Psicologia Comunitaria

SANTIAGO (101) 2003 PSICOLOGIA Idalia Illescas Nájera Alicia Martínez Tena La psicología comunitaria: una reflexión d

Views 103 Downloads 3 File size 698KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

SANTIAGO (101) 2003

PSICOLOGIA

Idalia Illescas Nájera Alicia Martínez Tena

La psicología comunitaria: una reflexión desde su praxis Introducción El surgimiento de las disciplinas no se da como tal en un momento y un espacio exactos, éste se hace presente en una determinada práctica que comienza a desarrollarse con un cierto sentido y sobre un objeto específico, hasta que se va constituyendo como un conjunto sistemático y coherente, cuya especificidad se desprende de su propia acción; o dicho de otra manera, el proceso se inicia con el surgimiento de hipótesis y relaciones que adelantan o asoman la necesidad de crear un nuevo campo del conocimiento. (Montero, 1994). Un camino parecido entre problemas concretos, acciones, hipótesis ha seguido la psicología comunitaria en América Latina, en los distintos países y espacios, como lo atestiguan algunos investigadores y autores de teorías y documentos que nos ofrecen una visión panorámica acerca de una de las perspectivas de la psicología comunitaria. Esta es la intención del presente trabajo: reflexionar sobre la necesidad de elaborar un nuevo paradigma para la psicología comunitaria latinoamericana, tomando en consideración los profundos cambios que se producen en las sociedades y comunidades y la necesidad de encontrar desde las ciencias, nuevas maneras para el estudio y abordaje de los problemas psicosociales.

360

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

En el presente trabajo se expondrán 1.- Hacia una nueva conceptualización de la psicología comunitaria. (1)Estados Unidos se convirtió en el escenario geográfico, social y científico para el surgimiento y posterior desarrollo de esta joven disciplina. El contexto social norteamericano exigió una revisión de los postulados y acciones de la psicología clínica y de salud, con un notorio desarrollo dentro del campo de la psicología social. Las desigualdades sociales, la marginalidad, el estancamiento de las instituciones sociales ante los niveles de respuestas para enfrentar los problemas familiares, educativos, de servicios de salud; la enajenación que comenzaban a experimentar los jóvenes norteamericanos, cuestionaban en cierta medida la veracidad y objetividad del paradigma psicológico existente para resolver los problemas, principalmente, aquellos referidos a la salud mental. La necesidad de acudir a los individuos y grupos sociales, de salir del marco de las instituciones de salud, vivenciar junto a las personas y en su entorno, sus problemas psicológicos, provocaron cambios significativos en las maneras de concebir el accionar de la psicología social y del papel del profesional. Rappaport, (2) uno de los autores dedicados a la reflexión académica y la práctica profesional de la PC, y considerado su fundador, planteó tres postulados que orientan la labor de esta disciplina desde los mismos inicios de la PC; el primero, la relatividad cultural, el cual orienta el estudio de las problemáticas psicológicas del individuo en una relación dada con su cultura; el segundo, la diversidad humana y el derecho de la gente a acceder a los recursos de la sociedad y elegir sus metas y estilo de vida, asignando un papel activo a los grupos humanos en la solución de sus problemas; el tercer postulado se refiere a la ecología o ajuste de personas y ambiente en el que se destaca el social como un determinante del bienestar humano. En correspondencia con lo señalado, define a la psicología comunitaria como “Una disciplina que acentúa la importancia de la perspectiva ecológica de la interacción, sosteniendo la posibilidad de mejorar la adaptación entre las personas y su ambiente por medio de la creación de nuevas posibilidades sociales y a través del desarrollo de recursos personales en vez de hacer hincapié

361

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

exclusivamente en la supresión de las deficiencias de los individuos o de sus comunidades”. (1977: 66). Un elemento significativo en la definición, es la relevancia que cobran las acciones de intervención y los problemas que derivan de la búsqueda del cambio social como meta de esa intervención, y a la participación social convirtiéndola como el eje principal de toda acción. Este énfasis hace de la psicología comunitaria una disciplina aplicada. No sólo sus herramientas conceptuales y metodológicas posibilitan el estudio de las actitudes, sino también, las propuestas de posibles alternativas para la transformación social y cultural. Ya no es la mente el tema principal, es la relación que puede establecer el hombre, su mente, con su medio. Este autor, señala que el énfasis que hacen en la salud mental, queda estrecho como objetivo, y que el acento en los factores ambientales como rasgos que la definen son demasiado generales, ya que esto mismo caracteriza no solo a esta nueva disciplina sino también a la Psicología Moderna. Esta definición, también propone un enfoque positivo, en concordancia con el cambio de paradigmas en la concepción de la salud, sus tareas se dirigen no sólo a la prevención secundaria o terciaria sino básicamente, a la prevención primaria y a la promoción de la salud. Funcionalmente sustenta que es necesario desarrollar un sentido de comunidad dentro de la disciplina, con el fin de integrar los esfuerzos de entrenamiento e investigación, hasta ahora aislados. Esto es interesante por cuanto los principios que ellos intentan trabajar en las comunidades en que participan se aplican a la comunidad de profesionales y ciertamente constituyen un tema de interés teórico además de práctico. Ha de destacarse en la definición la perspectiva cultural, aspecto este que condiciona la incorporación de otra mirada al fenómeno del comportamiento individual y grupal. Los comportamientos humanos indican también las maneras en que los hombres y mujeres construyen su historia, conformando aquellas pautas culturales tan necesarias para explicar el desarrollo de la sociedad. Maritza Montero, portadora de ideas significativas, define a la psicología comunitaria como: “…la rama de la psicología cuyo objetivo es el estudio de los factores psicosociales que permiten

362

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

desarrollar, fomentar y mantener el control y poder que los individuos pueden ejercer sobre su ambiente individual y social para la solucionar problemas que los aquejan y lograr cambios en casos ambientales y en la estructura social. (1994:52). En esta definición Montero deja propuesto el objeto de estudio y el lugar del psicólogo en la tarea común y fortalece las muchas veces confusa identidad profesional del mismo, fundamentalmente en los casos de trabajos interdisciplinarios. Pero principalmente hace referencia a la alternativa psicosocial comunitaria que se conformó como una salida conceptual metodológica en correspondencia a al s condiciones concretas en que emergió la psicología social comunitaria en América Latina. Para dar respuesta al orden psicosocial de esta realidad específica, debiese inevitablemente que trascender el enfoque histórico imperante en el pensamiento psicosocial tradicional para concebir no sólo a la realidad psicológica individual como realidad abierta y contextuada, sino además trabajar por un marco explicativo en el que se legitiman y se problematiza en torno a los factores sociales de orden macro y microestructural. La propuesta de Eduardo Almeida, psicólogo social mexicano, expone la definición siguiente: “La psicología comunitaria se entiende, por una parte, como una forma de psicología aplicada que encuentra su relevancia social cuando aporta soluciones a problemas de la sociedad. Por otra parte, se visualiza como una rama de la psicología que busca precisar la relación de las estructuras sociales con el comportamiento social e individual, establecer un objeto psicológico propio y construir esquemas teóricos y metodológicos para abordarlo. Almeida (1995:21-22). Tovar, estudiosa de la psicología social comunitaria, expone una concepción madura sobre esta disciplina, en la que la subjetividad social tiene un campo propio. Para esta investigadora cubana “el campo e identidad disciplinar de la psicología social comunitaria estaría dado por el estudio de la subjetividad que se genera y desarrolla en el nivel de inserción social concreto de la comunidad (...)” (2001:103). El rasgo que distingue su definición es el resaltar, dentro de la complejidad psicológica, el aspecto de la subjetividad en una relación dada con la perspectiva histórica, así como la posibilidad que ofrece de emplear herramientas de otras disciplinas para su estudio.

363

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

Una ultima definición que se propone es la de los psicólogos españoles, que al igual que los latinoamericanos, están trabajando muy intensamente e interesadamente en este campo: “Entendemos la Psicología Comunitaria como una ciencia de la salud aplicada en la que confluyen las disciplinas básicas, médicas, psicológicas, sociológicas, epidemiológicas, estadísticas, etc., que fundamentan los programas de intervención para la prevención de la enfermedad, la promoción de la salud y la educación para la salud”. Ferullo, (1991:29). En esta propuesta estos investigadores, coinciden con Montero al resaltar el carácter interdisciplinario, no sólo en la parte operativa sino también en la teórica que tiene la psicología comunitaria y la posición del psicólogo como trabajador en el campo de la salud, con fines de prevención y promoción, pero el punto de vista español lo limita al estar solo enfocado a las ciencias de la salud sin tomar en cuenta el medio sociocultural en el que esta inmerso el individuo. De ésta manera el campo de las ciencias sociales, en el que surge la psicología comunitaria, conlleva una ruptura con el paradigma positivista que había mostrado varias deficiencias para comprender, antes que explicar la realidad humana, dialéctica y cambiante, en la cual la visión individualista y pasiva del sujeto requieren ser modificadas por un enfoque social y activo de hombres y mujeres implicadas e implicados en su realidad. Como puede observarse el rompimiento con el paradigma dominante implica empezar a rescatar una línea de pensamiento que aun cuando no estuvo silenciosa, sus aportes habían sido descartados como “no científicos” al no ajustarse a dicho paradigma. Montero, (1994:7). En este sentido, la idea es trabajar en, con y para la comunidad, lo cual implicaba redefinir el objeto y el método, revisar la teoría, así como reestructurar el rol de las y los profesionales de la psicología comunitaria. De esta manera asumiendo el reto se comienza a desarrollar una psicología que inicialmente en varios países latinoamericanos, no respondía al nombre de psicología comunitaria. En su caso se hablaba de Desarrollo Comunal, de Organización Popular, de Organización Comunitaria, entre otros nombres que se le daban a ésta práctica inicial, donde la psicología comunitaria comenzó a desarrollarse, de ahí su identificación.

