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IMPORTANCIA DE LA LITERATURA COMO FUENTE PARA LA HISTORIA La separación entre la historia y la literatura como componen

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IMPORTANCIA DE LA LITERATURA COMO FUENTE PARA LA HISTORIA

La separación entre la historia y la literatura como componentes de un mismo género se inicio a fines del siglo XVIII cuando se consideró que la historia estaba regida por las reglas de la retórica ya que no siempre se podía contar hechos maximizados cuando se quisiera, se tenían que realizar las comprobaciones y contar lo que realmente paso. Para finales del XIX, la historia se había convertido en una profesión diferente de la literatura por sus objetivos y metodología y el canon histórico cambió al asumir la racionalidad y el método científico como norma producto de las discusiones entre intelectuales. De esta forma, lo que en algún momento fue compartido por la historia y la literatura la imitación y la retórica, fue dejada de lado por los historiadores. Este trabajo explora algunos aspectos de la sutil línea que demarca la frontera entre la forma narrativa de la historia y la forma narrativa literaria, y que muestra que la literatura tiene un gran papel en la historia como herramienta o fuente para la construcción histórica. “La literatura es un fenómeno netamente social, que se basa en hechos sociales, que en esta sociedad en la que vive cuenta historias, hechos y le permite a la historia realizar discursos historiográficos, históricamente la narrativa ha sido una de las herramientas primarias del conocimiento y es la que determina la estructura y la forma en que se presentan los hechos ya sean reales o imaginarios, en otras palabras, la narrativa revela tanto la realidad histórica como la esfera de la ficción en la historia y en la literatura”.1 La relación entre ambas disciplinas ha sido bastante complicada, esta marca por las contradicciones, de que esta no puede ser una fuente como tal que la historia deba tener en cuenta o que no se les debe dar un valor como tal por la información que suministran, cuando se habla de los historiadores tradicionales que gustan llamarse a sí mismos "rigurosos" y que siempre han sido sospechosos del uso de la literatura como fuente histórica. Aquellos que comparten este escepticismo alegan varias razones para argumentar que las fuentes literarias no son válidas para los historiadores. “Refutan la literatura como fuente, al considerar que no hay forma de diferenciar la "realidad histórica" de la narrativa literaria, y reducen el valor de la literatura meramente ilustrar lo que ya es conocido. 1

Patricia Fumero ,Historia y Literatura: Una larga y compleja relación, Universidad de Costa Rica

También, objetan la literatura como fuente por no poder verificarse con textos específicos. Finalmente discuten que tanto los poemas, novelas como la dramaturgia son producto de convenciones literarias. Igualmente algunos críticos literarios contemporáneos se muestran hostiles al uso de la historia.” Pero también se encuentran críticos que consideran que los textos literarios se relacionan consigo mismo y no aportan para comprender la historia pero esta no puede investigar todo lo que aparece en la literatura, porque en la historia como en la literatura quien cuenta la historia la condiciona, en la literatura si se hacen las comprobaciones la literatura se considera buena fuente de información histórica y sino sigue siendo literatura y no porque toda la información que se cuente en las obras literarias no sirva como fuente no quiere decir que, la literatura no sea considerada como una fuente histórica. “Académicos como Hayden White y Keith Thomas consideran que no hay diferencia fundamental entre fuentes "literarias" y "no literarias," pues en ambos casos son reinterpretaciones de la realidad. Los críticos literarios también discuten que pese al contenido ficcional de la literatura ella es por sí misma un evento histórico, una forma de acción social que merece ser estudiada como producto cultural. Aún se acepta el punto de vista de los teóricos literarios que consideran que los textos no muestran la vida del autor o de su tiempo debe reconocerse que los textos son artefactos humanos con tanto que decir como cualquier otro producto cultural.”2 La historia y la literatura están interrelacionadas y cada una contribuye en la comprensión de una sociedad y momento histórico particular, permitiendo que los interesados en la historia puedan entender y aprender aún más del pasado a través de la narración dramatizada de la historia. Está claro que en ambas disciplinas el profesional ejerce un trabajo interpretativo y que ambas instancias o versiones son válidas, complementarias y le dan significado y sentido al accionar humano. 3 La obra literaria no es un hecho aislado, es un reflejo, consciente o inconsciente, de la situación social, económica y política de un determinado momento histórico, “dice muchas cosas mínimas que la historia no cuenta, muchas veces la literatura se reduce al hecho de pequeñas comunidades que la historia no cuenta y es comunidades a veces tienes más historia que contar que lo que nos dicen las grandes historias. La literatura repercute en todos los matices de una sociedad.” 4 2 3 4

Patricia Fumero ,Historia y Literatura: Una larga y compleja relación, Universidad de Costa Rica Patricia Fumero ,Historia y Literatura: Una larga y compleja relación, Universidad de Costa Rica Entrevista con Manuel Ladeus, mayo 10 de 2014- Puerto Colombia -Atlántico

Y por eso el historiador busca en la obra literaria el testimonio vivo de una sociedad, la manifestación de unas creencias, de unas mentalidades que el autor refleja y frente a las cuales toma partido, bien directamente o bien a través de sus personajes.

