Libertad Emocional Como Superar Una Ruptura de Pareja 3

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LIBERTAD EMOCIONAL: COMO SUPERAR UNA RUPTURA DE PAREJA.

Autor: Oscar A. Perla

MANUAL PARA NO MORIR DE AMOR

FUNDAMENTACION TEORICA LAS RELACIONES DE PAREJA Las relaciones de pareja corresponden a una de las relaciones más intensas que se pueden establecer entre seres humanos, corresponde al vínculo de mayor significación fuera de la familia de origen (Maureira, 2011). Sin embargo, su formación no resulta fácil pues los dos miembros que la componen deben construir una identidad particular para lograr la integración y acomodación de ambas individualidades. Pineda (2005) señala que cuando se consolida una relación y se crea un proyecto de vida en común, ambos miembros de la pareja deben encarar cambios importantes en su estilo de vida y en el sistema de seguridad emocional de cada cual a fin de lograr un acoplamiento mutuo. De ese modo, en la pareja se abre un espacio de vinculación en el cual los demás quedan excluidos; así, perder a una pareja es perder una fuente de seguridad. De modo similar, la amenaza de pérdida despierta ansiedad y la pérdida efectiva ocasiona pena, tristeza, mientras que cada una de éstas situaciones es posible que despierte rabia (Bowlby, 1995). Las consecuencias de la ruptura de pareja, se ha estudiado generalmente en relación a divorcio, sin embargo, el fenómeno es común en personas jóvenes que aún no han tomado la decisión de casarse, aun cuando mantienen relaciones serias y estables con sus parejas. Según un estudio realizado por la Universidad Diego Portales en Chile, los jóvenes de entre 18 y 25 años poseen relaciones vinculares amorosas más estables y de mayor duración que las de la adolescencia. Las relaciones de pareja estables en esta etapa no sólo son una motivación personal, sino que también una ayuda a la inserción social (Muñoz & Cruz, 2012). Sin embargo, la ruptura es frecuente durante el noviazgo que caracteriza este período de la vida (Pinto, 2013), por ejemplo, Rhoades, Kamp, Atkins y Makman (2011) encontraron que el 36,5% de una muestra con 1295 participantes jóvenes, terminó una o más veces su relación durante el lapso de veinte meses

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A pesar de la emocionalidad involucrada en la relación de pareja, las dificultades para lograr el acoplamiento lleva a que por una serie de razones, como los celos, la incomprensión (Pinto, 2008a), conflictos derivados de las diferencias de género, la falta de compromiso de una de las partes, la falta de metas conjuntas, entre otras causales, la pareja finalmente deshaga su relación. El rompimiento de este vínculo íntimo, sobre todo cuando se percibe como una relación estable, va a ser vivenciado por los individuos con altos niveles de estrés (González, 2001); incluso Holmes y Rahe (1967) lo ubican como uno de los hechos más estresantes de la vida de una persona atrás la muerte de un hijo o un cónyuge. Peñafiel (2011) afirma que la ruptura de pareja se caracteriza por ser una de las experiencias más dolorosas que puede sufrir una persona a lo largo de su vida y Rojas (1994) incluso la describe como una de las más traumáticas, amargas y penosas que pueden sufrir los seres humanos, se quejan de no poder dormir, de haber perdido el apetito, de ser incapaces de concentrarse en el trabajo, o incluso de llorar a menudo sin razón aparente, y en algunos casos, recurren al alcohol, a las drogas o a los tranquilizantes para apaciguar el dolor y ausentarse emocionalmente. Peñafiel (2011) agrega que el nivel de estrés no sólo está dado por la ruptura en sí, sino también por toda Ruptura de pareja, afrontamiento y bienestar psicológico en adultos jóvenes, la serie de modificaciones tanto personal, familiar, económico y social que sobrevienen a ella. De ese modo, la ruptura de la relación afecta la sensación de bienestar de la persona, sobre todo cuando uno de ellos se niega a aceptar el quiebre, no se desvincula totalmente de él/ella y trata de seguir formando parte de su vida, deteniendo el proceso de elaboración de la pérdida (Doménech, 1994).

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Pinto (2008) afirma que raras veces ocurre que ambos componentes estén de acuerdo con el fin de la relación; por lo general, uno de ellos sigue amando mientras el otro no, por lo que hay que considerar los procesos emocionales que siguen a una ruptura como un verdadero proceso de duelo. Considerando entonces que la ruptura de pareja es un estresor relevante en la vida de un ser humano, podemos suponer que la persona percibe que dicha situación sobrepasa sus propios recursos y atenta contra su bienestar personal. Frente al estrés, las personas desarrollan una serie de formas de afrontamiento, con el fin de manejar las demandas específicas externas y/o internas que son evaluadas como excedentes o desbordantes de sus recursos. Las estrategias de afrontamiento son entonces un tipo o una forma particular de hacer frente a una situación estresante de acuerdo a las circunstancias y se pueden clasificar en centradas en el problema, donde el sujeto intenta cambiar el medio o el problema a objeto de disminuir la amenaza, modificando o eliminando sus factores; centradas en la emoción, donde el sujeto se esfuerza por regular sus emociones que derivan de la situación, considerando que no es posible modificarla. Los estudios muestran que el género femenino se centra más en la emoción, y el masculino más en el problema (Casado, 2002). Según Hofstein (2009) esta diferencia de género podría estar influenciada por patrones de socialización. En las mujeres se hace una apertura social hacia la expresión de sentimientos y la comunicación. En los hombres, al contrario, se le incentiva la inhibición de sus emociones y el desarrollo de la autonomía.