364

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

El objetivo del trabajo de la psicología como ciencia es el estudio de la conducta individual y grupal, independientemente de los distintos campos y las diferentes acciones que se realicen en ellos, todo Psicólogo puede definirse como un trabajador del campo de la salud entendida en su acepción más amplia. Esto es, como la búsqueda de las mejores formas de vida posible para los hombres siendo ellos mismos los que deben determinar, en cada caso y en cada situación, que es lo mejor para ello, definiendo la meta perseguida como búsqueda de las mejores condiciones de vida posible para los hombres. Haciendo un análisis de conjunto de las definiciones aportadas se puede plantear: •

La concepción brindada por Rappaport tiene un alcance global al concebir a la psicología comunitaria como una disciplina que estudia al hombre ( individuo, grupo ) inserto en su medio, por lo que los análisis han de conducir a la obtención de una visión de conjunto de sus conductas y acciones.



Maritza Montero constriñe el alcance de la psicología comunitaria sólo a los factores psicológicos y sociales, limitando su accionar. Si bien la definición asume el carácter transformador de la disciplina, ésta no puede lograr su universalidad al dejar fuera de los estudios otros componentes y factores de la vida cotidiana. No supera la concepción de Rappaport.



Almeida hace énfasis en el carácter de ciencia aplicada de la psicología comunitaria, donde el para qué orienta a las propuestas de alternativas. Sin embargo no da lugar en su conceptualización a los factores de la cultura.



La escuela española no ha roto con la tradición clínica y de salud. Es una disciplina aplicada, pero asistencialista y no da respuesta a las nuevas exigencias.



La concepción brindada por Tovar, privilegia de manera profusa, el aspecto de la subjetividad, aspecto nodal de la ciencia psicológica, pero que requiere de un tratamiento más cercano a las problemáticas de las realidades comunitarias. No se advierte una distinción entre psicología social comunitaria y

365

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

psicología comunitaria, trabaja con ambas denominaciones indistintamente. Ambas expresan esencialidades diferentes. •

La psicología comunitaria brinda mayores posibilidades para el estudio integral del individuo y grupos sociales estrechamente vinculados con el entorno. Ello obliga a concebir alternativas metodológicas y perspectivas teóricas diversas, lo que hace de ella una disciplina holística. El estudio de la subjetividad ( Tovar), de los factores psicosociales ( Montero, Almeida ), la necesidad de incorporar el medio (Rappaport) exigen elaborar una concepción del estudio amplia que permita advertir el entramado y estructuras sociales, pero a la vez, centrar la atención, en aquellos aspectos que le son propios a la psicología comunitaria( psicológico, social, cultural). La psicología social comunitaria, tal y como se ha concebido en la teoría y en la praxis, deja fuera otros factores de la realidad comunitaria, por lo que sus estudios y análisis no pueden brindar una visión de conjunto ( causas, relaciones ) del objeto de su indagación. La primera, la PC exige de un profesional con una formación mas completa, integral, necesaria para poder operar con la definición y su objeto; la segunda, PSC, el perfil del profesional no rebasa los límites de un conocimiento que le brinde otras miradas y posibilidades. La práctica de la psicología en las comunidades valida lo señalado.

El contexto que caracteriza la práctica comunitaria exige una nueva mirada de la psicología comunitaria, una nueva definición, ampliar su campo de actuación, reconsiderar el rol del psicólogo comunitario, rediseñar una concepción para el diagnóstico de las comunidades, incorporar nuevas perspectivas metodológicas, asumir con otras metodologías, integrar conceptos y categorías. La psicología comunitaria es entendida por las autoras como la disciplina de la ciencias psicológicas cuyo objeto es el estudio de los factores psicológicos, sociales y culturales que permitan explicar el desenvolvimiento de los individuos y grupos sociales en una relación dada con su entorno (historia, presente y porvenir) para proponer alternativas dirigidas al logro de un desarrollo más equilibrado.

366

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

Esta definición de la psicología comunitaria la distingue dos aspectos: •

El qué se estudia ( factores psicológicos, sociales y culturales ).



El para qué se estudia ( alternativas para transformar la realidad individual y grupal a partir del conocimiento de sus tradiciones).

Desde la noción epistemológica, la psicología comunitaria comienza a rediseñar y construir un conjunto de ideas las cuales expresan conceptualmente, los nuevos derroteros de las ciencias sociales. Los conceptos de internalización cultural, globalización, poder compartido, liderazgo comprometido, construcción de identidades y saberes, valores compartidos, subcultura, práctica sistematizada, memoria histórica, subjetividad objetivada, entre otros, apuntan a afirmar a la joven disciplina como un campo teórico abierto, en pleno proceso de construcción de conocimientos, sobre una realidad que es transformable, así como definirse en una disciplina independiente. Las principales tesis de las que se nutre la psicología comunitaria desde esta concepción, son: •

La realidad se asume como una totalidad en la que se advierten las actuaciones de individuos y grupos en el entramado de sus relaciones.



El conocimiento de la historia posibilita precisar con mayor objetividad la génesis de los comportamientos y actitudes de individuos y grupos en una relación dada con su entorno.



La relación individuo-comunidad condiciona el diseño de estudios comunitarios con un alcance de integridad.



El estudio de los factores psicológicos, sociales y culturales sólo es posible con el empleo de la triangulación teórica y metodológica 1.

Lo anterior signa rasgos a la disciplina, entre las que se encuentran: •

Carácter interdisciplinar.



Es una disciplina aplicada.



Es una disciplina abierta, en constante retroalimentación con la práctica social.

367

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA



Propone alternativas para modificar, atenuar, transformar la realidad. (individuos, grupos, instituciones, comunidad).



Comprometida con su praxis.



Exige la presencia de profesionales con una formación amplia y a la vez exacta sobre su objeto de estudio.



Se acoge principalmente, al paradigma sociocrítico.



Estudia las memorias históricas con el auxilio del método etnográfico.

En la actualidad la psicología comunitaria tiene un espacio en la sociedad moderna que no puede ser sustituido por el de ninguna de sus llamadas disciplinas afines ya que sólo ésta posee recursos teóricos, métodos de investigación y técnicas de indagación dirigidas a constatar las particularidades que asumen los seres humanos en sus diferentes niveles de inserción social. Estos son los recursos que sirven como base y referente permanente tanto para el diseño de programas de investigación e intervención como para la interpretación del hallazgo científico o simplemente para la reflexión sobre el comportamiento individual y colectivo en la vida cotidiana, con el objetivo de contribuir a la mejora del funcionamiento de la sociedad y hacer más plena y enriquecedora la inserción social de cada individuo. Sin embargo, frente a las demandas de su presencia, muchas de las veces exhibimos un alto desarrollo académico e investigativo y un pobre desarrollo de estrategias de intervención. Los trabajos vitales del psicólogo comunitario corresponden a los tres ejes: investigaciónservicio-demanda social. Entendiendo a la investigación como el eje transversal, insustituible, irrenunciable, que atraviesa todo el proceso de estudio en la articulación teoría -praxis. La PC como una nueva disciplina busca paradigmas que justifiquen las formas de comprender y actuar, las cuales a su modo de ver, según Rappaport la auxilian tres elementos a) la relatividad cultural; b) la diversidad humana y el derecho de la gente a acceder a los recursos de la sociedad y elegir sus metas y estilo de vida y c) la ecología o ajuste entre personas y ambiente en el que se destaca el como un determinante del bienestar humano. Esto se puede deducir que el trabajador comunitario requiere de un compromiso con el desarrollo de los recursos humano orientados al cambio social, además de

368

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

mantener una actitud científica con lo que respecta a la investigación y conceptualización. Principalmente se identifican tres corrientes, la Conservadora, la Reformista y la Revolucionaria en relación con la forma en que los programas de salud mental, de asistencia social y transformación comunitaria se sitúan frente a la comunidad y a la sociedad global. La primera, se limita a dar cierta cobertura de atención. Cuando hay intervención de la comunidad, es de tipo auxiliar y como recurso de equipo. No se cuestionan los valores dominantes, ni hay movilización organizacional. Se limita a dar cierta cobertura a la atención. La Reformista, procura estimular la organización del sector con el que se trabaja, privilegia la participación y la formación de grupos y favorecer la relación democrática en los servicios. La tercera la Revolucionaria, busca la concientización acerca de los factores clave en la organización de la sociedad, en la distribución de sus recursos en la distribución de la propiedad de los medios de producción, en la dominación cultural y en el reparto de los servicios de salud. El programa tiene un control popular, más allá de la participación inespecífic a o de la relación democrática, Por sus características radicales esta corriente presenta estructuras relativamente aisladas del resto de la atención en salud mental. Almeida, (1995:30-31). Los conceptos, las teorías, paradigmas, así como la metodología y técnicas que auxilian a la Psicología Comunitaria hallan en la Educación Popular, su principal cobertura dentro de la corriente revolucionaria. Esta está orientada por los principios de concientización y problematización de Paulo Freire y Orlando Fals Borda, con la elaboración de un modelo propio de investigación participativa. Freire, proponía que a través de los procesos de concientización y problematización se lograse una organización y movilización de las comunidades en la solución de sus problemas, apoyada por las técnicas y dinámicas participativas como procedimientos para lograr la organización popular, lo cual ayudan a definir la actuación del psicólogo o psicóloga, orientada a desarrollar grupos concientizados, aptos para el autocontrol de sus condiciones de vida a través de actividades cooperativas y organizadas. Se destaca el concepto de poder y el rescate de la subjetividad para la comprensión de las

