Trabajo Fina Teoria de La Personalidad

1 Índice Los Arquetipos de Carl G. Jung..............................................................................

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Índice

Los Arquetipos de Carl G. Jung...............................................................................................4 OBJETIVO GENERAL..............................................................................................................5 OBJETIVOS ESPECÍFICOS....................................................................................................5 Introducción................................................................................................................................6 JUSTIFICACIÓN........................................................................................................................7 Investigación analítica...............................................................................................................8 Desarrollo: investigación (teórica)..........................................................................................9 Reflexión personal...................................................................................................................11 CONCLUSION.........................................................................................................................13 Bibliografía................................................................................................................................14 Anexos......................................................................................................................................15

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Los Arquetipos de Carl G. Jung

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OBJETIVO GENERAL. Analizar la teoría de Los Arquetipos de Carl G. Jung.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS. Describir que sostiene la teoría de los arquetipos de Jung. Exponer hasta que nivel puede influenciar un una imagen arquetípica a una persona. Identificar las diferentes imágenes o tema arquetípicos.

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Introducción El presente artículo responde al notable interés que viene despertando de un tiempo atrás la Psicología Analítica, escuela que recoge la obra del médico suizo Carl G. Jung (1875-1961). En el cual estaré exponiendo un análisis sobre la teoría de los arquetipos. Existe un alto nivel de desconocimiento en nuestro medio sobre este enfoque, por lo cual el artículo busca ofrecer una visión amplia de sus fundamentos. Después, realizare un resumen de lo que sostiene Carl G. Jung en esta teoría luego y hare una Reflexión personal sobre los arquetipos en mi vida y finalmente Cual ha sido la principal imagen o tema arquetipo en mi vida.

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JUSTIFICACIÓN El Suizo Carl Gustav Jung (1875 1961) es reconocido por la enorme importancia de su obra no solamente en el campo de la psicología sino también en el estudio de la cultura, de los mitos y de la religión. Jung revolucionó el paradigma mecanicis ta y positivista de la psicología al destacar, como lo señala la psic óloga junguiana June Singer; «la importancia del inconsciente en lugar de la conciencia, lo misterioso en lugar de lo conocido, lo místico en lugar de lo científico, lo creativo en lugar de lo pro ductivo y lo religioso en lugar de lo profano». Jung no se quedó sólo con el aspecto de la búsqueda personal

en

el

hombre

como individuo,

sino

que

su

principal interés se orientó a profundizar en la psique de la colectividad, de las culturas, y en última instancia de la humanidad. En

la

actualidad,

la psicología

analítica JUNGUIANA cuenta con numerosos continuadores y más allá del campo psicológico se aplica a los más diversos á mbitos tanto a los ya explorados por Jung como otros nuevos: ar te, literatura, estudio de mitos, antropología, religiones, etc.

