Sindrome de Burnout

SINDROME DE BURNOUT EN EL PERSONAL DE ENFERMERIA DE URGENCIAS ADULTOS DE UN HOSPITAL DE SEGUNDO NIVEL DEL ISSSTE. Págin

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SINDROME DE BURNOUT EN EL PERSONAL DE ENFERMERIA DE URGENCIAS ADULTOS DE UN HOSPITAL DE SEGUNDO NIVEL DEL ISSSTE.

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Introducción En la sociedad contemporánea que vive y se desarrolla en un mundo globalizado, el estrés es cada vez más frecuente entre los individuos, lo que afecta su salud y desempeño laboral; el personal de salud no está exento de este problema. . El síndrome de burnout es una de las manifestaciones de estrés laboral más estudiadas. El concepto de burnout fue utilizado por primera vez por Freudenber en 1974, quien lo definió como un estado de fatiga que se produce por la dedicación a una causa, forma de vida o relación que no produce el esfuerzo esperado. Más tarde, Maslach y Jackson propusieron tres dimensiones interrelacionadas: agotamiento emocional (AE), que estima la vivencia de fatiga emocional por las demandas de trabajo; la despersonalización (D), que mide las respuestas de tipo impersonal y las actitudes negativas hacia los pacientes, y la realización personal (RP), que refleja la satisfacción personal y la competencia en la práctica del trabajo cotidiano. Estas dimensiones se integran en el cuestionario Maslach Burnout Inventory (MBI) que se utiliza para medir dicho síndrome; se ha sido traducido y validado al español por Gil-Monte, y ha sido utilizado de esta forma en múltiples grupos ocupacionales. Dado el impacto de este síndrome sobre la relación laboral entre el personal de Enfermeria y las instituciones de salud, éste ha sido considerado por la OMS como riesgo de trabajo Planteamiento del Problema El Síndrome de Burnout se ha definido como una respuesta al estrés laboral crónico, integrado por actitudes y sentimientos negativos hacia las personas con las que se trabaja (actitudes de despersonalización), al propio rol profesional (falta de realización profesional en el trabajo) y también por la vivencia de encontrarse emocionalmente agotado (Gil- Monte y Peiró, 1997). El Síndrome de Burnout se ha investigado en ámbitos y grupos ocupacionales diversos. Las exploraciones iniciales se realizaron en médicos y enfermeras(os), posteriormente, se incluyeron profesionales ligados a la salud mental tales como psiquiatras, enfermeras psiquiátricas y auxiliares de enfermería. Aunque en la actualidad se acepta que el Síndrome de Burnout afecta a cualquier grupo ocupacional, existen profesionales más predispuestos a éste, como es el caso específico de los profesionales de la salud. La sociedad define la salud como un derecho de todos y, por ello, los profesionales deben estar disponibles para atender las necesidades que surjan como consecuencia de la enfermedad. Se debe resaltar que los profesionales pueden experimentar agotamiento de sus capacidades físicas y psicológicas que los debilitan y transforman en seres vulnerables, especialmente cuando se enfrentan a situaciones difíciles. (Gil-Monte y Peiró,1997).