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Aparte de las estrategias centradas en el problema y en la emoción, han cobrado interés en las investigaciones las estrategias de evitación, que son aquellas que permiten escapar del problema, reduciendo la ansiedad y el estrés permitiendo un reconocimiento gradual de la amenaza, lo que en ocasiones podría traer consecuencias positivas, sobre todo cuando trata de situaciones incontrolables donde no hay posibilidad de conducta instrumental; sin embargo, de acuerdo a Rodríguez, Pastor y Lopez (1993), la reducción en los niveles de estrés proporcionada por la evitación puede no ser productiva si no permite la asimilación y resolución de la situación estresante. Una descripción más fina de las distintas estrategias de afrontamiento la entregan Tobin, Holroyd, Reynolds y Kigal, (1989), quienes describen ocho estrategias específicas diferentes. Estas son: a) resolución de problemas, encaminadas a eliminar el estrés modificando la situación que lo produce b) reestructuración cognitiva, modifican el significado de la situación estresante c) apoyo social, referidas a la búsqueda de apoyo emocional d) expresión emocional, encaminadas a liberar las emociones que acontecen en el proceso de estrés e) evitación de problemas, que incluyen la negación y evitación de pensamientos o actos relacionados con el acontecimiento estresante f) pensamiento desiderativo, que reflejan el deseo de que la realidad no fuera estresante g) retirada social, retirada de amigos, familiares, compañeros y personas significativas asociada con la reacción emocional en el proceso estresante h) autocrítica, basadas en la autoinculpación y la autocrítica por la ocurrencia de la situación estresante o su inadecuado manejo. Por su parte, el bienestar del individuo, afectado por el proceso de ruptura, requiere también ser explorado. Vázquez, Hervás, Rahona & Gómez(2009) distinguen entre el bienestar subjetivo, referido a la presencia de afecto positivo y la ausencia de afecto negativo y el bienestar psicológico, referido a vivir de forma plena y al desarrollo del potencial humano.

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LA VIDA EN PAREJA Y LA SEPARACIÓN COMO EXPERIENCIA VITAL TRASCENDENTE: La vida en pareja tiene distintas dimensiones de trascendencia, en los diferentes niveles en que se desarrolla la experiencia humana. Hoy sabemos que una buena vida en pareja es mucho más sana en varios aspectos, tanto biológicos como psicológicos. Sabemos, también, que las relaciones que mantenemos con nuestra pareja, sean éstas buenas o malas, afectan todas las esferas de la vida de cualquier ser humano, el trabajo, las relaciones con la familia extensa e incluso las relaciones con uno mismo Un nivel de trascendencia de esta relación se sitúa en los aspectos individuales de los miembros que la componen. En la relación de intimidad afectiva que se establece con otro, cada miembro de la pareja va construyendo un espacio relacional en el que despliegan, refuerzan o descubren aspectos propios a su identidad. Estela Troya (2000) al referirse a lo que representa la relación de pareja señala que de ella dependen algunas de las interacciones que hacen sentirse vivo o muerto en vida. Participa en la posibilidad de crecer y proyectarse, y en la construcción de la identidad personal, sexual, profesional, social y cultural" Cuando dos personas emprenden una vida en pareja, los proyectos y anhelos de cada uno respecto al futuro se encuentran y así, se enfrentan al desafío de definirlos en conjunto, ahora que la vida de cada uno se encuentra ligada a la del otro, el modo en que se definen ciertos aspectos de sí mismos y se plantean la vida, se encuentra entonces vinculado a como han decidido construir su relación de pareja. Esta relación se alimenta de la construcción de proyectos comunes y expectativas compartidas respecto del futuro. La posibilidad de proyectar la vida junto a otro, de definir los propios planes y aspiraciones a partir de

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aquellos que son comunes, va constituyendo un aspecto importante de la propia individualidad. Es un proceso recursivo, en el que los aspectos de pareja y los individuales se van nutriendo recíprocamente, constituyéndose la relación de pareja en una experiencia transformadora. CUANDO LA RELACIÓN DE PAREJA TERMINA Cuando la relación en pareja termina, aquellos que la componían deben enfrentar la difícil tarea de redefinir aspectos importantes de su individualidad. Sin duda, para aquél o aquella que no quiere dejar la relación o que está, respecto del otro, en una etapa anterior del proceso de separarse, y por tanto, de hacer el duelo por ello, esta redefinición se hace más difícil. La reconstrucción del futuro" requiere de dejar atrás los proyectos e ilusiones que eran parte de sí mismo, cuando pertenecía a esta relación, y este proceso toma tiempo. Los roles y los aspectos de la identidad de cada uno, que se encuentran asociados a la vida conyugal o de pareja, con la ruptura de la relación también se pierden. La historia, las pautas y dinámicas relacionales, que ellos han construido a lo largo de su vida como pareja, han ido configurando aspectos relevantes de cómo cada uno de ellos se vivencia a sí mismo. Con la disolución de la pareja, cada uno pierde al otro como un referente, que mantenía y confirmaba algunos de los aspectos que formaban parte de su imagen personal Se enfrentan entonces a la incertidumbre y confusión inicial respecto a cómo definir se a sí mismo. Por algún rato es necesario tolerar que el pasado se cuestione, que el presente sea incierto y que el futuro haya que inventarlo de nuevo. Esto, podría no ser diferente de lo que ocurre cuando la pérdida de la pareja es por muerte

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Sin embargo, a diferencia del término de una relación por muerte, en la separación conyugal, la pareja se termina, pero ambos siguen existiendo, por lo que la angustia frente a la pérdida del proyecto, del futuro, de los sueños, de las ilusiones y de la imagen de sí mismo, como pareja del otro, puede ser mitigada con la fantasía de que ese otro u otra pueden ser quienes posibiliten esa continuidad. Esto puede implicar mantener la puerta entreabierta" en la relación con el otro, con la idea de que de algún modo volveremos a juntarnos de nuevo. La relación fue mala, pero las consecuencias al terminarla son tan malas o peores” La pérdida de la relación de pareja representa un gran impacto en la individualidad de cada uno de sus miembros. Resulta entonces comprensible que sea fácil aferrarse a la pareja, más allá de la evaluación de los costos de seguir vinculados o incluso de los afectos o de la ausencia de afectos amorosos Y eróticos entre quienes la forman. Si continuamos entonces la reflexión acerca de qué hay en la relación de pareja que la constituye en una experiencia tan vital para los seres humanos, necesariamente tenemos que detenernos en lo que significa a nivel relacional ser pareja y las pérdidas asociadas a dejar de serlo. En tanto unidad relacional, la pareja proporciona la vivencia de completud con el otro. Siguiendo a Biscotti (2006) el otro o la otra tiene eso que, por lo menos imaginariamente creemos que nos falta y así podríamos lograrlo, por lo tanto es también un reflejo de nuestra incompletud. Tanto el presente como el futuro de la pareja incluyen un intercambio relevante para ambos, un darse cosas importantes en el ámbito relacional, darse uno mismo y no simplemente hacer cosas juntos". Ese intercambio nutricio en el campo relacional en el que cada uno aprecia lo que obtiene del otro y se nutren mutuamente y está orientado hacia el futuro (Campo y Linares, 2002) es lo que distingue y da sentido al vínculo de pareja. Cuando las parejas sienten que ni dan ni reciben del otro, y que la falta de reciprocidad en la entrega se transforma en la pauta relacional básica, la posibilidad de permanecer juntos se hace difícil. Sin embargo hay parejas que pese a los problemas de la vida cotidiana que va sorteando, se mantienen unidos y logran ciertos grados de satisfacción. Esta situación podría explicarse por medio del amor" (Eguiluz, 2007).

