La Mamacha Candelaria en el Arte Colonial Peruano

I,AffiCANI}EIARIA H{ H,ARIE COII)NIAL PF,RUAI{O Rfcado Ihiudd l{reid Fíffi¡ if;ryor dG Cftdcnrc Sr }fnroc devdos

Views 41 Downloads 1 File size 11MB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

I,AffiCANI}EIARIA H{ H,ARIE COII)NIAL

PF,RUAI{O Rfcado

Ihiudd l{reid

Fíffi¡ if;ryor

dG

Cftdcnrc

Sr }fnroc

devdos olvidaron sr nombre advocación miginal y la baüizm sm el nombre del

o

puólo o hgü de

INTNODUCCION

D*" h ilega{ts de loe eryrfules

a

América

la

Virgen Marla se constituirá en dmbolo de b evaqelizacién, puesla de uanifieslo en la aceplación y difisiéa de q¡ cullo de las que ms dan cuenla crónlcas y oüos escdtos qle informm de la multiplicacióo de sus advocacimes y de los saatuarios que se levmla¡on a su gloria. El Yirrehato p€ruano m quedé atás en Hispanoam&ica y eunque no cuenta con saduarios de tan crecida fama cooo los de ftadalupe

m Méxirn o de Chiquinquirá e.!r Colsmbia' enlre otos, los muchos templos levmtados en su rpmbfe, h¡sta en el más pequ# rincón de ouestros Andes demuestrru,

cortro

bim amta Vargas

Ugatq qrn nuesra Nación merece el apebtivo de Madaú¡ (Yargas Ugaae, EI autor es ud reconrcifrNoriúr d¿l Ana Ha congresm Wrti.cipab

b

€a

buerwcbtulzs y uMhunte repaúe s tieftrp etúre su

labor rcaüntba en kcwln d¿ Ane de UNfuISM y ta Direccün Mugco de Artc e His.a¡ra'

Ia lniffil¿

¡¿¡¿¡ilt¿rsid,ad

la la

&l fu

t94Tt. L¿s'ra¡íanües icono$tlficas de las represeirtacimes

de la Mafre de Jeqb son muchag pero etrhe ell¡s podemos distinguir s¡ hermandad eo cr¡¿trto se refiere imagen primigenia, aquetla qrr le dió origen y

a la

que posteriormente, il difimdirs $n ct¡lto, loo

7l

venera-

ción, multíplicando

sus

y

$us

d€úonhaeiones. Asi vetemos argir a b Yirgcn de Pomata qre no es cÉra rye.la Vugen del Rosario, la que ha adopt¿do el nombe del pueblo donde se le v€meta, enla zona del L¿go Titicaca

que b¿

$mse a

atributos lIuevos elementoq cüno hs ptrrmas en lA

corona. A,shim, de 1o Vhgen Ca*lari¿ o de la Pwifrc¿citÍn, suqinin lb Virgen de Copacabana, la Virgen de Cocbarcas, de Cha¡acato,

Caim,

Cbryi,

eic.

La Vhgen C.mdeluia se

@rmlxa enhe

hs

más

fmoeas eo el mundo mdino, mbre todo er la parte s¡r, donde sus iglesias y saltuarioÉ se r€msnf¿n al siglo )ffI y €srfu Secha-

mente ligadas al mrmdo indfena el que h ac€pt¿rá

n{pidameirte idenlificándol¡ como la Pac,tamama o tra l.{afu Tierr4 que ellos en su Paofeón consideran como rm ser prd€ctor {pe los cuida y alimeot¿ y que tes sirve de intermdi¡ri¡ entre los Dios Supremo bombres, produciendo lo 4re s csnoce como el Sincretismo, el que analizaremos en la devocion a la Cadela¡ia

el

y

más adelante.

Sequilao: Año

II, Nros.4-5, 19gJ

EcJútdim

I,A \IIRGEN DE LA PURIFICACIÓN O I}E LA CANIIEIAruA L¿ denominacidn pdmaria coneryonde a

la representacién de la Purificación, e,písodio de l¿ Vida de la Virgen que Sa Lucas nos relata en el Capltulo II de su erangelio: v.22: Curylido ashismo el üempo de la puificacién de la Madre, según la l*y de Moises, llevaon al Niñoa Jensalén para preenlarle al Seúor; v.23: cximro egá escrito ml Ley del Señor. Todo varón que üazca el primero, e.n[ consagfado al Señsr; v.?A: y para presentar la ofremda de un par de tórtolas o dos palominm como eslá tailbién ordemdo en ta Ley del Sefur. Sobre la ñrcnle m la Ley de Moisés aos habla el t¿vltbus XII v.4. Normalmente l¡ esceira se cüroce como la P¡esentación del Niño el Templo, pero ella coneryde a la ver* corc leemoo en el evangelio, a la purilicacion de la Virgen de la mmcha legal que, según la t¿y de los jtdioq contrala toda mujer al dm a hz tm hijo. En esfa ceremonia se ercendlan cirios de dotrde deriva¡á posteúorme, le la derminación de Ca¡del¿ para el círio encmdido y de CmdeLaria para b Virg€Nr que 1o lleva t¿ fiesta de la Purifrcación es de las más aotignas! ya se celebraba en Je¡Í¡sal& en el siglo IV y en Condadinopla s¿ hizo oficial desde el 542 w ti€mpos del Emperador Ju$iniano I. En esas ceremonias se bendicen las cmdelas y se efitona el cádico de Simeon paxa cormemorar l¿ entrada de Cristo e,n el Templo de Jerusalén, donde este anciano y la profetiza Ana tienen la revelación de h identidad de esa Mafre y su hijo. Con el tieryo la Virgen purificada se irdepedizutl de la esc€na doble y con su hijo en brazos y el atributo consabidon la Cmdela surgirá como ura advocación irdependientg de mucho éxito sobre todo en América, donde e¡r los Andes perumoq el indlgena le colocará adm¡is del cirio, la caaasilla con las dos t&tolas. Urgando en antecedentes hispanos Hernáúz Díaz gn. su esfudio sobre la iconografia de la Virgen Madre, nos menciona e¡rtre las más adiguas de las representacimes de Nuestra Señora de la Purificación, la esulhra ¡ealizada por Nicolás de t¿ón, en 1546, en la panoqui¿ de lvlmzanilla- (boy tuaparecida), iúspirada en la Yirgen de Belén de Tomigiacro (Hernldez Diaz. 1944). La imag€tl sede¡lte lleva al Niño en s¡s faldas y en la mano 72

derecha u¡r cirio. En- lo que se refiere al bautizo de rm templo o convento bajo esta advocación en Sevilla, séto podemos citm la iglesia del Convenlo de Nuestra Sdor¿ de la Cadelaria de I¿ Puebh de Cazatla en l¿ siera $n, donde al parecer no subsiste una titul¿r ni en escultura ni en pintura (!4o¡ales, Senera" Valdivieso Sana 1981).

I,T CANI}EIIIruA EN EL PENÍI LOS OR,ÍGENES

La pemcia en 1575 del italimo Bem¿rdo Bilri de la orde¡r je$iüa en tierras del Virreinato del Perú, ¡o sólo implíca la intro. ducción del manierisno italiaoo, sino el inicio evangelízadora mediaote la hagen, desarrollada por los bemaúos su

del la misión

&

orfu a lo largo del territorio pennno, donde teio{an c¿sas insfaladas.

