y el creer en un sueño nos llevan a hacer cosas inimaginables. Quizás no lo veas ahora, pero todo va a pasar y estarás bien. Recordarás esta experiencia como una valiosa lección de vida. Me despido con lo siguiente: Cuando el virus termine no será “El fin” para nosotros, sino un nuevo comienzo, resurgiremos como el ave fénix; más fuertes y resilientes que nunca.

58

Julia Arvayo Murillo Algo debe cambiar

Mi nombre es Julia, mexicana, nací en Mexicali y crecí en el valle de la misma ciudad, docente de educación inicial, viajera, amo la naturaleza y el café por las mañanas. Era un viernes trece de marzo, iniciaba un puente vacacional (así le dicen en México a los fines de semana que se extienden por días festivos) y yo tenía cita con mi dentista para sacarme dos muelas del juicio, mi yo responsable pensó que sería buena idea aprovechar ese fin de semana largo, así tendría tres días para recuperarme sin tener que faltar al trabajo y podría regresar el martes diecisiete con toda la actitud. Pero no contaba con la astucia de ese que será un nombre popular entre mis futuros alumnos, el Covid-19, estaba expandiéndose rápidamente y había llegado a mi país, por lo que las autoridades educativas dieron la indicación de suspender actividades escolares a partir del veinte de marzo, pero en mi estado, Baja California, por confirmación de casos, decidieron suspender labores desde el miércoles dieciocho, así que prácticamente mi aislamiento inició desde el sábado catorce. Ahora pienso ¿cómo no aproveché ese fin de semana para reunirme con mis amigas?

59

Entonces el caos comenzó, esa primera semana me pareció eterna, muchas personas no creían en la existencia de tal virus y seguían por todos lados tan campantes (hoy a tres semanas, siguen sin creer y siguen campantes), esa nueva enfermedad tenía a todas las personas compartiendo historias de la situación que se estaba viviendo en los países más afectados, videos de médicos extranjeros que hablaban de recetas preventivas de agua con vinagre y sal; esos memes que te advertían que por favor no te cortaras el flequillo solo; otros que te recomendaban destinos turísticos para la semana santa, entre los más populares estaban la sala y la cocina, los más suertudos podían salir al patio trasero de sus casas y observar la naturaleza; en fin, había bromas, información y desinformación para todo tipo de creyentes. Confieso que los primeros días me afectaron tantas malas noticias, sentí que mi cuerpo comenzaba a resentirlo, aun cuando procuraba estar al tanto de lo que ocurría en mi ciudad y en mi país informándome en fuentes confiables, estaba siendo demasiado. Para equilibrar mi energía recurrí a todo tipo de ayuda que me había funcionado anteriormente, escuché audios binaurales, sonidos de la naturaleza, meditaciones ho’oponopono, retomé prácticas de yoga, pinté mandalas, hice limpiezas profundas de espacios de mi casa, me alejé de redes sociales por algunos días, vaya, todo lo que puedan imaginar (menos TikTok) para mantener mi mente en otra cosa que no fuera el ¡Coronavirus! Hoy escribiendo estas líneas, trato de entender que la realidad de esta situación que estamos viviendo va más allá de lo que podríamos imaginar, hay momentos en que siento estar dentro de una película de esas que pintan el apocalipsis zombi y que no sabes qué esperar. A veces me siento como en un sueño en el que solo existimos mi familia y yo en nuestro hogar en el que estamos seguros, podemos salir al patio, observar las plantas, escuchar las aves cantar y el sonido que produce el viento al mover las ramas de los árboles; otros días me siento como en arresto domiciliario, pero de cierta manera agradecida por poder quedarme en casa tranquila y a salvo. Son muchos los pensamientos que pasan por mi mente y las emociones que siento todos los días, hoy más que nunca sé que el futuro es incierto y lo importante que es reconocer las bendiciones de cada

60

día, sentirse agradecido por tener a nuestra familia al lado, por poder despertar y respirar cada mañana, por la salud que tenemos y que no la valoramos hasta que está en juego. Creo que el mundo no volverá a ser como lo conocimos antes del COVID-19, no sé si podremos volver a salir a las calles con tranquilidad en un futuro cercano, pero procuro mantenerme optimista pensando en que, si llega ese día, será mejor que mi cumpleaños, un viaje o navidad. Muchas cosas me parecen inciertas en este momento, pero lo único que me atrevo a asegurar, es que algo debe cambiar en nuestra manera de pensar y actuar, de lo contrario, situaciones como la que estamos experimentando seguirán repitiéndose hasta que el ser humano aprenda. Me alegra que hoy tú puedas leer estas líneas, deseo de todo corazón que estés gozando de salud y que esté junto a ti tu familia completa. Abrazos.

61

Lety Velázquez Un cambio para crear consciencia

Me llamo Laura Leticia Velázquez, soy de CDMX, tengo 2 hijos, 2 nietos, los 4 varones. Soy acompañante en proceso de sanación emocional y auto conocimiento, Consultora en Felicidad y emprendedora. A casi un mes de este aislamiento, mis emociones han variado. Al principio, preocupada pues no tenía total claridad de lo que pasaba, no sabía cómo venía la situación. No sabía cómo terminaría de compartir un taller al que asistían 20 valiosas mujeres que estaban contentas con el aprendizaje que estaban teniendo. Tendría que suspender las sesiones de apoyo a mis pacientes. No podría asistir a mi clase semanal de autoconocimiento, la base para mi desarrollo personal, mi clase de yoga interrumpida ¡Mi equilibrio en riesgo! Generalmente trabajo desde casa, en mi consultorio y mi taller de manualidades, pero el saber que ahora “TENÍA QUE…” me asustaba, pensaba en qué haría yo tanto tiempo dentro de casa. Era importante estar bien para poder apoyar a mis hijos; Adrián el mayor, con dos pequeños hijos, preocupado por el trabajo y la economía, a ratos con crisis de ansiedad. Gerardo, el menor, quien vive y trabaja en Puebla, preocupado y extremando cuidados para evitar el contagio. Y también en aislamiento ¡obvio esto resultó ser impedimento para visitarnos! Me pesaba desde ya, no abrazar a Chemita y Santi mis pequeños nietos.

62

Notaba a algunas de mis alumnas inquietas, otras despreocupadas. Algunos pacientes preguntando cómo continuarían sus sesiones. La verdad es que no tenía ni idea de cómo se avecinaban las cosas. Estar como recluida en casa era realmente motivo de nerviosismo, cabe mencionar que tengo como área de oportunidad la perseverancia y por ello, tenía muchas cosas inconclusas, lecturas, apuntes, manualidades, orden en casa, etc. Sabía que encontraría muchas cosas más. Además, tendría tiempo para verme y por ahí había alguno que otro tema inconcluso también, creo que ese era uno de mis mayores miedos. En fin, el tema principal, ¡Ordenar mi vida! Pues bien, comencé por ver cómo terminaría el taller sin tener que posponerlo, aprendí que a través de plataformas de internet podría continuar, y que por no atreverme a conocer había ignorado. ¡Lo he logrado! Pude concluir ya mi taller e interactuar con mis alumnas como si estuviéramos juntas, las dinámicas han resultado muy divertidas, conservando esa bonita energía, además, ¡me han pedido que continúe con ellas en su formación personal! ¡Es maravilloso! Mis pacientes han sido atendidos a través de esa plataforma, perdí el miedo para realizar ciertas técnicas, que, según yo, solo podrían ser en persona. Mi clase semanal no la pierdo, y, ¡Hasta mi yoga en línea! Simultáneo a esto, supe que era el momento de contribuir y regresarle al universo todo aquello que he recibido, así que decidí brindar apoyo sin costo, a todas aquellas personas que tienen miedo o crisis de ansiedad, que así me lo solicitaran. Fue en este momento en que descubrí que también tenía miedo, SÍ, “TENÍA MIEDO” y que estaba escondido tras mi máscara. ¡Gran lección! Estoy trabajando la humildad, que dicho sea de paso, es otra área de oportunidad. Me estoy comunicando mejor con Adrián. Tengo oportunidad de compartir cosas simples con Gerardo, como recetas de cocina. ¡Maravillosa oportunidad de conocerlos más! Puedo ser más agradecida y amorosa. ¡Les digo cuánto los amo! ¡Estoy aprendiendo a cocinar, disfruto hacerlo! ¡Gasto menos, ahorro más! Respecto a las cosas inconclusas y el orden, la verdad es que estoy haciendo un horario para organizar mejor mi tiempo y crearme mejores hábitos. Estoy cerrando ciclos que había evadido, los agradezco y los suelto. Descubrí que se vale tener miedo, ahora lo siento, lo abrazo y le pregunto ¿Qué me quieres decir? Y sus respuestas me han gustado, pues estoy aprendiendo a confiar en mí, a no tener miedo a avanzar. Al hablarle a mis pacientes y alumnas dándoles confianza

63

¡La verdad me lo estoy diciendo también a mí! Lo valoro y agradezco profundamente. Soy consciente de que entraremos a un período difícil, confió en las herramientas adquiridas para lograr mi proyecto de plenitud, compartir desde mi experiencia personal lo aprendido y ver más gente feliz, confío más en mí. Aprenderé más. Sé que vienen mejores tiempos y haré uso de un plan adicional visualizado en este aislamiento si se requiere. Sé que era necesario este cambio para crear consciencia. Contribuir al colectivo con mi granito de arena, vibrando alto, compartiendo desde el corazón, con amor y respeto a la Madre Tierra, que solo nos frenó un poco para ser más felices.

64

Rocío González Esto también pasará

Soy

Rocío González Paredes, originaria de Morelia, Michoacán, adoptada por la bella Tijuana, desde hace 41 años, desarrollo un proyecto empresarial y además trabajo como asistente de gerencia en una empresa. Hace 9 años la vida me sorprendió con un cáncer de mama y desde ese momento entendí la frase “la vida te puede cambiar de la noche a la mañana”. Desde hace algún tiempo dejé de ver noticias, el tema del Coronavirus lo veía muy lejos, aunque sabía que existía, no entendía hasta qué punto podría llegar a nuestra vida. En plenos preparativos de uno de mis sueños, viajar con mis hermanas y sobrinos a un destino maravilloso. Iniciaba la segunda semana de marzo, empezábamos con mucho entusiasmo porque aparte de esto, el proyecto que estoy realizando empezaba a crecer, ese fin de semana tendríamos una gran conferencia, pero días antes recibimos la noticia, se suspenden todos los eventos. Esto no podía estar pasando, estábamos tan emocionados y, por si fuera poco, tampoco podríamos tener reuniones de grupo, estaba pasando todo tan rápido. El domingo 15 de marzo celebramos el

65

cumpleaños de mi hermana, y ahí fue donde empecé a sentir esa sensación de frustración, no podíamos abrazarnos, ni saludarnos de manos, la reacción de algunos fue de enojo, burla, alguien llegó a decir, “esa es una exageración” todo estaba tan confuso. Y por supuesto los planes del viaje quedaron detenidos. Los días que siguieron fueron muy frustrantes, empezaba a llenarme de comentarios, cuidado con la gente que tose, que estornuda, no saludes de mano, no des abrazos, comenzaba a sentirme rechazada y a la vez yo estaba rechazando a la gente inconscientemente, eso me llenaba de tristeza, de miedo. Siempre he fomentado la actitud positiva, de sonreír ante todo, pero esto me estaba ganando, trataba de demostrar que todo estaba bien, pero en realidad me sentía mal, mi cuerpo empezaba a resentir, no podía respirar, había noches que no podía dormir, la sensación de ahogarme cada vez era más y más, la psicosis se estaba apoderando de mí. Ya no era la misma, por lo que dejé de ir a la oficina y comencé a trabajar desde casa. ¡pero no funcionaba! De pronto, hice un alto y entendí que el miedo no es malo, lo malo es cómo reaccionamos ante él, empecé a recordar lo que tantos libros me han enseñado, a concentrarme en lo que quiero y soltar las cargas negativas. Vivir un día a la vez. Escribiendo estas líneas de pronto comienzan a llegar noticias de fallecimientos, no poder estar presente para brindar un abrazo de consuelo a la familia, a las amigas, a los seres queridos que lloran la perdida, es lo más difícil. Esto también pasará y será el tiempo el que nos ayude a cerrar las heridas. He redescubierto en estos días de encierro, que tengo mucho que agradecer, tener una familia maravillosa, muchos amigos, una hermosa niña de 6 años que hace que los días se hagan más felices, su sonrisa, sus ocurrencias, nos mantienen disfrutando cada nuevo y bello amanecer, darme cuenta que estoy creciendo emocionalmente, tener un proyecto que me mantiene activa, creando y aprendiendo nuevas cosas, me apasiona, adentrarme más en el mundo de las video llamadas, aprendiendo cosas nuevas, porque después de este episodio el mundo no volverá a ser el mismo y tendremos que estar preparados para los cambios que se van a presentar. Mantenerme en la frecuencia apropiada va a ser algo en lo que trabajaré día a día.

66

Al final cada uno tendrá que decidir cómo lo quiere afrontar; con miedo, enojo, culpando a alguien más o con deseo y determinación de hacer cosas diferentes. Recibir la invitación para participar en este bello libro me emociona, es una experiencia que jamás olvidaré. ¿Qué viene a futuro? Aún hay mucha incertidumbre, vienen tiempos difíciles, pero yo decido que la mujer que se quedó encerrada sale a la luz renovada para cumplir su misión de vida, porque si un día Dios me permitió seguir adelante, hoy me da más fuerza para continuar y llevar el mensaje de fe y esperanza a mucha gente, ayudar a nuestro bello planeta y cuando mi misión en esta vida termine, saber que contribuí para dejar un mundo mejor. Mucho camino por recorrer, pero sé que no voy sola. Y aún quedan muchos sueños por cumplir como ese viaje que se quedó en pausa con mis queridas hermanas. Cada día trabajaré para sacar mi mejor versión. ¡Hoy yo decido ser feliz!

67

Miriam Sainz Un despertar

El Coronavirus llegó al mundo en el 2019, proveniente de Asia, parecía tan lejano, nunca pensé que llegaría a América. Hola, ¿qué tal? desde pequeña me ha gustado escribir, pienso que es una manera de externar lo que por mi mente y sentir pasa, la mejor manera de expresar lo que con palabras se me dificulta. Soy Miriam Sainz, Profesora de profesión, madre de un joven de 25 años y esposa de un Químico con Maestría en Salud Pública. Radico y nací en Tijuana, México. A medida que la información anunciaba la expansión a otros países, me empecé a dar cuenta de que todos estábamos vulnerables y era cuestión de tiempo para que llegara a mi país y a mi ciudad. El Virus deja a su paso enfermedad, muerte y estancamiento económico. Confío en que esta pandemia y sus consecuencias, sean como un regalo, de esos que no querías, pero que te deja aprendizaje. Sin duda la mayor enseñanza que me ha dejado es el valor que tengo yo en mí, mi familia y la importancia de estar juntos, la gratitud de poder despertar y vivir un día más, no sabía el valor de abrazar a alguien hasta que no pude hacerlo. Esta pandemia nos tiene aislados, desesperados, con la incertidumbre de no saber cuándo volveremos a estrecharnos la mano.

68

En el 2014 al fallecer mi padre, decidí renovarme y por fin verme, mediante talleres que me han ayudado a reaprender y trascender, entender las experiencias y enseñanzas de vida que me han permitido hoy tener la sensibilidad de percibir la grandeza en mi interior, lo exterior, lo complejo y lo simple. Lo más importante, amar la pureza humana. Estoy convencida que cada cabeza es un mundo, cada uno vemos el mundo desde nuestra realidad, creencias, costumbres y hábitos. No debería por ello sorprenderme la forma en que cada uno vive la pandemia, pero en ocasiones no entiendo el sentido común de las personas. Pienso era necesario hacer un alto en nuestras vidas, conectarnos, con nosotros mismos y con los demás. Hacer limpieza de consciencia y limpia de espacios. Es momento de buscar lo que suma en cada situación, tenemos el libre albedrío de elegir qué pensar, cómo sentirnos y qué acciones vamos a tomar. Lo fundamental es saber cómo ser y tomar acción. Esta crisis mundial es una oportunidad para todos, en la que el aislamiento en casa nos ayude a reconstruir nuestra relación con nosotros mismos, con nuestros seres amados, fortaleciendo nuestros lazos y fomentando la solidaridad, la bondad y el apoyo al prójimo. Hoy 10 de abril de 2020, respiro y vivo en casa, junto a mi hijo y esposo, aquí las cosas suceden con consciencia, el inicio de la cuarentena por coronavirus fue el 14 de marzo, circunstancias incomodas, desacuerdos, enojos, desesperación, ansiedad, entre otros, se hicieron presentes, siendo los 3 graduados de un proceso de transformación humana, hicimos un alto, nos sentamos y decidimos aplicar las distinciones aprendidas, limpia de espacios y claro, la retroalimentación no podría faltar. Fue algo extraño pues eso solo lo hacíamos en el centro, pero confieso que, gracias a eso, hoy estamos con armonía, apertura, empatía, participación continua, organizamos actividades y nos mantenemos ocupados todo el día. Esta etapa de estar en casa la disfruto al máximo, he aprendido a darme cuenta cuánto nos hacemos falta. No lo vi antes por ocuparme en otras cosas.

69

La comunicación con mi esposo e hijo es más pura, ya que es de persona a persona, veo nuevamente el brillo en los ojos de ellos, las personas que más amo. No es lo mismo estar en el mismo lugar físico que relacionarnos en armonía con quienes convivimos. Aprovechemos que estamos juntos y que se vuelva costumbre ver una serie, bailar, ejercitarse, jugar y reír. Necesitamos disfrutar la familia, momentos que se quedarán grabados en nuestros corazones, otra oportunidad que nos brinda estar en casa. No será fácil, pero con fe y amor saldremos de esta contingencia, una experiencia que, en vez de recordarla con dolor, la vamos a recordar con amor. Esto para mí se ha convertido en un despertar, percibo algo en el entorno, que puede marcar un antes y un después en nuestro mundo, ese apoyo que está presentándose entre los países en donde se busca el cómo, aunque las fronteras de algunos países están cerradas, la unión y el amor nos lleva más allá de ellas. Las crisis son grandes oportunidades. Entiendo que es momento de introspección, unión, amor, compartir, empatía, fraternidad, sobre todo darle un sentido a todo esto, gran mensaje de la Madre Naturaleza. Espero cada individuo a su entender encuentre el ¿Por qué y para qué? De lo que pasa. Como humanidad tenemos muchos retos, hagamos que valga cada instante y cada acción sea una inspiración y no una destrucción. Llegó el momento de luchar juntos, fuera muros, razas y colores de piel, todos estamos bajo el mismo cielo... Estoy muy consciente que después de mañana, cuando esto tome la calma, las cosas, el mundo será distinto, con fe decreto que estaré allí, para continuar con mi compromiso de felicidad conmigo, con los míos y con el mundo, seguir mis metas, cumplir mis sueños y disfrutar del AMOR HUMANO. !De esta salimos juntos! Sanemos colectivamente, apoyémonos y vivamos más que nunca nuestro presente enfocados en lo que tiene valor.

70

Alan Navarro Aquí y Ahora

La vida nos juega bromas, tiene bajones, es momentánea. Siendo honestos, y sin paja, no sabemos si estaremos vivos después del aislamiento (y hasta el día de hoy, no sabemos hasta cuando estaremos en cuarentena). La vida no tiene garantía, y esto sin hacer referencia al Coronavirus. Hablo de las mil formas de morir y de que no tenemos asegurado el ticket de mañana. Hace unos días recibí la noticia de que falleció un compañero de mi salón de secundaria, la causa no fue Coronavirus, pero aquí no quiero enfatizar la muerte. Enfatizo la vida, y la vida es Aquí y Ahora. No quiero dedicar tiempo a soñar en quién seré después de mi aislamiento, o de lo que haré, o quizás de lo que tendré. Pero sí sueño al despertar lo que haré de mi día, el que se me acaba de regalar. Y hoy no “tengo” un día, hoy “es” un día. Amarro las cortinas de la ventana y llega en claridad, y en forma de luz: el agradecimiento. Aquí la importancia de soltar el TENER. Suelto las posesiones, nada es mío, ningún objeto, ni el cuerpo, ni los sentimientos, solamente han sido prestados. El TENER es quizás lo más incomprensible del mundo.

71

El HACER en el día podría ser importante, pero los robots hacen. El carro, celular, televisión, cualquier máquina es capaz de hacer. Y el hacer no está mal, ni siquiera el tener, todos hacemos cosas a diario. Las tareas, trabajos, deberes, todo eso hacemos para jugar en esta vida, y sin juzgar, hago notar cómo a veces HACEMOS solamente para TENER. Trabajamos para tener un techo, claro. A este punto es donde quiero llegar: a veces, Hacemos para Tener y Ser. En ese orden. Sin catalogarlo como “malo”, pues no lo es. Gente hace trabajos para tener vacaciones y ser feliz. Un día un viejo amigo me contaba que quería salirse de su trabajo, pues no lo hacía feliz. Me quedé quieto. Pensé unos segundos, y entonces respondí – Tu trabajo no tiene por qué hacerte feliz, ese no es el trato. El trato involucra un servicio de tu parte, y el recurso de tu tiempo, para lo que recibes un pago económico. En ningún lado de la ecuación está la felicidad. El trato se está cumpliendo, y ningún trabajo ofrece en sus contratos la felicidad. – Y me acerco a lo que hoy quiero decirte. La felicidad no es algo que se tiene, y me abro a la posibilidad de que es algo que simplemente y por decisión Es. Considera que lo que tú no eres, nadie ni nada te lo puede dar. Que si hoy no tienes dinero, pero eres apasionado, irrazonable, arriesgado, comprometido, agradecido, ¿crees que alguien así puede crear una fortuna? El hacer y el tener vienen después. Y si quizás una pareja te da amor, libertad, pasión, compromiso, gratitud, ¿crees que si eres amor, libertad, pasión, compromiso, gratitud, podrás crear una relación extraordinaria? Esta cuarentena, quizás es el ALTO para la humanidad, quizás es la oportunidad para ver quién hemos venido siendo hasta hoy, y para declarar una nueva versión de mí, sin pruebas ni evidencias, pero gritar al cielo que soy amable, comprometido y apasionado, y vivir el único día que hay, de la manera en que lo declaro cada mañana, porque cuando el Tener no está disponible, el Ser sí lo está. Grita quién eres, aunque por costumbre no lo hayas sido, y comienza hoy. Abracemos lo que es hoy, y el mañana… no sabemos.

72

Elvira Gómez La gran prueba

Hola, mi nombre es Elvira, soy maestra en nivel secundaria, ama de casa y pequeña empresaria. Sí, al igual que muchos de ustedes, voy corriendo por la vida tratando de, según mi perspectiva, aprovechar el tiempo y ser eficientemente feliz en todos los roles económicos, sociales y familiares que me toca desempeñar. Aclaro, no me han sido impuestos, los hago con amor, me gusta lo que hago. Pero en estos momentos de contingencia mundial provocada por el brote de este nuevo y contagioso virus Covid 19 que ha venido a cambiar de manera urgente todas nuestras formas de trabajo y convivencia “temporalmente”, así lo espero, pues sinceramente también me está obligando a buscar nuevas alternativas de supervivencia en todos los roles que desempeño. La necesidad actual nos obliga a enfocarnos en “lo esencial”, ya que así lo han indicado los gobiernos. Solo podrán operar las formas de producción, industrialización, comercialización, distribución, servicios, etc.; que sean esenciales y necesarios para sobrevivir y enfrentar la pandemia que nos asecha y esto provoca en consecuencia una paralización mundial, procedente de la exigencia de detener este monstruo, con la estrategia de quedarnos en casa.

73

Enfocarnos en lo esencial implica enfrentar una serie de pruebas o escenarios que nos colocan claramente frente a nuestras necesidades elementales, sentimientos, intereses, egos; donde la situación nos obliga a priorizar y dejar de lado lo que no es esencial, o no es una actividad o actitud genuina que humanamente aporte o contribuya a solventar nuestras necesidades básicas, o que sume para enfrentar la contingencia. Se requiere de un trabajo conjunto para que el mundo no caiga en una crisis económica y social que nos lleve a otro nivel de contingencia mucho más escabroso, como consecuencia de no poder lidiar con nuestros fieros intereses de poder, riqueza, ego, ambición y miedos; esto es “La gran prueba” a la que nos enfrenta Covid 19. Pasar la prueba significa enfrentar la pandemia con menor cantidad posible de muertes y regresar paulatinamente a nuestra vida, a la que le llamamos normal, sin provocar un caos económico irreversible. Sabemos que el aprendizaje en todo este proceso seguramente será tan profundo, que esto cambiará indudablemente muchas cosas de nuestros roles económicos, sociales y familiares, de tal manera que en la historia de la humanidad habrá un antes y un después del Coronavirus. Esta contingencia mundial será recordada como un evento aún más trágico, si no pasamos la prueba, y lejos de aprender a vivir con este nuevo esquema, lo hacemos muchos más grave para seguir abriendo brechas más lejanas entre las desigualdades sociales. O bien, está contingencia puede ser nuestra gran oportunidad, si pasamos la prueba, puesto que habremos aprendido y evolucionado como humanidad al revalorar lo que es esencial en nuestras vidas. Todos sabemos que en la medida que salgamos librados de esta situación en esa medida será valorado nuestro crecimiento como humanidad. La prueba es de características diferentes para cada uno de nosotros como individuos. En lo personal, durante este tiempo de cuarentena no he podido dejar de sentir angustia y preocupación por quienes han perdido a sus seres queridos, y por quienes viven al día económicamente, además por todo el caos que esto puede provocar, sin embargo, no es tiempo para lamentarme, desanimarme o culpar, es tiempo de accionar, sacar mi esencia para fortalecer la confianza en mí misma y luchar por no dejarme vencer, esa es la gran prueba que diario me muestra una variante o un reto diferente .

74

Sin duda lo que estoy viviendo en mi interior y exterior, en cercanía con mi esposo e hijo en esta contingencia mundial, me obliga a cambiar y reflexionar. A diario es necesario buscar la fuerza e inspiración para encontrar las formas que me ayuden a seguir trabajando, estudiando, interactuando, es decir, buscar formas de sobrevivir y mantener mis emociones positivas, tranquilidad y certeza que podremos salir adelante, por más difícil que se vea el panorama. Toda esta vivencia me ha hecho valorar la poderosa capacidad humana para trabajar en equipo, ayudar, crear, innovar o buscar soluciones ante los problemas económicos y de salud , y así lo hemos estado observando en estos 30 días de cuarentena, donde parece que el mundo cambió y habremos de adecuarnos, y utilizar los medios técnicos que nos permitan seguir trabajando sin comprometer nuestra vida o la vida de otros y sus necesidades esenciales, esa debe ser nuestra prioridad, probablemente eso nos transforma para ser mejores seres humanos. Y entonces habremos de pasar la gran prueba y dado un paso para que el mundo sea mejor.

75

Rosario Cervantes Un granito de arena

Soy Rosario. Casada. Rogelio Cesar, Verónica y Osvaldo son mis tres hijos. Soy Contador Público, trabajé en una dependencia del gobierno como enfermera y como contador y a los 33 años de servicio me jubilé. Mis años estuvieron llenos de mi trabajo, familia y más trabajo, no me daba el tiempo de ver más allá. Ahora que vivo esta cuarentena, yo le llamo nueva oportunidad de vida. Me siento bendecida, es un alto en mi vida, una nueva forma de reencontrarme, de valorar lo que tengo, en ello va mi familia, mi hogar, la salud, la belleza de la naturaleza, cada amanecer, porque nos acostumbramos a tener lo necesario, que ni cuenta nos damos de que hoy lo tenemos y mañana no sabemos. Actualmente soy Psicóloga, me gustan y me llenan las humanidades y por eso me dedico a ello, tengo un consultorio particular en el que atiendo a personas de las cuales no recibo remuneración económica, pero en lo personal tengo mucha satisfacción al ver los cambios que se producen en los pacientes. Tengo una nueva oportunidad de aprendizaje, por ejemplo, estoy aprendiendo a hacer escuela semi presencial desde casa, valiéndome de la tecnología para salir avante en las tareas, soy estudiante de Licenciatura en Ciencias Sociales y esta licenciatura también son

76

ciencias humanas, o sea que estoy conociendo mucho acerca de las carencias de las personas, de las migraciones, de la pobreza , haciendo encuestas, trabajo de campo, porque cuando uno es privilegiado piensa que todos tenemos necesidades, pero como nunca está tu necesidad tan tremenda de que llegaras a tener hambre, crees o piensas que todo mundo está como tú. Y pensaba que “no tiene el que no quiere y el que no trabaja”, y mientras yo iba corre y corre con miedo a las cinco de la mañana para alcanzar el camión para llegar a la escuela (entraba a las siete y hacía en camión una hora con treinta minutos), esas personas estaban en sus casas descansando… “por eso no tienen, porque siempre esperaron que les llegaran las cosas de arriba”. Pero hoy me pregunto ¿quién soy yo para criticar? Mejor estudio para hablar con conocimiento de causa y por eso sigo preparándome para aprender a servir bien o mejor. Hoy en este alto en mi caminar, valoro todo lo que hay en mí, que tengo mucho para compartir, que hay mucho por hacer por los demás. Si todo sale bien, pondré un letrero que diga: “doy atención gratuita con previa cita a las personas que tengan mínimo dos necesidades: necesidad de atención psicológica o necesidad económica”. Es algo que nunca lo había hecho, porque únicamente pensaba en mí. La gente me pregunta ¿qué pasa, qué no valoras tu trabajo?, ¿por qué lo regalas? Sé que el tener y mantener un consultorio cuesta, es una realidad, pero yo también pienso que si Dios me da, también puedo compartir. Y agradecer cada día el amanecer y por todo lo que tenemos y dejamos de tener. Entre todos podemos hacer una playa poniendo un granito de arena.