369

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

representaciones del mundo, así como de las emociones y efectos que definen la individualidad. El modelo de Fals Borda, sobre la investigación participativa, hizo aportes sustanciales a una manera particular de hacer ciencia, de construir una teoría social desde la acción misma y no separada de ésta. Esta intencionalidad manifiesta, lo apartó de la manera positiva de encuadrar el pensamiento científico, la que resultó sugerente en el plano epistemológico de una alternativa diferente de concebir a este último y de contribuir a la lectura y modificación de realidades concretas. La necesidad de que los conocimientos obtenidos mediante la metodología de la IAP fortalezcan el nivel de organización de las comunidades, las luchas de los oprimidos, el fortalecimiento de las identidades de los pueblos cuestionó a la ciencia instrumentalista propia del positivismo . El modelo propuesto dentro de la educación popular logró vincular el conocimiento científico mediante el proceso de acción-reflexión-acción. Esta nueva manera de abordar a las comunidades incidió significativamente en la psicología comunitaria latinoamericana. Situó a ella frente a una nueva visión epistemológica de cómo lograr articular ciencia -realidad-transformación. La educación popular devino entonces en una plataforma teórica y metodológica en tanto asumió de ella el cómo abordar a la comunidad, donde la sistematización se presentó como el recurso metodológico donde se objetiva la articulación antes mencionada. ( Núñez:1998:31). La Investigación-Acción-Participativa (3), es la metodología que coincide con los presupuestos ontológicos y epistemológic os de la PC, Sanguineti (1981), surge a fines de la década de los sesenta, en condiciones históricas determinadas: como crítica de las teorías del desarrollo y de la modernización y como reacción en contra de las ciencias sociales tradicionales. En el término Investigación Acción Participativa se encuentran tres perspectivas conceptuales diferentes: una orientada a la movilización política ( Fals, Park); la segunda, a la intervención en los procesos comunitarios en términos de acción comunicativa; la tercera, orientada a generar teorías, metodología, que guíen la investigación para la educación (Kemmis) . Las tres perspectivas tienen espacios importantes en los estudios de las comunidades y han penetrado en el accionar de la psicología comunitaria.

370

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

Esta metodología se auxilia de técnicas fundamentales de recolección de información en la IP que son cualitativas (historia de vida, diario de campo, entrevista abierta, entrevista de grupo, sin embargo se emplean también la encuesta y el cuestionario para levantar el perfil del grupo e identificar sus problemas). La psicología comunitaria, persiste en el carácter liberador de la ciencia y la emancipación del ser humano. Conciencia y actividad se confrontan y superan por la reflexión. Se reivindica la importancia de la emoción la cual es considerada como mediador de la conciencia y de la praxis. Es este un paradigma que caracteriza a la teoría crítica de corte marxista. Con el fin de que la psicología comunitaria tenga un lugar reconocido entre las ciencias, los psic ólogos comunitarios han incursionado en investigaciones para buscar métodos y paradigmas que se adecuen a las experiencias, lo que ha ido incidiendo en la elaboración de una epistemología propia. El análisis que hacemos sobre el nacimiento y estado actual de la Psicología Comunitaria en Latinoamérica podemos deducir que en algunos países como El Salvador ( Martín Baró), Venezuela (Montero),Puerto Rico (Serrano-García), Cuba (Tovar) han aportado estudios teóricos y metodológicos; sus intereses están encaminados al desarrollo de la teoría y de la identificación de conceptos que ayuden a los profesionales de la psicología comunitaria a realizar trabajos más homogéneos. En México (Almeida, Del Campo) han contribuido teóricamente al estudio de la disciplina con avances y aportes teóricos que comprueban su dedicación hacia la formalización teórica de la ciencia. En sus obras y prácticas comunitarias se pueden encontrar las principales ideas que devienen en cuerpo teórico de la disciplina: un concepto, objeto de estudio, campos en los que opera, concepciones metodológicas. No obstante a lo apuntado, las lecturas de sus principales obras conducen a realizar las siguientes reflexiones: 1. Se opera indistintamente con los conceptos psicología social comunitaria y psicología comunitaria.

371

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

2. A pesar de que se insiste en la necesidad de estudiar al individuo en una relación dada con su entorno, las metodologías que son asumidas no explicitan el cómo operacionalizar los aspectos que propician una información más acabada de la comunidad. 1.6 La psicología comunitaria como psicología de la liberación en América Latina. La nueva orientación de la psicología de la liberación tiene sus antecedentes en los trabajos de Montero ( nivel conceptual ) y Martín Baró ( praxis transformadora) donde la IAP tiene un papel importante desde la orientación de su enfoque. Los años ochenta, conocida como la década perdida, fue el escenario social y psicológico para el surgimiento de esta corriente dentro de la psicología comunitaria. La necesidad de profundizar en el conocimiento de las necesidades sentidas de las mayorías populares, así como de valorar la herencia cultural de los pueblos latinoamericanos como condición de su desarrollo ulterior y liberación fueron aspectos que incidieron en la elaboración de una psicología encaminada a la transformación social, política y cultural. Conceptualmente, estos requerimientos se relacionan estrechamente con los postulados de la educación popular y la teología de la liberación, esta última desarrollada con amplitud en Brasil. Desde la praxis, la psicología de la liberación se vincula con la necesidad de indagar en las identidades psicológicas para el proceso de formación y educación de los líderes y grupos sociales menos favorecidos social, económica y políticamente, lo que originó el establecimiento de una relación entre esta disciplina y los movimientos sociales latinoamericanos. La propuesta de Martín-Baró se relaciona, con las propuestas de Orlando Fals-Borda., y ambos asumen a la IAP para orientar la movilización de los grupos y sectores oprimidos hacia la acción política. En lo conceptual, la psicología de la liberación propone un estudio científico de la conducta de los procesos que genera la realidad de los pueblos latinoamericanos y que posibilitan una mayor y mejor comprensión acerca del accionar de los individuos y grupos para sus transformaciones. El estudio de tales procesos psicosociales y

372

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

la conducta derivada de ellos es lo que Montero define como psicología de la liberación. La psicología de la liberación propone el estudio de los procesos psicosociales como determinantes en el estudio de las comunidades, ya que en su historia la psicología esta revestida de acciones en contra de los modelos hegemónicos y que sus principios están basados principalmente en los propuestos por Freire y Fals Borda, representantes de la sociología militante y la Educación Popular. Esta propuesta, revolucionaria desde su esencia, posibilita el establecer una relación estrecha entre los profesionales y las comunidades, creando vínculos de compromisos para el abordaje de los problemas y proponer alternativas conjuntas para transformar la realidad, así como investigaciones que aporten conocimientos en los que se vean reflejados los actores sociales como mecanismos de reflexión popular. La psicología de la liberación se presenta como concepción de vanguardia dentro de la psicología comunitaria, por sus alcances y perspectivas. 2. El Desarrollo Comunitario y Comunidad. Junto al concepto de Psicología Comunitaria es necesario nombrar los de Comunidad y Desarrollo Comunitario, conceptos que no son en absoluto nuevos, sino que tienen un linaje honorable y bien establecido; sus orígenes pueden encontrarse en las definiciones que sobre organización y desarrollo de la comunidad fueron dados por las Naciones Unidas en la década de los cincuenta. Comunidad y Desarrollo Comunitario revela los siguientes aspectos: se toma como unidad problemática un sector de la sociedad global entendiéndose el carácter integral y totalizador de los problemas que motivan la acción; se toma como unidad de trabajo un núcleo unitario de la sociedad global entendiéndose que las soluciones a los problemas que padece, van a iniciarse a través de la acción de ese mismo núcleo involucrado; se entiende como desarrollo de la comunidad la capacidad para alcanzar soluciones para la problemática unitaria del sector afectado y no, para uno o dos problemas accesorios; se entiende como organización de la comunidad, la capacidad para poner en práctica los planes de desarrollo . ( Porzecanski: 1983: 57). El desarrollo comunitario, se asume entonces como el proceso tendiente a fortalecer la participación y organización de la población,

