La Boca Del Testimonio

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A diferencia del hombre común, ese que cree sin cuestionamientos en el valor de la existencia, para Nietzsche' hay un tipo de hombre que sabe que la humanidad carece totalmente de fin. Pero lejos de desesperar, ese particular espécimen, en tanto toma en cuenla para todo lo que hace "la ausencia final de un fin respecto de los demás hombres", transforma su acción jJ

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clCun "acto de prodigaJidad"~, llama el filósofo a { este sUEerhombre cuy'o senpmle!l~!illel;or a todos 1o~sentimientos" consiste en sentirse en el sentido de la humanidad (no solamente del individuoL::prodjgacto i~ll1(O como las flores aisladas 9ue la naturale7..a prodi~". -En ese estado parece haber escrito César Vallejo toda su poesía. Poesía que gesde~l;im~r y!:rso Qublicado se prodiga en dirección a l;(h~~j.l;l~ -110 solamente al individuo- a la manel:rcgunta por la instancia hombre del indio: ·Piedr-" en la piedra. el hombre dónde CSl\I\'O / Aire en el aire, el hombre dÓnde estuvo / Tiempo en el tiempo. el hombre dónde estuvo".

24 Julio Ortega, op. cit.. p. 608.

37

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TAMARA MMENSlAIN

La boca del testimonio

en términos técnicos ("desulase este 2 en una sola tanda"), para concluir que "nadie me hubo oído", testimonia por fuera del laboratorio. y lo que concluye, en un día de campo donde teoría y práctica se amigan a cielo abierto, es que escuchar y entender son lo mismo: "Lo entiendo todo en dos flautas y me doy a entender en una quena". Del dos al uno, el sonido que descuenta lo comprensible más allá de las convenciones de la lengua, se deja escuchar como música. Música que agujerea la flauta hasta hacerla sonar como quena. Del dos al uno, entonces, pero también de la flauta a la quena y de la tarde moderna a la madrugada arqueológica, la letra vallejiana avanza con el cuerpo para hacer que retroceda él tiempo muerto de las estatuas:

l'crú al pie del orbe, yo me adhiero"- y adherirse a ella ('li encontrarla cada mañana, como un hallazgo de vida, adherida al propio cuerpo: ..... mi ciclo microbiano, quiero decir, mi trémulo patriótico peinado", Nadie 11(: puede sacar de encima una patria semejante, porque es la vida en común que excede al hombre. Cuando se apropia de esa vida, al hombre el indio le silba entre dientes. Así acciona para los demás la lengua de la patria. Una lengua que no le pertenece a nadie, pe1'0 que debe activar cada vez por primera vez alguien. Por eso, mientras el hablante alude a esos "patrióticos asnos de mi vida", puede declarar al mismo tiempo que "me friegan los cóndores", Cerca y lejos, escrita por asnos y borrada por cóndores, la lengua que dice lo patriótico se fragmenta ante cualquier intento de canto general. Es que el poeta, ese hombre al que le sale el indio cuando la vida de la patria le toma el werpo, ni siquiera escribe ("quiero escribir pero me sale espuma"). Un sentimiento de profunda animalidad ("quiero escribir pero me siento puma") es la condición para que la poesía humana de Vallejo encuentre, después de Ttilce, su posibilidad de escribirse más allá de lo humano. Si el testigo es puma, el testimonio va a ser de espuma. De la boca para afuera, el que habla en "Intensidad y altura" padece de un decir ajeno ("sufro del lenguaje directo del león") porque de la boca pard adentro lo humano como humano no se deja decir ("quiero decir muchísimo y me atollo), El atolladero

!

En su estatua, de espada,

'1

Voltaire cruza su capa y mira el zócalo,

I

pero el sol me penetra y espanta de mis dientes incisivos un número crecido de cuerpos inorgánicos.

,

(en "Fue domingo en las claras orejas de mi burro") Si nos permitimos suponer que lo que sale espantado de entre los dientes es algo así como un silbido, estaremos escuchando la música de un idioma nuevo. Contraseña que se emite al pie de una estatua europea y que se descifra lejos, en un campo intelectual de cordillera. Hay una lejanía, entonces, que ahora queda cerca. Para Vallejo la patria es eso -"Perú del mundo y

39

TAMAJU\

,, ,

KAMENSZAIN

que se arma ante la imposibilidad de testimoniar la vida de las cosas con un lenguaje humano, fuerza a la lengua fuera de sí en dirección al león. Ese lenguaje directo que se sufre en bruto cuando no alcanzan las palabras -"y si después de tantas palabras / no sobrevive la palabra"- sale de la boca como materia inorgánica. Esa es la búsqueda utópica que impulsa a la poesía de Vallejo: dejar decir al indio para que la vida se diga sola 0, lo que es lo mismo, escribir sobre un tendal de puntos suspensivos los alcances de una crisis. La persistencia +desde el primero al último verso escrito- en esa utopía del "yo no sé" marca también una obstinación ética. : juntas utopía y ética abrirán, para este lenguaje animal de la patria, la boca del testimonio en nombre del héroe. En nombre del héroe Ya había sido convocado como hombre (~cuénrame Jo que me pasan) y otra vuelta de la espiral vallejiana lo transforma ahora en "camarada", ese "hombre mío en cuyo cuello enorme sube y baja, al natural, sin hilo, mi esperanza". Una esperanza que es de todos, porque este hombre nuestro (camarada) da un paso al frente sin que nadie lo obligue, mientras nosotros nos quedamos esperándolo. Él es el voluntario de nuestra esperanza. Subido a las alas de su deseo, cruza las trincheras de la muerte para devolvernos vida. Cuando ese mil.agro se produce, cuando el "voluntario de la vida" se manifiesta, el voluntario de la escritura abre por

