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TECNOLOGÍA CONSTRUCTIVA MATERIAL Y FORMA a usarse canto rodado con mortero de barro, en hiladas regulares y alternadas

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TECNOLOGÍA CONSTRUCTIVA MATERIAL Y FORMA

a usarse canto rodado con mortero de barro, en hiladas regulares y alternadas oblicuamente en las cuales el cimiento gana altura, se hace mas angosto y el paramento asemeja espigas horizontales, estilo que se mantiene asta los tiempos Chimús, tal como puede verse en las casas cercanas de Chan Chan.

La geomorfología de los valles y el clima, determinan los materiales para la construcción. Los materiales que han sido utilizados por los Moche fueron la arcilla, arena, canto rodado, grabas y arenas de diversa granulación, rocas de variada constitución y tamaño; caña brava, pájaro bobo, cortaderas, carricillos, algarrobos, los espinos, los zapotes, juncos, totoras, una notable variedad de gramíneas, etc.

La cimentación va conformando cuadriláteros, implicando la cubicación del espacio habitable; se notan sucesivos adosamientos y la ausencia de umbrales para los vanos de las entradas, fenómeno que se explica cuando vemos que las puertas estaban sobre el nivel del suelo, sobre la elevación del cimiento.

CIMENTACIONES Los cimientos en las ciudades y en los campos son de piedra, notándose que en las primeras 3 faces de Moche, se tratan de mampuestos rústicos asentados con barro y una minoría en seco.

Debemos aclarar que los umbrales altos, aparecen dando entrada a recintos cerrados, en cambio todos los accesos a los patios, vestíbulos y pasadizos carecen de este umbral sobre el nivel del suelo. También se puede pensar que al no tener puertas hojas para encerramiento, la elevación

Los cimientos eran de una elevación que alcanzan los 0.4m sobre el nivel del suelo con no mas de 0.2m de excavación, siendo de un espesor variado sin sobrepasar los 0.35m. En las 2 ultimas fases Mochicas notamos que la cimentación cambia pues comienza

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del umbral evitaba el ingreso de alimañas u otros animales indeseables.

la construcción de viviendas fueron de QUINCHA, es decir un material deleznable, de allí que no encontraremos sus restos , de caña, de totora, de varales de pájaro bobo, amarrados con cuerdas.

Una estera o una manta cubrirían los vanos en los momentos necesarios. PAREDES Y COLUMNAS

En las representaciones de los Huacos encontramos abundante información, sobre el uso de materiales, sobre los sistemas de amarre y adintelado y sus implicancias en la forma, deduciendo de todo esto que:

En cuanto a estos elementos de cerramiento tenemos el problema que se plantea en el terreno arqueológico. No se han encontrado paredes altas que puedan corresponder a viviendas comunes.

Las paredes no son laminares y delgadas.

No hay materiales derruidos en cantidades suficientes que nos permitan reducir las alturas, espesores y las formas originales.

gruesas,

son

Los soportes de carga están en el centro, para la cumbrera; y en los extremos para las soleras. También hay parantes de soporte que a la vez trabajan como jambas al borde de las puertas. Las aberturas o fenestracciones, en cualquiera de sus formas y funciones, solo pueden ser logradas por diversas aplicaciones de la técnica del adintelado de madera. En casas importantes, tanto las paredes como los techos fueron enlucidos con barro y arena fina, luego pintados con temas variados y de solución geométrica y figurativa.

No hay adobes junto a la cimentación ni restos de arruinamiento. No existen evidencias de que hayan existido muros portantes y/o hastiales en piedra o adobe, solo en algunos casos cercanos ala huaca del sol fueron hallados algunos muros hastiales muy delgados hechos con adobes pequeños.

Los soportes verticales de las cargas estaban al centro y a los extremos por la obligación estructurals que plantea COLUMNAS Se han encontrado columnas en las casas señoriales, estas eran de piedra y barro, o eran solo un madero enlucido de barro, o eran atados de caña brava también enlucida. Estas columnas concuerdan con la estructura de Quincha en su elasticidad para soportar fácilmente los esfuerzos tectónicos transmitidos desde el suelo.