373

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

en la búsqueda de respuestas propias para mejorar su localidad, bajo los principios de cooperatividad, ayuda mutua y colectividad. Esta definición ubica el énfasis de la intencionalidad en los procesos subjetivos y superestructurales, tales como el fortalecimiento de la participación, el desarrollo de la conciencia, el fortalecimiento de la identidad y el sentido de pertenencia. Lo señalado anteriormente condicionó desde los programas de desarrollo comunitario, el accionar de la psicología comunitaria. La comunidad como ámbito de trabajo profesional, asumida por las Naciones Unidas como espacios para aplicar los programas de desarrollo y como técnica social a la vez, exigió operar con este concepto por su importancia metodológica. En la literatura especializada aparecen numerosas definiciones de comunidad, cada una de las cuales centran más su atención o hacen mayor o menor énfasis en determinados aspectos, en dependencia del objetivo fundamental del estudio y de la disciplina desde la cual se realiza o dirige dicho estudio. En este sentido, diferentes ciencias han aportado su visión de comunidad, partiendo de indicadores que forman parte de su definición. Ander Egg, (1998:79), define a la comunidad como una agrupación o conjunto de personas que habitan un espacio geográfico delimitado y delimitable, cuyos miembros tienen conciencia de pertenencia o de identificación con algún símbolo local y que interaccionan entre sí más intensamente que en otro contexto, operando en redes de comunicación, intereses y apoyo mutuo, con el propósito de alcanzar determinados objetivos, satisfacer necesidades, resolver problemas o desempeñar funciones sociales relevantes a nivel local. Para la psicología comunitaria la categoría de comunidad adquiere connotaciones singulares en tanto focaliza el conjunto de rasgos, aquel o a aquellos que permiten explicar con más exactitud las problemáticas psicosociales y culturales. María de los Ángeles Tovar y Teresa Porzecanski hacen aportaciones significativas y muy válidas hacia el concepto de comunidad y lo define como un grupo social con una historia y desarrollo atravesados por las determinaciones de una formación económico social dentro de la cual existe. Grupo social que interactúa en un proceso de satisfacción de necesidades cotidianas, a la vez portador de una subjetividad específica. (2001: 110).

374

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

El lugar que otorga Tovar a los factores psicosociales en tanto la comunidad es un grupo social, brinda a la psicología comunitaria importantes herramientas metodológicas para el estudio y análisis de las conductas individuales y grupales en su cotidianidad. La participación social se da precisamente en el ámbito de la vida cotidiana y revela mediante sus expresiones, la subjetividad humana. La subjetividad, según lo trabaja la autora, revela un universo simbólico con el cual las personas y grupos se identifica y permite reconstruir y construir sus realidades. Se subraya las imágenes, vivencias compartidas, sentimientos y percepciones que dan sentido a las conductas. Esta mirada a la comunidad desde la perspectiva psicológica permite diseñar una representación de cómo es la realidad psicológica en la que se desenvuelven los individuos y grupos sociales en su interacción cotidiana. La explicación de los comportamientos humanos no es posible sin el factor cultural. La comunidad no es sólo una unidad de interacción grupal y simbólica, la comunidad también revela cómo los hombres construyen su historia y proyectan su pasado en las utopías. Desde esta mirada, la comunidad para Porzecanski se presenta como el ámbito subcultural dentro del cual es factible lograr una repercusión participativa si se aplican las políticas y procedimientos del desarrollo de la comunidad. (1983:53). Es a partir de los grupos subculturales existentes que la comunidad conoce sus límites, son los núcleos de acción generadores de relaciones interpersonales y sociales donde los hábitos, tradiciones, costumbres, creencias y valores legitiman la pertenencia y existencia de los grupos en la comunidad, marcando las diferencias con los otros subgrupos y los límites con su accionar. La cultura (4) le es a la comunidad, la unidad integrada y funcional que puede ser observada y analizada como un todo o en sus partes constitutivas. Lo expresado se presenta como el criterio para la formulación de los factores culturales que la psicología comunitaria puede asumir para el estudio y análisis de los fenómenos psicosociales. Los factores culturales permiten no sólo conocer los rasgos distintivos que hacen diferentes a grupos humanos y asentamientos poblacionales dentro de un mismo espacio geográfico y social, sino además, comprender, a través de ellos, cómo se ha producido el desarrollo histórico, sus tendencias más significativas, para poder explicar los

375

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

nexos que se establecen entre las actuaciones de individuos y grupos y las dinámicas sociales. Los factores culturales no son dimensiones, ni elementos, son condiciones determinantes en tanto reportan esencialidades de los comportamientos humanos. Aspectos como la religiosidad, costumbres y tradiciones aportan un conjunto de significados que no se pueden soslayar en los estudios de las comunidades. Un estudio más profundo de los mismos, conducen a vislumbras cuáles son los factores dinámicos y cuáles los factores estáticos, tomando como criterios la estabilidad, permanencia en el tiempo y ruptura. Así el lenguaje y las costumbres se enmarcan dentro del primer grupo; las comunicaciones y las tecnologías, en el segundo. Para la psicología comunitaria, los factores culturales, dotan de una mayor integralidad en sus análisis, reflexiones, valoraciones y construcciones epistemológica, pues complementan la visión que sobre el objeto de estudio se pueda obtener. En el caso que nos ocupa, el estudio de la participación comunitaria exige el conocimiento de la cultura de esa comunidad, donde los elementos de la religiosidad, tradiciones y costumbres señalan pautas en la participación y el liderazgo. Los factores culturales que ofrecen una representación global de la comunidad son: económico, geográfico, demográfico, histórico, político, el lenguaje, la ciencia y la tecnología, manifestaciones del arte, creencias, costumbres, tradiciones, la educación, la organización social y política. El empleo de estos factores por la psicología comunitaria permite obtener una síntesis de toda la experiencia acumulada y socializada por los hombres en su cotidianidad. Los nuevos elementos que se incorporan como resultado de la modernidad, expresan también niveles de desarrollo de los valores culturales que se gestan; las actividades profesionales, administrativas, tecnológicas y productivas son portadoras de las nuevas formas de creación cultural, y revelan otras maneras de establecer relaciones, nuevos roles, actitudes y procedimientos. 3. La Participación Comunitaria El término participación (5) aparece aplicado a los programas de servicios de salud primero en los países europeos que latinoamericanos, con un sustrato ideológico pues fue concebida como aquella no basada en las nociones clásicas de democracia

376

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

representativa, sino más bien en la variante moderna de la teoría liberal democrática. Para la psicología, la participación se dimensiona con los programas de salud y de atención social. En la Declaración de Alma-Ata en el año de 1978, se formuló explícitamente un camino de largo alcance dirigido a elevar el nivel de la población a través de la Atención Primaria de Salud (APS). Según esta declaración, la APS es la “Atención sanitaria esencial..., universalmente accesible a los individuos y familias en la comunidad a través de su completa Participación en el desarrollo económico de la comunidad...”. En Alma Ata se definen los principios de la “Participación Comunitaria”, hasta estas fechas, y el concepto se ha transformado, ha cobrado vigencia, se ha cuestionado y revolucionado, ha tomado distintos cauces, formas, características y posturas. A partir de esto se ha identificado a la participación, al conocimiento del pueblo y a sus necesidades básicas como los componentes esenciales para asegurar proyectos de desarrollo. En el ámbito político, la influencia de la Revolución Cubana es el elemento que provocó en el Tercer Mundo ideas revolucionarias, y en base a la hipótesis de que mejores condiciones de vida podrían reducir este fervor revolucionario entre los pobres, los programas fueron orientados hacia el consumo, y se introdujeron mejoras en los servicios de bienestar social. Simultáneamente con estos programas de Participación Comunitaria, que surgen desde las instituciones hacia la comunidad (“arriba-abajo”) aparecieron otros que surgieron desde la comunidad modificando los propósitos de las instituciones (“abajoarriba”), principalmente en las ciudades, en relación con el problema de vivienda (Lima, Bangokok, Lagos, Ankara...). Turabian J. (1992:5) No obstante, las nuevas estrategias no han logrado la incorporación activa sistemática de la población a la salud. La participación se mantiene como un hecho coyuntural, pues si bien la gente participa algo más en las acciones (con dinero, mano de obra o a través de la incorporación de trabajadores de salud como voluntarios), tal participación es prácticamente nula en las decisiones sobre las políticas de salud, las prioridades, los programas y los servicios de salud. Hay, en la teoría y en la práctica, una serie de características que distinguen el modelo de participación comunitaria de otras formas de

377

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

acercamiento a la comunidad, que la ubican en una dimensión particular que ha sido revisada, revalorada y redefinida desde su surgimiento teórico como ya se mencionó, asentado en la declaración de principios de Alma- Ata: “El proceso en virtud del cual los individuos y las familias asumen la responsabilidad en cuanto a su salud y bienestar propios y los de la colectividad y mejoran la capacidad de contribuir a su propio desarrollo económico y comunitario. Llegan a conocer mejor su propia situación y a encontrar un incentivo para resolver problemas comunes. Esto les permite ser agentes de su propio desarrollo, en vez de ser beneficiarios pasivos de la ayuda al desarrollo”. La participación social es un proceso de interrelación entre el estado y la sociedad del cual se derivan mecanismos y formas de manifestación, cooperación y movilización explicitadas por los grupos para enfrentar problemas y gestionar requerimientos que den respuesta a sus necesidades y demandas inmediatas. Para Chávez, (2001:15) la importancia social de la participación se encuentra en ofrecer a los sujetos la oportunidad de ser participes de la realidad y reconocer que ésta puede cambiar y construirse. Busca que los ciudadanos no sean sólo objetos pasivos del gobierno, sino sujetos que intervienen en la toma de decisiones para satisfacer las demandas y como resultado llegar a una aproximación a la democracia y deben estar orientadas hacia la satisfacción de las condiciones y calidad de vida, en la interrelación que se establece entre las autoridades y la ciudadanía. Esto significa abrir espacios democráticos en los campos de lo social, lo económico, lo político y lo cotidiano, para impulsar una forma de vida democrática. Al mencionar los antecedentes de la participación es necesario definir el concepto de la misma, considerando que participar es algo más que asistir, y en este sentido conviene no confundir a la participación con la movilización, “participar significa tener o ser parte de un proceso”, implica como mínimo tener conciencia de lo que se está haciendo y de una u otra forma es una manera de acción o intervención de quienes están implicados en este proceso. De la Riva, (2001). En general, las definiciones de participación comunitaria, proceden de organizaciones internacionales lo que les da un carácter oficialista, impositivo y vertical. Por esta razón son tan globales, abstractas y formuladas en términos universales, resultando problemático