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La presencia del Síndrome de Burnout se ha considerado unaconsecuencia de trabajar intensamente hasta el límite de no tomar en cuenta las necesidades personales. Esta situación se acompaña de sentimientos de falta de ayuda, de impotencia, de actitudes negativas y de una posible pérdida de autoestima que sufre el trabajador, descrita como Síndrome de Burnout. (Caballero y Millán, 1999). La prevalencia del Síndrome de Burnout a nivel internacional es variable respecto al grupo ocupacional y fluctúa de 17.83% reportada en enfermeras de España (Del Río y Perezagua, 2003) hasta un 71.4% en médicos asistenciales del mismo espacio geográfico. (Martínez y Del Castillo, 2003). En el ámbito latinoamericano, Chile registra una prevalencia del Síndrome de Burnout del 30% en profesionales de salud de los niveles primario y secundario de atención y afecta principalmente a las mujeres que ejercen la medicina (Román, 2003). En la investigación "Factores asociados al Síndrome Burnout en médicos y enfermeras del Hospital Nacional Sur Este de ESSALUD del Cusco", se determinó que: "Durante los meses de Octubre de 1998 a Febrero de 1999, se realizó un estudio de prevalencia del Síndrome de Burnout y los factores asociados al mismo en 64 médicos y 73 enfermeras del Hospital Nacional Sur Este de ESSALUD del Cusco, que corresponde al 83.1% de médicos y al 81% de enfermeras que trabajaban en esos meses en dicho hospital. La prevalencia del Síndrome Burnout se encuentra en grado bajo en el 79.7% de médicos y 89% de enfermeras; en grado medio en el 10.9% de médicos y 1.4% de enfermeras. (Quiroz y Saco, 1999). Román (2003) en su trabajo "Estrés y Burnout en profesionales de la salud de los niveles primario y secundario de atención (Chile)", se planteó la hipótesis de establecer una asociación entre género y profesión y reportó los6 siguientes hallazgos: la prevalencia de Burnout fue ligeramente superior a 30% y la de síntomas de estrés de 50%. El Burnout afectó fundamentalmente a las mujeres médicas de atención primaria, y el estrés a las enfermeras del mismo nivel de atención". Peralta y Pozo (2006) en el trabajo "Factores asociados al Síndrome de Burnout en el equipo de salud asistencial del Hospital de Apoyo Huanta (Ayacucho)", concluyeron los siguientes aspectos: "El 29.2% de integrantes del equipo de salud asistencial del Hospital de Apoyo Huanta presentó Síndrome de Burnout asociado significativamente con el tiempo de servicio, condición laboral, jornada laboral semanal y el perfil ocupacional". En Venezuela, en la investigación titulada "Rasgos de personalidad, ajuste psicológico y síndrome de agotamiento en personal de enfermería", determinaron que: El síndrome de agotamiento no está relacionado con una "Personalidad Tipo"; se trata de rasgos de personalidad particulares asociados con la capacidad que tiene un sujeto de utilizar los recursos materiales y psicológicos disponibles Página 3

para generar respuestas adaptativas entre las necesidades internas y las exigencias del ambiente". (Bencomo, Paz y Liebster 2004). Por tanto, es muy probable que el Síndrome de Burnout sea una manifestación prevalente en el personal de salud en este país, con el riesgo de experimentar una variedad de problemas de salud tanto físicos (cefaleas, úlceras pépticas, trastornos cardiovasculares) como psicológicos (estrés y depresión) y laborales (baja satisfacción laboral y menor productividad) (Bencomo, Paz y Liebster 2004). En razón de los elevados índices de estrés y de sensación de sobrecarga laboral en profesionales de salud en el Estado Monagas, es muy probable que exista un problema de salud ocupacional, relacionado con el Síndrome de Burnout. Los factores epidemiológicos como la edad, sexo y estado civil, así como los laborales como el grupo profesional, jornada laboral semanal, remuneración económica, condiciones ergonómicas del sitio de trabajo, así como el tipo de relación interpersonal con los compañeros de trabajo y con los pacientes predisponen para el desarrollo de este problema, lo que ameritó un estudio de la situación del personal de enfermería que labora en el servicio de emergencia de adulto en un Hospital Tipo IV ubicado en Maturín, Estado Monagas, Venezuela. Por tal motivo, esta investigación planteó las siguientes interrogantes: 1.- ¿Cuál es el impacto del Síndrome de Burnout en el personal de enfermería del servicio de urgencias adultos del Hospital General del ISSSTE de segundo nivel de atención? 2.- ¿Qué factores epidemiológicos están asociados al Síndrome de Burnout en este personal de enfermería? 3.- ¿Qué factores laborales se asocian con el Síndrome de Burnout en el personal de enfermería de este servicio?