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La mayoría de las veces el amor es parte fundamental de la vida en pareja. La vivencia de amar y ser amado es un aspecto básico de esta relación. El amor y la búsqueda de éste constituyen un motor y una experiencia que da sentido a la vida. La pareja romántica" o moderna" se funda en este sentimiento para la elección del compañero o compañera y en la falta de éste para su disolución (Troya, 2000).

No resulta sorprendente que todo el mundo lo desee… como si se hubiese Conocido el amor anteriormente y apenas se pudiese recordar, pero uno se siente obligado a buscarlo sin pausa, como si fuese la única razón por la que mereciese la pena vivir. Sin amor, la mayor parte de la vida permanece apagada. Por desgracia, nada es tan fascinante como el amor (Kureishi, 1999).

Pareciera entonces necesario incorporar la dimensión amorosa en la fundamentación de la trascendencia relacional de ser pareja. La experiencia del amor, de amar y ser amado como un sustento importante del vínculo de pareja, y sobre el que se articulan las demás dimensiones. Actualmente la pareja se construye a través del amor, pero también resulta evidente que ese sentimiento no lo es todo" (Beck, 1990, en Eguiluz, 2006 El desamor y el dolor también son una experiencia trascendente de la vida en pareja. Cuando se pierde la pareja se pierde una parte importante del sentido que la vida en pareja da. Mientras más significativo es lo perdido, más duele. He aquí una dimensión que complejiza la comprensión del dolor por la pérdida de la pareja. El desamor es una experiencia dolorosa Tanto para quien deja ser amado como para el que deja de amar.

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Para muchos, la relación de pareja es concebida como una unidad imprescindible para la existencia de una familia, por lo que cuando la pareja se disuelve, se pierde simultáneamente el sentido de familia construido a partir de ella. De ese modo, la vivencia es de una doble pérdida: en la medida que el concepto de familia incluye a un padre y madre viviendo bajo el mismo techo, se pierde a la pareja y a la familia a la vez. Por supuesto, la pérdida y el dolor son menores para quienes creen que la definición de familia no pasa necesariamente por la cohabitación, ni por la existencia de una pareja a la cabeza de ésta. Como siempre de una definición se desprenden conductas, la definición de perder pareja es igual a perder al padre, implica modos de enfrentar la pérdida que con mucha facilidad convierten a esas separaciones en Rupturas difíciles o destructivas Sin embargo, en la relación de pareja se ponen en juego otros aspectos muy relevantes para quienes forman parte de ella, aspectos que van más allá de la paternidad y de la cotidianeidad compartida. Dado que en nuestra cultura, habitualmente, estar en pareja" se encuentra asociado a tener hijos o al proyecto de tenerlos en el futuro y a vivir juntos, resulta natural" que la pareja sea un vínculo de gran importancia. Esto ocurre a pesar de que los hijos y la convivencia no son lo que esencialmente define estar o no estar pareja. Pues, como dirán Campo y Linares (2002) el pleno sentido de la pareja se alcanza en sí misma, y no en función de una parentalidad que, aún siendo importantísima, puede funcionar al margen de la relación conyugal" El estar en pareja trasciende además en una dimensión social. Hombres y mujeres adquieren un status particular, en tanto pareja, cónyuge, esposa o esposo de otro existe un reconocimiento social asociado al hecho de tener una pareja estable. Ser pareja de alguien implica haber sido elegido por esa persona para establecer una relación afectiva importante y de ese modo poder ser reconocido, por sí mismo y el entorno, como alguien digno de poseer un vínculo significativo. Ser alguien querible, amable, apreciable y valorable por otra persona. Pertenecer a una relación de pareja y mantenerla en el tiempo, es apreciado socialmente.

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En nuestro contexto cultural en el que prima el anhelo del control sobre la vida y la búsqueda de la perfección, la estabilidad en la relación de pareja representa un indicador más del éxito en la tarea de lograr las aspiraciones socialmente valoradas. Es así como, a partir de esa lógica, a menudo las rupturas relacionales son significadas como un fracaso. Esa significación influye en el modo en que los miembros de la pareja logran enfrentar las pérdidas asociadas a esta situación y organizar su vida con posterioridad, ya que tenderán a hacerlo cargando con el estigma del fracaso respecto de las expectativas sociales. Vivir en pareja es una experiencia deseada por hombres y mujeres, que conecta con la completud, con la totalidad, pero a la vez con la incompletud y con la vulnerabilidad. La pérdida de la pareja nos conecta con esa vulnerabilidad, pues implica transitar por la experiencia de “soledad emocional" (Davison, 2006) que surge de la experiencia de vivir las múltiples pérdidas que trae la separación

Estar en pareja es maravilloso, necesario, trascendente y, a la vez, amenazante, temiblemente restrictivo

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LA RUPTURA DE LA PAREJA Y EL PROCESO DE DUELO El duelo es el proceso psicológico de la adaptación a una pérdida, pues toda pérdida produce una herida emocional, un daño al organismo" (Velasco y otros, 2004) Tizón (2004) describe cada una de las tareas que debe cumplir una pareja durante el proceso de separación mientras atraviesa por el proceso de duelo y elaboración de las pérdidas:    