Analizando la tem¡Ítica de nuest¡o Írse$ tro jesuita, e¡codxarnos eútre s¡s obras dos lienzos dedícados a la Virgen de la Ruificación o l¡ Cadelaria; rmo de ellos, de bella composiciolr vertical, mu€sra a lia "madona" vesüida & rojo y arul con el nifo em brazos y rodeada por uns m¡ndorla de lttz. En ege liúzo realizado por Bfti para la iglesia & San Pedro de Lima pocos años después de su ltegada" se obcerva que loe cirios son sostenidos por cualro hemosos ángeles en los áugulos. En b ciudad de Arequipa al qr del paJs, en l¿ iglesia de la Compdfa, bs jesufas coru¡eryan en su sacrigla otra versión de 1¿ Candela¡ia realizada dos desués por el hermano Bitfi, posiblemenfe €n um segrmda esa¡cia en esta ciudad, bacia 1603. En esta versión varia la composicion y pone en las rnanos de }a Viryen y el Niño la consabida candela, diferenciándola de la de Lim4 sparte de ello ya el uatmiento del Niño y del entorrc de las fi$nas, Íuusa la evolución del m¡nierimp ii¿liano hacia formas post- tridenthas, mds acordes con la inl€nción evargelizadora (Esabridis, 1989). Es asi vemos que desde anfes de promediar el siglo XVI la devoción a la Candelaria seró propiaciada por los jesuitas $rc tenlan casas, aparte de LimA en Ayacucho, Ctxco y

Puno, cubri€tdo la sierra sn. Aslmimo un cronista dminico Reginaldo de Lizftraga en la primera década del siglo XVII dedica rm capitulo de nr oha pra informarm sobre la imposicién que hace s¡ orden del culto a la

Estoúridis:

It

ll'Ianndn fundolorb

en ei At&

Uorrio,

Yirgen Cadelaria, en el pueblo de Capacabana: "Pam deSacer este ado¡atcio qrr llamamos guacasr ñ¡e acert¿dlsim sacar a los indios de aquella isla y poblarlos en la tierra flrme, a la legua casi del agua en un cemo rro

ra..". T,ermidm los Anansayas se docidie¡on por la advocaciónr de la Candelaria o de la Putificación, por venir esa fiest¿ de la Viryen en la procisa época mác temida de los hielos,

llerado ad Copacavana".". Me,nciona que la rgleia la hicieron los dominicos con el bachiller Montoro guíen "madó hacer a un

de NwSr¿ Señora"

¿rlto

indio una imagen de bulúo, que colocó e,n la fglesia" al lado de la epi{ol4 en rm altr, por ú la idituló de "La l\rificación"; el cronista afirm¿ h¿berla visto lx€s o cuatro veces y que es muy hermm y de rma vara y cuaho dedos de alo (Lizórraga. Cap. UíJO(VI). El mimo s¡otúSa, en base a lo manifesüacb por Modoro informa qm: 'tabiendo falta de a$ta para l¿s cmid¿s, los indios determinaron una procesióna ingancias de esto sacerdde, sacmdo la imagen de Nrcsra Señora y pa¡a esto la parcialidad que llman Hddn Saya que es la ruñs principal, trdólo con la monos principat, llamada Urin Saya; est¿ m quiso venir en ello; los Hañan Sayas bac€ú or procesión; ftn I{uegro S€ñor servido, para conñmdir a edos indíoe de poca fe, que, con tener las ch¡[caras jurtos" part€n linderoq lloviese e¡n la de los I{añm Sayas y no elr la de los Urin Sayasr (Líz[uaes. Cap. L)OOffI). Hacia 1570 nace en Humanga el crmisüa de Copacabma Alfonso Ramos Gavil¡ln, quien e¡r 1588 entró en la orden agusin¿ y se dedícó a reconer el Perú, hasa Ete en 1618 lo encontaüos ya err Copacabaoa (Espinoza, 1972). Sus esritos, recopilación de sus viajes, son ñpile impofiaote para analiza¡ cómo se maül€nien los ritos indígeúas5 aslmimo, po¡e & manifiesto en ellos la preooryación de los agud,inos por identificar a Ttmapa con el Apóetol Sm¡o Tom¡is, quien habrla predicado por €stas tierras. AqU" corno bien anota Gisbef, se poe de m¡nifiesto esa dualidad & los agusinos pldeada ya por San Agustfn en sr "Cirdad de Dic", cuando m¡ni{iesa qus; "las verdades crisúmas e hallm lateñes tdo en la nafinaleza circrmdade como En la cr¡ltura pagaü¿ de griegos y romanot' (GiSert, 1980). Es por ello que los apstinos desde estas fechas temprmag son los principales prorpubores del

sircre[im

americam.

Rams eravi¡fo agrega a lo erpresa& por el dominio Lizánrarga sobre los mtgenes de la devoción a la Candela¡ia 'sido bs meses de enero y febrero los más temidos del do porque sts heladas sollan arruirar las semede-

cmsagr¿ndose ellos en una cofradia en bonm (Rms G., 1860). Será en

1583 cumdo se entroniza

la imag€rl ceada

por Flancisco Tito Yupanqui la

prirnera imagen obra de un indtgena aceptada después de muchas visicitudes. somo nos relata el mimo escultor en un docrmento Ere ñre la fipnte prirnera de Ramos. Da crmta en él de loe recbazos que trwo, de su ryrendinie y e, cómo decide al fi¡at tomaa como modelo a l¿

Virgen de la tglesia de Smto Dmingo de (Rmm G., 1t60. C¿p. q. Cinco años dequés de e¡¡t¡ordzada la im4gen, la fama ds su milagros hace que los agusilinos pidm la dodrina a Fqay Martin de Sepflveda hior del Convedo de la Plata, 1¿ que les ñ¡e concedida por Real Cédula ein Mafrid e 13 de enero & 15t8. Por ello, es a los agusim a guien s debe la propagación de sr ü¡lto y la obra mmrmedal de su sap tuario, terminado hacia 1699, año en que recibirirá la visita del Viney Coú de Imos (Yagas UgAtt", 1947). Ramos termimrá snr crónica e¡r 1621, fecha on que será editada, dando cwd¿ al mmdo del origen de la Virgm y ss milagros e ilugrmdo su obra con ur grabado dode es represerl¿da effie cortinajes recogi&s, de pie sobre pema con gunúfn, vesida con úaje de composición fdangular, a la españolq ricam€¡úe deconado; ller¡a al Niño en el brazo &recho. (a la inversa de la esaftra) y en la mano izquierda rm cirio ercedi&. Segrh Gisbert el dibujo pudo hacerlo Sebastián Acostopa (Gisbert, 1980), quien realizó dos 'mdgenes de €sia advocación para Cluco (Gisbert 1991. pg. 203). I^a obra crmplió su cometido, rompió ftoneras y surcó los mares diñndiendo su fama" pnreba de ello es el aulo sacrrnedal de Calderén de la Ba¡ca: "La Potool

Ar¡rsfa de Corpacabana".

I¿

esffiltura sreada por Yupm+d, segth Va¡gas Ugarte se hizo de paSa de maguey, bie¡r eeucada y dorada a la que e adomó y pintó con colores diverms en sn lxaje vistoeo. Actualmede 1o rhico que €s posihle aprcciar e¡r ella y el Niño son $E rosros y Í¡anos $rc reflejan rm s€r mesúizo, de raryos mas autóc{o. nos que occidentales, lleva siempre ur rico traje timgulü y no le falta el cirio y la

Sequilao: Año

II, Nrrs. {-ílWJ

7:

&túrdfu cana$illa co¡r las tórtolas. Al grabado de 162l más adelaole se sumó el que ilugra la ob¡a de Itay Fernaodo de Yalverde con el Poema Sacro dedicado a Nuest¡a Seúo¡a de Copacabana en 1641, estampa gue realizara el fraile agusino Ray Ramcisco Bejararc, disc{pulo de

P&ez de Alesio (Egahidis, 19U). Ese grabado indudablemenle toma como mdelo el de la crdnica de Ramos, solo qrn aparece al revés, con el mismo trala¡niedo decorativo en el vestido y con algunos agregafus, corno un mapa extaño del Perú a sus piés, las figuas alegóricas de la Fe y la Gracia a los lados y en el ertremo inferior un

idlgena o¡ado mte

un idob.