Objetivos de la Investigación Objetivo General Evaluar el Síndrome de Burnout en el personal de enfermería del servicio de urgencias adultos del Hospital General del ISSSTE de segundo nivel de atención

Objetivos Específicos 1. Identificar la presencia del Síndrome de Burnout en el personal de enfermería del servicio de urgencias adultos del Hospital General del ISSSTE de segundo nivel de atención Página 4

2. Determinar los factores epidemiológicos (edad, sexo, números de hijos y estado civil, etc.) asociados al Síndrome de Burnout en el personal de enfermería de. 3. Identificar factores laborales (ocupación y cargo, jornada laboral, antigüedad en la profesión y en el cargo, así como el tipo de relación interpersonal con los compañeros de trabajo) asociados al Síndrome de Burnout en el personal de enfermería del servicio de urgencias adultos de este hospital.

Justificación La determinación del Síndrome de Burnout, así como los factores epidemiológicos y laborales asociados a él, permitirá a la dirección de este hospital, implementar programas de promoción de la salud ocupacional para los profesionales que laboran no sólo en el área de emergencia, sino también en los otros departamentos de esta institución, teniendo en consideración que el Síndrome de Burnout se relaciona con una variedad de problemas de salud en la esfera física, psicológica, social y espiritual que comprometen la eficacia y eficiencia en la prestación de servicios. La relevancia social se fundamenta en la necesidad de promover la salud ocupacional, con la finalidad de prevenir el Síndrome de Burnout en los profesionales de enfermería mediante el control de los factores de riesgo modificables, que garanticen un mejor desempeño profesional. La investigación contribuirá en el conocimiento de los factores epidemiológicos y laborales asociados al Síndrome de Burnout, porque en la actualidad no existe consenso al respecto.

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MARCO TEÓRICO

Antecedentes de la Investigación El fisiólogo Claude Bernard, describió cómo los organismos multicelulares mantienen un medio interno muy estable y finalmente regulado, lo que llamó: “Constancia del medio Interno”, es la condición indispensable de la vida autónoma. Canon, (1920) utilizó por primera vez la palabra Stress al descubrir accidentalmente la influencia de factores emocionales en la secreción de adrenalina. Describió la reacción de Lucha o Huida como respuesta básica del organismo a toda situación percibida como peligrosa y en la que se produce una liberación de catecolamina por la médula suprarrenal y terminaciones nerviosas (Katz, 2004). En 1930 un joven austríaco de 20 años de edad, estudiante de segundo año de Medicina en la Universidad de Praga, Hans Seyle observó que todos los enfermos a quienes estudiaba, indistintamente de la enfermedad propia, presentaban síntomas comunes y generales como: cansancio, pérdida del apetito, baja de peso, astenia, etc.; esto le llamó la atención y lo denominó: “Síndrome de estar enfermo”. Integró a sus ideas que no solamente los agentes físicos nocivos actuaban directamente sobre el organismo produciendo stress, sino que además las demandas de carácter social y las amenazas del entorno del individuo que requieren de capacidad de adaptación provocan stress. Hans Seyle hace más de medio siglo definió Stress ante la O.M.S. como: “la respuesta no específica del organismo a cualquier demanda del exterior” (Ocaña, 1998). Etapas de evolución del Síndrome de Adaptación al estrés Seyle (1963) describió los fenómenos relacionados con el stress que se conocen como Síndrome de Adaptación, el cual se desarrolla en tres etapas: 1. Reacción de Alarma: el organismo entra en situación de alerta, el sistema nervioso provoca la liberación de hormonas de las glándulas adrenales, corticosteroides, adrenalina (epinefrina) y noradrenalina (norepinefrina), las cuales producen aumento del ritmo cardiaco y de la frecuencia respiratoria, disminuye la actividad del aparato digestivo, haciendo que llegue más sangre a otros órganos, el músculo aumenta su consumo de energía, lo que produce un aumento de calor. Todas estas respuestas son automáticas. Sin embargo, son de menor intensidad si el individuo es capaz de anticiparse o controlar el factor estresante. 2. Etapa de Resistencia: Desaparecen los signos característicos de alarma y las defensas alcanzan un nivel superior a lo normal. La intensidad del síndrome depende de la intensidad del estímulo del agente estresor, y de diversos factores que pueden influir positiva o negativamente a la adaptación del organismo Ej.: consumo de alcohol, dieta equilibrada; etc.