77

Aaram Gamboa Sin muros ni fronteras

Mi nombre es Aaram Gamboa, nacido en Hermosillo Sonora, padre de una hermosa niña, Contador Público y Promotor Cultural. Este tiempo se siente diferente a todas las experiencias que haya vivido, empezó con una noticia que se sentía muy lejana, por lo tanto, la vi como un suceso aislado incapaz de llegar a mi ciudad, a la colonia donde vivo y mucho menos a mi casa. Pensando que esas fronteras, que tan bien han hecho el trabajo de separarnos, contendrían ese virus del cual no dejamos de hablar. Muy sorprendentemente la realidad ha sido otra, esas fronteras que en algunos casos tienen muros, no fueron rival, y aun así en el deseo de unos pocos es hacer esos muros cada vez más grandes, como si la unión de las personas les causara incomodidad. Levantamos muros entre países, estados, ciudades, colonias. Bardas cada vez más grandes, rejas reforzadas, generando sensación de seguridad, aunque a un precio muy elevado, ya que lo pagamos con encierro y separación. Cada vez más independientes, pero más solos, todos cuidándonos de todos. Quejándonos de la inseguridad, la deshonestidad, la delincuencia, entre tantos malos comportamientos que suceden en la sociedad y nos afectan a todos. Causándonos molestia sin darnos cuenta hasta el día de hoy, que todas esas fronteras, muros y barreras nos están alejando de nuestros vecinos, cole-

78

gas, compañeros, amigos, familia y de nosotros mismos. Barreras impuestas en nuestras mentes, apoyadas por la indiferencia, la apatía, la falta de amor propio y por nuestra incapacidad de volver a amar plenamente como cuando fuimos niños. La situación social empieza a cambiar con el confinamiento en nuestros hogares y que está sacando lo mejor de nosotros mismos. Empezamos a ver la importancia que tiene la policía, enfermeros, bomberos, artistas, indudablemente doctores, servidores públicos y sociales que nos inspiran a ser creativos, optimistas, apasionados y amorosos con el mundo entero. Estamos atentos a lo que está pasando en nuestro alrededor más allá de las fronteras, teniendo comunicación con amigos que teníamos años sin saber de ellos, derribando barreras mentales, acercándonos poco a poco con la intención de apoyar, convivir, compartir y amar… Estamos aterrizando en la realidad de comprender que no tenemos el control total de nuestras vidas y menos de la naturaleza. Cada uno decide cómo vivir este tiempo, si todos están bien, yo estoy bien, así es como mejor funcionamos en sociedad, cuando yo me ocupo de ti y tú te ocupas de mí, es tan hermoso apoyar a tu hermano y ver cómo su carga se hace más ligera, su camino menos duro y sentir esa alegría que causa el dar y recibir amor, a través de nosotros está el verdadero cambio social. En cada situación que te encuentres da lo mejor de ti, esforcémonos al máximo por tener un mejor ambiente social, honremos nuestra palabra, disfrutemos, confiemos y vivamos al máximo, al final todos tenemos algo bueno que aportar. Hay que dar lo mejor de nosotros mismos, ya que nuestras acciones son para el ser que más amamos. Vivamos en amor, disfrutando cada momento, cada detalle, cada aprendizaje, todas las circunstancias tienen algo positivo que entregarnos, solo es cuestión de estar dispuestos a seguir aprendiendo. Cada uno vive este tiempo como lo decide en su día a día. Yo decido disfrutar de mi tiempo, buscando proyectos que me llenen y mantengan activo. Apoyando y seguir siendo útil en mi entorno, como decimos coloquialmente “poniendo mi granito de arena” y haciendo cada

79

vez más grande esa montaña de personas que estamos dispuestas a trabajar entregando el corazón, dándolo todo en la cancha por mi familia, mi hijo que al terminar esto que estoy escribiendo, no habrá cumplido aún su primer mes de haber nacido y a su corta edad me da mil y un motivos para ser agradecido con la vida, con Dios. El solo verlo me llena de vida, de amor, ver su fragilidad me da fuerza para seguir adelante y derribar esos muros mentales que nos impiden vivir libremente, si todos estamos bien, él estará bien. Mi deseo es ver una sociedad apoyando al necesitado de amor y de compañía. Recuperemos la confianza entre nosotros y salgamos adelante juntos como amigos, como hermanos, como una sola familia. Agradezco tu tiempo y termino con una frase que tomé prestada; “le hemos pedido a Dios que nos lleve donde hay necesidad y nos terminó metiendo en nuestras propias casas”.

80

Carmen Anzaldo Cuando sea el último día

Cuando sea el último día en que te asomes por la ventana, con esa mirada tranquila y profunda observando el mundo, donde las prisas de siempre no te vuelvan a envolver. Seguro cuando pase ese día inclinarás tu cabeza y el oxígeno que inhales lo podrás agradecer, una lágrima sobre la mejilla no la vas a contener y observarás este mundo como si fuera tu primera vez. Mi nombre es Carmen Anzaldo Rangel, soy de Tepic Nayarit, México y radico en Tijuana, Baja California. Soy Terapeuta Gestalt, Tanatóloga, cuidadora con enfoque paliativo, coach & Life Teacher (filosofía Louisa L Hay) Millones de segundos, miles de minutos, suficientes horas, escasas 4 semanas, tan solo un mes donde empezamos a vivir diferentes historias con un título general COVID-19. Estando conscientes de que es una experiencia que nos llevaría a la reflexión y aprendizaje y nuestro trabajo y compromiso empieza desde el minuto cero, las necesidades empiezan a aumentar en muchos ámbitos en nuestro alrededor. Las familias vulnerables al ir perdiendo sus trabajos o viéndose obligados a descansar de sus trabajos se empiezan a hacer presentes, piden apoyo y aquí estamos, seguros de

81

que podemos hacerlo. Los días trascurren y las llamadas se vuelven súplicas que nos estremecen al escuchar la necesidad de aquellos que, sin conocerte, están a tu servicio vestidos de blanco , cansados y sin dormir, ausentándose de sus familias para protegerlos, no solo ellos si no a ti también, con su noble profesión. Todo lo empiezo a observar a través de los mensajes y noticias, por estar informada de lo que sucede en mi país y ciudad, escucho latir mi corazón tranquilo, pero preparado. Aquí está más cerca que ayer, una amiga diagnosticada con Covid-19 asegura que había tenido todas las precauciones, solo 3 salidas al mercado en un mes, cómo pudo llegar, se preguntó, si desinfectaba todo lo que entraba a su hogar, pero llegó y me sentí vulnerable ante tal situación. Cómo decirle échale ganas, si las ganas y la responsabilidad las echó desde antes, Oramos por ti amiga, aquí estoy para acompañarte a distancia, fueron mis palabras. Llamadas empezaron a llegar, diagnósticos más cercanos, probabilidades muchas más, a amigas más cercanas, hasta culminar con la familia. Ahí es cuando toca la parte más sensible de tu ser, saber y no poder acompañar, con la zozobra de esperar resultados. Fácil no es, claro que no, escuchar detrás de la bocina mi hijo, es doctor y lo extraño, no lo he visto en un mes y aquí mi nieto lo extraña. Una video llamada para que se sientan a través de la pantalla, te imaginas en unos años a tu nieto hablando con su héroe de esta experiencia. Oración son nuevamente mis palabras, consuelos de lejos, acompañamientos de amor, muchas historias que faltan por escuchar y muchas por vivir, Estamos en una línea delgada a fase 3, seguros que pronto empezaremos a descender. La prisa por ir despacio nos lleva a sentirnos desesperados, pero nuestra fe nos tranquiliza, seguros que esto también pasará. La experiencia es necesaria para hacer una reflexión para entender qué nos dice el universo, que observemos nuestro mundo que se siente fracturado, que también siente que se ahogó, que extrañaba el azul del mar y a los animales encontrar en esa libertad. Yo sé que este año en la historia quedará, muchos recuerdos tristes y esperando que muchos más de felicidad, donde el encuentro de la libertad se dé desde antes que se levante la cuarentena, que el mensaje de reflexión para cada uno es diferente. Para muchos trabajar

82

desde el hogar, otros aprender lo que jamás habían hecho, algunos ordenar roperos o hacer limpiezas a fondo, unos más escribir, cantar, bailar, ejercitar el cuerpo, pintar, bordar, cocinar… Para otros simplemente descansar y disfrutar de su hogar. De lo que si estoy segura es de que hay algo que nos identifica a nivel mundial y que ha sido más fuerte que la enfermedad: Que cada uno de nosotros, desde cada diferente historia que vivimos lo que hacemos es ORAR, pedir al universo y a DIOS, como principal. El plasmar mis vivencias ha sido una oportunidad que me regresa al hogar para siempre estar lista y seguir de pie con responsabilidad.

83

Iris Pozo Escribiendo nuestra historia y nuestro destino Mi nombre es Iris Pozo Molina, nacida y radicada en Irapuato, Guanajuato. Hija de una familia de 6 integrantes, esposa y administradora financiera. Me encanta impartir talleres de desarrollo humano y soy coach integral especializada en emprendedores. Año 2020, año en el cual se esperaban cambios y cumplir sueños, Muchos incluso anhelaban que fuera su año de la suerte. A inicios de año todo parecía seguir con normalidad, el buen ánimo se mantenía en la sociedad, algunos iniciando con nuevos proyectos, emprendiendo ideas y sueños, algunos más ingresando a nuevos conocimientos. Cuando de pronto se empezó a escuchar de un nuevo virus. A partir de ese momento no pararon las burlas y las críticas hacia el país donde se originó, todo parecía muy divertido y creíamos que nunca llegaría a nosotros, de pronto se empezó a regar a otro continente la contingencia aumentó y aumentó, hasta que sucedió lo inevitable, se declaró una pandemia.

84

Un día cerraron fronteras; amigos, conocidos y familiares atrapados en otros países sin poder volver a México, hasta entonces el tema se volvió más serio y se empezó a escuchar sobre la sana distancia y de evitar aglomeraciones. Platicando con varios dueños de negocios y emprendedores, les hacía un cuestionamiento: ¿Qué harás ante la situación actual que se vive en el mundo y en México? La mayoría respondió que iban a seguir sus actividades normales sin hacer ningún cambio, que ese no era su problema. Transcurrieron unas semanas y empezaron a cerrar negocios, preocupados y espantados. Algunos empezaron a salir de su zona de confort e innovaron con nuevas formas de promocionar o vender su servicio y/ producto, mientras que otros quedaron paralizados ante la situación, no abrieron posibilidades y simplemente se resignaron. En estos días de cuarentena, lo cuales nunca me imaginé vivir, que pensé que solo pasa en las películas o eso pasaba antes, no ahora, estaba con incertidumbre de cómo manejaría las cosas y maravillada me doy cuenta de que mi positivismo y optimismo contagió a otras personas a tomar la misma actitud, estoy descubriendo y valorando la compañía de mi familia que siempre está ahí, pero pocas veces me permito o nos permitimos convivir más tiempo con ellos, conocer sus planes y sueños. La aceptación a la era digital y no solo aceptarla, hacerme partícipe de cursos, contenidos y conversaciones online, descubrí que no era tan difícil, complicado y la pena se fue esfumando poco a poco, incluso creo que lo disfruté y lo seguiré realizando. El ejercicio en casa sí se puede hacer con disciplina y entrega, descubrí que me gusta escribir y crear proyectos innovadores. Este alto que la naturaleza nos impuso me dejó ver o aclaró mis ideas de hacia dónde voy, cuál es el camino que elijo para cumplir mis metas y sueños, la empatía con los demás seres humanos y la aceptación de que todos pensamos distinto y queremos cosas distintas, cada uno busca su propio camino y su propia felicidad a su manera.

85

Darme cuenta de la importancia de la inteligencia emocional, de todos los hábitos que día con día se tienen, los libros que se leen y de todo lo que has formado de tu vida, que te da la posibilidad de continuar y de no rendirte, siempre buscando las oportunidades que la vida nos muestra a pesar de lo difícil de las pruebas. Sé que vendrá un mundo mejor, un mundo más consciente de la importancia de ser felices en un mundo tan frágil, que de un día a otro pueden cambiar totalmente las circunstancias. Emprenderé acciones que mantengan mi felicidad, la de mi familia y todas las personas que pueda impactar para que ellas mismas descubran y lleguen a su propio bienestar y felicidad. Confío en que la humanidad empezará a cuidar el mundo en donde habitamos todos nosotros. Deseo que a pesar de que los tiempos vengan difíciles, tengamos el valor, la voluntad y el compromiso de buscar soluciones para nosotros y los demás, para que todos avancemos rumbo a un camino que nos lleve al éxito propio. Los tiempos difíciles no perduran por siempre, pero la manera en que decidimos y elegimos vivir cada situación, las acciones que hacemos, los pensamientos que tenemos, esos sí perduran y van escribiendo nuestra historia y nuestro destino.

86

Iliana Juárez Lo mejor de lo que encontré

Mi nombre es Iliana Juárez Valdovinos, soy del pueblo mágico Pátzcuaro, Michoacán, licenciada en administración, con una especialidad en pedagogía, dedicada a la docencia desde hace 14 años, certificada como consultora en felicidad. Mi mayor bendición es mi hija, siempre he considerado que todas mis decisiones y circunstancias me llevaron al punto exacto en que ella llegó a mi vida para llenarla de alegría. Mi hija ha sido mi centro estas semanas. Ella es la mejor persona para estar durante esta experiencia, porque llena mi casa de tranquilidad y amor. Al momento de escribir estas líneas llevo 4 semanas completas saliendo únicamente a comprar lo indispensable una vez a la semana. Jamás imaginé lo difícil que sería para mí, he perdido la noción del tiempo, no sé día ni hora, ha sido un marzo muy largo en mi mente, ¿acaso inició abril? Por inercia sigo una serie de actividades, tips que me dieron por salud mental y emocional, varias cosas han ido cambiando en este proceso, varias etapas por llamarlo de alguna manera, en esta cuarta semana estoy segura de algo: cuando esto termine, nada será igual.

87

Nada será igual, porque a partir de la tercer semana de encierro decidí que no tenía por qué ser tan difícil, que en mí estaba la decisión de cómo me iba a afectar esta cuarentena, decidí que cada día sería mi día de permiso, sí, permiso, me decidí a darme permiso de todas esas cosas que no me permito normalmente, son tantas cosas que hay que tener bajo control que si uno suelta tantito las riendas todo se descontrola, o así lo creía, pero esta no es una situación que pueda tener bajo control, así que decidí que cada día me daría permiso, el que considerara necesario. ¿Cómo llegué a esta decisión? Tomé un pequeño taller vía WhatsApp, donde una amiga nos compartió durante una semana técnicas para encontrar nuestro centro en esta pandemia, cada día había una nueva actividad, algunas meditaciones, algunas actividades físicas, otras recreativas, y llegó mi actividad favorita, mi amiga nos dijo “hoy te vas a dar un regalo, el que tú quieras, solo para ti” cada persona del grupo eligió su regalo, yo elegí tomarme una hora y media para pintarme las uñas y ver una película mientras se secaban, y vi, que no se acabó el mundo, no se cayó la casa, mi hija estaba bien, nada se afectó de forma negativa mientras yo me regalé una hora y media, eso me cambió por completo, encontré por fin el pensamiento que me ayudaría... “date permiso”. He tenido ya dos semanas de permisos constantes. Un día me di permiso de no estar pendiente del celular, un día completo sin él, y fue una desintoxicación tan saludable, que desde ese día lo uso menos, me di permiso de llorar de sentimiento por la fractura que sufrió mi gatita, me di muchos permisos de bailar en la sala todo tipo de música, de no hacer otra cosa en un día más que ver series con mi hija y luego comentarlas, me di permiso de arreglarme diario como si fuera a salir, usando colores vistosos que nunca uso, pero también me he permitido pasar un día en pantuflas, leyendo un libro, saboreándolo. Me di permiso de escribir sin pensar en qué tan buena soy haciéndolo y sin ser tan dura conmigo misma, sin cuestionarme constantemente, incluso me di permiso de exponerme frente a cientos de personas al dar una charla en Facebook que precisamente titulé “date permiso”

88

Fueron tantos permisos que ahora los días parecían cortos, más alegres, más llenos de vida y se empezaron a llenar de más cosas, de sueños, de planes, de lecturas, de poemas, de risas, reuniones virtuales, y lo más trascendente: mis días se llenaron de conversaciones poderosas conmigo misma. Yo, después del aislamiento, abrazaré mucho, me permitiré recibir el afecto de las personas, me permitiré equivocarme, bajaré los estándares que me pongo a mí misma y la dureza con que los mido, aprenderé cosas nuevas, seguiré apoyando a los jóvenes con mis charlas y trabajando por la educación. En casa encontré que amo vivir, amo reír, amo salir, yo después del aislamiento llevaré conmigo lo mejor de lo que encontré en la cuarentena: a mí misma, feliz.

89

Astrid Moctezuma COVID -E-, el virus del Emprendimiento Mi nombre es Astrid Moctezuma, nacida en la CDMX, radicada en Tijuana con 30 años, actualmente conferencista, consultora de negocios y locutora del programa de TV en vivo “1000 ideas de emprendimiento” Hoy quiero compartirte la experiencia que yo he tenido en este tiempo de cuarentena como emprendedora, me he encontrado con grandes dilemas y varios retos, como todos, y por ello quiero mostrarte cómo es que yo pude ver el lado positivo de esto llamándolo, el virus del emprendimiento. Definitivamente debemos reconocer que esta enfermedad del Coronavirus ha sido una de las más difundidas y escandalosas en todo el mundo. Actualmente sabemos que este virus avanza a pasos gigantescos enfermando a gente de todas las naciones, razas, edades, religiones y que para muchos negocios es una total amenaza inminente. Vi un documental donde mencionaban que la palabra crisis en lenguaje chino se compone por 2 caracteres. El primero es “wéi” que significa peligro y el segundo es “ji” que significa oportunidad. Creo firmemente en que en cada peligro o crisis, siempre existirá una oportunidad.

90

Mi objetivo con este escrito es hacerte ver las oportunidades que nos brinda esta pandemia, mostrarte los beneficios y las cosas positivas que nos ha llevado a redescubrir esta situación, algunos dirán cómo puede haber algo bueno en algo tan malo. Te explico, a lo largo de mi vida he entendido que siempre habrá altas y bajas como en todo negocio o relación y lo más importante de ello es saber entender la enseñanza que nos dejan esas experiencias, viendo las cosas buenas que resultan de aquella situación. Te comparto cómo yo pude encontrar el lado positivo de esta cuarentena, yo veía que la crisis aumentaba, los múltiples cambios que ocasionaba esta situación en mi entorno eran cada día más fuertes, yo tenía varios cursos presenciales programados y todos ellos los tuve que cancelar a causa de ello, después llegó la cuarentena y qué te puedo decir, también tuve mi momento de pánico, me sentí devastada por un momento, no sabía qué hacer, me puse a pensar de dónde voy a generar ingresos, cómo voy a pagar mis cuentas, y bueno, me di cuenta que en esa posición yo no estaba creando nada, solo estaba entrando en más desesperación y frustración, definitivamente el miedo me estaba haciendo presa de él, hasta el punto de quedar paralizada ante la crisis, quedando completamente ciega ante las oportunidades. Al darme cuenta de ello, elegí cambiar mi forma de ver la situación, empecé a ver el lado positivo de las cosas y comencé a reinventarme, me puse a pensar cómo yo podía apoyar a los emprendedores en este cuarentena y un día en mi laptop me encontraba buscando algunas ideas de negocio y fue cuando se me ocurrió la gran idea de lanzar una iniciativa de un programa de aprendizaje online para emprendedores, y así sin pensarlo publiqué un mensaje en mi Facebook invitando a maestros ,coaches, expertos en emprendimiento que si se querían sumar a esta iniciativa de dar clases online, y wow, quedé impactada con el resultado, más de 50 personas interesadas en unirse al programa como maestros y como alumnos. Hoy te puedo decir que el programa es todo un éxito, tenemos más de 2000 alumnos, 42 maestros expertos en temas de emprendimiento y cada día ofrecemos clases vía online para toda la gente que está en cuarentena. Te das cuenta de lo poderoso que fue el haber tomado esa decisión, te puedo decir que, si no hubiera pasado esto de la cuarentena, quizá nunca se me hubiera ocurrido esa idea, yo jamás

91

había dado una clase online y hoy en día gracias a que pude ver esta oportunidad en este momento de crisis hoy soy toda una experta impartiendo clases virtuales. Todas las cosas pasan por algo y siempre existirán 2 lados, el bueno y el malo, como esta situación de pandemia, habrá cosas positivas como negativas, ya es decisión de cada uno ver el lado que uno quiere, si tú te esmeras a ver el lado amargo de todo lo que te ocurre y vives quejándote todo el tiempo de las cosas malas que te pasan, qué crees que va a pasar… te seguirán ocurriendo cosas catastróficas. Hoy te invito a que dejes de ver el lado oscuro de la vida, que no te dejes hundir por el miedo o la desesperación, que abraces todas las oportunidades que llegan a ti, que le des vuelta a la hoja, sonríe, agradece, perdona, aprende y analiza por qué viviste esa experiencia. Inténtalo, mira el lado positivo de todo lo que ocurre a tu alrededor y comienza a disfrutar el virus de emprendimiento. Yo soy Astrid Moctezuma y te deseo todo el éxito del mundo. #PorqueSituloCreesloCreas

92

Huitzilíhuitl Cíntora Una pausa necesaria

Y de pronto todo se detuvo. El tráfico comenzó a disminuir. Despedí a mis alumnos el tercer martes de marzo, sin imaginar que al siguiente día no iban a regresar y que sus gritos ya no iba escuchar. Soy Huitzilíhuitl Cíntora, nací en Mexicali, pero ya tengo 11 años radicando en la ciudad de Tijuana. Docente y directivo en escuelas de educación primaria, formador de docentes, socio de Rotary, emprendedor y amante de los animales. Hace casi un mes, se agudizaba la situación de la pandemia a nivel mundial, me encontraba trabajando como todos los días de lunes a viernes, recibiendo a mis alumnos de tercero de primaria. Conforme pasaban los días, una pandemia era el tema central de conversación por parte de los niños. En el turno vespertino donde realizo la función de director, platicábamos entre los docentes sobre lo visto en las noticias, sobre propuestas para evitar la propagación y compartíamos a su vez, lamentablemente noticias cada vez más trágicas: aumento de casos confirmados en Italia, España y el mundo, así como el incremento de fallecimientos por este letal virus; en los últimos días antes del paro total de actividades, les compartía a los maestros sobre las medidas tan drásticas que ya se tomaban en Italia, por esta problemática ya que mi amiga Giorgia es originaria de una pequeña ciudad llamada Padua al norte de este país y una noche antes me ha-

93

bía mandado un audio en el que me contaba cómo cientos de personas morían diariamente y cómo vivía en el confinamiento, militares rondando las calles, multando a la gente que no obedecía las reglas. Ante esta situación estresante y nueva que estábamos viviendo, le sumé la carga emocional, el excesivo trabajo en los últimos años en mis dos plazas como docente, el constante esfuerzo para hacer crecer el negocio, el poder cerrar el año al frente de la coordinación de un grupo de jóvenes emprendedores, entre otras actividades que yo creía estaba disfrutando, pero que más adelante el aislamiento me permitiría ver más allá de lo que mis ojos veían y mi mente creía. Los días transcurrían, las noticias trágicas no paraban, más infecciones en nuevos lugares y más fallecimientos acompañados de pánico y temor colectivo. Siempre me he caracterizado por estar en movimiento, buscando nuevos proyectos, exigiéndome más, reclamándome más productividad en las acciones cotidianas, sin embargo, mi mente y mi cuerpo iniciaron a pasarme la factura, a cobrarme los desvelos, las malpasadas, el poco tiempo de descanso y el exceso de trabajo acompañado de la crisis que vivimos a nivel mundial. Justo cuando estaba a punto de tramitar una licencia sin goce de sueldo y darme tiempo para descansar y meditar, me llegó este aislamiento, una pausa necesaria, y aunque obligatoria me permitió poder ver más allá y volver a encontrarme con lo que me hace realmente feliz y que hoy planteo a través de este pequeño decálogo de reflexión: 1.-El tiempo es oro, pero hay que saberlo distribuir en todas las esferas de nuestra vida. 2.-Date un tiempo para detenerte y sentarte a pensar si estás haciendo todo lo que te hace feliz. 3.-No seas tan rígido, reencuéntrate con tu niño interior y recuerda todo lo que amas: pintar, cantar, dibujar. 4.-El tiempo bien invertido puede estimular la creatividad para reinventarte, tomar las mejores decisiones o inclusive para desarrollar un buen negocio. 5.-Observa en qué lugar estás parado ¿estás donde quieres estar? ¿estás en camino a donde quieres llegar?

94

6.-La salud es primero, si te enfermas o falleces debido a estrés laboral, seguramente te sustituirán, recuerda: vida solo hay una. 7.-Vive y deja vivir; no pierdas el tiempo irrumpiendo en la vida de los demás. 8.-Siempre hay que aceptar un buen consejo de los seres queridos. 9.-Es importante escuchar a tu mente, pero aún más a tu corazón. 10.-No hay triunfo, sin sacrificio, pero que ese sacrificio incluya pausas, alegría y meditación. Esperando con el corazón que los enfermos por esta pandemia sanen, que los que perdieron a alguien encuentren consuelo, que nuestra sociedad se reponga, que todo vuelva a la normalidad, cuando a esta pausa necesaria, volvamos a darle play, y la alarma me despierte de nuevo, acepto el compromiso de vivir de una nueva manera, confiar más, amar más, disfrutar cada minuto de la vida y observarla desde un nuevo cristal, que me permita tener una perspectiva más integral de lo que soy y lo que quiero ser.

