Resumen Del Ayni Incaico

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Resumen del ayni incaico El ayni fue uno de los tres tipos de trabajo principales del Imperio Incaico. Aquí tenemos un breve concepto: - EL AYNI: Era el trabajo recíproco entre vecinos. Aplicaba el principio de "hoy por ti, mañana por mí". Los miembros de un ayllu se consideraban parientes y se ayudaban en el cultivo de sus tierras, el techado de sus casas, etcétera.

QUE ES AYNI AYNI es una palabra quechua que significa cooperación y solidaridad reciproca. Más que palabra, es una forma de vida de los pueblos originarios; Americanos en general y Andinos en particular, que se manifiesta como relaciones sociales basadas en la ayuda mutua y reciprocidad. Quisiera acotar algo en este punto, sin pretender ser antropólogo, sociólogo y ni siquiera original, algo que leí por algún lado y medite por otro. He notado que en Amerindia (como también en África) existían palabras, vocablos o como se llame, que expresaban sencillamente esta forma de vida comunitaria, de trabajo solidario y ayuda mutua (ej. Ayni, Minga, Minka, Ubuntu). Este tipo de palabras no tiene una correspondencia o semejanza en los idiomas del, por así decirlo, primer mundo (Ingles, español, francés, etc.) aparentemente de este lado del mundo , el sur, veíamos la vida de manera diferente, ya que en el norte el concepto de vida es individualista (1° Yo, después yo, y los demás no me importan). (Como seriamos si nos hubieran dejado ser? Se pregunta en Taky Ongoy Victor Heredia). El AYNI significa dar la mano en momentos difíciles, ayuda que será devuelta en la misma medida en una ocasión posterior. En el mundo Andino, todas las relaciones son bi-direccionales y los seres humanos debemos compensar el amor y alimento ofrecidos por la Naturaleza. Esto se ejerce mediante la sacralización de todo aquello que tomamos de la Naturaleza y el respeto hacia todo y todos, unido al agradecimiento y a la compensación a través del cuidado y la preservación de la vida.

El AYNI era un sistema de trabajo de reciprocidad familiar entre los miembros del ayllu (comunidad), destinado a trabajos agrícolas y a las construcciones de casas. Consistía en la ayuda de trabajos que hacía un grupo de personas a miembros de una familia, con la condición que esta correspondiera de igual forma cuando ellos la necesitaran, como dicen: “hoy por ti, mañana por mi” y en retribución se servían comidas y bebidas durante los días que se realicen el trabajo. El hombre andino y en general el hombre originario de America no es un ser solitario e independiente. Pertenece a una familia, que convive con otras a las que pueden unirlas lazos de sangre o no, pero si las unirá la convivencia. Convivencia, vivir con, vivir con el otro, con mi prójimo. Ningún ser humano nace sólo, ni crece sólo, ni se forma sólo. Nos desarrollamos, nos enriquecemos y nos realizamos en la vida en compañía y gracias del aporte de todos aquellos que nos rodean, aún cuando esta proximidad sea fugaz. El mérito de los pueblos originarios ha sido el de reconocer como una práctica obligada y necesaria la cooperación en la vida del ser humano en todos los niveles. A parte del ya mencionado (ayudarse en los trabajos necesarios) el hombre vive en comunidad con la naturaleza que lo rodea (permacultura ?), de la cual obtiene todo lo que necesita para su vida. Su deber recíproco es cuidarla. Cuando el hombre cuida lo que lo rodea, respeta. Respetar hace que le resulte natural pedir permiso primero y luego tomar para si. Así le pedirá permiso al árbol antes de cortar el fruto, al animal antes de quitarle la vida. Cuando hay respeto no se toma más de lo necesario y no se destruye innecesariamente. Cuando el hombre entiende que es un ser vivo en una naturaleza que también esta´ viva, regida por un orden y en búsqueda de un constante equilibrio reconoce que hay un orden superior que ha dado estas reglas. Así el último nivel de pertenencia y reciprocidad es con la divinidad y por eso abre el hoyo en la tierra y le brinda a la Pachamama convidándole con lo que tiene, y agradeciendo lo que le ha dado. (gracias por el pan nuestro de cada dia)

