La Libertad y La Felicidad Del Hombre

LA LIBERTAD Y LA FELICIDAD DEL HOMBRE 1. LA LIBERTAD Comenzamos un estudio crítico y analítico de la libertad y la felic

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LA LIBERTAD Y LA FELICIDAD DEL HOMBRE 1. LA LIBERTAD Comenzamos un estudio crítico y analítico de la libertad y la felicidad. Expondremos esta temática desde tres puntos de vista: desde la filosofía, desde la moral cristiana y desde la reflexión espiritual cristiana. ¿Cuál es el primer concepto que se nos viene de libertad? ¿Qué entendemos por libertad según los siguientes filósofos? 1.1.

Punto de vista filosófico de libertad

Veamos ahora las posturas de los filósofos más representativos de la historia: Aristóteles, Platón, San Agustín, Santo Tomás de Aquino, Descartes, Kant, Marx y Nietszche. Aristóteles: La libertad esta ligada con la capacidad de decidir por sí mismo en el ser humano, y esta ligada a la moral. Platón: entiende la libertad como directamente relacionada con la ética y con el dominio sobre nosotros mismos. El hombre en cuanto libre es creador de su propio destino y la libertad se funda en la voluntad libre. San Agustín: consiste en la realización efectiva del bien, para alcanzar la beatitud (visión de Dios) Santo Tomás de Aquino: es la propiedad del ser humano que le permite elegir o auto determinarse en cuanto a los medios aptos para alcanzar un fin. En sentido negativo: la voluntad no se halla determinada necesariamente hacia los bienes particulares por una inclinación natural. En sentido positivo en que la voluntad se determinaría a sí misma sin necesidad. Descartes: consiste solamente en que, para afirmar o negar, perseguir o evitar, las cosas que el entendimiento nos propone, obramos de manera tal que no sentimos que ninguna fuerza fuerce. Kant: la capacidad de los seres racionales para determinarse a obrar según leyes de otra índole que las naturales, esto es, según las leyes que son dadas por su propia razón; libertad equivale a autonomía de la voluntad. Marx: entendía la libertad como el control total sobre las fuerzas alienadas del hombre.

Nietzsche: ser libre es cortar las ataduras del pasado personal, solo así se puede emprender el camino hacia la libertad. Se refiere principalmente a la independencia del pensar respecto al entorno y a las relaciones. Hay que decir ahora el concepto que nos da la real academia de la lengua española: Libertad es: la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos. Estado o condición de quien no es esclavo. 1.2.

Moral cristiana.

La libertad es el poder que Dios nos ha reglado para poder actuar por nosotros mismos, quien es libre ya no actúa determinado por otro. YC 286 Dios nos ha creado como seres libres y quiere nuestra libertad para que podamos optar de corazón por el bien, también por el supremo “bien”, es decir, Dios. Cuanto más hacemos el bien tanto más libres nos volvemos. EL MAL SÓLO ES APARENTEMENTE DIGNO DE INTERÉS Y DECIDIRSE POR EL MAL SÓLO HACE LIBRE EN APARIENCIA. EL MAL NO DA LA FELICIDAD, SINO QUE NOS PRIVA DEL VERDADER BIEN; NOS ATA A LAGO CARENTE DE VALOR Y AL FINAL DESTRUYE TODA NUESTRA LIBERTAD. YC 287 La fidelidad a Cristo, que nos hace libres, nos obliga a no restringirá la esfera de la libertad por nada, excepto por la libertad misma. Por eso jamás abandonaremos al Señor de la historia por imponer nuestras preferencias, normas o convicciones sobre otros contra sus propias convicciones. Nuestra propia libertad y la participación de nuestras convicciones libres debería servir siempre al crecimiento de la libertad en todo y para todo. (Bernhard Häring, LIBERTAD Y FIDELIDAD EN CRISTO, 1985) La libertad es entonces el poder radicado en la razón y en la voluntad, de obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar así por sí mismo acciones deliberadas. La LA LIBERTAD IMPLICA PODER ELEGIR ENTRE EL BIEN Y EL MAL, Y POR TANTO DE CRECER EN PERFECCIÓN O DE FLAQUEAR Y PECAR. En la medida que el hombre hace más bien, se va haciendo más libre. No hay verdadera libertad sino en el servicio del bien y de la justicia. Por tanto, la libertad hace al hombre responsable de sus actos en la medida en estos son voluntarios. Todo acto directamente querido es imputable a su autor. CEC 1731-1736

1.3.

Visión espiritual y bíblica

El hombre mismo ha sido confiado a su propio cuidado y responsabilidad. Dios ha dejado en manos de su propio albedrío (Eclo 15,14) VS39 Cuando hablamos de libertad no es libertinaje, este es el desorden de la verdadera virtud. ¿Qué has hecho? Gn 3, 13 2 Sam 12, 7-15 Dios nos liberó para que vivamos en libertad ( Gal 5,1). Nos comprometemos con la alianza en Cristo únicamente cuando estamos comprometidos de igual manera con la libertad de todos. Cristo nos ha reunido en la alianza para crecer en corresponsabilidad y, de esta forma, en la libertad personal y social. POR MEDIO DE LA LEY DE ALIANZA, NOS COLOCA JESÚS EN LA SENDA HACIA UN AMOR AÚN MÁS LIBERADO Y CREADOR. NOS LIBERA DE UNA MORALIDAD DE PROHIBICIONES PARA TRASLADARNOS A UNA MORAL DE ALIANZA. LA CREACIÓN ES EVENTO DE LIBERTAD Y PARA LA LIBERTAD. Según las escrituras, lo distintivo de la naturaleza del hombre radica en que él, y sólo él, esta libremente ante Dios como un compañero, como una criatura, que puede decidir qué tipo de palabra y acción ofrece a Dios como respuesta. El hombre es verdaderamente libre en cuanto es responsable ante Dios. CONOCEREIS LA VERDAD Y LA VERDAD OS HARA LIBRES JN 8,32 2. LA FELICIDAD 2.1. La felicidad en el pensamiento de los filósofos Primeramente debemos de conocer el concepto de felicidad veamos que nos dice la real academia de la lengua española. Felicidad: Estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien. Satisfacción, gusto, contento. Veamos ahora un esbozo del pensamiento filosófico acerca de felicidad: Aristóteles: felicidad o eudaimonia. Es el bien supremo. Puesto que la felicidad (o placer) es aquello que acompaña a la realización del fin propio de cada ser vivo, la felicidad que le corresponde al hombre es la que le sobreviene cuando realiza la actividad que le es más propia y cuando la realiza de un modo perfecto; es más propio del hombre el alma que el cuerpo por lo que la felicidad humana tendrá que ver más con la actividad del alma que con la del cuerpo; y de las actividades del alma con aquella que corresponde a la parte más típicamente humana, el alma intelectiva o racional. Como en el alma intelectiva