Aceptar el término de la relación Tolerar el dolor por las pérdidas que ésta conlleva La readaptación al medio La reubicación de la ex pareja en el mundo interno y externo de ambos

Una vez logradas estas tareas, la pareja deja de estar vinculada por el amor o por la experiencia del desamor de pareja y puede mantener el vínculo desde la amistad o la relación más esporádica. El proceso de duelo no comienza al momento de la separación física. Por lo general, para ambos miembros de la pareja que se disuelve, el proceso de duelo se ha iniciado durante la convivencia. En ese período, van perdiendo la idealización de su pareja y la imagen que poseían de ella. Van perdiendo progresivamente la sensación de sentirse comprendidos, de resonar emocionalmente con el otro, y la confianza en su capacidad para resolver juntos los conflictos. Cada uno va perdiendo la posibilidad de contar con el apoyo del otro y de una relación que pueda representar el refugio ante las tensiones y los desafíos del mundo exterior. La conciencia de este proceso puede ser vivido en tiempos diferentes por cada uno de los miembros de la pareja, lo que a menudo origina un desfase entre ellos y un desencuentro profundo en la vida de pareja. Este proceso de desamor es en algunos casos invisible, silente desde el punto de vista de relacionar esta experiencia a la posibilidad de la separación. En otros, es vivido a través del conflicto y la hostilidad, a

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menudo con amenazas de separación o con períodos breves de separación física. En uno u otro caso, la relación está transitando por los bordes de sus posibilidades y, probablemente, acercándose a su fin. Por lo general, existe un período de preparación a la separación, especialmente de quien tiene más conciencia de ella, en el que se anticipan las pérdidas y el impacto de éstas en su vida. LA CRISIS DE LA SEPARACIÓN Cuando la ruptura se decide o es un hecho, la pareja enfrenta la crisis de la separación. La crisis siempre tiene una cualidad desestructurante, independiente de quién toma la decisión de la ruptura, aún cuando esta desestructuración puede tener distinta intensidad para cada uno y estar más o menos mezclada con sentimientos de alivio. Esta desestructuración tiene que ver con la trascendencia de aquello que se pierde al perder la pareja o aquello que se siente amenazado de perder con la ruptura de la pareja. La vivencia de desestructuración en esta etapa siempre es totalizante. Durante la etapa inicial, la crisis o desestructuración tiene que ver con el impacto y la natural dificultad para adaptarse a las pérdidas y a lo perdido. Este proceso se expresa en una serie de cambios y de tareas emocionales, es esperable vivir con ambigüedad e incertidumbre esta situación, sin claridad respecto de qué representa esta ruptura o cuál es el lugar y la relación que debiera tenerse con la ex pareja. Es esperable que se tenga la sensación de no contar con repertorio respecto de cómo relacionarse con el otro, es normal que coexistan diálogos y modos relacionales característicos de la pareja previo a la separación con los de una pareja que empieza a dejar de serlo. Los modos de apego mantenidos con el otro se mantienen por un tiempo y la relación se despliega en un espacio de transición, de ambigüedad. La definición de la nueva relación es gradual, pues la separación física es uno de los aspectos que comienza a definir esta relación, sin embargo esto se logra en la medida que se produce la separación emocional, y éste es un proceso que requiere de cierto tiempo.

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Es esperable también que afloren los sentimientos de culpa por los efectos de la ruptura, dudas respecto a la decisión, rabia por el daño causado y expectativas de reparación de éste, la vida comienza a vivirse como algo incontrolable. Es esperable entonces, en un proceso de duelo normal por la separación de la pareja, que la adaptación a las pérdidas sea progresiva y que esta elaboración tome tiempo y un trabajo psicológico y emocional que implica mucho dolor y sufrimiento. La separación emocional, que habitualmente es un proceso que continúa mucho más allá de la separación física, es un período en el que los miembros de la pareja elaboran su historia, reconstruyen lo vivido para entender lo que a menudo no son capaces de entender y buscan explicaciones para poder seguir adelante A medida que este doloroso proceso va avanzando, paulatinamente se va alcanzando mayor tranquilidad, confianza y seguridad que permiten tener esperanza en la construcción de una vida buena para todos en este nuevo contexto y claridad que se deriva de cómo cada uno va encontrando un lugar para sí mismo y los otros, en esta nueva configuración, que permite modos relacionales que satisfacen las necesidades de cada uno de ellos. Por este proceso debe transitar tanto quien toma la decisión de separarse como quién debe asumir la decisión aún cuando no sea lo que quiera. a menudo el desfase en el proceso de duelo de los miembros de la pareja tiene que ver con la experiencia del amor. No se desama al mismo tiempo, pero siempre es un proceso doloroso. Cuando la separación ocurre habiendo amor, el sufrimiento es duro y el proceso de duelo, más lento En realidad, sólo sientes que pierdes a alguien cuando es alguien a quien no quieres perder. Es decir, que posiblemente, la sensación de pérdida es una parte del amor que se siente por alguien. Como se ama a una persona, su ausencia se convierte en un problema, su ausencia produce dolor en la persona que ha dejado atrás (Katayama, 2008.Pág. 166)

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LA NATURALEZA DE LAS PÉRDIDAS DE LA SEPARACIÓN Y LA COMPLEJIDAD DEL PROCESO DE DUELO El proceso de duelo por separación es para todo aquel que lo vive un proceso complejo, pero para algunos esto es una tarea extremadamente dificultosa. Hay diversos factores que juegan un rol importante en esto: La cantidad y calidad de las redes de apoyo, el contexto emocional y material en que ocurre la pérdida, entro otros. Sin embargo, las características personales como:   

Bajo nivel de diferenciación Historia de pérdidas traumáticas elaboradas Trastornos psiquiátricos, entre otros

anteriores

insuficientemente

Juegan un papel esencial. La complicación de un duelo está íntimamente vinculada a las posibilidades y características propias del doliente" (Liberman, 2007). Pero, más allá de estos factores, la separación y el divorcio involucran pérdidas que por su naturaleza implican una exigencia y un desafío que las hace diferentes de cualquier otra pérdida y que resultan más fáciles de tramitar a aquellas personas que poseen recursos emocionales importantes. La naturaleza ambigua de las pérdidas de la separación hace difícil el tránsito hacia la aceptación y la reubicación del objeto interno perdido. La consideración de la pérdida de la pareja en la separación como una pérdida de tipo ambigua es usar el concepto propuesto por Pauline Boss (2001) que describe situaciones en las cuales la pérdida es confusa, incompleta, o parcial. No son totalmente claras, o irrevocables y siempre es posible fantasear un regreso eventual o una reunión futura. La mayoría de las separaciones, sino todas, corresponden en las etapas iniciales, a pérdidas ambiguas.