El ritual se convierte aquí en un acto de reciprocidad con lo superior El AYNI –sin ser una religión- se puede expresar más positivamente, como “ayuda a otros seres como deseas que te ayuden a ti”. Yo recibo y yo doy. Mientras mas doy, acumulo mas Sami (energía positiva)… mientras más recibo y menos doy (principio del temor que se manifiesta en egoísmo ) mas acumulo Hucha (energía pesada ) y más desequilibrado estoy, con las consecuencias en mi salud y mi vida. Con el ayni no se recibe nada sin dar algo a a cambio. Se necesitan dos para que se establezca el ayni. Se necesitan dos para establecer una relación. La sociedad actual a tomado mucho de la naturaleza, sin respetar ni dar nada a cambio. Como consecuencia la sociedad ha acumulado mucha Hucha, estamos cargados de energía pesada, se ve en los desbalances ecológicos, del medio ambiente. Se ve en la calidad de vida de los países desarrollados ,tienen todo lo material y sin embargo están tristes por dentro. Su alegría está muriendo, están enfermando del alma. Y por lo tanto de la mente. No han dado como han recibido. Aprendamos a practicar el ayni. Aprendamos de nuestros ancestros. Demos al Universo, a la naturaleza a nuestros hermanos, que todo nos retornara con creces. No busquemos solo que ganar, si no también como dar. Eso tiene un efecto muy interesante..te comienza a abrir el corazón. Te abre al corazón no solo hacia los otros, sino hacia todo lo que te rodea, hacia la tierra, las piedras, el agua, las montañas, los animales. Y este puede ser el despertar de una nueva era de armonía. El ayni es una forma de comercio tradicionalmente de ayuda mutua practicada en comunidades indígenas conocidas como topo en los Andes. Así se presenta como un sistema de trabajo de reciprocidad familiar entre los miembros del ayllu, donde miembros de la comunidad ayudan a otros miembros en sus tarea particulares cuando se necesita ayuda, como en labores agrícolas y las construcciones de casas. Consistía en la ayuda de trabajos que hacía un grupo de personas a miembros de una familia, con la condición que

esta correspondiera de igual forma cuando ellos la necesitaran, como dicen: "Hoy por ti, mañana por mí" y en retribución se servían comidas y bebidas durante ese tiempo. Esta tradición continúa no solo en muchas comunidades campesinas sino también en la población mestiza de Ecuador, Bolivia, Perú y Chile, ayudándose en las labores decocina, pastoreo y construcción de viviendas. En las zonas de lengua quechua al norte de Perú y Ecuador el vocablo Ayni es traducido por minka o minga respectivamente.

https://es.wikipedia.org/wiki/Ayni

Las cuatro dimensiones del ayni Hay que saber hacer el ayni, es todo un arte. Si se cumplen sus leyes, todos estarán en paz La Razón / Félix Layme Pairumani / La Paz 02:28 / 06 de diciembre de 2011