De la escultuca de la Virgen de Copacabana se hicieron muchas réplicas, rmas por el prqpio Yupmqui y oftas por Sebasflln Acostopa e inchnive e atribuye üra a Pedro de Vargas (Gisbtrt, L99l). Asfuisno, la imagen fue llevada al lienzo tsmmdo como referencla los grabados &, 162l y 164t por lo general enmrcádola er ur óvalo de oro y pieúan preciosas, tal como fi$na, por ejemplo, elr las conservadas en Ia Recoleta del Cusco, la del Mmaserio de Sanla Tsesa & Areqt¡ipa (Estabddis, 1988) y en la Colección Poli de Lima

LII VIRGEN CANITEIITNIA LIMA

ITE COPACASANA EN

[¿ devoción a la Virgen de Copacabana llega a Lima nipidamente antes de promediar el siglo )fVI, Lizáraga en su crónic¿ de Ia prirnera década del siglo XVII da suenla de ello: 'En la provincia del Cofao (como en zu lugar diremos) hay m pueblo de indios llamado Copacavana'. "Agui bay ma imagen de l{uegra S€ñor¡ {¡ue ha hecho m pocos mil¿gros'.." '? devoción de est¿ imagp4 en todos loo pueblos casi de españoles y en muchos de indios se bm pesto imágenes de ñña Señora con la pisma advocación; e¡r e$a ciudad sehizo rma capilla jmto a laprcrtadel Perdón, de la lglesia Mayor con una imagen rcmbrada ad: Nuestr¿ Seño¡a de Copacabm4 la cual debe hacer vefute afu, poco máq qw se purp, dode con gran devoción concur¡e el pueblo, la cual tiene muy a&rn¡da y un capelHn que sirve en esüa capilla y sust€nta muy abundantemente coo las limosnas" (Ltz&raga. Cap.XLVQ. Por s¡ parfe Cobo cuaú se ¡eliere en 74

sus crónicas a las hermmdades que hay en la Chdad de Lima; al referire a la Nrregra Señora de Copacabma, r¡os dice: "L¿ Cofradla e imagen de est¿ advocación es mry adigua en €sta ciudad". "Llfuese de Copacabma por

&

ser traremlo de una imagen milagrom que estd en m pueblo de indios de la provircira de Omasuyo, diócesis de Chuquiabe tlamado Copacaban4,,". 'Edificós¿ en el barrio de San I^ázarc el año de mil seicienros üez y siere y basladós a ella la imagen y cofradh de indios que antes astuvo en uta ermita que hubo pegada a la iglmia rnayor vieja, la crul se derriM para el ediliciao de la meva y est¿ acabada". "Estuyo at$h ti€mpo esta imagen dedro de ella en una de srs capillas, y rúltimam€Nüe el año sobredicho & &ez y siele le edificarcn srs cofrades esa emita y la trasladarm a ella'(Cobo. 1653. Cap.X)Onf. I¿ inagen titular de esta cofrada fue muy deeacada por Marco Dorta en su Higoria det fute Hispanoamericaoo, considerándolia una de las mejcas obras sevillanas de las posüimfas del siglo XVI en toda América del Sur, obra de algh escultor sevillano residente en la Ciudad de los Reyes o importada de un taller se Sevilla (l{arco Dod4 1950. W.3?;9'1. Ello se h¿ venido repitiendo had¿ ls actualidad, es asd omo €n el libro "Es rüura en el Perú", publicado por el Banco de Crédiúo recientememte, Bernales consider¿ lo dicho pu Ma¡co Dorta y cita rm dato de loc primeros afus del sfb XVII, por el cual consta que el escr¡ltor sevillano Juan de Oviedo mardó a Lima una escultrna de la Yirgen de la Candelsria, de la crul dio carta de pago por el valor de dos mil realos, dejmdo sentado con ollo 'na posible aüorla (Bernates, 1991. pg.36). Sin eobargo, Vargas Ugarte etr um prblicaeión anterior a la de Marco Dorta (Vargas Ugarte, 1947. p9.603) ros ciüa a su aüor, eI escuftor Diego Rodriguez quien declaaró en el procesCI para certificar ¡n milegrc de la image,n acaecido q, l5/2 y menciona qtn dicho proceso gmé ur legajo que se cotx¡erva en

el Archivo de Indias y laobién mota uno etl el A¡chivo Ar¿obispat de Lima (aciuafmte bemos comgrobado gue éste no existe). A pesar de ello Vargas Ugarte no consigna el dato en su publicacién'F¡sayo de un Dicciomrio de Artlfices...", editado el mimo aio (Vargas Ugarte, 1947. g. l0O), cnando cita a Diego Rodriguez e igualmenre ocure con lodos los eshdios que se ban refmido a esta

Estahridis:

obra o a la proúrcción del mencionado wr¡ltot. L¡ riltimo escriüo sobre escr¡ltrua colmial

en el Peni es el libro del Bmco de Chédito dorde pardcipan varios arsores, ya hemos anotado lo manifesado por Bemales en relación a la escultura de la Virgen de Copacabana de Lim¿; Gisüert en dicha obra al trata¡ sbre h wultr¡ra en Cr¡so se ¡efierc a Diego Ro&iguez como un escrüm erydol docrrcnlado en Quito, Lim4 C\tsco y Chugisaca y co'nsidera como rhica obra idedificada un San Sebasifo en Quito que data de 15?1; en 1580 lo ubica en Cusco habajando el rel¿blo nayor par los m¡cedmios¡ en 1583 lo docum€,lrt¿ en Cnrymca fÍm¡do rm conl¡ato para la igtesia mercaderia de dicha ciudad. obra que ro se ejecuó; por ello y porqué no apa¡ece en niqgñn documedo posterior, prcsune su mr¡erte eÍr esa fecha (Gísbert, 1991. p9.205). Por sr pürte Tord en l¡¡ misma publi a ión, cuando se ocupa de la escultura en Arequip4 al refe¡irse a la imageir de San Sebasfuln que corunrvao los jesuitas, la cataloga como obra de Diego Roüiguez (ford, 1991, pg. 2521 (Estabridis. El Couercio de 16.08.87). Por todo lo exprcso es que en bas a un¿ mta de Vargas Ugarte, recurrimoc a rura pubücación hech¿ por Mmseñor Carlos Garcla Yrigoyen €n "El Anoigo del Clero', Boletú¡ Ecl€sid$ico de la Arquidiócesis de Lima, editada en l9(D, donde se frascríbe el proceso abierto por Sdo Toribio m diciembre de 1591 por el milagro de la tmnspiración de la escuhrna de h Vqgen de Copacabana de Lima C¡rcla Yrigoyen en la sección docuú€ntos para la hi$oúa del referido boletf& con fecha lE de abril de 19@, t¡ascribe lo siguiente: "En la Ciudad de los Reyes el 4 de enero de l5Í2 el Strr hior mandó parecer mte sl a Díego Rodriguez que d{o ser wultor residenle en esta cirdad, por haber tmido st merced noticia qn habla hecho la imagen & Nuestr¿ Señora de Copacaban4 del flat tomó y recibió juraoento de form¿ de &recho... y siendo pregunúa& d[io: "que ese testigo es el misno Diego Ro&igrcz escuLor, que hizo h imagen de madera de ce&o de Nicaragua y le parece a este testigo, flue prrede hacer tes años ades mds gue meooe, qn hizo l¿ dic&¿ inagen en esüa ciudad; que al tiqo que la hizo eSe testigo y f¡¡e la labré, eg¿ba el ceüo rmry seco y de mwhos dfas traldo de Nicaragua qtn el nil¡glo que decla Ete ba

In Mandu

CürdoInt'u en el At* ColorútÍ

nrcedido en la dicha imagen, de haber sudado cmtidad de agua no pide proceder naturalm€rÚ.e de lamadea, ai fiellos de lapinrna, bamiz y encamaciún de ell¿ por ser todo muy seco, drao y esar sobre cosa más sea $p es la madera, y flue hech¿ las diligeacias de qn pueden baber mspecha este t€stigo lo time pon milagro...", rnás adelant€ cmchrye su declaracién diciendo: "Que lo dicho tiere es la verdad y lo gue sabe para el junmmto que fecho tiene y firmólo & sr nmbrg qrn es de sesenla dos & edad y firmé el señor hovisor. El doc{¡o Valu[zr, Diego Ro&igrcz, escultor. Arúe mi Juan de Rodas, escribano de zu mallslad'. En este mimo legajo del milaro de la Vi¡ge¡r se da a comcer indirectaü€núe al que pinté y encamé la referida imagen: Tn la Cftrdad de los Reye, este dicho dla" mes y aúo sr¡sodicho pra dicha averiguacifu, el dicho Señsr Provisor mmdó parecer ante d a un hombre que dijo llamamie Q¡i6ilóbal de Ortega, pidor de imágeires residente en e$s dich¿ ciudad, el cual ba tenido noticia el Señor hovisor qte pintó y wamó la dicha imagen pam qpe declare si el sn¡dor qrn two la dicha

im¡gen

&

Nue$ra Señr¿ de

pudo proceder de

tra

Copacabana madera gue esá c€mpues-

tA de matiz o matices que al tieryo $!e 1¿ hizo 1o puso... y siendo preguntado dijo: 'que l¿ dicüa imegeú de madera, sabe €te testigo que la hizo Diego Rodrigrcz escrüon, gue reside en esüa chdad, la cual es de ce&o de Nicaragua y que puede hacer tres años m¡is o

menos Ere el dic,bo Diego Ro&iguez e la dio a €ste testigo ptra que la pintare y decoras€ ... y €ste testigo la pintó, doré y encamé y la puso err la perfeccídn que al prosente est¿..". Iguaümene Va¡gas Ugarte en sr Diccionario de Artifices no consigna el dafo y se refiere a Critobal de Ortega como arilor de la pintura y dorado, m 1590 del rdsblo de Santa Catalina en la Iglesia de SEn harcisco, y en 1617 del dorado del retablo prircipal de la Iglesia de la Trhidad, ge habia tdhe Abm de Mesa. Con los tesüimmios ciüados lfoeas alrá.s es

