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• Amaury Santos

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PARTICIPANTES: Juan francisco santos Silverio MATRICULA: 16-0186. FACILITADOR (A):  Yomali Giménez ASIGNSATURA: Historia dominicana 3 TEMA 10 imágenes analítico visual de la realidad política social de la Rep. Dom. ESCUELA: Educación FECHA: 19-06-2020

Introducción El siguiente trabajo que presento a continuación recoge 10 temas de los más importantes de la realidad político social de la actualidad en la república dominicana. Estos temas de interés nacional han permanecido durante semanas en en la palestra pública debido a la gran importancia que esto tiene para la sociedad. Entre los principales temas están: los narcos políticos. Los narcos en busca de protección con los gobernantes apoyan económicamente el candidato que tiene la posibilidad de ganar las elecciones. También este trabajo abarca temas tan importantes como: Encuestas en medio de la pandemia, campaña sucia a los candidatos presidenciales con fin de descalificar su oponente, entre otros. Cuerpo de trabajo Narco política

No es reciente ni en una sola región que siempre se abogue por la adopción de las máximas previsiones en procura de mantener a los narcotraficantes alejados de la política, y más aun de las campañas electorales donde con frecuencia buscan cobijarse en diversas formas. Sin embargo, se ha tenido poco éxito en esa lucha, pues siempre el crimen organizado trata de influir en las campañas, ya sea mediante el aporte de recursos a candidatos de diferentes categorías o bien postulando de manera directa a sus representantes. Ahora mismo en la composición del Congreso Nacional en nuestro país se dice que hay más de un legislador señalado por vinculaciones directas con el narcotráfico, sin que a nadie parezca producirle ni calor ni frío.

Así como en las cámaras legislativas abundan los llamados “banqueros” que no son otra cosa que riferos, y suplidores de gas licuado de petróleo o propano, de ese mismo modo se pueden colar personas ligadas al negocio de las drogas. Total, es un asunto de mover dinero en campaña, en un país donde el aberrante clientelismo es practicado por los políticos y alentado por los electores que sólo se mueven por las dádivas y que han hecho de esa deleznable conducta un modo fugaz de vida. De modo que el lance que libran los partidos de la Liberación Dominicana y Revolucionario Moderno a propósito del tema, es un simple capítulo en una larga batalla por poner en evidencia quién ha tenido o tiene, mayores vínculos con el mundo de las drogas. Resulta penoso que a escasas semanas de unas elecciones, dos de las principales formaciones políticas desciendan al peldaño más oscuro de la contienda, arruinando la posibilidad de que los votantes reciban propuestas y no diatribas. Es una excelente oportunidad que tienen los electores de decantarse por la otra opción que encabeza el tercer bloque partidario que compite por la Presidencia de la República y que ha venido planteando reales soluciones para los problemas actuales y los que se heredarán. Una oportunidad tan trascendente para la vida de una nación debería de ser aprovechada por sus habitantes con derecho al voto para elegir los gobernantes para soluciones y no competidores que se esfuerzan en ponerse en evidencia sobre la base de cuál está más enlodado. Ahora bien, la confrontación que tiene atónitos a muchos la inició la dirigencia del PLD a propósito de la detención de un presunto narcotraficante vinculado al PRM. Y uno, necesariamente, pregunta: ¿Y qué de “César el Abusador”, quien pudo “escapar” de un cerco de más de 700 oficiales de la ley que le perseguían? Es evidente que, en esta materia, el PLD tiene un frágil techo. Encuestas y pandemia