El ayni, ¿quién lo entiende?”, decía un ciudadano con corbata, y es posible que tenga razón. La reciprocidad andina no se ha explicado en forma completa, ni detallada, ni mucho menos en forma panorámica y, menos aún, se ha difundido de manera didáctica. Si bien Dominique Temple, en sus tres tomos de La Reciprocidad, profundiza el tema, no alcanza a agotar ni a aclarar los tipos de reciprocidad. Los demás autores repiten lo más conocido. En realidad, para un aymara existen cuatro tipos o, mejor dicho, dimensiones del ayni. Existen dos tipos de aynis tangibles y dos intangibles. Entre los primeros están el que se da en una fiesta y el que se da en privado. Entre los segundos están los semi-visibles (que se da en un ritual) y los invisibles, que se dan también para recibir de forma invisible. El que se da en una fiesta es el más conocido; es un ayni visible ante la comunidad. Su devolución de igual manera es pública y se da cuando el otro la necesita; por eso se dice que “sólo un sin vergüenza no devuelve el ayni”. Para hacer una fiesta hay que tener muchos aliados comprometidos; es iluso pretender recibir sin haber dado. Los primeros aliados son siempre los parientes, luego, las otras familias creerán y los lejanos confiarán. Entonces, hay que creer y cifrar la fe en la propia familia. Si uno está con problemas con sus familiares, las otras familias no harán alianzas con uno, dudarán de él o de ella. El otro es el ayni privado y no está ligado precisamente a una fiesta o a lo público. Éste puede ser un trabajo agrícola o un préstamo de dinero u otro bien. Así como la comunicación es de ida y vuelta y el saludo también lo es, en el ayni por el cliente también se baila. En el préstamo, además de devolver, sea con intereses o no, también queda la obligación de prestar cuando el otro lo requiera. Hay que saber hacer el ayni, es todo un arte, es todo un comportamiento civilizado andino. Si se cumplen sus leyes, todos estarán en paz. El ayni semi-visible involucra a las divinidades. Se da la reciprocidad a la Pachamama, a los wak’a achachilas. El dar es visible y el recibir, invisible. Al dar se quema y esto se ve, pero no se ve el recibir, aunque el yatiri puede diagnosticar o ver huellas. Asimismo, la devolución no se hace tangible sino sofisticadamente, súbitamente a uno le va bien, es el

don de las divinidades o el obsequio de los espíritus ancestrales. Éste puede ser individual o colectivo. Si una persona ha dado de forma individual, lo más seguro es que recibirá de la misma forma. Si el ayni con los dioses es en comunidad (como el pedido de lluvia, de buenas cosechas, etc.), la devolución también será cumplida colectivamente; tampoco los dioses son unos sin vergüenzas que no devuelven el ayni. El ayni invisible es el que se da con los hechos, en la vida, es con la consciencia, depende de hacer mal o bien al prójimo; incluso va más allá: puede ser hasta con las plantas y animales. Hay un proverbio aymara que dice: Janiwa taykaru awkiru kutkatasiñäkiti, kunasa aynikiwa. Y como éste, hay muchos proverbios aymara-quechuas, aquí van algunos ejemplos: “No es bueno criticar los males ajenos”. “No hay que hacer llorar a nuestro prójimo”. “Dicen que todas las desgracias persiguen a los que hacen llorar a sus semejantes”. “No hay que pisotear las cáscaras de la papa, suele hacer enfermar”. “No se debe derramar los productos comestibles, suelen llorar”. “No hay que lastimar a los animales, lloran y hacen enfermar”.

PASANAKU UN JUEGO MADE IN BOLIVIA Publicado: febrero 28, 2013 en Uncategorized

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UNA FORMA DE AHORRAR QUE SE IMITA EN PAISES VECINOS

“PASANAKU”:

Un juego “made in Bolivia”

ECOS ENERO 2013

Texto Evelyn Campos Lopez ECOS

FOTOS Carlos Rodriguez* Evelyn Campos*Internet

Email: [email protected]

El juego del “pasanaku” es una de las mejores invenciones bolivianas que permite ahorrar dinero de una forma muy práctica, sin la intervención de una entidad financiera, carece de compromisos escritos y sólo se basa en un convenio verbal y la confianza mutua. Ese dinero ahorrado generalmente se una para equipar o amoblar casas, para viajes, adquirir terrenos, abastecer anualmente con víveres a la familia o para cubrir los gastos de una emergencia o una deuda.

Este juego consiste en la conformación de un grupo de personas “responsables”, de buenas referencias que se comprometen a realizar un aporte periódico de dinero, durante un tiempo determinado (puede ser diario, semanal, quincenal o mensual), suma que les será devuelta por turnos, también en forma periódica pero respetando un orden que se define mediante sorteo. El monto del “pasanaku” en juego depende de la capacidad financiera de los contribuyentes, explica el economista Javier Rodríguez.