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3. Etapa de Agotamiento: Es aquí donde las defensas generales vuelven a disminuir hasta llegar a un nivel bajo, fallan las estrategias de adaptación y los signos de reacción comienzan a hacerse irreversibles. Si el agente estresor continúa actuando, el organismo puede sucumbir, lo que le hace más vulnerable a infecciones oportunistas (Ej.: herpes labial). Estudios demuestran que simplemente la anticipación a una situación estresante es suficiente para producir un debilitamiento del sistema inmunológico. Los factores psicosociales, tales como características individuales, expectativas económicas, desarrollo personal, relaciones humanas, desempeño profesional y medio ambiente de trabajo, representan en conjunto el total de percepciones y experiencias del trabajador. Los principales factores psicosociales generadores de stress presentes en el medio ambiente de trabajo involucran aspectos de organización y función, dirección, tareas y actividades, administración y calidad de relaciones humanas (Aranda y col., 2005). La persistencia de estos agentes estresantes en el medio ambiente de trabajo durante meses o aun años produce un conjunto de signos y síntomas de carácter más permanente (Síndrome de Burnout). El stress genera inicialmente alteraciones fisiológicas, pero su persistencia crónica produce alteraciones de carácter psicológico (Aranda y col., 2005). Cabe destacar que el trabajo es considerado como una fuente de stress, donde el conjunto de fenómenos que suceden en el organismo del trabajador, con la participación de los agentes estresantes lesivos derivados directamente del trabajo pueden afectar la salud del trabajador. El personal de enfermería debe lidiar con diversos agentes estresantes, por ejemplo, tecnología, su manejo y consecuencias para el usuario, manejo del personal y situaciones donde limita la vida y la muerte (Álvarez y Fernández, 1991). El término Burnout es un término anglosajón utilizado, en un primer momento, por la sociedad británica como un concepto popular dentro de la jerga de los deportistas que describía una situación en la que, en contra de las expectativas de la persona, ésta no lograba obtener los resultados esperados por más que se hubiera preparado y esforzado para conseguirlos. En castellano, su traducción literal significa "estar quemado", "síndrome del quemado profesional" o "quemazón profesional". (Peiró, 2005). Esta definición fue utilizada por primera vez por Freudenberger (1974), en su descripción del agotamiento que sufrían los trabajadores de los servicios sociales. Sin embargo, fue Maslach (1976), quien dio a conocer esta palabra de forma pública en el Congreso Anual de la Asociación Americana de Psicólogos. Describiendo un fenómeno de agotamiento en trabajadores que ejercían su actividad laboral con o para personas, en lo que se denominó trabajadores de servicios humanos. (Bencomo, Paz y Liebster, 2004).