La boca del testimonio

fin la boca. Es que su inspiración ,... hiendo

ya viene bajando y

por el cuello de otro:

Voluntario de España, miliciano de huesos fidedignos cuando marcha a morir tu corazón, cuando marcha a malar con su agonía mundial, no sé verdaderamente qué hacer, dónde ponerme, corro, escribo, aplaudo ... (en "Himno a los voluntarios de la República")

Ahora, dos en uno testificarán el acontecimiento que se viene preparando desde aquel primer verso [undante. Porque en una fecha precisa y en un lugar en el mundo -España, 1937-26 mientras un golpe fuerte amenaza la vida. una pulsión nueva sobrevuela la trinchera de los puntos suspensivos. Así, el "yo no sé" del voluntario de la escritura se transforma en el saber hacer del voluntario de la vida. Y al fragor de ese trueque se escribe España, aparta de mí este cáliz, ese libro fechado que puso por fin en manos de Vallejo la figura del héroe.

26 Respecto de la serie de poemas que quedan consignados bajo el útulo Espll1~, aparta de mí e.st¿ táliz., nos dice Américo Ferrari que "la gran mayoria de los poemas fueron ciertamente concebidos y escritos en 1937 Yrefieren explicitamcnte a hechos de la Guerra Civil Española. Juan Larrca conjetura incluso que Vallejo estaba aún elaborándolos y acababa de ordenarlos en los primeros meses de 1938", en César Vallejo, Obra poéJir.(l, op. cit, pp. 292·293.

TAMARA

Hombre,

hombre

son las distintas

La boca del testimonio

KAM}:NSZAIN

mío, indio, camarada,

instancias

vallejianas

avanzan en oxírnoron,

voluntario.

que nos aproxi-

de hambre",

pero sobre

man al héroe. Un héroe que, a semejanza de aquel que

pobres,

define Jacques

pasión. Lo integran

Lacan, "pasa por todas las pasiones

las que se enreda

el hombre

común,

con una salvedad,

que en él, ellas son pur.as y que se sostiene

teramente"." es quien

Es decir que el héroe

realiza

acciones

heroicas

a la manera común

gra lo que para la mayoría de los hombres un imposible: trada,

"no ceder en su deseo"."

ca", hay una pregunta

Queda

es el que sale a hacer

la guerra

lear su pasión en contra

de los que lo-

sola: "¿Bata-

claro aquí que héroe

no

sino el que saca a pe-

de esa guerra.

Así es como no

cede en su deseo, un deseo de "ida que sólo tienen hombres

comunes

(Los que quieren el escenario ser comunes,

y que sólo la muerte,

de la guerra,

los héroes

Nuestro

yo objetivo común

-en común-

narse a "matar a la muerte",

héroe

"pueblo".

rd anticipaban

de la escritura

se permite

"Sin saber qué hacer", sentado

en blanco", encuentra,

ese "cuadrumano" en la grandeza

rrapado ("fabuloso

lo que llamar

en su "piedra

al que le sale espuma

inferior

mendigo"),

de su héroe

desa-

una voz que le asegura

el hilo de la transmisión:

en

consiste

a

del calibre

en cambio,

(Todo acto o

VOl

genial viene del pueblo

y va hacia él. de frente o transmitido por incesantes briznas, por el humo rosado de amargas coruraseñas sin fortuna).

ese cu-

con esperanzas

de hombre")"

("dolores

de pueblo

tan genial en su contra-

dicción

que va y viene de una garganta

venido

en himno.

O en anuhimno

el ida y vuelta de esa inspiración

a la oU'a con-

mejor, porque

en

(en el "cuéntame

lo

en encami-

se suma a los ejércitos

que 29

27 jacques Lacan, Seminario 7. La étira del psicoonálisis. Buenos Aires-Barcelona, Paidós, 1998, p. 380. 28 Jbid., p. 381.

el voluntario

es la

"Nuevos Menos" de Trilce

aquellos

que, en un cálculo de laboratorio, ahora

Ejércitos

cuya arma más sofisticada

Es un hilo de dolor-esperanza

no sueltan.

con tal violencia

superioridad

de su armamento).

todo "sin guerra".

los

los que se agrandan

se niegan

que compran

es

eso de en-

nada heroicos,

de a uno", "armados

de la Repúbli-

que se desmiente

llas? ¡No! [Pasiones!".

no

comunes

POI'

a los voluntarios

en el. "Himno

en ellas en-

así entendido

ese hombre

dioses, sino simplemente

en

"en gtupos

E.:;

interesante ver cómo. al revés de 10 que sucede cn la ló-

gica humanista, donde el pueblo es concebido corno una suma de hombres. aquí hombre -héroc- aparece corno esa especie de caballo de Troya que esconde UIl pueblo -una espc r anza- adenrro suyo.