Por ejemplo si se reúnen diez personas y se determina que cada una aportará 500 bolivianos durante diez meses, es este lapso de tiempo cada participante recibirá una sola vez 5.000 bolivianos, pero los nueves meses restantes tendrá que seguir aportando Bs 500, “ El éxito

del juego radica en la responsabilidad de los participantes y para esto debe haber una confianza mutua”, dice Rodríguez.

Millones de bolivianos optan por este “criollo” sistema de ahorro en vez de acudir a una entidad financiera, donde según dicen los “jugadores” se pierde mucho tiempo en la apertura de una cuenta bancaria, los intereses que se reciben son ínfimos y además los bancos exigen muchos requisitos y documentos para otorgar un préstamo, que además demora en su desembolso.

Este juego “made in Bolivia”, se considera que es una derivación del ayni (palabra quechua que significa cooperación y solidaridad reciproca), que se practica aún en las comunidades altiplánicas y valles interandinos de esta región sudamericana y se manifiesta como relaciones sociales basadas en la colaboración mutua.

Actualmente se practica en todos los rincones del país, no discrimina ocupación, edad, condición social, ni sexo.

Los aportes económicos pueden partir desde un boliviano (incluso juegan niños), hasta más de 500 dólares (empresarios o grandes comerciantes). Hoy en día este juego se ha exportado al Perú, algunos sectores de Argentina, Brasil, Chile y Colombia donde tiene un rotundo éxito, asegura el experto financiero.

Generalmente es una persona la encargada de “armar” los grupos, realizar el sorteo, hacer los cobros diarios, semanales, quincenales o mensuales ¿pero en que se beneficia ese hombre o mujer cumpliendo esas tareas? Generalmente es la que recibe el primero número sin ingresar al sorteo. María es responsable de un grupo de “pasanaku” desde hace 14 años

continuos, juega por un monto de Bs. 6.000, con ese dinero ahorrado se compró un lote y un juego de dormitorio para su hija.

Sólo en casos excepcionales como una enfermedad, accidente u otra emergencia, el grupo determina modificar el orden del sorteo, con el fin de colaborar al jugador al que le urge el dinero “pues nadie está libre de sufrir una emergencia”, justifican los participantes.

PARTIDARIOS Y OPONENTES

Aunque parezca extraño, hay gente en pro y en contra del “pasanaku”. Los adeptos que son mayoritarios arguyen que es una forma fácil de ahorrar y adquirir un préstamo. Hay dos tipos de jugadores: los que quieren recibir el dinero de inmediato contando con un capital pero sin interés y los que reciben al final, para quienes el juego es más una expectativa de ahorro que de necesidad.

La profesora Graciela Doria Navas, juega “pasanaku” con un grupo de colegas desde hace más de 10 años, recibe Bs. 5.000, después de haber entregado Bs. 500 durante 10 meses. Asegura que en todo este tiempo nunca falló un solo jugador porque es un compromiso serio que cumplen al pie de la letra.

“Ese dinero podría utilizarse en otra cosa, pero como adquirimos un compromiso, es una forma de ahorro forzosa para tener capital”, expresa.

Opta por el “pasanaku” porque no le agrada hacer filas y quiere tener el dinero a la mano para las emergencias, enfermedades, o arreglos de la casa. “El que no arriesga no gana, anímense a jugar buscando gente responsable”, invita a los lectores.

Richard Fernández, contador de una empresa privada, acota que este juego crea un vínculo de amistad mucho más estrecho entre los integrantes, porque para ingresar a un grupo tiene que haber mucha confianza de por medio pues no se firma documentos de garantía. Es una forma muy interesante de no disponer el dinero en otras cosas, afirma.

