El Paradigma Tradicional

El Paradigma Tradicional. Si bien el concepto de paradigmas (Kuhn, 1971) admite pluralidad de significados y diferentes

Views 113 Downloads 0 File size 563KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

El Paradigma Tradicional. Si bien el concepto de paradigmas (Kuhn, 1971) admite pluralidad de significados y diferentes usos, aquí nos referiremos a un conjunto de creencias y actitudes, como una visión del mundo "compartida" por un grupo de científicos que implica una metodología determinada (Alvira, 1982). El paradigma es un esquema teórico, o una vía de percepción y comprensión del mundo, que un grupo de científicos ha adoptado. La herencia decimonónica No se puede hacer un análisis de la historiografía en el siglo XX, sin recordar a los historiadores decimonónicos y sus logros, fundamentalmente por dos razones. La primera, la larga tradición que sus fundamentos teóricos y sus prácticas tuvieron hasta bien entrado el siglo. La segunda, la existencia de fuertes críticas a estos fundamentos por las escuelas dominantes desde los años 50. Durante el siglo XIX, se realizó la fundamentación de la disciplina histórica en su estado actual, lo que supuso un hecho trascendental: el abandono de la concepción de la historia como una crónica de los hechos del pasado, conocidos mediante los testimonios transmitidos a través de generaciones y el inicio de la actividad investigadora basado en un conjunto de prácticas metodológicas. De la crónica se pasaba al significado prístino de historia: investigación, se realizaba además aplicando una metodología que tenía la explícita voluntad de ligar la práctica historiográfica a la ciencia. Más allá de las profundas diferencias entre la historiografía positivista y del historicismo alemán, lo más significativo fue el hecho de que todos desaprobaron los esfuerzos para historiar el pasado reciente, por no decir nada de buscar una interpretación historiográfica a su coetáneo presente. Si bien alguno escribió sobre temas contemporáneos, lo cierto es que la práctica conllevó la costumbre de que los historiadores hablaran como tales, sobre la historia del pasado y como ensayistas – publicistas de los hechos presentes. La historia devenida en ciencia, pasó a ser estudiada por profesionales, que a su vez se fueron reuniendo en universidades y centros de investigación. Una de las consecuencias de esta profesionalización fue su creciente ideologización. Fueron estas transformaciones las que ejercieron mayor influencia en la disciplina histórica a lo largo del siglo XX, conformando el activo más destacado de la herencia decimonónica. Corrientes de las ideas en el siglo XX. Durante la primera mitad del siglo XIX, la moda se centraba en el espiritualismo y en elidealismo. En la segunda mitad, al espiritualismo sucedío el materialismo, o al menos el determinismo, y a la metafísica el método positivo. En el siglo XX se produce un retorno a la metafísica, a la afirmacion de una libertad creadora para el espiritu. En Francia, este retorno está vinculado al nombre de Henri Bergson (1859-1941). Algunos de sus libros fueron: Ensayo sobre los datos inmediatos de la conciencia, La evolucion creadora. Estas tenian ideas filosoficas. Estas no podian dejar de ejercer una influencia sobre los historiadores.

1.- El determinismo geográfico de Lucien Febvre A este respecto, el resultado esencial de la revolución bergsonia ha consistido en separar el determinismo de las condiciones geográficas e históricas y en devolver al espiritu la libertad plena de acción, la capacidad, ante las condiciones goegráficas e históricas que se presenten ante él, de utilizar las que convienen y dejar de lado las demás. Esta manera de ver aparece en el libro que Lucien Febvre ha escrito sobre La tierra y la evolucion humana en la colección “La evolucion de la humanidad”, dirigida por Henri Berr. La idea sobre la que ha insistido rapidamente es, precisamente, que las consiciones geograficas no son determinantes; que son unicamente posibilidades, entre las cuales el hombre elige. Ya con anterioridad a el, Vidal de la Blache habia abogado a favor de la causa del “posibilismo”. Anteriormente a Febvre y Vidal, los geógrafos tenían la costumbre demasiado frecuente de hacernos ver que los hombres fijaban su habitat allí donde hay agua; la presencia del agua les parecia determinante. Pues no lo es, dice L. Febvre. Los hombre pueden perfectamente apartarse del agua si hay otra consideración que interviene: por ejemplo, irán a instalarse lejos de un río, para evitar sus desbordamientos; o en una meseta, por que allí tienen sus campos y quieren estar cerca de ellos. En este caso cavarán pozos profundos para encontrar agua a costa de un trabajo extraordinario, en tanto que abajo, en el valle, no tendrían más que recogerla; o bien se instalarán en lugares elevados por que las circunstancias hist´ricas harán que los prefieran con el objeto o con el fin de defenderse con más facilidad. A mi juicio, de todas estas consideraciones no se puede sacar ninguna conclusión metafísica a favor o en contra del libre arbitrio. Ellas no nos apartan del método positivo. Pero a mí me parecen atinadas en la medida en que, con una gran oportunidad, han dirigido la atención de los historiadores, o de los sociologos, o de los goegrafos sobre el hecho de que los motivos que se presentan al espíritu humano son complejos. Razón de más para estar en guardia contra las generalizaciones precipitadas. 2. La mente humana no es un simple aparato registrador. Otra preocupación que quizá provenga también, en cierta medida, de la revolución bergsoniana, es la que Marc Bloch ha definido siempre y que consiste en lo siguiente: las fuerzas a las que acabo de referirme nunca actuán en la historia si no es por mediación de la mente de los hombres. Cuando se lee a Tiane, por ejemplo, o a los psicólogos, sensualistas del siglo XVIII, se tiene la impresión de que las fuerzas geográficas e históricas actúan sobre la historia por sí mismas, y que la mente humana no es más que una especie de aparato que permite al orden de la naturaleza transferirse automáticamente a la historia. Por supuesto, ¡no sucede así en absoluto! Lo he dicho y lo repito: la mente humana es una fuerza y ejerce en el mundo una acción que le es propia.

Los deterministas de la segunda mitad del siglo reprochado por Marx el haber hecho de la mente humana un simple aparato registrador. Cuando se produce un suceso histórico, se convierte en causa a través de la propia forma en que los hombres se lo imaginan. Por consiguiente, si es importante para el historiador saber cómo se han producido efectivamente las cosas, no lo es menos el saber cómo se han imaginado esos hechos los hombres que vivian en esa época o un pocoo un poco más tarde; y sucede a menudo que nos los habían representado de una forma que coincide con la que nos parece ser la verdadera. Ahora bien, frecuentemente los historiadores se han asignado la primera finalidad descuidando la segunda, o si se han fijado en ella ha sido unicamente para extasiarse por lo absurdo de la concepción que habián tenido de un acontecimiento sus contemporaneos. Sin embargo, si los hombres han reacciondo, ha sido según esa concepción, y, por consiguiente, ella ha sido la causa de los acontecimientos que la han sucedido. Para comprender éstos, interesa conocer todas las razones que les han hecho seguir.

3. La ciencia en movimiento. Hay otro hecho que ha ejercido una influencia en el mismo sentido: la transformación de las ideas científicas propiamente dichas. Ya a finales del siglo XIX, el gran matemático Henri Poincaré (1854-1912) escribió un libro, la ciencia y la hipótesis, en lo que indicaba que en lo que se denominan leyes científicas son, en realidad de un valor relativo, y que no podemos atribuirles, como hacia Descartes, un valor absoluto; que, por ejemplo, las geometrías no euclidianas –basadas en el postulado de que por un mismo punto pueden pasar varias paralelas a una recta dada, y no solo una –son tan validas como la geometría euclidiana: y que, si hemos adoptado esta ultima, es por que proporciona resultados mas satisfactorios o mas cómodos a escala de las magnitudes entre las que se mueve el hombre. De ellos resulta que incluso las verdades matematicas, toman el aspecto de verdades relativas. 5. En alemania, ninguna novedad. La mayoría de los alemanes no tuvieron que volver a la metafísica, puesto que el positivismo no había tenido nunca entre ellos el mismo éxito que más al oeste. En el siglo XX la pusieron al servicio del pangermanismo y la combinaron con nociones extraídas de la biología, con la idea de raza, caracterizada, no solamente por signos externos –el color, las dimensiones del cráneo-, sino por la estructura interna del cuerpo, principalmente la combinación de la sangre, y, en consecuencia, por capacidades propias de vista intelectual y moral. De ahí la conclusión de que hay razas inferiores a las demás, y que la raza alemana, cuya existencia estaba aun por demostrar, al ser destinada por Dios a dominar el mundo, es la raza superior. Los nazis se esforzaron para que estas ideas penetrasen en la literatura histórica, pero lo único que consiguieron fue crear así un fárrago de propaganda sin interés para el historiador.

La Escuela de Annales La escuela de los Annales se formó en Francia a partir de la publicación de la revista «Annales de Historia Económica y Social» en 1929. Su modelo histórico supone un giro copernicano en la Historiografía. Los fundadores de la revista fueron Marc Bloch (1886-1944) y Lucien Febvre (1878-1956). La escuela de los Annales ataca los fundamentos de la escuela positiva, y tiene un claro compromiso social. No es una escuela marxista, aunque sí utiliza el materialismo histórico. Con el tiempo, esta influencia es hace más débil. En 1946 la revista se llamará «Annales. Economías. Sociedades. Civilizaciones». Todo en plural, porque todos los hechos se enlazan y forman las civilizaciones, que no son las de Toynbee. Pero, además, la escuela de los Annales tiene claras influencias de la Geografía y la Sociología. La Sociología será, siguiendo a Durkheim, una realidad histórica autónoma que trascendía a los individuos, poseía sus propias leyes y que había que estudiar a través de los hechos positivos. Fue Hendir Berr quien propuso la incorporación de la sociología en el estudio de la historia. La Geografía, sobre todo la geografía humana de Vidal de la Blache, es otra de las grandes influencias. El marco natural se vuelve relevante, ya que en él están impresos los cambios que las sociedades han hecho en el medio. El paisaje es una creación histórica del hombre. También utilizaron los métodos estadísticos, económicos y de cualquier otra ciencia, que les sirviese. La economía y la sociedad pasaron a ser el objeto de estudio de la Historia, por encima del Estado, las instituciones, los personajes y las guerras. Estas cosas pasan a tener un lugar secundario, ya que sólo explican la coyuntura. La escuela tiene un marcado espíritu crítico del capitalismo dominante, y lucha contra la historia política como la única válida. Se cambia el objeto de estudio, que pasa a ser el ser humano que vive en sociedad. Todas las manifestaciones históricas deben ser tratadas como una unidad, que sólo existe en la realidad social, en el tiempo y en el espacio. Las barreras cronológicas y espaciales se vuelven artificiosas. El estudio histórico debe centrarse en sociedades concretas, delimitadas en el espacio y en el tiempo. La escuela de los Annales tratará de convertir la Historia en una ciencia, para lo cual Bloch formulará un nuevo concepto de hecho histórico. Frente al hecho histórico se muestra partidario de la opción de hecho, de la historia como problema, de formular hipótesis y plantear problemas. Los hechos fundamentales de la Historia pueden cambiar debido a la complejidad de la misma. La escuela negará el documento escrito como fuente indiscutible y máxima de conocimiento histórico. Toda realización que parta de la actividad humana será una fuente. La escuela de los Annales supone un nuevo rumbo en la historiografía moderna que no se puede evitar. En ella trabajaron historiadores tan importantes como Frenand Braudel, que dirigiría la revista y fijaría su atención sobre los ritmos de evolución temporal:

el corto plazo para los acontecimientos, el medio plazo para las coyunturas, y el largo plazo para las estructuras. Otros historiadores relevantes fueron: Emanuel Le Roy Ladurie, Pierre Chaunu o Marc Ferro. Historia marxista. (Materialismo historico) El materialismo histórico es la ciencia marxista de la historia, y supone la afirmación del hombre como protagonista de la Historia. Consiste en la afirmación de dos ideas: Las relaciones que el hombre establece con la naturaleza y con los demás hombres son relaciones materiales; es decir, los hombres " arrancan " a la naturaleza sus bienes (del fondo de la mina, el hierro; de los campos, el trigo, etc.) Y luego, los hombres producen e intercambian bienes materiales para poder satisfacer sus necesidades materiales (comer, beber, vivienda, etc.) A esto le llama Marx la producción social de la vida. Estas relaciones son las que dan origen, en última instancia a la ideología y a la estructura jurídico-política del Estado. Por lo tanto, se trata de un materialismo dialéctico e histórico. El materialismo marxista consiste en la afirmación de que la producción, distribución, intercambio y consumo de bienes, son la raíz de que los hombres tengan y desarrollen esta o aquella mentalidad, y elaboren estas o aquellas leyes, y se dé este o aquel modo de gobernar la sociedad. El materialismo histórico marxista es: Una interpretación de la historia a través de la materia: la materia a través de un proceso dialéctico, va haciendo la historia. Esa " materia " es " el sistema de producción de los bienes materiales "; o " las relaciones económicas de producción". Materialismo histórico, por tanto, significa que lo que condiciona la historia humana son las relaciones económicas de producción, ya que el modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual. El materialismo es una teoría científica sobre la formación y desarrollo de la sociedad: todo el desarrollo de la sociedad se explica desde lo económico, desde la producción de los bienes materiales. La base de todo orden social es la producción, y desde esta se explica toda la historia: Producción es la actividad por la que se crean bienes materiales para poder vivir. Es necesario señalar la lenta entrada del marxismo en los círculos académicos y en especial en el campo historiográfico. No fue hasta los años 30 cuando comenzaran a adaptarse las enseñanzas marxistas en la interpretación histórica. Su influencia no se haría notar a nivel internacional hasta la segunda postguerra, pero el marxismo tuvo un radio de influencia y participación mundial. Si bien el corpus teórico y epistemológico basado en los principios marxistas fue común en todos los países, también son perceptibles rasgos propios en cada uno de los casos. En los países del antiguo bloque del Este, el poderoso apoyo estatal contribuyó a hacer hegemónica la historiografía marxista. Cabe destacar la copiosa producción de la historia soviética hasta comienzos de los años noventa, los casos de la República Democrática Alemana y Polonia. En Europa Occidental, destacaron cuatro países en los que la historiografía marxista tuvo una

amplia e influyente aceptación: Gran Bretaña, Italia, Francia y España. Las aportaciones más importantes de la “escuela” soviética escapan del ámbito contemporáneo. La piedra de toque de la interpretación de la contemporaneidad la dio la publicación de la “Historia del Partido Comunista de la URSS” (1.938) abriendo un camino que desembocó en la mera argumentación doctrinaria, legitimista y propagandista. A partir de 1.970, comenzó a publicar la Academia de las Ciencias de la URSS la revista Ciencias Sociales, al tiempo que la Editorial Progreso realizaba una extraordinaria labor de difusión de las investigaciones sociales soviéticas. La historiografía marxista francesa, no presentó un quehacer grupal y homogéneo. Una de sus características es la focalización temática de su producción. La historia del movimiento obrero y la investigación sobre las revoluciones y en especial la Revolución Francesa, son los temas con una bibliografía más abundante. Destacan la importancia de los estudios sobre la naturaleza histórica y las reflexiones sobre los aspectos sociales de la práctica del historiador; los dos historiadores marxistas franceses más significados, no investigaron los temas más recurridos: Ernest Labrousse centró su trabajo en los aspectos económicos generales del período revolucionario y Pierre Vilar, (de mucha más influencia en España) se especializó en algunos aspectos de la historia española, además de desarrollar una extraordinaria labor teórica y disciplinar sobre historiografía. Uno de los grupos de historiadores marxistas occidentales más cohesionado y original fue el británico, el único al que puede adjudicársele la denominación de “escuela”, dada la entidad de sus aportaciones, y su actuación grupal públicamente reconocible. Hay dos aspectos de suma trascendencia: los planteamientos marxistas de la escuela británica fueron siempre de una ortodoxia laxa; además en realidad fueron varios los grupos que integraron esta corriente, teniendo como motivo común su afinidad ideológica. La entrada del marxismo en la historiografía británica contribuyó extraordinariamente a la renovación de la práctica tradicional liberal. Esta renovación se produjo tanto en temáticas como en metodología, pero sobre todo cabe destacar que la gran aportación de este grupo fue su trascendental fundamentación conceptual. Una primera generación de historiadores marxistas británicos se aglutinó desde 1.952 en la revista Past and Present. En ningún momento perdieron de vista el peso del Estado aunque la historia social que practicaban poseía, al igual que el movimiento de Annales, una ambición totalizadora que pretendía hacer de la Historia el eje central para la comprensión de la política y de la sociedad modernas. Las últimas tendencias de la historiografía marxista británica se agrupan en torno al History Workshop Journal. El enfoque principal de sus investigaciones ha sido el estudio de las relaciones entre sociedad y política. La “caída del Muro” y la “desintegración” de la URSS, no hicieron más que materializar lo que desde fin de los años 70 ya se denominaba “crisis general” del marxismo. Pero mientras los regímenes de “socialismo real se mostraban incapaces de asumir cualquier tipo de evolución sin hacer peligrar el

sistema, la historiografía marxista sí pudo realizar un trabajo de autocrítica, redefinición y renovación. Los historiadores, si bien dejaron de contemplar el marxismo como clave interpretativa, lo continuaron utilizando como instrumento de análisis. Sin embargo, ni el marxismo ni los historiadores marxistas de los años 80 y sobre todo 90 tienen la coherencia interna y la centralidad de fundamentos del medio siglo anterior. Tal vez una de las escasas ocasiones de coincidencia se produce en la contradicción a los ensayos anunciadores del “definitivo triunfo” del liberalismo, lo cual evidencia definitivamente el cambio sufrido en lo que fue la historiografía marxista.

