La Literatura Como Reflejo

1. Tema: La literatura como reflejo de la realidad de cada época histórica 2. Introducción. La obra literaria no es un

Views 142 Downloads 3 File size 326KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

1. Tema: La literatura como reflejo de la realidad de cada época histórica

2. Introducción.

La obra literaria no es un hecho aislado, es un reflejo, consciente o inconsciente, de la situación social, económica y política de un determinado momento histórico. El escritor no vive aislado sino integrado en una sociedad por un sinfín de nexos y relaciones. Además, no es sólo escritor, es otras muchas cosas; y su vida, como la de cualquier ser humano, se nutre del forcejeo entre la afirmación de su propia individualidad y las trabas que en los usos sociales encuentra para lograr esa individualidad. Por eso, la obra literaria está históricamente condicionada, en la medida en que toda sociedad es, por su misma esencia, histórica; y el componente socio-cultural actúa como ingrediente de la concepción artística. El término “Realidad” recubre las acepciones: real, hecho de existir, el mundo real, lo que existe, lo efectivo y práctico; pone de manifiesto la idea de verdad. Tocante a la “Ficción”, encierra dos términos muy variados: mimesis, verosimilitud e imaginación. De esta manera, definir la ficción es una forma de definir también la literatura, o sea, contestar a la pregunta: ¿qué es la literatura? La literatura es ficción. Esta respuesta es la definición estructural de la literatura dado que el texto literario no se somete a la prueba de verdad, es decir, ni verdadero ni falso, sino ficcional.

Las definiciones de la literariedad resultan importantes no como criterios para identificar lo que pertenece a la literatura, sino como instrumentos de orientación teórica y metodológica, la cual pone de relieve los aspectos fundamentales de la literatura y destinados a guiar los estudios literarios.

3. Objetivos

3.1.Objetivo General

Realizar el estudio de la literatura como reflejo de la realidad de cada época histórica, mediante información bibliográfica para establecer un criterio amplio sobre el tema.

3.2.Objetivos Específicos 

Investigar la influencia de la literatura dentro del campo histórico.



Establecer relaciones dentro del contenido planteado.



Plantear conclusiones y recomendaciones.

4. Desarrollo del contenido

4.1.El texto narrativo: valioso documento histórico.

Dentro de la literatura, el género que aporta datos más valiosos es, sin duda, la narrativa. El texto narrativo, como refrendo de una realidad social, nos proporciona datos valiosos y detalles imposibles de encontrar en otro tipo de documento histórico. El autor de una novela, cuando refleja en su relato la sociedad que le rodea —si el argumento se desarrolla en momentos coetáneos o cercanos a los de su creación- es un testigo de su época; testigo que nos transmite, junto con la representación de la realidad, un conjunto de problemas que va a expresar, influido por sus propias circunstancias sociales o ideológicas. El proceso de socialización que a lo largo de su vida sufre el escritor influye, desde luego, en el tratamiento dado a su novela. (Cerrillo, 2007)

4.2.Legado histórico.

Las épocas transcurren agitadamente, hilándose la anterior, con la posterior para formar un continuo histórico que, llegado el momento, invita a la mirada retrospectiva, para encontrarse en un mar de serenidad. (Zalamea, 1989)

La literatura es un vehículo de espectaculares dimensiones, su misión es retratar esa agitación que caracteriza a la época en la que se escribe, la mirada es menos serena, pues no se olvidan las pasiones que permanecen intactas en los textos, no se olvidan las ofensas que perviven en el relato, no se obvian las tragedias o las maravillas que pudieron surgir y preservarse intactas en la crónica.

4.3.Visión filosófica entre el contexto literario e histórico. La Historia se interesa por las estructuras y procesos de la sociedad, por el devenir de los hechos que dan lugar a procesos de continuidad y ruptura en el desarrollo de la humanidad; por su lado, la Literatura, en tanto manifestación artística, refleja el sentir y los valores e ideales de una época. Ambas disciplinas se interrelacionan y contribuyen a la comprensión de un contexto sociohistórico específico. Por ello, debido a esta mutua interdependencia, el texto literario puede y debe ser estudiado como producto y, a la vez, factor determinante de la mentalidad y la cosmovisión de una cultura y momento histórico. Así, las innovaciones en el campo del arte y, por ende, en la Literatura, suelen ser un reflejo de procesos de cambios sociales e ideológicos. Quien quiera aproximarse a las sociedades del pasado, no debe desestimar la obra literaria como una posible fuente. (Cerrillo, 2007) Esta relación entre la Literatura y la Historia no se limita a un dominio de conocimientos estrictamente conceptuales, es decir, al manejo acumulativo de personajes, fechas y hechos históricos además de obras, autores y corrientes literarias. La investigación psicopedagógica asegura que este tipo de conocimiento declarativo y memorístico es relativamente estático y de fácil olvido debido a la poca significatividad para el alumno: es un conocimiento no integrado al saber previo ni aplicado posteriormente en otros ámbitos. Por ello, la educación actual le confiere cada vez mayor importancia al saber procedimental: analizar e interpretar textos, investigar, establecer relaciones de causalidad, argumentar a

través de ensayos, etc. Este saber destaca por su adaptabilidad a los cambios a través del tiempo y permite a los estudiantes, una vez adquiridas las habilidades, buscar y producir nuevos conocimientos por sí mismos. Nuestro enfoque interdisciplinario pretende, pues, rescatar las propuestas educativas que plantean la enseñanza en términos de capacidades, es decir, el saber hacer. (Zalamea, 1989)

