Ensayo Del Trabajo Enajenado

Introducción Como sabemos, gracias a muchos estudios científicos, hubo un tiempo en el comienzo de la historia de la hum

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Introducción Como sabemos, gracias a muchos estudios científicos, hubo un tiempo en el comienzo de la historia de la humanidad, donde las relaciones en la sociedad, las del hombre consigo mismo, que en la realidad se manifiestan en una relación del hombre frente al hombre, no eran como hoy las conocemos. Me refiero indudablemente al régimen de la gens, ---nacido en el estadio medio y, desarrollada en el estadio superior del Salvajismo que, alcanzo su época más floreciente en el estadio inferior de la Barbarie, desapareciendo en el advenimiento de la Civilización--, donde la grandeza, según Engels, pero también su limitación, es que allí no había cabida para la dominación ni la servidumbre, en ella no existía aún la diferencia entre deberes y derechos, y por ende, no constituía un problema para el hombre de ese tiempo. En este régimen no había ningún aparato especial para el empleo sistemático de la fuerza y el sometimiento de la sociedad por aquella. Esta sociedad no tenía más medios coercitivos que la opinión publica, no encontramos una categoría especial de individuos diferenciados que gobiernen los unos a los otros y que, en aras y con el fin de gobernar, dispongan de cierto aparato de coerción, de violencia, como son hoy en día las fuerzas armadas. En este periodo nos encontramos con el predominio de la costumbre, la autoridad, el respeto, el poder que gozaban los congresos populares, por decirlo de alguna forma, de los ancianos, de las mujeres. Pero los organismos de la constitución gentilicia fueron rompiendo con sus verdaderas funciones, estableciéndose otras nuevas, convirtiéndose en organismos independientes, enajenándose, para dominar y oprimir al propio pueblo. Desde que la sociedad se dividió en clases, trayendo como consecuencia una diferenciación social a grandes escalas. Consecuencia de un desarrollo determinado en la producción, --hasta los mercaderes la producción había determinado los procesos de la formación de clases-- haciendo que se establezcan nuevas relaciones en la sociedad, de unos no propietarios y otros propietarios, de unos explotados y otros explotadores, de esclavos y esclavizadores. En fin, entrando al periodo de la historia de la civilización denominada Esclavista. Que si bien desde entonces hasta ahora han, y siguen, ocurrido cambios completamente asombrosos en las sociedades humanas de diferentes lugares y también cambios globalmente, en los avances científicos como, antídotos de enfermedades, de información internacional, de avances tecnológicos en la producción. Y conociendo todo esto de repente uno dirá ¡estamos progresando! Nada más falso, que esta famosa frase de todo político, especialmente el peruano parlamentarista. Porque el progreso humano no solo es de una parte, unilateral, especialmente en lo que se refiere a los avances científicos sino es también de conciencia, el tipo de conciencia del individuo como hombre, como ser humano que conforma una sociedad. El empezar a negar todo tipo de conciencia anterior limitada, privada y crear una nueva, social. Este debe ser el problema de hoy. Mas todo avance que hallamos hecho, hasta ahora, no servirá de nada a la sociedad, si sólo es apropiado, de una manera privada por particulares y no de una manera social, por la sociedad, quien es la única quien puede apropiarse de una manera total y con ello cambiar su modo de existencia, a una social, en la que pueda desarrollar, completamente, su conciencia humana.

La enajenación del objeto El hombre, como producto de la actividad evolutiva de la naturaleza y como producto de la actividad (trabajo) evolutiva (progresiva) de si mismo, en cualquier actividad (trabajo) productiva que realice, siempre va a tener que producir algo, algo que va ha constituirse en un objeto, pero ¿que es este objeto para el hombre?, este objeto es, para el hombre, la materialización de su trabajo, el producto de su trabajo es el objeto, es la objetivación del trabajo pero también la del hombre, en el momento mismo de su realización es su objetivación, tiene como finalidad, esta actividad (trabajo), un objeto. El hombre en la producción confirma su existencia como hombre, como ser humano con su producto y como no lo hace sólo sino relacionándose con otros hombres en sociedad, es a ésta, la sociedad, que el hombre con el trabajo y su producto la materializa, la objetiva, del modo como el hombre se ha relacionado con los otros hombres para producir. Desde que la sociedad se dividió en clases, producto de cambios ocurridos en la producción, donde cada vez más se hacia necesario que las relaciones establecidas entre los hombres anteriormente perdieran su estructura, para conformar otras relaciones que el modo de producir pedía cada vez, en sus nuevas condiciones de existencia, para que así pudiera tener los cambios que tuvo en todas sus dimensiones. Desde entonces hasta ahora, lo que antes era la propiedad fruto del trabajo propio, ahora, no lo es, el producto de nuestro trabajo nunca llega a ser nuestro. Una vez creado éste, después de haberlo dotado con un valor y poder, en la que invertí parte de mi vida, de mi existencia, se va alejando de mí poco a poco, de su creador, constituyéndose, este objeto poco a poco, en un objeto extraño con valor y poder irreconocible, para mí, de la forma que la concebía antes. Cuanto más se aleja, al mismo tiempo más se enfrenta a nosotros como algo extraño, como un poder independientemente de nosotros que lo hemos creado y, que cada día se enfrenta más y más a nosotros, los productores, desconociéndonos como su procreador.

Si cada vez que producimos algo, con nuestra propia actividad, el producto de nuestro trabajo, que lleva consigo todo el carácter de nuestra realización y nuestra confirmación de ser cada día nosotros mismos, se enajena, entonces, ya no nos realizaríamos ni nos confirmaríamos de la misma manera que cuando el producto de nuestro trabajo llega a ser nuestro. Nuestro objeto no cumple su esencia, al ser enajenada, que es la confirmación de mis fuerzas esenciales humanas En consecuencia la realización de nuestro trabajo, nuestra objetivación, se presente como la anulación de nosotros mismos de una forma espiritual y físicamente, pudiendo llegar a la anulación de nuestra vida: la muerte. Consecuencia primera de la miseria y el hambre. “La objetivación se manifiesta, ahora en la realidad, al mismo tiempo, no sólo como la perdida de los objetos indispensables para la vida, sino también de los objetos con los cuales uno trabaja”.