Cuantitativismo. Cuantitativismo, cliometría y social history: El cuantitativismo se constituyó en el tercer gran paradigma historiográfico de la segunda mitad del siglo XX: una metodología cuantitativista ha sido utilizada por la historiografía y por otras ciencias sociales de un modo muy abundante, pero no toda su producción puede decirse que participa de tal paradigma. La utilización de series estadísticas evidencia una “historia cuantificada”, pero se entiende por historiografía cuantitativista aquella que se constituye sobre un modelo explicativo cuya lectura es esencialmente matemática y toma un rango epistemológico de explicación. Comenzó a aplicarse al menos desde los años treinta en Francia, por Ernest Labrousse y en Estados Unidos por Simón Kuznets, que con su concepto de “ciclos largos” y sus análisis del crecimiento económico contribuyó como nadie al desarrollo de esta corriente. La denominación “historia cuantitativa” se generalizó en Europa desde su utilización en 1961 por Jean Marczewski, si bien en Estados Unidos el término más utilizado fue el de cliometría. Ha tenido tan amplia influencia en el conjunto de la historiografía, que Le Roy Ladurie llegó a afirmar que “la historia que no es cuantificable no puede ser histórica”. Esa fue una de las características teóricas de esta corriente; la creencia de que la cientificidad sólo puede darse en el conocimiento cuya naturaleza se manifiesta sobre lo cuantificable. Se afirmó que el cuantitativismo era la “única” historiografía científica. Sus seguidores practicaban una historia econométrica utilizando únicamente variables cuantificables, y despreciaban el talante humanista de la historia anterior, sus cuestiones de estilo y su “emparentamiento” con la literatura. En el conjunto del movimiento cuantitativista, la cliometría ocupa el lugar más extremo, consecuencia de la aplicación en la historiografía de las pretensiones “cientificistas” que imperaron en el conjunto de las ciencias sociales en Estados Unidos durante los años 50. La cliometría surgió al aplicar la teoría económica neoclásica a la perspectiva histórica, llegando a conformar modelos formalizados matemáticamente que

explicaban el proceso investigado. Lo que resultó totalmente novedoso en el desarrollo de la cliometría fue la utilización intensiva de esos modelos matemáticos. De ese modo, la cliometría se conformaba como el proyecto basado en la matematización de modelos de procesos temporales, cuyo objetivo era construir por sí mismo una explicación de esos procesos de largo plazo. El cuantitativismo presenta al menos otros dos grandes grupos. Se caracterizan por mantener una rigurosa y amplia utilización de la cuantificación, focalizando su interés en las estructuras económicas. El punto de ruptura con la cliometría es la continuidad entre la metodología cuantificadora y las explicaciones. Estos grupos unieron el cuantitativismo y el estructuralismo,, diseñando una metodología basada en: El diseño del procedimiento para la reunión de datos históricos numéricos; el tratamiento de los datos en un proyecto de investigación específica; la determinación de modelos estructurales; la reconstrucción de los hechos históricos en forma de series temporales de unidades homogéneas y comparables. Los distintos grupos que pueden identificarse pertenecientes a este cuantitativismo estructuralista, se reúnen en dos áreas determinadas; en Francia, la segunda y tercera generación de Annales, y en Estados Unidos la Social History, que ya en los años 80 y tras mesurar las pretensiones cuantitativistas, pasó a llamarse Social Science History, donde imperaba un estructuralismo social.

Las nuevas direcciones de la historiografía en las últimas décadas. Durante los años setenta se evidenciaron signos de estancamiento, cuando no de agotamiento de los tres grandes paradigmas historiográficos que habían imperado desde el final de la segunda guerra mundial. Esto fue resaltado por la aparición de las primeras críticas sistemáticas a las teorías y metodologías aplicadas en las últimas décadas. Estas críticas acabaron poniendo de relieve las profundas contradicciones de los grandes modelos de la nueva historia y además el proceso de desintegración de cada uno de ellos, debido a la fragmentación interna. También evidenciaban dos ideas principales: Primero, los grandes modelos historiográficos habían producido un progreso cuantitativo y cualitativo sin precedentes y era impensable un retorno hacia el pasado. En segundo lugar, se remarca la ausencia de un nuevo paradigma que contraponer a los criticados o dados por fenecidos. De ahí se desprenden las dos principales características de la historiografía de los años ochenta y noventa: un conjunto inorgánico de corrientes, metodologías y temáticas que evidencian una crisis de paradigmas y a los que transciende una búsqueda de nuevos modelos de investigación y, sobre todo de comunicación expositivo – demostrativa. La ausencia de un tratamiento detenido y fructífero de la temática política y la explícita voluntad de un tratamiento más cuidadoso de la expresión fueron los dos formidables arietes que inicialmente incursionaron contra la fortaleza de la nueva historia. La crisis de los grandes paradigmas fue evidenciada desde fuera de las corrientes, pero también desde su interior. El estancamiento de las grandes escuelas, fue patente desde los años setenta. En realidad, esta década fue el momento del fraccionamiento de la escuela de Annales, la historia econométrica se fue estancando desde el comienzo de la siguiente década y la historiografía marxista, caía en el escolastismo dogmático. Desde entonces, la historia meramente institucional del movimiento obrero, dio paso a un desplazamiento del interés por los líderes y la política obreras, al estudio de la condición y cultura del obrero consciente, del campesinado y en general de los grupos sociales. Política y narrativa Las dos aportaciones más importantes de los últimos tiempos han sido el crecimiento de las temáticas políticas y el aumento del cuidado en la construcción expresiva. Ambos fenómenos han sido reiteradamente calificados como el retorno de la narrativa o el retorno de la política. Una pregunta que nos podemos hacer es qué hay de nuevo en lo viejo. Básicamente lo aportado por los grandes modelos de la segunda mitad del siglo, incorporado a las nuevas formas historiográficas. Ni la política es investigada ahora como en las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX, ni la importancia de la narrativa radica en una mera pretensión de escribir buenos relatos. La ausencia de la política de la temática de la nueva historia, tuvo

consecuencias poco gratas para el mundo académico, aunque más trascendencia que estas consecuencias tuvo a demás el propio cansancio de los profesionales por las frías e impersonales “estructuras de larga duración” Incluso en la patria de la negación de la dimensión política, los historiadores de lo “político” tomaron el relevo y se constituyeron en el grupo más influyente de la historiografía francesa, sobre todo a partir de la publicación de la obra colectiva Pour une histoire politique, dirigida por René Remond. Todo ello ha producido un enorme cambio epistemológico entre los historiadores, caracterizado por el reconocimiento del papel de los individuos como sujetos activos de la historia. La nueva historiografía política ha venido a recordar la gran importancia de las acciones individuales y grupales, la fuerza transformadora de las ideas y en definitiva de la propia voluntad humana en su interacción con las fuerzas de la naturaleza. La recuperación del sujeto y la nueva valoración del peso del individuo en la historia son los principales rasgos de ese giro intelectual. Las consecuencias directas de este profundo cambio, no pueden ser más trascendentales: la responsabilización del individuo sobre sus actos y la reformulación de la historia con una función ejemplarizando, o al menos referencial. Lejos de ser una “historia del individuo” es una “historia del hombre en sociedad” con toda lo que la vida en común tiene. La crisis de los metarelatos, de las explicaciones basadas en los grandes paradigmas tiene como consecuencia la fragmentación de la atención historiográfica y el desarrollo de nuevas prácticas epistemológicas. Las estructuras metafísicas en las que se basaban aquellos paradigmas, han sufrido una desmembración sustancial. Por esta razón, los amplios conjuntos sociales que centraban el interés anterior pierden interés en favor de los elementos que antes formaban parte de los mismos y ahora adquieren plena relevancia: las ciudades, las instituciones o los “lugares de la memoria”. La crisis más significativa quizá sea el declinar del interés por las clases sociales aunque por el contrario, se multiplican los trabajos sobre las élites de todo tipo, definidas por Rocher como personas o grupos que “dado el poder o la influencia que ejercen, contribuyen a la acción histórica de una colectividad” Dentro de esta tendencia, han emergido estudios sobre profesionales, familias y generaciones. Esta propensión individualizadora alcanza su mayor manifestación en el auge de la biografía que pretende, a través del análisis de la acción individual, comprender el acontecimiento y el proceso histórico en el que está inmerso el personaje. La agrupación de individuos también ha generado corrientes historiográficas de gran relevancia. Una de la más prolífica ha sido la evolución de la historia de las mentalidades, que dentro de ella se pueden encontrar estudios centrados en el análisis de las ideas, los sentimientos, los valores o la memoria. Derivada también de la historia de las mentalidades, se encuentra la historia de las costumbres, cuyo objetivo último es el conocimiento de las manifestaciones sociales públicas o privadas y para tal fin, el historiador se interesa por la fiesta, los viajes, el

deporte... Dentro de este grupo, pero diferenciado en cuanto a originalidad y tratamiento, se encuentra el cuerpo como temática y entidad historiada; el cuerpo como último reducto humano. Junto con la recuperación de lo político y la entrada de nuevos campos temáticos, una capacidad de producir satisfacción al lector, hizo que se revindicara la narrativa como la forma esencial y cara característica del quehacer histórico. Y fue rápidamente asumida por algunos de sus más conspicuos cultivadores, en especial los integrantes de la tercera generación de Annales. El estudio de la aldea de Montaillou por Le Roy Ladurie o el de la batalla de Bouvines por Duby, utilizaban sin ningún tipo de prevención las armas del discurso narrativo; entre otros objetivos plenamente logrados, contaban una historia. El abandono de las tendencias estructuralistas e impersonales por muchos nuevos historiadores no supuso la vuelta a la historia tradicional, a pesar de coincidir con ésta en su interés por el individuo y el acontecimiento. Lawrence Stone destacó cinco diferencias fundamentales entre estos nuevos historiadores y los tradicionales: su interés por las vidas, los sentimientos y la conducta de la gente, la combinación de la descripción con el análisis; la utilización de nuevas fuentes, el empleo de unos modelos narrativos alejados dela narración clásica y el hecho de que analizan la historia de una persona, pero la luz que puede arrojar sobre el funcionamiento interno de una cultura y una sociedad del pasado. Stone constataba que “cada vez son más numerosos los nuevos historiadores que intentan descubrir lo que ocurría en la cabeza de la gente de antaño, lo que era vivir en otros tiempos, y cuando uno se plantea esas cuestiones, vuelve inevitablemente a la narración” Una de las ventajas de esta nueva forma de hacer historia es su amenidad. Así como los estudios estructurales y cuantitativos, resultan a menudo terriblemente aburridos para cualquiera que no sea un especialista, penetrar en los aspectos más recónditos de la mente de nuestros antepasados, a través de historias de crimen y brujería... puede resultar tan atractivo como leer una novela. Parecía como si los nuevos historiadores hubieran optado por competir con la literatura. Cabe el peligro de convertir la historia en una rama especial de la literatura, en una recopilación de casos más o menos interesantes, a veces fascinantes, pero a partir de los que no se podría generalizar. En definitiva, el peligro es convertir la historia en una rama especial de la literatura, en una recopilación de casos más o menos interesantes, a veces fascinantes, pero a partir de los que no se puede establecer una base general. Una de las críticas más importantes al retorno de la narrativa fue la formulada por Eric Hobsbawm, que niega la justificación de la historia narrativa a partir del creciente interés por los acontecimientos y los individuos pues hay todavía muchos historiadores que consideran que estos objetos no son fines en sí mismos, sino medios de aclarar una cuestión más general, que va mucho más allá de la historia particular y de sus personajes. Defiende la necesidad de seguir respondiendo a los grandes porqués de

la historia, sin renunciar a la observación microscópica. En España, Joseph Fontana, rechazó contundentemente el retorno a la narrativa, porque presentar la narración como la alternativa a los sistemas teóricos, resulta una falsa solución a un problema. Y por el contrario, Morales Moya y Tusell, se sitúan en la línea de Stone, rechazando gran parte de las posiciones de Hobsbawm, y defendiendo, con matices, el retorno a la narrativa. A partir de finales de los años setenta y en especial los ochenta, las escrituras “problemáticas fueron siendo sustituidas por construcciones formales en el mejor estilo literario. Pero esta recuperación por el gusto de contar historias, se vio complementada por lo que acabó siendo conocido como teoría crítica o giro lingüístico. Las dos manifestaciones más trascendentes de este nuevo enfoque han sido el deconstruccionismo y el nuevo historicismo, que a pesar de ser interpretados como caras de una moneda, son en realidad dos interpretaciones o corrientes distintas con planteamientos contrapuestos en muchos de sus más significativos extremos. El deconstruccionismo es esencialmente una teoría de la escritura perteneciente a la lingüística postestructuralista; la pretensión de explicar el mundo a través del análisis del lenguaje. Esta teoría de la escritura, tiene como principal instrumento metodológico la decodificación del texto lo que conlleva la centralización de la atención exclusivamente en el discurso. Uno de los textos más famosos de un autor del este movimiento, Jacques Derrida, lleva por título “¿Cómo no hablar?” y el subtítulo de una de sus obras más emblemáticas es “La retirada de la metáfora” La práctica deconstruccionista pretende presentar nuevas visiones de la realidad social a través de la desestructuración o descomposición de la arquitectura conceptual de un determinado sistema o proceso histórico. La otra gran emanación historiográfica de la “teoría crítica” ha sido el nuevo historicismo, concepción narrativista del análisis del discurso, pero con escasas relaciones con la deconstrucción. Es en realidad la última fase de la corriente Social Science History, cuyos planteamientos de signo estructural han sido mantenidos por el círculo de C.Tilly. La historia del tiempo presente La idea de hacer una historia del tiempo presente surge ante la necesidad o la urgencia sentida por muchos historiadores de acercarse a una historia estrictamente contemporánea, que estudia y analiza todos los factores que conforman la realidad en al que está inmerso el propio historiador que emprende esa tarea. Para un creciente número de historiadores, cada vez resulta más inadecuado seguir considerando la edad contemporánea como el período transcurrido desde las revoluciones liberales, tomadas como el punto de partida de la sociedad actual. Esta concepción de la época contemporánea es problemática, tanto desde el punto de vista práctico como conceptual. Se trata de hacer una historia sobre los acontecimientos y procesos históricos que han dado lugar al mundo que hoy conocemos y en el que estamos viviendo. En las dos últimas décadas, se han barajado