En medio de la pandemia del Covid cuya curva de evolución sigue todavía en ascenso, la campaña electoral ha cobrado un giro que ha hecho que las actividades proselitistas se concentren en la tarea asistencialista clientelar y en la propaganda basada en la guerra de las encuestas. En el caso de las encuestas, las mismas se presentan de forma profusa y contradictoria en sus vaticinios. No obstante, entre todas hay encuestas consideradas muy acreditadas y merecedoras de confiabilidad. Una de esas encuestas es la encuesta económica del cibao, la cual acaba de salir dándole a Luis Abinader 52 puntos y a Gonzalo 24 en un, mientras que a Leonel le asigna un 17 por ciento. Asumiendo la credibilidad de la económica del Cibao, pese a las observaciones al diseño muestral y el método de entrevistas vía telefónica, los resultados presentan a un Abinader creciendo y a un Gonzalo en en caída libre, tendencia que de continuar así en el mes que resta de campaña, al menos le asegura a Luis Abinader un triunfo en primera vuelta. Ese vuelco eventual tendría su razón de ser en el impacto de la pandemia. Ese fenómeno aleatorio ha  convertido a toda la población, incluyendo la electoral, en una realidad social caracterizada por la “indefensión” y por el “estado de necesidad”. Todos están perdiendo con la pandemia: la salud; la vida; los recursos y, con los fallecimientos, la gente querida. De modo que la pandemia del Covid ha roto con el orden de prioridad y de necesidades que anteriormente estaba estructurado en función de la inseguridad ciudadana, la criminalidad y la delincuencia, la corrupción y la impunidad, el costo de la vida y el desempleo, entre otras prioridades que dominaron la percepción de la gente según las encuestas.    Aunque el oficialismo a intentado utilizar la pandemia a su favor, derrochando dinero del Estado con asistencias sociales, no ha conseguido que el penco cale en un importante primer lugar en las encuestas.   Esa labor de socorro también la vienen ejecutando el frente liderado por Gonzalo como candidato y el frente liderado por la Vicepresidenta con los programas sociales ampliados con motivo de la pandemia.  

Visto así, la estrategia de campaña del oficialismo deberá seguir tal como va, a ver si sube la simpatía de los electores, mientras que la de la oposición exige una revisión y renovación para intentar detener la tendencia actual. Más que recursos y discursos con propuestas “racionales”, se deben explorar mecanismos culturales, idiomáticos, y hasta musicales que provoquen emociones favorables que asocien e identifiquen a los candidatos opositores con la población llana. Campaña sucia y campaña negativa

La campaña “sucia” y la campaña negativa forman parte del arsenal de los políticos en todos los torneos electorales. La campaña negativa trata de resaltar los errores y defectos del contrario. Los subraya ante el votante, y actúa como si pusiera sobre ellos “una inmensa lupa y un potente foco de luz.” El propósito es conseguir que el votante advierta el “error” de votar por ese candidato. La campaña sucia comparte propósito con la campaña negativa, pero se diferencia por un asunto ético: la campaña sucia se “inventa” los errores y defectos del contrario, y en esa virtud, distorsiona la realidad y, por ende, engaña al elector. El que organiza una campaña sucia sabe que está faltando a la verdad y su propósito no es jugar con las reglas del juego democrático, sino violarlas para

conseguir su fin. Quien desarrolla una campaña sucia no busca informar al público, sino engañarlo, engatusarlo. Por eso la campaña negativa se considera parte del juego electoral, mientras que la campaña sucia nunca puede ser aceptada moralmente. Ningún político serio debiera cruzar la línea que divide ambos tipos de campaña. Pandemia y campaña

La pandemia del COVID-19 no pudo haber llegado en peor momento a la República Dominicana. Estamos en campaña electoral que todo lo contamina y en la que cualquier esfuerzo en favor de la comunidad tiene el tinte del interés político. Las diferencias electorales afectan el proceso de lucha contra esta pandemia de varias maneras: primero, impiden que los actores puedan tomar medidas conjuntas porque cada uno mide su interés político primero y “aprecia” la ventaja del otro, lo que impide el acuerdo por el bien común.

En segundo lugar, el candidato con más recursos y con más apoyos puede aprovechar la crisis para apuntalar su oferta, mientras los demás candidatos están atados para avanzar su causa. Tercero, la presión que reciben los candidatos de la oposición aumenta en la medida que el candidato con más recursos utiliza su mayor poder de fuego, disminuyendo el prestigio de la boleta opositora ante las masas. Por tanto, la oposición tiene que ser más imaginativa en sus acciones y sus propuestas, ante la imposibilidad de impedir el juego de sus adversarios. Posposición de la desescalada de la fase 3

El plan de desescalada estaba condenado al fracaso porque faltaban los datos para tomar la decisión correcta y porque a pesar de los esfuerzos del Gobierno había fallado en lo fundamental: convencer a la gente de que algo aparentemente tan simple como un contacto podía enfermar y hasta causar la muerte. Prever esta conducta era muy fácil. Solo había que analizar el comportamiento de la gente en los barrios cuando se anuncia un huracán u otro fenómeno natural. Por tanto, los esfuerzos tenían que enfocarse en aquellos puntos neurálgicos que conocemos y desde allí expandir los esfuerzos hacia líneas de menor resistencia. Como el Gobierno ha controlado la información, ahora nadie cree que sus medidas no tienen trasfondo electoral.