43

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lAMARA

11, '1 011

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que me pasa")

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Himno

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vulnerado

del indio, alude

en común

("República")

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J:!¡I' I ;:¡ :1: . i

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esa contraseña.

'tI

a una patria

comunes

que peligra. Los que se consiescuchar

Porque el deseo heroico de los hombres

-rnatar

a la muerte-

ese grado cero de la lengua

habita, de tan paradojal, que llamamos

oxímoron.

Es el idioma mudo de los Nuevos Menos, esos ceros que, en Trilce, marchaban a "formar las izquierdas". Se tra-

escritura

1'.

.'.

entre dientes

y salen a matar, no pueden

superiores

voluntario

',1

.1 '~ .. ','

deran

,

,

1",

marca cifrada que, como aquel silbo

ta de un idioma cuyo descuento

.'

. ~ '1' ;'1 , '

en contra,

"

l:,i..,,[1

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todo se dice a través de contraseñas."

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La boca. del testimonio

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1"

KAM.t::NSZAIN

le suma inspiración

(WAI escribir se proporciona a los que no la tienen y estos a su vez proporde la escritura.

cionan

a la escritura

rfan")."

y el héroe de Vallejo puede ser pensado

ese analfabeto este último a quien

un devenir

sin el cual no existícomo

que le da letra a quien escribe mientras se la devuelve

escribo").

que pone

al

escrita

No por nada

a funcionar

("por el analfabeto uno de los motores

la escritura

"SI)Jí" escribir con su dedo grande en el aire I ¡'Viban los '"lIlpaileros!

errores

:,1 ,j'

héroe

I·,III¡I:

b del buitre en las entrañas

¡'lita

I y de Ro-

III!I, del héroe }' del mártir! ". En el laboratorio de Trilce, el trabajo incesante ya se había metido

I¡, ortografía

por la apertura

'"I"I4I-"sus dos hojas anchas, su válvula'< tumarle {'''il

el pulso a la vida intermitente

operación

quedó

confirmado

rualquier

que, lejos de corregir pleno de sentido

1,,".~1 Por la hendidura i

de la v

dc la letra. En avía ver-

que marca el error

Me escribe lo que hay: la pura verdad. humanista

con

con el fin de

que "lodo

ilud". Vale decir que en el desfasaje

Una verdad

o completar,

"poniendo

anti-

horada

al saber en fal-

de esa válvula que se abre y se

lcrra (hay pero no sé) cae, desde el primer

verso

dante, el sujeto vallejiano." Por eso el analfabeto,

fu n-

aquel

que nada sabe de la letra, es el único capaz de inscribirla. En el aire (sobre puntos

ortográficos con nombre

del héroe.

y apellido,

De Pedro

suspensivos)

con su "dedo

Rojas. un

se dice en "Batallas":

I

32 Alan Badiou, op. CiL, p. 94. ~3 Al respecto dice Enrique Pe7.7.0Ili: "Sujeto como intersticio, WIllO

. I

'1

",

/ de Pedro

del testigo son los

30 Refiriéndose

1

Rojas'", y se agrega: "[Viban con

'

" ll'V J'": i

"1'

Pedro

I

'

ve corta, es decir, esa hendidura

por donde el sujeto se niega

al uso, en la poesía de Celan, de la contraseña bíblica .Ic/¡ibboler/¡, jacques Derrida define la contraseña como esa

)' se afirma, ese sujeto que se muestra como pmo intersticio en la ultcrnancia entre las formas de enunciación de lo personal}' lo

"marca cifrada que hay que poder compartir con el otro, }' este poder diferencial debe estar inscrito en sí, digamos en Sil Cuerpo

Impersonal". En el poema IX de Trdce; PC7.7.oni también lec una "al-

propio tanto corno en el cuerpo de su propia lengua, uno a la medida del otro", 01'. cit., p. 50. 31 GiIJes Deleuze, op. cit., p. 53.

44

Icmancia sexual entre falo y vulva" que aporta otra vuelt .., de tuerra ;1 la arnbigúedad constitutiva del sujeto \':lllejiano: kl-:t sujeto se .nalHicne entre las dos mitades -masculina

y felllcnina-

en c~c illlcl'Sticio en el que se constituye", op. cit.