distintas denominaciones: “historia reciente”, “historia actual”... y más recientemente historia del tiempo presente, que es la que se ha acabado imponiendo, a pesar de que en los planes de estudio españoles, se ha optado por el nombre de historia actual. La historia del tiempo presente ha acabado siendo la vanguardia historiográfica, no sólo en cuanto al período de interés, si no sobre todo atendiendo a una renovación temática, epistemológica y metodológica. Se caracteriza fundamentalmente por la aplicación de metodologías estrictamente historiográficas sobre fuentes parciales en el análisis de procesos no cerrados. Tiene un predominio de la explicación narrativa y la atención a los momentos de cambio histórico, a los fenómenos políticos y de las relaciones internacionales. También existe una historia reciente económica, intelectual y social. Desde un punto de vista metodológico, se caracteriza por un explícito diálogo con las ciencias sociales. Para Javier Tusell, la historia del tiempo presente se distingue del memorialismo, de las ciencias sociales y del periodismo de investigación por una serie de características propias de las disciplinas históricas. El historiador del presente posee un sentido del tiempo, atribuye importancia a la cronología y a la reconstrucción del contexto histórico, intenta agotar al máximo las fuentes primarias y realiza un esfuerzo de síntesis, integrador de las aportaciones de otras disciplinas. La historia del tiempo presente posee una serie de ventajas e inconvenientes: El historiador, aunque no conoce el final de los procesos históricos, cuenta con la ventaja del recurso: el testimonio de los principales protagonistas, y con ser él mismo partícipe de los acontecimientos. Esta disciplina está en una posición de inmediatez con los problemas del presente, por lo que es objeto del interés de sus coetáneos, y del consumo inmediato de sus productos. Sin embargo, también tiene problemas. El primero es marcar y señalar el tiempo histórico, único y continuo, que llega hasta nuestros días, teniendo su origen en el pasado. La historia, se concibe como un proceso, sin posibilidad de ruptura entre pasado y presente. La definición de los límites cronológicos de la historia del tiempo presente, constituye uno de los debates más recurrentes de esta especialidad; se usan fechas clave que supongan rupturas significativas; las apelaciones al período de memoria; las conmemoraciones de los acontecimientos y procesos históricos; llegando al establecimiento de límites móviles o simplemente negando la necesidad de establecer un límite. Otra característica de la historia del tiempo presente es el análisis de cuestiones que la realidad histórica evidencia vivas, sujetas a procesos abiertos. Lo cual presenta algunos problemas. Como señala con cierta ironía Eric Hobsbawm, aunque el historiador está plenamente autorizado a abordar procesos en curso, muy probablemente se verá tentado a hacer previsiones de futuro con el peligro de que estas se vean rotundamente desmentidas por los hechos. La historia del tiempo presente choca con dos de las premisas básicas de la disciplina historiográfica, tal y como fue concebida en el s.XIX que eran la necesidad de cierto distanciamiento

cronológico y la primacía del documento archivístico como fuente del historiador. Sin embargo, tanto un requisito como el otro, emanan de una concepción de la historia ya superada, que creía en la posibilidad de acceder al conocimiento exacto y objetivo del pasado. Hoy, nadie aspira a alcanzar una verdad absoluta y total sobre el pasado, ni comparte ese fetichismo por el documento. La carencia de distancia no impide un distanciamiento crítico al historiador del tiempo presente, aunque es verdad que lo hace más difícil, pues puede estar sujeto o más predispuesto a la subjetividad. Lo fundamental para todo trabajo de historia es que existan fuentes, y el problema no es la ausencia, sino más bien la sobreabundancia documental para el tiempo presente: testimonios orales, prensa, .... También la historia del tiempo presente tiene una estrecha relación con la memoria de los contemporáneos, con la memoria viva, la de los protagonistas de la historia. La memoria puede ser objeto de investigación en sí mismo y no sólo fuente; la fuente oral, puede usarse según cuatro alternativas principales de investigación: la del informador “estratégico”, la encuesta masiva, el relato de la vida y la perspectiva biográfica o historia de vida. Hay quienes afirman, además que el historiador del tiempo presente, tiene una responsabilidad social y moral bastante mayor que la de cualquier otro historiador: René Rémond dice que “el historiador del tiempo presente, no puede comportarse como lo hacen con frecuencia los intelectuales, sin tener conciencia de las consecuencias de sus actos LECTURA: Tendencias historiográficas en el siglo XX – Isidro Sepúlveda Muñoz INTRODUCCIÓN -La historiografía, historia de la historia, es fundamental para quienes estudian la evolución histórica de la humanidad. -Los historiadores han presentado una amplia variedad de plasmaciones epistemológicas -Pueden señalarse tres grandes etapas evolutivas de la historiografía: a)Hasta la segunda postguerra: la larga e influyente herencia “decimonónica” (siglo XIX) b)Décadas de 1950, 1960 y 1970: “época de oro” de la historiografía, de profunda renovación. c)Desde finales de los 70: “crisis de la historiografía”, que se caracteriza por un mayor número de certidumbres que de certezas, debido a los cambios de la etapa anterior. 1. LA HERENCIA DECIMONÓNICA -Tuvo una gran influencia hasta bien entrado el siglo XX. -Durante el siglo XIX se realizó la fundamentación de la disciplina histórica en su estado actual: a)Se abandona la concepción de la Historia como una crónica de los hechos de pasado.

b)Se inicia la actividad investigadora en base a un conjunto de prácticas metodológicas que intenta vincular la Historia a la “ciencia”. c)La objetividad y la neutralidad debían tomarse como principios profesionales. -Tanto la historiografía positivista como el historicismo alemán desaprobaron los esfuerzos por historiar el pasado reciente y ello llevó a la costumbre de estudiar los más remotos. -La disciplina comenzó a denominarse “ciencia histórica”. -La historia, convertida en ciencia, pasó a ser estudiada por profesionales que se fueron reuniendo en universidades. -La profesionalización e institucionalización de la historia llevaron a una creciente ideologización marcada por la nacionalización del Estado y el control de los poderes por la burguesía.

2. LA NUEVA HISTORIA: ESCUELAS Y GRANDES PARADIGMAS -En el periodo entre guerras (años ´20 y ´30) se fueron gestando nuevas concepciones en el campo de todas las ideas de la creación y las ciencias sociales, y la historia no fue la excepción. -Las principales tendencias de lo que acabó llamándose la Nueva Historia surgieron del diálogo entre la historiografía y la teoría social, como una reacción frente a la historia “decimonónica”: se critica a esta su dedicación casi exclusiva la historia política, militar y diplomática, a los grandes personalidades y a las coyunturas. -La influencia de la Nueva Historia no se evidenció hasta los años ´40 y ´50. -La Nueva Historia no trajo solo un nuevo paradigma como reemplazo de la historiografía decimonónica, sino hasta tres paradigmas en parte contrapuestos. -Otra consecuencia de la Nueva Historia fue la fragmentación de la ciencia histórica, pues la aceptación de los nuevos paradigmas no fue generalizada y además persistió la influencia decimonónica. 2.1-La Escuela de Annales -El movimiento nació en el año 1928 en Estrasburgo, Francia, cuando Marc Bloch y Lucien Febvre fundaron la revista Annales d´Histoire Economique et Sociale. -Solo en Francia su hegemonía fue indiscutible, pero su coherencia no impidió una evolución muy visible en tres etapas: a)Annales y el combate por la Historia -Esta fase se caracterizó por un “Triple combate”: a)El análisis de problemas frente a la mera narración (relatos lineales cronológicos) b)La ampliación del objeto de la historia hacia nuevos campos.

c)El llamamiento a la multidisciplinariedad y al diálogo con las ciencias sociales. -Surge un nuevo objeto de estudio: el pueblo, la “masa social”, frente a la preocupación previa por los grandes personajes. -El paradigma de Annales situaba su atención en el estudio de las fuerzas impersonales de la geografía, la demografía y la economía: sin el estudio de las estructuras no podía reconstruirse las diferentes coyunturas y el acontecimiento. -Al abrirse a la influencia de todas las ciencias sociales, existía la esperanza de que la historia pudiese abordar todos los aspectos de la vida humana en sociedad. -No se rechaza la preocupación científica de la historiografía decimonónica sino excesiva preocupación por la historia política: más bien, interesan los fenómenos sociales y económicos. -A esta escuela le interesaban los grandes conjuntos en grandes periodos, y por ello rechaza la histoire événementielle (la historia basada en acontecimientos): se busca reemplazar la historia cronológica por la historia problema. b)Braudel y la segunda generación de Annales -Desaparecen Bloch y Febvre y aparece la figura de Ferdinand Braudel, quien asume la dirección de la revista Annales, a la cual rebautiza como Annales: économics, societés, civilisations. -En esta época (años 50 y 60) se reorienta la historia hacia temas económicos y demográficos y predominan las monografías locales y regionales para hacer posible la historia total. -Braudel dotó a los estudios históricos de un carácter estructural mediante el concepto de civilización, que empleó para describir los rasgos esenciales de las sociedades y comparar estructuras económicas dispares y avanzar hacia la historia total. -Braudel planteó una concepción tripartita del tiempo histórico: a)Corta duración: tiempo en que se desenvuelven los acontecimientos, tiempo por excelencia del cronista y el periodista. Relacionado con la historia episódica. b)Media duración: tiempo de la cuantificación, donde suceden las coyunturas económicas y sociales que determinan los acontecimientos del tiempo anterior. Relacionado con la historia coyuntural c)Larga duración: ámbito de la geohistoria, que comprende las tendencias seculares (de siglos) y las estructuras, entendidas como “realidades que el tiempo tarda enormemente en desgastar y transportar”.Relacionado con la historia estructural, que constituye una nueva dimensión histórica abierta por Braudel. -Siguiendo a Bloch y Febvre, que planteaban que la historia debía afrontar todos los problemas de la vida humana, Braudel afirmó que el historiador se había hecho economista, sociólogo, antropólogo, demográfico, psicólogo, lingüista. -A diferencia de Febvre, en cambio, Braudel tendió a establecer una jerarquía entre los hechos históricos, al

señalar su concepción tripartita del tiempo, que privilegiaba las estructuras, es decir, los aspectos económicos y demográficos. -A principios de los años ´70, Braudel “dividió su herencia” entre Jacques Le Goff y Emmanuel Le Roy Ladurie. c)La regeneración y transformación de Annales -Le Roy Ladurie, Le Goff, Ferro, Duby y Nora intentan renovar la anquilosada Annales. -El año 1978 publican Histoire Nouvelle (Historia Nueva) la cual expresa un espíritu conciliador con la historia tradicional, los métodos positivistas, la revaloración del acontecimiento y de la historia política cultural y de las mentalidades. -La búsqueda de la totalidad planteada por Braudel llevó a la fragmentación (sectorialización, desmenuzamiento, policentrismo (varios centros) del trabajo histórico). -Aumentan los escritos metodológicos, como Faire de l´Histoire (Quehacer de la Historia) y Nouvelle Histoire (Nueva Historia). -Se privilegia el valor de la acción sobre la determinación de las estructuras sociales, con lo cual se derrumban los planteamientos de la escuela original. -Surge una nueva historia política, se revalorizan la narrativa (relato cronológico), las mentalidades colectivas, la historia socio-cultural, la historia antropológica. -Se renunció también a la consideración de Escuela y se reivindicó la experimentación y la confrontación de las investigaciones en curso. -En esta época los historiadores de Annales reconocieron la importancia del acontecimiento y cuestionaron la idea del tiempo histórico como objeto de la Historia, la aspiración de Braudel de una historia total. -Ya no se pretende convertir a la Historia en una ciencia social pues existe el problema de que al intentar alcanzarse un nivel científico riguroso, como ocurre con la historia económica, se corre el riesgo de obtener resultados insignificantes, y al no hacerlo, se cuestiona la validez de los resultados. -La revista Annales también ha cuestionado los enfoques estructuralistas y funcionalistas, que consideran a la sociedad como un objeto inmóvil, que puede ser medido y pesado por métodos econométricos y modelos cerrados: se pretende llegar a un sistema de proposiciones explicativas y no a un conjunto de categorías previamente construidas, como ocurrió con el marxismo. -En esta etapa, Annales propone, en forma muy cercana al positivismo, un tipo de historia comprensiva, que se construya desde la investigación y mediante una perspectiva multidisciplinaria, que sirva para unificar el campo de las ciencias sociales. -No se puede decir la escuela de Annales se encuentre en crisis, a diferencia del marxismo y al cliometría, pues se ha dado una actitud de autocrítica y ha desaparecido el dogmatismo. 2.2-La historiografía marxista

-El marxismo se presentó como un modelo interpretativo completo y cerrado que daba una explicación global a los procesos. -El materialismo histórico analiza la evolución histórica como resultado de las tensiones internas de la sociedad humana [la lucha o enfrentamiento entre las clases sociales, detrás de la cual existe un condicionamiento de los aspectos económicos (la materia) sobre los políticos, mentales, religiosos, ideológicos, etc., que vienen a ser un resultado o producto de los anteriores]. -Además, como en otras ciencias sociales, existió en la historia marxista el “valor añadido” del compromiso [revolucionario] entendido como participación-contribución en el proceso de transformación social, pues los historiadores aportarían una interpretación del pasado susceptible de fundamentar el futuro. -El marxismo tuvo una lenta entrada en los círculos académicos, especialmente los de la Historia, debido a tres razones: a)El rechazo por la historiografía del siglo XIX de la teoría marxista b)El temor a las implicancias revolucionarias de la interpretación marxista c)La persistencia de los temas políticos en la práctica histórica, en perjuicio de los temas teóricos planteados por los marxistas. -Fue recién en los años (19)30 que comenzó a aplicarse extensamente el marxismo en los estudios históricos, y su influencia recién empezaría a notarse, como la Escuela de los Annales, después de la segunda Guerra Mundial, pero a diferencia de dicha escuela su aplicación fue a escala mundial. -En los países del Bloque del Este [de influencia comunistasoviética] el apoyo estatal contribuyó al predominio de la historiografía marxista. La escuela soviética aportó en temas no contemporáneos, como la etnografía, la arqueología, la prehistoria, los estudios sobre el Imperio Bizantino, la Historia del Partido Comunista de la URSS y reflexiones metodológicas y teóricas. -En Francia, la producción histórica se concentró en temas contemporáneos: historia del movimiento obrero, del comunismo francés, las revoluciones (sobre todo la Revolución Francesa), teoría histórica, aspectos sociales de la práctica del historiador, historia social, etnología, arte, historia económica, etc. -En Gran Bretaña, los historiadores marxistas fueron de los más cohesionados y originales de Occidente, debido a su gran capacidad de renovación y flexibilidad. Estos historiadores renovaron la historia tradicional liberal en aspectos temáticos y metodológicos a través de una serie de revistas, sobre todo las revistas Past and Present (Pasado y Presente) y History Workshop Journal (Revista Taller de Historia). En ambas, se otorgaba importancia a la acción del Estado (frente a la interpretación marxista que priorizaba los factores económicos y sociales sobre los políticos). -La “Caída del Muro” [de Berlín, en 1989, que separaba esta ciudad alemana después de la Segunda Guerra Mundial

como símbolo de la división entre el bloque capitalista y el bloque soviético] y la desintegración de la Unión Soviética generalizaron la crisis del marxismo como “paradigma” (modelo) para explicar la sociedad en su totalidad, a modo de “ciencia”. -A pesar esta renuncia y de la reducción de la producción de obras de historia marxista, aún se ha continuado produciendo obras marxistas, inclusive de mayor calidad, aunque sin mantener una unidad teórica. 2.3-Cuantitativismo, cliometría y social history -El cuantitativismo se constituyó en el tercer gran paradigma histórico de la segunda mitad del siglo XX: se trata de una historia cuantificada cuya lectura es matemática. -Este tipo de historia comenzó a ser aplicado inicialmente en Francia y en Estados Unidos en los años ’30 y la “época dorada” de la corriente llegó en los años ’60 y ‘ 70. En Estados Unidos se le conoció como Cliometría (medición de Clío, diosa griega de la Historia)y, más tarde, como New Economic History. (Nueva Historia Económica). -El origen de esta corriente se halla en la importancia otorgada por la Escuela de Annales y el Marxismo a la teoría económica, que intentaron compensar sus carencias teóricas y metodológicas con la ayuda de estadísticas, desplazando la importancia de los hechos individuales a favor de los procesos colectivos. -Más adelante, de las estadísticas económicas que no permitían explicar toda la historia, se pasó a la elaboración de estadísticas en otras áreas: demografía, costumbres, cultura e incluso política. -El historiador Le Roy Ladurie llegó a afirmar que “la historia que no es cuantificable no puede ser histórica”, bajo la creencia de que la cientificidad solo podía darse en un conocimiento cuantificable, rechazando las formas previas de hacer historia, como su talante humanista, sus cuestiones de estilo y su parentesco con la literatura. -En Estados Unidos, el cuantitativismo de la “Cliometría” llegó al extremo, llegándose a elaborar modelos matemáticos que intentaban explicar el pasado acudiendo a teoremas y fórmulas matemáticas. Otros cuantitativistas, menos extremos, relacionaron el cuantitativismo con el estructuralismo, en Francia y Estados Unidos. En Francia, la segunda y la tercera generación de Annales recurrió al cuantitativismo extensamente, y en Estados Unidos estos cuantitativistas se llamaron Social History o Social Science History.

