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TEMA 50: EL QUIJOTE 0. INTRODUCCIÓN Aunque actualmente la Historia de la Literatura universal tiene un lugar privilegiad

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TEMA 50: EL QUIJOTE 0. INTRODUCCIÓN Aunque actualmente la Historia de la Literatura universal tiene un lugar privilegiado para la novela El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha y su autor, Miguel de Cervantes, éste no gozó en vida ni remotamente del mismo prestigio, sino que tuvo una vida llena de episodios negativos, sin los que, no obstante, puede que jamás hubiera escrito su obra, que inició con 57 años de edad. La influencia del Quijote se propagó más allá de nuestras fronteras llegando a tener cierta notoriedad en su época, hasta el punto de que un autor desconocido escribió una segunda parte apócrifa bajo el seudónimo de Avellaneda, lo que debemos de agradecer pues fue lo que motivó a Cervantes a escribir su segunda parte de la obra. No obstante, a lo largo de los siglos la novela también ha tenido detractores, pues se ha discutido sobre fallos estructurales e imperfecciones literarias, pero la grandeza de la historia y de los protagonistas se han impuesto a todo tipo de críticas y es por eso que el Quijote es, después de la Biblia, la obra más editada en todo el mundo.

1. MIGUEL DE CERVANTES Cervantes posee una de la biografías más estudiadas de la literatura, a la que él mismo aportó datos en sus distintas obras. Miguel de Cervantes nació en Alcalá de Henares en 1547. Estudió en Madrid y a los 22 años decidió embarcarse para Italia. En 1571 intervino en la batalla de Lepanto, donde se hirió la mano; no

obstante siguió interviniendo en expediciones militares hasta caer preso por piratas, que lo encarcelaron en Argel donde estuvo más de cinco años para ser finalmente rescatado por los Padres Trinitarios a los 33 años. Tras este episodio, se instaló en Madrid, se casó y empezó a trabajar recogiendo víveres para el ejército español. Fue encarcelado en Sevilla en dos ocasiones por problemas con la Hacienda. Inicia después una nueva etapa en Valladolid donde se volvió a ver salpicado por un proceso judicial a raíz del asesinato de un caballero frente a su casa, pero no pudieron probar nada en contra suya. Vuelve después a Madrid donde continúa escribiendo hasta su muerte el 23 de abril de 1616, pocos días después de haber escrito la dedicatoria para su novela El Persiles. Su producción artística abarca todos los géneros literarios de la época: novela pastoril (La Galatea, de 1585), comedias de teatro al estilo lopesco (Los baños de Argel, El rufián dichoso, Pedro de Urdemalas, etc.), novelas cortas (Novelas Ejemplares), poesía, entremeses (El retablo de las maravilla, La guarda cuidadosa) y, por supuesto, la novela que le haría inmortal para la historia de la Literatura universal, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. 2. EL QUIJOTE. APARICIÓN DE LA OBRA 2.1. La primera parte El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha apareció en Madrid, en 1605, editado por Juan de la Cuesta, y dedicado al duque de Béjar. Se ha pensado que existe una edición anterior, pues Lope en una carta con fecha de 1604 alude a esta obra. El libro consta de ciencuenta y dos capítulos distribuidos en cuatro apartados: Cap. I-VIII; IX-XIV; XV-XXVII Y XXVII-LII. En el momento de su publicación, Cervantes es casi desconocido y sin embargo tuvo tal aceptación que en el mismo año de su aparición se