En cambio los críticos aducen que no hay ninguna garantía legal de respaldo que haga cumplir el compromiso, porque en cualquier momento el jugador que recibió la plata, por alguna situación puede irse a otro lugar sin haber terminado de pagar su deuda o puede haber una estafa planificada de por medio. También dicen que el “pasanaku” se desarrolla sin una verdadera disciplina financiera, pues los participantes no ahorran voluntariamente sino por presión del grupo.

Para Fernández, lo más conveniente es jugar a un plazo máximo de seis meses porque más tiempo puede ser un riesgo. “El pasanaku” es una forma de financiamiento muy criolla, la comparo mucho con el anticrético que es otra forma de financiamiento netamente boliviana, donde no interviene una entidad financiera y el movimiento de dinero se realiza sin ningún tipo de interés. Son dos opciones financieras que no existen en otros países”, sostiene.

Pero no solo se juega con dinero en efectivo, muchas veces se lo hace con abarrotes, enseres para el hogar u otros productos que se acuerda generalmente entre amas de casa, que son las que más enfrentan las carencias que hay en el hogar debido a los bajos ingresos salariales.

Por ejemplo, Elvira vendedora de carne en un centro de abasto de Sucre, nos cuenta que ahorra a través del “pasanaku” desde hace tres años, en dos grupos diferentes. En el primero ahorra para comprar víveres por mayor para su casa, porque piensa que actualmente no se puede ahorrar de forma tradicional, pero con 10 a 20 bolivianos, para recibir Bs. 1.000. En

tanto que en el otro grupo juega para comprar ropa a sus seis hijos; cada día da Bs 50, para recibir Bs. 5.000 después de tres meses.

No niega que ahorrar en un banco es bueno porque se recibe intereses aunque sean mínimos, además el dinero está mejor resguardado, pero a ella le resulta mucho más fácil que cada día le cobren en su puesto a tener que ir al banco a depositar, además los integrantes de su grupo nunca fallan y cumplen con sus pagos.

Por su parte, la joven Ruth Cañarez, ha jugado “pasanaku” varias veces; con el dinero ahorrado se ha comprado las cosas que deseaba; cada día aporta 20 bolivianos durante un mes y medio para recibir Bs 1.000. Juega con cinco personas, la mayoría cumple, pero alguna vez una de ellas falla por alguna razón mayor y reponen esa falta o reciben menos ese monto.

Teresa, otra jugadora manifiesta que el “pasanaku” es una experiencia práctica y bonita, donde no hay ningún riesgo si se juega con personas responsables. Ese dinero le sirve para hacer compras grandes, generalmente para su hogar, por ejemplo compró un refrigerador, una lavadora y un juego de dormitorio para su hija.

En cambio a Silvia no le gusta jugar por montos fuertes, que signifiquen un sacrificio para la familia. Es un ahorro que procura le toque en los meses en que necesitará más dinero, por ejemplo para los cumpleaños de sus hijos. El sistema de juego en el que participa tiene variantes, se reúne con un grupo de amigas una vez al mes para compartir una cena, ese día todas llevan el monto que les corresponde para entregarle a la beneficiaria, no hay una persona que se ocupe del cobro, lo hacen directamente, todas son responsables.

A pesar de la polémica que gira en torno a este tema, lo cierto es que el juego del “pasanaku” se ha posesionado en todas las esferas sociales bolivianas y representa una gran ayuda para satisfacer a corto, mediano o largo plazo las pequeñas o grandes necesidades económicas de miles de familias.

ALGUNOS CONSEJOS



Juega solo si confías en todos los integrantes del grupo “pasanaku”



Mientras mayor información tengas de cada participante mejor.



Debes conocer la cantidad exacta de jugadores antes de ingresar.



Cuantos más jugadores hay. Aumenta la posibilidad de incumplimiento en el pago.



Evalúa si es conveniente para ti la periodicidad de los aportes con los sorteos.



El monto de los aportes debe ser razonable para todos los participantes.



El ahorro no debe afectar los demás compromisos económicos que se tiene en el hogar.