95

Abril Fitch Haciendo visible lo invisible

¡Hola! Mi Nombre es Abril Fitch Ciapara, originaria de Guaymas, Sonora, actualmente radicando en la bella Cuidad de Mexicali, B.C. Soy Diseñadora de Modas, Cosmetóloga, Artista Phibrows e Instructora. Y no menos importante, bendecida al ser Madre. Debo empezar a contarles un poco antes de que surgiera esta cuarentena. Tengo la gran dicha y responsabilidad desde hace dos años ser Emprendedora y contar con mi propio negocio (un mundo nuevo para mí), cuando tomé esta decisión me encontraba en mi mejor etapa profesional, trabajaba en una empresa internacional, ganaba un extraordinario sueldo, donde si lo veo fríamente, solo necesitaba cumplir con mis responsabilidades y esperar el día 15 y 30 de cada mes. No fue una decisión fácil, sin embargo, decidí inclinarme por lo que realmente me apasiona y empezar de cero. Al inicio estaba consciente de que no tendría tantas clientas hasta darme a conocer más, mis precios accesibles justo por la misma razón y algunas otras circunstancias que se podrían presentar en lo que despuntaba. Cabe mencionar que en mi FODA no contemplé una pandemia y ¡oh Sorpresa! ¡De un día para otro, literal quedarme sin trabajo! Al principio lo tomé a la ligera, pensé que sería cuestión de días y lo podría contemplar como “vacaciones”, sin embargo, al cabo de 3 semanas consecutivas sin generar ingresos y con gastos corriendo, caí

96

en cuenta de que todo recaía en mí, no había un ingreso seguro, no había una empresa detrás de mí, no había prestaciones y comencé a sentir temor, en cuestión de segundos mi mente ya había imaginado la bancarrota y dramáticamente algunas cosas más. Gracias a Dios, esto no llevó más de media hora (suena poco, pero imagínate ya estaba en bancarrota en tan solo segundos), ¿Cómo desvaneció? ¡Justo cuando mi mejor amigo (a quien aprovecho y le agradezco enormemente su cariño y apoyo incondicional) me recordó quién soy y de qué estoy hecha!... un clavado hacia mis talentos desató ideas que al cabo de tan solo 12hrs ya estaba dando frutos, entre ellos la ganancia monetaria, sin embargo, gané algo mucho más importante que no vi venir: me llené de energía, de actitud positiva y sobre todo sentí por primera vez de manera consciente que tenía el control de mi vida y seguía justo y literal en mis manos. ¡Hoy a una semana de esto que te comparto, me abrió un mundo de posibilidades tantas como mi imaginación y vibración quieran! Debo añadir que como siempre, el amor y apoyo de mi familia, mi hijo y de quienes me aman, ¡sin duda me dieron la fortaleza para brillar aún más! Este cambio de planes (diferentes a mi agenda) te puedo decir que es lo mejor que me pudo haber pasado, hoy lo veo y lo agradezco; pedí un 2020 lleno de magia y luz y así fue como me respondió HACIÉNDOME VISIBLE LO INVISIBLE, permitiéndome redescubrir mi luz en la oscuridad, brindándome el tiempo para disfrutarme, conocerme, valorarme sin excusas ni pretextos, no darle cabida a los miedos y saber que cada que se presente uno, podré con él. Justo ayer alargaron un mes más la “cuarentena” y se ve venir que pudiera ser más, hoy sé que cuando una puerta se cierra se abrirá otra. ¿Qué viene para mí? Permitirme SER, atreverme a más, desarrollar mi potencial al máximo y seguir aprendiendo a utilizar mis miedos como un catalizador, seguir viendo las bendiciones en el ¨caos¨. Viene mi cumpleaños 36, que será único y diferente en todos los sentidos y también quiero compartirte estas increíbles manifestaciones: yo nací un 28 de abril de 1984 que al sumar las cifras: 2+8+4+1+9+8+4=36, increíble, ¿no es así? Sin duda este 2020 nos hará evolucionar y en lo personal es lo que me deja.

97

Espero de corazón que toda esta experiencia también te permita hacer visible lo invisible, que expandas tu mente, tu corazón, tu amor y vibres tan alto, que solo te haga ver el grandioso ser humano que eres y te de rienda suelta a tus dones y talentos, ¡demuéstrate a ti mismo todo lo que eres capaz de hacer! ¡Y de paso, recuérdaselo también a alguien más, te aseguro que puedes cambiar su perspectiva y desatemos todos puras olas de bendiciones! En estos tiempos de “Oscuridad” ¡BRILLA POR QUIEN TÚ ERES! ¡Prohibido rendirse! ¡Respira profundo y sigue adelante!... ¡Bendiciones! ¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS!

98

Zaira Gortázar La Gratitud al Volante, #ConVIDA20 Mi nombre es Zaira Gortázar. Crecí en Mexicali, nací en su Valle y actualmente vivo en Playas de Rosarito, BC. Mamá de 3 chiquillos, Manuel (14), Andrea (10) y Paula (8), Contador de profesión, distribuidor de equipo dental por el destino, con talento para el diseño recién descubierto, soy bailarina, nueva runner y una eterna enamorada del aprendizaje. Era la tercera semana desde el inicio del aislamiento y mi hija Andrea ve una foto de su papá con un equipo de protección como el que usan los astronautas, y me pregunta ¿Por qué mi papá trae puesto ese traje?, a lo que respondo, porque debe protegerse, está atendiendo pacientes infectados con el virus, sus ojitos se llenaron de lágrimas y con voz de angustia y desesperación me dice: ¿Pero que acaso no saben que Él tiene hijos? Un nudo se hizo en mi garganta, tomé a mi hija entre mis brazos y solo pude decirle, sí hija, lo saben…, y hay miles de médicos y enfermeras en todo el mundo que son papás y que no han podido abrazar a sus hijos, o que inclusive no los han podido ver como les ha pasado a ustedes. Llevaba muchas noches ya de consolar el llanto nocturno de mi hija, por no poder ver y abrazar a su padre, y yo solo podía decirle, “cada vez que pienses en él, envíale luz de protección, pídele a su Ángel de la guarda que lo cuide”.

99

Suelo ser una mujer que busca ver el lado positivo de la vida, y que siempre pregunta ¿cuál es la bendición que quizás no esté reconociendo? El hashtag que inundó las redes sociales fue #quedateencasa, y quizás los primeros días fueron relativamente fáciles para la gran mayoría, para mí lo fueron,porque pude despertar sin prisas, desayunar tranquilamente con mis hijos, ordenar cada espacio de mi casa, disfrutar de una película, terminar ese libro que tenía comenzado en la mesa de noche, hacer ejercicio, completar algunos proyectos pendientes, realmente la estábamos pasando bien, considerando que soy de los bendecidos con una alacena repleta, así que mi mayor preocupación era saber que mi mamá se había quedado sola en otra ciudad, pero gracias a las videollamadas que te regalan la sensación de estar cerca en la distancia, pude apreciar nuevamente la fortaleza de mi madre. Sin embargo, conforme pasaban los días, ese remanso de paz que experimentaba al hacer ese viaje a mi interior, se convertía en un camino de pendientes y curvas, las noticias no eran favorables y mostraban cómo los casos de infección comenzaban a brotar como palomitas en microondas, nuestros médicos alzaban su voz en un grito desesperado pidiendo ayuda, y nuevas emociones empezaron a surgir, miedo al contagio, a morir, angustia de no saber qué sucede y hasta cuando estaremos así, coraje de ver a gente irresponsable en la calle que no soportan estar consigo mismos y tienen que salir, indignación ante personas agrediendo a nuestros médicos, era una embriaguez de sensaciones que de repente me hacían salirme del camino hasta que volvía a escuchar una voz del copiloto que me gritaba: “Zaira, endereza el volante ¡sé agradecida!” Ante ese vaivén de emociones, pregunté a Dios, ¿Qué puedo hacer yo desde donde estoy para cambiar esta realidad? Y la respuesta fue, “eleva tu vibración”, contagia a otros de tu buen ánimo, invítalos a activarse con algo que los haga felices, participa en grupos de apoyo a nuestros médicos, comparte información en positivo, reconoce y agradece a quien tienes en tu vida y todo lo que eres, suelta el control de algo que está fuera de tu alcance y ríndete al presente, respira y mantén la calma, enciende esa luz en tu interior que será tu guía e iluminará este sendero desconocido.

100

La Madre Naturaleza, Dios o El Universo, como tú lo reconozcas, nos puso un “estatequieto” porque vivíamos tan de prisa, sin sentir, sin estar presente, sin ser compasivos o solidarios, inclusive sin amarnos y perdiéndonos de lo que realmente importa. Ahora todos nos vimos forzados a parar, a observar nuestro entorno, a reconocer nuestras bendiciones, a observar cómo el amor está vibrando en el corazón de tantos, cómo crece la gratitud por todos aquellos que siguen ayudando y arriesgando su vida, cómo la creatividad se hace presente para adaptarnos a esta nueva realidad, cómo la frase TODOS SOMOS UNO, toma más sentido. Te cuido cuando me cuido. Y así, un nuevo hashtag fue dado como antídoto, #ConVIDA20.

101

Ana Cecilia Flores ¡Gracias, Gracias, Gracias!

Hola a todos mis queridos lectores, mi nombre es Ana Cecilia Flores, tengo 33 años, estudié la carrera de Ingeniería Industrial. Hoy trabajo en la empresa Carrier en el área de compras. Ya tenemos como 3 semanas trabajando desde casa, lo que nunca imaginé, haciendo todo virtual. Me ha ido bien, hago las cosas normales como si estuviera en la oficina, me levanto, me cambio de oficina y me voy al comedor de la casa, donde tengo mis dos computadoras, una para trabajar y la otra para escuchar música de fondo. En estos momentos escucho a Luis Miguel mientras escribo, Me acababa de mudar a Navojoa cuando empezó la cuarentena, sabrán que Navojoa, Sonora, es un pueblo chico donde solamente tenemos 1 cine y no hay más que hacer que dar la vuelta por la calle principal que se llama Obregón. A las semanas de cambiarme de Ciudad de Tijuana a Navojoa por trabajo, todo mundo empieza a hablar de la cuarentena, donde mencionan el no salir de casa, no ir a trabajar, etc. Yo no lo creía hasta que me paso a mí. Tengo viviendo en Tijuana desde el 2014. Me mudé a Navojoa porque me ofrecieron un buen trabajo y decidí mudarme por un año solamente. Ya que he decidido que Tijuana es la ciudad donde quiero vivir para siempre.

102

Hoy más que nunca, cuando acabe todo esto, no volveré a una vida normal, volveré a una vida maximizada más que nunca, la cuarentena me ha puesto a valorar a la familia que tengo, a estar con ellos, comer, a sentarnos con mis abuelos en la banqueta y solo estar, a comer naranjas platicando y riéndonos de todo lo que se nos ocurriera. Cuando todo esto acabe, le voy a poner todos los kilos al gimnasio, así como antes lo hacía, así como cuando estaba en la prepa, hacía dos horas de ejercicio, porque quiero un cuerpo saludable, una mente sana, quiero amar mi cuerpo, sentirme bien con él, quiero vestirme de una manera diferente, usar uno que otro moñito o corbata, vestirme como me plazca sin vergüenza alguna. A pesar de lo que diga mi familia. Que son un poco cerrados al respecto. Cuando todo esto acabe, quiero ser alguien diferente, quiero amar más y quejarme menos, dar más abrazos y hacer más llamadas a las personas que son mis amigos y amigas, solo para saludar y ver cómo la están pasando. Esta cuarentena, nos ha parado a todos, siento estar viviendo mi proceso de Transformación. Para los que no saben, tomé un proceso de transformación con Conciencia Plena, donde te enseñan a vivir, a amar y a parar con todo, a mirar, elegir y accionar. El mundo nos ha parado literalmente, la naturaleza está actuando, se están limpiando las playas, los animados empezaron a salir a disfrutar de su mundo. Esta cuarentena me invita a hacer lo mismo con mi familia, a pensar más a futuro, qué es lo que quiero, dónde quiero estar, con quiénes quiero estar y convivir, hasta cuánto quiero pesar. Me siento sumamente agradecida con la persona que me invitó y creo este espacio, Rodolfo Michel, una persona con una energía muy bonita y una excelente actitud, muy chistoso, por cierto. Gracias por hacerme parte de este proyecto. Cuando todo esto acabe, quiero regresar a ser staff en Conciencia Plena, donde todo es amor, en donde todo es alegría, diversión y pasión.

103

Gracias, Gracias, Gracias, a todos mis amigos que ahora los veo como hermanos de luz, gracias a Dios que me permitió experimentar este proceso y que después de haber tomado el mío, C16, mi vida ya no ha sido la misma. Mi vida ha sido mejorada, veo la vida diferente, veo y creo que a las adversidades podemos verlas como una oportunidad para cambiar y crecer. Ya quiero que todo esto acabe, por lo pronto, sigo poniendo mi granito de arena en casa, desde adentro, hacia afuera. ¡Gracias, Gracias, Gracias!

104

Roxanna De La Rosa La vida es maravillosa

Mi nombre es Roxanna De La Rosa, nací en Tijuana el 14 de marzo de 1972. Estoy felizmente casada y tengo 4 hijos. Trabajo en una ferretería en National City, California, administro el departamento de pintura y mi especialidad es igualar colores. Recuerdo muy bien el día que cumplí años en este 2020, empezábamos a hablar de la situación que estaba pasando en China, y que venía atravesando fronteras, que parecía estar pegando duro en Italia y en España; se hablaba de que no habría más clases físicas, ¿cómo y qué pasará con los niños?, etc. Yo realmente pensé que adelantarían las vacaciones unas semanas, estarían en casa y todo esto pasaría. ¡Para mi sorpresa llega esto a los Estados Unidos y empieza del lado Este, mi hija mayor vive en Boston! Y me llega la noticia que está en cuarentena (ahorita ella ya tiene más de 1 mes encerrada, ya sin trabajo en lockdown total) y solo se puede salir a comprar comida de lo contrario los arrestan. En medio de esta situación pasan tantas cosas por mi mente, pero mi esposo y yo seguimos trabajando (les cuento que ahora somos empleados esenciales y la ferretería es negocio de primera necesidad).

105

Van pasando los días, tomamos en casa todas las medidas necesarias para entrar y salir y mantener a todos sanos, porque nos esperan nuestros hijos y mi mamá que está en tratamiento de quimioterapia. En plena cuarentena pasa algo que jamás me hubiera imaginado, entran a robar a la casa de mi mamá, estando ella, su esposo y mi hermano, quien sorprendió al ladrón. En resumen, él forcejeó con esta persona para sacarlo y que no les hiciera daño a sus padres ya mayores y recibió 3 heridas de bala, ¡yo recibo esa llamada, y el último lugar a donde yo quiero ir es a un hospital con todo esto que está sucediendo! Bueno, ahí vamos en la ambulancia mi hermano y yo rumbo al Hospital General de Tijuana, con toda la fe en Dios, que saldría de esto. Puedo decir que lo que yo he descubierto y que es maravilloso en estos tiempos de incertidumbre, es el amor. En unas cuantas horas empecé a recibir llamadas ¿qué puedo hacer?, ¿qué necesitas?, ¡estamos en cuarentena, pero lo que ocupen!, familia y amigos. Tengo la esperanza de que todo estará bien, sé que la situación en los hospitales se ha puesto desesperante en estos últimos días por la falta de material de protección, y que no estamos preparados para situaciones como estas, como le hemos llamado en casa, en este fin del mundo. La verdad, en mi caso me siento tan agradecida, afortunada, amada, en comunicación con los que amo, amor incondicional, realmente viviendo como si fuera mi último día. Porque voy a ser muy sincera, sí hay días que llega la preocupación, ¿que si desinfecté todo?, ¿me lavé bien las manos? ¡Ahorita tengo un poco de tos, ya no quiero salir! ¡Veo que la gente anda en la calle y aún escucho o leo de otros que se quejan, yo me quiero quedar en casa! Y vivir, disfrutar cada día. Dar gracias, gracias, gracias, por cada instante de vida, porque puedo respirar y que tengo la consciencia y el privilegio de poder hacerlo. En estos tiempos de cuarentena, me propuse hablar por teléfono, escuchar las voces de quienes son importantes para mí, una persona diaria, esa es mi meta, hay días que son 2 o 3, hay otros que 1 y solo minutos, pero lo hago diario. ¡El tono de la voz de la persona es una vibración!

106

Estoy entendiendo cómo somos energía más que nunca y lo estoy disfrutando mucho. Hay tantas cosas que puedo decir, estoy aprendiendo o descubriendo, pero realmente quiero “definir” como recordando, ya que los pocos días que he podido estar en casa, me puse a ver fotografías; me dijo un primo: “recordar es volver a vivir”, los buenos recuerdos los llevo en el corazón y cuando los veo ahí, qué regalo tan bello e increíble poder compartir con mis hijos recuerdos de mi infancia, eso es algo que quiero empezar a hacer nuevamente; ¡imprimir fotos! De mis hijos, de nuevos lugares, de reuniones, cumpleaños, etc. ¡Evidencia de lo hermosa que es la vida! Aquí y ahora, empecé a meditar para calmar la ansiedad de salir a trabajar y poner música de vibración alta para poder dormirme, hoy me siento feliz, esta situación me ha enseñado que la vida es maravillosa y tengo el privilegio de disfrutarla.

107

Francisco Cadena Ramírez La perspectiva de tu realidad

Indiscutiblemente la situación que estamos viviendo marcará un antes y un después en diversas áreas, el impacto será profundo en distintos aspectos. Todos sin duda estamos viéndonos afectados de alguna manera, quizá unos de forma directa y otros más, de forma indirecta. Lo que sí es seguro, es que todos tendremos algo que contar después de esto, una buena historia, por supuesto basada en la experiencia vivida de cada uno. Por otro lado, esa historia será interpretada por quien la escuche, según su manera y forma de pensar. Quizá tu interpretación de lo que está pasando es poco alarmante y estás teniendo una vida normal, o quizá todo lo contrario. Quizá ves todo esto como algo peligroso y estás asustado de más, comprando excesivamente y actuando irracional. ¡Como bien dice, CADA CABEZA ES UN MUNDO! Las cosas, los sucesos, la misma vida., se aprecian diferente a través de la mirada de cada uno. ¡Sin embargo, este evento llamado “PANDEMIA” es más que eso! Va más allá de un virus que infecta y mata. Para mí, es una invitación a reflexionar.

108

El hecho de permanecer en casa, algunos lo ven como un encierro, más que eso, yo lo he entendido como momento para hacer introspección de cómo hemos venido viviendo la vida. Imagino que entender que existe un trasfondo de estar en casa, es un tanto difícil para la mayoría, ya que estamos tan acostumbrados a tener una vida ajetreada, llena de actividades. Así el hecho de que nuestra mente siempre está saturada de pensamientos, que muchas veces no nos permiten enfocarnos en algo más, que no sea en nosotros mismos. Siento que esta situación nos lleva poco a poco a hacer una pausa en nuestras vidas y poder ver con claridad todo el panorama. Hoy tenemos la oportunidad de ver lo que como humanidad le hemos hecho al planeta. Darnos cuenta de que desde que iniciamos el recorrido por el mundo hemos ido acabando con gran porcentaje de él. Lo hemos contaminado, hemos destruido su flora, su fauna y diversos ecosistemas para nuestro beneficio. Como cosa impresionante, después de este tiempo de sobre actividad por parte nuestra, la tierra se está “CURANDO” a sí misma, la naturaleza recobra vida. Quizá es hora de entender, que el principal virus somos nosotros los humanos. Y que no solo el planeta se ha visto infectado de nosotros como virus, si no entre nosotros nos hemos hecho daño también. Nuestras necesidades económicas, políticas y sociales nos han llevado a ser egoístas y poco solidarios entre nosotros mismos, permitiendo que los menos afortunados sufran y batallen mucho más de lo habitual. Este “estate quieto” es una lección de vida, donde deberíamos de comprender QUE COMO HACEMOS ALGO, HACEMOS TODO. Espero haya sonado fuerte y llegador. Porque honestamente así lo es, como te estás comportando actualmente, refleja la persona que siempre has sido. Si hoy solamente estás viendo por tu bienestar y te olvidaste de los demás, es porque siempre has sido así, EGOÍSTA. Si hoy, a pesar de las indicaciones de permanecer en casa, sigues saliendo. es porque siempre has sido así, IRRESPONSABLE. Si buscaste dejar de ir a trabajar exigiendo tus derechos como trabajador y estás disfrutando los días como si fueran vacaciones, es por siempre has sido así, OPORTUNISTA.

109

Así como estos, muchos otros ejemplos más. Donde seguramente te identificarás con alguno, ya que es así como hemos venido viviendo. Entiendo el punto de que no todos tienen las mismas oportunidades y que en nuestro país lamentablemente la mayoría de las personas viven al día, por lo que “no podrían darse el lujo de quedarse en casa”. Sin embargo, estudios demuestran que el ser humano podría estar sin comer hasta un mes. En honestidad todos pudiéramos estar en casa comiendo racionadamente al menos por 15 días. Y esto hubiera ayudado a mejorar la situación, evitando la propagación del virus. Sencillamente el acto de seguir saliendo de casa y continuar actuando como si nada pasara, es únicamente el reflejo de cómo eres contigo, con los que “quieres” y con la vida. Ahora que casi de manera obligatoria y por temor estamos en casa, “finalmente tenemos tiempo”, ese del que siempre nos quejamos, del que sentimos que carecemos y ponemos como impedimento para ser mejores en muchos temas. Hoy ya no hay excusa para estar en casa y no tomar ese rol al que siempre ponemos como pretexto el tiempo, el trabajo, el cansancio, el dinero, etc. ¿Cómo le dices a tus hijos que no tienes tiempo para jugar con ellos?, ¿con qué cara le dices a tu familiar que no les has llamado porque estás ocupado?, si eres de los hombres que no ayuda en casa por “x” razón, ahora ¿cómo dices que no puedes apoyar con las áreas domésticas? Bueno, creo se entendió el punto. Así que, es esencial que sepas que EN LA FORMA QUE REGRESES, ES COMO SIEMPRE HAS SIDO. La vida y el universo nos han dado la oportunidad de elegir quien queremos ser a partir de esta experiencia. Tenemos un momento de oro para ser productivos. Aprovechemos este tiempo en casa para realizar todo aquello pendiente.

110

Imagino que hay tanto por hacer, tanto por atender, empezando desde las cosas simples, aquellas que suenan irrelevantes, pero que seguro han sido motivo de algún problema, discusión o mal entendido. Invierte tiempo en tu pareja, sé amoroso y detallista, atiende a tu familia y seres queridos, ayuda al prójimo, realiza actividades que te gusten, has algo que nunca has hecho por falta de tiempo, empieza o termina ese proyecto que ha estado pausado, crea algo nuevo, pinta o redecora, construye algo, acomoda o reorganiza, repara algo, enfócate en pensamientos positivos, emprende o invierte, lee, has ejercicio y cuida tu cuerpo, come bien. Y lo más importante date tiempo de conectar contigo mismo, alimenta tu ser. Hagamos una lista de todas esas áreas y aspectos importantes de nuestra vida; SALUD, FINANZAS, ESPIRITUALIDAD, RELACIONES, FAMILIA, AMOR, CONTRIBUCIÓN, OCIO/DIVERSIÓN, DESARROLLO PERSONAL, TRABAJO/CARRERA. sí aún no la tienes, ¡hazla! Evalúa quién o cómo has sido en cada una, ¿qué tanto las has descuidado? Identifica qué necesita cada una de ellas y qué vas a crear diferente. Una vez identificado esto, comprométete a que suceda. Si después de todo este tiempo en cuarentena, terminamos sin un aprendizaje nuevo, una habilidad, un mejor físico, algunos logros y retos personales alcanzados, una idea de negocio, etc., tristemente nos daremos cuenta de que NUNCA FALTO TIEMPO, LO QUE HIZO FALTA FUE DISCIPLINA.

111

Edith Zúñiga Díaz ¿Yo qué puedo hacer?

Mi nombre es Edith Zúñiga Díaz, “Zazus”. Maestra de Secundaria Técnica en la asignatura de español, entrenadora de programas de liderazgo y algunas cosas más. Tengo 47 años soy esposa y madre de dos maravillosos hijos adultos. Mi vida es más o menos como la de todas las mujeres adultas, profesionistas, esposas y madres de familia de Tijuana, con mil cosas que hacer todos los días. Empezaba mis días a las 5:30 de la mañana para entrar a las 7:00 am a trabajar, con aproximadamente 300 alumnos a la semana hasta las 3:30 de la tarde, tres veces a la semana, si bien parece sencillo, es un ritmo agotador después de muchos años, podría decir incluso que puedo hacerlo en automático, sí, en automático. Conozco el programa, mis lecciones, mi planeación y mis estrategias, cómo no hacerlo sí además de diseñarlo lo he reproducido muchos años ya, aun así puedo decir que doy mis clases con mucha felicidad ¡me encanta dar clases! Salgo de mi escuela y me busco algo más para hacer, así me mantuve muchos años hasta que mi querida nuera me invitó a un entrenamiento de desarrollo humano, fue tan hermosa su invitación que no pude resistirme, fui a ver de qué se trataba y me enamoré de ese proceso, los tres meses más intensos de mi vida, donde conocí a la persona más importante de mi vida, a mí. Entonces me dediqué a estudiar y a aprender, me inscribí a una certificación y otra, y otra, y otra, entonces mi ritmo de vida aumentó

112

y se multiplicó, las tardes después de la escuela se convirtieron en clases virtuales, los fines de semana en clases presenciales de todo el día, desde el viernes hasta el domingo, para empezar de nuevo el lunes en mis clases de secundaria, estaba muy bien para mí, era algo normal y habitual “hacer cosas”, estar ocupada, ser productiva; al fin mis hijos adultos estaban haciendo sus propias cosas y mi esposo es la personas más paciente y amorosa que conozco, ningún problema en mis múltiples actividades y yo feliz de la vida haciendo de todo sin parar, hasta que un día llegó la pandemia. Recibimos la noticia en la escuela y de pronto nos mandaron a todos a casa, las primeras dos semanas todo bien, lo tomé con tranquilidad y paciencia, solo se trataba de no salir de casa, dejé tareas en línea y respeté el periodo vacacional de mis alumnos, tiempo de parar, mirar y elegir aunque en mi caso la elección era descansar, detener mi tren de actividades, tener tiempo para no hacer nada, retomar la lectura de mis libros empolvados y todo lo que me pasara por la mente. No podía ser tan malo, era cuestión de resistir sin salir de casa, pensaba que podría hacerlo sin problema, esto también lo iba a aprovechar… pero no fue así. Empecé a escuchar de todo, contagiados, personas muertas, otros sin trabajo, muchos sin provisiones, negocios cerrados, viajes cancelados y con tanta información y noticias solo pensaba ¿yo qué puedo hacer? Se me ocurrieron muchas cosas para apoyar y al mismo tiempo nada me parecía suficiente, traté de no caer en la ansiedad por el encierro, las noticias, la redes sociales, toda la información que llegaba por todos los medios, entonces llegó el momento de parar de verdad para mirar desde otra perspectiva, desde la calma, la tranquilidad y mi propio espacio, fue entonces cuando me di cuenta que ya estaba haciendo algo, al decidir quedarme en casa; me gustó mucho poder conectar diferentes amigos, algunos buscando insumos para hospitales y otros ofreciendo insumos, me gustó mucho ver que mientras algunos generaban dinero con sus conocidos, había quien tenía los contactos para traer por miles cubrebocas, overoles, guantes y muchas cosas más que se necesitaban con urgencia, poder ser enlace para que eso sucediera fue mágico. Encontré que muchos colegas estaban dando charlas, escribiendo libros, ofreciendo sesiones en línea apoyando con psicología, coaching, terapias o solo charlando, encontré profesores que compartían experimentos para niños, ejercicios de lectura y escritura, encontré

113

quién compartía libros digitales, conciertos, recomendaba películas y muchas cosas, encontré muchas personas que compartían un plato de comida, medicamento y tantas cosa más que podría llenar un libro completo con esto; me di cuenta que así como hay afuera personas que les falta conciencia ante una situación de este tipo, también somos muchos más con no sólo consciencia, sino también con un gran corazón, personas a favor de personas, personas a favor de la vida, personas que inspiran, que mueven, que enrolan y encontré que somos más los buenos. Me inventé que si después de esta pandemia estos seres humanos maravillosos que contribuimos para generar un mundo que funcione para todos, seguimos en la misma sintonía de amor por el prójimo, de energía positiva y de colaboración, realmente lograremos un cambio en este planeta, por lo pronto también encontré una iniciativa que propone plantar un árbol para conmemorar el día que la tierra renació y me encantó la idea, así que ya estoy preparando el espacio para hacerlo con la firme convicción que junto con la tierra, en esta cuarentena muchos nacimos otra vez.