hicieron tres reimpresiones y, en vida del autor, se sumarán dieciséis más. Suponemos que para el público de la época debió ser muy sorprendente la aparición de esta obra propia de un autor desconocido y ya mayor. Sobre todo en lo que respecta a su protagonista, un loco hidalgo y la aparición de Sancho en el capítulo veintidós formando la paradójica pareja que, con su dualidad visual, serán el armazón de la novela. La primera parte termina con el regreso de don Quijote a su pueblo y la noticia de la tercera salida, quedando la obra abierta para una continuación, como así se hizo. 2.2. La segunda parte La segunda parte de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha aparece en el otoño de 1615, dedicada al conde de Lemos. Está formada por setenta y cuatro capítulos, que poseen mayor unidad que la primera parte, puesto que se reducen las narraciones y poesías intercaladas en el argumento. La obra comienza con los elementos propios del ritual de la época: tasa, fe de erratas, apelaciones, privilegios y dedicatoria. A continuación, Cervantes responde a los insultos de Avellaneda en la parte apócrifa. La narración comienza cuando el caballero recibe una visita del cura y el barbero y, tras una charla sobre el tema caballeresco, cae de nuevo en la aventura movido por la fama que dicen que han alcanzado sus andanzas. Existen notorias diferencias con la primera parte, por ejemplo: el caballero sale airoso de sus lances, se atenúa su idealismo y comienza a aparecer en él el desengaño y el escepticismo.

3. INTENCIÓN DEL AUTOR Existe una amplia variedad de posturas en la crítica referentes a la intención del autor. Para unos, el fin de Cervantes es el de combatir los libros de caballerías. Para otros, esto sólo era un pretexto para llevar a cabo un propósito más profundo. Estas dos posturas, una literal y otra simbólica, son las más defendidas. Ahora bien, un punto de vista no excluye al otro, sino que son solidarios. Otra crítica, de tipo impresionista (por ejemplo, Unamuno) defiende que lo que importa del Quijote es lo que cada lector y cada época vean en la obra. Para algunos críticos, como Morf o Cotarelo, el proyecto del autor fue solamente hacer una obra breve, al estilo de sus “novelas ejemplares” contra los libros de caballerías, y que una vez empezada fue convirtiéndose en una novela más extensa. Esto podría haber sido así, sin embargo, está claro que la perfecta estructura del texto supone un plan, una conciencia y una premeditación anteriores. Por su parte, Menéndez Pidal ha llamado la atención sobre las diferencias entre el Quijote del comienzo, aún sin perfilar y el que aparece más adelante, con mayor conciencia y hondura. Según su opinión, Cervantes no vio desde el comienzo la grandeza de su personaje, sino que esto llegó a medida que lo iba creando. Sin embargo, otro sector de la crítica ha visto esto como una dosificación consciente. Sea cierta una u otra tesis, la obra presenta una estructura que difícilmente se puede lograr sin una planificación previa y un proyecto inicial. De hecho, el final de la novela ya está previsto desde el comienzo a través de las proféticas palabras de la sobrina, sin excluirse alusiones que aseguran el final del relato y su transcurso.

4. ESTRUCTURA DE LA OBRA 4.1. La primera parte Como ha demostrado Menéndez Pidal, los seis primeros capítulos y el comienzo del séptimo son una imitación del “Entremés de los romances”. En ellos, el conjunto presenta una unidad bien trabajada, no falta ni sobra ningún elemento, el protagonista muestra unidad y suceden cosas que no ocurren en el resto de la novela, como que don Quijote hable como si fuera otra persona. Es por eso que Menéndez Pidal piensa que la obra surgió como resultado de una segunda ampliación, de un cambio de estructura en la novela. Por su parte, Vicente Gaos opina que el autor simplemente estaba dosificando conscientemente los rasgos de su personaje, algo que para el crítico sucede de igual forma con Sancho. La aparición de este último en el capítulo 22 parece confirmar la tesis de Gaos pues, si Cervantes hubiera pensado en una obra corta, lo habría introducido antes en el relato. En favor de esta tesis que defiende que éste fue el proyecto inicial del autor viene también la congruencia gramatical que existe en el final de cada capítulo y el comienzo del siguiente, que enlaza los capítulos iniciales. En ellos, el autor imita la yuxtaposición de episodios que se dan en los libros de caballerías, cuya acción se articula alrededor del lugar donde vive la dama del protagonista. En este caso, la acción se realiza en torno a la venta de Juan Palomeque y el autor, temiendo que el lector se cansara de la yuxtaposicón de episodios, introduce otras acciónes secundaria: las historias de Luscinda y Cadenio, Dorotea y D. Fernando, “El curioso impertinente” y la del cautivo. Cuando el cautivo va a contar su historia, D. Quijote pronuncia el discuso de las armas y las letras, alcanzando una actitud solemne, con la que consigue que el lector no se pierda en los relatos y vuelva el