Además la piedra y el barro no podrían explicar por si solos las fenestracciones caprichosas que exhiben los huacos en los vestíbulos. Entonces, recurriendo ala información pictórica de la cerámica como elemento de juicio, pensamos que la gran mayoría de las paredes usadas en

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Las columnas de estas construcciones son de sección circular con un radio que promedia generalmente los 34cm; suelen tener una base ligeramente mas ancha, de piedras mas grandes y asentadas en seco.

Ya anteriormente hemos tratado de explicar esta característica de los techos y creemos que todo se debe al tipo de material usado y al diseño tendiente a evitar el fuerte asoleamiento. En este parágrafo solo analizaremos las razones materiales. El material usado para el techo es conocido y debió ser extraído de las zonas ribereñas cercanas. Los de origen vegetal eran utilizados para dar flexibilidad ala estructura y mejorar las condiciones térmicas y de absorción de la cobertura. Para la cumbre se usaba un tronco fuerte, siendo en algunos casos de algarrobo o de otras maderas más apropiadas, existiendo muy pocos restos de la cumbrera, lo que nos lleva a pensar que dichos maderos debieron ser reutilizados por gentes posteriores.

Esta base no supera los 26cm de los cuales mas de la mitad están debajo del piso. El fuste mismo de la columna es cilíndrico en su totalidad y estuvo hecho con piedra de cerro y barro muy pastoso, fueron enlucidas, en unos casos hay restos de bruñido en el enlucido, en otros hay restos de pintura blanca. TECHOS Y CUBIERTAS El cerramiento superior de cada cubículo nos plantea de antemano una interrogante; ¿Por qué el techo es “a dos aguas” o inclinado, si no hay lluvias en la zona?. La respuesta mas común y aparentemente mas lógica que nos han dado los estudiosos, es que ello se debe a lejanas influencias serranas. A nosotros dicha respuesta nos parece un poco apresurada. Veamos.

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Del madero superior bajaban las viguetas hasta el alar, siendo estas de sauce, de algarrobo o de espino. Sobre las viguetas se ponía caña brava, estera de totora y un enlucido de barro. Que tal vez también sirvió para defender el material orgánico de la polilla o de otros insectos. La viguería del techo iba amarrada a los parantes de arriostre con fuertes cuerdas de junco, cabuya o totora, encontrándose restos en barro, a manera de moldes del enlucido, en la unión del techo y la pared, como si se tratase de un solo elemento, sin las diferencias que la arquitectura moderna reconoce.

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Según se observa en los huacos, los techos se disponían a una agua, o dos, o tres aguas; juntos o separadas, utilizándose las vertientes separadas, generalmente, para las casas mas grandes y de mas ambientes.

DISEÑO Y CLIMATIZACIÓN Es interesante ver como los antiguos constructores mochicas han respondido a las características del clima con bastante lógica, sencillez y cuidado. Así vemos, que, materiales y formas fueron utilizados armónicamente con el medio, para lograr una vivienda funcional y agradable.

Técnicamente es posible pensar que la disposición a una solo vertiente pudo tener su origen en las coberturas usadas en los “abrigos” del precerámico costeño, como defensa contra el viento frio y húmedo. Es aun mas; la cubierta tipo “choza”, de planta circular, a vertiente cónica (Engel, 1964) era hecha en esa forma por razones materiales, y que, al pasar ala planta cuadrada posterior, haya mantenido las inclinaciones laterales por razones de facilidad en su ejecución y por uso de materiales idénticos.

Los problemas a los que hay que responder, al hacer una casa, son derivados del fuerte asoleamiento, del viento húmedo de las tardes y de las radiaciones derivadas. Todo esto, dentro de la urdimbre de costumbres ya tradicionales ala sociedad norcosteña. Al hablar de diseño tal vez se pueda pensar que las acciones de este tipo, solo derivan de una apropiada formación académica; pero no es así, pues la experiencia del hombre es producto de acciones sucesivas, que a través de los tiempos van adquiriendo un orden dentro de la mente popular, hasta lograr sistematización y coherencia, de allí que, gran parte de las construcciones populares o monumentales del poblado andino, tengan tantas evidencias de haber sido planteadas racional, matemática y artísticamente.