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Investigación analítica Los arquetipos son sistemas de aptitud para la acción y, al mismo tiempo, imágenes y emociones… Por un lado, representan un conservatismo instintivo muy fuerte, y por otro, constituyen el medio más eficaz concebible para la adaptación instintiva. Así que son, esencialmente, la parte infernal de la psique… aquella parte a través de la cual la psique se une a la naturaleza. Arquetipo son los contenidos del inconsciente colectivo. Jung también les llamó dominantes, imagos, imágenes primordiales o mitológicas y otros nombres, pero el término arquetipo es el más conocido. El arquetipo es una tendencia innata (no aprendida) a experimentar las cosas de una determinada manera. Jung llamó arquetipos a las ideas en común que comparte la humanidad, indistintamente del credo o cultura; ya sea la creencia en determinados seres mitológicos, o la aberración hacia el incesto, por citar dos ejemplos. Jung sostiene que lo arquetípico es el fundamento libidinal de la psique. Los arquetipos son los motivadores últimos de la conducta, de los sentimientos y los pensamientos humanos. Por este carácter basal en la dinámica psíquica Jung los considera “infernales”, en el sentido de “demonios”, potencias instigadoras de toda la vida psíquica, por encima de nuestra voluntad, a la que están supra ordinados, y a la vez porque su aspecto instintivo los relaciona con nuestros impulsos animales, aunque su aspecto intuitivo lo haga con nuestras tendencias superiores, intelectuales, artísticas y espirituales. Estamos tentados de decir que su influencia posiblemente comience abarcando la constitución, diseño y regulación del sustrato fisiológico, y desde ahí se elevan hasta el control y organización del sustrato psicológico, del alma. Así, los arquetipos serían los constituyentes esenciales de todo el espectro de aquello que concebimos como naturaleza humana, desde lo animal al espíritu. Con los arquetipos sucede algo parecido. Representan la posibilidad de que ciertas ideas, percepciones o acciones sucedan ante determinadas circunstancias del entorno. De esta manera, los arquetipos predisponen al ser humano a enfocar la vida y a vivirla de determinadas formas, de acuerdo con pautas anticipadas previamente dispuestas en la psique (Stevens, 1994).

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Desarrollo: investigación (teórica) Como hemos ido comprobando, Jung no ahorra energías en recalcar la relación de los arquetipos con lo instintivo, lo terrenal, la realidad. Su intención en todo momento es evitar que se conciban sólo como productos de la mera fantasía, formas psíquicas etéreas, caprichosas, en última instancia, vacías. O bien como residuos obsoletos de arcaicas y hoy quizás erróneas formas de ver la realidad. En otro lugar habla de los arquetipos como autor representaciones del instinto, es decir, formas en que nuestra base instintiva se revela a nuestra conciencia, facilitándonos la comprensión de un sentido abierto dentro de él. Para ilustrar esta idea, usó el símil del espectro de la luz, donde la franja infrarroja correspondería a la esfera instintiva fisiológica y la franja ultravioleta a la esfera intelectual, imaginar, espiritual. Así, dejaba claro que los dos planos participan de una misma naturaleza sustancial (en esta metáfora, la luz): Por definición, dice Jung, estas imágenes son universales y pueden ser reconocidas tanto en manifestaciones culturales de distintas sociedades como en el habla, el comportamiento de las personas y, por supuesto, en sus sueños. Esto significa que pueden localizarse y aislarse en todo tipo de productos del ser humano, ya que la cultura afecta a todo lo que hacemos incluso sin darnos cuenta. Los símbolos y mitos que parecen estar en todas las culturas conocidas son para Carl Gustav Jung una señal de que todas las sociedades humanas piensa y actúa a partir de una base cognitiva y emocional que no depende de las experiencias propias de cada persona ni de sus diferencias individuales que le vienen de nacimiento. De este modo, la propia existencia de los arquetipos sería una evidencia de que existe un inconsciente colectivo que actúa sobre los individuos a la vez que lo hace la parte del inconsciente que es personal. Los arquetipos de Jung son, de alguna forma, patrones de imágenes y símbolos recurrentes que aparecen bajo diferentes formas en todas las culturas y que tienen una vertiente que se hereda de generación en generación. Un arquetipo es una pieza que da forma a una parte de este inconsciente colectivo que es en parcialmente heredado. Los arquetipos son la forma que le es dada a algunas experiencias y recuerdos de nuestros primeros antepasados, según Jung. Esto implica que no nos desarrollamos de manera aislada al resto de la sociedad, sino que el contexto 10