Es recomendable observar que el dinero se destine para cosas que normalmente se pagan con crédito.



Se debe considerar definir multas por atraso en el pago de las cuotas.



Desde un principio se debe normar y condicionar la posible alteración de los turnos luego del sorteo.



Para evitar dolores de cabeza, se debe definir en qué tipo de cambio (si es en dólares) se aceptaran los aportes.

https://meiderdaniel.wordpress.com/2013/02/28/pasanaku-un-juego-madein-bolivia/

El pasanaku es un sistema básico de financiación usado en Bolivia. Se basa en el compromiso dentro un grupo, por el cual los miembros realizan aportaciones económicas para ser usadas por turnos, normalmente por sorteo o por una necesidad de alguno de los miembros. La operación se repetirá tantas veces como miembros tenga el grupo. La confianza mutua es fundamental para el pasanaku.

El Pasanaku: Financiamiento con alta tasa de interés en valores de confianza y amistad Escrito por Daniel Calizaya Sep 10, 2013 

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Email Publicado enArchivo Ecos de Tarija Leído4255 veces

Por:

Patricia

Ibáñez

Molina

La primera vez que Julia Mendoza, abarrotera en el Mercado Central, se dio cuenta que necesitaba ahorrar fue hace 7 años, al verse en un tremendo lio económico por una deuda de mercadería de la que tenía que responder a su cuñado, lo cual le acarreó además serios problemas familiares. Le era difícil juntar unos pesos cuando casi siempre se encontraba acorralada por aprietos económicos. Mendoza, de 58 años, cuenta que en la desesperación por salir de sus apuros financieros tuvo la suerte de encontrar una solución cuando su clienta y tocaya, doña Julia, profesora jubilada y entusiasta “pasanakera”, le explicó las reglas del juego invitándola a participar.

Posiblemente compadecida ante los pesares de su casera y seguramente convencida de su honestidad le brindó además la oportunidad de ser la primera en beneficiarse de este financiamiento colectivo que de manera frecuente se organiza en Tarija, principalmente entre grupo de amigos. La abarrotera consiguió los 900 bolivianos que necesitaba para no ser atormentada con su deuda que se le había transformado además en un drama familiar y quedó con un modesto saldo de 300 pesos que fue entregando en cuotas al grupo de 12 señoras que la habían rescatado de su penuria. A partir de entonces encontró en el pasanaku (derivación del ayni, palabra quechua que significa cooperación y solidaridad recíproca), la mejor forma de ahorro. “Siempre participo del pasanaku, soy cumplida, nunca desmerecería la confianza que me dieron casi sin conocerme, pero además ahora siempre tengo un ingreso anual, un dinero que voy ahorrando e invirtiendo y este año será de Bs 1. 600 para cuando me toque mi pasanaku en noviembre”, comenta. Popular juego en Tarija El pasanaku en Tarija se ha convertido en una buena forma de juntar algunos pesos, pero además el juego ganó popularidad entre personas jóvenes y cada vez son más los grupos que se suman a esta actividad que no discrimina ocupación, edad, sexo, requiriendo sólo del honesto cumplimiento de pago de los participantes. Las reglas del juego del pasanaku son sencillas, consiste en la agrupación de un número indeterminado de personas que aportan con una suma acordada previamente, no existe monto establecido puede ser de 50, 100, bolivianos o dólares, se sabe de grupos en Tarija que llegan a jugar con 500 a 1.000 dólares mensuales. De acuerdo al número de participantes se determina el lapso de meses y se realiza un sorteo para establecer el orden de la entrega del dinero, este sorteo puede ser mensual o realizarse al inicio del juego para anotar en una libreta los turnos que se generen. Pasanakeros Los pasanakeros suelen recibir el dinero como un capital sin intereses que es más fácil de conseguir mediante este juego que simplemente ahorrando o adquiriendo un préstamo, para otros es una forma de ahorro que les permite salir de algún apuro financiero, pero también para muchos es una excelente oportunidad para reunirse entre amigos, confraternizar, compartir comida y bebida o hasta organizar las más amenas fiestas. El pasanaku es una forma de hacer rotar el dinero y generar económica, esto es bueno, no es un ahorro es más bien una forma de reunir dinero momentáneamente ya que se produce una capitalización y una descapitalización cuando se van pagando las cuotas que corresponden a otros, así lo explicó el economista Luis Fernando García. “Es un buen elemento de apoyo que en Tarija se lo usa también desde un punto de vista