encontramos el entendimiento o intelecto y la voluntad, y llamamos virtud a la perfección de una disposición natural, la felicidad más humana es la que corresponde a la vida teorética o de conocimiento(por ello el hombre más feliz es el filósofo, y lo es cuando su razón se dirige al conocimiento de la realidad más perfecta, Dios), y a la vida virtuosa. Finalmente, y desde un punto de vista más realista, Aristóteles también acepta que para ser feliz es necesaria una cantidad moderada de bienes exteriores y afectos humanos. Platón: Para Platón, la felicidad es posible cuando el hombre puede contemplar las esencias de las cosas que para este filósofo son las ideas de Dios. Se refiere a ver con el intelecto, más allá de la ilusión que nos ofrecen nuestros sentidos. Para que el hombre pueda alcanzar la felicidad es necesario que se identifique con Dios practicando la virtud. San Agustín: la felicidad es Dios mismo, y la práctica de la virtud. Santo Tomás de Aquino: Santo Tomás analiza la idea de la felicidad. En primer lugar la conceptúa como un bien, que ya Aristóteles definía como “aquello a que todas las cosas tienden”. Así pues, los actos humanos ya sean de apetito –de las apetencias naturales-, o de la razón, en las que nuestro intelecto tiene la prioridad, entre las cuales distinguimos lo especulativo y lo práctico, tienden a un bien determinado como fin. Así, pues, distinguimos los actos de hombre, según los cuales actuamos movidos por los apetitos y por tanto son aéticos, y los actos humanos, donde interviene propiamente la razón y la libre voluntad: éstos son éticos. Ambos, tienden a un bien como fin. Ahora bien, la felicidad es un bien al que todos tienden. La felicidad es uno de los bienes elegibles por sí mismo, ya que todas las acciones persiguen este fin. La felicidad es el bien en sí y por sí que todos buscamos. El resto de los bienes -salud, honor, riquezas, amistades, entre otros- pueden conducir a ser felices y ayudan a conservar este bien, siempre y cuando se haga de ellos un uso adecuado. Dentro del marco del comentario tomista, “la felicidad es el más perfecto de los bienes y, en consecuencia, es el fin último y el mejor.” Kant: el estado de un ser racional en el mundo, al cual, en el conjunto de su existencia, le va todo según su deseo y voluntad. Karl Marx: la felicidad es la perfección humana". Es decir, que es el propio bien

del hombre, es aquello que viene de la ocupación en distintas cosas y no de la pasividad, por lo tanto, es lo que surge del trabajo y de lo intelectual. El problema de esta definición es que, hoy en día, en las sociedades de explotación, como las denomina Marx, el sujeto vive el trabajo, su propia actividad, como algo que no le pertenece; como algo ajeno que se convierte en un objeto que lo domina.

Nietszche: Para encontrar la felicidad es necesario tener poder sobre uno mismo, de lo que uno es y siente y de lo que quiere para sí mismo, por tanto es un placer que está asociado a la fuerza vital que tiene uno mismo por un fin. 2.2.

Visión de moral cristiana y bíblico- espiritual.

¿Por qué anhelamos la felicidad? Dios nos ha puesto en nuestro corazón un deseo tan infinito de felicidad que nadie lo puede saciar, sólo Dios mismo. Todas las satisfacciones terrenas nos dan únicamente un anticipo de la felicidad eterna. Por encima de ellas debemos ser atraídos a Dios. YC 281 Dice San Agustín: ciertamente todos nosotros queremos vivir felices y en el género humano no hay nadie que no de su asentimiento a esta proposición incluso antes de que sea plenamente enunciada. LAS BIENAVENTURANZAS RESPONDEN AL DESEO NATURAL DE FELICIDAD. ESRE DESEO ES DE ORIGEN DIVINO. DIOS NOS LO HA PUESTO EN EL CORAZÓN DEL HOMBRE A FIN DE ATRAERLOS HACIA EL, EL ÚNICO QUE LO PUEDE SATISFACER. CEC 1718 El evangelio es un una promesa de felicidad para todas las personas que quieran recorrer los caminos de Dios. Especialmente en las bienaventuranzas (Mt 5, 3-12), Jesús nos ha dicho concretamente que contaremos con una bendición infinita si seguimos su estilo de vida y buscamos la paz con un corazón limpio. LA FELICIDAD Y LA LIBERTAD HUMANA SE UNEN EN ESTE TEXTO BÍBLICO DE MC 2, 27: EL SÁBADO SE HIZO PARA EL HOMBRE Y NO EL HOMBRE PARA EL SABADO Es mas importante el bien del hombre que cualquier, precepto o ley que le perjudique.