cultural nos influye en lo más íntimo, transmitiéndonos esquemas de pensamiento y de experimentación de la realidad que son heredados. Sin embargo, si centramos la mirada en el individuo, los arquetipos pasan a ser patrones emocionales y de conducta que tallan nuestra manera de procesar sensaciones, imágenes y percepciones como un todo con sentido. De alguna manera, para Jung los arquetipos se acumulan en el fondo de nuestro inconsciente colectivo para formar un molde que le da significado a lo que nos pasa. Si el arquetipo es la causa última del ser y el obrar, averiguar su esencia y desvelar su sentido significan descubrir nuestra auténtica identidad y nuestro destino. Significan orientación. Subrayemos que la conciencia presuntamente otorga una amplia variabilidad en el concebir y el obrar, una amplia versatilidad moral (todo lo cual resume la expresión “libre albedrío”), pero sólo se concibe a sí misma, aislada de sus propios fundamentos, lo que la sume con facilidad en un estado de confusión, perdida en el mar de las múltiples opciones existenciales. La salvación legítima de este estado es la reconexión con el estrato arquetípico. Psicológicamente el arquetipo como imagen del instinto es una meta espiritual buscada por toda la naturaleza del hombre. No podemos liberarnos legítimamente de nuestras bases arquetípicas a menos que estemos dispuestos a pagar el precio de una neurosis, tal como no podemos deshacernos de nuestro cuerpo y sus órganos sin cometer suicidio. Si no podemos negar los arquetipos o neutralizarlos de otro modo, nos vemos enfrentados, en cada nueva etapa de diferenciación de la conciencia a la cual aspira la civilización, a la tarea de encontrar una nueva interpretación apropiada para esa etapa, a fin de conectar la vida del pasado que aún existe en nosotros con la vida del presente que amenaza con escaparse. Las cualidades y atributos de los arquetipos son claramente visibles, sobre todo, cuando hacen acto de presencia irrumpiendo desde lo inconsciente en una conciencia individual, convocando en el sujeto una crisis, como un volcán que se activa y transforma dramáticamente su entorno. Entonces, meditar en los contenidos aflorados, en los símbolos revelados, y atesorar los INSIGHTS que no es raro se prodiguen en estos trances, produce asimilaciones filosóficas cada vez más profundas y universales. La emotividad que acompaña este proceso da valor y predispone a afrontar los pertinentes cambios en la dirección vital. El modo “casual” en que precisamente en esos momentos Quedémonos con la idea subrayada de los arquetipos como objetivos últimos de nuestra búsqueda de conocimiento, autoconocimiento y moral, y motivadores mismos de esas básicas necesidades. En este sentido, Jung

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vuelve a decir: ocurren ciertos eventos en el entorno, que transforman su organización, es el rostro con que se presenta aquello que llamamos destino.

Reflexión personal

La principal imagen arquetípica fue la de mi padre cuando en una época se convierte en El Cuidador: El cuidador cree en tratar a los demás como quiere ser tratado. Es maternal y protector. Su miedo más grande es el egoísmo y la ingratitud. Su estrategia es cuidar y proteger a los demás, por lo que su debilidad es caer fácilmente en el martirio y en la explotación. Su talento principal es la compasión y la generosidad. El cuidador es también conocido como el santo, altruista, padre y ayudante. Soy hija única, mi madre murió siendo yo apenas una niña, por lo que mi padre se responsabilizó de mi crianza y educación. Mi padre era un hombre, con una expresión dura en su rostro y tremendamente rígido. Cuando cumplí mis veintitrés años, comenzamos a tener discusiones, me exigía que comprendiera su situación económica, todas sus dificultades y sus problemas, etc. Al parecer mi padre pretendía que me convirtiera en una especie de madre-amante, Es decir, tenía la pretensión, inconsciente para él, de que su hija se convirtiera en una especie de sustituta de su madre. Y cuando le protestaba ante semejante exigencia, mi padre se sentía ofendido, me decía que no lo comprendía. Le decía a sus amigos y familiares que me avía vuelto muy rebelde, muchos le explicaban que era natural que una joven de esa edad no comprendiera los rigores de la vida, porque aún yo demasiado joven, y que él debería ser más comprensivo conmigo. Entonces, le respondía enojado que qué era de sus necesidades, que él también necesitaba que le entendieran y le comprendieran. Sus sentimientos estaban en un estado tan infantil que era incapaz de comprender que era él, el padre y hombre adulto, quien debía ser comprensivo conmigo, y no al revés, una maña mientras desayunábamos, le pedí a mi padre que me contara un poco de su infancia, me explicó que, en su juventud, tuvo que hacerse cargo del negocio familiar, desde muy pronto, y los rigores de la vida le habían obligado a crearse una armadura. Así, nada podía penetrar en ella, al escuchar el relato de mi padre fue cuando me di cuenta que se había aislado del resto de los seres humanos y, por consiguiente, de toda relación humana, utilizaba a las personas como si éstas fuesen fichas de un tablero de ajedrez, ostentando su incapacidad de generar vínculo afectivo alguno. 12