45

sicmpre

TAMARA

KAMENSZAIN

grande", le aporta a la escritura ese devenir sin el cual no existiría. Es un acto heroico que realiza todo un pueblo (ese que vive aga7.apado en el caballo de Troya del héroe). En Trilce LlI, la figura del "peón de cúbito", aquel

"

que hoy otra vez olvida dar los buenos días esos sus días, buenos con b de baldío, que insisten en salirle al pobre por la culata de la v dentilabial que vela en él.

ya anticipaba al héroe. Ahora, la Guerra Civil Española, consignada en los errores ortográficos del voluntario de la república ("¡Abisa a todos los compañeros pronto!"}," le aporta al testigo la letra contraseñada de un himno en contra. Y si, como lo sostiene Deleuze, ha)' devenires contenidos en la escritura cuando

34 "Abisa a todos los cornp:uieros y marchar pronto. Nos dan de palos brutalmente y nos matan, COIllO lo ven perdido no quieren sino la barbaridá". [SI(; texto file encontrado en uno de los bolsillos del pantalón de un campesino asesinado a balazos cerca del cementerio de Burgos, segun lo consigna Antonio Ruiz Vilaplana en Doy fe, libro de testimonios sobre episodios de la Guerra Civil Española. En la primera versión del que originalmente fue el poema \1 de "Batallas de España", Vallejo lo transcribe completo haciéndolo suyo (para más detalles, véase Américo Fcrrari, pp. 293, 484 Y 495 de César Vallejo, Obra poética, op, cit.).

La boca del testimonio

esta "no se alía con las consignas establecidas sino que traza líneas de fuga" ,'" se podría decir que el devenir animal del héroe (la "b del buitre en las entrañas") es la fortaleza que empuja fuera de su territorio las co~!4ignas del poder establecido. Por eso, quienes se considcran superiores necesitan liquidar todo 10 que se salga de su territorio. así sea una letra. En esta camp,al1í1 de exterminio arremeten contra el nombre propIO del héroe anónimo ("matan a la vez a Pedro, a Rojas"). l'~~ que si entendemos el nombre propio como "un colectivo que encuentra a otros, que se cruza. se conjuga con otros, reactivando, inventando, prediciendo, efectuando individuaciones no personales" ,'!16 queda claro (Itle hay un peligro en ciernes dentro de este anónima10 con nombre y apellido. Se trata de una identidad que queda señada sólo cuando, refiriendo a los d.em~s. deviene anónima. De ahí esa furia orientada a liquidar al héroe por duplicado. eliminando para siempre el colectivo que se agazapa en su nombre. En el caso de P~dro Rojas hay dos pájaros volando que deben ser derribados de un solo tiro: Pedro y Rojas, a la vez "esposo y hombre", "ferroviario y hombre", "padre y más hom1)I"t~".Cada una de estas instancias que hacen al hombre común, confluyen juntas en una única manera de nombrar al héroe: hombre. Hombre como más hombre,

S5 Op. CiL, p. 52. 361bíd., p. 135.

47

TAIltA)(A

plus o resto de una significación perdida y recuperada. Hay más hombre adentro de Pedro porque su cuerpo es un caballo de Troya que esconde a otros ("sorprendiéronle en su cuerpo un gran cuerpo"). Se trata de un organismo que creció y"se puso rojo". Así, el apellido Rojas viene a duplicar los alcances de Pedro y hace del esposo, del ferroviario, del padre, un camarada. Al revés del héroe oficial, ese cuyo nombre abstracto hay que memorizar por separado, lo que coagula en la entraña del hombre común es una contraseña que nadie olvida. "Ramón Collar". otro de los voluntarios de la república, lleva enhebrado su apellido a una familia de palabras ("Ral!lón Collar / prosigue tu familia soga a soga"), porque es el "hijo limítrofe del Viejo Hijo del Hombre". He aquí un collar que no se quiebra pero que constantemente renueva sus piezas. Hombre. más allá del concepto humanista del hombre marca, en el límite de la cadena significante. una nueva vuelta de tuerca que nombra lo imposible de nombrar: el eslabón perdido de una animalidad humana. Aquí es el testigo, voluntario de la escritura quien, con un "salto de antropoide", lee en el aire la letra del analfabeto y le repone nombre y apellido." Para poder hacerlo, él

1\

I

. JI

La boca delteslimonio

KAMI::NSZAIN

37 "Renombrar es ( ... ) descubrir en el mismo nombre el anagrama vertcbrador de una identidad solidaria. Yel poema es la actualidad de estos procesos de analogía fecunda", dice Julio Ortega refiriéndose a "Ramón Collar", op. cu., p. 609.