Ojalá este no sea otro común error de finales de campaña política. Abogados protestan por el estado de emergencia y la falta de audiencia.

Las protestas de abogados contra la extendida cuarentena en los tribunales de justicia han tenido una respuesta del Consejo del Poder Judicial, que ha anunciado para el día 1 de julio la apertura virtual de todo tipo de procesos en todas las materias y tribunales. Tal vez haya sido una coincidencia que el martes, cuando fue dado a conocer el documento con la decisión del Consejo, el Colegio de Abogados hacía la solicitud de que sean abiertos los tribunales en su totalidad y de urgencia, desde luego, con la adopción de las medidas de seguridad requeridas para el bien de la justicia y sus auxiliares. Muchos abogados deben de echar en falta el trajinar propio de los tribunales, pero la solución encontrada por el Consejo del Poder Judicial marca una buena distancia de la solución que debían de estar esperando los que, de manera particular, han estado reclamando la apertura de los trabajos en este Poder del Estado, y de lo que esperaba la entidad que les da una voz colectiva cuando el pasado martes hacía el reclamo por boca de su presidente, el señor Miguel Surum. Y a esto, como reclaman juristas que quizá tienen meses “frenando en el aro” debido a la falta de actividad en una profesión en la que se gana si se trabaja, hay que ponerle remedio, por la razón material y por la institucional. La solución dada por el Consejo, sin embargo, llega acompañada de un detalle que obligará a muchos, que hasta ahora habían permanecido lejanos, a involucrarse con las tecnologías de la comunicación en todas las materias y a todos los niveles. A modernizarse o actualizarse llaman, que el tiempo apremia. Reapertura de la econonomia

La reapertura ha venido acompañada de un riesgo significativo para las personas y para la administración del sistema de salud pública. Con una cadena compleja de variables, todas de difícil manejo como suelen serlo los asuntos sociales, la vuelta a la vida sin confinamiento ha sido decidida a suerte y verdad. Hoy día no es posible vivir por largo tiempo confinado, como en los recintos medievales, con una red mínima de relaciones personales y económicas sin que se resientan seriamente la cartera y la estabilidad psíquica. La naturaleza propia del dominicano, con una precaria sujeción a las reglas, ha sido desde el principio de este período especial un elemento de consideración en el manejo del distanciamiento entre personas proclamado como medida sanitaria. Ahora, con la incertidumbre del presente, unos, y del futuro, otros, con más razón. Desde el principio el alto porcentaje de la población económicamente activa que deriva sus ingresos de actividades informales ha sido una variable de mucho peso contra el acatamiento de la cuarentena. La reapertura, ideada por etapas, ha sacado a las calles a quienes tienen que salir por el deber y a quienes se sienten asfixiados por el confinamiento.

Y como si fuera poco, la coincidencia del impacto de la pandemia con un proceso electoral, que ha confrontado desde el primer momento a los encargados de administrarlo con desafíos importantes, es para las instituciones dominicanas un compromiso ineludible. Ahora la administración del área de la salud y el Comité de Emergencias y Gestión Sanitaria para el Combate del Coronavirus observan con preocupación la expansión del contagio, pero esto ocurre en medio de un apasionado e inevitable proceso electoral. Apasionado, porque entre nosotros no hay elección presidencial sin fanatismo; inevitable, porque el 16 de agosto el Estado tiene que contar con la instalación de un nuevo gobierno y un nuevo Congreso Nacional, como lo impone la Constitución de la República. Aumento de los contagios por covid 19

Sin haber aplanado la curva de muertes y contagios por el coronavirus, fue demasiado el riesgo que asumimos al jugar tan pronto a la desescalada. Entramos a ella con 448 muertes y 13,657 contagiados el 20 de mayo y casi un mes después nos encontramos con una cantidad duplicada de infectados y con 167 nuevas víctimas fatales.

