Vivir La Fe en Tiempos de Pandemia

Vivir la fe en tiempos de pandemia ¿Es posible? Jesús Daniel Duarte Inició el año 2020 y muchos de nosotros trazamos met

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Vivir la fe en tiempos de pandemia ¿Es posible? Jesús Daniel Duarte Inició el año 2020 y muchos de nosotros trazamos metas, hicimos proyectos o, por lo menos teníamos ideas a concretar en el transcurso del nuevo año, que para muchos deparaba grandes cosas por ser el año del “20, 20”, pero solo un hecho cambió la vida de cada uno de los habitantes del mundo. El miércoles 11 de marzo de 2020 la O.M.S. declara el nuevo coronavirus como pandemia global, causando un gran alto en la vida de los millones de habitantes de nuestro planeta… como si alguien hubiese halado la palanca del freno de mano al autobús donde íbamos todos. Ya hoy 30 de agosto de 2020, a más de 5 largos meses de esta grave situación de salud que nos tocó a todos, la pandemia continúa y no sabemos hasta cuándo. Si volvemos a leer lo anteriormente dicho, el panorama es nada alentador. Pero ¡epa! ¡Detente! Eres cristiano. Tal vez me dirás: “Si lo soy, pero en mi comunidad el padre no celebra misa”… “Es que el padre pidió que fueran pocas personas”… Tantas y tantas cosas podríamos decir, pero lo cierto es que un cristiano con los pies en la tierra, debe transpirar y transparentar a Dios, a pesar del tiempo que le toque vivir. “O le ganamos al ambiente, o el ambiente nos gana”, frase muy importante recordar en este tema, porque te digo a ti que me lees, quizás pensaste que el panorama era bello y hermoso en enero, en febrero quizás escuchabas frases como “2020: sorpréndeme”, y como si fuera una película de Marvel y alguien consiguió las gemas del infinito y chasqueó los dedos para cambiar las cosas, la pandemia cambió todo, incluso el ambiente, colocando nuevas reglas de juego. A algunas personas les tocó estar solas, a otras en cambio les tocó estar en casa con la familia. Por tanto tiempo de convivencia se hace llevadero unos días y otros no tanto. El ambiente para nosotros cambia constantemente y podríamos sentirnos cómodos en él, tanto así que nos olvidamos de Dios; no del todo, pero lo vamos dejando a un lado, y dejamos que las preocupaciones y diversas situaciones nos llenen el corazón. Esto no es siempre, pero puede hacerse recurrente. Pero, Jesús ¿Qué tiene que ver esto que estás diciendo con el título de arriba? Pues la verdad, MUCHO. Aunque no lo creas, el ambiente juega un papel muy importante en nuestra vida de fe, porque Dios nos envía allí para salvación nuestra y del resto. Entonces, si el ambiente está feo pa’ la foto, tu fe y la de los demás también. Por ello en esta oportunidad quiero regalarte algunos tips, para vivir nuestra fe en este tiempo que nos está tocando vivir.

1. No te alejes de la oración Tal vez por la comodidad de estar encerrado o por alguna otra cosa, sucede o puede suceder que la oración pasa a segundo plano, dejando esta como un saludo a la bandera en las mañanas, y las “buenas noches para Dios” en la noche. Dejando nuestra oración como una “visita al médico”. La oración, como dice Santa Teresa de Jesús, es “hablar de amistad con quien sabemos nos ama”. La oración es un buen momento para poder hablar con Dios. Está bien que hagas el rosario, el ángelus, las oraciones de la mañana del libro de preces, pero, para mantener tu vida de fe, es necesario orar. Las buenas cosas requieren de ciertos sacrificios ¿Qué quiero decir con esto? Dios es muy bueno y su misericordia es grande y nos busca siempre para estar con nosotros, peeero… debemos tomar tiempo para hablar con él, aunque nos cueste. En la oración, Dios nos da la fortaleza para poder caminar y seguir.

2. La Palabra de Dios, una fiel amiga En esta pandemia ¿Cuántas veces has tomado la biblia para leer al menos el evangelio dominical? No me lo respondas. Si quieres conocer más de Dios, además de la oración, su palabra nos ayuda a conocerlo más ¿Qué no tienes biblia? ¡No importa! Puedes descargarla en tu celular. El que busca, encuentra.

3. Pon tu confianza en Dios, no desesperes ¡Fácil se dice pero nos cuesta cumplirlo! Confiar requiere de un salto de fe, en donde ponemos en manos de Dios todo, TODO, TODO. Dios quiere lo mejor para ti y sabe por todas las cosas que estás pasando. Al no alejarte de la oración, te será más fácil dejarlo todo en sus manos. Sea lo que sea, confía en él y deja todo en sus manos. Si un niño puso 5 panes y dos peces en las manos del Señor y él dio de comer a más de 5000 personas ¿Qué no puede hacer con lo que le des? No desesperarse. Tiene que ver mucho con el punto anterior. Al dejar las cosas en manos de Dios no significa que Dios va a venir como un mago, a sacar al conejo del sombrero, dando así solución a la pandemia, o al problema o a los problemas que tengas. Confía y sé paciente.

4. Invita a alguien a orar contigo Como hemos leído muchas veces en el arco superior de la capilla de la casa Mosén Sol: “La fe se fortalece dándola”. “Donde hayan dos o más reunidos en mi nombre…” (Mt. 18:20) Compartir la fe nos hace crear lazos, acercarnos más a Dios y a los otros. Echa mano de tu rosario, de tu libro de preces, de la coronilla de la misericordia, o simplemente de un padrenuestro e invita a tus papás, hermanos, amigos, a quien desees para que te acompañe. Así poco a poco prepararás ese terreno para que cuando el Señor pase a colocar su semilla, el terreno estará dispuesto para hacerla crecer.

5. Has una obra de misericordia en donde te haya tocado vivir la pandemia

¡Leíste muy bien! El amor no se demuestra con las palabras, sino con gestos y acciones concretas. Para ganar el ambiente del hogar es bueno echar mano de las obras de misericordia, no tanto las corporales, pero si las espirituales. Si no las recuerdas o no sabes cuales son, te las dejo acá: - Enseñar al que no sabe - Dar buen consejo al que lo necesita. - Corregir al que se equivoca. - Perdonar al que nos ofende. - Consolar al triste. - Sufrir con paciencia los defectos del prójimo. - Rezar a Dios por los vivos y los difuntos. La fe es un don de Dios. Cuando creas que te haga falta ve al punto 1. Dios no es mago pero te ayudará a acrecentar tu fe. ¡Dios te bendiga! ¡De Colores!