3-LAS NUEVAS DIRECCIONES DE LA HISTORIOGRAFIA EN LAS ÚLTIMAS DÉCADAS -En los años ´70 se evidenciaron signos de estancamiento y agotamiento de los tres grandes paradigmas (Annales, Marxismo y cuantitativismo) y aparecieron las primeras críticas sistemáticas a los mismos. -Las críticas, no obstante, evidenciaron:

a)Que los grandes paradigmas habían producido un progreso cuantitativo y cualitativo sin precedentes en la producción histórica y que era impensable un retorno al pasado b)Que no había un nuevo paradigma que pudiera reemplazar a los anteriores. -Las dos principales características de la historiografía de los años ´80 y ´90 serán: a)La existencia de un conjunto inorgánico de corrientes, metodologías y temáticas. b)La búsqueda de nuevos modelos de investigación e interpretación. -La revalorización de la historia política y la preocupación por un manejo más cuidadoso de la expresión fueron dos de las críticas más duras a la Nueva Historia. En Estados Unidos, Gertrude Himmelfab y Geoffrey Alton reivindicaron las cualidades de la “Vieja Historia” de carácter narrativo, reclamaron sacra del olvido de la historia política, rechazaron la pretendida superioridad de la historia social y dirigieron su ataque a la Cliometría y el paradigma cuantitativo. -Las críticas no solo vinieron desde fuera, sino desde el interior de las propias corrientes, que comenzaron fragmentarse. Se desarrolló una autocrítica en el marxismo británico en la revista Past and Present y en el francés en la revista Le Mouvement Sociale, de modo que se sustituyó la historiografía hagiográfica (“santificadora”, idealizadora) del movimiento obrero por un mayor interés hacia el estudio de los líderes y la política obrera, el estudio de la condición y la cultura del obrero consciente, el campesinado y los grupos sociales. 3.1-Política y narrativa -Las dos aportaciones más importantes de los últimos tiempos han sido el crecimiento de las temáticas políticas y el aumento del cuidado en la construcción expresiva, lo que se ha calificado como “el retorno de la política” y “el retorno de la narrativa”, si bien estos tipos de historia nunca desaparecieron de todo y no son como los que se escribían a fines del siglo XIX e inicios del siglo XX. a)La recuperación de la dimensión política -En Francia, el retorno hacia la historia política estuvo motivado por la preocupación del gobierno francés respecto al desconocimiento en las escuelas secundarias de los personajes y eventos más significativos de la Revolución Francesa y, sobre todo, por el cansancio frente al estudio de las frías e impersonales “estructuras de larga duración”. Los nuevos historiadores de la política pasaron a liderar la historiografía francesa, sobre todo desde la publicación de la obra colectiva Pour une histoire politique, dirigida por René Remond proclamó “¡Todo es político! -Frente a las interpretaciones deterministas antes dominantes [marxismo, Annales, cuantitativismo], según las cuales la libertad de elección del individuo es limitada, la nueva historiografía política recuerda la trascendental importancia de las acciones individuales y grupales, la

fuerza transformadora de las ideas (la razón), el irracionalismo y la voluntad humana, individual y colectiva. -Las consecuencias de este cambio conducen a la responsabilización del individuo sobre sus actos y a la reformulación de la Historia como una función ejemplarizante o al menos referencial, pero sin perder de vista el conjunto social. b)Nuevos espacios, nuevos tratamientos. -Debido a la crisis de los grandes “metarrelatos” *los paradigmas de la Nueva Historia] se han desarrollado nuevas prácticas epistemológicas en la Historia (reflexiones sobre el conocimiento de la disciplina) y han adquirido interés, más que las sociedades globales, aspectos particulares como las ciudades, las instituciones, los “lugares de la memoria”, etc. -Tal vez la crisis más significativa se halla en el declinar del interés por las clases sociales, y más bien se multiplican los trabajos sobre las élites de todo tipo, así como los estudios sobre profesionales, familias y generaciones. Esta tendencia individualizadota se manifiesta en el auge de la biografía. -Otra de las tendencias más abundante es la de la historia de las mentalidades, dentro de la cual se encuentran aportes en el campo de la historia de las ideas, los sentimientos, los valores y la memoria. -Derivada de la historia de las mentalidades, surge también la historia de las costumbres, para lo cual se estudian las fiestas, los viajes, el deporte, los instrumentos y materiales, la urbanidad, lo estereotipos sociales, el cuerpo, etc. c)La transmisión narrativa -Surgió la búsqueda de fórmulas comunicativas que permitieran una mejor comprensión y una capacidad de producir satisfacción al lector, como ocurrió con historiadores de la tercera generación de Annales, quienes dejaron de lado la historia cuantitativa y estructural y de este modo “contaban” una historia. -La economía y la sociología cedieron el paso a la antropología como la ciencia que más influía en la Historia, que se caracteriza por su capacidad de iluminar todo un sistema de valores a través del análisis pormenorizado de un caso concreto. -Según el historiador británico Lawrence Stone, la influencia de la antropología se combinó con la novela moderna y las ideas freudianas (estudio del subconsciente), y se pasó a analizar la historia de una persona, un proceso o un episodio dramático no por su importancia en sí sino por la luz que puede arrojar sobre el funcionamiento interno de una cultura y una sociedad del pasado, en un afán por intentar “descubrir lo que ocurría en la cabeza de la gente de antaño”, lo que era vivir en otros tiempos, lo que inevitablemente lleva a una historia narrativa que pasa de la historia de las circunstancias que rodean al hombre a una historia del hombre en sus circunstancias, que se acerca a lo cultural y lo afectivo, y que pasa de lo analítico a lo descriptivo y de lo científico a lo literario. -Una de las ventajas de esta nueva forma de comunicar los resultados es su amenidad, a través de historias como las

del crimen, la brujería, la pasión, el sexo, etc., como si se tratase de una novela: “parecía como si los nuevos historiadores, perdida la esperanza de poder emular a la ciencia, hubieran optado por competir con la literatura”, pero ello resulta peligroso, pues para conocer las mentes es necesario profundizar en el conocimiento psicológico (la relación psicología – historia ha resultado problemática hasta el momento), y esta forma de hacer historia corre el peligro de perderse en los casos particulares sin pode realizar generalizaciones. -Resulta por tanto necesario no renunciar a la conceptualización y a la cuantificación, pues de lo contrario se renunciaría a la comprensión del pasado. -La conclusión principal de los anterior es que la historia debe otra por el eclecticismo (combinar diversas propuestas e influencias, como por ejemplo los métodos cuantitativos y la descripción literaria) -El historiador Eric Hobsbawn ha polemizado con Lawrence Stone con respecto a la importancia otorgada a la historia narrativa. Para Stone, es posible considerar dicha forma de hacer historia pero en forma complementaria a el estudio de las estructuras y las corrientes socioeconómicas, polémica que ha tenido repercusiones en España. d)Narrativa y narrativismo -La preocupación por el gusto de “contar historias” al estilo narrativo ha llevado al surgimiento de la “teoría crítica” del deconstruccionismo y el nuevo historicismo, preocupados por la influencia del análisis del lenguaje histórico. -El deconstruccionismo es una teoría de la escritura que pretende explicar el mundo a través del análisis del lenguaje, que lleva, en el caso de la historia a una decodificación de todo el texto histórico, tanto en sus aspectos documental como científico o “objetivo”. Uno de su más famosos representantes es Jacques Derrida. -El nuevo historicismo es la última fase de la Social Science History (cuantitativismo estructuralista norteamericano, como se ha visto), concepción narrativista del análisis del discurso, cuyo principal representante es Hayden White. 3.2-Postmodernismos, postmodernidad y sociedad postindustrial -Una de las características más evidentes de la práctica historiográfica de las últimas décadas es el extraordinario desarrollo académico, lo cual ha extendido los campos de investigación en todas direcciones hasta conformar un complejo entramado cuya intercomunicación es tan difícil que resulta problemático ver a la Historia como una disciplina integral: se ha llegado a una mitosis (“fragmentación telescópíca”) historiográfica. -Una de las grandes corrientes de pensamiento de los años ochenta y noventa con influencia en el pensamiento del fin del siglo XX es la que ha terminado denominándose “postmoderna”, sobre la cual no hay una sola definición. Para empezar, no hay consenso sobre la modernidad, etapa previa a la postmodernidad, pues su inicio ha sido situado alternativamente en los siglos XVI, XVIII o XX.

-La confusión de estas categorías ha hecho que los postmoderno se aplique a todas las ramas de las ciencias sociales para describir desarrollos en muy distintos campos. -Un rasgo común a todas las manifestaciones del postmodernismo es el de la reflexión estética o formal sobre la realidad circundante, la cual abarca todas las corrientes artísticas, desde la arquitectura a las artes plásticas, que ha llevado al rechazo de la hermenéutica (la interpretación) y al paroxismo (extremo) de plantear que la “realidad real” no existe y que puede ser reemplazad por la “realidad virtual”, creada por los intereses y la fantasía de los medios de comunicación. TEMA 1. LA HISTORIA A COMIENZOS DEL SIGLO XX. La historia tiene un origen oral, sirve para la formación de los pueblos. Éstos buscan una historia común para legitimarse. Gracias al pueblo judío, desperdigado por el mundo la historia comenzó oralmente hasta escribirse en la Biblia y otros. La historia ha estado siempre unida a otras disciplinas: literatura, teología, filosofía... Leopold Von Ranke crea la historia como disciplina propia. CIENTIFICIDAD DE LA HISTORIA. ¿Se puede establecer leyes fundamentales en la historia? A partir del positivismo de Ranke se intenta asociar a la historia con lo científico. A partir del siglo XIX tenemos una historia de los varones de la clase superior, del poder. Surge la cliometría para demostrar la historia cuantitativa. En 1929 surge la revista Annales, con L. Febvre y M. Bloch. En ella se hablará de la historia social, desde abajo. Esa historia social continuará en los años '30 y '40. Con Braudel se plantea el espacio y el tiempo, en la segunda generación de Annales; critica la historia de los acontecimientos (histoire d'evenementiele). A partir de los años 50-60 la historia se parcela, se desmigaja. Surge así la vida cotidiana (Alltags). Los años 6070 son los años dorados de la historia social. También se hablará de la transición del feudalismo al capitalismo. En 1979 hay un cambio: aparece un movimiento que reivindica la historia narrativa. Se habla de la microhistoria, en contraposición a lamacrohistoria. Se empieza a reivindicar el papel de las mujeres en la historia. ¿QUÉ ES HISTORIA? La historia designa el conocimiento y la materia de ese conocimiento. Tiene dos vertientes: los hechos que se desean narrar y las coordenadas espacio-temporales en que se insertan. La materia de la historia se está reinterpretando constantemente, revisándola. En historia no existe verdad absoluta. La historia es la ciencia que estudia los hechos pasados. La historiografía tiene un carácter más reflexivo que la historia. La institucionalización de la historia aparece en el siglo XIX, cuando se empieza a estudiar en las academias. Era una historia-relato, secuencial. Surge en Alemania y será de tipo política, narrativa y masculina. El carácter de fábula lo perderá la historia. Tendrá una hipótesis de trabajo: tesis, antítesis y síntesis. La ciencia vendrá siempre a través del método. 18/02/04

ENSEÑANZA DE LA HISTORIA. La historia se introduce en la enseñanza primaria y secundaria en el siglo XIX de la mano de la formación del estado nacionalista. Francia fue el primer país que generalizó la disciplina de la historia en la enseñanza. Era materia obligatoria de los 6 a los 18 años. La historia sirve para la formación de los notables en Francia, los únicos que podían acceder a la secundaria. El principal debate en Francia es su Revolución francesa. La historia está en relación con justificar sus cambios, conquistas y avances. Hay algunos ideólogos y políticos que son historiadores: Ginzburg, Tocqueville, Michellet... Francia necesita ordenar su política y justificar su revolución. La identidad francesa se forja con el estudio de la historia. El Reino Unido desarrolló más su historia económica porque Inglaterra está a la cabeza de los cambios económicos en la Revolución Industrial. De ahí que autores como Smith y Malthus sean ingleses con una mayor vocación hacia la historia económica. En Francia destacan Seignobos y Langlois, que reclaman la enseñanza de la historia en el siglo XIX. Los franceses plantean la historia como forma de insertar a los individuos en la sociedad. Además, los franceses se empeñan en que los profesores de historia y su formación sea más cultural. En esta formación del profesorado recurren más a la imagen, al relato y narración de los acontecimientos históricos. Los alemanes han acusado a los franceses de ser excesivamente literarios. Han sido los profesores alemanes los que han fraguado la identidad alemana. LA PROFESIÓN DE HISTORIADOR. Surgen en Francia en los años '80 del siglo XIX. Hasta ese momento eran más eruditos, que buscaban hechos del pasado para recuperar historias locales. Desde el siglo XVIII, los historiadores tienen el reto de estudiar las claves de los cambios de la humanidad. Es en el siglo XIX cuando empieza a haber una historia de la literatura, filosofía... El eje cronológico de la historia empieza a impregnar otras disciplinas. Durkheim en 1898 irrumpe en el panorama científico europeo: es el primer científico que utiliza el elemento de las masas de la realidad social. Thompson piensa que el historiador debe establecer un diálogo entre la teoría y los hechos. Tiene que utilizar una teoría para poder explicar acontecimientos históricos. El cuerpo de historiadores tiene que verificar sus fuentes y contrastarlas. Empieza a utilizarse un léxico que codifique la información y que pueda ser entendido por la comunidad científica. En el siglo XIX, la historia tiene que aunar estos factores: formación técnica, interpretación de los hechos y facilidad de exposición. La primera historia que tiene una identidad trascendente es el historicismo. Ranke ha sido el que ha hecho evolucionar la disciplina de la historia. Desde Alemania se difunde a toda Europa. 23/02/04 Leopold von Ranke (1775-1896) escribe en 1824 la Historia de los pueblos románicos y germánicos. Es la primera

corriente historiográfica. La historia se separa de la teología, filosofía... también se estudia con otros autores como Burckhardt, Droysen, Gervinus, Hammsen... El término historicismo surgió con Vico a principios del siglo XIX. Es una corriente que investiga ciencias nuevas; también intenta encontrar alguna ley fija en la historia. Para ello hay un primer intento de definir los procesos históricos. Para Ranke la historia debía unir ciencia y arte; no se despega de la literatura. En 1810 se funda la Universidad de Berlín, donde triunfan las ideas de la Ilustración. Recopilan monografías eruditas y las estudian y documentan muy bien; siempre con un carácter científico. En la Universidad alemana se forman cuerpos de funcionarios, íntimamente relacionados con las elites burguesas. El historicismo es una nueva visión del mundo desde la perspectiva burguesa y un método de análisis histórico. Para todos estos autores, los únicos pueblos con historia serían los europeos. Las fuentes tienen que estar en continua revisión crítica, rechazan cualquier intento de interpretación ideológica. El historicismo se caracteriza por tres puntos: Es una historia sin teoría. Hace estudios sectoriales. El triunfo tiene que ver con el final. Ranke busca un orden natural que justifique los acontecimientos históricos, muy relacionado con el auge de la burguesía a la clase dominante. Tiene una finalidad: la teoría de las sociedades humanas, en la que el Estado es el ordenador de la historia. Esto está en relación con la política de Bismarck del estado-nación alemán. En 1848, Alemania se convierte en el primer país en crear un cuerpo de profesores universitarios especializados. En Francia es en 1870, el Italia con el Risorgimento y en España en 1868 -Revolución isabelina- cuando llega este positivismo. En Alemania, las críticas al historicismo vendrán de Schopenhauer y Nietzsche. Luego será por el estructuralismo. FRANCIA. Aquí se llama positivismo francés y no historicismo. En 1876 se publica en París Revista histórica iniciada con Gabriel Monod; define las ideas positivistas de A. Compte; ambos autores son el punto de partida del positivismo francés. Pretenden fijar un método propio para la historia: corriente metodológica-documental. Michellet es el primer historiador en estudiar la Revolución francesa y en identificar burguesía con nación (no incluye al 4º estado ni a las mujeres). Se intenta buscar la identidad francesa, relacionada con la burguesía. Coulanges, de fines del XVIII-principios del XIX, escribe La Ciudad Antigua, donde ve una historia de documentos separando la filosofía de la historia. Demanda la necesidad de documentos para su tratado. En Francia surge la “Escuela práctica de Altos Estudios” (1868), donde se formarán los historiadores del siglo XIX, con métodos y técnicas nuevos. La Universidad tiene una formación de elites de cuerpos de funcionarios, de