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Definido en un primer momento como "debilitamiento, agotamiento o comienzo de extenuación por excesivas demandas sobre la energía, la fuerza o los recursos" (Freudenberger, 1974). Constató en su experiencia como director de una clínica cómo sus trabajadores al cabo de un tiempo y como causa de lo que analizó posteriormente: excesivas demandas y expectativas no realistas creadas por uno mismo y/o por la sociedad, se generaban unos síntomas de irritabilidad, cinismo y depresión de los trabajadores hacia las personas con las que trabajaban. La definición de Freudenberger estaba encuadrada dentro de una perspectiva clínica. Se centró en el estudio de su etiología, síntomas, curso y recomendaciones de tratamiento, representando en su manifestación clínica un estado de cansancio que resulta de trabajar demasiado intensamente y sin preocuparse de sus propias necesidades (Kasparas, 2000). En los años 80, surgen muchos libros y artículos en donde seplanteaban multitud de modelos explicativos, proponiéndose ideas de intervención y se presentaban varias formas de corroborar sus evidencias pormedio de cuestionarios, entrevistas y estudios de casos clínicos (Maslach,1999). A principios de los 80, el fenómeno Burnout es casi exclusivamente estudiado en EEUU, gradualmente se incorporan a su estudio países de habla inglesa como Canadá y Gran Bretaña, hasta el momento actual, en el que se encuentran estudios por todo el mundo. (Soriana y Herruzo, 2005). Aunque no existe una definición unánimemente aceptada sobre Burnout, sí parece haber consenso en que se trata de una respuesta al estrés laboral crónico, una experiencia subjetiva que engloba sentimientos y actitudes con implicaciones nocivas para la persona y la organización (Soriana y Herruzo, 2005). Gil-Monte y Peiró (1997) han afirmado que el síndrome del quemado puede estudiarse desde dos perspectivas, clínica y psicosocial: La perspectiva clínica asume el Burnout como un estado (concepción estática) al que llega el sujeto como consecuencia del estrés laboral, y la psicosocial, lo define como un proceso con una serie de etapas generadas por interacción de las características personales y del entorno laboral. En esta misma línea, Fischer, (1983) consideró el Burnout como un estado resultante del trauma narcisista que conllevaba una disminución en la autoestima de los sujetos, mientras que Pines y Aronson (1988), lo conceptualizan como un estado en el que se combinan fatiga emocional, física y mental, sentimientos de impotencia e inutilidad y baja autoestima. Este estado iba acompañado de un conjunto de síntomas que incluía vacío físico, sentimientos de desamparo y desesperanza, desilusión y desarrollo de un autoconcepto y una actitud negativa hacia el trabajo y hacia la vida misma. En su forma más extrema, el Burnout representa un punto de ruptura más allá del cual la capacidad de enfrentarse con el ambiente resulta severamente disminuida y es especialmente duro para personas entusiastas e idealistas (Pines y Aronson, 1988).

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Esta imagen del profesional como héroe trágico, víctima de su propio celo e idealismo, que paga un elevado precio por su alto rendimiento, fue la primera aproximación a este fenómeno, pero no se ajusta al modelo que actualmente se acepta (Manassero y col., 1994). Maslach y Jackson (1986) argumentan que el Burnout es un síndrome tridimensional que se desarrolla en aquellos profesionales cuyo objeto de trabajo son las personas (usuarios) y añaden tres dimensiones características: Agotamiento emocional. Se define como cansancio y fatiga que puede manifestarse física, psíquicamente o como una combinación de ambos, que se manifiesta como la sensación de falta de recursos emocionales y el sentimiento que embarga al trabajador de que nada puede ofrecer a otras personas a nivel afectivo. Despersonalización. Se entiende como el desarrollo de sentimientos, actitudes, y respuestas negativas, distantes y frías hacia otras personas, especialmente hacia los beneficiarios del propio trabajo. Se acompaña de un incremento en la irritabilidad y una pérdida de motivación hacia el mismo. El profesional trata de distanciarse no sólo de las personas destinatarias de su trabajo sino también de los miembros del equipo con los que trabaja, mostrándose cínico, irritable, irónico e incluso utilizando a veces etiquetas despectivas para aludir a los usuarios y tratando de hacerles culpables de sus frustraciones y descenso del rendimiento laboral. La baja autoestima conocida también como falta de realización personal en el trabajo, sentimiento o inadecuación personal o falta de logros personales. Surge cuando se verifica que las demandas que se le hacen, exceden su capacidad para atenderlas de forma competente. Supone respuestas negativas hacia sí mismo y hacia el trabajo, evitación de las relaciones personales y profesionales, bajo rendimiento laboral, incapacidad para soportar la presión y una baja autoestima. La falta de logro personal en el trabajo se caracteriza por una dolorosa desilusión y fracaso en dar sentido personal al trabajo. Se experimentan sentimientos de fracaso personal (falta de competencia, de esfuerzo o conocimientos), carencias de expectativas y horizontes en el trabajo y una insatisfacción generalizada. Como consecuencia: la impuntualidad, la abundancia de interrupciones, la evitación del trabajo, el ausentismo y el abandono de la profesión, son síntomas habituales y típicos de esta patología laboral. Estos tres aspectos están ligados entre sí a través de una relación asimétrica, donde el agotamiento emocional conduce a la obtención de los otros dos: la despersonalización y autoevaluación negativa. La progresión no es lineal, más bien es un proceso cíclico, puede repetirse varias veces a lo largo del tiempo, de forma que una persona puede experimentar los tres componentes varias veces en diferentes épocas de su vida y en el mismo o diferente trabajo (Maslach y Jackson, 1981).