114

Mónica Rincón Comunicación efectiva y disciplina

Mi nombre es Mónica Alexandra Rincón Camargo, nacida en Bogotá, Colombia, y radicada en México, madre de dos hijos y médico radiólogo. Cuando empezó la cuarentena por el coronavirus en China en el mes de diciembre, lo primero que pensé es que era otra enfermedad más que se presentaba en esos países lejanos, ni por un segundo pasó por mi mente que me tocaría vivirla de cerca y menos que se convertiría en una pandemia que me cambiaria todo lo que hasta ahora conocía. Todo pasó tan rápido, ¡la televisión, noticias y redes sociales inundadas de informes de las medidas de cuarentena y prevención! He visto de este virus, que no distingue ricos ni pobres, jóvenes o ancianos, se ha demostrado que todos podemos caer en sus garras y que depende de la naturaleza de cada uno el salir invicto o sufrir las consecuencias. Así empezó todo… Mi primer pensamiento ante esto, sigue siendo la seguridad de mis hijos, ese instinto maternal de protección que siempre sale a flote, no me imagino a mis dos hijitos siendo víctimas de este virus mortal, ¿qué hacer?, lo único congruente según mi conocimiento médico, era seguir las instrucciones al pie de la letra, eso me mostró cuan disciplinada puedo llegar a ser, obvio no ha sido fácil, pero lo sigo intentando día a día y es algo que seguiré trabajando después, ya que sin disci-

115

plina no sería tan fácil conseguir lo que te propongas, en este caso lo veo reflejado en mis hijos quienes tomaron consciencia de lo importante de cuidarse y lo cual hacen muy bien. Me he dado cuenta que la medicina, es una profesión de sacrificio, entrega, compromiso, y aunque es una profesión poco reconocida y valorada en estos últimos tiempos, los médicos se han convertido en superhéroes, “jugándosela” minuto a minuto, arriesgando su salud y siendo fieles al juramento hipocrático el cual dice: “ juro velar con el máximo respeto por la vida humana desde su comienzo, aún bajo amenaza, y no emplear mis conocimientos médicos para contravenir las leyes humanas”. La verdad se necesita valentía, lealtad y amor a la profesión para enfrentar este reto del 2020. Mis respetos para todos los colegas que se encuentran peleando contra una de las batallas más importantes de sus carreras y sus vidas y si me preguntan: ¿estudiarías medicina nuevamente?, mi respuesta es sí. Otro punto importante que he manejado en estos tiempos, es la comunicación efectiva, la cual he usado en mi familia, en el caso de mi papá (82 años), el cual entendió que se tenía que quedar en casa, al comentarle que si salía, el riesgo de contagio era alto y que no existe cura aún, aceptó no salir; me di cuenta qué importante es hablar siempre con respeto, amor y comprensión con nuestros seres queridos, eso es algo que siempre haré una y otra vez. Por mi actual trabajo, tengo que coordinar personas a mi cargo, para que en estos tiempos críticos no corran riesgos en la atención de pacientes, lo que me ha funcionado es el hablar siempre con la verdad, el ponerme en el lugar del otro, entender que no todos pensamos igual y entendemos lo mismo, y el ser empático. También me he dado cuenta de que si tienes un puesto de liderazgo debes de predicar con el ejemplo, siempre cumpliendo las normas y acompañando, así puedes disminuir la tensión en momentos de crisis. He observado florecer sentimientos de apoyo mutuo, así como también sentimientos de odio y repudio hacia los colaboradores de la salud, agrediéndolos porque piensan que son contagiosos, qué difícil creer que este tipo de acciones se presenten en personas civilizadas.

116

Este mes y medio desde que empezó todo esto, a pesar de seguir con los preceptos aprendidos de los entrenamientos de liderazgo personal, me volví más agradecida, porque me levanto sana, en compañía de mis maravillosos hijos, poseo un lugar limpio, con agua y jabón (que es lo que tiene más valor en estos tiempos), tengo comida y lo más importante para mí, tengo a Dios en mi vida, al cual tengo que agradecer tanto, quien ha fortalecido mi espíritu, corazón y pensamiento cuando siento miedo, sé que a su lado todo estará bien, siento que nos cuida y protege en todo momento. Me gusta ver cómo mis amigos y compañeros médicos que no tenían presente a Dios en sus vidas, se empiezan a encomendar a él, porque entienden que debe existir una fuerza superior que los guía y protege en estos tiempos difíciles.

117

Ángel Sánchez Un Mundo Raro Nuevo

Todo

ha pasado muy rápido, planeación, reflexión, organización, todo sobre la marcha, nada estático. Lo que ayer fue, hoy ya no es, y tampoco será mañana. Somos cambio, somos dinamismo, somos nuevos (raros*) cada que así lo decidimos, o como en este caso, empujados por las circunstancias. Siempre podemos redescubrirnos para renacer en una mejor versión. Estando apenas cerca de un mes en cuarentena, algunos deseos se me han cumplido, como es el pasar más tiempo en familia, en casa. Al igual que la mayoría, jugando, bailando, cocinando, comiendo, haciendo ejercicio, conviviendo, platicando y hasta discutiendo. Sin duda, este reforzamiento de la base de la sociedad nos traerá a todos buenos dividendos. Ya veo y siento a millones de niños disfrutando a sus padres y nosotros necesitando y aprendiendo de ellos. Papá, Mamá, aprende a estar en casa. (Tú me entiendes). Aprovecha. Con mis contadas interacciones con el exterior, he sido testigo de una mayor muestra de respeto, de cordialidad y afecto entre extraños, una mayor hermandad, Al final de cuentas, eso somos. *Raro: poco conocido, diferente, poco común.

118

El sufrimiento de algunos nos educa a muchos, nos une. Hemos reencontrado esos valores que generan armonía, que nos hacen vernos como iguales, el virus no discrimina, dicen, ¿por qué habría de hacerlo? Entendamos que las diferencias entre humanos solo son inventos sociales. En cuanto a lo profesional y laboral, hay incertidumbre, hay temor, hay momentos de ansiedad, sí, todos los hemos experimentado, en su mayoría por la responsabilidad para con los demás, por asegurarme que saldremos de esto fortalecidos y confiar en que esto no es más que una prueba para la que estamos hechos. Sin embargo, sale la fortaleza de hasta el último rincón e inicia un proceso de generación, de ideación, de definición y puesta en marcha. Dicho proceso busca darle varios giros a mi visión de negocio y a buscar oportunidades en el futuro inmediato, usando la tecnología como un medio para lograr impactar en la vida de distintos grupos sociales de manera positiva, desapegándonos cada vez más del solo hecho de hacer “negocio” y regresando a practicar el dar un valor real a cada ser humano u organización que nos de su confianza y tengamos el privilegio de servir. Veo y escucho la preocupación por los grupos más desprotegidos y la impotencia de hacer algo que alcance para continuar apoyándolos. Es momento de cambiar el sistema, de redescubrir la verdadera esencia de nuestra economía para buscar una distribución equitativa a base de un empoderamiento y generación de verdaderos líderes en todos los aspectos, enfocados en generar, en multiplicar, recursos hay para todos, esa es una buena noticia. Reflexionando sobre la naturaleza, apreciando esos detalles que nos regala el universo, la vida y que habíamos olvidado o al menos ignorado, qué gran regalo para ese paciente que se encontraba moribundo que un descanso, la mejor medicina para regenerarse y continuar regalándonos la obra maravillosa de la vida. Tengo la fortuna de tener en casa mascotas, 2 perritas (Ariel y Lexi), 1 conejillo de Indias (Crazy blue). El acariciarlas y recibir de regreso ese amor, el sentirse seguras entre tus brazos, jugar, hacerles bromas, en fin, simplemente pequeños pero grandiosos, de los cuales también se puede aprender mucho.

119

Mi hija Alexa jugaba diciéndoles a las perritas palabras amorosas y positivas, pero con un tono de molestia, enojo y agresividad y la reacción de temor era evidente; después usaba palabras altisonantes, negativas, pero con un tomo amoroso, chiqueón y cariñoso que generaba una reacción de aprecio, de amor, de algarabía, que desbordaba tanto a Ariel como a Lexi y brincaban a lamerla. Llamé a Alexa y le pregunté si entendía lo que las perritas le estaban enseñando, que las palabras no son más que un invento del hombre e incluso solo tienen significado cuando un grupo social lo acepta, sin embargo, los sentimientos los entienden incluso los animales, esos son genuinos y universales. No quiero terminar sin antes agradecer a todos los profesionales de la salud por demostrar su compromiso y pasión a salvar la mayor cantidad de vidas posibles con jornadas interminables, en estos momentos me invaden los deseos de ser apoyo en algún hospital. Espero que ese mundo que muchos soñamos y nos esforzamos día a día por construir, esté cada vez más cerca, y no empujados por este tipo de situaciones de manera obligada, no es necesario, nosotros en lo individual y luego en lo colectivo, somos más grandes.

120

Gerardo Brenis Una generación en espera de amar

Mi nombre es Gerardo Brenis, nací en Córdoba, Veracruz un 10 de enero del 2002 y radico en León, Guanajuato. Probablemente soy la persona más joven en participar en este libro y, por lo tanto, la persona con menos experiencia y sabiduría de todos los escritores, pero es una oportunidad perfecta para hacer saber lo que un joven que apenas este año llegó a la mayoría de edad ha pensado en este momento de crisis. Todo tiene una aparente “normalidad” y de pronto... todo cambia y da un giro completo a lo que nos tenía acostumbrados, de pronto, todos los países cierran sus fronteras y las personas se privan a sí mismas de lo que podríamos considerar su “libertad” encerrándose entre los muros de sus hogares. A partir de la propagación de este virus nos hemos dado cuenta de la fragilidad de nuestras vidas y de lo que genera una ola de completa inconsciencia humana, cuando se presenta un problema que ni las personas más ricas, con más poder o con más estudios pueden frenar y es que esta enfermedad nos ha permitido volver a ser iguales unos ante otros.

121

Fue en el momento en que volvimos a ser iguales, debido a nuestra vulnerabilidad ante la misma enfermedad, que las cosas se acomodaron a como debían de ser en realidad. Los talentos ocultos que nunca nos permitimos ver por falta de interés en el autoconocimiento, comenzaron a florecer y asimismo las inseguridades a desaparecer, aquellos que nunca se dieron la oportunidad de resaltar, por primera vez se permitieron destacar y así fue como por fin, se decidieron en volar. Lamentablemente en mi generación, el odio y la envidia reinan sobre el amor y la empatía y se debe crecer temiendo de confiar y amar a los demás. Yo llevo años preguntándome si esto es vida, vivir para odiar y no para amar. Es complicado crecer con pavor, tratando de destacar sin poder encajar, tener que callar para no disgustar y teniendo que imitar para que te puedan “amar”. Nací en una generación en que ser original es diferente, y lo diferente no es normal, y claro, lo normal es bueno, y lo anormal malo. Yo creía eso hasta que una persona muy importante me dijo que lo normal es aburrido y que verdaderamente, como lo dijo Friedrich Engels “Una onza de acción vale lo que una tonelada de teoría”, y es que en esta generación, las amistades falsas y el amor líquido predominan sobre las amistades verdaderas y los amores puros y sinceros, pero aunque parezca que todo es malo, no debemos olvidarnos de que aún habrá personas buenas en el mundo, listas para brindar un poco de su luz y siempre me ha gustado pensar que quien camina por un sendero lleno de oscuridad toda su vida, será capaz de ver hasta el más mínimo rayo de luz. De la misma manera, lucho por no olvidar que todos pelean su propia batalla en su interior y en sus vidas y es por eso por lo que debemos aprender a ser optimistas y aprender de los dolores de la vida, sin dejar de recordar que en lugar de JUZGAR debemos ENTENDER, poniéndonos en los zapatos del prójimo, siendo uno de los mayores errores de mi generación: el juzgar en lugar de entender. Esta cuarentena me ha hecho pensar en que estamos dejando que se nos vaya la vida en rencores sin justificar, estamos permitiendo que nuestro valioso tiempo se nos vaya y que estamos fallando como individuos y por lo tanto como conjunto, estamos perdiendo nuestra

122

empatía y es hora de que finalmente nos demos cuenta de nuestras culpas y tomemos responsabilidades, es hora de que dejemos de posponer y tomemos acción, es hora de que dejemos de odiar y comencemos a amar, y comencemos por nosotros mismos, tenemos que apostarlo todo por el amor, tenemos que ponernos en los zapatos de los otros, ayudarnos, escucharnos, entendernos, tenemos que volver a ser uno solo. Así que adelante raza humana, volvamos a sentir, volvamos a estar, volvamos a pensar, volvamos a reír, volvamos a amar, volvamos a ser y así volveremos a vivir. Quien vive únicamente por haber nacido, nunca encontrará su propia felicidad, busca tu camino y ámalo más que nada sin importar quién se oponga, se fuerte y leal a tus ideales y así te amarás a ti mismo.

123

Maricarmen Castellanos Abrazarme y reconocerme

Tijuanense de nacimiento y de corazón. Soy hija de Dios y de unos padres maravillosos aquí en la Tierra, que admirablemente se están cuidando mucho para abrazarnos pronto. Soy mamá de 6 increíbles mujeres, Camia, Ceci, Paloma, Sofía y las cuatas Valentina y Regina. En casa ya solo me acompañan Valentina y Regina; el resto, desde hace algunos años, salieron de casa ilusionadas y comprometidas para evolucionar y dar sentido a la misión que a cada una corresponde. Hoy la vida me ha permitido, como en otros tiempos, gozar de nuevo su presencia en casa. Nunca imaginé volver a tener estos momentos juntas, para vernos sin prisas, para saber que este espacio es para nosotras, para bailar, cantar, platicar en las comidas sobre lo que sentimos y estamos viviendo y sobre lo que queremos ser después de la cuarentena. La mayoría de las personas se asombran cuando les digo que tengo 6 hijas. Me preguntan cómo le hago; la verdad no sé. La única respuesta que puedo compartir sin dudarlo un segundo es que creo firmemente que Dios me dio las herramientas para formarlas y la fuerza del corazón para amar a cada una incondicionalmente.

124

Este tiempo de cuarentena me ha ayudado a ver que, aunque seré siempre su mamá, ya no puedo decirles lo que hagan, ni cómo lo hagan; solo me toca asentar reglas de sana convivencia en casa y aprender a escucharlas. Actualmente mi forma de ver y afrontar la vida es diferente a la de ellas y he aprendido que así está bien; sus ideas pueden no gustarme, pero muchas de ellas han enriquecido mi vida. Soy consciente de que sus decisiones y las mías cambiarán en función de las circunstancias que nos toque vivir. Pido a Dios humildad para aprender las lecciones que nos aportarán cada una de esas circunstancias. También he experimentado la responsabilidad de construir y velar por la existencia de lo que para mí es mi segunda familia, la empresa que formamos mi esposo y yo desde hace 20 años. En estos momentos y ante la incertidumbre del futuro próximo, mi amor por esta familia fortalece mi compromiso de trabajar codo a codo con cada uno de mis colaboradores, para renovarnos y adaptarnos a los cambios laborales que se están manifestando en el ámbito empresarial. A mis 53 años y tras mi reciente separación e interrupción de 30 años de matrimonio, estoy en proceso de reencontrarme e irme pareciendo al ser humano que Dios espera de mí. Fortalecida en mi fe, he comenzado a recuperar aquellos proyectos que de niña visualicé en mi mente y en mi corazón, pero que en alguna etapa de mi vida fui abandonando. Hoy no me queda otra opción, más que ponerme las pilas y sentirme agradecida, porque ante la incertidumbre y el sufrimiento que como humanos estamos viviendo, Dios me está dando la oportunidad de voltear a ver lo más profundo de mi ser, regresar a recordar mi niña interior, abrazarme y reconocerme. Voltear y recordar el verdadero sentido de mi vida, reducir la velocidad con la que he vivido durante los últimos años y equilibrar el activismo desmesurado. Hoy más que nunca estoy aprendiendo a serme fiel, a guardar silencio y a encontrar en mi silencio el amor, la paz y la confianza, a tomar conciencia de que “Ya Somos uno con el Amor en la mente de Cristo”. Querido Rodolfo, muchas gracias por la invitación a participar en este bello proyecto que quedará en nuestra memoria para siempre.

125

Sol Heredia Contagiando buenas vibras

Mi nombre es Sol Heredia, vivo en Tijuana desde hace 16 años y me dedico a la comunicación desde hace 18, estoy en casa sin salir desde hace un mes y una semana y lo sé porque tuve que revisar el calendario, es extraño, pero en este confinamiento el tiempo es relativo, siento que todos los días tienen pinta de domingo, ese mood de saber que mucha gente está en su casa, mis vecinos están en su casa, no se escucha el ruido de los carros como antes, cuento corto, parecen domingos, pero al mismo tiempo sigo teniendo ciertas rutinas, transmito mi programa de radio desde casa, busco información y demás y eso me ha permitido saber, aunque parezca lo contrario, ah ok, hoy es lunes aunque parezca domingo y así sucesivamente, es extraño asomarme por la ventana, me siento la protagonista de una película, esa que te da miedo porque afuera hay un virus que muchos no tomaban en serio y que se fue tornando en súper serio, pero que a pesar de que ves la película, piensas: “!ay ,pero es una película!”, ya se terminó y todo vuelve a la normalidad, ¡pues no!, aquí esto sigue y sigue, se sigue extendiendo el tiempo de guardarse en casa y los líderes políticos no se ponen de acuerdo, algunos al ver la inminente caída económica, tratan de minimizar y decir ¡no pasa nada!, salgan, sí, pero sin dar números reales, sin tener los test para saber quién está contagiado y quién no, y que se sigan saturando los sistemas de salud por tanta gente enferma al mismo tiempo.

126

Entonces te das cuenta de que el sistema económico sigue y seguirá siendo prioridad en las naciones, cuando todo esto nos debería dar las razones para “ayer” de tener un sistema político más enfocado en lo autosustentable, en armonía con el medio ambiente, en fin, mucha “boruquita *” por parte de los dirigentes políticos y “entre si son peras o manzanas”, la sociedad se sigue organizando para ver cómo podemos apoyar e ir llevando las cosas lo menos rasposas posible. Me podría también enfocar solo en lo negativo, reacciones increíblemente absurdas como la gente que ataca al personal médico por miedo a contagio, la gente que sigue saliendo a pasear o sin ningún motivo fuerte para salir, como trabajar, porque viven al día o ir al súper u otras prioridades. También están los que no creen que esto esté pasando, los que siguen haciendo fiestas y reuniéndose, lo mucho que se ha politizado el virus en nuestro país, que si este no hizo esto, que si aquel pidió ayuda para hacer ver mal a nuestros dirigentes, en fin, materia prima hay, y al ver algunas notas en redes, me doy cuenta también del nivel exagerado de juzgar lo que haces o no haces, está prohibido pensar diferente. Porque hasta como argumento te pueden decir: ojalá te infectes del virus y tu familia se muera, leer todo eso me llenó de mucha tristeza, ver cómo pelean unos con otros, muchos desde su fanatismo político o religioso, su frustración e issues no resueltos o simplemente la falta de empatía y respeto a las opiniones ajenas, después de ver eso, decidí hacer un détox de redes sociales. La moneda siempre tiene 2 caras y decidí que no tenía por qué contagiarme de la negativa, me enfoqué en “ocúpate en lugar de preocúpate”, en ver la forma de apoyar y vaya que hay muchas, desde donar, compartir información, apoyando al comercio local, escuchando seguidores en su sentir por todo lo que estamos viviendo, regalando sonrisas, tratando de compartir datos interesantes, libros, actividades en casa, contactos de profesionales en diferentes rubros, desde médicos hasta terapeutas, esperanza, fe, fortaleza, contagiando buenas vibras. Y entonces, cambiando mi enfoque, me encuentro muy diferente en mi estado de ánimo, me queda clarísimo que el ego te mueve a vivir en el miedo y propagarlo, claro en uno de los sentidos negativos del *Ruido confuso producido por unas pocas personas, generalmente en lugar cerrado.

127

ego, entonces me enfoqué y recordé momentos fuertes de mi vida y el aprendizaje que resultó de todo eso y reafirmé que después del caos siempre quedan más herramientas y la piel se te hace más gruesa, ¿qué sería de tu vida sin las situaciones difíciles que has vivido?, ¿qué sería del mundo?, ¿qué sería de la humanidad? Es un golpe al ego que algo invisible a la vista nos haya detenido, se fue la prisa y llegó el verdadero valor del tiempo, estamos aislados físicamente, pero siento que más unidos que antes. Vienen más retos después del virus que de hecho llegó para quedarse, aprenderemos a vivir con eso y con tantas cosas más, pero con anticuerpos que nos hacen fuertes en todos los sentidos, los anticuerpos del amor en los tiempos del Coronavirus, más valor a ese café con los amigos, a abrazar a los que quieres, a ese trayecto al trabajo que antes tal vez odiabas, a todo, tenemos la responsabilidad de volver distintos después de este reset obligado, creo que todo iba ya demasiado rápido, los días pasaban con una inmediatez increíble, la convivencia cada vez más exprés e insípida, en ese dar por hecho todo siempre, tal vez en nuestro inconsciente colectivo sabiamente pedíamos parar... Volvamos entonces, como si fuéramos niños, viendo el mundo por primera vez con ojos de asombro, respetando también que el mundo se regeneró sin nosotros y todo habrá valido la pena. Qué maravillosa oportunidad hemos tenido en esta generación, de que el mundo se haya detenido para respirar del ajetreo diario y redescubrirte, nuevas pasiones, nuevos conocimientos. Crisis para cerrar ciclos en todos los rubros o fortaleciendo los actuales, reinventándote y creando verdaderas redes sociales… El otro no es otro, soy yo, somos todos y todos somos uno y es innegable la conexión y agradecer que el planeta se haya podido tomar unas vacaciones de nosotros, ¡GRACIAS!, !GRACIAS!, ¡GRACIAS!

128

Lorena Almaraz Reinvéntate

Mi nombre es Lorena Almaraz, vivo en mi ciudad natal, Tijuana, madre de 2 hijos, profesional de educación, Coach de vida, familia y pareja, lo que me permite dar conferencias y capacitaciones al sector educativo, empresarial y gobierno . La vida comienza donde termina tu zona de confort. Me he considerado siempre una mujer que se reinventa ante la adversidad, he aprendido a través de los años que todo al final me lleva a un mejor momento de mi vida, sin embargo, aun cambiando las cosas que no me funcionan, vuelvo a estar en una zona cómoda de vida, estar en casa estas semanas, me ha llevado nuevamente al aprendizaje, a tomar riesgos, aquello que tenía la intención de realizar, pero que por cuestiones personales o profesionales no le estaba dedicando el tiempo o el interés, sabía que esta crisis sería una oportunidad, así que dejé de pensar en lo que no tenía o estaba perdiendo, como te lo conté en el libro anterior, las bendiciones vienen en paquetes extraños, este COVID-19 no tiene la envoltura que me gustaría, es ese paquete sorpresa que llega a ti, pero que no esperabas, no tiene remitente, es ese paquete que te da miedo, incertidumbre abrir, y se tiene que abrir para saber que contiene adentro, tomando las precauciones necesarias, porque es algo desconocido.

129

Si aprendes a buscar encontrarás. Platón Solo así, aceptando que ese paquete realmente si es para mí, es lo que toca vivir, dejando la resistencia y confiando, es cuando puedo abrirlo y empezar a buscar qué contiene, yo elegí entrar en mi zona de riesgo, atreverme a ver el mundo de posibilidades que hay para mí dentro de este paquete extraño, si bien no es lo que me gusta, no es lo que quería recibir, llegó y no hay políticas de devolución, así que elijo vivir un día a la vez, haciendo lo que me apasiona desde mi espacio, reinventando las maneras y formas de hacer las cosas realidad. Tú pones la intención y la acción, el universo los resultados. Ya sabía lo que quería hacer antes de vivir una pandemia mundial, lo que no había hecho es poner la acción, pues esperaba tener el equipo completo, el momento perfecto, una cita para tomar un café con los involucrados y poder organizar todo, estaba esperando a estar lista, pero la realidad es que en la vida hay situaciones que no te permiten estar lista para ello, solo llegan y tienes que actuar. Bien, no estaba lista y aun así tomé acción, ejecuté mis planes haciéndolo con lo que tengo y puedo en estos momentos, lancé convocatorias para poner en acción la asociación que fundé y dirijo, Educación que Inspira A.C. Una de las metas era subir el número de seguidores, posicionarla para lograr nuestros objetivos, y en cuestión de 5 días llevando la acción logre más de 1000 seguidores, grupos de capacitación de más de 400 docentes y de más de 200 padres de familia, mis redes sociales tuvieron más presencia y mejor imagen, además el interés del Instituto de Capacitación en Alta Tecnología de Baja California por entregar constancias con validez de la SEP a los miembros de mi grupo. ¿Notaste cómo la palabra MÁS se repite? Solo tuve que decidir poner acción para tener los resultados deseados y de algo estoy consciente, que al tomar el riesgo me voy a equivocar, pero nunca fracasar, porque el fracaso se vive cuando solo queda en la intención, lo otro es aprendizaje.

130

Los retos se vuelven oportunidades. Sin embargo, no solo fue decidir lograr lo anterior, tomar el riesgo, vivir en medio de una pandemia, tomar decisiones importantes para la gestión de mi trabajo, las cuentas por pagar, ¡wow! Sí que hay retos en estos momentos, sin embargo elijo que se vuelvan oportunidades, considerando lo que sí dependía de mí y lo que no, lo que yo sí podría hacer, fue entonces que empecé a capacitarme con tutoriales sobre cómo crear los feed de Instagram, me enfoqué en 2 personas que al revisar sus redes tenían resultados que me gustaban, así que seguí sus consejos, tomé notas, y empecé a practicar, es increíble cómo al enfocarme en un solo camino, me abrió todos los caminos para tener resultados inmediatos, definitivamente mi Instagram educacionqueinspira y coachlorena marcan en mi historia personal el antes y después de la pandemia, la oportunidad que ha sido para reinventarme, fue darle claridad en mi propósito de vida. Lo que no sabes que no sabes. Sin duda yo no sabía que estaría dando masterclass en línea y estar capacitando a gente a través de una pantalla, hace días recibí una llamada del esposo de una de las directoras que toma mis capacitaciones, al escucharlo me quedé maravillada por lo que me dijo, él como master de PNL y conociendo a muchos coach, reconocía mi pasión y trabajo, dijo que me miraba después de todo esto dando conferencias a maestros en lugares grandes, me compartió su visión de mi futuro como conferencista y coach, ignoro si eso suceda, pero vivo en mi zona de fe o mágica, donde todo es posible…

131

Laura Gabriela Luna Gratitud

Mi nombre Laura Gabriela Luna, Nací en la ciudad de Gómez Palacio, Durango. Madre de 2 hijos (14 y 9 años). Soltera. Profesionalmente me desempeño como consultora de licencias en una editora musical. Como madre y jefa de familia, en el momento que escuché que era necesario permanecer en casa por 15 días, debo confesar que sentí que el universo había escuchado mis plegarias. Imagínate, ¡apagar mi despertador por más de 3 días consecutivos era una delicia! Mi cansada y cotidiana rutina, no me permitía muchas veces prestar puntual atención a la magnitud de las circunstancias que se estaban viviendo en otros países. Poco a poco los cambios se han ido presentando y uno a uno me hizo tomar conciencia de lo que no alcazaba a imaginar podía suceder y no solo eso, sino lo que estaríamos por vivir, valorar y aprender. Suspender de golpe las clases, las idas a los talleres de los chicos, las escapadas de fin de semana, el cine, salir a comer, las tardes por un helado, visitar a las amigas y… la lista puede seguir. Todo comenzó a ser lento, parecía que el día era eterno, sin embargo, una gran pesadez por la noche como si no hubiera parado en ir y venir. Físicamente parecía no tener una mayor actividad que lo ordinario.

132

Pero recibir tanta información, de noticias, redes, por chats, oraciones, memes, era demasiado para poder darle sentido. ¿En qué momento esta película nos la compramos todos?, ¿Cómo era posible?, ¿Cómo era posible que el banco cerrara sus puertas para sólo permitir el acceso a 4 personas?, ¿Cómo era posible que para ingresar a las tiendas se hiciera fila y tuvieran que limpiar los carritos de súper?, ¿Era real lo que en tantos países sucedía? Durante varias noches, desperté con la extraña sensación de haber tenido un sueño que parecía tan real y conforme iba despertando comprobaba que NO había sido un sueño, sino que era real y al avanzar los días, las restricciones y presencia de casos se hacían cada vez más continuas. Aunado a ello, la incertidumbre de la economía, ¿cuánto tiempo podríamos aguantar?... Si bien es cierto, cada persona con quien tuve oportunidad de comunicarme y conversar, la experiencia ha sido desde entornos y creencias diferentes. Al hablar con mis clientes, me expresaban abiertamente su preocupación, la mayoría de los proyectos en los que venían trabajando se detuvieron, tuvieron que buscar la forma de trabajar desde casa. Comencé a ver avisos de cuántos negocios se empezaban a ver afectados por el cierre obligado, varios tuvieron que improvisar nuevos mecanismos para acercar sus productos a sus clientes y nuevas posibilidades de negocio. Tomé la decisión de evitar escuchar noticias, no por falta de empatía, sino porque comprendí que lo único que estaba al alcance resolver era apoyar a mi familia y localidad y eso era el granito que podía aportar a un colectivo. Comprendí que todo puede cambiar en un segundo y solo tenemos este pequeño momento. Comencé a poner especial atención en cuidar los hábitos alimenticios, planear las vueltas al súper y comprar lo verdaderamente necesario.