4.4.Historia y Literatura. Las palabras anteriores escritas por José Martí- uno de los más grandes pensadores Latinoamericanos de todos los tiempos- pueden asumirse como punto de partida para las pretensiones de este artículo, en el que el autor no tiene la intención de hacer un análisis metodológico sobre la relación entre la literatura y la historia como ciencias o asignaturas pedagógicas, pues solo trata de argumentar el potencial formativo que representa la Literatura Latinoamericana para el conocimiento de la historia del continente. (López, 2002) En investigaciones sobre el tema se ha constatado, que en la enseñanza de la Historia de América, existen un diversas vías no exploradas con toda profundidad – como es el caso de la literatura- y que las mismas pueden servir para potenciar de forma efectiva el acercamiento a nuestras raíces y a la vez contribuir a la formación del gusto estético y los conocimientos literarios que a la postre conducen al afianzamiento de amplios horizontes culturales. (Zalamea, 1989) La Historia de la humanidad siempre ha tenido matices, determinados en gran medida, por la óptica de quien se ha encargado de escribirla. El arte y la literatura no están exentos de ellos, pues, en algunas ocasiones el artista enfrascado en reflejar realidades, acude como basamento temático, a la historia que origina esa realidad. 4.5. Ventajas que aporta este enfoque interdisciplinario centrado en el desarrollo de capacidades literarias En cuanto a capacidades generales o macrohabilidades, el trabajo integrado entre la Literatura y la Historia facilita la transferencia de conceptos o metodologías de una disciplina a otra. Por ejemplo, la aplicación de métodos propios del análisis

literario, que dan luces acerca del contenido atendiendo a la forma (recursos retóricos, léxico, tono, etc.), a fuentes históricas como discursos políticos, crónicas, artículos periodísticos, entre otros, posibilita una aproximación más crítica al texto y a la intencionalidad del autor. Por su lado, el estudio de una época histórica permite comprender el surgimiento de corrientes literarias, sus motivaciones y características particulares para establecer relaciones de causalidad y conexiones entre el contexto histórico y la producción literaria. Del mismo modo, al analizar obras consideradas de ruptura o de transición, se podrán vincular estas innovaciones con las transformaciones de la realidad en que fueron producidas; ello revelaría procesos de cambio cuyo estudio es fundamental dentro de la disciplina histórica. 4.6.La literatura como fuente histórica. Este tema se ha abordado en variedad de ocasiones por numerosos estudiosos quienes destacan la importancia de las obras literarias como legítima fuente histórica. Desde luego, como toda pieza de información que se tenga la intención de usar para realizar un trabajo histórico, deberá de sujetarse a los protocolos habituales de análisis y critica que todo profesional de la historia debe llevar a cabo con sus herramientas de trabajo, es decir, sus fuentes. (López, 2002) Y aunque el debate sobre la utilidad de la literatura como fuente histórica válida haya sido larga y profunda, probablemente habría que aceptar que la importancia de dicha disciplina ha aumentado en las últimas décadas para los profesionales de la historia 4.7.Desarrollo contextual de la época histórica.

La atención, desde mediados del pasado siglo, a la historia económica, y social, apoyándose en datos nuevos y estadísticos que sobrepasan en mucho a la historia “externa” o “ideológica”; o el interés por la historia de la cultura y de las mentalidades, ha obligado a los historiadores a buscar nuevas fuentes y métodos que puedan introducirlos en una dimensión que les permitan captar situaciones y personajes más remisos a dejar huellas: los llamados “gentes sin historia”, que al fin y al cabo son los que soportan y, en muchos casos promueven, los verdaderos cambios experimentados por la humanidad. Y desde luego para esto nada más

interesante para un historiador que las fuentes literarias como ya pusieron de manifiesto en sus días maestros como Américo Castro o Jaime Vicens Vives, y más recientemente José Antonio Maraval o Antonio Domínguez Ortiz, por citar los más relevantes.