378

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

relacionarlas con contextos sociales específicos ya la comunidad, como sujeto de participación, tiene espacio natural en la definición de estrategias de desarrollo en función de su desarrollo. . En estas definiciones se hace explícito el binomio participación-desarrollo, haciendo patente su origen. Para la OMS, la participación comunitaria es “un proceso de autotransformación de los individuos en función de sus propias necesidades y de las de su comunidad, que crea en ellos un sentido de responsabilidad sobre la salud y la capacidad de actuar en el desarrollo comunal”. (OMS, 1978). La participación comunitaria, vista desde el enfoque democrático o bien instrumental, debe entenderse como un proceso en el que se profundiza progresivamente desde la ejecución de tareas simples hasta las fases más complejas, como la planificación, la programación, el control y la administración de programas, derivándose en acciones de organización, movilización popular y gestión. Se compone de un conjunto de fases que poseen una dinámica interna propia con diferentes niveles de expresión. Como proceso social, su evolución y formas de manifestación van a estar influenciadas y determinadas por un grupo de factores, tanto de índole económico, como político-social, psicológico, histórico y cultural, que posibilitarán canales efectivos de expresión. La participación, como objetivo o bien como medio de reclamo, implica una postura y una acción dirigida a un fin, y por tanto, su puesta en marcha implica determinados procesos psicológicos y sociales en los cuales las necesidades significativas ocupan un lugar jerárquico, dando como resultado que los procesos participativos no se limiten en un área determinada, sino estén presentes en los múltiples escenarios que la vida social encierra. En el concepto de participación se observan los siguientes elementos: •

Es un proceso.



Compromiso de los que participan.



Unidad de intereses.



Conocimiento de causa.



Acción para la transformación.

379

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA



Capacidad y acción de examinar de conjunto las decisiones compartidas o aceptadas.

Para la psicología comunitaria la participación se le presenta como un referente obligado en el estudio de las actuaciones de individuos y grupos y le permite conocer los mecanismos afectivos, de identidad psicológica, pertenencia, resistencia dentro de las dinámicas sociales. Tal vez, por sus alcances, la participación pueda ser asumida como uno de las conceptos nodales de la psicología comunitaria. 3.1 la participación comunitaria y el liderazgo En el logro de una real participación incide un elemento el cual requiere de su estudio por la connotación que reviste en el proceso de la democratización de las relaciones en las comunidades. Ese elemento es el “liderazgo” que está íntimamente relacionado con las capacidades y cualidades personológicas que poseen los individuos para conducir, dirigir, aglutinar, persuadir y atraer a grupos y colectivos, organizados o no, para la consecución de metas y proyectos comunes, en donde la comunicación y el entendimiento cobran significados relevantes. La participación sin liderazgo, resulta sino imposible, difícil de lograr. Esta tesis se dimensiona por el contexto en que hoy día se produce el movimiento de las comunidades hacia el logro de niveles superiores de desarrollo, caracterizado en alguna media por las relaciones verticales de orden y mando y matizado por estímulos materiales en los que prevalecen intereses, que por su proyección perspectiva, no recoge las verdaderas necesidades sentidas de las mayorías. Se refiere a la participación en las condiciones de desarrollo de las políticas neoliberales. El liderazgo es el proceso de influir sobre otros con el propósito de ejecutar una tarea compartida y desde la perspectiva psicológica ello significa: •

380

Que las capacidades y habilidades que poseen los líderes en gran medida constituyen referencias a las personas en la búsqueda de puntos comunes para entablar la empatía. En este sentido la imagen de líder que ha sido construido individual y socialmente encuentra espacio real al existir y "descubrir" las personas en las que convergen los rasgos del liderazgo. Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA



El líder es parte viva de las relaciones interpersonales que se establecen en los niveles estructurales de la comunidad: familia, grupo, institución. En esas relaciones, legitima tres de sus cualidades: el saber, el querer y el poder.



Las actuaciones de los líderes tanto en los escenarios públicos como en los privados, han de provocar en las personas que evalúan sus manifestaciones, reacciones de satisfacción, elogios, identificación, aceptación, sentimientos, y que contribuyen a afianzar el ideal de líder que cada uno de ellos tienen. Cuando surgen éstos, se socializan el respaldo y los criterios de unidad en torno al liderazgo.



El líder, al establecer una comunicación transparente, continua, comprometida y responsable, "rompe" la timidez, inseguridad e introversión que con tanta frecuencia aparecen en los procesos participativos. El diálogo fluye y las necesidades se canalizan. Chávez y Quintanilla, (2001:36).

Con un liderazgo real, la base social de la participación, se amplía, reproduce, y diversifica en la medida en que crece el número de personas que ven en el líder, las posibilidades de que sus intereses se interconecten con los mandos de poder en las estructuras gubernamentales. Durante el ejercicio de la participación, el liderazgo se comparte hasta lograr que una parte significativa de las comunidades, posea también grados de decisión en el cumplimiento de las políticas de desarrollo. Desde esta mirada, con el liderazgo los roles se diversifican y se demuestra con ello la existencia de numerosos líderes que pueden atender, encauzar, ordenar y dirigir su desarrollo, con la asistencia, asesoría y dirección de los que facilitan, desde otros niveles de mando, el cambio. El siguiente gráfico ilustra la relación que se establece entre participación y liderazgo.

381

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

Liderazgo de resonancia, reflexivo, de compromiso Liderazgo formal, no identificado Participación

3.1.2 Cualidades Y Habilidades de los Líderes Comunitarios.

382

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

La situación que presentan hoy las comunidades, particularmente aquellas que están distantes de los centros urbanos de poder, señalan la necesidad de continuar estudiando desde las ciencias psicosociales las causas reales de la débil participación de los amplios sectores en el desarrollo integral. Los estudios de comunidades que se realizan en América Latina desde la Educación Popular proporcionan importantes resultados sobre la práctica en el liderazgo participativo. Las experiencias acumuladas por la autora, así como el análisis conceptual del tema, permiten precisar aún más las relaciones que se establecen entre liderazgo y participación, a partir de una concreción mayor, de las cualidades y habilidades que deben tener los líderes de los procesos de desarrollo. El criterio de que se parte es que el líder sintetiza con sus modos de actuación, la objetivación de los ideales de los amplios sectores de la comunidad, lo que permite socializar las vocaciones de estos últimos hasta lograr el compartir las tareas comunes. •

Partiendo de este criterio se puede afirmar que una de las cualidades es el de escuchar bien. El impacto psicológico que produce la atención que presta el líder a las personas cuando expresan sus sentimientos y maneras de enfrentar y modificar sus realidades, es significativo. El escuchar exige incorporar a la acción posterior, las síntesis de las intervenciones.



Saber compartir las decisiones.



Saber descubrir a los "otros líderes"



Saber formarlos.



Saber conducirlos y orientarlos

La habilidad revela una determinada capacidad para hacer, para lograr un objetivo, una intención, una meta. Manifiesta un acto de inteligencia en el que se revela un determinado conocimiento, donde se conjugan la experiencia (destreza) con el saber (popular o científico). La habilidad descubre cómo se hace la acción y con qué se hace, qué recursos fueron utilizados para lograr lo que se quería y se necesitaba. •

383

Capacidad de establecer relaciones de cooperación.

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA



Capacidad para analizar el contexto en que se produce la participación. Se conjugan elementos endémicos y externos para poder apreciar las tendencias y priorizar lo verdaderamente factible y posible.



Capacidad para dejar el poder.