Al hablar del techado, cubiertas y climatización, debemos hacer referencias a un tipo de ventana que aparece en las cubiertas o techos de las casas señoriales ventanas que ahora la conocemos con el nombre de “teatina”. En varias vasijas aparecen representas estas ventanas que también son tragaluces y que vendrían a ser el desarrollo localizado de los techos separados en la cumbre; es decir que, como lo vimos ya, fue practica común poner un lado del techo mas abajo que el otro para permitir el ingreso de aire y luz; ese mismo concepto aparece en el tipo de ventanas conocida como “Teatinas” las mismas que fueron usadas tan profusamente en tiempos virreinales.

A simple vista se diría que la casa es muy cerrada, poco iluminada, con techos y dos aguas como en la sierra, etc. Pero si analizamos el conjunto de funciones domesticas, diurnas y nocturnas, veremos que casi toda las acciones del día se realizaban fuera de la vivienda, aún las de cocina, derivando esto en que la vivienda no necesita una gran iluminación en el día. Además, no olvidemos que el concepto “iluminación”, es mas una respuesta cultural que humana.

Además del ingreso del aire, se trata de reflejar la luz en el cielo oblicuo de la ventana para proyectar al interior del recinto, con suavidad y orientación.

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En la mayoría de los casos, las representaciones ceramográficas muestran que existieron dos tipos de ambientes en la casa: uno, privado, con pocas y pequeñas ventanas altas, con “banquetas anchas en el interior; y otro, mas exterior y abierto con muy buena iluminación tamizada, posiblemente de uso grupal y diurno. Esto pondría en evidencia la diferenciación de respuestas arquitectónicas antes las funciones humanas y sus relaciones con el uso de la luz, la ventilación y las sombras suaves. En realidad se trataba de un vestíbulo, este ambiente de uso diurno.

al pie de la cumbrera y sean de barro en la cubierta. Entonces, los declives del techado solo pueden responder ala necesidad de reflejar el asoleamiento, antes que de absorberlo. De esta forma, también se lograba que las habitaciones cerradas guardasen temperatura moderada para la noche. En las poblaciones arqueológicas de Galindo, Bello Horizonte, San Idelfonso y Quirihuac en el Valle de Moche, o Pampa Grande en Lambayeque, se puede observar que la aglomeración de casas determina una “geometría compacta”, proporcionando un máximo de volumen, con poca superficie expuesta al asoleamiento del desierto pedregoso de la costa. También, mediante la agrupación solar, se aumenta las sombras, haciendo mas habitable el ambiente.

ASOLEAMIENTO Y RADIACIÓN Para controlar y/o contrarrestar el calor y el asoleamiento interior, así como la radiación del suelo los mayores problemas, retardaron el ingreso del sol elevando las ventanas, usando materiales térmicos como el barro, las cañas y la totora; materiales estos, de condiciones excepcionales para mantener temperaturas homogéneas entre el día y la noche.

Sabemos, los restos arqueológicos, que la cocina estuvo siempre al exterior de la construcción y con pocos cerramientos, controlando así la acumulación del calor desprendido del fuego hogareño. Junto a la cocina estaba el vestíbulo bien iluminado y ventilado y detrás de ambos ambientes estaban los otros cerrados y oscuros, obteniendo de esta manera un mejor flujo de temperaturas entre todos los ambientes. Finalmente, ante el frio y la humedad del suelo las –“banquetas” o “poyos” usados como asientos o camas, funcionaban térmicamente, por la elevación y por el material de que estaban hechos.

Sabemos que el asoleamiento y la condensación del calor en superficies horizontales planas, es mayor que en las oblicuas, de allí que pensamos que los techos a dos aguas, es decir inclinados, obedecen a razones de diseño climático y a la falta de maderos largos, antes que a influencias serranas, pues, no se explicaría, porque estos techos tengan grandes aberturas

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LA ORIENTACION, LOS VIENTOS Y EL TALUD Las casas cercanas ala orilla marina tienen una orientación muy rigurosa: Dan la espalda al mar –o sea al Sur–, disponen los vestíbulos al Norte y las fenestracciones son siempre laterales y altas, de suerte vienen del mar, no

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tienen acceso directo a la vivienda. Controlada así la humedad ambiental, se obtenía una iluminación lateral de Este a Oeste.

porque para hacer las casas, primero hacían angostas terrazas domésticas, siguiendo las curvas de nivel y uniéndose lateralmente. Al final, esto debió significar hermosos juegos de volúmenes en las laderas de los cerros.