Al enajenarse la actividad hace que otro hombre, ajeno a la producción, se apropie de la actividad ajena, tal apropiación, en parte del objeto, se presenta a la vez como extrañamiento, enajenación, se manifiesta de tal forma que, cuanto más objetos producimos menos podemos poseer y como diría Marx más caemos bajo la férula de nuestro propio producto, del capital. Es que también nosotros ahora vemos al producto de nuestro trabajo como un objeto extraño, como un objeto ajeno a nosotros En consecuencia cuanto más producimos más poderoso se torna el mundo material ajeno a nosotros que creamos frente a sí. Más crece el capital, y más pobres nos volvemos nosotros y nuestro mundo interior, menos nos pertenecemos a sí mismos. Entrando un poco más en la objetivación, en la realización de nuestro trabajo. Que se presenta a la vez como la realización de nuestra perdida y la perdida de nuestra realización, como perdida del objeto de nuestro producto. Primeramente tenemos que entender que “para poder crear, nosotros necesitamos de la naturaleza, no podemos crear nada sin el mundo exterior sensible a nosotros, ésta va a ser la materia sobre la cual nosotros vamos a trabajar”. Viendo que la naturaleza da, por un lado, los medios de vida del trabajo es decir, que el trabajo no puede vivir sin tener objetos, que la naturaleza les brinda, sobre los que actué. Pero también la naturaleza aparte de dar los medios de vida del trabajo, nos brinda, también a nosotros, a través de esto, los medios de vida, medios de vida que nos van a servir para garantizar nuestra existencia como hombre y la de nuestra especie, la humana. Pero que se van transformando en el advenimiento de la civilización y hasta ahora sólo en un medio para el sustento físico de los hombres que producen. Pero, si nos ponemos a pensar, sólo ahora, y nos hacemos esta pregunta ¿Quién nos va a dar los medios, los objetos, en la que podamos trabajar? ¿Y de que forma nos da los medios de vida este trabajo? Gracias a que hemos podido dominar de una parte, en cuanto a la producción, a la naturaleza, nosotros mismos, como hombres, nos podemos dar los objetos de trabajo. Pero que pasa, los objetos de trabajo, nos las dan unos hombres, es decir para poder trabajar tenemos que buscarlo en otra persona que tenga estos objetos de trabajo porque yo no los tengo, lo único que yo poseo es mi fuerza de trabajo como productor. Y ha través de este trabajo que he conseguido, en otro hombre, voy a obtener los medios de mi vida, voy a garantizar mi existencia, ¿pero de que forma? Como vemos, hoy en día, dependemos de otro hombre, que es natural, por ser la producción social, pero que llega a desnaturalizarse cuando este hombre de quien dependemos es dueño del trabajo y de los objetos de trabajo. Vemos que estas dos relaciones con el otro hombre se truecan en una sola, en que vamos a existir solo para conseguir un trabajo y en base a este trabajo existir. Pero no es cualquier existencia es solo la existencia de nuestro cuerpo físico. Nuestra existencia es solo como sujeto físico como trabajador y trabajamos solo para mantenernos como sujeto físico. . .“La enajenación del obrero en su objeto se expresa en que cuanto más produce el obrero menos puede consumir, cuantos más valores crea, menos dignidad tiene él, cuanto más modelado su producto más deforme es el obrero, cuanto más perfecto su objeto, más bárbaro es el trabajador, cuanto más poderoso el trabajo más impotente quien lo realiza, cuanto más ingenioso el trabajo más embrutecido, más esclavo de la naturaleza es el obrero”.

Yo solo quisiera estar seguro de que si la miseria que hay, en África, en los Países de Latinoamérica, en fin de todo el tercer mundo, tiene que ver con que el hombre como productor halla producido mas objetos de valor, más capital, en la que cada vez más su propia producción los hace impotente frente al mundo, obviamente sí.

La enajenación de la actividad productiva misma Si en la producción de objetos, que son la materialización de mi trabajo, los objetos son enajenados, en consecuencia, la misma actividad productiva, el acto mismo de la producción tiene que ser ineludiblemente una actividad enajenante, una actividad enajenadora, una actividad en la que, al realizarlo, se materializa más nuestra enajenación, se confirma más mi dependencia inhumana. Quiere decir que nosotros mismos nos enajenamos al realizar un trabajo en este sistema. El trabajo mismo viene a ser la enajenación como actividad y actividad como enajenación, en consecuencia, la enajenación se encuentra, ya de por sí, en la actividad del trabajo mismo que el hombre realiza, esta en la realización de esta actividad, y en la actividad de esta realización. En un contexto general, en la actualidad, la realización del trabajo se manifiesta como la privación de ser nosotros mismos, la de existir como hombre. La realización de nuestro trabajo como la objetivación de un trabajo enajenado, como la perdida de nuestro objeto, del producto de nuestro trabajo, la apropiación se presenta como extrañamiento, como si nos arrancaran parte de nosotros, parte de nuestra vida, como enajenación. Cosa que es así, porque nosotros como productores dotamos de vida al objeto, que lo hemos transformado, y también de valor y poder, que talvez creemos que va ha regresar a nosotros, y ha conformar parte de nosotros, pero eso, no es así. Pero ¿por qué la realización del trabajo es algo alienante? simplemente para contestar esta pregunta hay que abrir los ojos y decir lo que vemos, en la actualidad. Ahora el hombre como productor está, y se siente, dentro del trabajo que es de otro, ---por que no podemos decir que es su trabajo porque este no lo es, pertenece a otro que tiene el poder de los objetos de trabajo, siendo el hombre como productor, el que la realiza. Su actividad misma productiva, que es fuente de manifestación de su vida, no le pertenece, pertenece a otro y esta actividad se manifiesta como la perdida de si mismo. No conforma parte de su esencia el trabajo, e inclusive, “él mismo, en el trabajo, no se pertenece a si mismo”, sino a otro---, como atrapado por unas horas al día en una jaula, queriendo liberarse, se manifiesta de tal forma que el hombre no se siente bien con la actividad que realiza, sino que hace esta actividad con disgusto y por obligación. En consecuencia, no es él, cuando trabaja, se siente fuera de sí y sólo recobra su personalidad, siente un alivio, se siente en sí, al dejar de trabajar, la actividad que el hombre realiza en su trabajo es asfixiante y agobiante. Sus energías físicas y espirituales no progresan libremente, sino, que su cuerpo lo sacrifica, lo explotan y deja que lo exploten en el trabajo, y en cuanto a su espíritu se ve empobrecido, ignorante, destruido poco a poco. Esta actividad productiva, por tanto no

personifica la satisfacción de una necesidad del hombre productor, sino que es, simple y sencillamente un medio para satisfacer, necesidades extrañas, ajenas al productor. Y en cuanto al hombre que produce es sólo un medio para satisfacer necesidades físicas básicas como la de un animal y no humanas. En el peor de los casos, hoy en día, la mayoría de la población peruana, por ejemplo, la que vive en los campos, en las barriadas, en los asentamientos humanos, se tiene una existencia animal, porque nuestro trabajo no nos brinda una realidad, ni una confirmación, ni objetivación de tener una vida más humana, solo nos da una realidad animal, y en dirección a este objetivo nos confirma el trabajo. Nuestra vida se reduce a comer, beber, defecar y reproducirnos como cualquier animal y solo nos diferenciamos de ellos, porque vestimos y vivimos bajo un techo e incluso este ultimo en algunos casos ya no, es por eso que hay tantas invasiones de tierras privadas, llegándose a diferenciar el hombre del animal solo porque viste y no por su razón, ni su lenguaje porque no le sirve, ni su moral, etc., De las dos enajenaciones anteriores, la del objeto y la actividad productiva, Marx concluye que el trabajo es enajenado. Entonces en las condiciones económicas sociales privadas en las que hemos vivido y vivimos el trabajo es enajenación, como también la enajenación es el trabajo. “La relación directa entre el trabajo y sus productos es la relación entre el obrero y los objetos de su producción, por tanto cuando nos preguntamos cuál es al relación esencial del trabajo, nos preguntaremos cuál es la relación entre el obrero y la producción”. Primero que el trabajo enajenado, enajena al hombre de la naturaleza. Y segundo que el trabajo enajenado, hace que el hombre se enajene a si mismo. Pues bien expliquemos ahora por qué el trabajo enajenado enajena al hombre de la naturaleza