Respecto al Liderazgo, Hernández E. (1992), considera que es un hecho complejo que no depende de una sola persona sino que es una situación que surge a partir de la relación entre el líder y los líderizados o seguidores, (en este caso la comunidad) en un contexto determinado. Desde esta perspectiva el líder debe ser el motor que impulse la participación de las comunidades, como una manera de transformarlas en protagonistas de los cambios que lleven al mejoramiento de sus condiciones de vida. El líder es el sujeto que representa el sentir y el actuar de los individuos que lo eligieron para un proceso social, además menciona Chávez (2001), que el liderazgo significa la capacidad de los individuos para conducir, atraer y mandar. Es la influencia que se ejerce hacia otros sujetos a través de un proceso de comunicación y dominio. Por otra parte, para Montero (2003:100), es usualmente difícil detectar y contactar lideres naturales en las comunidades; tratar con ellos, proporcionarles formación son tareas habituales tanto de quienes hacen psicología comunitaria como de aquellos agentes externos que deseen colaborar en procesos de organización y desarrollo de comunidades, estos surgen de las reuniones de organización y planificación de actividades comunitarias, o ante circunstancias que afectan a la comunidad y se hace necesario actuar con mayor o menor urgencia. El liderazgo no es solo importante para la psicología comunitaria, sino además de inevitable discusión. Todos los psicólogos comunitarios, así como las organizaciones comunales, en cierto momento se han topado con problemas ocasionados por la presencia o por la ausencia de líderes de la comunidad. En un grupo siempre surgen líderes. Siempre hay personas que en ciertas situaciones o ante ciertas necesidades, aportan ideas y como

384

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

consecuencia asumen la dirección del mismo, encargándose de la planificación y organización de las actividades del grupo y cuyo carácter directivo será aceptado por la mayoría de los miembros del grupo. De esta manera, Montero hace una lista de características de los lideres que se pueden encontrar en la comunidad; “liderazgo participativo”, “liderazgo transformador”, “liderazgo narcisista seductor positivo”, “liderazgo seductor negativo” y el “liderazgo altruista”, que son asumidas y compartidas en la presente investigación, pues la descripción de estas características se asemejan a las conductas observadas en los líderes de la comunidad objeto de investigación. A continuación se expondrán algunas de estas características pues serán retomadas en páginas posteriores: ü Liderazgo participativo: es un líder que surge por consenso, presenta capacidad y rapidez para las respuestas y vías para la solución de problemas, goza de la credibilidad, confianza y sabe escuchar a la comunidad que representa, procura tomar decisiones y planes mediante las asambleas a base de reflexiones, toma prioridad de los intereses colectivos sobre los individuales, las acciones que resultan de estas participan varios miembros de la comunidad, mostrando que la comunidad es consciente de las mismas necesidades y que se apoyan entre sí, no descargan la responsabilidad y la tarea solo en su líder. Este tipo de líderes son popularmente conocidos tanto en sus comunidades como en las comunidades cercanas, reconocen su labor y se solidarizan con ellos. Estos en mucho de los casos son personas que en su mayoría han sido desde muy temprana edad representantes de grupos, además que se han distinguido por su dedicación a su comunidad. ü Liderazgo transformador: Es un tipo de liderazgo con una carga fuerte afectiva, son personas amables, carismáticas, alegres y afectuosas. Conocen personalmente a cada participante, tienen facilidad de palabra y de adaptación. Escuchan a las personas sobre sus problemas cotidianos, dando consejos y orientación para la solución de su problemática. Siempre están buscando incorporar nuevos participantes en especial a aquellos que presentan una conducta retraída y con

385

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

poco interés hacia su comunidad. Este liderazgo desarrolla fuertes vínculos con los miembros de su comunidad anteponen el beneficio de la comunidad y de sus grupos comunitarios por encima del interés propio, estimulando el desarrollo de la comunidad. ü Liderazgo narcisista seductor positivo: Es un líder agradable, amable, simpático y con buenas intenciones, pero no acepta que las ideas para las soluciones surjan de otras personas, aunque estas sean las indicadas, así que mantiene la discusión una y otra vez hasta que estas ideas se adapten a lo que el propone. Este líder es calificado por la comunidad como sutil, gentil y con un gran sentido de sacrificio hacia su comunidad. Pero esta actitud también hace que otras personas perciban que sus ideas no son tomadas en cuenta y llevadas al consenso haciendo que poco a poco dejen de participar y se retiren. Este liderazgo se apodera de la comunidad, termina con un pequeño grupo que dirigen acciones muy especificas, llegan a cansarse y a cansar a la comunidad, provocando criticas. Montero, (2003:105), le llama narcisista porque ellos mismos reconocen que nadie puede hacer las cosas mejor que ellos. Nadie quiere más a la comunidad. Nadie se sacrificará más por ella. Son los mejores. ü Liderazgo narcisista seductor negativo: Por lo general hablamos de una persona que cuenta con atributos poco frecuentes en la mayoría de la población, ya que este líder es una persona muy unida a la comunidad, muy simpático, muy agradable a primera vista, que demuestra su beneplácito por ser el líder de ellos ya que manifiesta gran admiración por líderes reconocidos, antepone los interés individuales a los colectivos, esto hace que sea egocéntrico y narcisista. Este se apodera de las ideas de otros sin dar crédito a sus autores, o bien las presenta inducidas por él. Sus acciones no están únicamente orientadas por el bien colectivo, sino por intereses individuales que solo pueden que solo pueden ser satisfechos vía el trabajo con la comunidad. Es capaz de mentir, manipular y acumular funciones a fin de aumentar su importancia, provocando conflictos que generan rivalidades y luchas por el poder entre miembros de la comunidad que son encargados o desean encargarse de dirigir actividades. Este tipo de líderes manipulan los recursos materiales que llegan a través de él a las

386

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

comunidad, beneficia primeramente a sus familiares y a sus seguidores, después al resto de la comunidad. ü Liderazgo altruista: El liderazgo en este tipo de personas es tomado como parte de su vida, en el trabajo comunitario entregan su vida y encuentran placer y pasión, son generosos, creativos y dinámicos, tienen conciencia de que su labor es parte de un movimiento colectivo, aceptando su rol, fomentan y buscan la participación de otros, en sus actividades están incluidos sentimientos de fraternidad, hermandad y comprensión respecto de las personas de la comunidad, que conectan con su religiosidad sin fanatismo. No son partidarios de manejar recursos materiales por mantener en alto su honradez y credibilidad. La experiencia acumulada, así como las lecturas hechas sobre este tema nos conducen a plantear otra característica en el liderazgo, que es el Liderazgo heredado. Esta es una condición que se asume de manera natural por los miembros de la comunidad donde el prestigio, autoridad, ascendencia de los líderes se han arraigado de tal manera que hacen que sus descendientes sean considerados personas poseedoras también de esas cualidades. En ese sentido el aspecto subjetivo adquiere una connotación peculiar. La percepción que se tiene sobre este líder formado en un nivel de relaciones sociales, garantizan cierta legitimidad y credibilidad que en el nivel ideal, se proyecta hacia sus descendientes. 4.- El rol del psicólogo comunitario. En las reflexiones teóricas que sobre el alcance de la psicología comunitaria, tiene espacio un tema del cual hay que ocuparse también desde la construcción epistemológica; ese tema es el rol del psicólogo y psicológa en el trabajo de las comunidades. La Psicología Social o Comunitaria, esta asociada al rol de los psicólogos comunitarios a través de un ejercicio profesional que resulta de un acercamiento comprometido a la realidad particular de nuestro país lo cual permite encontrar en la historia y la singularidad de cada contexto la ubicación y obligación profesional. Su práctica no se concretiza simplemente en el diagnóstico del fenómeno, tampoco en sus causas. El psicólogo comunitario está obligado a no detenerse en la fase dia gnostica, sino a avanzar hasta el diseño e

387

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

instrumentación de un cuerpo de medidas tendientes a reducir las consecuencias negativas que para el individuo, el grupo, las instituciones, la comunidad o la sociedad en su conjunto tenga el hecho constatado para eliminar su presencia futura. Los vínculos con otras ciencias hacen que la psicología comunitaria se perfeccione en el trabajo especialmente con las aportaciones de la sociología, la pedagogía, la ingeniería, la antropología social y el trabajo social, así como algunas disciplinas de la economía y la comunicación social entre otras. Los trabajos vitales del psicólogo comunitario corresponden a los tres ejes: investigación-servicio-demanda social y cultural, entendiendo a la investigación como un momento insustituible, irrenunciable, donde el rol de este profesional adquiere nuevas connotaciones. El nuevo rol para los psicólogos comunitarios en el trabajo de las comunidades requiere de un profesional, Scribner, Montero, (1994:31) que ha de moverse en cuatro direcciones: 1) aquellos ocupados en movimientos sociales, es decir, en grupos políticamente activos. 2) Los preocupados por los problemas sociales y que de alguna manera ponen su conocimiento al servicio de una causa de ese tipo. 3) Un nuevo tipo de psicólogo clínico, que sale al campo de acción, trascendiendo el ámbito institucional, y 4) aquellos que harían ingeniería social, diagnosticando los problemas de un sistema y los efectos del mismo sobre las personas y actuando para lograr la relación óptima entre uno y otros. Los psicólogos comunitarios en Latinoamérica deciden conscientemente por una opción que si bien se inclina por el segundo tipo, no incluye aspectos ligados a la primera. Los profesionales de la psicología comunitaria toman conciencia de que poseen un conocimiento que puede ayudar a las comunidades en la solución de sus problemas, pero también lo están de que no son la única opción para estas, ya que el conocimiento que poseen los miembros de la comunidad se presentan como los saberes popula res, tan necesarios e imprescindibles para esta labor. Principalmente los trabajos realizados por los investigadores Latinoamericanos, describen al psicólogo comunitario como el profesional que puede gestar la acción en la comunidad, el cambio, su dirección y modificaciones, parten siempre de él. Montero, (1994:32). Estas nuevas expresiones del rol del psicólogo comunitario le atribuyen funciones las que describen un accionar más comprometido