133

Dentro del trabajo de limpieza, comprobé cómo vamos adquiriendo un sinfín de cosas verdaderamente innecesarias. Definitivamente esto cambió en mi vida y en la de mucha gente a mi alrededor. Decidí expresar amorosamente las cualidades que percibía en las personas que conozco y en cada oportunidad darles las gracias, creo jamás había sido tan sincero mi deseo de bienestar. Volvimos a tener la comida familiar de los domingos, enlazando las llamadas, compartiendo la mesa con los comensales a miles de kilómetros de distancia, pero siempre cerca del corazón. Encontramos la forma de acercarnos a las personas que nos importan, organizando videollamadas con el grupo de amigas que habíamos dejado de frecuentar porque no podíamos coincidir por tiempo o distancia. He puesto especial atención en agradecer y bendecir mi trabajo y clientes, no quiero ganar una venta, quiero darles el apoyo que necesitan para salir adelante y poco a poco la economía se vaya activando nuevamente. Me he dado cuenta de que tal vez el amor siempre ha estado ahí y no me había dado el tiempo ni la oportunidad de conocerlo. Hoy, al igual que muchos, no tengo claro qué va a suceder mañana, ni siquiera en un segundo más, solo sé que tengo este pequeño momento como un gran regalo y decido vivirlo sembrando amor, alegría y mucha gratitud por tener un minuto más de aliento de vida.

134

Ricardo G. Bernal La importancia de todo

Desde Tijuana, Baja California, ha habido un descubrimiento y un acuerdo. Mi alma, corazón y mente, han descubierto que son hermanos y se han reunido para conocerse, abrazarse, amarse y ponerse de acuerdo para comunicar en amor y unión a través de tu servidor. Me recuesto boca arriba, con ojos cerrados y completamente rodeado en el silencio de la madrugada. ¿Para qué?, para simplemente dejar correr todas las imágenes y emociones referentes a la magia del caos que aún está presente. Día “X” en aislamiento, día “X” de la pandemia. No importa el día, si no lo que sigue aconteciendo de la noche a la mañana en estos momentos. Estamos viviendo una guerra a nivel mundial, donde cada país es una batalla distinta y cada estado es un batallón dentro de ella. Todos somos soldados responsabilizados a una acción en común: El cuidado y resguardo para evitar la propagación del “enemigo invisible”. Esto ha sido solicitado desde el corazón de los principales soldados de esta guerra: nuestros médicos (yo los llamo héroes con bata), quienes en estos momentos entregan el alma en el campo de batalla por salvar al mayor número o evitar que muera el menor número posible de personas. Nuestra mejor labor en estos momentos es desde nuestra trinchera.

135

La gastronomía que caracteriza a nuestra ciudad, hoy flota en bote salvavidas; el anuncio del “desabasto” de bebidas alcohólicas logró demostrar que damos prioridad a lo que no necesitamos; el desempleo ha liquidado con depresión a miles de personas; la frontera más transitada del mundo hoy se encuentra prácticamente vacía y nuestros médicos - en sus actuales actos heroicos prácticamente sin dormir - han hecho un llamado de auxilio a la población por insuficiencia de equipos de protección. Situaciones seguirán surgiendo y la fecha final de todo esto es incierto en estos momentos. Las dificultades preparan a personas comunes para destinos extraordinarios. C. S. Lewis ¿Dónde está Ricardo en estos momentos? Aquí estoy, destruyendo y construyendo desde mi trinchera. Aprovechando la oportunidad de lo que veo. Pienso que son tiempos de oportunidad y esta se presenta en las dificultades que estés viviendo. Hay soldados allá afuera luchando por salvar nuestro entorno, pero hay otra batalla silenciosa a la que debes hacerle frente y esa es la batalla interna. La batalla por darte cuenta de que puedes cambiar para ti y tú alrededor. El amor se ha convertido en un arma muy poderosa para hacer frente a todo. De la noche a la mañana, el amor empujó a cada uno de nosotros y colectivamente llenamos los corazones de nuestros médicos con donaciones de equipos de protección que tanto necesitaban. Vimos la oportunidad de lograr enviar armas para que nuestros mayores soldados sigan luchando en el campo. Hemos logrado cambiar sus lágrimas de desespero a lágrimas de gratitud. Si pudiste hacer esto por otros, también lo puedes hacer por ti. La semana pasada falleció mi abuela materna a causas ajenas al Coronavirus. En esos momentos quise abrazar a mi madre y mis tías, pero recordé que “abrazar es un arma letal” en estos momentos, por lo que no lo hice y lo agregué a mi lista de pendientes. Mientras esta guerra siga presente, cualquier causa de muerte se maneja por incineración solamente (no misas, ni velorios). Mi madre me contó que mi abuela dijo en una ocasión que cuando ella falleciera no quería misa ni velo-

136

rio, que solo esparcieran sus cenizas en un determinado punto. Si lo vemos desde el lado amoroso, todo llega en su momento adecuado y las cosas son como son. Al final, se dio de la manera que ella siempre quiso y eso me tiene contento. Sé que ahora descansa en paz y cuida de todos nosotros. Lo que ese día comenzó como una batalla interna en mí, se convirtió en una oportunidad de convertir esa tristeza en paz, gracias al amor. Mientras aún percibo egoísmo allá afuera, también he podido ver empatía en quienes no la veía. Mientras cada día seamos más, será simplemente maravilloso. Desde mi trinchera, me asomo a la batalla para saber si hay algo que pueda hacer, porque amo al prójimo. Mientras tanto, he seguido descubriendo a un ser humano en mí que es mejor que ayer y es una mezcla de muchas cosas. Corre el rumor de que para amarte de verdad debes desaparecer todo lo malo de ti. Difiero. Amarte es aceptar tu lado luminoso y tu lado más oscuro, darte cuenta y aceptar que ambos son parte de ti y siempre lo serán. Solo cuida no lastimar a los tuyos, ni a nadie. La resiliencia se presentó ante mí, para acompañarme y recordarme que en todo caso hay un toque de magia y que en las dificultades se esconden oportunidades. Mientras en el aislamiento muchos perciben su casa como una jaula, yo la he transformado en mi santuario, mismo donde he habilitado un espacio para trabajar, estudiar cosas nuevas y seguirme preparando para alcanzar mis metas. Me he percibido vulnerable, amoroso, empático y consciente, pero sobre todo agradecido y lleno de mucha fe. No me recargo en la congruencia, ya que recargarme en ella sería como recargarme en la verdad absoluta y para mí eso no existe. Prefiero simplemente ser consciente y feliz sin perjudicar al prójimo. El resultado, ser yo mismo. Cuando llegue el final de la guerra y la libertad para salir de mi trinchera, me abriré camino a enfrentar a las interminables pruebas que sigo viviendo: Seguir siendo yo mismo a pesar de todo. Conectar con lo simple de la vida. Sembrar, cosechar, evolucionar y crecer hasta el último día de mi vida. Al final, es todo lo que estoy viviendo, solo será cuestión de atravesar una puerta.

137

Mientras tanto, en diversos puntos del planeta… los animales conviven libremente, el cielo se encuentra en su máximo esplendor, las plantas respiran pureza y los cantos de la naturaleza se escuchan con claridad. La tierra descansa, sigamos respetándola. Mi abuela me enseñó que nunca se le niega un taco a nadie y que si existe posibilidad de apoyar a quien lo necesita, lo hagas. Esto, es para mí una prueba clara de amor. En medio de la madrugada, abro finalmente los ojos y al ver todas estas imágenes, me doy cuenta de la importancia de absolutamente todo. Desde el fondo de mi corazón, ¡Gracias infinitas!

En memoria de: Concepción Medrano Vázquez, “Tutita”. 1932-2020

138

René Nuza Una pandemia y sus enseñanzas

Mi nombre es René Nuza, originario de Ensenada, actualmente radicando en Tijuana, hermano, amigo, abogado y apasionado del desarrollo humano. Iniciaría confesando que al principio de lo que hoy conocemos como una pandemia ocasionada por el virus denominado COVID-19, nunca consideré que fuese a tener semejante magnitud y, por el contrario, opté por subestimar los eventos que ocurrían en continentes tan alejados al nuestro. En pláticas con amigos y familiares no perdía la oportunidad de hacer menos e incluso tomar con el sentido del humor que me caracteriza, lo que sucedía. Era tal mi despreocupación al respecto, que en compañía de mis amigos decidí salir de vacaciones bajo la idea de que era prácticamente imposible que nos sucediera algo. Transcurridas mis vacaciones y llegado el día de mi regreso a Tijuana, me comuniqué con mi madre para avisarle que en unas horas estaría de vuelta en casa y aproveché para comentar con ella acerca de lo que estaba sucediendo. Llamó mi atención que el tono de su voz reflejaba inquietud y un poco de incertidumbre, características que usualmente no encuentro en las conversaciones con ella. Después de despedirme, llamé a una amiga con la cual había estado en comunicación durante mi viaje, para compartirle que ya iba de regreso. En la

139

plática con ella encontré la misma incertidumbre de la llamada anterior, aunado a un poco de miedo. Traté de relajar la situación haciendo un par de bromas para distraer un poco la atención, sin embargo, al final de la llamada por primera vez pensé que quizá lo que estaba pasando en el mundo era algo realmente alarmante. Por último y dado que actualmente me encuentro laborando en la Ciudad de San Diego, California, me comuniqué con mi jefe para saber cómo estaban las cosas por allá. El mensaje que recibí fue claro, “la situación es delicada, el acceso a Estados Unidos se encuentra restringido y muchos trabajos están cerrando por propias indicaciones del gobierno, nunca me había tocado ver algo así”. Al colgar con él realmente vino a mi mente la misma incertidumbre que habían reflejado las tres llamadas realizadas. Mi punto de vista al parecer estaba cambiando. Finalmente regresé a mi trabajo con mucha curiosidad de saber cómo es que se estaba viviendo este suceso y lo que encontré fue realmente sorprendente. El estado de California, la quinta economía más importante del mundo, se encontraba paralizado, indefenso y lo peor, sin respuestas. Al darme cuenta de esto, fue cuando realmente percibí la magnitud de lo que estaba pasando, entendí los mensajes de mi familia y amigos, pero sobre todo entendí que debía de ser responsable, cuidar mi salud y la de mis cercanos. Siempre me he considerado una persona que aun en el escenario más oscuro trata de ver en este una lección y un mensaje positivo, por lo cual lo que actualmente está ocurriendo no sería la excepción. Mis ojos lo que perciben en este tiempo no es más que la misma fragilidad del ser humano, ya que hoy los distingos sociales, el estilo de vida, la educación y la raza entre otras cosas, han quedado totalmente fuera de foco y exhibidos como lo que son, simples banalidades, y por el otro lado, ha venido a resaltar la importancia de reconectar con mi empatía hacia los demás, el valorar mis relaciones, pero sobre todo el entender que como sociedad requerimos apoyarnos, solidarizarnos y unirnos en amor, sentimientos que quizá con el día a día hemos venido dejando de lado.

140

Contrario a comentarios que escucho, los cuales refieren que quisieran que las cosas volvieran a ser como antes de esta contingencia, sinceramente espero que no sea así, ya que sería sumamente triste que una vez controlada la situación y si no entendemos el mensaje implícito volvamos a las mismas prácticas de antes. Es claro que nuestro actuar tendría que cambiar. En lo personal he entendido que estos momentos no tendríamos por qué afrontarlos en soledad, por lo cual hago el compromiso conmigo mismo de valorarme más, cumplir mis objetivos y sueños, de que una vez que pueda tener contacto con los míos poder abrazarlos y expresarles mis sentimientos, pero sobre todo espero ese momento para poder seguir sirviendo a los demás, contribuir a su desarrollo y construir una mejor sociedad.

141

Pita Domínguez En el fluir está el arte

Mi nombre es Guadalupe Edith “Pita” Domínguez, nacida sonorense, ciudadana del mundo. Madre de un hijo, sobreviviente de cáncer de mama, ambientóloga con corazón de oceanóloga, teatrera, amante de la naturaleza y comprometida conmigo misma. Por azares del destino, la pandemia me pilló a cientos de kilómetros de casa, resido en Ensenada, B.C. aunque estoy en La Paz, B.C.S. por cuestiones de trabajo, decía mi madre “por algo pasan las cosas”. El chiste es que acá ando confinada, envidiando a las mamás que tienen a sus críos en casa, junto a su regazo. Mi hijo hace un rato que vive con su novia en Tijuana, se está abriendo camino en el “show business”, músico, compositor, actor, poeta y un poco loco. Después de mí, él es mi persona favorita, a la que más amo, el dueño de mis más hermosos recuerdos, pensamientos y bendiciones. Hace unas tres semanas me habla por teléfono y me comunica que tiene todos los síntomas de Covid 19, independientemente de las llamadas que realizó y aclararme que le dijeron que hablara días más tarde para dar seguimiento a sus síntomas, además de haber ido al médico; el miedo me tomó por asalto, un cúmulo de ideas y temores se me agolparon por un instante. Respiré, inhalé, exhalé, y la calma fue volviendo poco a poco.

142

Es curioso como una acción tan sencilla, tan natural y gratuita puede ser tan poderosa y poco valorada en nuestra cotidianidad, hasta que estamos ante el riesgo de que se dificulte hacerlo. En fin, conforme transcurrieron los días, mi hijo fue recuperando la salud siguiendo el protocolo de salubridad. Confía, me repetí cientos de veces, confía. Afortunadamente, no pasó a mayores, y hoy se encuentra totalmente restablecido. Cuento todo esto, porque a partir de ahí reflexioné acerca de algunas cosas, que intentaré explicar a continuación. Cuando mi hijo era pequeño, siempre le dije que estaba en entrenamiento para cuando yo no estuviera, y que no era necesario que me muriera para que estuviera sin mí. Así que nos dimos a la tarea, a lo mejor hasta inconscientemente, de aprender el uno del otro, cuestionarnos cosas y desarrollar habilidades para estar lo mejor preparados para la ocasión. Cuando llegó el momento de que él se fuera de casa, sufrí lo indecible; así que esta idea de perderlo o de no poder estar con él en esta coyuntura, lejos de preocuparme, me sirvió para trabajar el apego hacia él, comprender que lo que él haga o deje de hacer será para su propio beneficio o perjuicio. Que mi hijo tendría que enfrentar una batalla con sus propios ejércitos y que yo ni nadie podía ayudarlo. El virus nos está poniendo a prueba a cada uno de nosotros y más temprano que tarde nos enfrentaremos a él. ¿Cómo están mis tropas? ¿Cómo las he equipado? ¿Cómo las he entrenado? y así como esas preguntas, muchas, y no nada más en referencia a nuestra capacidad inmune. Todas las religiones hacen hincapié por medio de parábolas o analogías, en la importancia de estar preparados para el momento de entregar cuentas al Creador, una de ellas es la de la lámpara de aceite, la cual mencionan, tiene que estar limpia, llena, lista para cuando sea menester usarla. Sí, la lámpara de aceite es el estado de nuestra vida, no solo la espiritual, sino toda en su conjunto y no solamente para ganarnos el cielo, sino para poder lidiar y crecer con cada una de las experiencias en este plano.

143

Por eso es importante trabajar el ego, la culpa, los remordimientos, los apegos, las debilidades, las fortalezas, la autoestima, la empatía, la consciencia ambiental y la salud física, mental y del entorno. Trabajar en ello, construir puentes de comunicación en base a la confianza, al trabajo en equipo, al amor que pongas en todo lo que haces. Ser proactivo, honesto, congruente, disciplinado, divertido, curioso, y todo aquello que te pueda aportar experiencia para en un futuro enfrentar batallas más cruentas. Es para lo que nos preparamos, para esta experiencia maravillosa que se llama vida. Sí, una vida llena de bichos, virus, bacterias, problemas, cosas que no nos gustan y cosas que nos maravillan y nos enamoran, eventos o cosas que nos darán miedo y oportunidades para ser valientes. En el fluir está el arte, así que fluyo con cada respiración, con cada ráfaga de viento, en cada rayo de sol que pasa entre las nubes. Yo me construyo, me remodelo, me acepto y doy infinitas gracias siempre.

144

Marisol G.C. Mi vida después del aislamiento

Para ser exacta oficialmente llevo un poco más de una semana en aislamiento. Anteriormente lo único que hacía era del trabajo a casa y en esporádicas ocasiones comprar alimentos. Quizá como muchos en un principio creyendo que no es grave o de cierta manera que nada nos pasaría, y digo “nos” porque me refiero a mí y a mi familia. Pero la enfermedad y la muerte como tal se van asomando cada vez más y es aquí cuando tienes que decidir qué hacer, si seguir en la ignorancia del “no pasa nada” o tomar consciencia y elegir el resguardo. Aislamiento, palabra fuerte que sucumbe los oídos al ser pronunciada. Puesto que la situación actual es un dolor colectivo, ya que es inevitable no sentir lo que los otros, bocas sin nada o poco que comer, personal de salud lidiando día a día una batalla, pero lo más triste saber que aún hay seres que se niegan al resguardo y deambulan por las calles, haciéndolo más difícil. Ahora quiero hablarte de mí situación ante esta vivencia. No me aterra el hecho de no salir y “tener que quedarme en casa”, no lo veo como un calvario tortuoso. Creo que es una oportunidad para la introspección. Desde hace tiempo mi vida gritaba ¡alto!, ¡para!, ¡ya no puedo más!, ¡estoy muy cansada!

145

Exhausta de andar siempre a prisa, con el tiempo encima, tratando solo de hacer lo que tenía que hacer por obligación y olvidándome de mi paz y lo que realmente quería. Entonces, comencé a cuestionarme, ¿obligación ante quién? ¿ante los demás o ante mí misma? Creo de manera colectiva para muchos esto era como un frenesí que no se saboreaba, en el que pesaba más la imagen que la felicidad. Y es ahora cuando empiezo a ver las cosas que dejé de hacer que me alegraban, recordé que lo más sencillo era lo que en verdad llenaba mi alma y mi razón de ser. Porque sí era muy cierto que a pesar de que ya venía gritando un alto imprescindible en mi vida, no me escuché y la vida tuvo que parar y sentarme. La vida (DIOS, UNIVERSO, DIVINIDAD) es tan sabia y me dio esta oportunidad, como al resto de la humanidad. Me olvidé de disfrutar por hacer y tener, por creer lo que el sistema me decía que tenía que cumplir para ser alguien en la vida. Pero creo es algo más profundo, sí hacer, pero con un propósito ligado al SER, que haya una razón de corazón, algo que sume y no solo por acumular más puntos ante los otros y llevarse la medalla de oro. Este tiempo aquí en casa ha sido de mucha reflexión, sanación, introspección personal. He hecho cosas que antes no hacía por falta de tiempo, como cocinar, leer, limpiar, escribir, estar a solas conmigo. He ido a pausas, he comenzado a exigirme menos, buscando no juzgarme, y encontrando mis propias palabras y mis melodías para bailar a mi ritmo. No estoy desesperada por ver gente, salir y hacer 100 % mi vida de antes. No quiero regresar a correr, al estrés, a la tensión, la presión, al sometimiento y mucho menos a la apatía. Quiero contemplar los atardeceres en la playa, tomarle fotos a las flores y los hongos, disfrutarme, amar plenamente a mi familia, beber una copa de vino y tomar de la mano a mi novio una vez más. Deseo regresar después de poder escucharme y decir no más a lo que ya no quiero fingir ser, escucharme y saber hacia dónde quiero ir, yo solo quiero regresar y ser yo misma. Quiero salir y disfrutar mi presente sin que el pasado me castigue y el futuro me torture. Yo solo quiero ser yo.

146

Van pocos días, aún falta un gran camino de reconstrucción, y sé que tal vez no será fácil, pero estoy confiada en que esta situación denotará un antes y un después, una resurrección, porque sé que de las cenizas saldremos victoriosos, pero sobre todo conscientes del regalo que es la vida. Sé que cada uno requiere trabajar cosas distintas en su interior, pero en verdad quiero que lo logremos. Pido que de manera colectiva ascendamos un escalón más en nuestra consciencia y sepamos de una vez por todas que somos más que este cuerpo físico, que somos un ser espiritual de luz, viviendo la experiencia humana y que hemos bajado para aprender, pero sobre todo ser felices en este hermoso viaje que se llama vida.

147

Angélica Félix-Moreno La facultad de elegir

Mexicana, residente en Argentina desde hace 20 años. Lic. en Negocios Internacionales. Casada, Ama de casa y madre de 2 hijas adolescentes. Sea como sea, algunos logramos cierta estabilidad casera en la cuarentena, haciéndose presente todas esas cosas pendientes por años. Ordenar, evaluar, priorizar. El orden en casa nos ayuda a todos al bien-estar, y el estar-bien es un bien valioso a llevar al exterior. El acceso masivo a la tecnología nos ha permitido un aislamiento enriquecido por todo tipo de entretenimiento y conocimiento. De uno depende si la cuarentena será aprendizaje productivo o puramente recreativo. Se habla de solidaridad, mientras que el bien y el mal se debaten invariablemente en el mundo, exacerbado por la pandemia. A las 9 pm en Argentina se sale a los balcones a aplaudir al sector salud. En contraparte, vemos que los ataques y repudio a los trabajadores de la salud se expande, incluso agrediéndoles físicamente. Inverosímil que ataques a la mano que te atenderá, acaso enfermes.

148

Si algo tiene esta pandemia es los múltiples aspectos de donde se la vea. Un mundo polarizado, y como todo en la vida, se necesita equilibrio, pero ¿cómo conseguir tal equilibrio? Ahí el desafío. Ahora más que nunca habrá que reinventarse y adaptarse; lamentablemente quien no cuente con tales habilidades, será perjudicado. Ni hablar que la pandemia nos hizo ver cuán vulnerable es la salud, por tanto, aunque hace años que soy consciente de lo importante que es estar bien física y mentalmente, la pandemia la puso en la escala más alta. ¡Mi afán de querer controlar es ya de por sí, un área de mi vida a controlar, já! ahí el dilema. Lo único que podemos controlar es la manera en cómo reaccionaremos a cada evento. Todos tenemos un poder especial: la facultad de elegir. Og Mandino. Tengo 20 años de experiencia en distanciamiento geográfico, ya que al mudarme a Buenos Aires he tenido que alejarme de mi familia. Cada visita al hemisferio norte me ha hecho fuerte, pues en cada encuentro crezco, como en la canción de Cerati “poder decir adiós es crecer”, y ¡vaya si he crecido! Creo que mi lejanía, a la vez se traduce en cercanía pues hago más esfuerzos para estar en contacto. Los avances tecnológicos de las últimas dos décadas ayudaron enormemente. Creo ser muy consciente de las bendiciones que tengo en mi vida y agradezco siempre tener salud, familia, trabajo y espiritualidad. Quiera o no el aislamiento me cambió pues tocó cada aspecto de la vida. La soledad es una tormenta de silencio que arranca todas nuestras ramas muertas. Kahlil Gibrán Hubo replanteo de prioridades y me hizo redescubrir el manejo del tiempo. Definitivamente hay que tener disciplina porque el tiempo que uno piensa que sobra, no sobra, entonces, hay que optimizarlo. El presente está, el mañana no lo sabemos.

149

La libertad, cual preso, esa sí que se convirtió en un bien preciado. A una Sagitariana como yo le acongoja no poder viajar, ni siquiera saber cuándo lo podré hacer, porque mi lema “Viajo, luego existo” vive su peor momento. Esto puso de manifiesto que no solo se aprende de los viajes por el mundo, sino que este, deberá ser uno de los viajes más enriquecedores, el viaje a mi interior. No sé si encuentre mi propósito de vida después de esta cuarentena, pero agradecer es vital, al fin y al cabo, se sabe que todas las religiones se centran en la gratitud y por lo que he leído, la gratitud también se aprende. Confío que este cambio de enfoque hacia lo esencial perdure, agradeciendo y adoptando un estilo de vida en el cuál consumamos menos y mejor. Hay una frase que alguna vez escuché y repito mucho, “el mundo está lleno de buenas intenciones”, el tema es que quedan en intenciones sin concretar. El gran desafío en mi ser es cómo lograrlo, porque siento que tengo teoría, pero es difícil llevarla a la práctica, suena parecido a “tengo 10 teorías para la crianza y ningún hijo, ahora tengo 10 hijos y ninguna teoría”. Muchos nos preguntamos si habrá un mundo mejor después de todo esto, y quiero pensar que sí. El ser consciente de que hay muchos aspectos en mí para cambiar por lo menos me hace sentir bien. No me debe de preocupar si el otro hará su parte, como dicen los argentinos “es lo que hay” y con lo que hay, comenzaré con mi propio cambio para crear un mejor mundo.

150

Julio César Díaz Aprendizaje

Mi nombre es Julio César Díaz Carrera, nací en el estado de Puebla el 25 de febrero de 1975, y llegué a Tijuana hace 29 años, soy abogado de profesión, técnico en urgencias médicas, y entrenador canino. Me gusta el teatro, la música y cantar, soy felizmente casado y con dos hijos hermosos, mi familia es mi motor, mi razón de ser. Pandemia. En enero empezamos a conocer noticias, en el continente asiático había una enfermedad muy grave que estaba matando mucha gente, la preocupación hasta entonces para todo el mundo era moderada, de hecho, en nuestra ciudad de Tijuana la noticia se tomaba de forma ligera, en febrero y marzo la enfermedad ya había migrado a varios países de Europa, comenzaba en España e Italia. Como técnico en urgencias mi interés por ver cómo se atendía a los enfermos en la calle me hizo poner más atención y reflexionar que ese momento era el adecuado para empezar a actuar en nuestro país, era el momento de prevenir, sin embargo las autoridades no mostraban interés, como si la enfermedad no existiera, en abril los contagios ya empezaban a llegar a Estados Unidos, y por ser frontera me dio más temor de que los contagios llegaran rápidamente a nuestra ciudad, mi temor era fundado, pues muchos tijuanenses pueden comprar boletos de avión más económicos para viajar a Europa y salir desde los Ángeles o San

151

Diego, y mi desesperación aumentó cuando las autoridades decían que una estampa de un Sagrado Corazón de Jesús nos protegería, y que siguiéramos la vida normal, que la misma autoridad nos avisaría cuándo nos quedaríamos en casa, sin embargo para esos días mi familia y yo ya estábamos aislados, ya no salíamos más que a lo necesario, y evitamos ir a los centros comerciales y restaurantes, nosotros comenzamos nuestro distanciamiento aproximadamente los primeros días de marzo, habíamos dejado de ver a nuestros padres, tanto mi esposa como yo, pero ya habría tiempo para verlos. Ahora ellos también están en cuarentena, deseamos que estén bien para cuando todo esto termine. Proceso. Este proceso de vida, muerte, asilamiento, me ha dejado un aprendizaje enorme, aunque soy un hombre que disfruta de su familia y siempre he estado al pendiente de las necesidades familiares, ahora estamos mucho más unidos, cocinamos juntos. Los desayunos aprisa, las comidas con menos miembros de la familia, ya sea por escuela o por trabajo, en este momento no pasan, solo nos quedan unas semanas para poder vivir esta relación familia, la cuarentena pasará para mí muy rápido, mi hija entró a la prepa, mi esposa es muy requerida en el trabajo y en el último año ya solo comíamos mi hijo y yo, sin mamá, sin hermana, o los desayunos ya solo eran con mis hijos, mamá se tenía que arreglar e irse al trabajo. Hoy, en esta cuarentena, tengo a mi familia unida y somos conscientes de la cantidad de tiempo que nos hacía falta juntos, sobre todo porque nuestras rutinas de trabajo son muy presionadas, vivimos en automático, todo el tiempo trabajando, incluso no hay tiempo ni para ver películas o series, hoy me estoy dando ese respiro que mi cuerpo en ocasiones me pidió enfermándome. Trabajo. En mi trabajo cuando no veo a un cliente jurídico, veo un cliente para entrenamiento canino, y casi todo el tiempo entro y salgo de casa de forma constante, hace dos años tomé la decisión de comprar un terreno y poner un centro de entrenamiento, y tuvimos muy buen resultado, la gente recomienda mucho nuestro negocio Encan, con esta pandemia tuvimos que cambiar nuestro sistema de entrenamientos y empezamos a ofrecer nuestros servicios en línea, hacemos conferencias con plataformas en internet, había tenido la idea hace un año

152

aproximadamente de hacer videoconferencias y tener clientes de todas partes del mundo, pero se me hacía casi imposible, lo intenté una vez y no me funcionó, me preparé lo suficiente para volverlo a intentar, estaba listo, pero no sabía cuándo sería ese momento en el que empezaría a trabajar en línea, hasta el mes de marzo de 2020, esta pandemia me obligó a iniciar ya con las conferencias de entrenamiento canino en línea, hoy los clientes han tenido el mismo resultado como si estuvieran en el campo de entrenamiento. Sin duda tendremos un mejor futuro, afortunadamente los entrenamientos en línea han sido un éxito.