1. enajenación del hombre con respecto a la naturaleza Marx dice que “el hombre es un ser genérico, no solo por cuanto convierte en objeto suyo el genero, así el suyo propio como el de las demás cosas, sino también –lo que no es más que una manera distinta de expresar lo mismo- en el sentido de que se comporta hacia si mismo como hacia el genero vivo y actual como hacia un ente universal y, por tanto, libre”. Pero esta cualidad del hombre que Marx trata de explicar estaría como potencia en el hombre y no como acto. Porque el hombre cuando ha sido libre, nunca ha sido libre, mas si se comporta de una manera universal frente a las demás cosas, frente al mundo. Pero no tiene la conciencia de este comportamiento, y en cuanto a este no tener conciencia, su comportamiento que es universal la realiza de una manera no universal. Inclusive físicamente “cuando sea más universal el hombre, que se alimenta de la naturaleza inorgánica, como el animal, más libre será el campo de la naturaleza inorgánica de la que vive” el hombre. Más se dará cuenta el hombre de que hay una relación de interdependencia entre la naturaleza y el

hombre y no de sujeción, sino de libertad, cuanto más libre sea el hombre más libre será la naturaleza. Todo cuanto existe proviene y es del mundo natural, la energía, la luz, las plantas, los animales etc., y van a formar teóricamente, en la vida del hombre, parte de su conciencia humana de dos formas, una como objetos de estudio y otra como objetos de arte, de belleza de una forma espiritual de existencia, pues el hombre se relaciona con la naturaleza de una forma espiritual directamente, pues proviene de ella, e indirectamente transformándolo a su gusto para poder asimilarlo, en consecuencia, los medios espirituales de vida del hombre provendrán del mundo exterior sensible a nosotros. Pero, también, el mundo natural formara parte de la actividad de la vida del hombre prácticamente, pues, de la naturaleza se alimenta y puede a ser realidad su bienestar físico de existencia o su existencia en cuanto bienestar físico, que se presentara de la forma de alimento, vestido, calefacción vivienda etc. textualmente Marx dice “la universalidad del hombre se revela de un modo practico precisamente en la universalidad que hace de toda la naturaleza su cuerpo inorgánico”, porque su cuerpo inorgánico (la naturaleza) es un medio directo para la existencia del hombre y también su cuerpo inorgánico (la naturaleza) es la materia, el objeto y el instrumento de su actividad vital, el de trabajar. “La naturaleza es el cuerpo inorgánico del hombre; es decir, la naturaleza en cuanto no es el mismo cuerpo humano. Que el hombre vive de la naturaleza quiere decir que la naturaleza es su cuerpo, con el que tiene que mantenerse en un proceso constante, para no morir. La afirmación de que la vida física y espiritual del hombre se halla entroncada con la naturaleza no tiene más sentido que el que la naturaleza se halla entroncada consigo mismo, ya que el hombre el hombre es parte de la naturaleza.” Como sabemos el cuerpo orgánico del hombre se mantiene, existe, en cuanto se nutre de la naturaleza inorgánica, hasta podríamos decir que el cuerpo orgánico del hombre es un modo especial de existencia de la naturaleza inorgánica, y en cuanto a esto, la naturaleza es su cuerpo del hombre. La vida física y espiritual del hombre, que expresan su ser genérico, tiene la necesidad de manifestarse de una manera natural como son, es decir la naturaleza necesita manifestarse como es en esencia.

2. La enajenación del hombre con respecto a si mismo La actividad vital del hombre, el trabajo, enajena todo el genero que hace suyo el hombre, es decir deja de ser un ente universal, ya no tiene más vida genérica como fin, sino como medio, como medio de vida personal, individual, que también es enajenada. La producción misma, la misma actividad productiva, el trabajo, la actividad vital, se presenta en nuestra realidad solo y sencillamente como medio para la satisfacción de nuestras necesidades, exclusivamente físicas, para conservar nuestra existencia de hombre, sólo físicamente, como la de cualquier animal. Si bien este forma una unidad inmediata con su actividad instintiva que garantiza su existencia, es decir, vital. “No se distingue de ella. Es ella”. En cambio el hombre puede hacer de su actividad vital, el trabajo, el objeto de su voluntad y de su conciencia. Su trabajo es conciente y voluntario, no instintivo, es lo que

