Trabajo infantil en Honduras.docx

UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DE HONDURAS ASIGNACION DERECHO LABORAL I CATEDRATICO RUBEN CARBAJAL VELASQUEZ TRABAJO EL TRA

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UNIVERSIDAD

TECNOLOGICA DE HONDURAS

ASIGNACION DERECHO LABORAL I

CATEDRATICO RUBEN CARBAJAL VELASQUEZ

TRABAJO EL TRABAJO INFANTIL EN HONDURAS (ENSAYO)

ALUMNA ANA ALICIA CALIX TREJO

NO. DE CUENTA 202010030097

Puerto Cortes, Cortes 12 de Junio 2020

OBJETIVOS



Comprender la problemática del trabajo infantil en Honduras



Conocer los índices del trabajo infantil en Honduras



Identificar algunas consecuencias del trabajo infantil en nuestro país



Identificar los sectores más vulnerables para que se dé el trabajo infantil



Mencionar algunas acciones preventivas para evitar el trabajo infantil en Honduras

INTRODUCCION

Es importante comprender que el trabajo infantil es una problemática que atenta directamente contra los derechos de la infancia, empezando por su derecho a la preservación de la integridad física y moral. La constitución fisiológica y la madurez psicológica de un niño o niña no es la misma que la de un adulto, por lo que los riesgos y peligros de un determinado trabajo no tendrán los mismos efectos o repercusiones en ellos que en las personas adultas. Las consecuencias del trabajo físico intenso en los menores, como por ejemplo trabajos que implican el levantamiento de cargas pesadas o la adopción de posturas forzadas, pueden ser irreversibles para su crecimiento. De igual modo, existen pruebas que corroboran que la exposición de los niños y niñas a sustancias químicas o radiaciones, afecta con más intensidad a los menores dado que tienen menos defensas contra las enfermedades. De la misma manera, el desarrollo cognitivo de un niño o niña no es el mismo que el de un adulto. Esto implica que los riesgos potenciales de un determinado trabajo, tampoco serán igualmente percibidos. Si bien es importante destacar las consecuencias que determinados trabajos pueden tener sobre el desarrollo físico de los niños y niñas, qué decir sobre las repercusiones e implicaciones morales de muchos trabajos que atentan contra su integridad moral y afectiva. También es importante destacar que el grado de peligrosidad de un trabajo no depende sólo de las características intrínsecas del mismo sino de las características individuales de las personas que los desarrollan. En este caso, muchos de los trabajos desarrollados por niños y niñas afectan a los grupos más vulnerables: los niños más pequeños y las niñas. En el caso de las niñas, se tiene constancia de que éstas empiezan a trabajar a edades más tempranas; son menos remuneradas por los trabajos que realizan; quedan recluidas en sectores caracterizados por largas jornadas de trabajo; trabajan de forma clandestina o no reglamentaria (lo que incrementa su vulnerabilidad a situaciones de explotación o abuso); desarrollan trabajos de grave peligro para su salud, seguridad y bienestar; y quedan excluidas de la educación o sufren la triple carga del trabajo doméstico, la escuela y el trabajo remunerado. El trabajo infantil dificulta y limita el acceso a la educación que a todo niño/a le corresponde por derecho y en muchas ocasiones sirve para esclavizar a los menores de tal forma, que se les priva y aleja de sus propias familias.