burguesía. El historicismo tiene una visión nueva del mundo, del devenir del hombre.. Creen que debe estar en continua revisión. Langlois y Seignobos son los formuladores de la corriente histórica hasta los Annales. Fijan un método para historiadores en el Manual de Introducción a los Estudios Históricos. Hasta la II Guerra mundial es el punto de arranque más importante en Francia. En 1894 irrumpe en el panorama de las ciencias sociales Durkheim, que publica las Reglas de Método Sociológico, enfrentando a los sociólogos con los dos autores anteriores. REINO UNIDO Aquí el desarrollo de la historiografía es más tardío; tienen una mayor tradición de justificar los cambios económicos que tienen lugar en la Revolución industrial, hay pues, mayor interés por la economía que por la política. En el Reino Unido, la historiografía va unida a la literatura. En 1850 se crea la asignatura de Historia en Oxford gracias a Carlyle y Stubbs. Hasta el período de entreguerras no aparece un conato de historicismo. ESPAÑA La renovación con el positivismo se corresponde aquí con el krausismo. Krauser tuvo aquí más arraigo que en Alemania. Son los tiempos del período isabelino y el Sexenio democrático. Rafael Altamira (1866-1951) Enseñanza de la historia y Cuestiones Modernas de la Historia; Julián Rivera: lo científico en la historia, muy apegado al hecho, trabaja con el arabismo en la historia. LA CRISIS DEL HISTORICISMO. A partir del siglo XIX surgen las primeras críticas de esta corriente. Karl Lamprecht escribe una Historia de Alemania a fines del siglo XIX, que es detonante para tomar conciencia de la ciencia histórica en Alemania. Según Lamprecht hay tres pilares de interés: política, economía y cultura, por lo que se deriva en una cronología distinta basada en leyes del desarrollo científico. Se quiere acercar al análisis de la sociedad, relacionado con la expansión del capitalismo en Alemania a fines del XIX. A principios del siglo XX, quedan caducos los manuales de historia donde se reproducen hechos sin interpretación social. En un impacto de la sociología. Durkeim (1858-1917) es un sociólogo que irrumpe en el panorama de las ciencias sociales. Introduce el interés científico por las masas. A partir de los '90 fragua la teoría de las ciencias del espíritu. Desaparecen los historiadores metódicos y aparecen los sociólogos. En Francia de la disputa entre sociología e historia surge una ciencia nueva: la antropología. Levi Strauss, el antropólogo plantea una antropología estructuralista en dos planos: uno sincrónico de estructuras estáticas y el diacrónico que se corresponde con la evolución histórica. Durkeim y los sociólogos minan el campo de la historia, dan al traste con la corriente historicista. Seisnobos escribe Método histórico aplicado a las Ciencias sociales que provoca una polémica entre las revistas de las universidades, sobre todo entre Francia y Alemania. En la

revista El año sociológico (1903-8), una polémica entre historiadores, sociólogos y antropólogos. F. Simiand rebate los argumentos de Seignobos, le acusa de seguir los tres ídolos: político, individualista y cronológico; negando que sea esto una categoría histórica. Decía que no daba importancia a la historia social que había demasiada historia historizante. 25/02/04 La evolución de las tendencias historiográficas y la aparición de las masas en el comportamiento social hace que aparezca la pugna de la sociología; a esta pugna también se suma la antropología estructuralista. La sociología estudia la sociedad en un momento determinado; la historia hace lo mismo pero relacionado con un momento histórico. En Francia, Jaurès (1859-1914) difunde las ideas socialistas y dinamita las corrientes de interpretación metódicas. Aparece así un puente entre la historia de las ciencias sociales y el fin de los análisis metódicos. Estados Unidos ejerce gran influencia en Europa, allí antes y después de la I Guerra mundial, intentan superar los estudios europeos: la nueva sociedad labra una sociedad de democracia independiente de los “vicios europeos”. Se hacen llamar “historiadores progresistas” y autores de la Nueva Historia, fijando su interés en la sociohistoria. Tienen un camino paralelo al europeo. Superan el academicismo europeo y hacen lo que ellos llaman “historia social”. [fotoc. Tema 1]

1-3-04 TEMA 2: LA FUNDACIÓN DE ANNALES. En 1929 se publica la revista Annales por dos profesores de la Universidad de Strasburgo, L. Febvre y M. Bloch. Estos autores revolucionan la historiografía contemporánea. Supone una renovación del concepto de la historia y la historiografía. Quieren superar el academicismo de Ranke y los germanistas y también el positivismo francés, haciendo protagonista a lo social, rompiendo la historia desde arriba. Introducen lo social como sujeto de la historia. Hasta que no se trasladan a París no tienen un eco relevante. No acaban de unificar el método. Ambos querían que la revista fuera un lugar de encuentro y debate. Bloch se muestra más serio y economista, mientras Febvre es partidario de lo narrativo Éste acusa a Bloch de ser demasiado rígido y de que “hace una revista aburrida de centro izquierda” (1838) refiriéndose a Annales de historia económica y social. En 1941 Febvre publica un artículo sobre la historia social donde critica a Bloch de dedicarse en exceso a la economía, olvidándose de los individuos. Bloch era judío, tiende al materialismo. Febvre queda en París en la II Guerra mundial pero Bloch tiene que marchar, escribiendo desde el exilio con pseudónimo. Poco después, los alemanes torturan y matan a Bloch y Febvre queda como único director de Annales. A partir de 1946 la revista pasa a ser Annales. Economía, Sociedad y Civilizaciones. No pensaban que fueran a ser una

escuela. La revista desde el año '46 es aceptada en todos los congresos, en el '47 se instala en la escuela práctica de los altos estudios; recibe fondos de la Fundación Rockefeller. Empezaron a colaborar otros autores como Morazè yBraudel, que cogen relevo de Annales (II generación de Annales). En estos momentos, el marxismo suponía una amenaza para la historiografía. En Annles habrá marxistas franceses, aunque la fundación Rockeller evite ese marxismo. Esta escuela une la economía y la geografía humana que supone la posibilidad de recuperación importante dentro de la historia del siglo XX. En el IV Congreso Mundial de Ciencias Históricas (1950) se da el espaldarazo definitivo a la Escuela. Coinciden historiadores marxistas británicos y va a ser el núcleo renovador de la historiografía. El único español que va será J. Vivens Vives, introdujo en España las corrientes europeas. GENERACIONES DE ANNALES. 1ª Liderada por Febvre y Bloch. 2ª Liderada por Braudel/ Morazè, Mandrou 3ª Liderada varios autores, entre ellos Le Roy Ladurie, Chavin. PRIMERA GENERACIÓN DE ANNALES. En Francia había habido un historiador muy citado, Henri Berr, que es un antecedente de Annales. Publicó un libro sobre la importancia de la metodología en el estudio histórico. Se inicia una escuela que supera la historia concebida porRanke y renueva el concepto de historia introduciendo conceptos sociales, aspectos que no son históricos desde el punto de vista histórico: política, economía, cultura... Para los analistas es el centro de las ciencias del hombre. Se cogen temas que habían estado desgajados, fusionando todos los elementos y dando un sentido histórico. Desde un punto antropológico, le dan un sentido profundo a la cultura, es un concepto de cultura que está en el terreno de las mentalidades. Los fundadores de Annales están atentos a la renovación de las fuentes. M. Bloch y L. Febvre nunca reconocen que parten de la historiografía alemana pero así lo hacen, reinterpretando al modo francés: más cultural, menos académico... Bloch y Febvre plantean una “historia total” que luego se desintegra. La geografía humana es la que va a tener más peso en la interpretación de los historiadores de la primera generación. En este campo influenció mucho Paul Vidal de la Blache que publica un libro emblemático de gran interés para los científicos sociales; a este sustrato se le une la influencia de Durkein, interpretado en Francia por Francois Simiandque adopta la sociología de Durkein. Simiand era economista, sociólogo y socialista militante. Dio lugar una sociología económica; pretendía estudiar ciertos fenómenos económicos. Se enfrentó a los positivistas, a los que llama “historiadores historizantes” en una serie de conferencias en Francia denuncia las prácticas positivistas, demanda una metodología nueva acorde a la interpretación de Durkein.

02/03/04 En estos momentos se renuevan las fuentes: Se diversifican las fuentes. Se aprende historia a través de archivos y de documentos que hasta ahora no tenían una finalidad clara. Se amplía el repertorio iconográfico. Ante la renovación de las fuentes, se requiere una nueva metodología, ampliándose la finalidad de la época: no desprecian nada, todo es susceptible de estudio; no se cierran al estudio de períodos históricos. Los analistas plantean dudas sobre el espacio geográfico. Ya no son las superestructuras ideales, la idea de nación... sino un espacio concreto, así Braudel concretó el espacio en el Mediterráneo y Febvre en el Franco Condado. Hay un concepto nuevo de tiempo; Bloch intuía que había una nueva forma de periodización pero no se llega a desarrollar del todo uno nuevo. Se plantean interrogantes que ellos no resuelven pero acaban poniendo sobre la mesa. Annales es una suma de influencias de los años `20 y `30. No se preocupan por el hecho, lo importante es la corriente social. Enlazan con una corriente de interpretación de la Revolución Francesa. Guizot en El siglo de Luis XIV supera las batallas y busca más explicar un reinado. Este libro es muy debatido. Le dan importancia a la narración, a lo literario: la idea de la historia es narrar. La historia se acerca a lo popular. Entre los autores más populares de esta corriente están:Febvre, Duby, G. Le Goff, Leroy Ladurie, M. Vovelle. Los analistas se proponen una historia que supere la acción de los monarcas y recuperando la acción de los individuos. Bloch¸ en su obra La sociedad feudal trata de buscar el sentir de la comunidad, se nombra a los reyes de pasada. Mantienen una idea de progresión lineal en el tiempo, un tiempo no estático; acorde a esta corriente es la obra de Le Goff, El tiempo de la Iglesia y el tiempo del comerciante.Braudel establece tres niveles de interpretación de la historia. Superan el tipo de historia que hacía la historiografía alemana. Tienen más interés por los estudios regionales. Superan la historia relato y pasa a ser una historia temática superando los sucesos cronológicos, atendiendo más a ámbitos como la Iglesia o el comercio. 03/03/04 CONCLUSIONES. Los historiadores primeros de Annales no hicieron una teoría de la historia porque no estuvieron de acuerdo con los fundadores. Querían desvincularse del marxismo, así nunca definieron qué es la clase, la sociedad. No se pusieron de acuerdo en que la historiografía tuviera un carácter científico; aunque Bloch dice que la historia es la ciencia de los hombres en el tiempo. Los que afirmaba que era una ciencia decía que era una distinta a las demás. Dos obras especialmente importantes, en la primera generación de Annales: - M. Bloch, La apología de la historia o el oficio del historiador, que se entendió como un libro metodológico. - L. Febvre, Combates por la historia. (1953) Son los dos textos canónicos de Annales. Ambos dicen que la historia es un estudio de lo que hacen las colectividades.

Queda claro que, al contrario que el marxismo, no hay una jerarquía entre aspectos económicos y sociales; hablan de una relación armónica entre los distintos elementos de la estructura social, que se establece a través del tiempo y crean condiciones técnicas, espirituales, científicas, intelectuales... que justifican este período. La historia debe participar de otras ciencias sociales, aunque tampoco tiene que rechazar categóricamente su relación con los textos. Se puede hacer un despliegue metodológico propio. Se crea una historia parcelada y limitada. Entre las críticas que reciben: a) Según algunos autores, la carencia de método se convierte en un antimétodo, b) otros les acusan de ser excesivamente “franceses” (que sólo estudian lo suyo) y c) que son muy literarios pero no tienen contenido. Dentro de la primera generación de Annales hay dos caminos a seguir: conómica y social (Simiand). F. Simiand, sociólogo seguidor de las doctrinas de Durkeim, trabajó e investigó en el área de la sociología económica. Pretendía entender determinados hechos económicos (movimientos salariales y de precios, fluctuaciones monetarias...). Quiso elaborar un método estadístico sobre la evolución de los salarios en Francia en los siglos XVIII y XIX. Intenta elaborar una teoría experimental. Este método pretendía superar las pautas vigentes y buscar un sistema para evaluar las series económicas, también explicasen los fenómenos políticos. Habla de comportamientos psicológicos colectivos, que le acercan más a la sociología que a la historia. En Europa en el siglo XIX explica cómo se coloniza California (1948). F. Simiand habla de comportamientos psicológicos colectivos. Habla de sociología económica. La contribución de F. Simiand es que fue el primero en analizar series económicas. Con la idea de fijar métodos, utilizando un método comparativo, establece una perspectiva más global llegando a esquemas interpretativos (historia de las mentalidades). La segunda corriente de annales es la de las mentalidades. Para superar la historia política surge la historia evenemencial. Los annales tienen un camino que se bifurca en dos ramas: economía e historia de las mentalidades. La historia de las mentalidades se inicia con Annales pero tiene más auge con la II generación (Braudel) en los '70 y `80. La historia de las mentalidades se inicia con el libro de Febvre, siguiéndole Mandrou y G. Duby. Hay varias definiciones sobre las mentalidades: Philippe Aries la define como el “inconsciente colectivo”; Durkein,como “representaciones colectivas”; Duby, “el imaginario colectivo”; C. Lévi-Strauss, “formas inconscientes de la vida social”; Jacques Revel dice que las mentalidades son más campo de interés y no una subdisciplina; Vouvelle -afín a Annales pero reconciliando con el marxismo- dice que “la historia de las mentalidades es el estudio de las ___________. Para Vouvelle la cultura de masas es algo impuesto pero la cultura popular surge desde abajo, rechaza el reducionismo. Vouvelle, en su

artículo “Del sótano al granero” (“De la cave au granier”), ha estudiado la actitud ante la muerte, estudiando testamentos, herencias... Le Goff dice que “el éxito de la historia de las mentalidades está en su indefinición”; distingue entre ideologías y mentalidades. Para muchos autores las mentalidades se mueven entre lo afectivo y lo ideológico, que es la esencia de la historia social, pero no lo definen porque no están de acuerdo. Carlos Barro dice que hay que distinguir 5 elementos que se entremezclan: lo emocional, lo inconsciente, lo racional, el imaginario, y la conducta. -cultural de las ideas. Es donde se estudia y radica la conciencia del grupo social. A través de la antropología coge un soporte metodológico, que estudió las cultura primitivas; de la psicología se toma la noción de mentalidad; Bloch y Febvre inciden en esta línea. Se trata de aprender las funciones sociales. con las mentalidades. Cuando G. LeFebvre escribe El gran miedo (Le Grand Peur) en 1789 y M. Bloch Formas de sentir y pensar plantean una nueva forma de acercarse a las mentalidades por los sentimientos. L. Febvre adelanta temas como son la muerte, la alegría y el terror. Delameau enEl miedo en la Edad Media trata el milenarismo, el terror al año 1000 que se refleja en la arquitectura pero fue peor del año 1000 al 1033 donde hubo grandes donaciones a iglesias y monasterios. reconstruyen un mundo interior, un conjunto de representaciones de todo tipo que nos sirven para entender la realidad objetiva o inventada. Para que la historia de las mentalidades recoja lo imaginario, recurre a la antropología que a su vez recurre a imágenes literarias o artísticas. Tiene que ver con la psicología social. historiadores; los positivistas niegan su valor en la historia. Alguien lo ha dado en llamar “psicohistoria”; es un terreno peligroso porque se constata muy difícil. Resulta legitimado con Wright, y su estudio sobre el psicoanálisis. lenguaje y los actos, y también los comportamientos colectivos. Los antropólogos dan pautas de estudio. La antropología histórica descifra las conductas en los ritos, juegos, fiestas, tradiciones... TEMAS DE LAS MENTALIDADES La actividad humana cobra un interés especial a través de la historia de las mentalidades que reformula lo que es la historia social y de los comportamientos colectivos, es un método práctico de la psicología. Una manera de sentir, de pensar que lleva a una realidad subjetiva o resulta de entrecruzar todos estos conceptos. La historia de las mentalidades se enfoca desde distintos temas: actitudes, valores... ema: locura, vida, muerte, tiempo, el espacio, el trabajo... función (zapateros), de géneros (masc. o fem.) o a través de edades.