También había perdido toda espontaneidad y capacidad de sentirse realmente vivo, algo que sucede cuando se aparca al niño interior. En ese estado, era incapaz de sentir empatía por los demás, de ponerse en el lugar del otro, y, por su puesto, se había convertido en un inepto en el amor. Al hablar de su madre, me dijo que ella se lo había hecho pasar muy mal, expresando amargamente un resentimiento de lo más infantil. Tan era así, que aún seguía discutiendo con su anciana madre, culpándola de todas sus frustraciones, sus desilusiones y sus decepciones. En cierto modo, su sombra infantil lo perseguía allá dónde fuera. La debilidad de su sentimiento le impedía, a su vez, tomar consciencia de su situación, por lo que plagaba de proyecciones infantiles toda relación de pareja. La forma en que mi padre me educo causo fuertes influencias en mi vida, a tal grado que por varios años me causaron daño psicológico. Estos son sólo algunos de los efectos horribles que los estilos de crianza incorrecta de mi padre dejaron sobre mí y que hasta el momento muchos de ellos no he podido superar. - No tomaba decisiones de manera responsable. - me causo problemas con los roles, como madre y como esposa no savia asumir mi responsabilidad con mis hijos. Sin saber el daño que le podía causar. No hay confianza. Controlar todo lo que hace su hijo, mandar sobre sus decisiones es una muestra de que no existe confianza hacia el hijo - Temor a la soledad. Experimente autoridad sobre mis hijos.

un temor a quedar sola y perder la

- Hera meno emprendedora y productiva que los demás. No asumía responsabilidades y minimizaba mi esfuerzo. - Me convertí en unas personas sumisas y que aceptaba todo lo que se me imponía. - En baria ocasiones llegue a la conclusión de que el mundo era inseguro, ni tenía la oportunidad de desarrollar suficientes habilidades para enfrentar la vida.

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CONCLUSION Jung, al igual que Freud centra su estudio en un aspecto subjetivísimo de la mente, y, aunque retome su teoría le da un giro inesperado a ésta integrando las partes de la mente en una unidad inconsciente – consciente, no como partes separadas una de la otra. Y es que vista en unidad es más poderosa, con alcances más lejanos,

Como hemos visto en esta investigación, la mente en una unidad tiene alcances generacionales de información que estructura la vida del ser humano desde hace tantos años y que guardan aún un secreto que debe ser revelado: el sentido de la vida misma

Cabe destacar que el inconsciente colectivo a pare de ser visto como una simple teoría, debe ser vista como un campo de estudio amplísimo, pues aún quedan muchos mitos y leyendas que tendrán que ser traducida a arquetipos universales que eleven nuestro espíritu a un plano ficticio y aún no conocido. Una revelación tan gratificante como nadie tiene idea.

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Bibliografía - "El Simbolismo De La Escritura" - Max PULVER - JUNG C. G. ARQUETIPOS E INCONSCIENTE COLECTIVO. Ed. Paidós Psicología Profunda, España, 2004 - http://www.monografias.com/trabajos5/arque/arque.shtml#ixzz4RwYvZHGn

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Anexos

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