ürltdable la autorh y la fecba de la image¡r de Nuesha Señor:¿ de Copacabana que se coriserva en Lima; Diego Ro&iguez la talló

y

Ctistébal de Ortega la píntó y doló, ca. 1588. Taübién se deduce por la edad que dela¡a Roeigr¡ez ef,r esa fechq gue nació en 1531 y que es a los 4O añoe gue lo enconlramos trabajaúdo en Quito en sr San Sebastian, obm

Sequllao: Año

II, Nros. {-5, 19E3

7,

E;tütdi¿r

qn,

comparada con las dos realizadas en el Peril, la Vhgen de Copacabana en Lima de ca"

1588

y la de Sab S€basiáü en Areguipa

de

1590, rellejan ta misma gubia. En sus eculturas del ñúrtir asa€tado se aprecian emejanzas €n ese egilo de rcgaw mmieris4 aI parecer de raigambre casella¡a, con cierta estilización de la ligur& notoria en el alargamiento del cuello y ma bft$eda teryrana de realistno,

puesfa do manifimto en h hisqueda de un incipiente nruralismo andómico. En lo que s refiere a la escultua de la Virgen (ver figura l), reryonde al gwto de hs vlrgeires del bajo ren¡cimieúto sevillano, de las del tipo que hace Roque de Baldque, del que conÍErvamos dos imágenes sú Limr, la Virgen del Rosario de Sado Domingo y la Virgen bauüzada pr el hpa Jnan Pablo II comi de l¿ Evmgelización, en la Cate&al (Benmles, 1977'l; ambas ya se encontraban en I imn por las fecbas €n gue Ro&iguez esculpe ta de Copacabana y ro es extraño que las hea tom¿do como pudo de referencia, arnrque €n est¿ imagen, la Vhgen lleva los cabellos descubiertos y su mmto es mems rfgido al recogerse por delane. Y asi llegamos a dm inúerpefaciones disúintas de rma misnra advocacién, la de rm escrüor hispano como Roüigrcz y la de un escultor irdio como YupanE{ quienes est¡in relacionados i¡directmente con Vftgeres p¡imfenias de Baló4re. Más adelantg junto a la Iglesia de Copa6¿[en¡ en la calle qw conduce a la Alameda, se fimdó rm beaerio para dmcellas de ¡aza iodfgenq con lice¡rcia dorgada por Célula del ?3 de enero de 1678. En esúe beaterion a$arte

sr Virgen titulax, se peden encs¡frü lienzos €d¡echam€úte ltgados a 1o fodlgem (Eslabridts 19E0). de

I,A YIRGEN CANIIEI"ARIA DE COCHARCAS

Ed¡e las advocacio¡es que mes alcanza-

ron

fma

al Peni

dent¡o del temitmio que conespon& actual, f,enemos que deslacar a la

Virgen del Rmario de Pomala y h Virgen Candelaria de Cocharcas ya ew, La Yirgen Candelria del Sanlumio de Copacabana que se ubicaba denl¡o del terrilorio del Vineinato &l Pemi, conespon& a l¡¡ aclrul Repiblica de Bolivi¡" I"a Yhgen del Rosa¡io se perumiza en la temrÍtica icmgrifica de la advocación ptreñ4 cuando eir las representaciores pictó76

ricas

s le viste con rica corona imeerftú,

en colorido penacb de phmas mlilicolores. Po,r su parte la Virga de Ce cba¡cas ¡ace de la Yirgen de Copacabma y al igual E¡e ellia es ma Cadela¡ia, sólo que adquiere carta de cfidadanla en el pueblo de Cocha¡cas cuaúdo es entrmizad¿ en 1598, ape,nas ües h¡slrm d€Wués de la Virgen de Copacabam y adqui€se particulacidades iconoremafad¿

grdficas en sus representaciones pictóricas. A diferencia de Fraocisco Tito Yrymqui,

el

promotor

de la Yirgen de Cocha¡cas,

S€bastifo Quimichi, no esribié loda sr avenhna para conseguir la imagen qr¡e Uevó ¿ su

pueblo; sin embargo, rm coderyóraneo, el liconciado doo Pe&o Guillfo de lde¡doza escúbió una crénica $le se coff¡erva en eI Sanlumio de Coch¡¡c¿s, don& nos relaa la hisoria: "Relación de la Imagen de Nuestra Señora que está en el pueblo de Cocharcaq bcha por el Licenciado don Ped¡o Gnillfu de Mendoza en?fi de julio de 1625". Esta fimte sirvié de seguro a Fernando Montesinos quien visitó en 1640 el Sanfin¡io y en $ul Anales repitié l¿ hísoria (Montesiro$, 1642). Mds adelante en el siglo XD( lo hará en Crso F-milio Monfeso al editár un libro muy pqlueñito dmde la llama Kochmhs y varla los mmbres de los pa&es de Quimichi. Al marg€n de ello y b simple de la edición" la tommos eNr cu€da porgue en ella figura m pequeño grabado, donde la Virgen aparece flotmdo edre mrbes en amplio traje de cmposicim üia$gultr, con toca y corotr& rodeada por resplandoreg muy similares a los que tiene la Virgen de Copacabma, mgrh se prdo apreciar en um vidta a su Smturio en 19?8; lleva el cirio wenditf,o y al Niño effioflizado al cenüro, cual imagen medieval. A pesar de srx¡ dimmiones el grabador anónimo ha inchddo e¡r la zona inferion el Saduario de Cocharcas e¡rlre cerros y eir primer plmo el rio Pampas con embarcacioneg quq por stts

püecm cravelaq es el rinico conocmos de la Viryen de Cocharcas Mont€s E, 1886) (ver figna 2). F.n base a la relación de Guill& ha¡emos 4irnensiornes

grabado

qn

rma dnlesis de la hisroria del gestor del culto;

l¡pe Mailtu y parcialidad de los Casanencas, descediede de un cu¡aca llaú04do Chquisilc4 mozo &, 23 años m¡{s o rnenosr mry aficionado a hs cosas de la doctrin¿ cri$ima" En rmo de los fe$ejos de Sebastitu Quimichi tue hijo de

de

l¡isa Asto, del ayllo y

Estabriiiis: La

Saa Pedro en nr puebto nrfrió un accidente en

Írarp qn lo maduvo afligido hag¿ q¡s viaja a Cusco y en casa de doña Ines, un¿ india palla parienre de lo incas, se entera del $antua¡io de la Virgen de Copacabana y de sus milargoq lo que lo motiva a b peregrinación En su ruta se detieoe en el tambo de Rrcará, ffi e¡r gpfus es sanado de su lm¡r

berida por milagro.

Llegado al Sduario decide conseguir ma copia de la imagen para su prnblo, pero ffasp de dircno, tiae gue gestimar una licemia anfe el Ohiryo Alonso Rmfrez para pedír limosna y logfa ad jrntar el costo de la talla. Segrh el relalo, por entonces ypqui tenia ma rftlica hech¡ para Ttrcrmfo, pero el compaOor tabla muertoo por ello euimichi, valiendose de una Palla parieme de los Incas" agrovecha la oportrmidad y la compra" A todo ello sigue el decomiso de los a$¡$inos de Copacabana y la disposición del Obiryo para que s la devrelvan mden curylida por los fraileq los Ere incluso acceden al pedido de Quimichi, paxa flue esa mche pongan lL imagen en el tabernáctúo junüo ¿ la mitagrosa" Al db siguiente emprende el viaje a Cocharcas en rma travesia qre, estuvo llena de vicisitudes al pasar por Juli, Urcog hada qrre llega a Cayarao pueblo principal de la dodrin4 doúde ñ¡e recibido con danzas y feeines orgmizadoo por el paüe F!reisco de Aguflar Viltacasúln PoSeriormente, rel¿ta el mílagro de h ltuvia p¡odwida mie¡rtras ent¡aba a su capilla en Cocha¡cas. Al temnin¡¡ s¡ rel¡úa nos infoanna qrn los res[os de Quimichi, muerto en Cochabmba fueron trastadados a Cocharcas y sepultados en el ftrontís de la lglesia (Gu-

illéq

P.,1625). Según Vargas Ugarte, la glesia y retablo se t€reinaron en 1675, en tíempos del Obispo