transición, edades... transición, edades... Ej. la Edad Media. FUENTES PARA EL ESTUDIO DE LAS MENTALIDADES. De los testamentos se puede sacar información de distintos tipos. Hay fuentes indirectas como son las de tipo notarial. Para estudiar la subjetividad se recurre a fuentes que no han pertenecido a la historia tradicionalmente. Las fuentes también pueden tener unas vertientes de historia cuantitativa que tratan de evaluar comportamientos de mentalidades.Ginzburg dice que la historia de las mentalidades puede ser peligro porque no es lo mismo lo que piensa un obispo y un clérigo de una persona de a pie. En Francia son pioneros en estos estudios y es donde más ha fraguado la historia de las mentalidades, sobre todo en el período de la Edad Media. A España llega tarde la historia de las mentalidades. La historia social tiene más importancia que la de mentalidades. Aun así destacó la figura de Reina Pastor, una medievalista que fue la primera en este país en hacer un ensayo sobre mentalidades: Diego Gelmirez... Tuñón de Lara en 1963 aportó un gran avance con su obra Metodología de la historia social de España. Hasta los años '70 no se publica la obra de L. Febvre, Combates por la historia y omitiendo algunos capítulos. En España se siguió más a Boch que a Febvre. La historia de las mentalidades no triunfó aquí hasta los '80. TEMA 3. LA SEGUNDA GENERACIÓN DE ANNALES. Gira en torno a Braudel (1902-1985). Es el continuador de la revista de Annales, que adquiere relieve internacional sobre todo cuando tras la II Guerra mundial es dirigida por Febvre y luego por Braudel. La revista pasa a llamarseAnnales. Economy. Societates. Civilitations. Los méritos de Braudel son más que notables, en su obra El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II planteó una renovación seria en las corrientes contemporáneas para muchos sistematizó un sistema o modelo de trabajo que para muchos se llama “ecológico-demográfico” porque tiene en cuenta el medio físico y la población en el que se desarrolla. Braudel quería tomar como modelo el Mediterráneo fijándose en Felipe II. El mérito es que plantea distintos ritmos históricos, consagra la división trinitaria. los acontecimientos puntuales: batallas, hechos... ciclos económicos: ciclos de salarios, precios... imperceptibles a la que da una gran importancia, es la longue durée, aquello que permanece como el medio físico. Esta división de tres planos, decía Braudel, debían tener la misma importancia pero parece tener más importancia el nivel largo y medio; Braudel ve el primer nivel como algo estático y este “tiempo inmóvil” es el que tiene más importancia. Esta obra la fraguó en un campo de concentración, sin medios para investigar.

A este planteamiento se criticó el hecho de que se prime mucho al tiempo estático porque parece que se deja de estudiar historia; también se le ha acusado de ser excesivamente literario, es decir, que utilizaba metáforas que son más literarias que científicas (“olas que van y vienen”); por otra parte, Fontana critica que no termina de ajustarse la relación entre los tres niveles, que no estudia bien los procesos (por ejemplo no se explica muy bien por qué Felipe II decide llevar a cabo esa política imperialista); otra de las críticas que ha recibido Braudel es que utiliza términos de forma muy vaga como por ejemplo el término “grupo”, “estado”, “guerra” Como aspectos positivos de la segunda generación de Annales el intento de hacer una historia global o total. De Braudel ha quedado el interés por la geografía, porque según él determina a las personas. Esta segunda generación trata de desligarse de los planteamientos marxistas. Dice que los cambios sociales o económicos tienen que ver con procesos ahistóricos, a diferencia del marxismo que lo ve como un continuo progreso. Toda la herencia empezó a verse en sus seguidores que cogen distintas tendencias. La tendencia que traspasa Francia y Europa. Se impone en Europa a New political history y en Italia, la microhistoria. Todos los postulados de Braudel son planteamientos nuevos. Los analistas sucesores se adaptan a distintas tendencias. En la segunda mitad del siglo XX la obra de Braudel pierde fuerza, pero aún se recuerda. Entre sus obras están: El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en época de Felipe II¸ Historia de las ciencias sociales (1968) obra que se publica en España más tarde, de ahí que no tenga auge-, Las civilizaciones actuales. Estudios de historia económica y social, Civilizaciones mat. economía y capitalismo, El Mediterráneo: el espacio y la historia, Escritos sobre la historia(1991), La identidad de Francia. Espacio geográfico e historia. Los franceses, como P. Vilar, han dedicado parte de su producción a estudiar sus regiones (ejs: Franco Condado, Normandía...). En la segunda generación de Annales ya se ve cómo hay un camino que va siguiendo la narración (Braudel). Pero sale otra postura, iniciada por Ernest Labrousse que da pie a la tendencia cuantitativista. El cuantitativismo ha sido utilizado también por sociólogos, antropólogos... consiste en utilizar series estadísticas y hacer series que se pueden cuantificar, es un modelo cuya lectura es esencialmente matemática; este sistema que empezó a utilizar Labrousse, fue introducido en Estados Unidos por Kuznets que utilizó el concepto de “ciclo largo”. En Estados Unidos se denomina “cliometría” e impregna a toda la corriente de Annales. Le Roy Ladurie llega a decir que la historia que no puede ser cuantificable no es útil. Labrousse (1895-1988), adscrito a la segunda generación de Annales, procede de una familia de artesanos, republicanos franceses. Trabajó en el periódico comunista Humanité y militó en el partido comunista francés. En su tesis,En el fin del Antiguo Régimen y principio de la Revolución Francesa, hizo un estudio detallado de cómo los precios influyen en

las fluctuaciones y en los movimientos huelguistas a finales del Antiguo Régimen y principios de la Revolución industrial. Empezó analizando los cambios económicos pero luego se decantó por los movimientos sociales. Simboliza al grupo de historiadores que crean esta corriente cuantitativista que continuará en los años 40, 50 y 60. Estudia series, saca conclusiones y las pone en relación con los movimientos sociales. Abre así la llamada “historia cuantitativista”, que se basa en tablas, donde se fijan modelos aritméticos para darle una mayor autenticidad y cientificidad. La historia cuantitativa tuvo una gran influencia en Europa y Estados Unidos. En Francia esta historia cuantitativa fue impulsada por Labrousse, al tiempo que Kuznets hacía lo mismo en Estados Unidos utilizando el concepto de “ciclos largos”. Marczensky es el primero que habló de “historia cuantitativa”, él fue quien la denominó así. Luego surgen dos caminos paralelos: en Europa y Estados Unidos. Le Roy Ladurie en una de las fases dice que está fascinado por la obra de Labrousse. El concepto de ciencia histórica se impone con series de datos, se empieza a afirmar que la única historiografía científica es la que tiene datos cuantificables. Los cuantitativistas se empiezan a radicalizar: si la historia quería ser ciencia, debía apartarse de lo literario. En Estados Unidos se crea la cliometría, que es un modelo historicista que supone una estricta matematización de la historia, estableciéndose modelos de interpretación de desarrollo a partir de cifras, datos, tablas matemáticas; se hacen modelos estructurales de interpretación a partir de los que se reconstruyen hechos. Hay una confluencia en Europa de la historia cuantitativa y el estructuralismo. En Estados Unidos la cliomentría tendrá un punto de confluencia en Social History y Social Science History. En los '60 se debilita el paradigma labroussiano en Francia porque el esquema se anquilosa y se hace depender de un modelo estructural que se agota porque se esclerotiza, se acaba utilizando de una manera muy mecánica. Para los labroussianos todo lo político se reduce a lo social, y lo social a lo económico, llegando un momento en que el modelo no funciona. Las críticas a ese modelo vienen por todas partes. TEMA 4: LA HISTORIOGRAFÍA MARXISTA. Surge de Engels y Marx (1845-6). Pero hasta la muerte de Marx no tienen gran difusión sus ideas generándose a partir de ellas después sindicatos, partidos políticos, obreros... En las primeras décadas del siglo XX el marxismo influye en otras ciencias como la psicología, la historia... El marxismo funciona con otras categorías de análisis, como es la dialéctica, que viene de Hegel, antes por Kant; es la sucesión de tesis, antítesis y síntesis. Habla de fuerzas productivas, medios de producción. El cambio histórico es el motor de la historia caracterizado por la contradicción del choque de fuerzas productivas y medios de producción. Pierre Vilar hablaba de una historia en construcción. Lo más interesante del marxismo es que marca una dirección en la historia: la lucha de clases.

A. Hauser explica la función de la Iglesia y el arte románico. No es en la URSS donde están los trabajos más interesantes, se hacen antes de las II Guerra mundial. En la URSS en época de Stalin, el marxismo se extiende como una escuela dogmática. El partido comunista del '38; no podemos decir que haya trabajos importantes. Historia de Romade Kovaliov y algunos trabajos sobre Bizancio. Tienen una interpretación excesivamente dogmática. La editorial Progreso hace un esfuerzo para investigar. Tuvo gran importancia en la historiografía europea. En 1970 se funda la Academia de Ciencias Sociales a partir de la cual los historiadores marxistas de economía socialista cobran un importante papel. El marxismo se expansiona cada vez más, Hungría, Polonia y Alemania Democrática; en este último país, Kossok es autor de un libro sobre las revoluciones contemporáneas. En Polonia, Adam Shaff se mueve más en la historia de la filosofía en temas de metodología histórica. Fuera de Europa el marxismo cobra importancia en China donde triunfa el partido comunista; en Cuba destaca la obra de Manuel Moreno Fraginals.

HISTORIOGRAFÍA MARXISTA FRANCESA. No hay un único marxismo hay varias versiones, que giran en torno al movimiento obrero. Casi todos los historiadores buscan soluciones para sociedades más democráticas. En Francia había una tradición social importante. J. Jaurès (1853 -1914) y Mathiez, son historiadores premarxistas. Pero escribió la Historia socialista de la Revolución Francesa. Fue un profesor de filosofía conocedor del pensamiento alemán. Para él, el motor de la historia es la economía y que a los hombres los mueve el afán de justicia, que deriva en la búsqueda del progreso. Dobb en su obra Estudios sobre el desarrollo del capitalismo trata el tema de la transición del feudalismo al capitalismo. Se generan discusiones entre teoría y práctica. En Francia las teorías marxistas parten de distintas visiones. Labroussecentró sus trabajos en economía. En el otro extremo está Pierre Vilar (1906-2003), un historiador que se especializa en temas relacionados con España, llevando a cabo una labor teórica importante y disciplinar. En su obra Crecimiento económico y análisis histórico (1960) coge lo más rico de Annales y le aplica un método marxista menos dogmático; establece un nivel triple para el análisis histórico partiendo de los niveles de Braudel: economía, estudios de mentalidades, creencias… derecho internacional… son acontecimientos y datos de tipo internacional. acontecimientos, nombres propios. Su sistema es más cohesionado que el de Braudel, ofrece una visión global más rica. Para Vilar el método debe explicar por sí mismo pero no debe partir de una ideología concreta; se muestra como un marxista poco dogmático a

diferencia de otros autores como Marta Harnecker en la línea de un marxismo más dogmático y ortodoxo. (22-3-04) En Francia surgirá una gran polémica en torno a la Revolución Francesa. En los '60 y '70 se anima el debate en torno a su valor. En este país los marxistas crean unas revistas que avivan el debate, ej: la revista Aujourdui l'Histoire, donde hay historiadores marxistas y no marxistas como G. Duby y Le Goff. Pierre Vilar nació en 1906 y murió en 2003, en su libro Crecimiento económico y análisis histórico (1960) establece un nivel tripartito para el análisis histórico. El primer nivel es el estudio de los hechos de masas: demografía, economía, mentalidades, creencias; el segundo: hechos institucionales, como los códigos de leyes, constituciones, derechos internacionales; y el tercer nivel son los hecho puntuales: datos concretos, acontecimientos, nombre propios... El método tiene que explicar las situaciones pero sin partir de ideas políticas o ideológicas. Vilar es un marxista muy adaptado a las circunstancias; cree en una historia total de sumas parciales, la historia tiene para él un determinado fin, es un proceso progresivo. En Francia está la escuela de Althusser, con seguidores como Balibar -que adapta el método alturseriano a la visión histórica en Francia- y Marta Hannecker, ambos reinterpretaron El capital de Marx. El materialismo histórico de Hannecker es un marxismo más ortodoxo y dogmático. En España el equivalente es Debats publicada en Valencia, ediciones Alfonso el Magnánimo. HISTORIOGRAFÍA MARXISTA INGLESA. Crean una escuela; para estos autores el marxismo adopta formas con ideas más amplias. Revisan no sólo economía, también conceptos de clase, cultura… Ejemplos de autores: Christofer Hill, Hilton, Rudé, Raphael Samuel, Eric Hobsbawm, E. P. Thompson, que giran en torno al partido comunista inglés en plena Guerra fría. Entre las obras más significativas están Años interesantes de Hobsbawm y La formación de la clase obrera en Inglaterra (1963) de E. P. Thompson. Estos historiadores entienden el marxismo de manera laxa, lo adaptan a otras características llegando incluso a polemizar con los soviéticos. Fomentaron las Brigadas Internacionales para ayudar a la República en la Guerra civil española. Entre las revistas que publican están Marxism Today y Our history. Dobb decía que el comercio se desarrolla en la Baja Edad Media y los marxistas dicen que los siervos de la Edad Media son los primeros que reivindican mejoras de vida y ellos abandonan los feudos y van a los burgos. Hacen un planteamiento de contenidos y formas, revisan la metodología y los conceptos; a partir de los '50 surge otra revista Past and Present donde hay historiadores ingleses y de otros países que seguían la historia de los ingleses, en ella hay marxistas y analistas (de Annales). Tienen unos planteamientos críticos contundentes. En 1956 tienen lugar los sucesos de Hungría y la URSS la ocupa, influyendo de manera muy importante en la historiografía. Muchos de los marxistas abandonan el partido comunista, pero no el marxismo. Supone una

constatación de lo que Stalin estaba haciendo. Se plantea una nueva izquierda y de esta corriente surge otra revista: New left con planteamientos más laxos e independientes. Se empieza a hablar de una escuela marxista inglesa. Son pacifistas comoThompson y tendrán una vida activa dentro de la universidad, pidiendo el desarme de la Guerra Fría. 23-03-04 Surgen talleres vivos de historia donde se estudian las relaciones entre sociedad y política. Rafael Samuel (19381996) trabajó en ellos y otros como Robowtham y Stedman se sumaron después. Hacen una historia desde abajo como la historia de las mujeres. Rudé (muerto en 1993) es de los primeros en estudiar la historia desde abajo. En la misma línea elaboró sus obrasHobsbawm: Bandidos, Las clases campesinas y las lealtades primordiales, En torno a los orígenes de la Revolución Industrial, La era de la revolución 1787-1848, La era del capital 1848-1875, La era del imperio 1875-1914. Para Thompson la clase es una categoría en formación; deja de un lado la estructura y superestructura del marxismo. El objetivo es entender la clase obrera. Tiene un concepto y una conciencia de clase más amplia que la que tenía Marx. Rechaza que la modernización se tenga que relacionar con el proceso tecnológico, es decir, que éste no va unido al progreso de la humanidad. Plantea un cuestionamiento del verdadero valor de la Revolución industrial. Lo más importante es el individuo, utiliza nombres propios, para estudiar la historia. Critica la nueva terminología, dice no se puede hablar de paternalismo empresarial. También critica al siglo XVIII inglés y su análisis idealizado, porque dice que se analiza la visión de la burguesía pero no se da cuenta del hambre sufrida por la población y de las quejas campesinas en contra de la gentry. Otro autor destacado es Perry Anderson, director de la revista Nueva revista de izquierda. Es más sociólogo que Thompson y más ortodoxo en la tendencia marxista. En Estados Unidos apareció la Radical History Review en los años '60, influenciada por Thompson y Hobsbawm. 24/03/04 Gordon Childe (1892-1957) fue un antropólogo marxista que impulsó y revolucionó la prehistoria. Impuso una idea del proceso evolutivo de las primitivas sociedades humanas. Los indígenas primitivos confluían en lo que se empezó a llamar la Revolución neolítica, que significaba el paso de la sociedad nómada a la sedentaria, el surgimiento de una economía productiva y de los excedentes que permiten un incipiente comercio. Childe utiliza los métodos marxistas pero de forma poco dogmática. Estudió la Revolución neolítica y sus implicaciones políticas. Los trabajos más importantes son: Los orígenes de la revolución y ¿Qué ha sucedido en la historia. Utiliza la temática de análisis marxista. Los marxistas utilizan dos conceptos aceptados por toda la historiografía: la Revolución neolítica y la Revolución industrial. HISTORIOGRAFÍA MARXISTA ALEMANA. Los alemanes desarrollan una actividad importante consolidada tras la II Guerra mundial. De la Escuela de