153

Arlet Valenzuela Coronavirus

Nunca he sido amante de las noticias, pero inició el año 2020 y fue imposible no escucharlo nombrar. Al principio fue algo tan lejano como otro continente, pero poco a poco se fue acercando, hasta vernos recluidos en nuestras casas viviendo la más rara “cuarentena” que sin duda está superando los 40 días. Estoy escribiendo estas líneas iniciando la quinta semana de cuarentena, haciendo de todo para intentar mantener más que nada la mente ocupada, no recuerdo haber vivido antes algo parecido, estoy a unos pocos meses de haberme adaptado a un gran cambio de vida, y cuando empezaba a disfrutar y vivir nuevas experiencias como ir a la escuela, hacer nuevas amistades e intentar un nuevo idioma, de repente es “Quédate en Casa”. Me he sentido dividida, no solo físicamente, emocionalmente dividida, estoy en la lista de quienes además del Coronavirus nos separa la frontera, del “otro lado” están 2 de mis 3 hijos, mis padres, mis hermanos, cuñadas y sobrinos, mis amistades mi negocio y todo lo que concierne, estoy aquí acatando con responsabilidad las indicaciones y aprendiendo una vez más de la mejor maestra, la vida, esa que quieras o no, te obliga, te exige, te mueve a aprender, aprender ahora desde casa lo frágiles que somos, y a su vez lo poderosos, porque tenemos el poder de decidir estar bien con los que amamos, aprovechar cada instante para abrazarlos y decirles cuánto te importan.

154

He aprendido a valorar el TIEMPO, sí, ese que “ no teníamos” y ahora nos sobra, ese del que me quejaba porque no me alcanzaba. Y como todas las lecciones en la vida, a través de la cuarentena tenemos la oportunidad de decidir. He tenido una lucha constante, durante varios días he decidido inconscientemente por el miedo y la angustia. Me he perdido también por horas en la incertidumbre del qué pasará. Pero finalmente aquí estoy de pie, dándole cara, decidiendo a favor del amor, la fe y la esperanza, y otras veces como muchos de rodillas, rogando a Dios por el mundo entero y poniendo en sus manos mi vida y la de todos mis seres amados, confiada de que “esto también pasará” y sin duda iniciaremos una nueva vida, con una consciencia diferente, viva, despierta, alerta y seguros de que podemos superar “juntos”, de corazón a corazón, cualquier adversidad, CONSCIENTES de que el único y verdadero camino es el amor, el amor que me doy y el amor que doy a todos y todo lo que me rodea, es difícil aceptar que hacía falta hacer una pausa y que por mucho que entendiéramos, por más especies en extinción que mirábamos, por más árboles que faltaran por sembrar o que se dejaran de talar ,faltaba Voluntad, faltaba ese detonante poderoso que nos hiciera parar, que nos detuviera de tanto daño a nuestra madre tierra y a nosotros mismos, lamentablemente necesitamos una vez más a nuestra gran maestra obligándonos a decidir de una vez por todas. “Voluntariamente a fuerza” nos está enseñando a valorar lo esencial, la familia. Nos encerró a muchos con pequeños o grandes desconocidos, nos obliga a verlos a los ojos todos los días, y el tiempo suficiente para reconocernos en ellos a nosotros mismos y descubrir que SOMOS UNO. Estoy resuelta a no dejarle al tiempo esos detalles de prioridad, como la familia, los amigos o el lugar que piso, porque el Tiempo ya nos enseñó que él no es el responsable, simplemente fue una víctima de nuestra desidia, de nuestra falta de compromiso y voluntad por luchar y defender lo que decimos que amamos. Gracias infinitas, Coronavirus.

255

Socorro Michel Conavida por siempre

Mi nombre es Socorro Michel (Coco). Nací en San Miguel de Hidalgo, Jalisco, y desde los 6 años vivo en Tijuana. Soy ministro cristiano y estudiante del octavo semestre de teología. Lo que me está dejando esta situación son muchas cosas. Estoy valorando todo mi entorno, el poder andar en libertad, salir a la hora que quiera. Añoro salir a la playa a caminar, vivo a 5 cuadras de la playa y he durado meses sin ir a disfrutar del mar, de lo hermoso que es, pero a la vez estoy despertando mi consciencia, disfrutando de mis cuatro hijos, de mis cuatro nueras y de mis cinco nietos. Todos estamos juntos, preparamos las comidas por turnos, aseamos la casa y hacemos las compras en equipo, todos comemos juntos, vemos películas y jugamos juegos de mesa. Estoy consciente de la gravedad de la situación que se está viviendo a nivel mundial, pero doy gracias y ahora decido cambiar el miedo por fe, esperanza, pero sobre todo por amor. Gracias a Dios por la convivencia y armonía de todos, el amor que se demuestran unos a otros y el cuidado a nuestros niños. Es una coordinación perfecta y aprendo de cada uno de ellos, se manifiesta el amor y la empatía a cada momento, nos estamos dando atenciones, cuidados y apapachos. Qué lástima que tengan que suceder cosas tan fuertes para valorarnos y demostrarnos el amor unos a otros.

156

Yo en lo particular me prometo valorar a cada uno de mi familia y a ser empática cada día. El amor lo es todo y cambia todas las cosas y situaciones tensas, y sí, sentí miedo, hasta desesperación ante el inicio de esta situación que está pasando, pero a medida que fui asimilando, comprendiendo que solo puedo hacer lo que a mí me corresponde, el tener consciencia de las medidas de seguridad y seguir instrucciones pertinentes. Como ser responsable y cambiar el miedo por esperanza, sabiendo que siempre pueden pasar cosas que nos muevan de nuestro confort. Estamos expuestos a esas cosas, así ha sido a través de todos los tiempos, guerras, desastres naturales pandemias hambrunas, pestes y muchas situaciones que han pasado en este planeta, por mencionar este sitio en el universo. Me paré en mis dos pies y pensé ¿por qué nos tocó esto a nosotros? y me contesto ¿por qué no? entonces cambié por completo de forma de pensar… ¡saldremos de esto! ¿por qué no? No me gusta mencionar por nombre a este flagelo, porque al mencionarlo le doy más poder, y como sabemos, el universo vibra y responde. La biblia dice que la lengua tiene poder de vida y poder de muerte, se edifica o destruye. Yo prefiero decir “todo lo podemos en Cristo, que nos fortalece” Filipenses 4:13 De ahora en adelante “Conavida” por Siempre

157

Karla G. Chávez Parteaguas

Nadie parte de la nada; se mejora con otros, antes, con y después de sí mismo. Yehudi Menuhin

Oriunda de Tijuana B.C, México. Instructora de baile de profesión, así como Normalista (Lic. Educación Secundaria Especialidad Español) y Asesora en bienes raíces. 17 de marzo del año 2020 siendo las 8:06 am el aislamiento comenzó para mí. Acudí a la escuela como de costumbre en donde se me notificó que regresara a mi casa por presentar síntomas de gripe, por ello me dieron un cubrebocas, antibacterial y una hoja donde se me pedía seguir indicaciones. Sinceramente lo tomé algo exagerado así que simplemente seguí con el requerimiento y regresé a casa, llamé a mi trabajo en donde me comentaron que trabajaríamos desde casa para evitar exponernos, fue entonces cuando comencé a tomar las cosas en serio y ver la gravedad de la situación. Por mi cabeza pasaron miles de cosas, como salidas con amigos, mis vacaciones pendientes, entrenamientos de transformación y todo lo relacionado con personas importantes para mí, me sentí triste e impotente al no poder abrazar a los seres que amo y peor aún “ya no los vería en un tiempo”.

158

Comencé a pensar lo aburrido que sería, pues poco después comenzaron las clases en línea en donde pude notar que ni alumnos ni docentes estabmos preparados para clases a distancia, en mi opinión y para ser honesta es muy triste el cómo se está llevando la educación en México, pues piden clases en línea cuando gran parte de la población no tienen una computadora o siquiera internet, ¿entonces cómo se evalúa a esos alumnos?, papás haciendo home office e hijos teniendo una clase a la misma hora con solamente una computadora en casa, creo que después de esta cuarentena hay mucho que trabajar en esa área. Los días pasan y comienzo a ver cada vez más casos a mi alrededor, pensé mucho en mi hermana, sobre todo en mis sobrinos, pues tengo 10 años sin verla y a ellos ni siquiera los conozco, imaginé qué sería de mi vida si ellos se enfermaran, fue donde comencé a valorar, agradecer lo que tengo y a ocuparme de lo que puedo hacer en este momento, pues el preocuparme no me ayudaría de mucho. Fortalecí la relación que tengo con mis papás y comencé a hablarle a todos mis amigos a los cuales tenía tiempo sin saber de ellos, al hablarles me contaron de cómo están viviendo y las cosas tan difíciles por las que han pasado, por ello me pregunté ¿por qué tienen que pasar este tipo de situaciones para acercarnos a los seres que amamos?, Es realmente triste, es como cuando muere un ser querido, nos lamentamos, lloramos y le llevamos flores a su tumba recordando todo lo bueno que hizo en vida, en vez de haberlo hecho cuando estaba vivo. Claro que es solo mi punto de vista y con ello no quiero decir que a todos les pase lo mismo. Este tiempo ha sido de reflexión, para darme cuenta qué estoy haciendo con mi vida y hacia dónde la estoy dirigiendo, encontrarme y conocer mis debilidades, mis áreas de fortaleza, para así planificar quién seré después de este encierro, qué voy a hacer y lo más importante por quién lo haré, porque personalmente me di cuenta que lo que estaba haciendo en mi vida era más para agradar a otros sin sentirme plena por eso, comprendí qué suma y qué resta a mi vida. Esto es como cuando tenemos hambre, así que vamos a cenar y de pronto te llevan el menú. Al abrirlo vemos cosas deliciosas, que en ese momento quisiéramos devorar todo, pero si lo hacemos, sabemos que nos puede dar indigestión, entonces optamos por comer

159

carne solamente, aun conociendo nuestro cuerpo y sabiendo que la carne no la digerimos en la noche o ese delicioso pastel de leche siendo intolerantes a la lactosa, ¿y cómo nos dimos cuenta de ello? seguro analizándonos o yendo al médico, es lo mismo con mi vida, este tiempo de cuarentena me ayudó conocer y entender qué es lo que le estaba haciendo daño a mi vida. Me di cuenta de que todo es perfecto, así mismo que esta cuarentena es de unión, valoración, amor y fuerza, pues no se extraña lo económico o lo material, se extraña más un abrazo, un beso o simplemente un apretón de manos. Estoy en total acuerdo que después de este aislamiento todo será distinto, pues el mundo en el que habíamos vivido hasta ahora ya no será el mismo.

160

Olivia Ortiz Reinventarme y vivir en el amor

Soy Olivia Ortiz, nací y vivo en Tijuana. 20 años de casada, mamá Homeschooler de 3 adolescentes, Licenciada en Administración de Empresas, Traductora/Intérprete de Conferencias, Directora de Ventas, Conductora de mi programa en internet, Coach en Cambio de Hábitos y creadora de un Taller para aprender inglés. Hace ya 5 semanas que estoy con mi familia en casa, siguiendo las indicaciones de guardar la cuarentena, mi hijo ya cumplió un mes desde que llegó de Japón y está gozando de excelente salud, lo cual era mi mayor preocupación, sospecho que esta misma preocupación me bajó las defensas, tengo mucho tiempo siguiendo hábitos saludables lo cual casi elimina las enfermedades de mi vida, sin embargo un lunes, hace 3 semanas comencé a sentir escalofríos, temblaba de frío y mi hija se burlaba de cómo temblaba, para dormir me puse mi pijama más caliente, mientras mi hija dormía en una batita primaveral. Esa noche no dormí, desperté varias veces con sudores y una migraña espantosa, creí que ya sin frío mi pijama tan caliente me hacía sudar y, ¿la migraña? pues es que me dormí muy tarde viendo una película triste con la cual lloré muchísimo, así que a pesar de que me vi en el espejo y no me reconocí por lo ojerosa, decidí tomar mi clase de ejercicio en línea, ya tenía 2 semanas tomándola, pero no pude y me preguntaba: ¿por qué me duele todo el cuerpo? ¡ah sí, claro! son los músculos ejercitados de días atrás, decidí dormirme, el dolor de

161

cuerpo era intolerable, pero yo tenía una plática que dar al mediodía vía internet, así que 2 horas después me levanté, me bañé y cambié, di la clase y fingí que todo estaba bien, pero al terminar seguían los dolores y tenía mucho frio así que le llamé a mi amiga que es médico para platicarle lo que me sucedía, me dijo que tenía un cuadro de Covid19: dolor de cuerpo, migraña intensa, fiebre, sudores, ¡no puede ser! pensé, esto sólo les da a las personas que no se cuidan físicamente o que tienen algo que aprender, yo siempre estoy en apertura, aprendiendo y alimentándome sanamente, ¿qué está pasando? Y entonces le dije a mi ego “hazte a un lado que me estorbas.” Pensé: ¿para qué me está pasando esto?, ¿qué es lo que debo aprender que no he querido ver? Inmediatamente le llamé a mi esposo, ya que él estaba trabajando fuera de la ciudad, le conté todo y me dijo que me encerrara en mi cuarto y que mis hijos me trajeran la comida, yo no estaba de acuerdo, le aclaré que la doctora me dijo que mis hijos también ya estaban contagiados, pero que quizá son asintomáticos, mi esposo no quiso arriesgarse y me pidió que me aislara en mi cuarto durante 2 semanas. Tampoco salí por Paracetamol, fue entrega a domicilio, cada 6 horas lo debía tomar para minimizar los dolores, era tan fuerte la migraña que sólo esperaba que llegara la hora para tomármelo de nuevo, no podía estudiar, leer, ver pantallas porque la luz y el ruido detonaban o empeoraban el dolor, me vi forzada a descansar, algo que nunca estaba en mi agenda y que solo hago cuando me enfermo. ¿Será esto lo que me está pidiendo la vida que haga ya ahora mismo? Me vi obligada a confiar ciegamente en todo lo que hacían mis hijos adolescentes durante el día y a depender de ellos, para algunos será fácil esto, pero para mí, no lo fue. Descubrí que está bien detenerme a descansar, a pensar en nada. He hablado más con mi mamá y hermanos, con personas que amo y con amigos cuando antes “no tenía tiempo para hacerlo”. Descubrí que mis hijos son buenas personas, que saben hacer todo en excelencia sin que yo los esté supervisando, que me aman, que no hay necesidad de ser tan exigente con ellos…que todo va a estar muy bien.

162

Hoy veo un futuro abundante, sin miedo, sin desesperación. Todos los días aprendo algo nuevo, sea en alguna clase o al experimentar la vida en casa con mi familia, cometiendo errores que más bien son aprendizaje, aunque sea doloroso. Para mi todo esto es una bendición, una oportunidad de seguir evolucionando, redescubriéndonos, innovando formas de dar y compartir a través de las redes sociales, aprendiendo nuevas herramientas para lograr las mismas metas, pero de distintas formas. Hoy decido reinventarme y vivir en el amor, decido… … ser el cambio que quiero ver en el mundo.

163

Dana Bojórquez Somos eslabones

Mi nombre es Dana Bojórquez, soy una Tijuanense, madre de tres hermosos hijos, con estudios de negocios internacionales y trabajando en el medio financiero como ejecutiva en una casa de Bolsa; además practico la numerología y la terapia de ángeles. Inicié el 2020 con toda la actitud organizando varios proyectos personales y profesionales que me había propuesto y que ahora desafortunadamente gracias a la pandemia han quedado en pausa. Es increíble como en un par de meses puede cambiar la vida de forma tan radical. Quién iba a pensar que un virus se iba a propagar a nivel mundial con tanta rapidez y que lo que hasta hace poco veíamos en las noticias como problemas lejanos ahora ya han alcanzado a personas cercanas. Para lidiar con este encierro he adoptado varias actividades para llenar mi día. Inicio con una rutina de ejercicios dentro de casa, después me pongo a trabajar y a estudiar con el propósito de obtener dos certificaciones profesionales que se tienen que hacer a través de internet. Tengo que confesar que en este momento mi mayor preocupación es mi hija mayor, Diana, que vive en Italia, uno de los países más afectados por el virus y que hasta el momento sigue en una cuarentena estricta.

164

Desde hace mucho tiempo tenía la idea tal vez ingenua de escribir un libro, no sabía exactamente de qué, pero sabía que tendría que ser sobre alguna de mis experiencias de vida, sobre momentos difíciles por los que he pasado y el cómo he salido adelante, que mas allá de hacerlo de una postura protagónica, lo quisiera hacer para ayudar a otras personas que estén pasando por situaciones similares. Hace un par de semanas un gran amigo me invitó a ser parte de un libro con una participación pequeña que busca recopilar las experiencias de sobrevivientes de cáncer desde la perspectiva propia o el de haberlo sufrido a través de algún pariente cercano. Pensé que esta era mi oportunidad para iniciar con la práctica de la escritura y que, aunque a pesar de encontrarme todavía muy ocupada, solo sería cuestión de organizar mi tiempo para poder cumplir con la encomienda. Al escribir mi historia entré en una catarsis al volver a recordar momentos tan difíciles de mi pasado, de revivir en mi mente situaciones que según yo ya había sanado. Tal pareciera que el recordar mi experiencia abrió un portal en el tiempo que me llevó a reactivar sentimientos del pasado, pero también a identificar hallazgos de lo que estoy viviendo en situaciones actuales. Curiosamente cuando escribía mi asignación recibí una carta de una persona muy importante relacionada precisamente con el momento de mi vida que estaba escribiendo, que aparte de sorprenderme mucho me ayudó a sanar en parte esa situación. Al terminar de plasmar mi relato comprendí que había subestimado lo que significa escribir sobre situaciones personales dolorosas, no es nada fácil, me di cuenta de muchas cosas que me habían limitado a arriesgarme para cumplir lo que en ese momento anhelaba con toda mi alma. Sé que si no hubiera estado en la cuarentena me habría auto justificado de no tener tiempo para hacerlo, seguramente lo habría escrito sin la profundidad con la que en esta ocasión lo pude lograr. Estos días, que de cierta forma han sido más tranquilos, se han prestado para ser de mucha introspección, pero sobre todo de aceptación, liberación y sanación.

165

Hoy yo te invito a que, sin necesidad de que te lo pidan, te des la oportunidad de recordar los momentos más relevantes de tu vida, aunque sean dolorosos, puede ser a través de arriesgarte a escribir tu historia, te aseguro que descubrirás muchas cosas sobre ti mismo, pero sobre todo te ayudará a sanar, a seguir creciendo y a lograr tus metas. Definitivamente creo que el Universo nos está obligando a hacer introspección, a aprender a estar con nosotros mismos, a escucharnos, a valorar la nuestra familia, la salud, pero sobre todo a aprender a amarnos. Apenas llevamos algunas semanas de cuarentena y han sido días de sintonizar con una actitud positiva, de adoptar un nuevo estilo de vida, de aprovechar para reinventarnos y sacar lo mejor de nosotros. Son días de apoyarnos unos a los otros, hoy más que nunca me doy cuenta de que todos somos eslabones entrelazados guiados por nuestro ser divino y que tenemos la oportunidad también de ayudar a personas que lo necesitan. Vienen días de ser imparable para conseguir mis sueños, amarme cada día más y amar a mis seres queridos.

166

Edilia Tanaka Desde mi trinchera

Maestra Lic. Dora Edilia Tanaka Cervantes, mexicana, casada, madre de cuatro hijos, de profesión Abogada litigante, Perito Traductor, con Maestría en el Sistema de Justicia Penal Acusatorio, y Maestría en el Planeación con enfoque en Recursos Humanos, Maestra de Inglés, Consultora en Felicidad, Facilitador en Conciliación y Mediación, Capacitador Externo aprobado por la STPS, trabajé como Obrera, Estilista, Vendedora de Avon e Informal, Gerente de Manufactura, SPC Control Estadístico del Proceso, Ingeniero de Planta, Ingeniero Jr. , actualmente cofundadora de Despacho Contable Fiscal y Legal en compañía de mi amigo y esposo Mtro. C.P. Marco Antonio Martínez Lara, originaria de Palau, Coahuila y viviendo en Ciudad Acuña ,Coahuila, Mx. Amo profundamente a mi país, respeto y apoyo a nuestro Presidente, por ello digo que desde mi trinchera estoy haciendo lo que debo hacer para que nuestro país, nuestra salud y economía no colapse, junto a mi familia y esposo que es contador público, para él no hubo el quédate en casa, ya que los impuestos se tienen que pagar y las declaraciones que presentar, a Aarón, mi asistente de medio tiempo, lo envié a su casa desde el primer día de cierre del juzgado, el 19 de marzo del 2020, ocasionalmente he hecho un amparo, o asistencia penal, traducción, asesoría laboral, quejas.

167

Y un día abrí mis ojos y no había que correr a ninguna audiencia, no había prisa por atender un cliente, no existía el dinero para pagar las 8 tarjetas de crédito, ni las dos mensualidades de los coches, así como tampoco el dinero para ayudar a mis familiares y otros, pedí el diferimiento de mis créditos, hicimos uso de la creatividad y empezaron mi hermano Kenjj Sunny, Abril, Akiyoshi a repartir propaganda que tenía guardada, vendieron bolsas de plástico, dulces, cacahuates, tortillas de harina y frijoles cocidos. Finalmente, Kenjj, Aki y Marco nos ayudan a fabricar tapabocas y caretas faciales de vinil. Mi mami Minerva es la jefa. Mi padre, Aroldo Tanaka, el cocinero oficial, mi hijo mayor Atzumy y su socio y amigo Luis, convertían mi otra casa en su local comercial, futuramente llamado DELI-DELI, para la elaboración y entrega de ensaladas y paninis a domicilio. Billy un excelente pintor, puso publicidad en dos bardas diciendo mis nuevas habilidades como Consultora en Felicidad, lo del Kit de la Felicidad, mientras estaba en casa escribí esta reflexión y una presentación para un taller de las Herramientas para tu Felicidad Infinita, donde explico la razón del acreditamiento como Consultora en Felicidad por Tony Hass. En el taller explico que tenemos tres cerebros: El cerebro reptiliano, más primitivo y es la base de nuestro sistema de supervivencia. Vive en el ahora y su misión es superar cada situación a la que nos enfrentamos. Se encarga de las funciones vitales y es muy resistente al cambio el límbico. El cerebro límbico, que nos hace emocionales. Codifica la información en forma de emociones que influyen en nuestra manera de tomar decisiones y el neocórtex. Cerebro córtex, cerebro racional responsable de procesar la información de forma lógica, que podemos crear hábitos que estos a la vez nos generan hormonas de la felicidad como son la DOPAMINA llamada también del bienestar, ello se logra cumpliendo pequeñas metas, escuchando música, ayudando a otros, SEROTONINA, misma que depende del buen funcionamiento del sistema intestinal, biliar, pancreático, ya que esta hormona se sintetiza en nuestros intestinos, la elevamos si dormimos bien, ejercicio aeróbico, habilidades,

168

sentirnos importantes, ENDORFINA, esta se estimula al reírnos, al llorar se produce un desahogo, OXITOCINA, el químico que se genera cuando una madre ama a su bebe, cuando se brinda protección, confianza, y CORTISOL, esta es la hormona del stress, y es la que hay que bajar generando todas las anteriores, ya que para que se disipe se tarda 2 horas. Ese es nuestro Kit de la felicidad el que hay que reforzar día a día con buenos hábitos, como dormir bien, comer saludable y para nuestro cerebro, ingiriendo almendras, nueces, aguacate, salmón, cacao. También planeando a corto plazo, agradeciendo, y llenándonos de pensamientos positivos. Somos lo que pensamos y en esta crisis hay que ser creativos. Pedí el diferimiento de mis pagos, y me enfoco en quedarme en casa el mayor tiempo posible con mi hijo Akiyoshi, mi nieta Abril y mi tío Goyo. La pandemia me causó incertidumbre, más sin embargo esto sacó lo mejor de mí y de mi esposo. Ahora en familia tenemos taller en casa, fabricamos cubrebocas lavables y caretas vinílicas faciales. ¡Desde mi trinchera doy lo mejor de mí, por el bien común!

169

Rebeca Sainz El renacimiento de la humanidad

Soy Rebeca Sainz (Becky Sainz), tengo 60 años, Casada con Juan Antonio y madre de Iván y Mitzy. Estudié 7 semestres de Psicología Clínica y dos de Contabilidad y Administración de Empresas. Nací en el estado de Sinaloa México, radico en Tijuana, Baja California, México, en la cual me siento y considero nativa de aquí desde 1968. Cuando recién empezó este Coronavirus en China, para mí estaba muy lejos de mi país. Como una mancha roja voraz iba esparciéndose por los países de Oriente y europeos, pasó de un continente a otro, al americano, ya que Estados Unidos de Norteamérica empezó a tener personas contagiadas Después el coronavirus llegó a México, mi país. El primer infectado fue en la Ciudad de México, tan concurrida por los vuelos internacionales y un punto clave para todos los destinos del país. En los estados de Nuevo León y Monterrey también aparecieron contagiados, cada vez se acercaba más a mi ciudad, ya estaba en Mexicali, Baja California, al otro lado de la Rumorosa, todavía no llegaba a Tijuana.

170

Pero Tijuana no fue la excepción. Con el ir y venir de la frontera, ya que es otro punto estratégico para entrar al país por aire y por tierra, y aunque redujeron el paso a los turistas y solo pasan hasta la fecha, ciudadanos y emigrados, gente que trabaja allá y vive acá, era lógico que acá también llegaría. Empiezan a aparecer los primeros contagiados, comienza el pánico de algunos, otros aún a estas alturas no se la creen, dicen que es mentira. Cuando el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pidió el QUÉDATE EN CASA por salud, muchos piensan que era una manipulación del gobierno para tenerlos encerrados. Se adelantan las vacaciones de Semana Santa generando polémica, no clases escolares de ningún nivel, poco a poco se van cerrando dependencias de todo tipo. Las compras pandémicas han subido los precios como resultado. Tiendas abarrotadas por la gente llevándose productos en exceso. Claro, los que podían, los que no, a esperar que llegue su paga para abastecerse y a ver qué encuentran. ¡Qué nos dejaron! La economía mundial se va de pique en todo el mundo, pero yo les hablaré de mi ciudad. Muchos comercios, fábricas y restaurantes cerrados. Los pequeños contribuyentes que despiden a sus empleados. Los comerciantes ambulantes que ya no pueden vender. Los ancianos empacadores de los supermercados que por salud y por ser muy vulnerables por la edad los mandaron a casa, ya no tendrán ese ingreso que los ayudaba a sobrevivir. Los llamados mercados sobre ruedas o tianguis, (ambulantes diarios) están dejando de ponerse a vender por mandato y que no haya más aglomeración y contagios. Cines, playas, centros de baile, comercios, estéticas y peluquerías deben cerrar, pero no todos hicieron caso. Solo negocios de primera necesidad como farmacias, hospitales, supermercados, panaderías, tortillerías están abiertos. Y la gente se enoja porque no todos se quedan en casa y dicen que no entienden. Más bien los que no entienden son ellos, que no todos lo pueden hacer, porque si no salen no podrá su familia comer, ni pagar los recibos necesarios, como luz, agua, etc.

171

Mi país es joven, donde hay sobre todo muchos niños, que requieren alimentarse. Madres solteras que son el sostén de su hogar. Y muchos Millennials. Al principio de la pandemia mi hijo y mi esposo enfermaron. Mi mundo se me cerraba por no saber qué tenían. Los síntomas eran mucha tos, calentura alta, un horrible dolor de cabeza y de cuerpo, dificultad para respirar y expulsar la flema. Fue catastrófico, al grado de dormir como 2 o 3 horas diarias, por 2 semanas para cuidarlos. Acudir al médico particular fue la mejor opción, ¡el diagnóstico para ambos fue Bronquitis!, ¡Uf, Qué alivio! Ahora que conozco los síntomas del Coronavirus ya no sé si fueron ciertos los diagnósticos de los 3, porque yo también me contagié de su virus, aunque más leve. No soy médico, pero el Coronavirus empezaba y no sabían mucho de él. Yo tuve contacto con dos personas de EE. UU., y una de ellas estuvo enfermo con los mismos síntomas de mi esposo. Aún quedan secuelas a dos semanas de eso. En lo económico seguimos muy quebrados. Créanme, tomar té si sirve, muy buenos para la tos y expulsar flemas. 1.- Jengibre, ajo, canela, limón y miel. 2,- Orégano, canela, ajo, cebolla, limón y miel. Ahora mi esposo y mi hijo, por la necesidad económica son de los que, aunque quieran, no se pueden QUEDAR EN CASA, solo mi hija y yo. Les reconozco enormemente su esfuerzo y exposición de un ambiente contaminado afuera de las 4 paredes de nuestra casa, y cada día que pasa, y se van a trabajar, se van con mi bendición, pidiéndole a Dios Padre Todo Poderoso y al Universo que los cuide, los proteja y regresen sanos A CASA. Amo a mi familia, y ahora con todo esto de la pandemia, estoy retomando mi rol de cocinarles lo que les gusta, de ayudarles con su ropa, éramos una familia con autosuficiencia para todo. Ellos no se pueden quedar en casa, pero yo sí puedo consentirlos con sus necesidades. Las oraciones y las buenas intenciones son muy efectivas y cuando pido por mi familia, pido por todos mis hermanos de todo el mundo, porque de alguna manera estamos conectados en el universo, y esto

172

que está pasando, te duele a ti, me duele a mí, y aunque digan que la Tierra está limpiándose, no creo que le guste que sea a costa de la vida de sus hijos. Espero que Dios nos dé la oportunidad de tener un mundo mejor, reforestar la tan dañada tierra, rescatar a las muy importantes abejas para la vida del planeta en general. Ser fuente de amor e inspiración para nuestros hermanos. Y muy pronto poder abrazarnos, y transmitir esa linda y abundante energía en un saludo con un beso. Estoy contigo, cuenta con mi apoyo y que resuenen nuestros corazones en un solo latido. Por salud, ¡quédate en casa, si puedes! Vibra alto, vibra libre y vibra recio, sube tu energía a la máxima potencia. Sé positivo y recuerda… No claudiques, siempre habrá un mañana mejor.