C¡isúébal de Casnflh y Zrmrol, y sn¡s muroc fi¡eron engal¡nado¡s con pintrnas enlre 1688 y 1690 por enctrgo del Capirán Juan Flmcisco Centem (Vargas Ug¿rte, l%7.pg.561). EUre los lienzos cwnados en el Smtuariq nos detend¡em.os en uno que considermos de interés para nuesüro estrdio; nos referÍmos a aguel donde la Virgen cm el Niño at¿viada en traje de composición tdangular, aparoe en anda bajo palio rodeada de cirios, con un ramo de llues en la mmo derecb. Indudahleme¡rúe aqui encotramos la sum de todas las reprwnacimes icoográficas de eda advocación, realizadas en lie¡rzo. Hacia la

Manwfu ht&turfu

en el

Ath Cdoniat

derccha degaca en primer plano un caballero somb¡ero €m rrraror vestido a la moda de la sogrda miüad del siglo XVII, gue bien podria ser el donante de los lienzos¡ el Capiüln Centeoo y detrás de él un p€rsoraje de piet cobriza que $ryCInems r€Fesenta a euimichi

(ver figua 3).

h

otro lienzos & la serie Ere oana la de Cocha¡cas se aprecia, e¡r marco de paisaje coo una capilla, las figuras en primer ptm & una religiosa ftarcisús y rm jesrita y m¿ inscripción $re re.za: "El año de lj93 llegó la imagen de N.S. de Copacabana siendo

Ig6ia

ctna d. Anüés Mod,erc

y

Conegi&r

d.

Crerdním Müañón. Y en l59B se t¡asladó del pueblo de Cayara a sü nusva Capilta siendo crna el s&r F¡ansisco Aguilar Villacastfn. Estuvo en srl capilla 20 años y en 16?0 se trasladó a la iglisia de Calicanto, sieú ya cur¿ y vicario el Sr. Ltlíguel Albites de padill¿. La dedicó el ihrgrlsimo Sr. Ctisóbal Ca$rilla Zamor¿, siendo Corregidor y Capitdn D. Diego Galeaoo". I{ace casi dos aúos el I de setiembre de 1991 un incendio desn¡yó t¡€s iüág€mes y nueve pinturas coloniales del Saduario de Cocha¡cas. En este suees trágico para fl¡s devdos la imagen titutar del siglo XVI, obra de YWm$r, se perdió casi en m 60%. Los r€stos ñpro'n traldos a Lima y a mediados de juti,c de 1992, desprds de l¿ restarnación llevada a cabo por el seúor Hugo Flores ha sido minuciosa, poque sbre los ¡estos de la original" basado en muchs fotografias, logró re$ucitar 6il¡s rasgos.

I.II \¡IRGEN I}T COCEARCAS I'E LIMA

I¿

devoción

¿

esta advocación de la

Virge¡r, rfuidamente se diñmdió por el Virreinato y fue eil¡onizada en Lima en 1685 segrh ms rehla l&ryabunr en su Diario: "sabado 24 de febrero del año 85 dla del glorbs apodol San Matim, a las cinco de la fárde, salió de l¿ rglesia de mi Señora Sanfa Ana la procesión

con la imagen de San Josephe y Señor San Joaquln, la imagen de Nuestra Sefrora de Cocha¡cas con mucha solemidad y la llevaron e su capilla m¡eva donde fue colocada y llevó el estandafie don Ranciso Cobnares Oficial de las Cajas Reales de su Mejedad y aconnpffi al Cabildo de la ciudad con sus alcaldes ordinaios con sus velas e,lrcendidas. Y todas las calles estaban colgadas de tafeta-

Scquilao: Año

II, Nrcs.4-5, 1993

T,

F¡¡at¿¡ss

nps y €n el zuelo soú much¡s flores". (Mugabwu, 1918. Tono II. pg. 160). El promdor de tra capilla para la Vhgen ñrc un indfien¿ ll¡m¡do Sebastián Alonso, gien desde hacla cual¡o dos atrás labla otüenido el pmiso del furcbrspo Don Melcbsr de Liñfo y Cisneroq as{mimo logró levanar rm conventillo para l¿ edwación de las hÉrfanas de caciqus (Vargas Ugarte, 1947. pg.S6/). El poder de la cofradia de idios sob¡e la capilla se puso de m¡niñesto

en 1796, cr¡ando el Consejo de Indias, el4 de junio de dicho do, falló a favor del indgena Rmcisco de l¿ Encarnacidn Simpul, ag€rl'e de los indios, ante las pretensiones del Chantre de

la Cat€&al D. Rarrciso de Smtiago Concha quien habla solicitado al Rey se le declarase Patrono de dicha capilla (Va.gas Ugarte, 1947).

I,A VIRGBN IIE COCtrARCAS COIUO TEMA PICTÓRICO

Antes de promdiar

el siglo XVII, &

segu¡o lonmüdo cmo mdelo la propia imagen en nr ada procesional el dla de su fe$ívidad, stuge del pinc¿l de los pidores indlgerus uúo de los lemas más represedativos del arte colonial peru¡no, creado agui cmo fnrto

del s€ntir devocimal hacia lL

"mamachao

deff¡o de ur gusüo coonpositivo prqpio de la pintura indlgena de la zm¿ nn andin¿ del Penf" de rico colmido, narrativq rec.dó'tico y de ura ing€üuídad formal que parecieran los mejores ejemplares de un arte uÁaifo. Sin lugar a du&s cre€rms gue se hizo grabado, un arh no ubicado, ge sirvió de modelo a los ¡l,ocos ejemplares que hoy se Cocbarcas,

cornervan de este tema pictóricq ya que todos ellos presenlan ciertas semejaoza* Tomarem.m como

ejerylo algmas de l¿s empezando por dos

veñons más conocidas,

que presentm i¡scripción con fecba de ejecución, el henm ubicado en el Museo Bnootl¡aq e¡r New York (Dtmaa 8., 198t, fechado en

1765 y considerado del cfrculo del pintor ctuqre,ño del último üercio del sigto XlruI Antonio Vilca opinifu qrÉ m c@partimos por cuado los colores no reryonden a la paleJ¿ de este pintorn caracterizada por ser de matices muy cla¡oÉt doúde predminan más que las tiems, los rojos y aanles rcsaltados con blanco. l¿ cfra versiórU fechada en 1767, en colección particular limeña, ilugra el libro 7E

"Pirúura Vinei¡al" del Banco de Crédito (Samiedo, 1973. pg. l4?). En aobos ejemplaes aprecimos los elrentos infaltables Ere idedifican a dicha advocacirón; la Virgen es fepfesentada eir su mda procesiooal con el lraje de composición triaagular, ricamte decorado, de pie sobre pema A$d la divinidad crece, coüro efi el medievo, sl es&la es monumedal con respecto a la geografia del lugar y a los peregrinos que se dir.igen a su sanfuario, La lectura se inicia en la parte sryerior izgierda por do,rde aparecen los peregrinos hests rm¿ Ercbrada en la que el peligfo acecha y los demonios e hacen presenfes; la fase siguienie es en la zonra inferior del lienzs, delante del anda, por donde pasa el

rlo Pmpas. Este cruce siempre es anecdotcío y m falta en ninguna versión, ul rg,tal que la cmiti\ra presidida por el Obiryo y dignidades civiles qrc fignan aI ot¡o lado del rIo. El camirc sube por el lado derecho del lienzo, hag¿ los albogues y m¡is adelade el Sduario Erc es rellresotado por lo general con caractercs aryiteclónícos diferentes. Esos lienzos y la mayorla de ege tom4 dejm muy poco para el celajeo gue sólo es usado bajar fornando ¡ingulo para resallar el rogro de la Virgen. Amb6 piúras preseútaú diferencias eú cuanto a atributoq lo vemos en la versíón do Nuer¡a YorL donde aparte del rmo de floros la Virgen arh llev¿ la consabida caarde14 por sr parte eI lie,nzo {¿ Lime, ya tiene la pema conr los cr¡ertros de la luna. Con reryecúo al batdaquino tmemos 4n coreiderar que miat¡as de la Brookl¡rn lleva las coluilnas con ñrses salomónicos, la versión limeña es de fustes lisos, con ligeras Arias helicoidales y lístores aguidisantes que tendrán éxito en versímes poderiores. Eri$e en ol¡a colección particular limeña uoa pintura de la Virgen de Cocharcas (MesaGisbeÍ, 1982. T, il) $É al igual quo la müerior preeda a la Virgen si candel¿ y corl rmo de flores; acimismo estó sobre peana con l¿ medi¿ hma y las cohm¡as det baldaquíno y el santmrio, sm inril¡res en decoración. A+d apa¡ece un recua&o sobre el fronl¿l del anda

en flores multi olores, gre taübifu

t€údrá

éxiüo posterior.