Si estos saldos son de por sí mortificantes, más resultan las desinhibidas conductas de la ciudadanía al creerse que la pandemia había bajado su tren de ataque y que estaba prácticamente frenada. La desescalada abrió los apetitos para que muchos se volaran las restricciones, bajo una falsa sensación de vuelta a la normalidad. Hasta el miedo le perdimos. Ahora el gobierno, de cara a las duras realidades que muestra el luctuoso avance de un virus todavía fuera de control, decide no aventurarse a dar el paso hacia la Fase III. Por más necesidad que tengamos de restablecer el ritmo de nuestra economía, por más imperiosa que sea la necesidad de recuperar espacios perdidos, por más incómodas que sean las reglas del distanciamiento y las medidas de prevención, las restricciones debieron mantenerse intactas un tiempo más allá del 20 de mayo. El voto en medio de la pandemia

Con precauciones sanitarias confiables y expresadas protocolarmente como obligatorias, millones de ciudadanos deberán acudir en orden a los recintos electorales el próximo 5 de julio; corriendo, probablemente, menos riesgos que los usuales en el marco de múltiples apiñamientos del día a día. De todos modos lo viral, manejable con higiene, distancia y mascarillas, estará no más que en agregación negativa a algunas formas deshonestas de competir por el poder contra las que procede estar a la defensiva y que podrían incluir propósitos de alterar veladamente certificaciones de resultados, obstaculizar con perfidia fases del proceso en inconformidad con visibles tendencias adversas del electorado hacia alguien en particular o recurrir a compras de votos y cédulas.

Aunque sectores ligados al gobierno advierten que cada día los contagios por covid 19 aumentan en el país, la población permanece positiva para salir a votar este 05 de julio. El estado de emergencia y el oficialismo.

Mientras en las noches y las madrugadas, en pleno toque de queda, el candidato oficialista Gonzalo castillo, usando de manera fraudulenta los recursos del estado, reparte fundas de comida y dinero casa por casa, cualquier otro grupo político que lo intentara pasaría varios días encerrado en una cárcel. La pandemia y como corolario, el toque de queda y las manos libres para que Danilo medina use el dinero público como le da la santísima gana, han mejorado sin ninguna duda la posición electoral del candidato peledeista. y obviamente el PLD quisiera que el estado de emergencia durara hasta agosto, cuando tengan que desalojar la casa presidencial. Porque ni todo el oro del mundo hará que la población cambie su deseo de vencer, derrotar y aplastar la corrupción que contamina al palacio nacional y a todo el quehacer público. Esa mejoría de Gonzalo no es una casualidad ni un milagro, cuando su mediocridad, su incoherencia y su dudosa moralidad están seriamente cuestionadas aquí y más allá de la frontera. Eso ha sido únicamente obtenido a través del derroche y el proselitismo gubernamental. Es inexplicable que el gobierno de un país, afectado por una pandemia mortal, este centrando su atención más que en la salud, en la promoción política de su

candidato.

Que esté usando gran parte del dinero dispuesto para la

emergencia sanitaria, en la distribución de ayuda alimenticia con el rostro del penco o pagando prensa y propaganda a expensas de esos fondos. ¿Ha presentado el gobierno un presupuesto de los recursos extraordinarios que ha recibido para el periodo de emergencia por el coronavirus?  ¿Le ha explicado al país como se han gastado más de 90 mil millones (40 mil de los fondos de pensiones) en tres meses en los planes de ayuda anunciados?.

Por eso el CONEP en vez de seguir apoyando las solicitudes de extensión del gobierno para continuar el estado de emergencia debió requerirle al presidente Medina un detalle de cómo se ha gastado ese dinero. Eso se llama transparencia a la que no logramos acostumbrarnos.

Se le han aprobado 5 periodos de emergencia que cubren casi tres meses, y este ultimo parece en verdad una falta de respeto a los ciudadanos.

A 17 días de las elecciones presidenciales y con una acelerada reapertura de la economía ¿Qué sentido tiene solicitar una extensión del estado de emergencia? Bueno, tiene sentido siempre que sea para seguir dilapidando fondos públicos a favor del candidato oficialista. Conclusión Al finalizar este trabajo pude aprender más sobre los narcos políticos, que no son más que narcotraficantes que patrocinan campañas a políticos a cambio de protección e impunidad. En las últimas semanas los principales partidos políticos se ha tirado los trapitos al sol acusándose mutuamente que están liados al narcotráfico. Por un lado el PLD acusa al PRM de tener nexos con el recién extraditado yamil abreu navarro, mientras que el partido opositor acusa al partido de gobierno de haber protegido a cesar el abusador.

Bibliografía Listín diario Wikipedia Youtube.