uiismo tuvo que dejarse caer por la válvula abierta de _ti propio apellido consignando que "César Vallejo .ha muerto". Ahora, remontando su inicial -la "v dentilalI¡al que vela en él"- se inspira en el error y encuentra 1111 nombre para el héroe. Así, por boca de un collar Il~O que enhebra esperanzas al agujero de las letras, él queda nombrado. "Si no me llamase César Vallejo también sufriría esIl: mismo dolor. Si no fuese artista también lo sufriría. Si no fuese hombre ni ser vivo siquiera también lo su11iría", había declarado, en el poema "Voy a hablar de la esperanza", aquel hablante que promete referirse ti la esperanza mientras va desplegando un tratado sohre el dolor. El dolor aquí es ese sentimiento ("sensihilidad nueva") que abre en pos de los otros el horizonte de la mirada al mismo tiempo que marca el límite doloroso de la separación: "Miro el dolor del hambriento )' veo que su hambre anda tan lejos de mi sufrimiento, que de quedarme ayuno hasta morir saldría, siempre de mi tumba una brizna de yerba al menos". No hay adecuación. no hay identificación posible en este tesumonio antirrealista que nada puede decir de lo que le sucede a otro. Porque aquella evidencia clara y distinta que el cartesianismo definió como verdad suf~:~ aquí los avatares de una crisis. "Sufro y soy pero no se , dejó sentado desde c1 vamos el yo lírico del poema fundame. Quien no sabe de sí tampoco sabe de los otros, y l.:SO es lo que viene a testimoniar el que habla del dolor para referirse a la esperanza Con este sentimiento

t.unbién

49 ...... .,..........

__

--

._-

-.-.-----------

-

--

-----------

La boca tUL testimonio

TAMARA K.UtENSZAIN

nuevo, el nuevo testigo se ubica en el extremo al del mártir, figura que representa "El mártir

es uno que groseramente

del valor probatorio de~ostl'ar

del martirio,

la verdad con pruebas

la propia

muerte

mentida.

Desmentida

una contraprueba

se intenta

d,' la palabra-carpa,

aquí ni si-

1'11:110 el scnudo de la primera: 'juntos".

el testimonio,

estará creciendo

que hace frente a la muerte

de sobrevida,

esa que el héroe

con anal-

fabeto seguirá. escribiendo en el aire después de muerto ("le vi sobrevivir;

hubo en su boca / la edad entrecor-

lada de dos bocas"). lento dualismo una palabra

Lo que se escribe, más allá del vio-

vida-muerte

compartida

que impone

a este caballo

es

J

un término

de Troya de la lengua:

pa-

Zebuort.

otra palabra

que ocupa

'Juntos"

a

cquiva-

ese término

que

1.1111biénda cuenta de una lengua que sólo se corurase-

'1,1 con el otro. La ascensión I'"lsión

que Badiou

define

hacia esa lengua

es una

en Celan como "la aspira-

ión hacia el ultrapoema", una especie de poema saliti" de sí que se escribe con los otros o por los ou'os.

I

~EI ultrapoema IIICnOS

sumido

aspira

llas de la modernidad, 111\

sello autoral

a compartir

en la unicidad

"',sofo para diferenciarlo

C'dos bocas").

La poesía de Paul Celan nos aporta ra definir

la guerra,

habita

l." en la poesía de Vallejo, a "pueblo",

ya

una des-

un refugio

l"l(~la, en Anabasis, pide por una "ascensión" hacia la '1I.llabra-carpa: juntos"." Entonces, aga7.apada dentro

cree que

de sangre,

garantiza

que sobre la tumba siempre

donde

ante una especie de "palabra-carpa",

o sea que

.1., sentido capaz de cobijar en su seno a más de uno. El

es algo de lo que él dispone"." A diferencia

la verdad

quiera

nl,IIll0S

una de las formas

cristiano y de la que Nietzsche

primitivas del testimonio afirma:

"" en alemán significa carpa y ioort palabra,

opuesto

metafórica"

del típico poema donde

que se entiende

1':1 ultra poema, a diferencia .iparece como cerrado

un pensamiento

la metáfora

del poema

opera como

tradicional

que

en el círculo vicioso de su solip-

sismo. parece

monio pensado desde una perspectiva post-marxista, vale la pena transcribir esta afirmación de Vauimo en el mismo lihro: "La no-

.ilude a lo mismo. Se trata de esa torsión

que Vallejo, cuando

entre comi-

bien con la metaflsica.

38 Citado por Gianni VatIJJnOen L(1.j aucnturas de la diferencia, Barcelona, Pcnínsuta, 1986, p. 4G. Respecto del futuro del testi-

requerir

." dice el fi-

una ~"ascensión".

Entendemos

se refiere a un "salto de antropoide" poética que,

ción de testimonio, y mas en general, el significado de la acción histórica del hombre a la cual ella está ligada, puede reencontrar un senti~o, después del ocaso del sujeto, sólo en la medida en que liberarse de cualquier residuo objeuvista en la concepción del ser y, paralelamente, renuncie a pensar en el individuo burgués-cristiano como único sujeto posible: de la historia y centro de la iniciativa" (p. 59). CQIlS'b'"

39

~OS

basarnos aquí en la versión de Alain Badiou traducida

;,1espaúol por Victoriano Alcantud Serrano que dice: "ascensión hacia la palabra que cohija:julllos". Véase Alain Badiou, M(llIif¡e.slo /'Ol'/aJilosofin, Buenos Aires, Nueva Visión, 1990, p. 57. 40lhirl.