Frankfort destacan Theodor W. Adorno y Horkheimer, autores de la Dialéctica de la Ilustración (1947), un libro con el que renuevan la interpretación de la historia; superan y se apartan del dogmatismo soviético, dando una visión más flexible. La II Guerra mundial hace que huyan a París y luego fuera de Europa, volviendo a Frankfort en el 46-47. Tiene un sistema muy elaborado pero no llega a cuajar en la sociedad alemana. El historiador Habermars continúa la línea de los anteriores. Otro autor destacado, W. Benjamín (1892-1940), es el filósofo más importante de la Escuela de Frankfort. Se exilió de Alemania cuando los nazis subieron al poder, huyó a París, donde le acorralaron y se suicidó. Al igual que Thompson, en su tesis sobre Filosofía de la Historia denuncia el papel de la burguesía que desnaturaliza la idea de progreso. Benjamín huye del concepto lineal de la historia, afirma que hay que huir de una historia lineal en una sola dirección, que se justifica en los caminos recorridos, ignorando los posibles caminos que no lo han sido. Habla de bifurcaciones, es decir, que se podría haber seguido un trayecto alternativo. Afirma que la burguesía justifica esta historia unilineal porque es beneficiaria de ella, una visión histórica que es económica y androcéntrica (varón, blanco, europeo). Habría que explorar las encrucijadas; supone un giro copernicano. Benjamín propone que recuperar lo que se ha perdido, ponerse desde una mentalidad no europea. Está anticipando lo que será la historia de la mujeres. Dice que el progreso ha resultado injusto en aras de la ciencia. Avisa que a los historiadores de izquierdas que tienen que revisar sus puntos de vista porque no les garantiza el éxito. Entre los autores que revisan el marxismo destacan W. Benjamín, el húngaro Lúkacs Georgi, el alemán Korch y el italiano A. Gramsci, que introduce nuevos caminos del marxismo, como su idea de “hegemonía”; aunque las ideas de este autor no tienen un formulación teórica muy concreta, pero las directrices que marca para la investigación histórica serán muy importantes para Italia y Europa. Lúkacs escribió Historia y conciencia de clase y La destrucción de la razón, sus escritos tienen que ver con la destrucción de la razón, pero cuando parece que sale del dogmatismo soviético, se desdice de sus escritos y da marcha atrás. Los marxistas defienden que el progreso del capitalismo se basa en acrecentar las diferencias. La caída del muro de Berlín y la desintegración de la URSS provocó la crisis del marxismo. Se cree que el capitalismo ha triunfado sobre el socialismo. A pesar de que los historiadores no han admitido pertenecer a una corriente marxista, las categorías de análisis marxistas han seguido utilizándose al igual que el concepto de clase. En los 80 y 90 se produce la crisis de la historiografía marxista. No ha habido un relevo de estos historiadores. 29/03/04 TEMA 5. LA EVOLUCIÓN DE LA HISTORIA ECONÓMICA. La historia económica nació con la propia economía concebida como ciencia moderna. Los mismos científicos

sociales se dedicaron a la vez a la historia y a la elaboración de las leyes por las que la economía se regía. Los conceptos de historia y economía se hablan de forma conjunta a partir del siglo XIX. Adam Smith con el libro tercero de La riqueza de las naciones (1776), pasaría por el primer historiador económico, al crear una historia económica aplicada a la historia política; en ella arremete contra el poder absoluto. Son los mismos protagonistas que revierten en lo mismo. A. Smith habla de la importancia de la división del trabajo. Marx también hace historia cuando analiza la economía. Max Webber analiza el surgimiento del capitalismo y también la religión en el avance del capitalismo. Dice que el protestantismo se basa en el valor del individualismo y el trabajo pero el catolicismo es más sumisión y se minusvalora más el trabajo, se fían más de la luz divina. Dice que esta es la razón por la que los países protestantes están más desarrollados. Toynnbee tuvo mucho predicamento en su tiempo. Estudió las civilizaciones, con base en determinados aspectos sociales. Influyó mucho tras la II Guerra mundial. H. Pirenne se plantea la historia económica de Europa, analiza el papel del Mediterráneo: si hubo comercio en la Edad Media o no. Hasta la I Guerra mundial, se da mucha importancia a los aspectos económicos. El austriaco Schumpeter es en gran parte responsable del pensamiento económico en la segunda mitad del siglo XX. Habla de ciclos económicos: una fase A y una fase B, de recensión económica. Keynes hace una predicación de fases de la expansión capitalista. Da soluciones para posibles crisis del capitalismo. Dice que el problema de este sistema es que no es lineal, que tiene fases de expansión y contracción, que se debe a la no-inversión, es decir, al ahorro. Rostow, un economista que escribe sobre las etapas del crecimiento económico. A él se le debe una explicación hace de las distintas etapas de capitalismo para demostrar que este sistema sigue siempre los mismos pasos. Para él el capitalismo tiene 5 etapas: condiciones del país para dar el siguiente paso. precapitalismo. el desarrollo del capitalismo.

Entre los impulsores están Kontratiev, que hablaba de ciclos largos y Leontieff, ganador del premio Nobel de economía, fue a Estados Unidos desde Rusia, con teorías colectivas. HISTORIA ECONÓMICA EN ESTADOS UNIDOS. El interés por cuestiones económicas derivó en los años sesenta hacia la corriente definida como “Nueva historia económica” con una fuerte implantación en este país, en el cual no han sufrido las transformaciones de Europa. Su preocupación fundamental fue la cuantificación de la historia; a través de ella se podrían explicar el crecimiento económico, los cambios de renta por habitante o la

productividad de los factores de producción. Se marcaban distancias así con la vieja historia económica preocupada por múltiples problemas históricos. Por ello se explica que esta tendencia, denominada cliometría, tuviera poca aceptación en sectores tributarios de las corrientes marxistas y preocupados en conectar la problemática económica con las responsabilidades políticas. En Estados Unidos, en los años 40 y 50, la economía y la sociología tendían mucho a las cifras por lo que se les ha llamado econometría y sociometría. De aquí surge la escuela cliométrica, con una carácter empíricocuantitativista. Los estadounidenses tienen interés por demarcarse de todo lo que huela al historicismo europeo, a la que ven un tanto atrasada y decimonónica. Recurren a las cifras para darle modernidad. La matematización de períodos Esta utilización de cifras y series también se hace en Francia, es la época de la Histoire serielle o Historia serial. En torno a 1958, la New History se impone sobre la antigua historia económica, cuando los americanos se centran en este tipo de historia. En los años '60 la historia cuantitativa tendrá su auge con un fenómeno de matematización de fenómenos históricos, que se organiza en torno a la Social Science History; así surge la New economy history -la historia como ciencia social-, para distinguirse de la Old economy history. Usarán los censos de Philadelphia para estudiar la movilidad social. Con la cliometría se pretende crear modelos formalizados que sirvan para explicar acontecimientos históricos. Entre los historiadores más destacados están Conrad, Mayer, Foggel y David. Conrad y Mayer trabajan sobre la esclavitud en Estados Unidos. Serán los estudios sobre la esclavitud los que cambian la interpretación. Conrad y Meller dicen que la esclavitud no fue tan dura y no tuvo el alcance que se preveía en un principio. Se plantean la esclavitud desde un punto más pragmático y tampoco hacen una calificación mundial de la esclavitud. Foggel y Engerman estudian primero el ferrocarril y luego la esclavitud en la obra Tiempo de la Cruz, que analiza las plantaciones de los sureños. Se llega a la conclusión de que no todos los propietarios trabajaban con mano de obra esclava (los pequeños propietarios solían trabajarla ellos mismos). De 1860 a 1865 unos 250 propietarios tienen todo el grueso de los esclavos. Esto será importante porque producirá la Guerra de Secesión. Con sus estudios concluyen mediante el análisis de tablas que: la tasa de rendimiento de la población negra es comparable a la de la maquinaria; la economía esclavista es altamente rentable; la economía esclavista puede convivir con la economía urbana; aunque no existían los matrimonios con valor jurídico, tenían núcleos familiares muy estables porque no se vendía un esclavo, sino la familia entera. Estos autores analizan las condiciones físicas y psicológicas de los esclavos y las comparan con los obreros de las fábricas en el Norte; dicen que incluso éstos pueden estar más explotados que los esclavos. Reciben críticas por todas partes, pero tienen la validez de plantearnos la crítica del método.

Foggel en su ensayo de historia econométrica Los ferrocarriles y el crecimiento económico en Estados Unidos hace un estudio sobre los ferrocarriles y dice que si no se hubiera desarrollado este medio de transporte hubiera sido otro como el fluvial. Para esto utiliza un aparato matemático cuantificativo muy complejo. Los soportes que utiliza para sus trabajos son: la fe absoluta en el sistema económico capitalista, el cual lleva a la modernización de los sistemas políticos, que el capitalismo posee leyes inmutables y que estos métodos cuantificables se pueden utilizar para medir modelos económicos y sociales. En 1979, L. Stone publica un artículo donde pretende el retorno a la narrativa. Es uno de los primeros en criticar la metodología cuantitativista. Pone al mismo nivel a los cliómetras, marxistas y analistas. La historia económica plantea otro modelo con varios focos: rancesa. En ella se unen la segunda y la tercera generación de Annales: Fouret, Chaunu, Vouvelle,Vilar. Son cuantitativistas pero menos radicales que la cliometría de la New History. como Tilly o Landes? Que trabajan en la Social Science History. Hacen historia socio-estructural. Los resultados han sido mejor aceptados que los de los cliómetras. Es una historia social con cifras y lo ponen en relación con el clima, la antropología, el analfabetismo... En los años 80, en Estados Unidos hay una nueva escuela: la New Economical History, influenciados por A. Smith y M. Weber, realizan estudios de economía aún vigentes. TEMA 6. LA “EDAD DE ORO” DE LA HISTORIA SOCIAL. La historia social se desarrolla sobre todo a partir de la II Guerra mundial. Hay un desacuerdo sobre qué es la historia social y si se hacía antes de la II Guerra mundial. En los años 60 y 70 es su edad de oro. En la Universidad de Pau se reunieron los historiadores exiliados de España para hacer debates porque aquí no se podía por la dictadura. El historiador marxista, Tuñón de Lara trabajó exiliado en la Universidad de Pau, en su obraClaves de la Historia social define la Historia social a su modo de ver, como una historia que evoca multitudes, comunidades, y sobre todo el proletariado o campesinado, es decir, las clases populares con sus formas de identificación de clase, excluyendo de algún modo a la burguesía; una historia que debía superar la historia política y además criticar el proceso de la historia, la marcha de la humanidad. En Pau reunió a todos los hispanistas, profesores y estudiantes para hacer un debate sobre la historia socia social que no puede hacerse en España. Estos coloquios de Pau fueron un lugar de encuentro y discusión muy importantes. La mayor parte de los historiadores españoles -comoFontana, Ledesma- han bebido de esta fuente. La historia social estudia demografía, clases y conflictos de clase, economía y mentalidades. Se pone el foco de atención en lo colectivo frente a lo biográfico o lo individual, interesándose por formas de vivir, de luchar...

La historia social se gesta desde los años 40. En la Escuela VI Altos Estudios de París, donde está Annales, ya en el '46 hay trabajos que se denominan de historia social. En los años 50 hay unas revistas que tratan de ella. En 1952 se crea en Inglaterra la revista Past and Present; en Estados Unidos se había creado un debate en la revista Social History, otras revistas que lo tratan son History Workshop y Journal of social history. ¿Qué ha pasado para que haya una revolución? Después de la II Guerra mundial hay grandes cambios económicosociales, consolidándose dos grandes sistemas, el de la URSS y el del mundo occidental. Se consolidan las democracias occidentales, una sociedad de bienestar, se generalizan las universidades (a las que acuden los hijos de la burguesía), por ello la Historia está al alcance de más gente, pierde el sentido elitista que tenía en la época de Ranke. En los años 60 se produce el despegue de los marxistas a partir de la muerte de Marx. Se crean corrientes historiográficas con el punto de arranque en las clases sociales. Tiende más a la comprensión que a la narración, con atención a cómo han tenido lugar los procesos históricos. La historia es un arma para el futuro, o como dice Febvre en Combates por la historia, es una historia para combatir. Tiene una serie de ataques, la historia social se rebela contra la historia de las elites, contra la historia política, en consonancia con las nuevas democracias, recoge la herencia de Voltaire, Micheler... Trevelyan llegó a decir en 1944 en la English Social History que “hay que hacer una historia sin política”; contra la historia especializada quieren huir de los historicismos. Pero los marxistas no han renunciado a la política, esa es la diferencia entre marxistas e historiadores sociales. Hay problemas para definir la historia social: * La historia de los hombres que viven en sociedad. Así es como se empezó a definir pero los franceses huyen del término “social” (Ej. P. Vilar, que la denomina historia total) * Hobsbawm sí habla de la historia de la sociedad, enlazando así con Marx. * La historia de la experiencia social de individuos o de grupos. * La historia de la totalidad (Pierre Vilar). * Todo el dominio de la historia perteneciente a la historia tradicional (A. Soboul). * La historia es toda ella social (L. Febvre). MÉTODO DE ESTUDIO DE LA HISTORIA SOCIAL: Los marxistas empiezan por analizar el entorno material del grupo a estudiar; luego, las fuerzas y técnicas productivas; la estructura económica; las relaciones sociales y, por último, las instituciones sociales. Los historiadores de Annales siguen un método analizando: estructura, coyuntura y acontecimientos. A lo largo de los años 70, la Historia social se especializa y se va diversificando en temas de interés; aparecen nuevas revistas. En 1971, Hobsbawm hace un estudio donde intenta organizar la Historia social; clasificándola en seis temas: 1) demografía y parentesco, 2) estudios urbanos, 3)

las clases y sus conflictos, 4) estudios de mentalidades, 5) transformaciones sociales, y 6) los movimientos sociales y de protesta. Luego aparecen subdivisiones de estos grupos. A la constante pregunta de qué es la historia social. A partir de los años 60 y 70 hay un interés de mostrar los estudios de sociedad. Unos entienden la sociedad como una formación de individuos sin una relación concreta; se centran en temas de estudios de individualidades pero sin haber cohesión, es muy parcial. Para otros la historia social equivale a la historia del pueblo llano, se estudiaría en ella las capas populares. Un tercer grupo la entiende como una estructura organizada sin perder la estructura global, superando las individualidades. Esto tiene que ver con el estructuralismo. Para todos la sociedad es una estructura que se estudia globalmente en bloque. POLÉMICAS SOBRE LA HISTORIA SOCIAL El estudio de las colectividades roza la sociología, por ello hay que desarrollar qué cosa es la historia y qué es sociología. E. Hobsbawm desde un punto de vista ¿individual o colectivo? A. Gidders ha criticado a los historiadores sociales. J. Casanova bautiza estas tendencias de “holista” o “individualista”, que serían las dos tendencias que distingue dentro de la historia social: social desde el punto de vista de estructuras sociales, despreciando las individualidades. en las estructuras. Lo importante es que el historiador se fije en las causas, en los motivos del conflicto. El historiador social debe tener un planteamiento ideológico claro. SOCIOLOGÍA. Los padres de la sociología son Marx, Tocqueville y Durkheim. El concepto de análisis social viene de Weber. El sociólogo Compte fue el primero en acuñar el término de sociología intentando hacer una separación. Llega un momento en que la historia social se interesa por la cuantificación (Le Roy Ladurie: sin cuantificación no hay historia científica). Se toman puntos de la sociología, que estudia los fenómenos sociales en el presente o en algún momento determinado. Los conceptos de conflicto, cambio social, status... vienen de la sociología. Los primeros historiadores que superan esta polémica son Bloch y Febvre. La historia social, llega un momento en que se interesa por la cuantificación, naciendo así la historia social cuantificada. La evolución de la historia social se produce con dos formas: un cambio brusco y otro más pausado. Los marxistas interpretaron la sociedad en un ritmo brusco. Marx establece esta teoría de interpretación de la historia en su libro Contribución a la crítica de la economía política (1859). Por este camino siguen Gramsci y otros marxistas. La edad de oro de estas interpretaciones son los años 60 y 70. Thompson, Soboul... son historiadores sociales que sacan la mayor parte de los estudios de la historia social siguiendo el modelo de interpretación marxista.