Cuando las casas eran grandes –según el techo– tenían en la parte superior de techado una abertura a todo lo ancho del recinto central, entrando por allí, al medio día, aire y sol, regulando de esa forma la salubridad interna.

Como se habrá podido observar, el marco físico donde se asentaron los pobladores, proporciono posibilidades y opcionales sin carácter determinante o imperativo y fue el ingenio del constructor nativo el que tuvo que decidir sobre la creación de sus ambientes habitables, de acuerdo a sus funciones. En todo caso, el conjunto de respuestas para controlar el clima fue una decisión cultural.

La prueba de que el constructor mochica hacia sus viviendas de acuerdo al clima y aun del microclima, se da cuando vemos que en las casas hechas en las laderas y quebradas, donde hay tanto calor, estas cambian de orientación; dan la espalda al cerro y miran hacia el valle o a la quebrada, de donde reciben una ventilación suave, con brisas de valle y con una iluminación variada, siendo frontal solamente al atardecer.

CANALES DE REGADÍO Veremos el desarrollo de los canales de irrigación como fenómeno paralelo al crecimiento poblacional. Iniciando a lo largo del río Lambayeque, la acequia Lemepe o Río Reque será útil para irrigar toda la zona sur del valle habitado por los Moche.

Con esta orientación también se logra que los vientos fuertes que soplan al atardecer, de los Andes al mar, no depositen arena fina en la vivienda, ni que se enfríe la casa, dad la mediterraneidad, en la noche.

Luego se desarrollan canales menores que ayudan a expandir zonas de cultivo cerca a los sitios habitados, Pampa Grande y Sipán; y que además llevan aguas al valle de Zaña.

En cuanto a la ubicación misma de las casas, se nota que prefirieron las suaves pendientes de los conos de deyección, formando grandes concentraciones de asentamientos, concurrentes a varios patios amplios. También se asentaron en los pronunciados taludes de los cerros, formando aglomeraciones, ya no “radiales”, sino “longitudinales”,

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Pero la expansión más importante se hace hacia el norte, primero hacia las tierras de las Pampas de Chaparri, entre los ríos Chancay y La Leche; se construyen los canales Racarumi 1 y 2, a cada lado de la Pampa para proveer

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de agua a los cultivos como a otras tierras. Otro importante canal en el valle es el Taymi que sirve con dos brazos a las tierras del norte, durante el apogeo del área de batan grande, la sociedad de Sicán amplio la red local de canales que salen del rio La Leche.

El canal hacia Túcume, se ramifica en medio del sitio de Batán Grande, al mismo tiempo que otros canales llevan aguas aun más al norte. Tanto así que estos rasgos esenciales del Chancay se reconocen aun hoy con sus aguas y en su cauce que se ha construido el reservorio de Tinajones que brinda agua y electricidad al valle. En épocas prehispánicas había una mayor explotación de los espacios entre valles, o de zonas desérticas en los bordes de valles, en la actualidad muchas de estas acequias han sido desafectadas o destruidas.

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ESTÉTICA

La cerámica Moche presenta dos estilos muy bien diferenciados que son el escultórico y el pictográfico.

que denotan una mezcla entre lo subjetivo y lo objetivo. Se ha encontrado objetos de cerámica que no solo podían ser representaciones de casas o de edificios importantes sino también “modelos” para construcciones en otros lugares no metropolitanos, otros estudiosos afirman que eran juegos con un frijol que recorría los diferentes habitáculos , tal como aun se hacen enalgunos lugares de la cierra norteña; para Radicatti se trataría de un sistema de calculo parecido al ábaco ya que no tenia ventanas y puertas ni otros elementos arquitectónicos propios de una edificación.