388

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

con las comunidades. Este profesional no sólo dirige un proceso de investigación, sino que además, organiza, planifica, ejecuta, evalúa e integra. Las cualidades y las habilidades adquieren otros matices. Para la psicología comunitaria la organización del proceso de investigación y propuestas de alternativas es imposible sin la creación de una forma de organización flexible y dinámica. Esa forma de organizar el proceso se objetiva a través del Grupo Operativo gestor. El grupo operativo es creado por el latinoamericano Enrique Pichón Rivieré; es un dispositivo que da cuenta de su ECRO, (designa al Esquema Conceptual, Referencial y Operativo, con el que se opera en el campo de la Psicología Social) y de su posicionamiento ético, que incluye a la verdad concebida bajo el criterio de que de es la Operatividad por lo cual la verdad no se encuentra en los conceptos y la teoría (si bien son importantes como fundamento de una practica social) sino en las transformaciones que se efectivicen a nivel de los sujetos y en la realidad social. El Grupo Operativo es un dispositivo caracterizado por ser un colectivo entendido como unidad de lo múltiple, de estructura compleja ya que incluye las posiciones o roles de Integrante, Coordinador y Observador pero que, como roles, responden a un tercero estructurante que es la Tarea (en rigor es un eje necesidadobjetivo-Tarea). Con respecto a la Tarea, Pichón Rivieré en un sentido explícito, explica que es la producción de un saber colectivo direccionado hacia el objetivo que el mismo grupo se plantea. En su sentido implícito, Tarea es la producción de una subjetividad moderna: un sujeto consciente de su condición de "nada sino la resultante de su interacción con otros, grupos y clases" conciencia que lo lleva a posicionarse como "sujeto productor y producido". Esto es soportar subjetivamente esta condición de "nada sino con otros" pero a la vez el ejercicio de la libertad que le otorga una conciencia critica capaz de una transformación social. La técnica de grupos operativos se centra en la movilización de estructuras estereotipadas, y de las dific ultades de aprendizaje y comunicación producidas por el monto de ansiedad que provoca todo cambio. Por dicha movilización captamos en el aquí-ahora-conmigo y en la tarea de grupo el conjunto de afectos, experiencias y

389

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

conocimientos con los que los integrantes de un grupo piensan y actúan, ya sea en el nivel individual o grupal. La estructura del Grupo Operativo supone la presencia del Equipo de Coordinación (Coordinador y Observador) y a menudo en la intervención comunitaria el Coordinador solo o el equipo de Cocoordinación (en el ámbito comunitario la presencia del Observador no participante suele ser persecutoria). Pero el Coordinador aun en su ausencia temporaria esta presente como significante. Es un buen indicador de la autonomía grupal el hecho que el grupo pueda desarrollar su tarea sin la presencia del Coordinador. El Coordinador es el que representa la Tarea (el Objetivo grupal) y con ello la significación de su presencia es: les recuerdo que hemos venido a realizar una Tarea y todo lo que se produzca tendrá una significación en relación a esa direccionalidad.

Conclusiones Desde su aparición en los años sesenta, la psicología comunitaria como una disciplina que nace a partir de movimientos sociales, se ha venido desarrollando como una ciencia capaz de entender los problemas sociales de un mundo cambiante y deseoso de aportar soluciones novedosas. Su propuesta interdisciplinar le ayuda a comprender que estas soluciones deben de encontrarse en conjunto con las demás disciplinas, estudiando al hombre desde un campo individual-grupal-grupal-individual, sin olvidarse de que ese individuo y ese grupo están condicionados al medio en donde viven y que cuentan con una historia y una cultura que los caracteriza. De esta manera la psicología comunitaria ha logrado un lugar dentro de las ciencias, además de aportar un profesional que cuenta con herramientas necesarias para el trabajo comunitario, el rol que ocupa el psicólogo comunitario de agente de cambio lo hace ocupar roles como coordinador de un equipo dedicado al trabajo comunitario o como un integrante de este. Notas de referencias 1 En América Latina la Psicología Comunitaria PC, es conocida comúnmente como Psicología Social Comunitaria PSC, (Montero,

390

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

1994: :21), la describe como una especialidad de origen reciente dentro de la psicología. En Estados Unidos surge en 1965 debido a la insatisfacción de los psicólogos preocupados por la orientación de la psicología clínica hacia la salud mental, la injusticia, la falta de equidad marcada por las diferencias sociales y las limitaciones del paradigma psicológico vigente para enfrentar estos problemas. El acontecimiento que históricamente marca el nacimiento oficial de la Psicología Comunitaria, como disciplina, es la conferencia de Swapscott, Massachussets, que es el punto de partida de la PSC realizada en 1965, donde nace oficialmente esta disciplina y donde se congregaron psicólogos para hablar sobre la formación de los profesionales de esta disciplina, para la intervención en el campo de la salud mental comunitaria. Se discutió también el rol y sus características en el campo de trabajo. A partir de ahí, se inicia una serie de programas de acción y publicaciones que registran sus primeras definiciones y logros, y casi inmediatamente se empieza a dar cabida a cuestiones y dudas de origen teórico y no será sino hasta diez años después, en la Conferencia de Austín, que se marca el cierre del primer periodo con el reconocimiento de la posibilidad de modelos alternativos de entrenamiento. Concluida esta primera etapa, la segunda transcurre de 1975 hasta 1989. 2 Rappaport, psicólogo norteamericano y fundador de la psicología comunitaria. Los fenómenos sociales y culturales de la sociedad norteamericana, los cuales evidenciaban anomalías en el funcionamiento de sus estructuras ( disfuncionalidad familiar, enajenación social, conflictos étnicos, olas migratorias hacia los Estados Unidos y la débil respuesta de los órganos de poder para enfrentar este fenómeno, profundización de las desigualdades sociales) fueron retos para las ciencias sociales como la sociología y la psicología. Esta última se enfrentó a un notorio incremento de desajustes mentales lo que obligó a intensificar su labor en el cuidado y propuestas de alternativas. La psicología clínica cedía espacio a otra concepción científica para abordar los problemas psicosociales fuera de las instituciones médicas y de salud. Rappaport introdujo una forma diferente para abordar estos fenómenos que evidenciaban una enfermedad social, más que psicológica. La definición dada, así como la demarcación del objeto de estudio, abrió nuevas posibilidades al quehacer científico y praxis de la psicología comunitaria lo que determinó en las nuevas maneras de estudiar y comprender la realidad

391

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

del hombre inserto en su entorno. Su perspectiva holística cobra mayor significado en la realidad latinoamericana de los inicios del tercer milenio, dada la complejidad del entramado social donde los hombres construyen sus identidades las cuales expresan las dinámicas de su desarrollo. 3 El tema de la investigación-acción ha aparecido con gran pujanza en los últimos tiempos debido a una serie de circunstancias históricas lo que ha condicionado su presencia en las investigaciones aplicadas. Los desajustes económicos y sociales que se visualizan en las inequidades, pobreza, creciente marginación, aumento de los índices de desempleo, entre otros, exigen la realización de investigaciones reflexivas las que han de apuntar no sólo a la interpretación de los fenómenos, sino también, a la propuestas de alternativas. Actualmente la investigación-acción se presenta como opción metodológica para el tratamiento del hombre en su relación con el entorno, una concepción que reclama su vínculo con la practica profesional. La investigaciónacción es un estilo de investigación abierta, reflexiva, democrática, comprometida centrada en la acción para la transformación. Las etapas y escuelas de la IA transcurren en el marco de la sociología de la intervención, principalmente. Kart Lewin y Paulo Freire considerados sus fundadores, el primero desde la psicología social y el segundo, desde la sociología comunitaria hacen significativos aportes que han trascendido en el tiempo y en el espacio. Las principales etapas de su desarrollo son: Nacimiento.—Diversos autores sitúan los comienzos de la investigación-acción en la obra del psicólogo social Lewin (1946), quien estudió las cuestiones sociales, las relaciones humanas y los cambios de actitudes y conductas. Estancamiento.— A finales de la década de los años 50 e inicios de los 60. En América Latina coincide con la etapa del desarrollismo económico y la falsa imagen de sostenibilidad social. Resurgimiento. –Década de los setentas. causas: Se aprecia la falta de aplicaciones concretas de la investigación. El auge de los métodos cualitativos para conocer la realidad desde la perspectiva de las prácticas sociales .La preocupación por conocer y descubrir las causas de los fenómenos sociales en el contexto de las comunidades. 4 Para la Antropología, la cultura es el sustantivo común "que indica una forma particular de vida, de gente, de un período, o de un grupo humano" como en las expresiones, la cultura mexicana o la cultura totonaca, expresando lo que podríamos llamar el concepto

392

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

antropológico de la cultura; está ligado a la apreciación y análisis de elementos tales como valores, costumbres, normas, estilos de vida, formas o implementos materiales, la organización social, esta acepción, aprecia el presente mirando hacia el pasado que le dio forma, porque cualquiera de los elementos de la cultura nombrados, provienen de las tradiciones del pasado, con sus mitos y leyendas y sus costumbres de tiempos lejanos. De manera que el concepto antropológico de cultura nos permite apreciar variedades de culturas particulares: como la cultura de una región particular, la cultura del poblador, del campesino; cultura de crianza, de la mujer de los jóvenes,, culturas étnicas, etc. Para la psicología comunitaria, el enfoque que sobre cultura ha dada la ciencia antropológica, le permite registrar, mediante el método etnográfico, los rasgos que distinguen a los grupos, minorías étnicas, comunidades para establecer un vínculo entre estos y los factores psicológicos y sociales. 5 La participación es uno de los principios básicos de la democracia, junto a los de igualdad, libertad, diversidad y solidaridad. Sin la participación, no es posible transformar la realidad, es parte de la historia humana, Hablamos aquí de participación a todos los niveles, sin exclusión previa de ningún grupo social, sin limitaciones que restrinjan el derecho y el deber de cada persona a tomar parte y a responsabilizarse por lo que acontece en la sociedad y en las comunidades. En este sentido, la participación no puede ser una posibilidad abierta únicamente a algunos privilegiados. Debe ser una oportunidad efectiva, accesible a todas las personas. Además, es preciso que ésta asuma formas diversas: participación en la vida familiar, de calle, de barrio, de ciudad, de país; y también de empresa, de escuela y de universidad; de las asociaciones civiles, culturales, políticas y económicas. La participación es, también, un derecho que no puede restringirse por razón de género, edad, color, credo o condición social, la participación es dada a todos como una condición para nuestro desarrollo. Para la psicología comunitaria, la participación se le presenta como un concepto que orienta el estudio de los comportamientos y actitudes.