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Siguiendo a Boss, cuanto mayor es la ambigüedad que rodea a la pérdida, más difícil resulta dominarla y mayores son la depresión, la ansiedad y el conflicto social y familiar asociados. La pérdida ambigua es siempre estresante y, a menudo, atormenta... De todas las pérdidas que se experimentan en las relaciones personales, la pérdida ambigua es la más devastadora, porque permanece sin aclarar, indeterminada... es vivir con el absurdo de no saber si está o no ahí... Las personas anhelan la certeza. Hasta el conocimiento cierto de la muerte es preferible a la continuación de la duda" (página 19) LO QUE OCURRE CUANDO NO SE SUPERA LA PÉRDIDA: EL PROCESO DE DUELO CONGELADO. Muchas parejas que se separan no logran caminar a través del proceso de adaptación a la nueva realidad que hemos descrito. Básicamente, se les hace tan difícil que se quedan en la rabia, en el dolor, en la angustia del desapego, en la espera o en la sensación de injusticia o traición. Se quedan en la desestructuración o en una estructuración forzada para impedir sentir el dolor y la incertidumbre. En estos casos, el proceso de elaboración de las pérdidas no avanza, se estanca en las etapas iniciales, y la separación y la relación con el o la ex pareja adquieren una centralidad que a su vez hace muy difícil, sino imposible avanzar en el trabajo de duelo Cuando el proceso de duelo se detiene y no sigue su curso, el proceso de separación se torna destructivo, toda separación causa dolor pero no cualquier separación causa daño. Esta distinción es extraordinariamente relevante, pues la ruptura destructiva es un modo de llevar a cabo el proceso que da cuenta de un intento fallido y traumático por separarse del vínculo afectivo. La destructividad surge de la imposibilidad de hacer el duelo por la pérdida de la pareja y las pérdidas asociadas.

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Cuando el duelo se estanca, el proceso de separación se perpetúa. Se está siempre separándose". Como hemos visto hasta acá, es posible establecer una relación entre el desarrollo del proceso de duelo y el grado de destructividad presente en la separación afectiva. Desde el punto de vista de la naturaleza de las pérdidas, en las separaciones destructivas, éstas no pierden su carácter ambiguo ya que no son elaboradas. Si el proceso de duelo se congela, la experiencia de la separación no puede ser integrada a la historia e identidad personal, transformándose en una experiencia limitante del crecimiento. Otro tipo particular de proceso de separación destructiva es aquel que se desarrolla en las separaciones que hemos denominado separación ambivalente". En las separaciones ambivalentes, la historia relacional de la pareja cuenta con frecuentes separaciones y reconciliaciones, sin que logren definir la continuidad o término de la pareja de manera clara. En estos casos, el lugar de la pérdida se queda en la ambigüedad y se expresa en conductas del tipo ni contigo ni sin ti" a lo largo del tiempo. Los miembros de la pareja dejan la puerta entreabierta" (Velasco y otros, 2004)

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LA PERSONA QUE ABANDONA Y EL QUE ES ABANDONADO Las relaciones de pareja pueden aportar seguridad, compañía, deseo, favorecen la organización de objetivos compartidos, y por tanto genera también ilusiones, a veces dependencia, hace que existan planes para crear una familia, para convivir, y cuando se rompen con cierta brusquedad generan un fuerte impacto para ambas partes. No siempre cuando se llega a la ruptura es de forma conflictiva e inesperada, pero cuando esto ocurre los efectos emocionales tienden a magnificarse. Cuando se materializa una ruptura de pareja puede plantearse de mutuo acuerdo o por deseo de sólo uno de los dos. En este caso se establecen dos posiciones muy marcadas, la del dejador y la del dejado. El que rompe suele asumir el papel del malo, de injusto y recibe frecuentemente el enfado del otro. El abandonado por su lado se queda con la sensación de impotencia, de frustración, de engaño, de no entender muy bien por qué ha ocurrido. Muchas veces ambos viven, con síntomas de malestar intenso. La dificultad principal para el que ha sido dejado es la de asumir que no hay vuelta atrás. Normalmente la mayor parte del tiempo lo dedicará a buscar alternativas para volver, para encontrar dudas razonables en el otro como para que haya opciones para la reconciliación. En esta fase inicial las dudas reales del dejador, el miedo a dañar al otro y el miedo a un futuro sin el otro, son claves para valorar los efectos emocionales sobre el dejado. Si realmente la ruptura se materializa, cuanto antes se asuma antes se podrán generar medios en el abandonado para continuar con su vida, distanciarse emocionalmente, y por tanto, muy frecuentemente enfadarse con el otro y centrar su esfuerzo en crear nuevas rutinas y nuevas expectativas futuras. Si el dejador teme o duda sobre la decisión que toma, esto alargará mucho el proceso de ruptura.