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Manifestaciones clínicas Álvarez y Fernández (1991) opinan que, en cuanto a los síntomas, diversos autores (Maslach y Pines, 1977; Cherniss, 1980 y Maslach, 1982) revelan que se pueden agrupar en cuatro áreas sintomatológicas: Síntomas psicosomáticos. Destacan los dolores de cabeza, fatiga crónica, úlceras o desórdenes gastrointestinales, dolores musculares en la espalda y cuello, hipertensión y en las mujeres pérdidas de ciclos menstruales. Síntomas conductuales. Engloba síntomas tales como ausentismo laboral, conducta violenta, abuso de drogas (café, alcohol, tabaco, etc.) incapacidad de relajarse, superficialidad en el contacto con los demás y comportamiento de alto riesgo. Manifestaciones emocionales. El distanciamiento afectivo que el profesional manifiesta a las personas a las que atiende, la impaciencia, los deseos de abandonar el trabajo y la irritabilidad, forman parte de las manifestaciones emocionales que conforman el tercer grupo sintomatológico. Es también frecuente la dificultad para concentrarse, debido a la ansiedad experimentada, produciéndose así un descenso del rendimiento laboral, al mismo tiempo, le surgen dudas acerca de su propia competencia profesional, con el consiguiente descenso en su autoestima. Síntomas defensivos. Los síntomas defensivos que aluden a la negación emocional, se trata de un mecanismo que utiliza el profesional para poder aceptar sus sentimientos, negando las emociones anteriormente descritas cuyas formas más habituales son: negación de las emociones, ironía, atención selectiva y el desplazamiento de sentimientos hacia otras situaciones o cosas. También pueden utilizar para defenderse la pose de intelectual o la atención parcial hacia lo que le resulta menos desagradable. Factores asociados al Síndrome de Burnout La edad, aunque parece no influir en la aparición del síndrome, se considera que puede existir un periodo de sensibilización debido a que habría unos años en los que el profesional sería especialmente vulnerable a éste, siendo éstos los primeros de carrera profesional, dado que sería el periodo en el que se produce la Página 10

transición de las expectativas idealistas hacia la práctica cotidiana, apreciándose en este tiempo que tanto las recompensas personales, profesionales y económicas, no son ni las prometidas ni esperadas. (Ramos y Domínguez, 2006). Según el sexo serían principalmente las mujeres el grupo más vulnerable, quizá en este caso de los profesionales de la salud, por razones diferentes como podrían ser: la doble carga de trabajo que conlleva la práctica profesional y la tarea familiar, así como la elección de determinadas especialidades profesionales que prolongarían el rol de mujer. (Barría, 2002). El estado civil, aunque se ha asociado el síndrome más con las personas que no tienen pareja estable, tampoco hay un acuerdo unánime; parece que las personas solteras tienen mayor cansancio emocional, menor realización personal y mayor despersonalización que aquellas otras que, o bien están casadas o conviven con parejas estables. En este mismo orden, la existencia o no de hijos hace que estas personas puedan ser más resistentes al síndrome, debido a la tendencia generalmente encontrada en los padres, a ser personas más maduras y estables, y la implicación con la familia y los hijos hace que tengan mayor capacidad para afrontar problemas personales18 y conflictos emocionales; y ser más realistas con la ayuda del apoyo familiar. (Quiroz y Saco, 1999). Los turnos laborales y el horario de estos profesionales pueden conllevar, para algunos autores, la presencia del síndrome aunque tampoco existe unanimidad en este criterio; siendo en enfermería donde esta influencia es mayor. (Ramos y Domínguez, 2006). Sobre la antigüedad profesional tampoco existe un acuerdo. Algunos autores encuentran una relación positiva con el síndrome manifestado en dos periodos, correspondientes a los dos primeros años de carrera profesional y los mayores de 10 años de experiencia, como los momentos en los que se produce un menor nivel de asociación con el síndrome. Naisberg y Fenning encuentran una relación inversa debido a que los sujetos que más Burnout experimentan acabarían por abandonar su profesión, por lo que los profesionales con más años en su trabajo serían los que menos Burnout presentaron y por ello siguen presentes. (Barría, 2002). Es conocida la relación entre Burnout y sobrecarga laboral en los profesionales asistenciales, de manera que este factor produciría una disminución de la calidad de las prestaciones ofrecidas por estos trabajadores, tanto cualitativa como cuantitativamente. Sin embargo, no parece existir una clara relación entre el número de horas de contacto con los pacientes y la aparición de Burnout, si bien, si es referida por otros autores. También el salario ha sido invocado como otro factor que afectaría al desarrollo de Burnout en estos profesionales, aunque no queda claro en la literatura. (Ibáñez y Vilaregut, 2004). Página 11