394

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

Bibliografía Almeida E., Martínez M. y Varela, M. (1995). Psicología Social Comunitaria. Ed. Universidad Autónoma de Puebla, Universidad Autónoma de Yucatán. Ander-Egg E. (1983). “Técnicas de investigación social”. Ed. Humanitas, Buenos Aires Argentina. Ander-Egg, E. (1998).“Metodología y práctica del desarrollo de la comunidad”. Ed. Humanitas. Aranda, R. J. M., (1994). Nuevas Perspectivas En Atención Primaria De Salud. Una revisión de la aplicación de los principios de AlmaAta. Ediciones Díaz de Santos S. A. Arias, H., H. (1995). “La comunidad y su estudio”. PersonalidadEducación-Salud. Ed. Pueblo y Educación. Playa, La Habana, Imprime Madrid, España. Arteaga, B., C., (Coord). (2001). Desarrollo Comunitario. Universidad Autónoma de México. Escuela Nacional de Trabajo Social. Brandao, C., (1986) “Estructuras Sociales de Reproducción del Saber Popular”, edición OEA-CREFAL. Caracas E., y Mendoza, K. (1999). La Danza de los Santia gos de Huichila. Texto inédito. Castro, M. C. (1999). “La Psicología, los procesos comunitarios y la interdisciplinariedad”. Ed. Universidad de Guadalajara. México. Cerda, G. H., (1996). “La investigación Total”, Ed. Magisterio, Chile, 1989. CREFAL. Centro Regional de Educación Fundamental para América Latina. Páztcuaro, Michoacán, México. Chávez C. J., (Coord.). (2000). La participación Social en cuatro delegaciones del Distrito Federal. Ed. Universidad Autónoma de México. Escuela Nacional de Trabajo Social. Chávez, C. J., y Quintana G. L. (2001). La participación social en la ciudad de México: “Una redimensión para delegaciones políticas y municipios”. UNAM. ENTS, Ed. Plaza y Valdés, S.A. de C. V.

395

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

De la Riva F. (2001). “25 Provocaciones para la Participación Comunitaria”. Seminario- Taller, “Acción y Conocimiento”. Ponencia presentada en el III Congreso de Educadores Populares. Santiago de Cuba. 9-14 de febrero. Del Río, M. (1990). La Participación Comunitaria en Proyectos de Desarrollo. Universidad Nacional de Tucumán. Argentina. Dokecki, P. (1992). En Wiesenfeld (1994:51). Paradigmas de la Psicología Social-Comunitaria Latinoamericana. En Montero, M. (coord.,1994). Psicología Social Comunitaria. Ed. Universidad de Guadalajara. México. Fals Borda, O. (1979). “Acción comunal en una vereda colombiana”. Bogotá, Monografías sociológicas de la Universidad Nacional de Colombia. Fadda C, G. (1990) La Participación como Encuentro: Discurso Político y Praxis Urbana. Caracas: Universidad Central de Venezuela. Ferullo A. La participación como herramienta fundamental de trabajo en el campo de la Psicología Comunitaria: “Participación y poder”. Internet. Foucault y el Poder, 3ª Ed., Ediciones Coyoacán, México, 2000. Freire, P. (1974).Pedagogía del oprimido. México, Siglo XXI. Giménez, G. (1996). “La identidad social o el retorno del sujeto en sociología”. En Méndez, L. (Coord.) Identidad: análisis y teoría, simbolismo, sociedades complejas, nacionalismo y etnicidad. III Coloquio Paul Kirchhoff. Universidad Autónoma de México. Glosario de términos, (1984). Serie Salud para todos, No. 49 OMS, Ginebra. Hebermas, (1987), Teorías de la Acción Comunicativa, Madrid, Taurus. En Giménez, G. (1996:13). “La identidad social o el retorno del sujeto en sociología”. Hernández, E. (1994). Elementos que Facilitan o Dificultan el Surgimiento de un Liderazgo Comunitario. En M. Montero (Coord.) Psicología Social Comunitaria : Universidad de Guadalajara, México: 211-238.

396

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

Hernández, E. (1996). (coord.). Participación ámbitos, retos y perspectivas. Ed. CESAP. Venezuela. Illescas, N., I. (2003). El desarrollo de la Psicología Comunitaria en Xalapa. Revista. Enseñanza e Investigación en Psicología .CNEIP. Vol. 8, No. 1. Enero-Junio. Nueva Época. Págs. 185-197. Janssens, A. (1996). En busca de la Participación en y de la Iglesia. En Hernández, E. (coord.) Participación ámbitos, retos y perspectivas. Ed. CESAP. Venezuela. Linares, F., C., Correa, y Moras, (1996). “La participación: ¿Solución o Problema?, Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana, Juan Marinillo. Marchioni Marco. (1994). “La Utopía posible”, La intervención Comunitaria en las nuevas condiciones sociales. Ed. Benchomo. Islas Canarias. Martín-Baró, I. (1985). “Problemas de Psicología Social en América Latina”. Selección e Introducción de Ignacio Martín-Baró. Ed. UCA. San Salvador, El Salvador. Martínez M. M. (1997). La investigación cualitativa etnográfica en educación: Manual Teórico-práctico. Ed. Trillas. México. Martínez T.A. (2000). Metodología sobre los estudios culturales de comunidades. Monografía. Universidad de Oriente. Inédito. Martínez T.A. (2002) Globalización, cultura y desarrollo comunitario. Universidad de Oriente. Inédito. Méndez Eduardo, 1993. “Familia, Participación Social”, en “Familia, Salud y Sociedad”. Experiencias de Investigación en México. Ed. Universidad de Guadalajara. 1993. Montero, M., (1994). “Psicología Social Comunitaria, Teoría, método y experiencia”, Universidad de Guadalajara, Guadalajara, Jalisco, México Montero, M., (1996). “La Participación: Significado, Alcances y Límites”. En M. Montero y otros, Participación: Ámbitos, ritos y perspectivas. Venezuela: CEESAP.

397

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

Montero, M., (2003). “Teoria y Práctica de la Psicología Comunitaria”: La Tensión entre comunidad y sociedad. Ed. Buenos Aires, Piados. Monsiváis, C. (2001). Entrada Libre, Crónicas de la sociedad que se organiza. Ediciones Era, Biblioteca Era, primera edición 1987, 11ª reimpresión. OMS. (1981). Declaración de la Conferencia Internacional de Alma Ata. Atención Primaria a la Salud, Serie Salud para todos, No. 1 OMS, Ginebra. Porzecanski, T. (1983). “Desarrollo de Comunidades y Subculturas”. Ed. Humanitas. Buenos Aires. Argentina. Revista "Piragua", Instituto de Desarrollo Comunitario, Centro de Investigaciones Educativas "Graciela Bustillos" Guadalajara, Jalisco, México; y La Habana, Cuba. Rodríguez, L. (1998). “La salud mental comunitaria y la investigación de metodología. Revista” “Psicología y Salud”. Numero especial. Nueva epoca-agosto. Universidad Veracruzana. Pág. 39-42. Ruiz O., J., (1999). “Metodología de la investigación cualitativa”, Serie Ciencias Sociales, Vol. 15, Universidad de Deusto, Bilbao, 2ª. Edición. Ruiz, V. S. (2002). “La construcción de los proyectos de género con jóvenes de una comunidad rural”. Tesis de doctorado en Psicología Social, PWU. México. Rusque A, (2001). De la diversidad a la unidad en la investigación cualitativa. Ediciones FACES/UCV. San Martín, Hernán, (1988). “Salud y Enfermedad”. La Prensa Médica Mexicana, México D. F., 4ª Edición. Sanguineti, Y. (1981). “La Psicología Social en el Desarrollo Regional”. Ponencia presentada en el XXIII Congreso Internacional de Psicología. Acapulco, Gro. Sánchez, E. Y Wiensenfeld, E. (1994). “Psicología social aplicada y participación: metodología general”. Selección de lecturas de psicología de las comunidades, Facultad de Psicología, Universidad de La Habana.

398

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA

Tovar, M. A. (2002). “Psicología Social Comunitaria”. Una alternativa teórico-metodológica. Ed. Pla za y Valdés. S. A., de C. V. Turabian F., J. (1992). Apuntes, Esquemas Y Ejemplos De Participación Comunitaria En La Salud. Unidad Docente de Medicina Familiar Y Comunitaria De Toledo. Ediciones Díaz Santos S. A. Violich, F. (1971). Desarrollo de la comunidad y el proceso de planificación urbano en América Latina. Universidad de California.

399

Universidad de Oriente. Santiago de Cuba. CUBA