El escritor no vive aislado sino integrado en una sociedad por un sinfín de nexos y relaciones. Además, no es sólo escritor, es otras muchas cosas; y su vida, como la de cualquier ser humano, se nutre del forcejeo entre la afirmación de su propia individualidad y las trabas que en los usos sociales encuentra para lograr esa individualidad. “Giner de los Ríos fue un filosofo, pedagogo y ensayista español quien consideraba que la literatura debía tener un valor en la historia porque este servía como instrumento para averiguar la caracterología de un pueblo, pensaba: que el historiador puede y debe servirse de la producción literaria como de insuperable guía para explorar la recóndita intimidad de un momento histórico; la que no nos suele proporcionar la historia política. Ahora bien, para Gíner, la historia en cuanto reflejo del gradual perfeccionamiento del hombre, tiene fundamento, sentido y objetivos estéticos”.5 Se puede decir que si la historia busca descubrirnos el espíritu de los pueblos, tiene que buscar sus fuentes donde el espíritu se manifiesta de manera más libre e intensa; que, precisamente, en la esfera más personal e íntima, la del arte, ya que la obra artística surge de lo más individual y característico que tiene el hombre, no en el terreno de lo socio-político, donde se acostumbra a buscarse; sino dentro del arte, el historiador debe dirigirse muy especialmente a la literatura. Dice Giner, suprímase la literatura de un pueblo y en vano se apelará para reconstruir su pasado a su historia política. Las bellas letras son la carne y la sangre de la historia. El texto literario para el historiador no es una ilustración de la exposición histórica; es, en sí mismo, una fuente de investigación que hay que saber manejar y también averiguar cuándo hay que recurrir a ella; pero siempre habrá que contrastar la información que nos proporciona con otras fuentes documentales de tipo histórico, geográfico, cultural o económico, pero que eso le compete más que todo es a la ciencia el de constatar las informaciones.

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La literatura como fuente histórica: Benito Pérez Galdós maría luisa Lanzuela CorellaU.N.E.D. (Madrid)

“La veracidad de la información está sujeta a la comprobación histórica, con eso no se dice que no sea veraz sino que necesita ser comprobada, porque en la literatura pueden maximizar o minimizar un hecho, sin que este probablemente tenga la magnitud que pretenda presentar la obra, como también hay hechos literarios que describen hechos históricos ciertos pero no significan que todos lo sean, hay unas comprobaciones que tiene que hacer el campo de la historia, necesarios dentro del terreno científico para poder demostrar que en efecto ocurrió así dicho hecho, de no ser así, solo se está en el campo no propiamente especulativo pero si un género literario y una obra de ficción interesante.6 La validez de la fuente literaria resulta innegable a la hora de analizar temas de historia social, detalles de la vida cotidiana o tendencias de mentalidades colectivas. No obstante, para que la obra literaria pueda ser tenida en cuenta en la exploración de un determinado momento histórico, habrá que realizar previamente, como ocurre con cualquier otro documento histórico, un minucioso examen y una valoración crítica de la obra en cuestión. La literatura es en forma narrativa, cuenta las cosas, las comprobaciones parte del campo científico, si se hacen las comprobaciones la literatura en una buena fuente de información histórica y sino sigue siendo literatura, en ningún momento dice que confiable o que no es confiable sigue siendo literatura, en el caso de la literatura no se puede ver si es confiable o someter a un juicio porque simplemente es literatura, que hay obras literarias que son históricas y probablemente histórica si es verdad. ” Dentro de la literatura, el género que aporta datos más valiosos es, sin duda, la narrativa. El texto narrativo, como refrendo de una realidad social, nos proporciona datos valiosos y detalles imposibles de encontrar en otro tipo de documento histórico. El autor de una novela, cuando refleja en su relato la sociedad que le rodea, si el argumento se desarrolla en momentos coetáneos o cercanos a los de su creación, es un testigo de su época; testigo que nos transmite, junto con la representación de la realidad, un conjunto de problemas que va a expresar, influido por sus propias circunstancias sociales o ideológicas. El proceso de socialización que a lo largo de su vida sufre el escritor influye, desde luego, en el tratamiento dado a su novela. De aquí, que el historiador debe conocer la biografía del novelista ascendencia familiar, educación recibida, situación personal, los elementos culturales de la sociedad en que está inmerso 6

Entrevista con Manuel Ladeus, mayo 10 de 2014- Puerto Colombia –Atlántico.

valores, modelos, símbolos, así como las corrientes ideológicas o la mentalidad de su grupo de pertenencia, ya que todo ello va a conformar su expresión artística en un determinado sentido. Es decir, la novela no sólo da testimonio de una realidad, sino que los acontecimientos históricos de la época influyen en el autor de dicha obra; y ésta, a su vez, sirve de instrumento de denuncia y crítica de la sociedad de su tiempo. El relato literario no constituye una fuente secundaria, es una fuente primaria porque permite comprobar ciertos fenómenos y hechos, si se mira como fuente secundaria entonces partimos de bajarse que se investigo un tema en especifico y coincidió con la literatura ahí se mira la literatura para ver que luces arroja para ver si el hecho es cierto. Desde los hechos que aparecen en la obra literaria se parte a la investigación a mirar y a comprobar los hechos, si constituye una fuente primaria solo que los hechos deben ser comprobados, independiente mente que se maximice o minimice los hechos se tiene que tener claro lo siguiente que al comprobar el hecho nos va a llevar entonces a tener un resultado histórico veraz, la comprobación es la encargada de decir, si es cierto o es falso, de ser cierto se tiene un hecho histórico de lo contrario sigue siendo literatura.7 “Lo cierto en esto es que la literatura nunca pierde siempre sale victoriosa, porque si comprueban el hecho es una fuente histórica y si no comprueban el hecho sigue su curso como si nada hubiese pasado sigue siendo literatura” La literatura es una increíble fuente para aproximarse al ser humano.

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Entrevista con Manuel Ladeus, mayo 10 de 2014- Puerto Colombia -Atlántico