protagonista a la primera línea. La primera parte culmina con nuevas aventuras yuxtapuestas de camino a la aldea del hidalgo. 4.2. La segunda parte La más clara diferencia con respecto a la primera parte es que Cervantes sigue un plan que anuncia el final desde el principio, basado en que el bachiller Sansón Carrasco, convertido en caballero andante, le derrote poniéndole como castigo un año sin aventuras. Otra diferencia es el abandono de historias intercaladas, que como dice el personaje de Sansón Carrasco, han sido criticadas. Aquí Cervantes se ciñe a las aventuras del hidalgo, y expresa que se ve obligado a ello, pidiendo que se le alabe, no por lo que escribe, sino por lo que ha dejado de escribir. A pesar de las limitaciones, el autor incluye los relatos de Ricote, Ana Félix y el de Roque Guinart y Claudia Jerónima, que están más en relación con la historia principal. En esta segunda parte, el centro en torno al que se organizan las aventuras es el palacio de los duques. Si en la primera parte, el cura y el barbero van a Sierra Morena, pasando a la ida y a la vuelta por la venta; aquí, de igual forma, irán hasta Barcelona (el punto más alejado de la aldea de la Mancha), pasando, en ida y vuelta, por el palacio de los duques. En esta segunda parte Cervantes inaugura el tema de la “literatura en la literatura” al hacer continuas alusiones en la obra a la novela de Avellaneda y a su primera parte. Este tema ya se iniciaba en la primera parte cuando nos relataba el hallazgo del texto de Cide Hamete. En esta segunda parte, se inicia el relato con la noticia de que las aventuras del hidalgo han sido escritas y difundidas, por lo que muchos personajes como Sansón Carrasco o los duques las han leído, por lo que hablan de ello con los personajes y les piden aclaraciones, sucediendo también

conflictos referentes a las historias del Quijote falso de Avellaneda. (Por ejemplo, se encuentran a uno de los personajes de Avellaneda en una venta, haciéndole declarar que el Quijote que él conoció es otra persona). 4.3. Valoración de las dos partes Existen muchos cervantistas, como Joaquín Casalduero para quienes la segunda parte es muy superior a la primera, por el mayor sosiego y cuidado en la composición tras su éxito y por su mayor madurez. No obstante, también hay críticos que defienden la superioridad de la primera parte. Nosotros apostamos por la postura de que no tiene sentido precisar cuál es mejor, puesto que ninguna lo es de forma absoluta.

5. LAS NOVELAS INTERPOLADAS Cervantes siempre mostró su afición por intercalar narraciones en la novela central; sin embargo, la segunda parte no parece presentar esta práctica. En el prólogo de esta segunda parte y en diversos pasajes el autor del Quijote hace auténtica crítica literaria al hablar de este aspecto. Para Vicente Gaos, las interpolaciones no constituían en sí mismas un fin para Cervantes, sino que eran sólo un medio para incrementar la ilusión de realidad. Cuando inserta “El curioso impertinente”, los personajes del Quijote dejan de ser seres de ficción para actuar como personas reales que leen y oyen otros relatos. Según Gaos, para crear esta ilusión en la segunda parte, ya no se necesitaba recurrir a otros relatos ajenos, sino que ya se tenía el relato publicado de 1605. Así pues, los personajes leerán el propio Quijote, por lo que se podría afirmar que no cambia la técnica, sino tan sólo su apariencia externa. Además, existe otra interpolación importantísima, la del Quijote apócrifo de