distingue la actividad vital del hombre de los animales, la que lo convierten en un ser genérico, de ser su actividad libre y conciente. “Tiene como objeto su propia vida”. El trabajo enajenado destroza esta delación esencial y la convierte la actividad vital en un simple medio de nuestra existencia. Pero tenemos que tener en cuenta que la actividad vital, la vida productiva, no solo es la producción de nuestra propia vida en el trabajo como relación social, sino que también hay la vida que va reproducir más vida, es la vida de la especie humana también que se va a producir. Pero como, lo hemos dicho, la actividad productiva como no se cumple en sus funciones libres, que debería de ser, no reproducirá más vida humana por tanto no llevara el carácter genérico y solo reproducirá al hombre como la actividad vital de los animales lo reproducen a ellos. Una producción del hombre que sólo piensa en su existencia y no en la existencia de la especie. Pero también cuando se preocupa por su existencia misma sólo lo hace de una manera tosca, ciega unilateral, por tanto, dando cabida a toda su animalidad contra si mismo y contra la especie. Se desprende de lo anterior que si hay una diferencia en el hombre con respecto del animal en cuanto a la producción es que el animal produce de una manera unilateral, de una forma determinada, y bajo el impulso y la presión de una necesidad física inmediata que tiene que ser satisfecha. Pero el hombre no sólo produce bajo la coacción de poder satisfacer una necesidad física, sino que produce también cuando se halla libre de ella, ósea, después de haberla colmado, y “es allí donde verdaderamente produce” cuando se allá libre de una obligación para la satisfacción material, solamente, física. El producto del animal forma inmediatamente parte de su cuerpo físico, mientras que el producto del hombre no solo puede constituir parte de si cuerpo físico sino que también puede constituirse como algo independiente como es una obra de arte, etc. Cuando el hombre empieza, la producción de un mundo exterior sensible, objetivo, cuando transforma la naturaleza inorgánica, es porque obra de una manera consciente en la que pertenece a una especie (la sociedad humana) y en la que el hombre “se comporta hacia la especie como hacia su propio ser o como hacia si mismo como un ser de la especie”. El hombre empieza a manifestar su ser genérico sólo, cuando empieza a transformar el mundo objetivo frente a sí, la naturaleza aparece como su realidad como obra suya, entonces “el objeto del trabajo es la objetivación de la vida genérica del hombre”. El trabajo se presenta como su seguir siendo libre. Contemplando su trabajo como se contemplaría él de una forma conciente y libre. El hombre en esta producción es objetivado de un modo teórico y también practico. Mas “el trabajo enajenado al arrebatarle el objeto de su producción al hombre, le arrebata su vida genérica, su real objetividad como especie, y convierte su superioridad del hombre sobre el animal en una inferioridad, puesto que se le arrebata su vida inorgánica, la naturaleza”, a tal grado, que la actividad libre, como ser genérico que es el hombre, lo convierte en solo una actividad para la satisfacción de una existencia física, igualmente a la de un animal, la conciencia que tiene de la especie (sociedad humana), es para el hombre un simple medio para satisfacer sus necesidades propias individuales, por tanto, como él es parte de la especie él se siente no como un fin sino como un medio.

3El trabajo enajenado convierte el ser genérico del hombre Una de las cuestiones de que al hombre, ahora, no se considera independiente, y por tanto libre, es que su actividad vital no la realiza voluntariamente. Ahora ningún hombre se haya sostenido sobre sus propios pies ni tampoco se debe a si mismo su existencia. El hombre desgraciadamente ahora vive por la gracia y el beneplácito de otro. Se considera dependiente porque no solo le debe el sustento de su vida a otro, sino, que también el haberlo creado, ser el fundamento de su vida, el hombre dependiente “no crea” y por ende “no es fundamento de su propia existencia”. El hombre productor crea pero no es fundamento de su propia existencia al ser enajenado su objeto, el no-productor no crea, es gracias a este objeto por el productor elaborado que tendrá el poder de tener el fundamento de su propia existencia y la del productor. El productor depende del no-productor para que garantice su existencia física y el no-productor depende del productor para que garantice su dominio a través de su objeto por el productor elaborado, el capital. Ahora el hombre que conciba que él es un ser por sí mismo de la naturaleza, que es la creación y el fundamento de sí mismo tendrá que verse en un problema muy grande sobre su propia existencia real, se hallara en contradicciones con todas las cosas tangibles del mundo real practico de hoy en día. “La actividad libre y consciente es el carácter genérico del hombre”

Aqui

Relación entre el varón y la mujer Hay una relación del hombre donde se manifiesta y se puede ver todo el carácter genérico del hombre, en cuanto, a lo que constituye de él, un ser humano y, por ende en su existencia más individual es también, social en todo su aspecto. “La directa, natural y necesaria entre dos seres humanos es la relación entre el hombre (varón) y la mujer”, esta relación se constituye en una relación, si uno se da cuenta lleva en sí una relación que es implícitamente; la relación entre el hombre y la naturaleza, en esta relación el hombre también se determina como un ser natural. Esta relación en la realidad se manifiesta de un modo sensible y también palpable. Aquí vemos en la realidad hasta donde la esencia humana se transforma en la naturaleza del hombre, o la naturaleza en la esencia humana. “Partiendo de esta relación se puede analizar y entender todo el grado de cultura a que ha llegado el hombre”. Ósea las formas en que se relaciona el hombre con la mujer en todas las cultural no ha sido la misma, habrá ávido rasgos comunes, como también diferenciales, pero, lo que constituye la estructura de la sociedad en los hombres, primero se manifestó y se manifiesta en el tipo de relaciones que se establece entre el hombre (varón) y la mujer. “Podemos entender también de esta relación hasta donde el hombre llega a ser y a concebirse un ser genérico, un hombre”. “Podemos ver en la manifestación de esta relación, en que medida la actitud natural del hombre se ha hecho humana o en que medida la esencia humana se ha convertido, para el hombre, en esencia natural, en que medida su naturaleza humana, ha pasado a ser su propia naturaleza”

Viendo esta relación podemos darnos cuenta que las necesidades del hombre han pasado ha ser necesidades humanas, en cuanto necesito de otro hombre. Podemos darnos cuenta que el otro hombre, en esta relación ha pasado a ser una necesidad. En este tipo de relación humana y natural podemos apreciar que “el hombre en la existencia más individual, es al mismo tiempo un ser colectivo”. 

Al hombre que se la arrebata su ser genérico, se olvida que así como la sociedad produce al hombre como hombre, el hombre también produce a la sociedad, piensa que no existe relación alguna y si lo sabe, no actúa como un ser pensante que, cualquier cosa que él haga como hombre, de alguna u otra forma tendrá que afectar a la sociedad, al igual que cualquier cosa que haga la sociedad tendrá que afectar, de alguna forma la existencia física y la conciencia del hombre. Hay una necesidad de esta relación real, de tener una conciencia social, en consecuencia, la actividad y el goce del hombre tendrá que tener un carácter social, es como decir una actividad social y un goce social, pero común.



Sólo para el hombre social existe la esencia humana de la naturaleza, porque, la esencia humana de la naturaleza es el nexo para que se relacione con el otro hombre de una manera no ajena, y por tanto de mutua correspondencia, pero, ahora como se vive enajenado no tenemos conciencia de que nosotros tengamos alguna esencia humana natural que nos relacione con la otra persona, sólo existe la conciencia de que existe el otro para un mayor aprovechamiento en lo que me pueda servir él, para mi existencia propia individual, egoísta.



Pero ¿que es la esencia humana de la naturaleza? es también la conciencia de la existencia de uno para el otro, como también, la conciencia de la existencia del otro para uno.



Nuestra esencia humana de la naturaleza debería existir la como fundamento de la existencia humana del hombre.



Por tanto, también, nuestra esencia humana de la naturaleza debería existir como elemento de la vida del hombre, como realidad humana, pero no es así.

