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Colegio Rancagua Depto. de Lenguaje y Comunicación Prof.: Karla Reyes Medina Guía de trabajo n°7

Falacias en la argumentación Falacias en la argumentación publicitaria Una falacia es un error en la argumentación, provocado por la falta de lógica en los argumentos o por sostener una tesis basada en premisas que no tienen relación directa con lo afirmado o sostenido. La falacia es común en las argumentaciones cotidianas, donde no se tiene mucho tiempo para planear o estructurar una argumentación elaborada lógicamente o cuando la finalidad del emisor está en la persuasión por sobre el convencimiento o aceptación de argumentos lógicos. Las falacias son conocidas y estudiadas desde la antigüedad clásica hasta nuestros días. Existe una numerosa y extensa clasificación de falacias usuales provistas desde la filosofía, la lógica y las teorías de la argumentación. Se presentan a continuación algunos ejemplos de falacias en la publicidad: 

Recurso al pueblo (argumentum ad populum) : consiste en usar una opinión de un número considerable de personas como un criterio válido para apoyar una afirmación o punto de vista. Se intenta demostrar que un punto de vista es correcto porque muchas personas concuerdan con él. Como por ejemplo: o “3.000.000 de clientes no pueden estar equivocados. Toyota Corolla, el auto más comprado desde que se creó el automóvil.” o “Ahumada…la farmacia en que Chile confía”

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Falsa apelación a la autoridad (ad verecundiam): se trata de presentar como criterio válido para apoyar la tesis, el que una persona destacada o de relevancia pública está de acuerdo con él. Se diferencia del argumento por autoridad porque en este caso se trata de personas que no son expertos o “autoridades” en el tema con el cual concuerdan. Por ejemplo, Don Francisco, animador de televisión recomendando un medicamento. Fernando González, tenista, recomendando la palta hass 0% colesterol.

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Apelación a la piedad (ad misericordiam): se cae en esta falacia cuando se intenta manipular o jugar con las emociones del receptor para que acepte un punto de vista o concuerde con una afirmación. Se trata de conmover al receptor más que plantear un argumento para que acepte el punto de vista. Por ejemplo, mostrar niños en situación de abandono para conseguir fondos para alguna institución.