social y muchas veces con un sentido humanitarito cuando se produce un fenómeno como por ejemplo la enfermedad de alguien y la gente que está en el pasanaku necesita el dinero entonces todos aportan a ese fondo que es la solución a un problema momentáneo”, añadió. Desde hace 10 años que se organiza mi grupo de pasanako, cuenta el estilista tarijeño Paul Urzagaste, el juego inicialmente tenía la finalidad de reunirse entre colegas pero ahora se convirtió en un heterogéneo grupo de amigos, de estilistas, abogados, contadores y funcionarios públicos, que con sus respectivas parejas acuden quincenalmente a la reunión donde se juegan 30 mil bolivianos, con un aporte de Bs.1.500 por persona. “Se convirtió en un grupo familiar, el sorteo se hace en la reunión pero tenemos excepciones con los que necesitan por alguna urgencia, la mayoría usa este dinero para invertirlo, pero yo lo destino a gastos de viajes de placer y negocios para traer algunos productos”, aclaró el estilista. García añade que esta alternativa de financiamiento se ha convertido sobre todo en una propuesta de carácter social que refleja una realidad de amistad, compromiso, confraternidad y apoyo. “Es un sistema comunitario porque no te cobra ningún tipo de interés, sin embargo mantiene un segmento capitalista, pero al mismo tiempo tiene un concepto muy amplio de apoyo y ayuda social, en la acumulación para poder hacer un emprendimiento que se va descargando como si fueran cuotas mensuales lo que permiten poder utilizar en alguna inversión o negocio”, sostuvo. Responsabilidad y riesgos El pasanaku sin embargo tiene sus riesgos cuando alguno de los jugadores desaparece después de beneficiarse y sin que haya concluido el juego, al ser solo un compromiso verbal, la responsabilidad y credibilidad de los jugadores es fundamental. La ama de casa, Rosario Castillo de Krayasich, juega pasanaku con un grupo de profesoras jubiladas desde hace más de 14 años, este año recibirá 8 mil bolivianos, después de haber entregado Bs 500, pero para no esperar durante 15 meses dividieron el grupo en dos sorteos para recibir la mitad del monto en menor tiempo y la otra al finalizar la segunda etapa. “Si alguien se enferma esta delicado y necesitan la plata no sortean ese mes y se lo damos a la que necesita por motivo de salud, este grupo es de señoras muy cumplidas, responsables y amigas a las que se conoce de muchos años. Es un compromiso serio que se debe hacer entre gente responsable”, recomendó. Castillo comenta que el dinero de su pasanaku le ha servido para hacer algunas mejoras en su casa ya que con este ingreso fijo reunido compró muebles, una puerta de vidrio, un termotanque y otros implementos para embellecer su hogar.

El economista aseguró además que el pasanaku activa muchos instrumentos culturales dentro de la sociedad, más allá de los meramente económicos que encierra, también se convierte en un momento de desahogo en una fiesta folclórica social por agrupar elementos de carácter homogéneo y heterogéneo que permite que las personas se acerquen y conozcan. “La influencia en la cultura de los valores de la amistad y valores familiares es muy fuerte y el pasanaku realza ese tipo de actitud de carácter social donde las personas momentáneamente se vuelven una especie de familia, está además el sistema de confianza, la simplicidad de poder compartir en una justificación económica, que brinda potencia a los valores de confianza y amistad recuperando conceptos de ayuda mutua”, manifestó el economista tarijeño.

