Los Antiguos Mexicanos

Aldo Rodríguez López | Grupo 618 | Pensamiento filosófico de México LOS ANTIGUOS MEXICANOS El texto de Miguel León-Porti

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Aldo Rodríguez López | Grupo 618 | Pensamiento filosófico de México LOS ANTIGUOS MEXICANOS El texto de Miguel León-Portilla empieza por explicar el origen de la civilización, donde se señala que se transmitía a través de aquella tradición oral. Se explica que creían por medio de su leyenda de los Cinco Soles, en que antes del Quinto Sol en el que vivían habían existido otros cuatro, donde existían otras formas de vida pero éstas que al ser débiles perecían hasta la llegada de un nuevo Sol, cuando adoptaron formas mejores, más fuertes o con una mayor adaptación. Quezalcoátl fue uno de los encargados de restaurar a los seres humanos además de proporcionarles su alimento, él busca los huesos preciosos para formar a los seres humanos y con la ayuda de una hormiga encuentra el lugar donde estará el alimento, es decir el Tonacatépetl. En el subcapítulo Los más remotos orígenes se explican el origen de estas personas del lugar Tamoanchan que previamente habían llegado por las orillas de “Panutla”. Tamoachan puede considerarse de algún modo origen de la cultura en el México Central. Estos pobladores llegarían a Teotihuacan lugar donde según las leyendas habíase generado el Quinto Sol, lugar donde se había lanzado al fuego Nanahuatzin y Tecuciztécatl para crear al Sol y a la Luna. Teotihuacán fue durante el periodo clásico una gran ciudad, de la que aún no se han señalado convincentemente las causas de su desaparición y su ruina siendo aún así una de las grandes ciudades esplendorosas. Los pobladores de Teotihuacán moviéronse a otros lugares al saber de la posible ruina de su ciudad, y fue así que Tula se convertiría en otra zona de un nuevo importante brote cultural, y entonces a partir de este punto se puede señalar que los habitantes de la antigua ciudad eran antiguos toltecas, y los que ahora se mencionan serían los toltecas recientes. Entre estos toltecas hubo un sacerdote que también tuvo por nombre el de la divinidad Quetzalcóatl quien formuló una nueva doctrina teológica, la del dios dual Ometéoltl, y dado esto quería mantener la pureza del culto rechazando la postura de los sacrificios humanos, y después de ser acosado y una larga serie de hechos decidiose por marchar, y junto a él lo acompañaron otros toltecas que habían aceptado su culto y tradición. Se dispersaron algunos de ellos en el Valle de México y otros lugares cercanos, mismos que formaron nuevos focos de cultura de raigambre tolteca. El pueblo Azteca fue el último pueblo nómada que se acercó hasta llegar al Valle de México donde se encontraban ya asentadas otras poblaciones, como las de Coyoacán, las de Xochimilco, Azcapotzalco, etc. A la llegada de éstos Aztecas ellos decidieron pedir refugio con los de Culhuacán, pero en una ceremonia de los Aztecas cuando ofrendaron a la hija del rey de Culhuacán y fue sacrificada el rey

decidió perseguir a los Aztecas por el acto que habían cometido. Cuando huyeron lograron encontrar el islote en el lago de Texcoco para fundar su gran ciudad, a pesar de que aún ahí siguieron siendo uno de los pueblos sometidos por los de Azcapotzalco. Tlacaelel decidió cambiar la situación de su forma de vida iniciando la guerra aliándose con otros sometidos como los Texcocanos, de forma que pudieron ganar, y fue gracias a la Triple Alianza que se convirtieron en un pueblo muy poderoso. Por una nueva señal de los dioses algunos de los sabios habían decido marcharse, ellos eran los que tenían lso códices y por lo tanto el saber, pero cuatro tlamatini se habían quedado y con ellos lograron redescubrir la antigua sabiduría, entonces inventaron la cuenta de los destinos, los anales y la cuenta de los años, el libro de los sueños. Los códices son un registro de sabiduría muy importante para esta cultura, hubo de varios tipos: los numerales, los calendáricos, los pictográficos, los ideográficos y los fonéticos. La representación de los números fue un sistema complicado, a través de glifos numerales. La escritura calendárica con veinte glifos comenzó por un carácter pictográfico que se transformó en ideográfico. Los códices tuvieron que ser acompañados por la explicación oral que se transmitía a través de generación en generación, puesto que conscientes de que no todo se podía dejar con claridad en el papel tenían la necesidad de enseñarlo a través de la tradición oral. Los aztecas fueron un pueblo que fue sometido, pero al ser fuertes y guerreros lograron salir de ese sometimiento, gracias a Tlacaelel. Los aztecas estaban empeñados en encontrar y exaltar sus propias raíces históricas; también usaron la historia como medio de dominación, porque se señala que quemaron códices y pinturas de los pueblos conquistados así como las de ellos puesto que ahí aparecen como sometidos o pueblo débil, y la imagen para controlar debía ser otra. Motenehuatzin hace eco a sus palabras insistiendo en que flor y canto es la riqueza y alegría de los príncipes. Los antiguos hicieron reflexiones acerca de “Flor y canto” como lo que realmente es verdadero, donde se busca una anhelante raíz en qué poder cimentarse.