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La persona que es abandonada puede vivir las siguientes etapas: 1. Búsqueda de certezas en relación a si hay vuelta atrás o no. 2. Búsqueda de causas, razones que le llevaron al otro a la decisión. En este caso el dejado puede comenzar a indagar obsesivamente en facturas de teléfono, preguntar a amigos del otro sobre hechos, fechas, etc. Si encuentra información que le dé certezas sobre la razón escondida de la ruptura, se calmará, pero de no ser así puede cronificar o cuanto menos prologar enormemente el proceso. 3. Alternancia amor/odio según momentos. 4. Aceptación de que es posible no volver, pero con la opción de que haya alguna alternativa futura, intentando dejar puertas abiertas y que no se condene del todo la relación a un final definitivo. Aquí el deseo del dejado es el de que ojala el otro se lo piense rápido y se dé cuenta de que merece la pena volver, aparece el miedo a que si sigue pasando el tiempo será demasiado tarde para la reconciliación, quizás para entonces ya haya otra persona. 5. Si llegados a este punto hubiera un acercamiento, inicialmente se vería como aliviante y tranquilizador, pero normalmente al poco tiempo el bienestar se convierte en reproche e indignación. Empieza a verse lo ocurrido como dañino y aparece una sensación fuerte de venganza o de necesidad de ser resarcido. Frecuentemente hace que sea ahora el dejado el que pone frenos a que la relación avance y continúe. 6. Enfado y decepción, y finalmente: aceptación y superación

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¿POR QUÉ SUFRIMOS EN EL AMOR? Las causas son muchas pero se diferencian 3 factores básicos para poder entenderlo 1. Origen social: En el cual encontramos una concepción idealista del amor, tenemos una idea errónea de que el amor es fusión con el otro, es incondicional, es eterno, súper poderoso, omnipotente y que nos hará feliz a cualquier costo. Esta idea del amor hace que cuando vayamos a una relación concreta y terrenal, con un amor terrenal, con un afecto que este insertado en la capacidad nuestra de ser humano, en la parte de carne y hueso, sin idealismos fantásticos entonces chocamos con una realidad que no tiene nada que ver con lo que nos han enseñado, entonces se vende, se promociona una idea del amor absolutamente descontextualizada la cual hace que cuando estamos dentro de un vinculo afectivo, nos frustramos. 2. El aspecto Personal: Encontramos dos puntos el primero referido al tipo de vinculo que se estableció con los padres a temprana edad, si tuvimos padres impredecibles, padres contradictorios los cuales un día expresaban afecto y el otro día no, donde no se podía anticipar el tipo de amor que se brindaban, se establece el tipo de apego ansioso e inseguro lo cual se proyecta cuando se establece una relación en una edad madura porque la persona se muestra con miedos, celos, obsesiones, etc. Convirtiendo la relación en un aspecto difícil. 3. El amor propio: Las persona que se quieren a si misma tienen relaciones más tranquilas y relajadas especialmente porque maneja el autorespeto, no se genera dependencia emocional. Generalmente se eligen personas erróneas para compartir una relación afectiva y al no existir amor propio no se establece límites en el amor y se acepta todo en nombre del amor y de mantener una relación que solamente está llenando vacios patológicos.

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PROPÓSITOS DE ESTE MANUAL  Que la persona disponga de una guía segura en el afrontamiento del duelo que ocasiona una ruptura amorosa.  Marcar un camino alternativo para la readaptación a una nueva manera de vivir después de terminar una relación afectiva.  Proporcionar entrenamiento en Inteligencia Emocional para reducir los efectos negativos que deja una ruptura amorosa en las esferas cognitivas, emocionales y comportamentales.  Infundir esperanzas de bienestar emocional a las personas que están pasando por una ruptura de pareja.  Contribuir a que las personas tengan conocimientos más eficaces y prácticos respecto a las relaciones de pareja para que puedan establecer relaciones afectivas de calidad y eviten el sufrimiento prolongado y patológico en una relación afectiva.

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DESCRIPCION DEL MANUAL El presente manual está diseñado para la aplicación individual ya sea autoaplicada o dirigida por un profesional en Salud Mental, consta de 10 Sesiones, cada una está diseñada para aplicarse en un lapso de 1 hora pero no existe una condición estricta que determine el tiempo de duración de cada técnica este tiempo es para conocer la técnica y despejar las dudas que se generen respecto al objetivo por lo tanto la persona puede continuar realizando las actividades por si sola en el tiempo que crea necesario y sin necesidad de estar en un consultorio psicológico por lo tanto puede repetir la técnica las veces necesarias de acuerdo a la evolución de su malestar emocional, debido a la naturaleza del problema se considera apropiado un lapso de 12 semanas para realizar todas las técnicas y mejorar el pronóstico en el proceso de duelo y la readaptación luego de la ruptura de pareja. La división de sesiones está determinada por las áreas más afectadas en la persona luego de una ruptura de pareja entre estas están: El área Afectiva Emocional, El Proceso de duelo (siendo este el eje central de la terapia) y El plan de vida dividiendo el programa terapéutico en tres fases. 1. Área Afectiva Emocional: La primera fase se centra en la importancia de la inteligencia emocional, la primer reacción interna luego de la ruptura de la pareja es el dolor emocional por lo tanto la evolución positiva del proceso de duelo dependerá de cómo se aborde esta primer fase, teniendo como premisa que el dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional las técnicas estarán determinadas por la capacitación y el aprovechamiento de recursos de afrontamiento de la persona afectada para conocer, aceptar y gestionar sus emociones.

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2. Elaboración del Proceso de duelo: Este es el eje central del programa por lo tanto marcará el camino a seguir en todas las partes de la terapia, en la segunda parte se realizaran 5 técnicas las cuales estarán basadas en las distintas fases del duelo para que sirvan de apoyo y guía en la superación de cada fase.

FASES DEL DUELO FASE N° 1 se aborda la Crisis Emocional y Existencial que se genera después de la ruptura así como la aceptación de la perdida lo cual se relaciona con la Negación de la realidad constituyendo así la primera fase del duelo.

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FASE N° 2 Se aborda la fase de la Desesperanza siendo esta una de la más desagradable pues el estado de ánimo se deprime, se genera baja autoestima y aun no se logra la adaptación a la nueva situación. Es ahora cuando suelen surgir los pensamientos catastrofistas del tipo “nunca encontraré a nadie como él/ella”, “no me volveré a enamorar”, “¿quién me va a querer?” La conducta más habitual en este período es encerrarse en sí mismo, no salir de casa y dejar de realizar actividades de ocio. Todo ello conlleva a que se alargue la tristeza más de lo necesario por lo tanto las actividades en estas sesiones van dirigidas a modificar los pensamientos automáticos y catastróficos luego de la perdida.