EL TRABAJO INFANTIL EN HONDURAS El órgano de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), declara que hay más de 475,000 niños en Honduras sin recibir una educación, sin tener un hogar o una vida digna. En las calles de nuestras zonas urbanas y rurales, se observa todos los días, sin importar la hora, cómo hay niños trabajando para poder sobrevivir o para ayudar a sus padres, en vez de estar en una escuela adquiriendo conocimientos o sencillamente aprendiendo a leer y escribir. En nuestro país, según el Ministerio de Educación, aproximadamente el 13% de hondureños no pueden leer ni escribir, y no solo niños, también personas mayores de edad, lo que es preocupante. La mayor causa de la explotación infantil es la pobreza, violencia doméstica, el alcoholismo, y en muchos casos el abuso sexual. Son obligados a trabajar por sus padres o cuidadores, ya que no les pueden dar una educación, y en muchos casos ni ellos pueden conseguir una oportunidad en nuestro país, es por eso por lo que le roban la alegría, el entusiasmo y el deseo de superación de estos niños. A lo largo de la vida de estos infantes, se les va dejando una huella, violándoseles sus derechos fundamentales, por quienes los contratan o por sus propios padres, que les exigen mayor productividad. La situación general de la infancia en nuestro país va empeorando, los infantes son explotados en diferentes actividades comerciales, como en el corte de café, en la recolección de basura y en casos extremos, en la prostitución infantil, etc. Ellos se enfocan en poder ayudar a sus familias y dejan de estudiar. Algunos de estos niños trabajan más de ocho horas diarias, con un pago mínimo, muy por debajo de lo justo, por los dueños de establecimientos u otros, que exigen incrementar el porcentaje de sus ganancias. No podemos olvidar lo que establece el artículo 124 de la Constitución de la República, al establecer que “Todo niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación. No será objeto de ningún tipo de trato. No deberá trabajar antes de una edad mínima adecuada, ni se le permitirá que se dedique a ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud, educación, o impedir su desarrollo físico, mental o moral. Se prohíbe la utilización de los menores por sus padres y otras personas, para actos de mendicidad. La ley señalará las penas aplicables a quienes incurran en la violación de este precepto”. Hay que darnos cuenta que la explotación infantil es un problema y es una violación a los derechos de la niñez, luchemos por esos niños y niñas que pierden la oportunidad de estudiar por tratar de sobrevivir, ya que sus padres no les pueden dar la vida que ellos merecen y poder prepararse para la vida. Es importante también que las autoridades encargadas de dirigir los destinos de la educación de nuestros niños y niñas velen porque se cumpla lo estipulado en nuestra Constitución, en Convenciones Internacionales y demás

leyes aplicables. Apoyemos a todos los niños y niñas para que puedan realizar sus estudios y lograr sus sueños, no les coartemos sus deseos de aprender, y sobre todo de tener una vida digna, ya que estos pequeños son el futuro de nuestro país. En Honduras las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos y de la niñez expresaron su preocupación ante el aumento de la explotación infantil. De acuerdo con cifras de estas organizaciones al menos un 80% de infantes sufren de distintos tipos de explotación. Los niños hondureños viven expuestos a múltiples tipos de abuso, desde la explotación laboral hasta la sexual. Organizaciones que trabajan en la protección de los migrantes ven con preocupación que existe una nueva modalidad de explotación infantil. Ahora los padres biológicos rentan a sus hijos para que sean usados por terceras personas y estos se hagan pasar por sus padres y así lograr entrar a Estados Unidos. Desde que en el año 2014 se dio la crisis de niños no acompañados migrando, se pensó que esos números habían disminuido, pero la ola sigue. Según la Secretaría de Relaciones Exteriores de Honduras, 100 mil hondureños han sido deportados de enero al 22 de noviembre del 2019, de esos más de 21 mil son niños. El Estado de Honduras no asume su responsabilidad ante la falta de protección a los menores de edad. A pesar de las restricciones migratorias que ha impuesto el presidente de EE.UU., Donald Trump para los centroamericanos en especial para los hondureños continúa en alza la salida de menores, mujeres y hombres en busca de trabajo hacia los Estados Unidos. Cifras expuestas por el mismo estado hondureño citan que mensualmente al menos 14 personas menores de 16 años sufren algún tipo de abuso y tráfico de personas.

La necesidad de llevar ingreso a sus hogares obliga a miles de niños Hondureños a abandonar los centros de estudios y trabajar en diferentes rubros.

La organización Internacional del Trabajo (OIT) define el trabajo infantil como: Todo trabajo que priva a los niños de su niñez, su potencial y su dignidad, y que es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico. 404, 462 menores entre 5 y 17 años son los que laboran, de acuerdo a los últimos datos de la Encuesta Permanente de Hogares del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). El 50.5% de los menores trabaja en actividades agrícolas, el 20.1% en el comercio formal e informal, 10.6% en la industria manufacturera, el 3% trabaja en la construcción. El resto se desempeña en actividades informales como limpiando vidrios de carros bajo los semáforos, en auto lavados, vendiendo dulces en las calles, también se ven menores laborando en el sector transporte, algunos realizan piruetas para recibir limosna y otros son usados para la mendicidad forzada. En las principales ciudades del país se observan muchos menores que trabajan en esas actividades, siendo donde más se vulneran sus derechos, sin embargo ninguna organización lleva un registro de cuantos son los niños en condición. El trabajo infantil se da más en la zona sur, con la siembra de melón, en el occidente, con el corte de café y en la zona atlántica, con la pesca. Según datos de visión mundial, el 54.3% de los hogares de niños que trabajan esta conformado por ambos padres, mientras que el 16.2% viven con la madre y el 27.6%no son hijos del jefe del hogar y el resto viven solo con el padre. Las cifras de la organización establecen que en Honduras hay 282,015 hogares donde se da el trabajo infantil, el 73% de esos pobres con un ingreso menor a 2,600.00 lempiras al mes. El 87% apenas tiene educación primaria y menos del 1.5% han llegado a la secundaria. A nivel legislativo se realizan acciones para prevenir que haya más trabajo infantil, no obstante hace falta más, Lo que hace el trabajo infantil es perpetuar la pobreza, cuando los menores crecen no tienen las mismas oportunidades que uno que si estudio. El cierre de las escuelas como parte de las medidas de emergencia para enfrentar la pandemia del coronavirus podría aumentar el riesgo de abandono escolar, especialmente para los niños vulnerables, según indicó Plan Internacional. Se cree que la situación de trabajo infantil, situación es de explotación, problemática social y tiene una repercusión directa en la vida de miles de niñas y niños esta se verá duplicada como resultado de la pandemia que estamos viviendo. El mundo del trabajo es un mundo adulto, con exigencias físicas y mentales desmedidas para la niñez. Las niñas y niños tienen que desarrollar su personalidad mediante el juego y a través de la relación con sus amigos y familiares"