Pero podemos ordenarlo porque vemos que en la realidad se presenta como una seguida de la otra y podremos decir que en base a que la esencia humana de la naturaleza es el fundamento de nuestra existencia entonces en nuestra existencia se debería presentar como algo que constituye parte de nosotros como un elemento de la que estamos constituidos. Mediante esta relación vemos que la existencia natural del hombre se convierte en existencia humana para nosotros y la naturaleza se convierte para nosotros hombre por cuanto es un ser natural Por consiguiente la sociedad es la mejor unidad esencial del hombre con la naturaleza, la verdadera resurrección de la naturaleza, de la naturaleza del hombre, como un hombre

social, se le puede entender como un acabado naturalismo del hombre y acabado humanismo de la naturaleza. Nuestra actividad y goce social no podrían existir si no existe de la forma de actividad común directa y goce común directa, ósea estos dos elementos que se expresan y exteriorizan directamente en la comunidad real con otros hombres, por tanto esta manifestación estará donde la expresión directa de lo social tenga su fundamento y sea congruente a su naturaleza, en la esencia natural---humano, humano----natural. Incluso cuando desarrolle una actividad cualquiera que ésta sea donde no pueda desarrollarla directamente en común con otros, actuó también socialmente no sólo porque el material en la que yo desarrolle mi actividad va a ser un producto social, sino también, porque mi propia existencia es actividad social; en consecuencia lo que yo haga por mí, lo hago con la conciencia que también lo estoy haciendo, con y para por la sociedad. “En consecuencia yo como individuo tengo la conciencia de ser un ente social”. La conciencia general de la que tiene que tener el hombre tiene que ser nada más que la forma teórica de cómo se presenta en la comunidad real, de una forma viva, nuestra existencia de nuestra esencia social. Ósea debe haber una correspondencia entre lo que somos y lo que pensamos donde no haya contradicción alguna, sino, sea una unidad. Pero, en esta realidad, de este tiempo, la conciencia general no es más que una abstracción de nuestra vida genérica. Como consecuencia de la enajenación de nuestro ser genérico y como abstracción, se enfrenta nuestra conciencia a cualquier muestra de vida genérica de la que podríamos presentar de algún modo. Y por tanto la actividad que realiza mi conciencia general abstraída, se manifiesta en mi existencia propia, de una forma teórica como ente social individual, es decir, la conciencia genérica, consecuencia de que en la realidad es nuestra esencia de ser genérico, se abstrae, producto de que ha sido enajenada en la realidad misma, de una forma real objetiva. Nuestra esencia de ser genérico, producto de esta enajenación real, también hay una consecuencia que es la enajenación mental por llamarlo de alguna forma, empezamos a tener una conciencia de la que en la realidad es una existencia privada de nuestra esencia, dando cabida a una conciencia particular (en cuanto, en ya no pensar en la existencia de otros, sino sólo en uno propio) de la que en la realidad es una existencia particular. Hay una abstracción de la vida real genérica y por lo tanto hay un enfrentamiento entre lo que debemos ser y lo que somos, pero, en la realidad nuestra esencia de lo que somos esta ahí, pero, lo que pasa es que no lo manifestamos. Porque estamos enajenados con nuestra esencia natural. “Por eso hay que evitar, sobre todo, el volver a fijar la “sociedad” como abstracción, frente al individuo”

Individuo El individuo es un ente (ser), social. Toda su manifestación, expresión de su vida, que sin embargo aunque ahora no se vea bajo la forma de manifestación de vida común que realiza

conjuntamente con otros, es de alguna u otra forma una manifestación y exteriorización de la vida social. En el hombre, como un ser humano conciente, no se diferencia entre la vida individual y la vida genérica, aunque, como ya lo dijimos antes en nuestra realidad, la conciencia de vida genérica que tenemos por naturaleza se abstrae, porque, en la vida real también se es abstraída, enajenada. De tal forma que la conciencia de vida genérica abstraída se convierte en nuestra existencia, en una existencia teórica de la conciencia genérica, pero, sólo como una abstracción y no como una realidad. Por tanto en el hombre, como un ser humano, “el modo de existencia de la vida individual sea un modo más bien especial o más bien general de la vida genérica o según que la vida genérica sea una vida individual más especial o más general”. El hombre manifiesta su vida social real y la confirma en el pensamiento teniendo una conciencia genérica de sí, del mismo modo que la conciencia genérica se confirma en su ser genérico. El hombre si bien es un individuo especial como lo dijimos y es precisamente esta forma especial de ser, que lo convierte a él en un individuo y una real comunidad individual es también, en la misma medida, el hombre, la totalidad, la totalidad ideal, la existencia subjetiva para sí de la sociedad pensada y sentida por el hombre, de la misma forma que en la realidad existe para nosotros como real disfrute de la existencia social, como una totalidad de la manifestación humana de vida. Y en lo que constituye para hoy en día un conflicto en lo que se refiere entre el pensar y el ser, en cuanto, hoy, de alguna forma, no hay una correspondencia real esencial y, en cuanto, a esa mala correspondencia se manifiesta en una correspondencia trasgredida haciendo, de estos dos una falsa unidad en cuanto a la esencia del hombre. En el hombre en cuanto un ser humano en su manifestación real de vida se expresa, aunque, distintos el pensar y el ser, al mismo tiempo también se esta presentando para él como una unidad. El ser genérico del hombre, que esta conformado tanto de su naturaleza como de su espíritu, y por tanto que hacían de él un ser especial entre las demás especies, le es arrebatado, constituyéndose ellos dos en algo externo a él y convierte el ser genérico en un medio para la existencia del hombre sólo individual, no reconoce a la naturaleza como su propio ser, por tanto, el no se reconoce a si mismo, no reconoce al ser espiritual que conforma su ser genérico. Una consecuencia directa de que al hombre le es arrebatado el producto de su trabajo, de su actividad misma productiva, de su ser genérico, es la enajenación del hombre con respecto al hombre en la sociedad.