4.8.Historia y Literatura

Así pues, historia y literatura no se encontrarían tan alejados en su más íntima forma de elaboración. No es ese el problema sin embargo, sino la utilidad de la última como herramienta para la primera. En nuestra actualidad, las diversas especializaciones de la historia han flexibilizado, para bien o para mal, su metodología, permitiendo de esta manera el uso y el estudio interdisciplinario de las fuentes. Así, ya no se ve como un error buscar en las novelas los detalles de un evento, siempre y cuando se tengan en cuenta las consideraciones metodológicas necesarias. Por tanto, la historia ya no ve sólo en los materiales resguardados en los archivos y repositorios oficiales sus fuentes de inspiración, sino que ahora vuelve también la mirada a diarios personales, cartas, fotografías, obras artísticas y, desde luego, las obras literarias. (López, 2002)

4.9.La literatura como reflejo de la realidad

La cultura se podría definir como el conjunto de modos de vida creados, aprendidos y trasmitidos entre los miembros de una sociedad, es una necesidad de pasar a la historia y tratar de alcanzar la inmortalidad atravesando la esencia de costumbres y creencias de generación a generación. (Aristóteles, 2001)

Esa contribución y legado que Vargas Llosa deja a la cultura Latinoamérica no tiene precio y es posible gracias a la escritura. Su prosa ha llegado a millones de personas a partir de textos que han nutrido la cultura desde la narración, generando algo de memoria, en este subcontinente que ha sido desmemoriado. (López, 2002)

Es a partir de la tradición escrita y oral que se crea la cultura en la narración, cultura que se trasmite de generación a generación dejando un impacto en las dinámicas sociales de todos los individuos que se ven permeados por ella. La

literatura es la herramienta para alimentarse de cada una de las vivencias cotidianas y de algún modo las relaciona y aplica a la realidad de la vida.

Sus diferentes historias evidencian a partir de la narración la constante problemática que muchos han analizado de manera superficial, teniendo como principal inspiración el amarillismo, al contrario este escritor es objetivo y gracias a una mirada crítica de la sociedad da pie a que el lector se lleve una idea clara de las causas, característica y consecuencias de la realidad Latinoamericana.

4.10.

La función de la literatura en la sociedad.

La relación existente entre la Realidad y la Literatura ha sido siempre objeto de interés de teóricos, estudiosos de la Literatura y críticos literarios, quienes han tratado de establecer los límites que las circundan. La Realidad hace referencia a lo real; al hecho de existir; al mundo real; a lo que existe, lo efectivo y lo práctico, y pone de manifiesto la idea de verdad. Y la Literatura; a la mimesis, la verosimilitud, y a la imaginación. De acuerdo con lo anterior, la Literatura es Ficción. Sin embargo, se debe subrayar que no toda ficción es narrativa, ni toda narración es ficticia. Para Aristóteles (Arte Poética), todas las obras literarias copian a la realidad, de acuerdo con el principio de la verosimilitud; pero lo que diferencia a la Literatura de la Historia, es que ésta copia las cosas que han sucedido, y la Literatura habla de las que podrían suceder. (Aristóteles, 2001)

5. Conclusiones. 

Gracias al diálogo entre lo histórico y lo literario, se formarán individuos con una mentalidad más abierta, flexible y libre de prejuicios, capaces de juzgar críticamente la realidad. Esto implica, por ejemplo, que podrán comprender y valorar conductas, costumbres e ideas de personajes literarios en su contexto histórico-cultural; o que podrán sensibilizarse ante una realidad histórica determinada a partir de la lectura de obras literarias; y esta aproximación a la Historia, más emotiva y vivencial, conllevará sin duda a un acercamiento al pasado más empático y comprometido.



La enseñanza centrada en el desarrollo de capacidades como las mencionadas cobra un valor especial en el mundo globalizado actual, pues la información y el conocimiento están tan a disposición y cambian tan vertiginosamente, que la formación de jóvenes deberá proporcionales, más que gran cantidad de contenidos conceptuales, herramientas cognitivas que les permitan saber qué hacer con la información y, sobre todo, que sean capaces de seguir aprendiendo y descubriendo por sí mismos para toda la vida.

6. Recomendaciones. En base a las conclusiones planteadas se pueden establecer las siguientes recomendaciones: 

La literatura pone de manifiesto una relación particular del discurso literario con la realidad, es decir, se refiere a las personas, acontecimientos imaginarios más que históricos; pues la literatura implica la noción de ficcionalidad y realismo dentro de la sociedad, por ello es recomendable fortalecer el desarrollo de este tipo de actividades.



En la literatura, la realidad va más allá de lo real palpable, es, en la mayoría de los casos, la imaginación y la especulación, por eso, el escritor más realista es el que supera y minimiza todo empirismo y toda percepción de los sentidos en provecho de una ficción.

7. Bibliografía. 

ARISTOTÉLES (2001) Poética. trad. Salvador Mas. México: Colofón.



AUERBACH, Erich (2000) Mimesis: la representación de la realidad en la literatura occidental. trads. I. Villanueva y E. Ímaz, 7a. ed. México: FCE.



CERRILLO, P. (2007), Literatura infantil y juvenil y educación literaria: hacia una nueva enseñanza de la literatura. Barcelona, Octaedro.



LÓPEZ VALERO, A. y ENCABO, E. (2002), Introducción a la Didáctica de la Lengua y la Literatura, Barcelona, Octaedro.



ZALAMEA, Jorge (1989) El Gran Burundún-Burundá ha muerto y La Metamorfosis de su Excelencia. Bogotá: Arango Editores.