Avellaneda, que ayuda a reforzar la autenticidad del verdadero personaje. La existencia de historias intercaladas no rompe la unidad del Quijote, puesto que el concepto de unidad que tiene Cervantes es otro, él nunca pensó que las novelas intercaladas desviasen la atención, puesto que la unidad está para él en la verdad psicológica y no en la acción. En el texto, ya Cervantes atribuye a Cide Hamete el gusto por los detalles y el relato de las cosas mínimas que forman parte, directa o indirectamente, de la existencia de los personajes principales. De ello deriva que Cervantes conceda, en toda su obra, mayor importancia al diálogo que a la acción. 6. REALISMO Y UNIVERSALIDAD: DON QUIJOTE Y SANCHO En opinión de Martín de Riquer, Sancho Panza es el personaje que mejor culmina el realismo español de la novela. Con una técnica realista, Cervantes concentró en este personaje todo el mundo de la ciencia popular y variados personajes con los que se encontró a lo largo de su vida. Para comprender la técnica con la que Cervantes construye a Sancho es preciso seguir la evolución del personaje a través de la obra. Sancho está en constante movimiento pendular. A veces oscila en una vertiente, motivado por su credulidad y materialismo, que le hacen creer en su señor; otras, impulsado por su razón de campesino manchego, ve clara la realidad frente a las locuras de su amigo. El personaje va de un plano a otro con toda la escala intermedia de posibilidades. En el Quiote llega también a su culminación la mezcla de lo grotesco y lo admirable, que ya se daba en el personaje del hidalgo del Lazarillo, un personaje digno de admirar y de ser tenido lástima. Ahora bien, no son los dos personajes principales los que, como se ha afirmado, invierten sus caracteres y acaban

oponiéndose al final, sino que cada personaje, en sí mismo tiene a ser una oposición constante de caracteres, tensiones y fuerzas. Tanto en la figura del Quijote como en la de Sancho, el autor nos entrecruza constantemente estos planos de oposición, siendo un reflejo del alma humana que hace que la obra sea universal. El Quijote es creado en el momento exacto de la literatura española en que el realismo se había insertado en la narrativa, en el s. XVII. No obstante, la España de los héroes medievales y los antiguos mitos permanece viva. El Quijote es el heredero de los caballeros medievales de las novelas pero, a esta permanencia se le añade el realismo barroco, y es de esta fusión de elementos de donde nace la creación de la mayor novela moderna. La ruina de don Quijote es la ruina de España, igual que los ideales del personaje caen, también caen los de España con la Armada Invencible… D. Quijote es el anhelo antiguo fracasado, es el alma de España. 7. ESTILO DEL QUIJOTE Se ha llegado a afirmar que no existe novedad técnica en la novela actual que no estuviese de alguna forma en la obra de cervantes. Su agilidad narrativa, la variedad estilística y el manejo de múltiples perspectivas son, en síntesis, sus mejores logros, además de otros muchos recursos, de entre los que resaltamos los más señalados. - La parodia: el objetivo primero del Quijote es la burla de todo el género de las novelas de caballerías, pero a ello Cervantes añade todas sus experiencias de la vida y del ser humano. Vemos la parodia en la estructura, el estilo, el lenguaje… La parodia va a ser lo que de a Cervantes una libertad, tanto de estructura como de invención y de estilo. Será también lo que aporte el humor.

- Diversas perspectivas: La técnica narrativa del Quijote está basada en un continuo juego de perspectivas. El Quijote presenta el juego del doble autor, en el que un autor narra lo que otro contó. Este esquema se complica con la invención de los cartapacios de Cide Hamete Berengeli, a partir de los cuales ya son tres autores. Este juego permite a Cervantes anticiparse a la narración, salir de ella, ponerla en boca de cualquiera de los autores o analizar críticamente su labor. - El diálogo, es el principal conductor de la obra, es más importante que la narración. A través de él se caracterizan los protagonistas Sancho-Quijote. El lenguaje identifica a los personajes y los delimita tanto humana como social e ideológicamente. - Dinamismo: el dinamismo, tanto en la estructura como en el estilo, define a Cervantes como novelista. De hecho la misma idea de “camino”, en la que los protagonistas se sitúan, condiciona el movimiento, cruzarse con nuevos personajes, encontrarse lugares, acciones… Además, la sucesión de aventuras es constante. El ritmo conseguido se refleja en aspectos estilísticos, como el uso oraciones breves y acumuladas en un párrafo. - Ironía: Junto con la parodia, es el recurso más utilizado en la obra y gran fuente de humorismo. La obra está llena de dobles sentidos y la ironía aparece a todos los niveles: los títulos, la conducta de los personajes, el contextos, los hechos… Todo está lleno de contradicciones y, en buena medida, ridiculizado. (La belleza de Dulcinea sin ir más lejos). - El humor: Todo lo anterior contribuye al gran sentido del humor de la obra: ironía, parodia, hipérboles abundantes, refranes, nombres propios, juegos de palabras…