4El trabajo enajenado, enajena al hombre con respecto al hombre

Porque si el hombre se enfrenta a sí mismo, también, se esta enfrenta al otro hombre. Si se le es enajenado su ser genérico al hombre, quiere decir, que un hombre enajena al otro y que cada uno de ellos enajena al ser humano. Es que en la realidad la enajenación del hombre se manifiesta en su relación con los demás hombres En la misma relación en la que se enajena el hombre consigo mismo tenemos que tener en cuenta que esta relación se presenta en la existencia del hombre de una manera real y objetiva cuando se establece la relación con otro hombre. Toda la autoenajenacion del hombre se presentara aquí sólo en nuestra relación práctica con otros hombres. ---------------------------------------------------------Entonces si el producto del trabajo es ajeno a mí, se me enfrenta como un poder extraño, ¿a quién pertenece? Dice Marx. Pertenece a otro ser que no sea yo, ¿quien es? la naturaleza o acaso los dioses. ¡No!. Si no son los dioses, entonces, no hoy otro que no sea más que el hombre mismo. Pero si el producto del trabajo no pertenece al productor, entonces, debe ser otro que sea un noproductor. Entonces apoyándonos en la historia podemos decir que hubo un tiempo en que el producto de nuestro trabajo, la actividad productiva, la naturaleza, el hombre mismo, estaba en poder de un no-productor que tuvo diferentes nombres a través de la historia y también el productor. Primeramente fue llamado esclavista al señor que tenia todo este poder emanado de un hombre; el esclavo, después fue llamado señor feudal el que tenia todo el poder arrebatado de otro, del siervo, ahora es llamado capitalista el que succiona todo el poder poco a poco de un hombre; el obrero. Los tres dueños del poder cada uno en diferentes momentos históricos, pudo ser un rey, un militar, un (intermediario con los dioses) papa o como ahora también algunos son monarca-constitucional y grandes comerciantes (burgueses). Trabajo del obrero . Se presentara el no-obrero en la sociedad, de la misma forma que se presenta el objeto de su producción al obrero, como un hombre hostil, extraño, ajeno a él, y ¿por qué tiene todas estas características este no- obrero? Es, pues, que ese otro hombre será quien sea dueño del objeto y va a ser este objeto, por el obrero producido, quien le va a dar todas esas cualidades. En consecuencia nos daremos cuenta que toda la autoenajenacion consigo mismo y con la naturaleza se presentara de tal forma y en la medida que se entrega la naturaleza a otro hombre distinto de él, el que lo produce. Al comprender el trabajo enajenado veremos que no sólo se establecerá una relación entre el objeto y la actividad productiva, si no que también veremos que se establecerá una relación

en la que estos otros hombres mantienen con respecto al objeto y a la producción misma, y también la relación que establecerán estos otros hombres con aquel que en la realidad produjo el objeto. 1. “todo lo que en el obrero se manifiesta como actividad de extrañamiento, de enajenación aparece en el no-obrero como estado de extrañamiento de enajenación” 2. “el comportamiento real y práctico del obrero en la producción y ante el producto (en cuanto estado de ánimo) se manifiesta en el no- obrero al que se enfrenta como comportamiento teórico”. 3. “el no-obrero hace contra el obrero todo lo que el obrero hace contra sí mismo, pero el no-obrero no hace contra sí todo lo que hace contra el obrero” El hombre, en este trabajo enajenado invierte los papeles de toda la realidad que él ha producido, su propia producción lo priva de la su realidad, su producción se convierte en un castigo para él, al elaborar su propio producto esta elaborando su perdida, perdida de su vida misma material y espiritualmente. Su producto ya no le pertenece por haberlo perdido, engendrando con ello la dominación del otro hombre que no produce, una dominación sobre el producto y por ende de la producción. Pero incluso la propia actividad del que produce no le pertenece, sino, que pertenece a otro a alguien que se apropio de la actividad ajena para constituirlo como suya. Vemos pues que la propiedad privada no es más que la consecuencia, el resultado del trabajo enajenado, de la relación que se establece en el que produce con la naturaleza y consigo mismo. “La relación entre el obrero y el trabajo engendra la relación entre el trabajo y otro hombre, el capitalista”.

Mediante el trabajo enajenado el productor en la historia decayó Emancipación de la sociedad Con respecto a la emancipación de la sociedad, con respecto al sojuzgamiento que hace posible la explotación de el hombre con respecto al hombre, se presentara de una forma política bajo la emancipación de los productores, pero no solamente será la emancipación de una clase, la productora, además si lo fuera seria imposible que esta clase de hombres se vea libre, sino, que se va a tratar de la emanciparon de toda la humanidad en general, porque al emanciparse el productor necesariamente se emancipara la humanidad, porque la relación que hay entre el productor y la producción, en esta relación, esta la relación de explotación que hay entre un hombre con respecto al otro, la relación entre los hombres. Todas las demás formas de explotación que hay no son más que la consecuencia de este tipo de relación.

Relación de interdependencia Pues si, hay una relación de interdependencia entre el trabajo enajenado y la propiedad privada, nos daremos cuenta que la realización de una lleva directamente, necesaria, la existencia del otro, y podríamos decir que si desaparece la propiedad privada necesariamente desaparecerá, el trabajo enajenado, y que si desaparece el trabajo enajenado necesariamente desaparecerá la propiedad privada. Más aún si nos damos cuenta ahora el salario también es una consecuencia directa del trabajo enajenado. “La propiedad privada es el producto del trabajo enajenado, pero también un medio a través del cual se enajena el trabajo, la realización de esta enajenación” Quiere decir que históricamente el trabajo enajenado es la causa de la propiedad privada y éste aparece como su producto, pero también después de esta realización en el momento mismo de esta realidad establecida, la propiedad privada misma, aparece como para que el trabajo siga siendo confirmado enajenadamente, para que se confirme el trabajo enajenado es necesario la propiedad privada, vemos pues que, se conforman en mutua interdependencia. La esencia general de la propiedad privada y su relación con la propiedad verdaderamente humana, social En consecuencia hemos establecido que la propiedad privada no es más que la consecuencia, el resultado, el efecto, del trabajo enajenado y la confirmación de que éste siga siendo trabajo enajenado. Hemos visto que en la realidad el productor que se apropia de la naturaleza por medio del trabajo, esa apropiación se presenta como extrañamiento, enajenación la misma actividad del productor como la actividad de otro no-productor, la vitalidad que debería tener el productor en el trabajo se presente como un sacrificio para él, de su propia vida, la producción del objeto como la perdida de él, a favor de una potencia extraña, a favor de un hombre ajeno, constituyéndose en la esencia objetiva de la propiedad privada. 

Todo el movimiento de la propiedad privada tanto teórica como practica ha sido revolucionario

Como hemos podido apreciar, la propiedad privada, material, por ende, directamente sensible, es la expresión sensible material de la vida humana enajenada, la propiedad privada es en la realidad la vida humana enajenada. El movimiento de la propiedad privada en cuanto su producción y su consumo, este movimiento no va ser más que la expresión sensible de toda su producción enajenada, en cuanto a la realidad del hombre. Expresión sensible de una religión, de una familia, de un Estado, de un derecho, de una moral, de una ciencia, etc. pues como ya se sabe toda esta superestructura no son más que formas especiales de su producción y se rigen a las leyes de las cuales son producidas, por tanto, si la producción se constituye como propiedad privada todas las manifestaciones del hombre en la sociedad estarán regidas privadamente. Al