T,,""'ARA

"

La boca del testimonio

KAMt:NS7.ArN

empujando la lengua al borde de su desaparición, permite "instalarse en una lengua viva como si estuviera muerta o en una lengua muerta como si estuviera viva".01 Este es un gesto testimonial propio del trabajo de la poesía ("los poetas -Ios tesugos- fundan la lengua como lo que resta, lo que sobrevive en acto a la posibilidad, o imposibilidad, de hablar") .O~ y quien había prometido hablar de la esperanza dijo del dolor como resto ("mi dolor es del viento del norte y del viento del sur, como esos huevos neutros que algunas aves raras ponen del viento"). A partir de ahí abrió las páginas del aire para que el dolor del héroe pudiera ser leído como un huevo qu~ lo sobrevive. En eso consiste la esperanza. Porque el poeta-testigo está para devolver, a quienes fueron arrancados de la vida, incluso a las ciudades ("¡Málaga, no te vayas con tu nombre!"), los restos de su nombre. Así convocados, los héroes resucitan en calidad de "muertos inmortales". Ya en Trilce LXV se había invocado a la madre en esos términos ("Así, muerta inmortal. Así"). Es que sólo un hijo puede inscribir como voluntario la inmortalidad de sus héroes. Les pone nombre para asegurarse, "SObra soga", la continuidad de la familia y así, en medio de la guerra, se da a sí mismo un nombre. Lo hace matando a la muerte violenta (ese "ser sido a la fuerza") con un arma inmortal: el

a

1I1110..Un libro que a la manera de ese huevo neutro d 1 11111' algunas aves raras ponen del viento, resta e t

urrpo del héroe anónimo: lambién

sudaba

de tristeza el muerto

vi sentidamente, . 1111 libro, atrás un libro, arriba un libro n;lorlo del cadáver ex abrupto. ). un libro,

)'0

('-=11 "Pequeño

lo

respol1so

a un héroe

El libro que sobrevive 1~~Jaña,aparta de mí este cáliz. es ese libro que, cuando

cadáver de la modernidad, lo pone en marcha. l A,,¡ como el término hombre encuentra en la rrrca ".tllcjiana un sentido nuevo, la muerte -y su r·ep~e'('lItación material como ca dáavcr- erner ge de la alie., , el Ilit....

í

poesía tan intenso que obliga a abusar del IInpe~auvo [urzando el coloquio hasta el líruite de la urgencia. En I elación a esa muerte alienada en 1a 1'· ogrca del autorrl:lI·ismo, el poeta-testigo exige: Hay que seguirla

hasta el pie de los tanques 42lbíd.

5:l·

.

nación que le impone la guerra gracias a esa LOrs.~n 11l)~licaque el testigo pone a fundon,ar ~"por eso, al ~ekl;1TI1C a esta agonía / aléjome de m. gntando fuerte: / 1Abajo mi cadáverl. .. y so 11ozo ") . Es un esfuerzo .' .de

¡L1amadla! 41 Ciorgio Agambcn, op. cu., p. 169.

de la República")

que la muerte

enemigos,

es un ser sido

53

él

la fuerza,

r TAMARA

KAMl::NSZAIN

La boca del testimonio

y fin llevo grabados

cuyo principio

I ciórica

a la cabeza

de mis ilusiones,

por mucho

que ella corra el peligro

1'11

No es un ser muerte

I

l

violenta,

suceso;

este sollozo vallejiano

con un mismo

Es un milagro

que la lloro").

011'1110

)' que haga como que hace que me ignora.

sino, apcna.'i, lacónico

del cuerpo,

hebra tristeza y alegría corriente

que tú sabes

¡Llamadla!

muda

que hace llorar

de alegría

a la muerte

miento popular

que surge frente a la impunidad

muerte violenta, es la esperanza

tribe, "herido No ha)' que perderle el hilo en que la lloro.

(en "Imagen

humana

qlle sobrevive a cualquier

.uuicipando El afán de interlocución

que se va desplegando

en

la poesía de Vallejo desde el primer verso fundante,

en-

cuentra arenga

aquí su grado

de tensión

a la muerte

("no es un ser, muerte violenta").

1111

acto extremo

héroe analfabeto Un libro quedó

hasta

un libro retoñaba

Para ha-

Empieza cuando

el que se aleja de sí da por terminado

con la suspensión

tes y después

se

-como el "yo no sé"

de los puntos

("Ab~jo mi cadáver ... Y sollozo"). aparece

donde

por boca del llanto ("el hilo en que

verso fundante-

54

es, a

Un libro que, en

oral, escribe en el aire el

Oxímoron

muerta,

muerto,

su boca en nuestro

aliento;

sudamos

todos,

también

sudaba

(en "Pequeño

de tristeza el muerto. responso

a un héroe

de la República")

suspensivos

El llanto,

del sentido

de las palabras.

de destrucción

el ombligo a cuestas; caminantes I~ lunas nos seguían;

en testigo. Así escribe

la historia mida lineal de una dcsubjetivación

del primer

intento

de su cadáver

al héroe,

Un llanto que emerge

Y lo

al borde de su cintura

y aciaga entró

la lloro").