FASE N° 3 Se aborda de la ansiedad y la nostalgia por lo momentos buenos que sucedieron en la relación. Cuando han pasado unos días entramos en la fase en la que creamos una curiosa fantasía: la persona que nos ha dejado era PERFECTA. Sólo nos acordamos de lo bueno de la relación y TODO nos recuerda a él/ella. Es el tiempo en el que empezamos a hablar mucho de la ruptura, con amigos o familia. En esta fase corremos el riesgo de intentar que mi ex pareja vuelva conmigo, a toda costa y nos frustramos cuando no conseguimos el objetivo de que vuelva.

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FASE N° 4 Se aborda la fase de la Aceptación. Cuando vemos que nada de lo que hacemos o pensamos hace que nos sintamos mejor empezamos a asimilar la realidad. Esta persona ha dejado de formar parte de mi vida y ahora toca que yo inicie nuevas rutinas y actividades SIN él/ella. Es aquí cuando realmente establecemos el cambio y al principio nos sentiremos raros al volver a hacer cosas sin contar con la otra persona, pero no cuesta acostumbrarse si lo afrontamos con positividad.

FASE N° 5 Se aborda la fase de la Superación. Es la última y mejor fase. En este momento estás preparado para recordar tu anterior relación de pareja con objetividad. Analiza, evalúa y verbaliza con alguien los errores cometidos para aprender de ellos. Se debe evita el rencor porque culpabilizar sólo a la otra persona de la ruptura de vuestra pareja es injusto. A no ser que haya habido un motivo claro como la infidelidad o el maltrato, el desgaste de una relación no lo produce sólo un miembro de la pareja.

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3. El plan de vida: La tercer fase está compuesta por la planificación de su futuro y el establecimiento de metas de manera individual partiendo del supuesto de que en esta fase el proceso de duelo estará resolviéndose de manera positiva por lo tanto es necesario establecer un proyecto de vida acorde al bienestar psicológico adquirido en el programa terapéutico, además se contribuirá a que las personas tengan conocimientos más eficaces y prácticos respecto a las relaciones de pareja para que puedan establecer relaciones afectivas de calidad y eviten el sufrimiento prolongado y patológico en una relación afectiva.

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LIBERTAD EMOCIONAL COMO SUPERAR UNA RUPTURA DE PAREJA

MANUAL DE TECNICAS PSICOTERAPEUTICAS PARA EL AFRONTAMIENTO DE UNA RUPTURA DE PAREJA

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PRIMERA PARTE: INTELIGENCIA EMOCIONAL TÉCNICA 1. Nombre: Acceso a la Emoción Objetivo: Conocer y comprender las emociones que se presentan en los momentos de crisis interna, logrando así el manejo correcto de estas y la canalización de sus efectos negativos. Descripción: Las personas generalmente no conocen sus emociones y tampoco diferencian entre una emoción primaria la cual es la que está produciendo el malestar y una emoción secundaria la cual se encarga de proteger a la emoción primaria por ejemplo una persona podría manifestar sentirse enojado pero realmente su verdadera emoción es la de sentirse herido pero esta se ve oculta porque aun no puede reconocer cual es la emoción primaria que esta desencadenando el malestar y esto imposibilita la gestión de la emoción correcta según la situación. Desarrollo: La técnica se puede realizar en cualquier momento y lugar solamente se necesita de que pueda lograr un mínimo de concentración y focalizarse en lo que está sintiendo en ese momento. La persona debe dejar que sus emociones se hagan presentes sin intentar evadir ninguna sensación que estas produzcan, es necesario tolerar el malestar emocional para poder conocerlas y gestionarlas, cuando las emociones aparezcan debe de nombrar cada una de estas estableciendo la emoción primaria y secundaria, la primaria es la que está produciendo el malestar y la secundaria es lo que se está manifestando o confundiendo lo que realmente siente, se tomara como guía el listado de emociones y la definición de cada una de ellas (Ver anexo 1) para que pueda contrastar lo que siente y lo que significa cada una de las emociones. Debe repetir el proceso varias veces hasta que pueda conocer realmente que es lo que está sintiendo de lo contrario todo lo que haga a favor de reducir el malestar no dará resultado porque no está trabajando la emoción que está produciendo el malestar.

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TÉCNICA N° 2 Nombre: Ventilación escrita Objetivo: Expresar las emociones que afecten el estado de bienestar de la persona a través de la escritura, generando catarsis y evitando la represión emocional ya que esto solo imposibilita la superación de las emociones negativas y posterga el dolor. Descripción: Escribir los recuerdos sobre un hecho problemático tiene un efecto paliativo sobre la ansiedad y la depresión a pesar de que en primera instancia la persona podría experimentar más dolor y creer que evocar los eventos problemáticos genera más inestabilidad emocional, mediante la practica los efectos negativos como la ansiedad, el estrés y el dolor se van reduciendo debido a la exteriorización de los eventos problemáticos y la emoción que estos hacen surgir. Desarrollo: Inicialmente debe pensar en el hecho que lo está perturbando, tratando de obtener un claro recuerdo del hecho y de la experiencia que tuvo, si son muchos los eventos problemáticos deberá de elegir aquellos que tienen una carga emocional menor para que posteriormente aborde los que tienen mayor carga emotiva. No hay tiempo límite para realizar la técnica pero se considera apropiado un máximo de 20 minutos para escribir con muchos detalles el evento y los sentimientos que se generaron en esa situación, es necesario que se concentre en cada una de las emociones que surgieron en ese momento, debe crear una historia. (Ver anexo 2) Seguramente se generaran sentimientos de malestar pero debe de ser consciente que ese malestar es el inicio de un proceso mucho más favorable por lo tanto se debe tolerar el dolor que surge al momento de evocar y escribir los recuerdos y las emociones. Debe repetir en varias ocasiones la técnica dependiendo de la cantidad de eventos que considera estresantes y de la evolución de su malestar emocional, el punto base es exteriorizar el hecho y desahogar la carga emocional negativa que se le ha otorgado a la situación.