El lienzo del

Mr¡seo de la Moneda de qlrc Potosi, creemos es poslerior a 1765 y mucho m¡is cercano al pincel de Antonio Vilca gue el del Museo de Brook$4 por la cla¡idad y frwrua de ss matices y por la sirTlifica-

EslaJ¿¡üist

cién de la narración cocrrmbrista. Cabe anot¿r Ere en la contimidad cronobgica de las verdo¡es cit¿das é$e podrla ser poslerior al úttino mwionado en colección paxtucular lim€úa;.toma de é1, el tipo de baldaquim, el ramo de flores de la Vtrgeq el paño pequeño en el f¡ontis la media lma y el modelo de la iglesia, pero simplifica detalles, no coloca floreros y el perfil de los cerros baja hasra la cintrna de la Viryen, daodo rnayor eryacio al celaje y con ello a h fuz ql¡e ml¡estra un desarrollo más limpio y rr¡enm abarrotado de perwnajes.

Por último ros ddmtremos en dos versiooes mry wmeja¡Í€s, la piffiua de la Colección de la Casa Goyeneche y la de la Colección Emico Poli B. en Lim¿; mbas tienen los siguienes cüasteres similres: la Virgen lleva el mismo traje rojo con sartas de perlas y en la mano derect¿ el ramo de flores sin candela; el anda procesimal igualm€lile pr€selila tn baldaquino de encaje can campalitas, ss€nido por cual¡o colwnnas s€rpeantes sobre tra mesa de frontat rojo, manrel de mcEe y ptr de jarrmes con flores. En lo que resp€cla al marco del anda procesional el e¡rform geográfico es iguat en el tr¿tamiento de las mdañaq bajada del rio Pampas y santuario, don& el pintor la dejado m ligero eryacio al cielo gw, €n estre dos exprcioares plásticas, alcrrnza solo hasta la cs¡ona de l¿ Virgen, con lo $F ba logrado un mayor

perryeciin del territorio del

pereg¡inaje,

dorde se multiplican lc personajes. en rnayor poporción en la pintrna de la Casa Goyeneche. Ambas nos ofrecen algms ele,merl.os icomgnilicoc novedoss al incluh la premcia & figuras orienfalas, personajes anacrónicog ya $D los chinos hacen acto de presencia en el Peni a mediados del siglo pasado. Miedras fi) se hag¡ una inveoigación profunda al fespecto, nos atrcvemos a qponer que €s producfo del gusro p6 las cbineriaq propias del rccocó en el siglo )CfiII. Analizaremos el lienzo de la Coleoción Poli detenifudmos ear alguas de tas esce¡ras curiosas que rodem. el anda procesionat En la parte srperior de los cen¡os, llama l¡ alención l¿ $ilu€la de los p€rsomjes trabajados a contratu y sí seguimos con la lecnra & la rzquierd4 hacia abajo ve,Íemos ma laguma con patoq rodeada por escems de tauomaquia y ur idigena smidesudo hasiedo sus necesidades fisiológicas, Baja el camino en serpeirti-

In Matfu Cañebrb en el At* Cfutúst na enl¡a vegelacién y

aparece

la

primera

escena con chinos sedados alrededo & oilas, cerca ¿ ur pueblo y €n la rfltima €scena aoecdótic¿ de la z,sna izquierd4 ver¡os cóm rm lad¡én gue robaba u¡a ofre¡rda de plat¿ en una muliao es aplehdido y arrojado a rm pozo. En

b

zom, interior del limzo,

al iguat que tdas

las ve¡siom, el rlo gga y pasa delante del ad4 al frenúe los pereginos Ere fratacr de cruzarlo y exrfre ellos, al celrtro, lhm¡n la afmión dos mujeres con haje ori€dal. En el

rio se ven embarcaciones trasladadas por

ind{genas y negfos demudos, m bebé que ba caldo al agua! un cua pescando, etc. Al cruza¡ el rlo la €sceira obligada común al tem¿ icone

grdfico de las autoridades religiosas y civiles con su séquiüo, desaca rm di$inguido p€rse' mje vesido a la moda francesa, con un re.g¡o esclavo que lo proúege con una sombrilla. F.n It zsnl derech4 al süirla sueslá, un gran pleito edre dos personajes que so tiran de los cabeilos, mi€dras ux) de ellog calzones abajo, con los genitates al descubierto, es azota& en el l¡aserc po¡ rm terc€ro. El camino conürce a los albergues consrufdos ahededor de rma ftrente, dode ce¡ca a ell4 bajo un a¡bol vemos nuevamede a rm gn¡po de orient¿les. Hacia arriba el Smtuario con gran drio cercado y alrededor carpas (ver figtra 4). Por su propieÍario actual hemos tomado cmocimiento que el hwzn procede del Monasterio de Sa¡t¿ Clara de Ayacucho y flue seglh docrmentos obeerr¿do por é1, pegados a reveño del lienzo, ya esaba piúado en 1750,

lo qrn ¡os llevarla a lma de las primas

versioffi, incluso a¡tedor a la de BrooklF. Por ello tmbifu creemos que Ia pisura de la Casa Goyenech e$árIa ircpirada €n esa o en atgfu grabado becho en el Perú Erc sugiera de Ayacucho, sin dejar de lado la posibilidad queambasproceden del mimo pincel Deryués de lodo lo mencimado cre€¡nos que no eille ninguna duda para afirmar gue el te,ma pictórico de la Viryen & Cocbarcaq es la seación iconográfica mcs autenticarnente pen¡am de b püisilica coloni¿L

I.AS CATÍI¡EIÁruAS E¡{ ANEQI'IPA

En Arequipa es posibb comprobar a t¡avés de las expresiones plá9icas qn ath conservan, la devoción eryecial hacia la Vfugen Mafia" menifiesta e,n la variedad de advocaciones {¡ue sorr objeto de veneración. Sequilao: Año

IIr Nros. d-5, 1993

7t

F-s¡frufu

At igu¿l la Elesia pose lienzos

enfre todas e[as, la que tttvo más éxito fue la

1590 (Vargas Ugarte, 1947. p9.570).

imagen de Ia Pmifrcacióu, tlamada popularla Candelaria Al rcsl]ecto, Vugas Ugarteo cita un documento ¡otari¿l de 1571 doúde se hace merción a la ermiüa de la Candelaria de L¿ri LarL ¡ombre Collagua gue ccrreryonde at achul pmtefu de Caima (Vargas Ugarte, 1%7. W.566). Por su parte Motta 7¿malloa plmtea que la Candelaria tuvo presencia significativa desde el siglo XVI, pe¡o m el campo, porque asi lo manifies{a la t¡adición oral y ad lo rqfsrm ots hierofmlas. Ancna qus en lz znna ru¡al los cameesinos estaban ajeoos aI culto de la chdad y tenlan s¡s proplo$ paronos, de acuerdo a sus necesidades agropecumiaq por ello es gue se omitió sr culto en libros de Cabildo y Ayuntamientos

que en la de Cafuna que relatan zu listoria y las ricas joyas que arh conserva y que pudimos qpreciar a.1973, dan prueba de l¿ devoción baci¿ ella L¿ Caúdelria de Chapi es más tard{4 se r€monta al siglo XY[I, según Berredo Málaga h Virgen €ra patriüsnio de los pueblos mtr¡rales de Tasat4 Chajrón y Paramy, ubicados cerca de las nrinas de Chrajón.. (Bernedo M.L. 1949'), complejo cer@onial dodicado a la h¡na y que la imagen cmen¡a.da en Paraoay fue trasl¿dada al valle de Ch¡pi. El famom valle del Colca uvicado en la cordillera interandína de El Chila, eútre las regimes Qwchu Alta y Suoin no escapa a la propagación del culto a la Caadelaria doüde figura el? de Febrero, como el di¡ dedicado a ella en zu c¿lendaio festivo. En la mayorla de los casos plmeadog las historias de las Ca¡delarias asentadas en díferenles pu€bbs su mdinos, sus milagros y el ritualde su festividad, están relacionados cm el a$la y l¡a siembra y es eil ellos donde se prueba ha$¿ la actualidad como. a p€rsar de la lrcha de los evmgelizadores eryamles, no lqgrarcn hacer desapuecer corylefameeite todas las creencias y rituales mcestrales, los que se transforom¡on has un largo plocem de sinctetismo y aculturrcióa religiosa

mente

(Mdla E, 198t.