El trabajo infantil "priva" a los menores de disfrutar su infancia y afecta su desarrollo físico y psicológico. El trabajo infantil tiene consecuencias negativas en el desarrollo cognitivo, emocional y social de los niños:       

Afecta a la calidad de vida y la salud mental de los menores. Son más vulnerables al impacto físico del trabajo y sufren más accidentes laborales. Reduce su rendimiento académico y empeora su experiencia escolar, sobre todo en trabajos de mayor intensidad o dedicación. Tienen salarios más bajos cuando son adultos. Reduce oportunidad laboral y afecta a su perfil de empleabilidad durante la adultez. Parece tener un efecto indirecto en términos de mantenimiento de la pobreza. Acciones contra el trabajo infantil Convenios y acuerdos internacionales contra el trabajo infantil.

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Acción concertada de los gobiernos en colaboración con sindicatos, empleadores y otros agentes sociales. Regulación de la edad mínima de acceso al empleo. Sistemas de vigilancia y control social. Potenciar la educación obligatoria: “aumentar la financiación de la educación primaria, establecer estándares de calidad en la escuela, aumentar el nivel de formación reglada de los padres y evaluar el sistema educativo, mejoran la cobertura y el rendimiento escolar”. Programas de transferencia condicionada de efectivo: “proporcionan incentivos monetarios y asistencia social cuando las familias receptoras cumplen con los criterios de llevar a los niños a la escuela, hacer el seguimiento médico adecuado o retirar a los niños del trabajo infantil, entre otros”.

“La explotación de la infancia constituye el mal más espantoso e insoportable para el alma humana. Una labor seria en materia de legislación social empieza siempre con la protección de la infancia”

CONCLUSIONES

La relación entre trabajo infantil y pobreza no es sólo unidireccional, donde la pobreza empuja a los niños/as y a sus familias a la incorporación prematura al trabajo, esta es una relación de causa-efecto donde el trabajo infantil al limitar el acceso de los menores a la educación y a los demás derechos que les corresponden como menores limita sus posibilidades de futuro. Al incorporarse los niños y niñas al trabajo, en vez de elegir avanzar en su formación hasta niveles más cualificados, el déficit educativo que se revela como subyacente al problema de muchos países en la cualificación de los recursos humanos de la población adulta, no se soluciona. La carga de la pobreza, como efecto del trabajo infantil, permanece y se hereda de una generación a otra. Es por ello que los efectos de prevenir la incorporación de los niños y niñas al trabajo infantil y procurar su permanencia en el estudio provocan una cadena de efectos positivos en los niveles individual, familiar y en el conjunto de la sociedad. El trabajo infantil en Honduras es un fenómeno social que tiene múltiples y muy complejas causas, su estudio no puede limitarse a un solo factor determinante. Sin embargo, la causa más clara y reconocida es la relación que existe entre el trabajo infantil y la situación de pobreza que atraviesan muchas familias. La percepción que los niños y niñas trabajadores tienen de las razones por las cuales trabajan, no difiere en grado significativo de las causas que aducen sus padres. Se perciben dos grandes factores: por un lado, la situación económica familiar y la necesidad de hacer frente a las necesidades materiales de subsistencia de la familia y por otro, el arraigo en el sistema de ideas y la tradición del trabajo infantil como opción de buena parte de la sociedad hondureña, junto a una percepción de la educación que no tiene en cuenta las consecuencias futuras que acarrea sacrificar dicho derecho. Respecto a las razones por las cuales existe una demanda de trabajo infantil en Honduras como factor productivo, se debe primero puntualizar que en más de la mitad de las situaciones el empleador es la propia familia. El 12 de Junio se conmemora el día mundial contra el trabajo infantil.