de vida", el porvenir.

para que el testigo 10 reciba por boca:

)' corpórea

dice lo no decible

se es-

de tradición

Se llevaron

cadáver y se convierte

("en paz tu guerra")

el libro que lo sobrevivirá.

cerlo, se imp,ollc una historia cuyo hiJo pende de todos. su propio

Sola-

más alto. El testigo.

a los otros para que persigan

deconstruirla

que la disuelve

de hombre").

la guerra

mortalmente

de la

uuvés del hilo que lo arma, libro. El mismo testigo, cuando se aleja de sí y pide "cuéntame lo que me pasa", está

de la muerte")

española

cuando

1.1 vida llora por ella. Es decir que el dolor, ese sentí-

urente despejando

¡Llamadla!.

hilo ("el hilo

paradoja! del orga-

("dolores de pueblo con esperanzas ( ... ]

en-

entonces,

y se deja oír an-

Julio 1'0

"parto

Ortega

se encuentra

colectivo

aquí con un verdade-

en el cual el cuerpo

que destila la

55

es capaz

de

TAMARA

La boca del testimonio

KAMt:NSZA1N

) perpetuarse en el libro, sobre la muerte }' desde el origen"." Y este libro de dolor-alegría parido, con sudor y lágrimas, es el que César Vallejo define como "poesía": Poesía del pómulo morado entre el decirlo el callarlo poesía en la carta moral que acompañar-a y

a su corazón.

Una poesía marcada, golpeada desde el primer verso' fundante, una poesía que ya en Trilce LV tatuó sus versos con la coptraseña indeleble de la muerte-vida para desafiar los inmaculados preceptos simbolistas ("Samain diría el aire es quieto y de una contenida tristeza. / Vallejo dice hoy la muerte está soldando cada lindero a cada hebra de cabello perdido"). Queda claro a esta altura que en la poesía de César Vallejo muerte



43 Ortega se detiene también en la relación entre el concepto mismo de República y el libro. como un ejemplo paradigmático de lo que fueron los ideales dcmocraucos durante la Guerra Civil Española. Al respecto dice: "El libro es un paradigma plural de la república

en armas, No sólo porque la

b"1.lerra

es documentada

puntualmente y una literatura de testimonios. denuncias, propuestas y reportajes multiplica la actualidad; sobre todo porque la cultura es uno de 105 espacios de democratización y el lugar, se diría, donde el sentido mismo de la república op. cit., p. 6] 9.

Se

pone en juego", en

)'vida no pueden ser pensadas por separado salvo que se les aplique la vara del autoritarismo dualista. En ese 11:lltido,se trata de una poesía que no puede asociarse 1011 la de Mallanné, donde parece haber una hornoloKilciónsimbólica entre libro y tumba. Al respecto dice 1'1 poeta francés: "El caso de un poeta en esta sociedad que no le permite vivir es el caso de un hombre que se .,isla para esculpir su propia tumba" ....Aquí la obra parece operar como esa tumba que en vida se construye el poeta par a preserv.drse del mundo. El caso de Vallejo lit) puede ser más opuesto: en su poética, libro no es cosa que la vida que emerge de la muerte como 1111 don. Por eso, lejos de aislarse en su solipsismo, el poeta tiene que salir de sí -Celan lo había llamado "asccusión"- con un salto de antropoide que le permita ulcanzar el libro que lo excede. Esa es para César Vallcjo la torsión que pide la poesía. Para alcanzarla (painspirarse) hay que saltar, por ejemplo, hasta ese mensaje de vida ("carta moral") que quedó latiendo en el bolsillo del héroe muerto. Porque se trata de una poesía que, entre decir y callar, escribe B con V o V con n para que a los compañeros les llegue, directo al corazón, ese mensaje imperativo que siempre es de vida y/o muerte. La moral aquí no es la de la ortografía sino la del error. Una ética de la urgencia que, gracias (lIra

l.'

41 Citado por Cérard

Haddad el! Los BiblúxJaJÚIJ, Buenos Aires.

"riel, 1990, p. 189.

57

TAMARA

a la valiente

intervención

del héroe, se transmite

a boca con "la v dentilabial morado

de errores

poético.

Porque

una narrativa

aquí poesía debe ser entendida

como

del sentido

colectivo

Se responde

("Ramón

a ellos dándoles

Collar")

y también

un pueblo

de origen,

~etamorfosis.

con su grupo,

a su turno

amorosa,

en una genealogía' futura

para engen-

y padre

en hombre

en ese grupo"." Por eso es que el libro que sobrevive, cosido con hilo de llanto al collar genealógico

de la fa-

milia, es tan perseguido

"Matan

al libro, Española.

en tiempos

tiran a sus verbos auxiliares

página primera",

denuncia

de guen·a.