8. TÉCNICAS LITERARIAS Haremos un breve repaso de los recursos literarios empleados en el Quijote según el estudio de Ángel Rosenbhlt. -El topo o lugar común: Cervantes toma de la lengua popular los tópicos más usados, los modos adverbiales y frases hechas y los modifica o juega con ellos para obtener un efecto expresivo o humorístico. -Comparaciones, tomadas del hablar popular, con las que juega o las que aplica a situaciones inesperadas cuando persigue fines cómicos. -Metáforas: también Cervanes juega con ellas o las prolonga para destacar su sentido etimológico. (“Mucho me pesa, Sancho, que hayas dicho y digas que yo fui el que te saqué de tus casillas, sbiendo que yo no me quedé en mis casas”. Otras veces, el juego metrafórico se utiliza para la metamorfosis quijotesca de la realidad (gigantes por molinos). Las metáforas y comparaciones de Sancho proceden del mundo de la experiencia -La antítesis es el recurso más insistente de la obra. -La sinonimia aparece como recurso de claridad o de realce expresivo, y también con iintención burlesca. Suele aparecer en forma bimembre, trimembre o en acumulación, bien en gradación o de forma caótica. -Repeticiones deliberadas, pero también juegos con la elipsis. -Juego de palabras. -Paranomasia, aliteración y rima. -Juego con los niveles del habla

9. EL QUIJOTE DE AVELLANEDA En 1614 apareció publicado el Segundo tomo del Ingenioso Hidalgo D.Quijote de la Mancha, compuesto por el Licenciado Alonso Fernández de Avellaneda, seudónimo de un autor que aún hoy es un misterio aunque se han barajado numerosos nombres, como Pérez de Montalbán, Quevedo o el mismo Cervantes. En el prólogo al libro se critica e insulta a Cervantes, llamándole “manco” y “viejo” entre otras cosas. En el comienzo de la acción, vemos a D. Quijote dirigiéndose hacia Zaragoza, así que cuando Cervantes escribe su segunda parte buscará introducir variantes para distanciarse del apócrifo. También existen capítulos en los que Cervantes alude a la obra y al final, lleva a su personaje a la muerte para que el anónimo deje reposar los cansados huesos de Don Quijote. Aunque la obra no tiene la valía de la de Cervantes, tiene cierta calidad, pues las aveturas siguen esquemas semejantes. No obstante, los personajes distan mucho de los originales. La obra no tuvo excesivo éxito en su tiempo pero su mayor efecto fue el impulsar a Cervantes a acelerar la elaboración de su segunda parte. De no haber aparecido, es probable que el autor hubiese muerto sin haber finalizado la obra, que apareció un año antes de su muerte. 10. CONCLUSIÓN ALBORG, J.L.: Historia de la Literatura Española. Tomo II Ed. Gredos. Madrid, 1966. GAOS, V: Cervantes: novelista, dramaturgo, poeta. Ed. Planeta. Barcelona, 1979. MENÉNDEZ PIDAL, R.: "Un aspecto en la elaboración del Quijote", en De Cervantes y Lope de Vega. Ed. Espasa-Calpe. Madrid, 1973.

SALAZAR RINCÓN, J.: El mundo social del Quijote. Ed. Gredos. Madrid, 1986

BIBLIOGRAFÍA