superar la propiedad privada de una manera positiva, el hombre se apropiara de su vida humana. Y podremos ver que será la superación positiva de todas las enajenaciones. Todo volverá a su cause de una manera superior, veremos el retorno del hombre, de la religión, de la familia, de el Estado etc., a su existencia humana, es decir social, genérica. La propiedad privada es simplemente la expresión sensible de que, si el hombre hace de su ser algo objetivo para sí, se presenta esta, al mismo tiempo como un objeto ajeno y no humano, la realización de él, se presenta como la privación de su realidad, se convierte en una realidad ajena, por eso la superación positiva de la propiedad privada, mejor dicho, la apropiación sensible de la esencia y la vida humana, del hombre objetivo, de las obras humanas para y por el hombre, no debe concebirse de un modo de goce directo, unilateral ósea de una parte, de concebirlo como tenencia o posesión. Porque el hombre, en la realidad con la propiedad privada como sistema, teniendo un ser omnilateral (total) se apropia de una forma unilateral (parcial), tiene que apropiarse como es él en esencia de una manera omnilatertal, (total). No hay que pensar que un objeto es nuestro por que la tenemos, como una forma, ahora, de un capital para nosotros o cuando la poseemos directamente, es decir cuando lo consumimos o mejor dicho cuando lo usamos, pues, esta es una forma que concibe la propiedad privada sobre la tenencia de algo y todas estas realizaciones de posesión en la actualidad, la concibe la propiedad privada solo para el hombre como medios de vida y como la vida de este hombre a la que sirven los medios. “La vida de la propiedad privada es trabajo y capitalización”. En cuanto hombre con sentidos físicos y espirituales, todos ellos en la propiedad privada han sido remplazados en la relación con el mundo exterior sensible, por la simple enajenación de todos nuestros sentidos, por el sentido de la tenencia que es de una forma unilateral. Debemos considerar por lo tanto que en la superación positiva de la propiedad privada como consecuencia de una emancipación, será la emancipación también de todos nuestros sentidos y todas las cualidades humanas, y es lo que hará a nuestros sentidos y cualidades en humanas, el hecho de que sea abolida la propiedad privada de una manera objetiva y subjetivamente. El objeto de nuestros sentidos también se tiene que convertir en un objeto social, humano, procedente del hombre y para el hombre, y nos comportaremos humanamente hacia el objeto porque también el objeto se comporta así mismo y hacia nosotros humanamente. “La sociedad cobra esencia para el hombre en este objeto”. 

Por una parte para el hombre en sociedad, la realidad objetiva, luego de la superación positiva de la propiedad privada, se convierte en realidad humana, realidad de nuestras propias fuerzas esenciales humanas. Todos los objetos para el hombre pasan ha ser la objetividad de si mismo, que lo confirman como ser humano y él mismo se hace objeto para que así se confirme también como ser humano, social.

“El hombre no es afirmado en el mundo objetivo solamente en el pensamiento, sino con todos los sentidos”



Por otra parte mi objeto no puede ser otra cosa que la confirmación de una de mis fuerzas esenciales, ósea, es para mí, las fuerzas esenciales humanas tanto que éstas sean para sí mis fuerzas esenciales humanas, por tanto “el sentido de un objeto llega para mí hasta donde llega mi sentido”. Los sentidos actúan como fuerzas esenciales humanas en toda su totalidad en esta sociedad, por tanto, la existencia del objeto, naturaleza humanizada por el hombre es lo que da vida, no solo a los cinco sentido sino también a los sentidos espirituales y a los prácticos (la voluntad, el amor, etc.), en pocos términos, al sentido humano, a la humanidad de los sentidos.

“La objetivación de la esencia humana, es necesario, por tanto, en el especto teórico como en el práctico” El problema a resolver en cuanto a estas contradicciones solo es posible en el plano de la realidad de la existencia objetiva, mediante la energía practica del hombre, es una tarea de la vida el afrontarlo no solo en el aspecto teórico sino también, y tiene su solución encontrada en el aspecto practico de, y por, los hombres mediante su accionar revolucionario. “La necesidad y el goce con la abolición de la propiedad privada dejan de ser de naturaleza egoísta y la naturaleza ya no se conforma como una simple utilidad sino como una utilidad humana”. Aparte de los órganos individuales que cada uno tiene como hombre en la superación de la propiedad privada, se manifestaría los órganos sociales bajo la forma de sociedad es decir por ejemplo que la actividad que uno realice con otros hombres directamente en sociedad se convierta en un órgano de mi manifestación de vida y el modo de apropiación de la vida humana. Al comparar la enajenación religiosa con la enajenación económica, veremos que la primera solo se manifiesta en el plano de la conciencia interior del hombre, mientras que la segunda se manifiesta en el plano de la vida real y por ende tiene que ser esta de mayor importancia porque de esta se derivan todas la demás enajenaciones, pero su superación no solo tiene que ser de una manera practica y real, sino que también de una manera teórica. “La esencia subjetiva de la propiedad privada, la propiedad privada como actividad de por sí, como sujeto, como persona, es el trabajo” Con esto se da ha conocer que no solo la propiedad privada tiene una esencia objetiva, es decir, en cuanto a un hecho real exterior al hombre que se le es apropiado por cuanto solo considera, el producto de la energía y el movimiento real, como la apropiación palpable, sino también se da a conocer una esencia subjetiva de la propiedad privada quiere decir que todo el movimiento de nuestras energías en cuanto reales y objetivas que son enajenadas y, por consiguiente, apropiadas. Son hechos conciencia para nosotros, tornándose de esta forma la apropiación no solo objetiva sino también en una apropiación subjetiva de la vida del hombre, de su sensibilidad, de sus cinco sentidos, de sus sentidos espirituales y prácticos (la voluntad, el amor etc.) de lo que le hacen que se manifieste no como un ser humano con carácter genérico.

Todos los órganos de la individualidad del hombre, como órganos que son directamente en su forma órganos comunes o lo mismo esta decir que todas las relaciones humanas con el mundo, la vista, el oído, el olfato, el gusto, la sensibilidad, el pensamiento, la intuición, la percepción, la voluntad, la actividad, el amor, todos ellos representan en su comportamiento objetivo o en su comportamiento hacia el objeto, la apropiación de este objeto, la apropiación de la realidad humana, todo este proceder es un proceder hacia el objeto que nos confirma la realidad humana que somos, por consiguiente, nos damos cuenta que son tan múltiples nuestras relaciones humanas como “múltiples son las determinaciones esenciales y actividades humanas; actuación humana y padecer humano, ya que el padecer, humanamente, es un autodisfrute del hombre”. 1. De la relación entre el trabajador y el producto de su trabajo Vemos que el producto se enajena, porque es apropiado por otro 2. La relación entre el trabajo y el acto de la producción, en la misma actividad Productiva Vemos que la actividad productiva misma se enajena para ser apropiado por otro De las dos anteriores se desprende una tercera, donde el trabajo se enajena para luego ser apropiado por otro: el trabajo enajenado  El trabajo enajenado enajena al hombre de la naturaleza Cuando se relaciona el hombre con la naturaleza  El trabajo enajenado hace que el hombre se enajene a si mismo Por que el hombre también es naturaleza, en consecuencia, el trabajo enajenado  Convierte el ser genérico del hombre A un ser abstracto individual creyendo que no esta ligado a la sociedad. Por lo tanto la consecuencia directa de estas tres anteriores es: la enajenación del hombre con respecto al hombre La enajenación del hombre con respecto al hombre Se manifiesta en la realidad cuando en una sociedad los que la integran no viven como una unidad espontánea ni por afinidad, sino, que están integrados dentro de ella por la coacción y la coerción que establecen ciertos organismos especializados, incluso los hombres viven dentro de ella en la forma, de jerarquía de hombres especiales, cada hombre tiene o pertenece a cierta jerarquía social que se parece a la de una pirámide donde sólo pocos hombres llegan a la punta de la pirámide, ósea, a la más alta jerarquía. Los polos opuestos de la jerarquía se repelan como en un imán. Hasta aquí