173

Adriana Navarro Vibrando alto, en gratitud

Mi nombre es Adriana Navarro, mexicana, con 33 años, de profesión en diseño y decoración de interiores, actualmente colaboradora en una empresa de servicio básico del país, radico en la ciudad de Tijuana, Baja California. Hoy ya en mi tercera semana en casa, en aislamiento, ahora tengo la posibilidad de ser parte de este proyecto. En conjunto con amigos, puedo escribir unas palabras de reflexión referente a cómo me he descubierto ante esta pandemia que está sacudiendo al planeta entero. No encuentro otra formar más que experimentarme en total gratitud con el universo por lo que me da. Elijo vibrar alto, pues a pesar de este acontecimiento en el que el ser humano se volvió tan vulnerable, hoy sencillamente tengo un día más de vida. Tengo razones de sobra para estar en gratitud ante la circunstancia que estamos viviendo, sin embargo, debo de decir que no fue tarea fácil el empezar a vibrar en esta emoción. Todos estamos hechos de energía, nuestros pensamientos y emociones hacen que nuestra chispa vibre constantemente, la alegría, la felicidad al igual que la

174

gratitud, por ejemplo, son emociones que vibran alto y que impulsan al ser humano a tener bienestar, es como si fuera un imán, según como te experimentes, es lo que atraes a tu vida. Hace ya tiempo empecé a invertir en mí SER, viviendo en transformación personal; coaching, lecturas, cursos de crecimiento, emprendimiento y finanzas personales, con el fin de obtener herramientas que me permitan rediseñarme constantemente para ser la mejor versión de mí, a su vez, impulsándome e inspirándome para alcanzar mis metas y sueños. Aun teniendo todas estas herramientas, en ocasiones mi voz interior me abrumaba con conversaciones limitantes, pensando que todavía no alcanzaba mis sueños, culpando al tiempo de no ser suficiente, culpando al trabajo por no cumplir con mis expectativas y no permitiéndome desarrollarme en mi área profesional. Parecía imposible parar con todo eso, aun consciente que dependía solamente de mí, continuaba en la corriente del día a día, requería parar, asegurarme de que estaba en el camino correcto que me llevaría a lograr mis metas o tomar un rumbo distinto y fluir de nuevo. Soy fiel creyente de que el universo es sabio, las situaciones que vivimos no son casualidad, todo pasa por algo, todo tiene una razón de ser, no se sabe a ciencia cierta si será algo favorable o no, pero sin duda tendrás un aprendizaje de él. Una de mis frases favoritas es “el universo conspira”, y ahora no tengo duda de eso, pues en esta ocasión conspiró a mi favor, regalándome tiempo, aprendizaje, consciencia, entendimiento y lecciones de vida. Estos días en casa me regalaron lo que tanto pedía, se ha llenado con un silencio acogedor, con una sensación de serenidad, amor, gratitud y reflexión que abraza a mí SER. Esta experiencia de vida me empujó a detenerme para poder traer claridad a mi mente, observar a mí alrededor permitiéndome también echar un vistazo a mi interior y poner en claro cuál es mi propósito de vida. Claro, no todos los días he tenido esta sensación de satisfacción al estar en casa, también ha habido días difíciles, sensaciones extrañas y totalmente cambiantes. Al igual que todos, mi vida cotidiana dio un giro inesperado, con aislamiento, incertidumbre, distanciamiento y pérdidas.

175

Hablando con honestidad, puedo decir que hasta el día de hoy no había sido totalmente agradecida de lo que he creado para mí. Hoy paro con todo, genero conciencia, giro mis conversaciones, abro los ojos y elijo vibrar positivo, agradeciendo al universo por darme claridad, abrirme a nuevas posibilidades, tener tiempo de calidad en casa y un trabajo que me sustenta y me estabiliza. Hoy también me reconozco por encender mi creatividad al máximo y sorprenderme con nuevos proyectos e ideas, por mostrarme mi “ikigai”, mi sentido y razón de ser. Agradezco por lo que he creado para mí, por creer en mí, por regalarme uno de mis sueños y pasiones más grandes que es viajar, conocer el mundo, maravillarme con cada uno de sus paisajes, colores y sabores. Agradezco por la vida misma, la de mis padres, hermanos, pareja, familia, amigos y la de Cheto, mi perro. Porque una y otra vez elijo vibrar en amor, en armonía con energía positiva y gratitud, confiando en que llegará el día en que todos podamos abrazarnos de nuevo.

176

Cristy López Sublime Gracia

Mi nombre es Cristy López, originaria de Morelia, Michoacán y residente de Riverside, California. Madre de dos hermosos hijos, Contador Público de profesión, directora y dueña de una empresa importadora de frutas y verduras. Pijamas y pantuflas han sido mi uniforme por ya casi 40 días con algunas pequeñas excepciones y es que ni ánimos de arreglarme ¿para qué? ¿para quién? Mis comadres me regañan y dicen que para mí misma y tienen razón, mi ánimo cambia cuando lo hago, pero ¿qué no es también valido descansar del maquillaje? ¿del alaciado de pelo? ¿de los tacones? Sí no es ahora ¿cuándo? Viendo el lado positivo de la cuarentena es una oportunidad única para bajar el ritmo de la vida, ¿no es acaso lo que por mucho tiempo estuve deseando?, ¿no me la pasaba quejándome de lo rápido que iba todo y que no alcanzaba el tiempo ya ni para un café con las amigas? Nos habíamos metido en la vorágine de la productividad, hacer, hacer y hacer, descansar solo para poder seguir haciendo y haciendo, porque había que tener más, había que alcanzar el éxito, había que viajar más, había que saber más, prepararse para un futuro incierto lleno de monstruos que, si te agarran desprevenido, te comen.

177

Y bueno, cuando nada parecía detener al mundo, aparece una figura microscópica e invisible para hacerlo, un virus que se contagia con gran facilidad y trae en jaque a todos los sistemas de salud del mundo entero. El miedo, la ansiedad y la incertidumbre se empezó a apoderar de todos, las noticias no paran de hablar de número de muertos y lo peligroso que es salir y darnos besos y abrazos, y en medio de todo eso, estuve pensando de qué forma podría yo contribuir, no solo a mi familia, sino a mi círculo más cercano, a atravesar esta situación. Así es que el día primero de abril comencé el reto de 28 días de gratitud con más de 50 participantes, diariamente se recibe un audio para trabajar nuestra gratitud, para mí y para muchos nunca había sido más oportuno hacerlo, y acompañado ha sido muy gratificante. En medio de este encierro el alcalde de Riverside invita a la población a salir a las puertas de sus casas y cantar todos a la misma hora, el día 12 de abril, la canción Amazing Grace. Dos días antes toca a mí puerta un vecino de la cuadra, con quien en 12 años apenas había cruzado saludo, cargando una caja grande llena de frutas, verduras y algo de despensa e invitándonos a cantar afuera de su casa, el sacaría la guitarra y con cubre bocas y sana distancia los vecinos nos uniríamos a la propuesta de nuestro alcalde. Fue hermoso ver y conocer a muchos de mis vecinos, aunque fuera en tal circunstancia, no sabía que vivieran tantos niños en la cuadra, ahora salen en sus bicicletas todos los días, me encanta verlos, me dan la sensación de que el pasado regresó y todo está bien. Al terminar de cantar, el vecino nos dijo que eran tiempos difíciles, pero que por favor tocáramos a su puerta si algo necesitábamos, lo cual me conmovió muchísimo y descubrí que dentro de todas esas casas hay humanos igual que yo, por ridículo que eso suene. No conozco casos cercanos afectados por el virus al día de hoy y espero así transcurra todo el año, pero en medio de toda esta crisis un conocido cercano, de casi 60 años, se quita la vida culpando al presidente por la mala administración y porque no quería ser testigo de este pequeño apocalipsis que la humanidad está viviendo. Él dice en su carta póstuma que lo peor está por venir y él no quiere ser testigo de eso, que su hijo de 16 años está preparado emocionalmente para enfrentarlo y sabrá comprender sus motivos. Fue una noticia muy dura de recibir y que todavía me cuesta trabajo digerir.

178

Esta cuarentena ha sido un sube y baja de emociones, buenas y malas, quiero pensar que todo tiene un propósito en esta vida y aunque lo sigo descubriendo día a día, hoy puedo decir que soy más consciente de lo frágil que es la vida, de que todos dependemos de todos para sobrevivir, que un restaurant sin gente no se antoja, un concierto solo no se disfruta y que un abrazo nunca había sido tan importante. Qué bendición poder estar presente también en este libro. Por si aún no lo lees, te recomiendo “Lo que encontré en casa, Redescubriendo el SER”. Me siento agradecida y afortunada en compartir mi reflexión contigo. Gracias Rodolfo Michel, por esta oportunidad. Agradezco también el encontrarme bien de salud, mi familia y amigos, este es mi día 29 de aislamiento, siendo 10 de abril del 2020, viernes Santo, estamos en Semana Santa, viviendo estos días santos, desde nuestras casas, a causa de las medidas de seguridad por el Covid-19.

179

María Dolores Hurtado De amor se trata la vida

Mi nombre es María Dolores Hurtado Medina, originaria de mi amado Pueblo Mágico, Álamos, Sonora. Actualmente vivo en mi Tijuana, B. C., noble y generosa. Una de las reflexiones que más me mueve en estos días de aislamiento, es la importancia de cuidar nuestra salud en todas las áreas. Salud física, salud mental, salud espiritual, salud del alma, salud total de nuestro SER. Aunque esta es una reflexión que ya había tenido hace tiempo, con el impacto del COVID-19 en nuestras vidas se reforzó aún más. Según los expertos, si el sistema inmune está débil, somos más propensos a contraer el virus y padecerlo. El sistema inmune se fortalece gracias a una buena alimentación y ejercicio físico, mental y espiritual, es decir, que los altos contagios y propagación se deben a que todas esas personas que lo han adquirido han venido descuidando alguna o todas esas áreas. Las personas más propensas a agravarse son las que padecen hipertensión, diabetes, sobrepeso, obesidad y adultos mayores. En los informes de fallecidos, ya no solo fueron adultos mayores, si no personas de entre los 30 y 40 años también, incluso jóvenes.

180

Las consecuencias de no cuidar nuestra salud son evidentes en cualquier momento, nuestro cuerpo siempre nos está informando, avisando que algo anda mal, aun así no le damos la importancia que merece, continuamos descuidando nuestra propia persona, perdemos el enfoque con todo lo que nos distrae de darnos amor, ocupándonos mayormente de todo lo que hay afuera, en el exterior y hacia el interior poco volteamos a ver, además de no adentrarnos y ocuparnos, porque sin duda, de esto se trata, de amor propio, de amarnos total y completamente. Ahora que concientizo más la importancia de cuidar nuestra salud, me pregunto cuántos de los que se saben vulnerables han podido darse cuenta de esto y lamentarse, deseando regresar el tiempo, quizá para dejar de consumir aquellas simples galletas que le hacían subir de peso, o aquella otra persona que a consciencia sabía o sabe que su enfermedad de diabetes se pudo haber evitado, simplemente con dejar de consumirse en corajes por cosas que al final nunca tuvieron tanta importancia como su propia vida, su propio ser, o aquella otra persona que por capricho nunca quiso hacer las paces con su espiritualidad… ¿Te das cuenta? ¿Puedes observar con claridad que todo lo que consumimos tiene un impacto en nuestro cuerpo, en nuestra alma, en nuestra mente y espíritu? ¡La vida! Es evidente el grito desesperado de auxilio de la humanidad suplicando sanación, implorando atención. Es una bendición que en cada persona se encuentra ese poder de transformación, reestructurarnos, reconstruyendo el pensamiento, edificándonos. Como podemos darnos cuenta, alimento no solo es comida, ni agua, también alimentamos la mente y el espíritu, el alma, el corazón, ellos también se deshidratan, desnutren, enferman y, desafortunadamente, algunos llegan a morir, desfallecer. Almas negras, espíritus apagados, mentes retorcidas, SER gris, sin luz, sin brillo, sin resplandor y sin bondad. Somos tan distraídos, que no nos detenemos a pensar en esto, compadecerlos, amarlos, darle la importancia y ocuparnos de ello, no nos damos cuenta, o es por simple ignorancia, es por eso que desde que inicié el escrito vengo repitiendo ¡cuerpo, mente, alma, espíritu, un solo ser! Porque aquí están, en ti y en mí, a donde estemos y vayamos van con nosotros, no solo son nuestra carta de presentación, son nuestro manantial y fuente de vida.

181

Te invito a hacer introspección, a cuestionarte: Siendo yo fuente de vida ¿en qué estado se encuentra mi fuente? ¿Cómo le represento ante mí mismo y ante el mundo? ¿Está convaleciente, vibra? ¿la tengo en agonía, sufre? Es decir ¿sufres? ¿padeces? ¿Cuáles son tus síntomas? ¿Dolor de cabeza, quizá? ¿cansancio, pesimismo, odio, deseos de venganza, hipertensión, enojo con la vida? ¿depresión, desesperanza? ¿agotamiento mental? ¿profunda tristeza? ¿desánimo? ¿alegría, optimismo, actitud positiva y regocijo en el alma? ¿agradecimiento y vibración alta? Es necesario y merecemos despertar la consciencia en este sentido básico y profundizar en cada una de estas áreas, despertar, vivir con consciencia. Profundizar que ese merecimiento no es únicamente para mí, para ti, como individuos, al ser uno con la humanidad y con la vida, el merecimiento es en conexión con el universo, con el todo, de hecho, esa energía nos busca para alinearnos. Afortunados los que estamos con los brazos abiertos, flexibles, dispuestos a incluirnos, porque sabemos que la humanidad merece dirigirse a la excelencia. Saber elegir de qué alimentamos la mente, el espíritu, el cuerpo, el alma, es lo que nos encamina y determina la calidad de nuestro bienestar, es un trabajo diario llevar una vida digna; sin tomar la decisión de amarnos, no se logra, es una elección a consciencia, estar enfocados en la visión de lo que queremos para nosotros mismos, no estamos solos, como lo mencioné hace un momento, el cuerpo nos avisa, nos alerta de lo que requiere, así de maravilloso y extraordinario es, de igual manera el grito constante de auxilio por la salud integral de la humanidad, como lo es y podemos ver con claridad en estos días, por lo delicado de la situación y la urgencia de que la gente recapacite y le dé importancia al quedarse en casa para detener al virus, respetando con amor su vida y a sus semejantes. ¿Cómo no amar y no valorar nuestro ser y a la humanidad entera? Estamos en conexión, recibiendo y enviando señales de auxilio y de apoyo.

182

En lo personal hace tiempo pude concientizar esto, he venido trabajando en ello, modificando mi alimentación, consumiendo nutritivo mayormente, desde comidas, hasta información que sane y edifique mi ser totalmente, paso a paso voy avanzando, me gusta cultivarme y generar en mi interior esa energía bonita que todos necesitamos y merecemos, lo atesoro y disfruto mucho, el amor. Han pasado días desde que inicié este escrito, hasta hoy llevo 38 días de aislamiento y agradezco profundamente mi camino recorrido en aprendizaje y conocimiento, es por ese beneficio que elijo continuar redescubriendo, retroalimentando y enriqueciendo mi ser. Irme conociendo ha sido y está siendo la mejor de mis ocupaciones, cambiar y mejorar no es fácil, sin embargo, ese proceso me empodera. Amo saber que no soy la misma de antes y que en un futuro seré mucho mejor que hoy. Muchas gracias por leerme, Dios nos bendice y lo seguirá haciendo. Recuerda, de amor se trata la vida…importante y necesitado como ahora.

183

Mirza Muñoz Encendamos la llama

Mi nombre es Mirza Muñoz, tengo 39 años, radico en Tijuana B. C., Artista Plástico autodidacta enfocada en la pintura acrílica. Comparto propiedad de la marca Santa Leyenda Bar®, su tema es la lucha libre mexicana, así como también formo parte del equipo Conciencia Plena, escuela de Transformación que cumple ya seis años operando y transformando vidas en Tijuana. Llegar a este mundo a ser libre en todos los sentidos es sublime, así como cualquier ser viviente existente; la LIBERTAD radica en mi interior, le llaman libre albedrío, decido para bien o mal, proclamándolo dualidad existencial, pero siempre con la finalidad de aprender y madurar. Este último mes he estado confinada en casa, pudiendo entenderse erróneamente como encierro, falta de independencia o aburrimiento; para lograr la felicidad o consciencia absoluta, la libertad no depende de nada ni de nadie más que de mí como ser humano, solo pido tiempo y aire para seguir respirando. La vida es SENCILLA y cortés, todo es cuestión de fluir respetando a otros seres humanos sin sentirse superiores, sin creer que la vida es siempre competir o ser intolerantes.

184

Ser sencilla es poseer humildad desde lo más profundo del ser, vivo de manera digna, valorando todo lo que ven mis ojos, aceptando a todo ser humano como es y brindándoles una amistad sumamente sincera. Mi palabra favorita AMOR, la cualidad más hermosa que puede existir en el universo, clave absoluta; en mi opinión es incondicional, se siente desde el fondo del alma, es desinteresado, perdona, está latente, es vital, en sí todas las cualidades positivas existentes, jefe de jefes; el amor es la energía más poderosa universalmente, esa energía loca y rara que siempre se sale y hace de las suyas, pero es eso, AMOR. Aquel que tiene fortaleza y valentía para perdonar una ofensa, sabe lo que es amar de verdad. Ocurro la cualidad más intensa, esa que impulsa mi motor y empuja a mi intención, es mi espíritu, es la fuerza y deseo que hacen vibrar cada átomo de mi cuando escucho su latir, esa fuente de energía llamado SER, ese huracán que provoca mis más grandes instintos, ese viento que viaja por mis venas y encuentra salida por mis ojos al escuchar esa canción, esa es mi PASIÓN. Afrontando los grandes desafíos que nuestro planeta nos presenta y desde luego vencerlos; es estar en la cumbre y deleitarnos de su vista hermosa, mientras dure, así como disfrutar de los valles y praderas cuando estos se presenten, es lograr abundancia en todos los sentidos, esto sin duda el ÉXITO. Todo depende del color en que veas el vestido, frase que utilizo a menudo, dándole alusión a la perspectiva en que afrontemos la realidad. Muchas veces nos aferramos a creencias inculcadas, situaciones o ideas que en realidad pueden ser diferentes. Te invito veas las cosas de manera distinta, verás como súbitamente se ilumina tu mente de nuevas experiencias, incitando a que vivas la oportunidad de conocer, sentir y fluir con tu presente, con la vida; valorar y agradecer todo aquello que el universo nos pone delante, asegurándote será algo favorable, aunque sea una experiencia negativa, como el tema actual del Coronavirus; algún día comprenderemos la razón existente de este escenario, abriendo nuestra mente para lograr aprender la máxima cantidad de vivencias duales, al fin de cuenta son experiencias que se convertirán en nuestro legado.

185

Mis actividades predilectas son escribir, pintar y meditar, dejándolos de lado con el tiempo, abandonándome físicamente; quizá inconscientemente olvidé cosas que amaba hacer, dejé entrar miedos y enjuiciándome me perdí, todo eso que ya había sanado antes de alguna manera había vuelto, Hoy Paré y vi de una manera distinta, lo vivencio, lo analizo y me pregunto ¿para qué?, ¿acaso esto me hace sentir bien?, ¿me trae algo positivo? Evidentemente ¡no! Suelto y respiro de nuevo. Entiendo que la vida y el universo entero es un misterio, definitivamente no es un cuestionamiento, ni un enigma que descifrar, no es una pregunta que debe ser respondida, simplemente es inexplicable. La existencia puede dar un vuelco en cuestión de segundos; hace cinco meses estaba tranquila sobreviviendo, recuerdo escuché por primera vez algo relacionado al virus, papá me lo advirtió, como si él pudiera ver el futuro, me dijo todo lo que sucedería unos meses después, claro, lo tiré a loco, ¡cómo crees! eso no va a sucederá aquí le dije, ¿Cómo puede ser posible que morirá tanta gente?, una cortina de humo más. Hoy la situación es caótica en mi ciudad, siendo de las más afectadas. Entiendo todo desde un trasfondo, el Planeta Tierra. Sé que algunos intentan cuidarla, la mayoría simplemente abusa suministrándose de ella. Tristemente los humanos que recibimos la tarea de manejar el mundo con amor, en su lugar lo agraviamos sin otra consideración que nuestros impulsos más bajos, pensamos poco en nuestros descendientes, quienes heredarán nuestras faltas. Así que usamos y ultrajamos nuestra Tierra con poca consideración, pero cuando ella quema, llora, retiembla o sopla, algunos se sienten ofendidos y alzan el mazo contra nuestros gobernantes, los ricos y hasta Dios. “A veces ocupamos llegar a fondo para poder tocarlo e impulsarnos con él” dice un dicho. La vida puede ser muy dura e injusta, eso nos queda evidente con esta experiencia de Covid19; haber vivido tragedias, muerte de un ser querido, enfermedades pandémicas, experiencias desagradables, perdido todo, aun así, dependemos de cómo veamos el color del vestido, ¡porque aún estamos vivos!, nuestra divinidad nos ha dado todo para complacernos conforme lo hemos requerido en su momento. Sé que Covid19 ha sido extremadamente triste, quizá sea difícil transformarlo en una sonrisa, en su lugar convirtámoslo en un suspiro de ¡qué alivio! Estoy en casa, sigo con vida y el estar aquí apoya allá afuera. Dejémonos de reproches, de vivir

186

esperando respuestas, porque quizás jamás llegarán, el esperar solo provoca desgaste emocional y estamos en casa para disfrutar, gozar, sentir, valorar y aprender a amar todo lo que existe allá afuera, apreciando este regalo divino que hoy se nos presenta. Mi divinidad me ha dejado sin dinero para que salga a relucir esa creatividad y talento que llevo dentro, veo color, brillan en mi las ideas, tengo solo lo necesario, ese apoyo que siempre desee, me siento tan agradecida con la vida; vivo esta cuarentena con una personita bellísima, divertida, amorosa, ocurrente, brillante y extremadamente creativa, me inspira a seguir adelante, un ser que me incita a continuar descubriéndome, a honrarme, reinventarme, amarme tal cual soy y a escuchar esa música electrónica que nos hace vibrar mientras cocinamos, es mi timón, mi vela y cocapitán, una gran bendición en mi camino; que bellísimo aprendizaje, pasar más de sesenta días a su lado, repartiéndonos tareas en casa, divirtiéndonos al máximo, creando un vínculo hermoso con respeto y comunicación; cada ser tiene su propia y única inteligencia, ninguno es más que otro, solo en experiencia. Honremos a cada uno tal cual es en esencia y recibamos lo que tienen para ofrecernos y aprendamos de ello. Sugiero que con la misma certeza en que sabemos que moriremos, tengamos la seguridad de que el éxito, el amor, la sanación y la abundancia ya están aquí. Recuerda que si no hay magia, entonces ¿qué diablos hacemos ahí?, este tiempo es valiosísimos con nuestra familia o pareja, ¡qué bendición!, ámalos, ante todo; increíble pero las personas realmente felices no son las que tienen todo fácil o lo mejor de todo, si no las que hacen magia con lo que tienen, las que usan su imaginación dando pie a la creatividad con su pasión, amor, fuerza y valentía. Esas que con cada paso van marcando un color distinto y brillante en su camino. Dicen que la única manera en que los exámenes sean fáciles es estudiando, creo yo con entendimiento y experimentación (quizá reprobando y repitiéndolo una y mil veces) aunque las oportunidades y el tiempo son únicos y valiosísimos. Los aprendizajes son personales, cada uno tiene su vereda, tiempo y nivel; en ocasiones somos parte del aprendizaje de alguien más, ¡bienvenido al Colegio de la humanidad!; aprovechemos y disfrutemos todo eso maravilloso que este planeta nos brinda, absolutamente todo es asombroso, sea complejo, burdo, fatigoso, engañoso o silencioso de cualquier manera nos llevará al destino y comprenderemos eventualmente.

187

BENDITOS momentos que detonan mi creatividad como artista plástico, encaminándome a producir exteriorizando mi interior, explotando mi capacidad de inspiración, esto me lleva a la satisfacción, es como decir “Después de la tormenta viene la calma”. ¿Qué sería de nuestro mundo si todos hiciéramos lo que nos apasiona?, ¿a qué voy con esto? A ponerle entusiasmo a cualquier cosa que hagamos, si río, reiré a carcajadas para contagiarte, si trapeo, lo haré moviendo el botecito y cantaré; si pediré algo, lo haré con toda efusividad y será concedido porque el universo es nuestro mayor aliado. Si no se te da el arte, aprovecha para observar tu emoción, verás que algo lindo saldrá de ahí; toma tu pluma, un pincel o cincel, escucha música, diseña, ingenia, canta, baila, toma tu cámara, cocina, innova y siente todo eso que fluye en tu cabeza, ¡plásmalo!, ¡exprésalo!, siente esa fortaleza mágica que nos motiva a seguir adelante y recíbelo con la máxima humildad y rendición. Disfruta desde un rico café mañanero bien calientito, tu pijama, tu cama, a tus hijos, tu pareja, a tu mascota, tu familia, pero lo mejor de todo es que son momentos para abrazar del lado del corazón y sentir calidez humana en casa, sintiendo también caricias virtuales. La vida no se termina aquí, viene algo más y será algo grande, algo buenísimo y bello, lo que es, ¡es!, y lo que no también. Tengamos la certeza de que el universo nos prepara algo extraordinario, sabiendo que todo se acomoda de una manera perfecta y divina. Hay una frase que por ahí se la escuché a un gran amigo, dice así: “Dios me está rescatando cada día de mi No-saber”. A veces PERDER significa GANAR. Perderemos soldados en la lucha, pero ganaremos la batalla final contra el enemigo Covid19. Rescato esa luz que me llama a realizar aquello que realmente mueve mi espíritu y me activa como el ser extraordinario, libre, amoroso, sencillo, apasionado y exitoso que soy. Poder ver a esa personita que ya rondaba mi espacio, pero no había notado, hasta que fue el momento preciso, hoy me acompaña en esta travesía, hoy es lo más importante en mi vida, mi inspiración, ese eslabón que faltaba para explotar todo ese potencial que ya ansiaba resurgir.

188

Cumplir esa meta de seguir formando parte de la transformación de muchas vidas y recordar que el rediseño siempre está a la vuelta de la esquina. Mi historia es como el lienzo en donde existe un paisaje complejo pero perfecto, yo soy ese autor que con su mano mueve el pincel en el que plasma cada forma y perspectiva, cada tonalidad y textura, destinándolo a ser una obra perfectamente maestra. Ser fuente de energía es lo más lindo que puede suceder. Encendamos la llama de nuestro faro para que podamos ser encontrados. Que esa luz que llevas dentro deje ciego a todo aquel que decida permanecer en la obscuridad.