/ a su indefensa

el testigo de la Guerra

como herencia

a los niños:

¡

la energía entre el reino animal. las florecillas, los cornetas y los hombres.

racistas y totalitarios

es definida

sión biblioclástica":

"En las antípodas

por Haddad

como "pul-

del 'devorador'

del Libro, que lo hace suyo, el 'incendiario'

1 .. ·)

:.i tardo, lii no veis a nadie, si os asusc..an los lápices sin punta, si la madre España cae -digo, es un decirsalid, niños del mundo, id a buscarla! ... (en "España, apC\rla de mí este cáliz")

Civil

Esta pulsión destructiva propia de regímenes

45 Ibíd., p. 8.

("si cae Espaúa"),

Niños, hijos de los guerreros, entretanto. h:~ad la voz, que España está ahora mismo repartiendo

por

"Comiendo

Por la identificación

recibe su aptitud

drar, para convertirse

más su

cada sujeto sufre una

con la inscripción

que ella implica,

todavía

a

a ese acto por el que'

se hace cargo de su tradición:

el libro de su grupo profunda

Haddad

de la destrucción

1I1derive rápidamente

que

ellos salvando el libro por el que dieron la vida. "Comer el libro", llama Gérard

y IIllle la amenaza

un nombre

se responde

rechaza

el libro, de acuerdo con mi tesis, "Wlitica liquidar al niño por-venir"." No es casual, enIUllees, que el testigo, haciendo suyo el libro de todos,

por el llanto. Vallejo la lla-

Como si la suspensión

busca erradicarlo,

Iltlllsmisión. Destruir

un mensaje,

acompaña al llanto fuese un modo de "responder" los muertos.

,"1) horror,

bocl

que vela en él". Ese libro

es el que transporta

interrumpida

mó "responso".

La boca del testimonio

KAMENSZAIN

lo vomita

En un parto colectivo,

los hijos de los guerreros

sa-

len del caballo de Troya y el testigo deviene padre scña1¡lIldo en cada niño a un héroe para llegar a serlo, debe aprender

46 Ihíd., p. G.

59

futuro.

Un héroe que,

~umpliendo

con el

La boca del testimonio

TAl\tANA KAM~NSl.AIN

imperativo paterno- a bajar la voz. Porque escuchar a la patria como madre y maestra rNiños del mundo. está / la madre España con su vientre a cuestas; / está' nuestra maestra con sus férulas") es apartar las propias certezas ("digo. es un decir") para dejarle lugar al intenso quehacer en el que ella está sumida "repartien- \ do / la energía entre el reino animal/las los cometas y los hombres".

de Spinoza, Dclcuze dice que

"cambian muchas cosas si me intereso por lo que puede algo, por lo quc puede la cosa. Es mu)' diferente de aquellos que se interesan por lo que es la esencia de la cosa. No es la misma manera de ser en el mundo", en Cilles Delcuze, E" medio de Sp¡fW1A, Buenos Aires, Cactus, 2003, p. ~2. 48 lbíd., p. 82.

Go

lB;tiad la

\'07.,

que está

con su rigor, que es grande, sin saber qué hacer, y está en su mano

florecillas,

Entonces, dejar que la patria se muestre en el terreno de su potencia más que en el de su esencia (en lo que ella puede, más que en lo que ella es o debería ser)" es el recurso primero)' último para salvar la circulación de la vida. Por eso el testigo les dice a los niños: "si os asustan los lápices sin punta [ ... ) id a buscarla". Porque cuando el enemigo amenaza con debilitar ("lápices sin punta") hay que volverse niño y salir corriendo a encontrar, en el cuerpo de la patria-madre-maestra, una punta de energía. De ahí que el testigo baje la \'01. y pida "España, aparta de mí este cáliz" como quien le pide a su madre que lo salve de la amargura de no poder ("la tristeza es el afeeI to que corresponde a una disminución de potencia")."

47 Refiriéndose al pensamiento

la patria, como a la maestra en el aula o a la madi e en el centro magnético del hogar, cuando se la tlt:ja hablar, habla:

\' ji

y habla y habla,

la calavera

hablando

la calavera,

aquélla

de la trenza,

1.. calavera,

aquélla

de 1", vida!

Con el rigor post-hamlctiano de no saber qué hacer ("11111'1"0 y soy pero no sé") la patria amenazada transmi11' 1111 mensaje clandestino por boca de la calavera, Es IIlIa contraseña que anuncia vida. Cuando baja la voz, • l uiño la escucha y este golpe fuerte de crecimiento lo I unvierte en poeta. Es que la punta que recibe del lá1'1/, lo habilita para transmitirles a los demás un resto. ~¡lIéotra cosa hace César Vallejo ante el libro abierto Ijlle resta de la Guerra Civil Española. Lo recibe del '1I1;Mabetoy lo entrega al niño, así, en ese acto de pr~ IIIKítlidad,él mismo encuentra el consuelo que buscaba. Porque, como bien dice Nietzsche, "los poetas saben uuisolarsc siempre"." Parece ser que para ellos, testiM"~atentos de lo paradojal, no hay cadáver que no es11'

"lleno dc mundo".

4lJ Op. cir., p. 44.

--'-'---

.' 1

Testimoniar en oxírnoron (El caso César Vallejo)

,1