Al buscar rma explicación aI porque de la diñrsion de sr culio, la rcryu€sta se puede erconüar en el origeo de la advocación el sometimíento de la Virgen a cumplir con 1o estipulado en la ley mosaic¿. Segrh Catmcha la Matre de Crigo recibió en osta fecba afrentaq vergüenzas y por ello se erplica la fesividad: "como Dios al tamaño que por él y ajusfa las meneedes, esúá obligado a es{¿ festividad" (CalanchA 1938). Po'r eso es que se considera a la Virgen de la Purificacídn, en fu imaginacióm populr, la En pos€e mayores alributos, la más milagros4 por que vivió el momedo de }a mayor se padece da omas

aflicción

Ent¡e las más famosas Candela¡ias de Arequipa se cuentan la de Caima Cbaracato, y Ch¿pi. Cmo hemos anolado, Vargas Ugarte remonta la digiiedad de la escultüa de l¿ Virgen de Caima al si$o Xl¡I. Eil snr templo {lue es de medíados del siglo XVIII, es posible contemptar los li€úzos de Jacinto Ca¡bajal" pidados hacia 1780, donde se d¿ cued¿ de l¿ higori¿ de sus milag¡os, relacimadoe con te¡rffi1os y pe$6, donde se demuestr¿ cdmo el culto del campo va garando a la ciudad. Las pinturas de ega serie estdn dentro de la tryobgfa de las que tomm el tem¿ de la Virgen de Cocha¡cas, obras de origen popular con car¡icfer narrativo costr¡mbrisüa, donde no existe mayor preocrryacién por la pffryectiya o la proporcióm y prima en ellos lo deco¡ativo y mecdolaio, La Viryen Cmdelaria de Cbaracafo se verrcm ¿ 10 kilómehos de Arequipa y re, s¡pone qw fr¡e txaida de Copacabana hacia EO

EL AGUA Y EL CULTO A I.A CANI'EI,ARIA

I¡s

b¿bitdes del Antiguo Peni

se

ca¡acteriza¡on por se un pueblo esencialmte asicola grcr ello, siempe la bttsgueda del

agua para sultivar

la tierra coñifuyé sl

preoorpacióm primria. En base a e&ts preocupaciones es que desde tiempos remotoq vemos eri sus co'nce¡riones religíosas las ieraxqrdas divirras, donde los dioees del agua ocnparfu uo tugar p¡omin€rúe ylos fenó'menos nalurales rehcionadas con ella, t¿les como las lluvirs. las rempesafu, s€rán fámbi& divini-

srgh

zados.

I¿

agua

diosa

fpe

primoro

lum

simbollza-

lds lfuviae el

felüiliz¿ba 1¿ üerr¿ e¡r doble papel,

cm

deidad celese sideral coo lm

cdül¿m de agua o paccba perforada con la que vierte las lluviaq segundo, como deidad üetrestre, persnificando a la misrma tier4 como una linda dorcella dedicada al cultivo del

maiz, papa o Erinua y cuyo afributo es m cáotaro de chicba $le se co'nvierte ef, lm

Estabrídis:

manffiial. La paccha es lm reipielrte que se llenaba con chicha o 4gua y se vetia a pie del ldolo para qrc dote ala üerra del poder productor, segtn Carrión Cachoto fue el americanisüa Jóyce guien lo desi$ corr €se nombrg en atención a qrc el tall¿dos (Carrién Cachot, 1959). Se b erpnentra en las altrnas máq rolíguas' irchtso en Chavún Por su parte el Dios Sol era aguel qrn vivia en lm cumbres y fecundaba a la tierra al uúrse a la diosa hma a quien tramitía su poder generatriz. Anbas deidades esü¡h ampliamente itustradas en el arte arqueológico. El jesuita Arriaga, en el Capftnlo II de su Clonicq sobre la extirpacién & idolatrlas en el Perú, nos informa de lo qrrc adoraban los indios: "A Mamapacha que es la tierra tnmbi& reverencim especiahrente las mujeres al tiempo que an de sembrm y hablan con ella diziendo Ele les de buena cmecha y derram¡n ptra ego chicha maiz molido...". "A lm Rquíos E¡s sn loa mnnantiales, y fuedes

$r adman de 1¿ misma maner4 €ry€cialrente donde üene falta de agua, pidiedobs qrc no sequen ". "A los rios ryando an de pasallos...". "A cerros altos y modes y algunas piedras muy gra*s tamh.mos hallado

bien ¿doran.." (Arriaga, 1621). Deryués del pam de los congui$adores y puede afhrnár, en de los dos colmiales ba.s a los estudios de Marzal que el panteon

s

mdino actual esá integrado por Dios, los Sados y ciertos sers sobremtu¡ales andinos, co'mo la Pachmama (Maee Tierra) y lm Apus (cerros). En la aceptación del Dios sistimo no hubo problema pues equivalia al concepto de Dios creado'r que ya tenlaa los idíos. A los santos seles ac@é como equivalencias a la calegoria indfena de intermediaúo sagrado, con la inch¡sidn emtre elloa de Ieob y }a Virgen. En conchrión los idios termi¡ron por ace$tr al catolícimor p€to baciendo rma serie de reinterprAacién del mimo. I¿ Pachamama, inlemediario mdim, se ta identificado cm la Virgen Marl¿ (Gi$ert, 1980). Es el principio de la fesividad aeftol4 proporciona los alíü€ntos necesarios para vivir; a ella gue oüecerle ?agos" en el mes y compartir la chicha por el rito de la "Ti¡fta". [,os mítos jue.gan m papel importaote en la sociedad aodina; Ivfa¡zal nos alcanza rmo recogido por Rosalin Gow en la comrmidad de Pirchimro de lr Panoquia de Urcos, donde

In

Manw.ha Cür&Iorio en el At* C"olorúol

llnma nurcfüa derción rm pedido gue hace la Pach¡mama: Tn carnaval y en Santiago alcfozame por los *nimales y €n l¿ tie6t¿ de la Pu¡ificación de Nrcstra Señora por los producüos". F.n base a ello e puede alirmar la persis t€úcia de los ritos virrulados a la actividad agfopesuaria como el "pago a la Pachmama" o la "Tinta a loo Apns'. Aqui vemos el tipo de sincretiso do* se conserva el ril.,o indigena, pero s le da rm significado edstiano. [¡s ritos s ponen de m¡nifiesto ¡¿g¿ achnlidad en las f€stividades del ciclo sadoral donde se asocia bs fiestas de loc santos y virgenes a los calendarios productivos idigeneo y al padeón tmdicional de los Aprs y Pachamma Prueba de ello lo da, por citar un eje,mplo, los riltimos esfudios de ValderrmaEscalade sobre los rfi¡ales en tomo a la adividad agropecuada en el Yalle del Colca (Valderrma-gscalante, 1988). Asfrnisnro, fug investigaciones de la Pontilicia Universidad Católica del Peirl cuando a havés de su hoyecto de Presenación de la Mrlsic¿ Tfadicional Andina, pg ¿ls¡nza una información ¿rnsra de los ritos y fegividades, en zu riütima edisión sobre h mrbica TÉdicioral en el Valle del Colca. En ellos iguahede vermos el sincretimo cr¡ando se celebrm fiestas como la de la Virgen Caodelaria en Chívay, Cavan¿condg Coporaque, Mac4 lchrryampa, Madrigal y Tapay, €n ese últím coü caracteres especiales por ser fieda pafonal. fu zu recopilación incluyen la música de la dmza del Khamile qr¡e se dió dumnfe la siembra en el terreno de la Virgen de la Candelaria, en el distrito de lchupampa, en 1988. la fun de ¡gtumlle es una actualiz¿gi6r de las fiestas ircaicas del Aymoray, donde los danzantes debdn dar incio a la sie,mbr4 pues tieneo el cooocimiento mágioo y agrlcola pra garantiza¡las. P¡imero 1o bacen en el terrm del S¡ntkimo y luego en el de }a Vng€& precedido del Tinkay o pago al Apu y la Pacbamama. Al flnal de la siembna em'oüan el haylle que es lm canlo y gfo de gozo, qlue tmbién viene de üempos prehispánicos y $rc.senf¿ba eI bueir ¡esrltado de la guerra y en espe*ial de la buen¿ siembra y cosecha (Raez Retamozo,

M.