Consejos para el juego •

La confianza es vital para conformar el grupo o añadir a un invitado a participar del

pasanaku. •

Se debe determinar bien la cantidad de personas que ingresan al juego tomando en

cuenta que a mayor el número de integrantes mayor la posibilidad del riesgo por incumplimiento. •

El monto de los aportes debe ser razonable para todos los participantes y así se debe

entender muy claramente para que no se incumplan los pagos. •

No es bueno ingresar a personas al juego cuando este ya esta avanzado, ya que

genera un conflicto el tener que igualar los aportes a los que ya sacaron el pasanaku. •

Considerar multas por atraso en el pago de las cuotas puede motivar un pago más

dinámico y puntual. •

Desde un principio se debe normar y condicionar la posible alteración de los turnos del

sorteo. •

Determinar bien si se está permitido llevar invitados eventuales en las reuniones o

fiestas porque al ser un grupo tan familiarizado no todos llegan a estar de acuerdo en compartir con extraños. •

Muchas reuniones de pasanakeros se convierten en fiestas con consumo de alcohol, es

bueno tomar los recaudos para que los excesos no sean luego un dolor de cabeza. Si juega sea responsable, constante y diviértase mientras gana esos pesos que a todos les hacen bien.

http://www.elpaisonline.com/index.php/sociales-2/item/100823-el-pasanakufinanciamiento-con-alta-tasa-de-interes-en-valores-de-confianza-y-amistad

El término Qhatu -en lengua aimara- significa lugar de venta, es el espacio donde las comunidades aún practican el trueque y recrean sus tradiciones, ritos y mitos. El Museo del Poncho mediante convenios brinda apoyo y asistencia a grupos de mujeres quechuas, aymaras, mollos, jalq’as y kallawayas, con quienes ha implementado un espacio para que usted tenga la oportunidad de conocer y adquirir ejemplares de los textiles que ellas realizan y logren un comercio justo y reconocimiento a su trabajo. Los tejidos que se ofrecen reflejan la cosmovisión de los pueblos por tanto no son producto de proyectos asistenciales, sino que son originales y auténticos. La compra de uno de ellos permite al Museo contar con el 10% del costo, el resto es propiedad de telas tejedoras.

MIÉRCOLES, 13 DE DICIEMBRE DE 2006

“He comido tanto; que no siento hambre”

(Al parecer Juan Claudio Lechín, lleva en sus espaldas el peso de un apellido que lo está aplastando.) Éste, una vez que se afilia implícitamente o por lo menos se presta a ser funcionalizado por una tendencia política que está indudablemente en una etapa de sobre vivencia, y que además devela con demasiada elocuencia la contradicción ideológica que abrazaba (la izquierda). Es que se declara en huelga de hambre por la máscara de los DOS TERCIOS. No cabe duda que el intelectual se dejó seducir por la delicada coyuntura política que atraviesa nuestro país para filtrarse y así obtener un protagonismo que sin lugar a dudas, lo conllevaría a saciar su búsqueda; aclaremos que este, rechazó un par de ofertas a candidaturas prefectorales para una gestión donde el “pepelucho” tenía la victoria sellada en el fierro duro de la realidad. El escritor, en una de sus fluidas declaraciones, dilapidando su palabra dijo: “he comido tanto; que no siento hambre”, mofándose del imaginario social, ya que debido a esa “medida de presión”: HUELGA DE HAMBRE, el extenuamiento o por lo menos un hilo de desgaste deberían instalarse en él. Está claro que su actitud genera más que una reacción: “Estoy sorprendido”, “actitudes revolucionarias como la de su padre no se heredan”; así habló Luis Rico una vez enterado de su proceder. Recordemos que para los indios Guaraníes: “Aquellos que mienten a la palabra o la dilapidan, son traidores del alma”. Bueno, todo pareciese indicar que el picaflor esta vez no se posó en una flor. Publicado por Crispin Portugal en 16:46 3 comentarios:

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