Grados del Síndrome de Burnout. Según Moreno y col. (1999) las personas que presentan este síndrome pueden manifestar síntomas que los ubican en algunos de estos grados: Leve: presenta síntomas físicos como: dolores de espalda, dolor de cabeza, contracciones, pueden observarse cambios en el carácter y disminución de la operatividad laboral y eficacia. Moderado: Generalmente presenta alteraciones de sueño, dificultad para concentrarse, cambios en el peso, problema de relaciones interpersonales, disminución del apetito sexual, pesimismo, es frecuente automedicación. Grave: aumenta el ausentismo, sensación de disgusto, baja autoestima, disminución marcada de productividad laboral. Es frecuente abuso de alcohol y/o psicofármacos. Extremo: presenta cuadro de aislamiento, sentimiento de pena, tristeza. La sensación de fracaso se acompaña de falla de sentido del trabajo y de la profesión. Existe tendencia al suicidio. Marco Conceptual Síndrome: Es un cuadro clínico o conjunto sintomático con cierto significado y que por sus características posee cierta identidad; es decir, un grupo significativo de síntomas y signos (datos semiológicos), que concurren en tiempo y forma, y con variadas causas o etiologías.23 Síndrome de Burnout: Sensación de agotamiento, decepción y pérdida de interés por la actividad laboral como consecuencia del contacto diario con el trabajo, con pacientes y/o clientes. Agotamiento emocional: Es un sentimiento de fatiga emocional, un sentimiento de desinterés hacia las cosas o personas, y un sentimiento de que ningún logro es importante. Despersonalización o deshumanización: Desarrollo de actitudesnegativas de insensibilidad hacia los receptores del servicio prestado. Falta de realización personal: Tendencia a evaluar el propio trabajo de forma negativa, con vivencias de insuficiencia profesional y baja autoestima personal.

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MARCO METODOLÓGICO Ámbito del Estudio Este estudio se desarrolló en un hospital de segundo nivel (Hospital General Dr. Dario Fernandez Fierro) Tipo de Estudio Este estudio se hizo bajo un diseño de campo, de tipo descriptivo y de corte transversal, ya que los datos fueron obtenidos directamente de una fuente primaria en un momento determinado y reflejaron la percepción del momento en que se aplicó la encuesta. Eligiendo a los/as participantes mediante muestreo aleatorio estratificado por el servicio de urgencias adulto de un Hospital de segundo nivel. Unidad de Análisis Las unidades de estudio o de análisis fueron los profesionales de enfermería de ambos sexo (auxiliares, generales, especialistas y licenciados) que laboran en el área de urgencias adultos de un Hospital segundo nivel en la ciudad de Mexico, los cuales están permanentemente expuestos a los factores de riesgo que pueden provocar la aparición de esta enfermedad, además respondieron a las preguntas de los cuestionarios sobre los factores sociodemográficos y del Maslach Burnout Inventory (MBI) con el propósito de evaluar si padecían o no de este síndrome. Como grupo control se seleccionó una muestra de 12 enfermeras del área de consulta no sometidas a las situaciones de stress. Población La población estuvo constituida por 30 profesionales de enfermería, que constituyen todo el universo del personal (auxiliares, generales, especialistas y licenciados) adscritos a un servicio de urgencias adultos Muestra La muestra fue obtenida al azar y estuvo constituida por 30 profesionales de enfermería de los cuales 4 fueron excluidos, 12 se consideraron como grupo control y 14 como expuestos, que cumplieron con los siguientes criterios de inclusión Criterios de Inclusión 1. Personal con cargo de enfermería. 2. Personal que autorice la realización del estudio. 3. Personal activo para el momento del estudio. 4. Enfermeras adscritas al servicio de urgencias adultos. Página 13