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TÉCNICA N° 3 Nombre: Identificación de puntos estresantes Objetivo: Conocer los puntos exactos de la problemática donde se está generando mayor carga emocional negativa para poder enfatizar los esfuerzos en la superación de estos recuerdos, generando conciencia plena sobre el punto exacto del los eventos ocurridos donde se ubica el malestar emocional además de desfragmentar el problema haciéndolo más fácil de afrontar parte por parte. Descripción: Luego de un evento estresante se genera confusión e incertidumbre porque no se sabe cuál es el problema real o donde se ubica el origen del malestar, esto imposibilita la superación efectiva de la situación porque no se esta abordando el problema real por lo tanto es necesario conocer el punto base donde se establece la idea de que algo o todo está mal y para esto se debe identificar el punto estresante especifico que origina el desequilibrio de las emociones. Desarrollo: Basándose en la historia elaborada en la técnica anterior, se inicia recordando el problema y los sucesos relacionados con este diferenciando los detalles específicos o partes de la historia que al evocarlos se vuelven difíciles y que generan cambios emocionales. Seguramente al hacerlo se sentirá perturbado con la imagen mental de este suceso e incluso al principio habrán detalles que evitara recordar porque aun son demasiado difíciles pero es necesario que mediante la practica recurrente de la técnica evoque con exactitud los recuerdos exactos que representan el estado emocional negativo más dominante. Una vez encontrado el o los recuerdos más perturbadores de la historia debe preguntarse: ¿Qué es lo que resulta especialmente perturbador de ese recuero? ¿Qué pensamientos genera ese detalle? ¿Qué emociones se hacen presentes? Posterior a esto deberá tomar conciencia de las respuestas obtenidas en base al recuerdo perturbador contribuyendo así a tener una idea clara de cuál es el origen y razón de su malestar emocional y haciendo el problema más fácil de afrontar porque ya no se ve como una todo sino mas bien con partes especificas que se deben trabajar una por una.

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ANEXOS

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ANEXO N° 1: LISTADO DE EMOCIONES EMOCIÓN Miedo

Ira

Tristeza

Asco

Felicidad

Sorpresa

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DEFINICIÓN Es una emoción primaria negativa que se activa por la percepción de un peligro presente e inminente. El miedo también implica una inseguridad respecto de la propia capacidad para soportar o manejar una situación de amenaza La ira es la emoción potencialmente más peligrosa ya que su propósito funcional es el de destruir las barreras que se perciben. La percepción de un obstáculo, de una amenaza o de una ofensa, despierta un sentimiento de indignación que lleva al deseo de apartar o destruir al causante. Sentimiento negativo, acompañado de deseo de aislamiento y pasividad, que está provocado por una pérdida, desgracia o contrariedad. La tristeza es una forma de displacer que se produce ante la pérdida de un deseo apremiante, deseo que se sabe es imposible de satisfacer. Los desencadenantes de la tristeza son la separación física o psicológica, la pérdida o el fracaso; la decepción, especialmente si se han desvanecido esperanzas puestas en algo Es la respuesta emocional causada por la repugnancia que se tiene a alguna cosa o por una impresión desagradable causada por algo. Sentimiento positivo, intenso y duradero, que se experimenta ante los éxitos o los logros, la consecución de los objetivos que se pretenden. También se produce por la congruencia entre lo que se desea y lo que se posee, entre las expectativas y las condiciones actuales, y en la comparación con las demás personas Es la más breve de las emociones. Es una reacción causada por algo imprevisto o extraño, como un trueno o una celebración no anunciada; también se da cuando se producen consecuencias o resultados inesperados o interrupciones de la actividad en curso.

TÉRMINOS ASOCIADOS Alarma, terror, pánico, tensión, pavor, desasosiego, susto, horror, temor Enfado, enojo, malhumor, indignación, amargura, desprecio, cólera, resentimiento, aspereza, rencor. Pesar, decepción, tormento, pesimismo, sufrimiento, congoja, depresión, derrota, melancolía, desánimo, infelicidad, desaliento, condolencia, aflicción, nostalgia. repugnancia

Euforia, contento, alegría, júbilo, éxtasis, deleite, gozo, satisfacción, embeleso, ensoñación Asombro, pasmo

Ansiedad

Hostilidad

Es un estado de agitación, inquietud y zozobra, parecida a la producida por el miedo, pero carente de un estímulo desencadenante concreto. La ansiedad es desproporcionadamente intensa con relación a la supuesta peligrosidad del estímulo. Es una emoción secundaria negativa que implica una actitud social de resentimiento que conlleva respuestas verbales o motoras implícitas

Amor/cariño

Es el afecto que sentimos por otra persona, animal, cosa o idea.

Vergüenza

Sentimiento negativo, acompañado de deseo de esconderse, ante la posibilidad de que los demás vean alguna falta, carencia o mala acción nuestra, o de algo que debería permanecer oculto. Es sentir vergüenza ante sí mismo Orgullo sano: sentimiento positivo de respeto hacia uno mismo Malo: Cuando la conciencia de lo que uno vale va acompañada de altivez y desprecio hacia otros. La percepción de algo o alguien extraordinario, provoca un sentimiento profundo y duradero, acompañado de aprecio. Sentimiento de malestar, rabia o tristeza, ante el bien de otra persona, deseando que pierda ese bien. Emoción negativa causada por el bien inmerecido de alguien o por las situaciones consideradas injustas.

Culpa Orgullo

Admiración

Envidia

Indignación

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Preocupación, tensión, nerviosismo, aangustia

Recelo, resentimiento, disgusto, desprecio, odio Atracción, adoración, ternura, pasión, cariño, simpatía, admiración

ANEXO N° 2 ESCRIBE TU HISTORIA 1. Escriba el recuerdo que tenga de su historia con tanto detalle como pueda:

2. ¿Qué sentimientos o emociones experimenta en esta historia?

3. ¿Qué pensamientos tiene al recordar esta historia?

4. ¿Qué parte de esta historia –qué recuerdos- fueron los más dolorosos? ¿Por qué?

5. ¿Cómo se siente luego de haber puesto por escrito esta historia?

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