189

Asman Ortiz El momento más oscuro

El momento más oscuro durante la noche es justo antes del amanecer. El espíritu resiliente de los seres humanos se ha puesto a prueba como nunca en la historia moderna, de forma colectiva me ha tocado ver como gente está pasando por un proceso de dolor y sufrimiento al vivir las consecuencias de esta pandemia, al mismo tiempo están surgiendo muchos héroes, hombres y mujeres que han elegido ir más allá de lo que les corresponde hacer y parándose por la humanidad, colaborando en comunidad por el bien de todos. Después de esta pesadilla creo que habrá a quienes les sirva para conectar con su parte espiritual, llevar su consciencia a un estado de unidad que no habían experimentado antes. Creo que en los días futuros habrá quienes disfrutaremos al máximo cada instante. En honor a la verdad son más las cosas que no sé acerca del futuro que las que sí sé, por lo que esto me lleva a hacer un ejercicio inusual de vivir solo el presente. Durante esta cuarentena he pasado los días junto con mamá y ha sido maravillosa la manera en que hemos convivido, haciendo cosas distintas y manteniéndonos positivos y de buen ánimo sobre todo lo que acontece.

190

El estado de presencia me permite no caer en ninguna desesperación ni ansiedad, he disfrutado cada momento y he aprovechado el tiempo lo mejor posible. Adaptándome y fluyendo con todo lo que ocurre. Partiendo desde el hecho que no poseo ninguna conexión religiosa, algo me ha hecho reflexionar acerca del futuro después de que todo esto pase. Justo es el año 2020, experimentando una cuarentena, que coincide con los días de la celebración de la cuaresma judeocristiana. Esta celebración tiene como origen la celebración del éxodo del pueblo judío de Egipto hacia la tierra prometida, un proceso de 40 años dónde ese pueblo vivió una “transmutación” de ser un pueblo esclavo hasta convertirse en una nueva nación libre. Por lo tanto, relaciono el número 40 con un renacimiento, renovación, transmutación, volver a nacer, etc. Quizás esta sea nuestra oportunidad de renacer como sociedad, esa sociedad auto destructiva, adormecida, desconectada, puede quedar atrás para convertirnos en una humanidad más consciente, quizás ahora nos acerquemos a vivir una vida más armónica con la naturaleza y las leyes universales. Esta es nuestra oportunidad de renacer cada uno, en un proceso personal, para regresar al mundo con una nueva consciencia, una consciencia de unidad, de hermandad, que nos direccione en la construcción de un mundo que funcione para todos. Creo que este proceso de cuarentena ha hecho resonar aún más en mí el vivir intensamente, mi percepción con eso que llamamos “muerte” es en total aceptación, la muerte para mi es parte de la ley de la vida, pero no es el fin de la existencia. La vida continua en otros planos y dimensiones, hasta que volvemos para hacer lo que dejamos pendiente. Esto me da mucha paz y deseos de vivir en plenitud mientras llega el momento. Esta cuarentena nos ha llevado a confrontarnos con nosotros mismos y la situación que cada uno enfrenta lo obliga a aprender desde el silencio de su interior, aquello que la vida nos está queriendo enseñar. Tal vez a algunos les tocó convivir con sus papás, con quienes no se llevaba bien, con su esposa de quien estaban a punto de separarse, con sus hijos de quienes no se ocupaban o a lo mejor lejos de quien recientemente había iniciado una relación. Desgastarse pensando en que otro escenario hubiera sido mejor vivir este proceso no nos lleva a ningún lado, solo desgasta el propósito principal para el cual lo estamos viviendo, es perfecto tal y como es, encontremos nuestra lección y aprendámosla. Estamos en un curso intensivo en el que, si nos graduamos, nos graduaremos con honores.

191

Desde mi punto de vista el mundo ya no será el mismo que antes, después de esta cuarentena creo que habrá tres grupos de personas quienes viviremos de manera distinta el nuevo mundo. Primero, aquellos que ya entendimos y estamos listos para adaptarnos a todos los cambios. En segundo lugar, estarán aquellos que les tomará un poco más de tiempo el aceptarlo y tal vez requieran pasar un momento de dolor, como perder su trabajo, cerrar las puertas de su negocio o quizás llegar a enfermarse. En tercer lugar, veo a aquellos que se resisten a dejar la vieja forma de vida, esas mentes cuadradas me temo que serán quienes más sufrirán las consecuencias de toda esta revolución. El futuro para mí está lleno de incertidumbre sin embargo lo veo desde mi optimismo y me llena de energía la idea de salir y adaptarme a las nuevas condiciones que la vida nos está poniendo, estoy listo para dar más de lo que me corresponde hacer, estoy lleno de sueños y experiencias que deseo vivir. Algún día voltearé a ver estos días y sabré que saqué la mejor parte de toda la experiencia.

192

Denisse Landeros Lo mejor está por venir

¡Hola! mi nombre es Denisse Landeros Galindo, estoy a unas escasas horas de cumplir 31 años, tengo un pequeño de 1 año 8 meses, soy Dentista de profesión y Crochetera de corazón (me encanta tejer, es una actividad muy relajante, al menos para mí). Honestamente yo apenas tengo 3 semanas cumpliendo esta cuarentena, ya que debido a mi trabajo estaba en la necesidad de seguir atendiendo a mis pacientes, sin embargo, mi mente estaba en casa, pensando cómo estarían mi pequeño y mis padres, ambos ya de una edad avanzada. Actualmente mi hijo Ander y yo vivimos con ellos, era por esto mi angustia, el no saber si ellos requerían salir o incluso llegué a pensar en la posibilidad de ser una portadora de este virus de una manera asintomática, e indirectamente transmitirlo a mis familiares. Afortunadamente no fue el caso y durante estas últimas semanas no lo negaré, ha sido bastante pesado el volver a ser mamá de tiempo completo. Sin embargo, aunque mi hijo está en la tan mencionada etapa de los terribles 2 y es imparable, realmente no lo cambiaría por nada en este mundo, el escuchar cómo día con día habla más palabras, el darme cuenta que día a día tiene ideas mayores para hacer travesuras más complejas, el simple hecho de verlo crecer, a pesar de las angustias y los corajes que me puede hacer pasar es algo mágico, que

193

sinceramente le agradezco al universo de darme la oportunidad de verlo 24/7 y no únicamente cuando regreso de trabajar. En cuanto a mí, me encantaría compartirles que poco a poco siento que soy más yo, el darme tiempo para mí, en hacer las cosas que me gustan como tejer, leer y tomarme una taza de café caliente y tranquilamente. Sí, sí es posible cuando Ander está haciendo siesta. Quiero compartirles que estoy por concluir un proyecto que para mí es muy especial, y sinceramente, me inventaba que por falta de tiempo no lo había podido realizar y cuando me di cuenta de que tenía todo el tiempo para dedicárselo dije, ¡EL MOMENTO ES AHORA! Me puse en acción para juntar todo lo que requería y hacer una microempresa de cosas tejidas, desde guantes, gorritos, hasta cojines y moisés para bebé. Investigué lo que requería para comenzar. Ya realizaba cosas bajo pedido, así que decidí hacerlo ya más formal y por qué no, tener un ingreso extra de algo que para mí es una afición. Aparte de que en estos tiempos de crisis de algún lado tenía que salir el sustento, digo, el crío no come aire; quien lo conoce, sabe que hasta las croquetas le roba al perro si me descuido, ja, ja, ja. Otro aspecto que descubrí es que me tenía físicamente descuidada, en el sentido de que al vivir en automático yo me seguía inventado que no tenía tiempo ni de sacarme la ceja, ahora me doy cuenta de que era más mi flojera o el hecho de que no le daba importancia a hacerlo, sin embargo, entendí que no es el hecho de hacerlo por hacerlo o porque tengo que hacerlo, sino por el hecho de que el verme bien arreglada me hace sentir bien conmigo misma, siento que brillo más y no precisamente para que los demás me vean bien, sino el hacerlo por mí y para mí, porque es algo que me satisface. Puedo decir que cuando todo esto termine, me veré muy diferente a como cuando empezó. También me di cuenta en que hay maneras de ser que puedo llevar afuera y ser una mejor persona, y sé que sería un gran cambio en mi persona, hace un par de días vi un video de quien en su momento fue mi coach Emilio Torres y dijo algo que realmente se me quedó muy grabado y lo quiero compartir con ustedes. “Nosotros somos, lo que practicamos” y en estos momentos de resguardo yo elegí ser paciente, no les diré que de la noche a la mañana y por arte de magia ya

194

lo soy, pero dentro, todos los días he decidido intentarlo de nuevo, últimamente creo en el mantra de “se vale cometer errores, sin embargo, cada día se puede volver a intentar”. Confío en que los cambios que cada uno hemos realizado en estas semanas de cuarentena nos harán mejores personas, por lo pronto quiero agradecer por tomarte el tiempo por leerme y a Rodo por la invitación a participar en este bello proyecto, me despido de ustedes con la que se ha convertido en mi frase favorita… “Lo mejor está por venir” Confíen y vibren alto

195

Christian Brizuela Saber de qué estamos hechos

lQué tal, mi nombre es Christian Brizuela tengo 35 años. Nací en Tijuana, Baja California, donde radico actualmente. 8 años de matrimonio. Me desempeño como Ejecutivo de ventas y Entrenador Fitness. Esta situación de la pandemia en lo personal me tomó por sorpresa. Me desconcertó al ver que en la ciudad las personas caímos en desconocimiento de esta enfermedad y como todas las fuentes de información decían una cosa muy diferente entre sí. Al ver las noticias del cierre de la frontera entre Estados unidos y México, lo primero que vino a mi mente fueron los familiares y amigos, debido a que algunos viven en Tijuana y trabajan en San Diego, California. Justo en esa semana salen también los comunicados en Tijuana de que escuelas, restaurantes y gimnasios deberían de cerrar. Al reflexionar y ver que esto era un gran cambio global y todos en el mundo estaríamos siendo impactados de una u otra forma, solo me quedó primeramente el tener claras las medidas de seguridad y por supuesto que tuve miedo de saber qué pasaría con la familia (Mamá, Hermanos, sobrinos) y cómo serían las próximas semanas en el trabajo y en el día a día. En mi trabajo de Ejecutivo de Ventas, que es dentro de una empresa global, nos llegó un comunicado donde nos confirmaban que trabajaríamos desde casa hasta nuevo aviso, que la prioridad era la segu-

196

ridad de los asociados y que debíamos tenerlo como prioridad. En cuanto al gimnasio donde doy clases se optó con los socios por cerrar y mi amigo Carlos y su esposa Ale estarían transmitiendo clases por Facebook live, con el fin de brindar un soporte y ayuda a todos nuestros clientes por mantenerse saludables y contribuir en ellos como una opción en su cuarentena desde casa, donde los clientes se mantienen conectados y siempre con gran actitud por realizar ejercicio. Los días siguientes en lo personal tuve que realizar un plan de trabajo de casa con horarios y adicional las actividades personales, no fue fácil, debido a que sabía que estar en cuarentena y sin salir más que solo lo esencial era un reto, y más cuando uno está acostumbrado a la libertad de salir por un café, viajar, ir con amigos o visitar a la familia. Mi esposa me comentaba que sí le afectaba el hecho de no poder visitar a su familia, sin embargo, entendía que todo esto era por una situación para protegernos todos, ella por su trabajo tenía que salir a su oficina y me dijo que en la ciudad se sentía una soledad y una vibra extraña. Esta pandemia también ha tenido grandes cosas. Hemos visto cómo Tijuana se une por apoyar a esos guerreros de primera línea, que son los médicos, al brindarles apoyo con recursos básicos para realizar su labor y continuar protegidos, así como se ha apoyado a las personas de bajos recursos que se les complica el tener alimentos en sus hogares, por cierre de muchos negocios y empresas. El ver cómo la comunicación con los amigos fue constante y cómo la tecnología cobró mayor relevancia en conferencias, tanto en trabajo como con familia y amigos, por mantener la comunicación y el contacto social habitual antes esta cuarentena. Durante estos días sin salir de casa, la vida nos enseña a valorar la fragilidad de la vida y agradecer por todo lo que uno tiene, además de que nuestro cuerpo es lo más importante, y que debemos mantener nuestra fortaleza tanto física como mental. Son estos momentos cuando llega a ganarte la desesperación y ansiedad por el encierro que confirmo que uno tiene el poder de controlar emociones o la duración de estas.

197

Entiendo que aún vendrán momentos de valiosa fortaleza para cada uno de nosotros, debido que cada vez son más los casos de contagio en cada ciudad. Por ello tomo total responsabilidad en que cuidarnos yo y mi esposa es una forma de contribuir con nuestra familia, con nuestros amigos y con este mundo. El decir lo mucho que uno quiere a sus seres cercanos en cada llamada, el cuidarnos a nosotros mismos al fortalecer el cuerpo y conectar con nuestro ser, cobra más que nunca gran relevancia. Y tengo fe que todo esto pasará si nos mantenernos todos siendo responsables y en la mejor de las vibras para ser felices dentro de nuestro entorno, que hoy día nos pone a prueba para saber de qué estamos hechos.

198

Darío Landeros Reinventarme

Soy Ingeniero en Ciencias Computacionales de profesión, académico por hobby y tengo la fortuna de ser padre de 2 hijos, Alessandro y Sofía, de 14 y 4 años, respectivamente. Soy originario de la bella ciudad de Tijuana, conocida como la Esquina de Latinoamérica, amante de su gastronomía y su cultura y te invito a que si no has tenido la oportunidad de conocerla, te animes a hacerlo, deja a un lado todo lo que hayas escuchado, seguro tendrás una bella experiencia por acá. El mundo ha cambiado. Hoy, 19 de abril del 2020 es un día más de una cuarentena que llegó sin avisar. Apenas unas cuantas semanas después de que se decretara el primer caso confirmado de COVID-19 en mi ciudad, el mundo ya no es el mismo y para mí, aquella persona que no lo quiera ver y aceptar, se quedará viviendo en una memoria de lo que algún día fue. El día de hoy me daba el tiempo de hacer algo de meditación por la mañana a través de un iPad y durante ese tiempo que me regalé para mí, pensé lo afortunado que soy y lo mucho que me había adaptado a esta cuarentena. Hoy te ves casi obligado a convivir con la poca gente con la que compartes hogar, hoy las prisas no existen, el ajetreo es cosa del pasado.

199

Todos esos lugares a los que corría para llegar hoy están cerrados y me doy cuenta lo valioso que son los servicios y los recursos de los que hoy sí dispongo. Hoy existen personas frustradas por sentir que todos esos planes que tenían fueron cancelados, escucho decirles que “vivirán el mismo día que ayer” y me pongo a pensar; el mundo se había preparado para todo, las naciones exploraban el espacio exterior, invertían en armas y en tecnología; la sociedad invertía en bienes raíces, la gente se preparaba con sus títulos académicos, pero en realidad lo único que cuenta en estos momentos es lo que cada uno invertía en su ser, en su consciencia y en sí mismo. Hoy me da gusto ver cómo con cada día que pasa, nuestros recursos naturales se van recuperando, los animales salen y se les puede observar en espacios donde hacía decenas de años que no se les veía, hoy la tierra inhala profundamente y se llena de oxígeno con cada día de encierro de la humanidad. Yo no creo en las coincidencias y no creo que sea una coincidencia que este virus ataque nuestra capacidad pulmonar, pero que con el solo hecho de estar en nuestras casas le estamos dando al mundo una oportunidad para respirar, así como no creo que sea coincidencia que la forma más sencilla de detenerlo sea simplemente quedarnos en nuestra casa y tomar consciencia. Vaya lecciones que me han dejado las circunstancias, fue momento de reinventarme en la forma de alimentarme, en la forma de enfocarme, en la forma de hacer introspección y si me toca iniciar de cero, ese será mi trabajo y lo acepto, es momento de no creer que las cosas van a volver a lo “normal” porque es precisamente esa “normalidad” lo que no estaba funcionando, es precisamente esa lección la que yo creo que la naturaleza nos está dando. Fue el momento de parar, ver, y agradecer por esta oportunidad que la vida me presentó para darme cuenta de las cosas que podían funcionar mejor en mi vida, para darme cuenta de que tengo la fortuna de tener salud, de apreciar que tengo un hogar, comida, hijos increíbles con los que no he tenido oportunidad de convivir durante este encierro, de compartir días con mi pareja, que ha sido un pilar para esta tranquilidad que siento, de compartir momentos juntos, de experimentar cosas que no habíamos intentado antes, de tener conver-

200

saciones profundas, de tener conversaciones ligeras, de disfrutarnos el uno al otro, de sentir que cada día tenemos la oportunidad de ser felices e intentar cosas que nos llenen, y algo muy importante que tuve la oportunidad de redescubrir, es darme cuenta cuando algo me está haciendo perder mi esencia. Me queda claro que para todo se pagan precios en esta vida y para vivir la vida que hoy vivo he pagado precios en el pasado y los sigo pagando en el presente, pero lo más importante para mí es nunca permitirme dejar de hacer las cosas que me gustan, que me apasionan, que disfruto, que me dan tranquilidad, que me generan armonía y siempre respetar y agradecer por las cosas que tengo y lo que elijo no tener. Estas circunstancias me han ayudado a redescubrir esa hermosa sensación y te invito a que la experimentes, permítete darte cuenta de qué es lo que te gusta hacer y hazlo, date la oportunidad de encontrar algo que te apasiona y dedícale tiempo diario, aprende cosas nuevas, experimenta cosas nuevas, utiliza todos los espacios de tu casa… pero solo es una invitación a sentirte en armonía con las circunstancias que te rodean, porque yo ya lo estoy haciendo.

201

Martin Méndez ¿Qué aprendiste?

Mi nombre es Martin David Méndez Quezada. Me dedico a la docencia, nací y radico en Tecate, Baja California, México. Tengo 49 años. La lectura no es un hábito de muchos y una de las razones es porque no leemos literatura que nos llame la atención o que nos identifiquemos con ella. En este breve relato, deseo que mi experiencia sea de tu interés y, sobre todo, que pueda aportar algo positivo en ti. Creo en un Dios y como tal tengo fe de que el humano sigue avanzando en su evolución. Pero para ello entiendo y acepto que la dualidad del bien y del mal es parte del proceso evolutivo. Valoro, agradezco y disfruto cada día vivido y desde hace mucho tiempo había estado pidiendo al creador que nos siguiera regalando esos normales y casi imperceptibles hermosos días cotidianos y también esos tradicionales típicos días festivos como la fiesta mexicana de la independencia y la navidad. Pasamos las vacaciones de Semana Santa y todo fue diferente por la cuarentena. Sé que el creador escucha nuestras peticiones, pero además sé del daño que se estaba causando a la naturaleza y tal vez esta pandemia sea una fuerte llamada de atención para los humanos particularmente.

202

Hablar del humano es hablar de hábitos, costumbres, y comunicación, ya que somos entes sociales. Un mal hábito que tuve durante gran parte de mi vida fue la mala alimentación. Comer en exceso fue un problema para mí y desde mi temprana adolescencia y hasta mi juventud, subir y bajar de peso fue habitual. Aprendí a cocinar más saludablemente y también a controlar mi ingesta de alimentos, pero no fue sino hasta ahora en el confinamiento que verdaderamente logré modificar ese mal hábito; problema que me ocasionaba altibajos y trastornos tanto emocionales como físicos. En nuestra cultura, acostumbramos a relacionar cualquier evento social con la comida y siendo nuestra gastronomía de las más sabrosas, pero rica en calorías, crecemos comiendo sin una buena educación alimentaria y nutricional. Por lo tanto, en la cuarentena mientras leía en redes sociales publicaciones de gente comiendo en exceso, yo hacía todo lo contrario y más aún al ver videos de la India donde la gente no solo sufría por la pandemia, sino que emigraba desesperadamente por hambruna, comprendí que no estuvo correcto de mi parte haber publicado en el pasado los platillos que cocinaba. Aunque quizás esto parezca un detalle insignificante dado el estilo de vida autómata que llevábamos, pasamos por alto necesidades básicas de terceros compartiendo infinidad de publicaciones superfluas en redes sociales. Facebook siempre me ha servido como instrumento para enviar mensajes de motivación, servicio y apoyo a mis contactos, a quienes llamo mi gente. Algo muy marcado que observé en la cuarentena, fue la psicosis que se puede crear por medio de las redes sociales. Pueden contribuir a mejorar o empeorar el estado anímico de los usuarios. Al identificar mis estados de ánimo y el ambiente predominante de pánico en las redes, ya fuera por miedo a enfermarse, por perder algún ser querido o el empleo mismo, me di a la tarea de alguna manera contrarrestarlo publicando mensajes basados en las mejoras y datos alentadores de fuentes confiables de otros países y continentes que pasaron o apenas estaban pasado por la pandemia y habían superado ya su punto álgido de contagios. Además, Facebook fue mi herramienta para vender un libro digital en el cual participé anteriormente logrando recabar una considerable cantidad de dinero para la compra de insumos médicos y donarlos al sector salud de mi pueblo. Ciertamente esta etapa de nuestra era de tecnología acentuó en unos carencias y necesidades tanto afectivas como espirituales, pero también observé el amor en gente sacando lo mejor del ser ya que pudimos ver infinidad de donaciones y unión entre sí.

203

Por otro lado, soy de los que creen que no necesitamos de sufrir para crecer interiormente, pero vaya que las carencias y pérdidas de cualquier índole aunado al sufrimiento aceptado, pueden ser excelentes fuentes de aprendizaje. El doctor Viktor Frankl en su libro El Hombre en Busca de Sentido, menciona que después del encierro y sufrimiento que vivió en los campos de concentración durante el holocausto hubo gente que fue liberada, pero nunca logró ser plenamente libre o feliz, ya que habían perdido la capacidad de alegrarse. ¿Cómo te sientes tú después de esta cuarentena? ¿Qué aprendiste? ¿Qué harás o dejarás de hacer habiendo logrado salir de esto? Cuales quieran que sean tus respuestas, te felicito y te deseo lo mejor, porque esta fue o es aún, una gran oportunidad de reflexionar y aprender. Sí tuviste alguna pérdida, conozco ese sentimiento y te comprendo, pero tienes que seguir adelante siendo mejor que antes, porque por alguna razón muy buena sigues aquí, lo cual me alegra.

204

María de Jesús Gómez La empatía, la solidaridad y la gratitud Martes 21 de abril, a poco más de un mes de este aislamiento, el entorno tiene un panorama desalentador. Hoy después de más de 2 semanas de no salir, observo mi mundo, ese mundo cotidiano hoy sigue tomando otra tonalidad…de incertidumbre, veo en rostros reflejado el miedo, la ansiedad, en otros la irresponsabilidad y la falta de consciencia. No juzgo, es evidente el desconocimiento del tema, porque no podría llamar de otra manera a lo que pienso que la pandemia ha colocado a la humanidad, algo así como en dos opciones, vigilancia extrema en algunos países, según las noticias, o aislamiento solidario por llamarlo de alguna manera, más cuando observo el accionar de tantas personas solo puedo pensar que están apenas medianamente enterados, es ahí en donde creo firmemente que una población bien informada es más poderosa que una población vigilada y sumergida en la ignorancia. Me pregunto o más bien me reafirmo que la única manera de “librarnos” es con la cooperación del mundo entero. Si no, de otra manera este virus nos mostrará el grave peligro que implica la desunión. Todos estos pensamientos y reflexiones agolpaban mi ser en ese proceso de mi rápida y apremiante salida y “literal”, casi vestida como

205

“astronauta”, tomando todas las medidas e indicaciones pertinentes y muy probablemente al estar sumergida en mis pensamientos, hubo quien al observarme pensó, al igual que yo de muchos de mis semejantes “anda como zombi”. Sin embargo, al regresar a casa, el sentir es distinto, creo que este encierro con quienes más amo ha generado un entorno de paz, hasta el momento hemos “manejado bien” la situación. Vaya situación al convertirme en espectadora de mi hogar, veo seres adorables, a mi madre, esposo y mis más preciados tesoros, mis hijas, entonces es cuando agradezco por la oportunidad de a pesar quizás de estar ajustados y medio “prevenidos”, estamos bien. Más el ambiente no deja de ser de incertidumbre, al darme cuenta de que no muchos seres tienen el privilegio que tú y yo tenemos, como un alimento seguro, por lo menos hasta el momento, porque como dice mi mami, “quién sabe a qué es a lo que lleguemos”, pero sí, un alimento seguro, la posibilidad de poder estar en casa con los nuestros haciendo “home office” y “home school” todos estos pensamientos llegaron a mi mente al iniciar con este escrito. Pero bueno, no me presenté. Mi nombre es María de Jesús Gómez G., mamá de 2 hijas adolescentes, casada, ama de casa, apasionada de mi trabajo multifacético, soy diseñadora gráfica, emprendedora, empresaria, docente y coach empresarial, todo esto gracias a mis padres, a su esfuerzo y amor para que yo tuviera una profesión y justo al hacer este escrito es lo que más llena mi corazón, la gratitud por los primeros amores en mi vida. Mi padre ya no vive, pero dejó un enorme legado en mi corazón y un gran compromiso de amor, sus enseñanzas para trabajar, su negocio, su querido negocio, el cual emprendió hace más de 40 años, mi padre como muchos emigró de su lugar de origen, Jalisco, por cierto ahí nací, soy hija única, me trajeron a mi hermoso Tecate a la edad de 2 años, así que fui adoptada por esta bella ciudad, más por supuesto amo a Jalisco, mi tierra que amo con todo mi corazón. Aún tengo la dicha de tener a mi mami, digo que es mi ángel en la tierra, ¿que por qué menciono todo esto? que si mi profesión, que si mis padres, el negocio etc., Porque justo en este momento después de observar mi entorno, de medio enterarme de algunas noticias (no suelo escuchar noticias) y de comentarios generales en casa, mi conclusión es que hoy en este momento todo se ha reducido a la reflexión, a ver hacia mi interior y es justo lo que me lleva a compartir mi sentir, como

206

mencioné el negocio familiar aún después de la partida de papá a ese viaje sin retorno, me prometí seguir su legado, su amado negocio, en donde todos los conocimientos adquiridos encajan a la perfección para seguir sacándolo adelante, el maravilloso mundo de los helados y los tradicionales paleteros, este tema ha sido en mi vida el aterrizar a una realidad paralela de la cual muchos mexicanos viven, vaya, me atrevería a decir el grueso de nuestra población nacional es así y este tema es el que más profundamente ha tocado mi corazón en estos momentos de incertidumbre, seres humanos que viven al día... Y ¿Hasta cuándo vamos a poder vender? fue una de las preguntas que en días pasados nos hizo uno de nuestros paleteros. Les confieso que sentí un escalofrío que recorrió mi ser, sí, ya sé que dirán que soy exagerada, quizá lo veas así, más en ese momento y a la distancia, yo con mi cubrebocas y el paletero en su incredulidad (no traía cubre bocas). Sí, como lo leíste, en su incredulidad…no creía que esto fuera real, es más, ni siquiera estaba bien a bien enterado, por lo que con todo respeto le pregunte oye “x” qué tanto conoces del tema… su respuesta fue vaga y muy evidente el desconocimiento del mismo. Por supuesto le expliqué, le puse al tanto de una manera que no le generara pánico, más si consciencia. Por mi mente pasaron preguntas, pensamientos como… ¿Y Qué van a hacer? Nosotros no podemos seguir apoyando con despensas (lo hicimos con algunos de ellos en la medida de nuestras posibilidades, al iniciar esta contingencia, más como es lógico no hay venta, no hay ingreso ni para ellos ni para nosotros) así que ese fue mi pensamiento…. ¿Qué van a hacer? Muchos de ellos se organizan. Cuando es época de frío venden por su cuenta otros productos o bien hacen trabajos de jardinería, de construcción o lo que la “vida” les pueda proveer. Y como ellos, miles de seres humanos en nuestro país que por la razón que sea se convierten en vendedores ambulantes que trabajan cuando “quieren” o “pueden”. En nuestro caso, aunque muchas veces esté soleado, no trabajan y se conforman si un día antes “les fue bien”, pero bueno, no me corresponde juzgar. Pero es siempre en estas épocas, en marzo o abril, cuando el clima “se presta” cuando nuestros paleteros “aparecen” en escena queriendo aprovechar que la temporada ya inició.

207

Más hoy, a unos días que el clima cambie, según los pronósticos, regresarán y me preguntarán ¿ya podemos trabajar? Y nuestra respuesta será todavía un ¡NO!, por obvias razones. Por lo que hoy al finalizar este escrito me quedo con la tarea de recabar vivieres para armar despensas, esto gracias al apoyo de seres extraordinarios, amigos, familia, amistades que se han sumado al llamado, hemos entregado más de 30 despensas, no lo digo para “lucirnos,” sino porque esta contingencia me dice una vez más que lo realmente importante en la humanidad es aplicar la empatía, la solidaridad, y la gratitud, y como leí por ahí, sí de esta “salimos” pensando y siendo los mismos entonces no aprendimos nada.

208

Yo, después del aislamiento Recopilación y cuidado de la edición:

Rodolfo Michel

Diseño Gráfico y Maquetación:

Jaime Garza