La fuerza de trabajo en acción, el trabajo mismo,| es la propia actividad vital del obrero, la manifestación misma de su vida. Y esta actividad vital la vende a otro para asegurarse los medios de vida necesarios. Es decir, su actividad vital no es para él más que un medio para poder existir. Trabaja para vivir. Es una mercancía que ha adjudicado a un tercero. El obrero ni siquiera considera el trabajo parte de su vida; para él es más bien un sacrificio de su vida. Por eso el producto de su actividad no es tampoco el fin de esta actividad. Lo que es obrero produce para sí no son los fideos que fabrica ni el oro que extrae de la mina, ni el palacio que edifica. Lo que produce para sí mismo es el salario; y todo lo producido se reducen para él a una determinada cantidad de medios de vida, pudiendo ser alimentos del Proona, unas monedas de cobre y a cuatro esteras con cuatro palos. Para el obrero que taladra, construye, teje, ........... digamos por un espacio de ocho horas al día, ¿son estas ocho horas de taladrar, construir, tejer...........la manifestación de su vida, su vida misma? No, al contrario. Para él, la vida comienza allí donde terminan estas actividades, en la mesa de su casa, en el banco de un bar, en la cama. Las ocho horas de trabajo no tienen para él sentido alguno en cuanto taladrar, construir, etc., sino sólo como medio para ganar el dinero que le permite sentarse a la mesa o en el banco de un bar y meterse en la cama. Si el gusano de seda hilase para ganarse el sustento como oruga, seria un autentico obrero asalariado. No siempre la fuerza de trabajo fue una mercancía. El trabajo no ha sido siempre trabajo asalariado. 

El esclavo no vendía su fuerza de trabajo al esclavista, es esclavo es vendido de una ves y para siempre, con su fuerza de trabajo, a su dueño. Es una mercancía que puede pasar de manos de un dueño a manos de otro. El es una mercancía, pero su fuerza de trabajo no es una mercancía suya.



El siervo sólo vende una parte de su fuerza de trabajo. No es él quien obtiene un salario del propietario del suelo; por el contrario, es éste, el propietario del suelo, quien percibe de él un tributo. El siervo es un atributo del suelo y rinde frutos al dueño de éste.



El obrero libre se vende él mismo y, además, se vende en partes. Subasta 8, 10, 12, 15 horas de su vida, día tras día, entregándolas al mejor postor, al propietario de la materias primas, instrumentos de trabajo y medios de vida; es decir, al capitalista. El obrero no pertenece a ningún propietario ni esta adscrito al suelo, pero las 8, 10, 12, 15 horas de su vida cotidiana pertenecen a quien se las compra. El obrero en cuanto quiera, puede dejar al capitalista a quien se ha alquilado, y el capitalista lo despide cuando se le antoja, cuando ya no le saca provecho alguno o no le saca el provecho que havia calculado. Pero el obrero, cuya única fuente de ingresos es la venta de su fuerza de trabajo, no puede desprenderse de toda la clase de los compradores, es decir, de la clase de los capitalistas, sin renunciar a su existencia. no pertenece a cual o tal capitalista, sino a la clase capitalista en su conjunto, y es incumbencia suya

encontrar un patrono, es decir, encontrar dentro de esta clase capitalista un comprador

“El esclavo obtiene una cantidad constante y fija de medios de sustento; el obrero asalariado no. Este debe intentar conseguir en unos casos la subida de los salarios aunque solo sea para compensar su baja en otros casos. Si se resignase a acatar su voluntad, los dictados del capitalista, como una ley económica permanente, compartiría toda la miseria del esclavo, sin compartir, en cambio la seguridad que el esclavo dispone”.

Diferencia 1. Si se le permitiese venderla sin limitación de tiempo, al obrero su fuerza de trabajo, tendríamos inmediatamente restablecida la esclavitud. 2. Dentro del sistema de trabajo asalariado, hasta el trabajo no retribuido parece trabajo pagado. Por el contrario, en el trabajo de los esclavos parece trabajo no retribuido hasta la parte del trabajo que se paga, naturalmente, para poder trabajar, el esclavo tiene que vivir, y una parte de su jornada de trabajo sirve para reponer el valor de su propio sustento. Pero, como entre él y su amo no hay de por medio ningún acto de compra y venta, parece como si el esclavo entregase todo su trabajo gratis. . Tanto en el esclavo como en el siervo aparece el trabajo no retribuido como arrancado por la fuerza; en la del obrero parece entregado voluntariamente.



Comunismo Marx plantea el comunismo pero no ese comunismo tosco la que aun no a captado la esencia positiva de la propiedad privada ni al ha comprendido tampoco la naturaleza humana de la necesidad. Plantea un comunismo, como superación positiva de la propiedad privada, como superación de la autoenajenaciom humana y, por tanto, como la real apropiación de la esencia humana, por el hombre y para él. Este será el retorno total, conciente, que ha desarrollado el hombre anteriormente, todo su riqueza humana, de un hombre que es así mismo un hombre social, mejor dicho humano. Marx plantea que “este comunismo será, como naturalismo acabado, humanismo y, como humanismo acabado, naturalismo”. Será una realidad tal, el comunismo, que no puede haber otra solución, porque la realidad misma, de toda nuestra historia nos la revela, plantea que está, va ha ser su solución independientemente que un individuo lo quiera, o no. la contradicciones que hay entre el hombre y la naturaleza, del hombre consigo mismo y por ende, del hombre con el hombre, ya no será más una contradicción en la cual cada uno se enajenaba, e iba contra el otro. Nuestra existencia se juntara de nuevo con nuestra esencia serán uno solo, no se alejara uno del otro, la objetivación se presentara como la afirmación de ser nosotros mismos, de ser cada vez más humanos: la solución al conflicto entre la libertad y la necesidad entre el individuo y la especie. En esta superación de le propiedad privada veremos que el hombre producirá al hombre, por ende se producirá el hombre mismo y a los demás hombres. El hombre, como producto del hombre, es al mismo tiempo su propia existencia en la conciencia para el otro hombre, la existencia de uno se relaciona con la existencia del otro, la existencia de uno es también la existencia del otro.