1989).

I¡s relaciones de la Yirgen Candelaria csn el qgua y la tierra estCn presedes en casi todas las historias qw rodean a la imágenes come¡rtadas ert este e¡$¡¡[yo, Cqlacaban¡, Sequilao: Año

II, Nros,4-5, 1993

El

Fsatt¡u

su supeni

Cocharcas, Caim4 Ch¡rrcdo y Chapt culto en h zoloa rural sn mdinq ain

y

en

ven los rlos ancesrales reirterpraados como ftutos de rn sinff€tiso que arh pervive.

NOTA.- El presente eüs¡ryo está basado en la ponencia prCIentada por el ¿rÍor en el Stm@o Intemadonnl sobrc el Shcretbmo en lss l@enes Marianss, llevado a cabo en el Museo de Bellas Afes de Caracas, Veneanelq en marzo de 1993. BIBLIOGRArIA

ARRIAGA P., Pablo José Exdrpeclón de

[ó21J



Holshla en el Perú. I ima. Rlición facsimilar,

Buenos Afu€q

1910.

BARRIGA, Fray Victor Los Mercedarl,os en el Perri. Arequipa.

1953

BERNALES B.,Iorge

l9Tl

BERNALE&

1989

nBsculfiir.as

dt fuqte dc Balfuque y sa cfrcahn en Andal&cfs y América'. ht ANsb & E*tlta 'lnlrr*:glpr* To¡¡n lüXN. Sevillg

J.; ESTABRIDIS, :PACHECO, et. aL Pinfra cr cl Vinebob dcl Pcrl Coleccün Arte Crédiu &l Perú. üma

y

Tesros del Perti Barco fu

BERNALES, J.; GISBERT, T.; TORD, L.E; ESTABRIDIS, R Fsflltürn en el Perfi. Colección Afie y Tmrw del Perú. Barco de Cddito psfri. I imr.

f991

BERNEDO lt4 L¿onidas oRcseíw Histórica del Smtusio d¿ Nu¿stra Seiwra de Chap{, Fa ¡hrcongrzm Hqim. Linra

1949

CAIANCHA, Antonio dc Ia

1938

&&úe wsfun & b

fut

dc

fu A*ú a cl Pal

&l

Cúré: Crútba

Barcebtu.

C/{RRIOjV CAC HOT, Rcbec a "El Culto del agua en el

1955

Adiguo Peni". Separata & la Revls{¡ del M¡seo N¡cbnal de Argueobgfa y Antropologftr Vol. II. IS l. Ma¡zo.

CATAI.oGO

lgy?

Gbris ln Excelds New York, 1985. Magna llf¡ten El $hcrelim ll$anoomerft¡no olgtmrs lmágenes m¡rlans. Ca¡acas.

COBO P., Ber¡¡bé

1964

tbndación de Lh¿ En Biblioteca de Ar¡fores eryñoles" lvffirid.

ESPINOZA SORIANO, W. 'Atfottso Rorinas Gavilán Vida y obra d¿l croni,sta Revbf¡ Hlúorls y Cu[ure l* 6. Lima.

1972

E2

&

Coprcabanal En Separata de

Estab¡idis: La

Mandu

Candotorb cn



Ar& Cfunfuf

ESTABRIDIS C., Ricardo 'Inca-s y Virreyes en el Nu¿stra seinra Coprcabüuu. leaf?rio Inügena Dtarto OJO. Lima I de jutio de 1980. "El Grebado Colonial en Lima'. En Anuar{o de Estrdfus Anertcam. Tomo XLI.

1980 lgu 198? 1988

&

&

Sevill¿.

Iüsb

"El Patrbnonia Artfgico dc Arequipa'. 1997.

Aó*ncrciors

e b Wcr

an cl

EI

C;mrcia

Lirrra 16 de Ag6¡sto d¿

pctf Lim*

FERGUSON, George

SW aú Synllffi inClrí*ialtútx GISBER4 Teresa

1980

lryrúay

fftos A&re

aclste

La paz

GUILLEN, Pe&o

1625

kbiqz & b rrycn & Iütñe

tu-ma

en 20 dejuüo d¿ 1625.

& gc aü

HEENANDW DL\Z, Jo.sé "Icomgráfia Hiqpalense de la Virgen hdadÍe en Archlvo lllspakma Sevilb.

1944

b

cn cl ptchb

&

C.¿¡;rg¡¡6¿¡...

escultura renac€úrisa.. En Reviga

LIZARRAGA, Reginaldo de Descrlpción breve del Perú. En Biblioteca do Autmes Bqpañoles, Madrid.

19ó8

tvfARLATEcUI OLM, Rica¡do EI Süünrtu de Cayma. Lim¿.

1952

L{ARCO DORTA, FÁrí$¡e Hisfo"ie del arte Hhrpanoeuerlcano, Tomo II, Barcelona

1950

IVÍARA{L, Mmuel EL Sincretimo lbe¡ramcrknno, Lima.

1988

MESA" Jose de y GISBERT, Teresa Hlsorls de ta ptntrn* Cusqueñr. Lima.

1982

MOhmES, Emilio

1886

Breve reseñ¡

hilfuica del ssnturio

de

Kochsrts.

L{ONTESINOS, Femaodo Annatce del Pirú, publicado por vicfor M. Marntua.

Í16421

MORALES,

1981

A; SAIr{2, M,; SERRERA, J.M.; VALDIYIESO, Guh ArfÍdfua de Sevlth y su provhcla

MOTTA ZAh{ALI3A, E(htrndo El sguq_ln serpiente y la Candelarin Aadin¡" LINMSIVI, Lima.

1985

ilfaüid, 1906.

E

Sevilla"

&

Arequipa. Seminario de Historia Ru¡al

MUGABURU, José y ttancisco de Diado ds Linn (1640-1694). Colección de libros

1918

cr¡sco.

y

documenros feferelúes

Sequilao: Año

a la

II, Nros.4-5, 1gg3 tr

Ec¡útded.

Hisoria del Perú. Lima, 1918.

y FEUU, Eorique Nue$r¡ Señore de Coch¡¡cs. Lima.

PEI-ACH

1972

RAEZ RETAMOZO, Miguel Textos del cat4@o flue acompda

1989

al disco "trffs&n

TM

&,

Vdtc

C.ore'. Lrma

RAMOS GAYIIAN, Affonso llllorl¡ de Copacabena por Rafael Smz.

1860

M

y de su milngroca frnryen de la Virgen Compediado

SARMIENTO, Emesúo

t973

Plntnr¡ Vhreynsl.

Coleccién Arte

y

Tesonoo

del Perú. Banco de Crédiüo del Perú.

Lima.

UGARTE ELESPURU, J. M.; ESTABRIDIS, R. La lmagen de Mari¡ en el Arúe del Perú. Limn.

1990

VALDERRAIvIA, R.; ESCAIANTE, C.:

t988

Del T¡ta ldalku a

h

Mam¡ Pachan r*Aq sockdd

Pcruanoci Lim¡. VARGAS UGARTE, Rubéa Ensayo de m ücclonarfu de Bueooa Aires.

l94l 1947

t

ritos en loe Ades

Ardñcs colonlsles en la Amérlca Merfflonal

IIIúorb det Culto de Marí¡ en lbcro¡mérka y de ss m8 eebbrdos. Buenos Airs.

lmágenes

y

Santuarloe

VARGAS, Joüt hilarí¿

1972

P¡trlmonfu ArlÍSico Ecun{orisno.

Quiüo.

TOMERYIS (Seviciffi dc Tqogrúr) GEODESIA TOPOGRAIIIA NTVELACTON DELIMITACTON LEVANTAMIENTOS TOPOGRAFTCOS OTROS CARTOGRAFIA FOTOGRAMETRIA PROYECTOS PROCESAMTENTO DE DATOS (TOPOGRAFTCOS)

*

*

Todos los fabajos se decfilan con insn¡mental elecf¡ónico El hoceso de cálculo de datos se efecfila con p¡ogm¡nás eryeciales topograffa por computadora

Jr.Icr üf9

84

rinn 1ü - Tdftm

?I'-3!tU,

pra