La cerámica escultórica, por el pequeño espacio del que dispone el artesano presenta una o dos personajes adaptando su necesidad de espacio al volumen del recipiente, a este estilo pertenecen los “huaco retratos” que rinden culto a la personalidad y estados de ánimo así como otros que reproducen con cierta fidelidad las riquezas del entorno natural.

La cerámica pictográfica permite al dibujante mostrar grandes escenas de todo tipo, hecha con pinceles finos a mono segura y sin enmiendas, el dibujante representa lo que sabe de su modelo.

ICONOGRAFÍA Para la civilización mochica, el arte mural representaba una expresión artística muy importante que permitía a la élite transmitir al pueblo una codificación simbólica de su propio poder. Por ende, más allá de un rol

El realismo y objetividad de los motivos en la cerámica Moche es muy variable ya que se han encontrado ceramios

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decorativo, desempeñaba una función de vector ideológico, fundamental para esta sociedad sin escritura textual. La importancia del adorno mural en esta sociedad llevó el autor a estudiar su proceso de elaboración con una herramienta aún poco utilizada: la arqueometría. Desarrollando investigaciones físico químicas sobre la policromía de la huaca de la Luna, de la huaca Cao Viejo, del complejo de Castillo de Huancaco y de la Plataforma funeraria de Sipán, se han podido adquirir datos inéditos en cuanto a la tecnología pictórica y a la identidad de los artesanos pintores mochicas.

La visión de los que ejercitan y detentan el poder muestra un movimiento paralelo de dos grupos humanos que actúan en dos niveles diferentes y de dos formas jerarquizadas fundando y desdoblándose en movimientos en “L” constantemente. PINTURA Los vestigios de esta expresión artística se encuentran plasmados sobre todo en edificios «sagrados» monumentales, y en los sitios donde se realizaban ceremonias, centro de la autoridad, vinculando entre sí los distintos conceptos de una ideología religiosa precisa. Así, los adornos pintados mochicas están reservados en su mayoría a los edificios rituales o huacas. Estos murales se encuentran pintados sobre las paredes internas y externas de los templos para impactar un público lo más amplio posible.

Para entender el uso del tiempo y su representación hay dos grandes variables para observarlo, una frontal y desde abajo y otra de acuerdo a los tránsitos y movimientos de los que están arriba. La primera es del pueblo en un tiempo presente y la segunda es la que manejan los que detentan el poder y sus símbolos pretenden ser la eternidad.

Los artistas mochicas han utilizado modos de representaciones ancestrales

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y contemporáneas, pero con reinterpretaciones y adaptaciones singulares del mensaje que querían entregar. Las escenas pintadas sobre los monumentos constituyen un lenguaje narrativo codificado dictado por la clase gobernante. El artista se encuentra entonces al servicio de la élite para transmitir un mensaje al cual adhiere él mismo.

Este discurso ideológico se expresa sin palabras, pero con códigos iconográficos precisos y explícitos que se convierten en un lenguaje (Bawden, 1996). Entonces, los conjuntos arquitectónicos y sus adornos son dedicados al culto a las divinidades y a las ceremonias asociadas.

Vestigios de policromía mural fueron descubiertos sobre todo el territorio mochica. A pesar de la existencia de identidades regionales, los temas iconográficos son muy similares, ilustrando principalmente el panteón mochica, con varias representaciones de la divinidad principal, y el Tema de la Ceremonia de Sacrificio, etapa central de la religión mochica.

Su libertad de creación es limitada, en la medida en la cual utiliza códigos preestablecidos e impuestos por la élite (Morales, 2003). Utiliza también normas para los colores, con una paleta cromática compuesta por cinco colores de base, más o menos saturados y a veces mezclados: rojo, amarillo, negro, azul-gris y el blanco a menudo como color de fondo. El arte mochica permite así notificar y explicar al pueblo el rol de la élite. Se vuelve un medio de comunicación privilegiado que impacta el subconsciente, transmitiendo un mensaje claro del poder y del orden social.

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Las élites de cada valle han adoptado y respetado una ideología común, para mantener una unidad política sobre todo el territorio (regiones sur y norte).

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