Criterios de Exclusión 1. Personal que no deseen participar en la investigación. 2. Personal ausentes por vacaciones. 3. Personal bajo reposo medico. 4. Enfermedades debilitantes. 5. Enfermedades neurodegenerativas 6. Enfermedades neuropsiquiatritas 7. Diabetes mellitus con complicaciones cardiovasculares o neurológicas. Técnicas e Instrumentos de Recolección de Datos La técnica de recolección de datos para la investigación fue la encuesta. Los instrumentos utilizados fueron: Cuestionario para obtener los datos sociodemográficos que incluyeron preguntas relacionadas con las variables como edad, sexo, estado civil, número de hijos, procedencia, profesionalidad, puesto actual, turno, antigüedad en el puesto, etc. Dicho cuestionario incluyó además, cinco preguntas abiertas con el fin de evaluar sus opiniones personales sobre las causas y las consecuencias de su posible malestar en el trabajo. Estas preguntas se evaluaron según la escala de Likert con una puntuación de 1 a 5, de forma que las puntuaciones inferiores a 3 tradujeron sentimientos positivos, 3 indicaron un nivel intermedio y valores superiores a 3 expresaron respuestas negativas respecto a las cuestiones planteadas (ver anexo A). El segundo instrumento fue la escala universal y estandarizada de Maslach Burnout Inventory (MBI), desarrollada por Maslach y Jackson (1981) en su versión validada en español, constituido por 22 ítems en forma de afirmaciones múltiples excluyentes, sobre los sentimientos y actitudes del profesional en su trabajo y hacia los pacientes. Esta escala se aplicó al personal de enfermería del servicio de urgencias adultos de un Hospital de segundo nivel de atencion. Permitió evaluar los componentes asociados del Síndrome de Burnout como son: agotamiento emocional, despersonalización y falta de realización personal (ver anexo B). Su aplicación es anónima y autoadministrada en el lugar de trabajo, previo consentimiento informado. Los datos requeridos se subdividen en 3 subescalas: agotamiento emocional; consta de 9 preguntas: las Nº 1, 2, 3, 6, 8, 13, 14, 16 y 20 cuyo puntaje máximo es de 54 puntos; despersonalización consta de 5 preguntas: las Nº 5, 10, 11, 15 y 22 cuyo puntaje máximo es de 30 puntos; realización personal consta de 8 preguntas: las Nº 4, 7, 9, 12, 17, 18, 19 y 21 cuyo puntaje máximo es de 48 puntos.

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Para diagnosticar al profesional con Síndrome Burnout, se debe tener un valor alto en el componente de Cansancio Emocional (CE) y Despersonalización (DP), mientras que un valor bajo en Realización Personal (RP). Variables Cansancio Emocional (CE)

Puntaje

Diagnóstico Trabajador con

40 – 54 Síndrome de Burnout

Despersonalización (DP)

22 – 30

Realización Personal (RP)

00 - 12

Variables

Puntaje

Cansancio Emocional (CE) Despersonalización (DP) Realización Personal (RP)

Menor de 40 Menor de 22

Diagnostico Trabajador sin Síndrome de Burnout

Mayor de 12

El análisis de los resultados determina si hay o no la presencia de Síndrome de Burnout en el personal de enfermería, lo cual permitió analizar las consecuencias biosicosociales del mismo. Procedimientos y Análisis de los Resultados Los datos recogidos a través de los diferentes instrumentos (Sociodemográficas, Maslach y Likert) están presentados como promedio +/- desviación estándar (× ± δ), con la finalidad de evaluar si existen diferencias estadísticas significativas. Para agilizarlos cálculos estadísticos se utilizó el programa SPSS® V11

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