A partir de los años 60 y 70, la historia social se alimenta de otras disciplinas: antropología y estructuralismo. La antropología, con Levy Strauss, dará un tipo nuevo de historia social; se establece la antropología cultural. Hay grandes huellas de la historia social en Francia e Inglaterra, alimentándose del estructuralismo. 19-04-04 En Alemania la historia social irá más despacio; se mantiene la historia tradicional con Ranke y el historicismo muy presentes; no renuncian a la historia política, por lo que no están a la cabeza. Tras la II Guerra mundial, la mayor parte de los historiadores se preocuparon en estudiar cómo es posible que la historia en Alemania haya degenerado en el nazismo. Cuando llega la historia social, será más estructuralista. En 1975 se publicará en Alemania Historia y sociedad, equivalente a Annales¸ impulsada por J. Kocka, Weheler y Mommsem. La historia social inglesa, sin embargo, tiene apego hacia el empirismo inglés y al individuo metodológico. En Inglaterra no han tenido fascismo o movimientos obreros desmedidos; la historia social allí está unida a los marxistas -Hill,Hobsbawm, Thompson- y a la revista Past and Present. George Rudé es uno de los principales representantes de la historia social inglesa, es uno de los principales representantes marxistas en Gran Bretaña y fuera del país. Le interesa la protesta popular; combina la investigación de archivo con análisis cuantitativos. Renovó las tendencias historiográficas. En su obra La multitud en la Revolución francesa (1959), tras el contacto que tuvo con Lefevre y Soboul, decía que le gustaba retratar a la muchedumbre preindustrial y cómo pasan del motín a la huelga. Los ingleses no son marxistas dogmáticos, pero sí grandes eruditos. TEMA 7. CONOCIMIENTO HISTÓRICO O CONOCIMIENTO CIENTÍFICO. Desde el siglo XIX hay un debate en torno a la historia y en torno a la historiografía. La historia se encarga de estudiar el conocimiento histórico y la historiografía de cómo los historiadores han registrado la historia, de las distintas corrientes que hay de ella. Los límites de la ciencia son difíciles de situar. Sólo la práctica histórica y el método. Hay autores que prefieren hablar de humanismo descriptivo, de las crónicas, relatos... 21-04-04 Desde el siglo XIX se discute si la historia es una ciencia. Si la historia no es una ciencia, sí es un estudio científicamente elaborado. Actúa con relación a unas reglas concretas. Tiene previsiones probables, con unos elementos constantes. La historia no tiene ese carácter universal de ciencia que tienen otras ciencias, pero sí puede llegar a situaciones similares con las predicciones científicas. El historiador usa generalizaciones empíricas. Puede llegar al mismo término que las ciencias. No se la puede considerar una ciencia positivista porque no tiene leyes universales. Gustar Doyssen en 1958 afirmó que las ciencias históricas formaban parte de las ciencias morales. La historia versa sobre la realidad por lo tanto es una ciencia de lo real, es la

historia de la sociedad. Esta realidad puede tener un planteamiento epistemológico de la realidad. Los límites de la ciencia son difíciles de situar. Sólo la práctica histórica y el método. Hay autores que prefieren hablar de humanismo descriptivo que está en las crónicas, en los relatos... Arórtegui dice que la historia tiene regularidad, pero no tiene el 100% de resultados. La historiografía, según algunos autores, debería de estar aparte de la Historia. Uno de esos autores es Koselleck, que dice que la Historia no tiene una parte que se dedique a su conocimiento, que la historiografía va aparte. Unos autores dan mucha importancia al método. Fontana está entre los que refuerzan el carácter científico usando los números, los cliómetras, se piensan que así justifican que la Historia sea una ciencia. Para ser una ciencia, la Historia tiene unos límites: * Inmersa en unas coordenadas espacio-temporales. * Trata de hechos individuales que pueden ser seriados. * Tiende a elaborar una teoría. * Desarrollar un método propio. Ese método debe poder comprobarse y contrastarse. * Tender a la generalidad. La tradición positivista defiende que la Historia es como otra ciencia. Y los que no son positivistas hablan de ciencias del espíritu y de la naturaleza; son los dualistas. La Historia estaría dentro de las ciencias de la naturaleza. En el siglo XX apareció la escuela neopositivista que estableció la teoría de la verificación (Escuela de Viena), consistente en verificar por repetición, es decir, que si algo se repite, se verifica. Para los neopositivistas todas las ciencias tienen que ser iguales. EL PROBLEMA DE LA TEORÍA DE LA HISTORIA. En el siglo XIX, Voltaire, Hegel, Marx... han discutido sobre la Historia haciendo una filosofía de la Historia. Los autores del siglo XX también han discutido sobre ella. Para Hegel, los historiadores sobran, sólo importan los filósofos. Para Ortega, la Historia necesitaba una “historiología”, es decir, una teoría general de las realidades humanas, que sería un equivalente a la historiografía. Para Aróstegui, la teoría de la Historia es la teoría de la historiografía, la historia de las distintas escuelas teóricas de entender la historia. La teoría de la historia es el estudio del tema por los entendidos. Sería una historia del pensamiento. EL MÉTODO DE LA HISTORIA. Es lo que da validez científica al historiador. En historia, teoría y método, deben ir unidas. El método histórico tiene que ir en relación con los fines. El método y el rigor con que se estudie son lo que da el carácter científico a la historia. Entendemos por método la forma, el camino por el que llevamos a cabo la práctica científica. Consiste en una serie de operaciones regulares por un sentido común y una observancia rigurosa del procedimiento metodológico. La historia está en continua revisión. El historiador puede crear el método. El método debe completarse con la complementación de otras fuentes, y cuantas más variadas sean, y más contrastes pueda hacer el historiador, más rico será el resultado. El historiador no sólo busca fuentes, sino

que las crea. El historiador debe tener cuidado con la espontaneidad. Tampoco puede dedicarse a transcribir las fuentes, sino que tiene que analizarlas, contrastarlas y criticarlas. TEMA 8. LOS CAMBIOS DE ACTITUD SOBRE EL CONOCIMIENTO HISTÓRICO. A partir del siglo XX, a partir de los '60, hay una polémica entre la historia secuencial y la profunda. Los annalistas cuando surgieron estaban lejos de la historia narrativa. Luego, algunos de ellos sí optaron por esta historia, como George Duby en su obra La batalla de Rouvines. Le Roy Ladurie en Carnaval también en forma de narración hablaba del “acontecimiento generalizador” (“evenement matrice”), un suceso matriz. Lawrence Stone incide en la polémica sobre la vuelta a la narración, en el 1979 publica un artículo donde aboga por la vuelta a la narración (“El retorno de la narrativa” en la revista Past and Present). En castellano hay dos versiones, una a parece en 1983: Rev. “Debats” nº 4. Aboga por volver al relato, que no significa que se pierda seriedad. Dice que la historia se ha convertido en una disciplina “materialista determinista”, cosa que hay que cambiar. Busca un método que dé carácter científico a la historia. Cuestiona la cientificidad de la historia. Hay tres modelos de historia científica: marxista, annales y cliometría. Han perdido su vitalidad, siendo muy esquemáticas. Dice que la historia cada vez la hacen menos historiadores, que usan unos términos muy fríos y sólo para eruditos, sin llegar al público porque se hace con un lenguaje complejo. Paul Veyneé es un renovador de la epistemología histórica que en los años 70 insistió en el valor narrativo de la historia, la considera superior a la literatura, ya que sus contenidos son verídicos y reales. La narrativa debía ir unida de una vuelta a la subjetividad, aunque no se vuelve a una historia positivista o tradicionalista. Según L. Stone, la historia narrativa se ocupará de los modos de vida de los pobres, y no de los ricos. 02-05-04 La reivindicación de la narrativa va unida a la idea de que el análisis de las estructuras no son suficientes para entender los procesos históricos ni para dar respuesta a las causas que los generan. Que a veces una biografía puede aportar tanta luz como una secuencia de precios o salarios. Es decir, la narrativa debería tener en cuenta los aspectos subjetivos de los protagonistas de la historia. Ahora bien, la vuelta a la narrativa no supone una vuelta a la historia tradicional, Rankeana o positivista. Según Stone, la historia narrativa se ocupa de “los itinerarios vitales, los sentimientos y los modos de comportamiento de los pobres e insignificantes, no de los ricos y poderosos”. Iggers dice que este giro de la historia narrativa no rompe con los métodos científicos tradicionales, sino que los transforma. Stone publicó en ese artículo (con más trascendencia que mérito) una diatriba contra la historia cuantitativa, de la precisamente él proviene. Sus primeros trabajos fueron de este tipo; según recoge Aróstegui, quien es muy duro con

Stone, dice que él era un cuantitativista, pero de “calculadora en mano”. En realidad los argumentos de este autor para reivindicar la vuelta a la narración son muy poco convincentes, ya que de paso carga contra todo (contra la cliometría, el estructuralismo, el marxismo y todo lo que imperaba entoces). Stone no soportaba que los cuantitativistas dijeran que tenían una “metodología”, para él sería más preciso hablar de una “interpretación de la Historia” y nada más. Les reprochaba el abuso de sistemas, métodos y paradigmas que se fundaban en un sistema de cifras y datos y que explicaban en un lenguaje matemático que, según él, no comprendían la mayoría de los historiadores. Los dos principales pecados a juicio de Stone tiene la cliometría son la banalidad y lailegibilidad. Stone decía estar asqueado por el marxismo de las macroexplicaciones cuantificables y la serenidad de sus enunciados; también arremetía contra la cliometría americana a la que acusaba de depender en exceso de las cifras y además de los recuentos demográficos de la historiografía francesa. Aunque en su artículo sólo decía pretender denunciar una situación y no tomar partido, lo cierto es provocó una polémica en la que se impuso la toma de partido por una concepción o por otra de la historia. La falsa idea de que la “historia narrativa” es más inocente que la de las estructuras ha costado mucho demostrarla. Tuvo que aparecer la corriente de la “la historia desde abajo” para que no se viera tan mal esta corriente. Los partidarios de reivindicar la narración afirman que la historia de las estructuras es en cierto modo una historia estática, y en cierto modo, ahistórica y si Braudel en su Mediterráneo consiguió convencer fue porque al tercer nivel, el de los acontecimientos, le dedicó un amplio capítulo, más de lo esperado, equilibrando a los anteriores a los que no se les veía demasiado sentido sin éste. La narración como soporte de peso en la historia provoca una revisión en la idea de ciencia o en las relaciones de la historia y la ciencia. El cuantitativismo no se abandonó del todo. En la utilización de las series para explicar fenómenos sociales existe una gradación. Hay autores que las utilizan de una manera determinante en su análisis, son el caso extremo de los cliómetrasy otros que engloban las cifras en su método más atento a otros factores. La segunda y tercera generación de Annales utilizó las cifras y los datos para practicar una especie de historia socioestructural. Tal es el caso de Le Roy Ladurie, Furet o Chaunu, u otros como P. Vilar o Vovelle, que se pueden considerar afines a esta escuela. A finales de los 80, la revista Annales arremete contra la historia cuantitativista. En 1989, Bernard Lepetit acusaba desde esta revista a los historiadores de que estaban más preocupados por conseguir datos y cifras que de atender a los fenómenos sociales y afirmaba que la historia social no tenía por qué encontrar su justificación en un instrumento tan frío y calculado como las cifras. LA CRISIS DE LA HISTORIOGRAFÍA.

Este cúmulo de críticas y revisiones de las corrientes historiográficas que se seguían en Europa y América desembocaron en una fuerte crisis de las ciencias sociales, en general, y de la historia en particular. El cuantitativismo, el marxismo, la corriente defendida por Annales, el estructuralismo, etc. son cuestionados desde todos sus ángulos. El modelo de estudio de las ciencias sociales se había quedado anticuado, había que renovarlo. Los años 70 y 80 y la crisis de los valores ideológicos y las posturas políticas derivadas de la evolución política de la URSS no son ajenas a este movimiento. Se denominó a esta corriente crítica, Postmodernismo, sin delimitar claramente su contenido. A partir de los 80 no han cesado de aparecer líneas metodológicas nuevas que intentan dar salida a esta situación de crisis. En el s. XXI todavía se sigue en esta línea. El postmodernismo se basa en la negación de la validez de la racionalidad como pilar sustentador del progreso social; a partir de esta premisa se habla del fin de la modernidad como dominio de la racionalidad y el progreso, tal y como se entendía desde el siglo XVIII. La “Nueva Historia” es aquella que siguen los nuevos historiadores que se sienten capaces de superar los defectos de las corrientes que surgieron tras la II Guerra mundial. Al buscar nuevos caminos han tenido que pagar el precio del cuestionamiento de la historia como disciplina científica y esta polémica se va a arrastrar hasta final de siglo. En esta línea es donde entra el “giro lingüístico”, que se basa en el protagonismo de los textos literarios. El lenguaje pasa pues a ser el vehículo y la concreción de todo conocimiento. Las cuestiones planteadas en el “giro lingüístico” enlaza con el New criticism, la historia no se diferencia esencialmente del relato ficción, tal y como afirma su principal representante, Hayden White. Según esta corriente, lo que verdaderamente sucedió queda en un segundo plano, porque lo que de verdad hay es la interpretación que hace el historiador. Esto nos lleva a poner de relevancia los términos “verdad” y “verosimilitud”. De aquí se enlaza con el “deconstructivismo” de Derrida. De nuevo estas corrientes nos llevan a la vuelta de la narrativa. La historia se comunica a través de un texto narrativo y ese texto es lo que ha sido objeto de estudio en todas las escuelas historiográficas. El trabajo del historiador es una “representación del pasado” que se concreta con la narración. Para Paul Ricoeur la narración y lo narrado es un todo y no se puede separar. Lo que se discute ahora es si el relato histórico es igual que el literario y si tienen la misma estructura. Los que defienden la narración en esta línea niegan el carácter científico de la historia y sostienen el carácter autoexplicativo de la narración histórica. Para salir de la crisis de la historia se recurre a nuevas fuentes de estudio y a nuevos objetos. Surge ahora la “historia del cuerpo”. Michel Feher, Ramona Naddaff y Nadia Tazi, Fragmentos para una historia del cuerpo humano, 3 vol. Taurus, 1991.

Obra colectiva organizada en tres partes: la relación con lo divino, la psicosomaticidad y la relación entre el órgano y la función. Otra corriente que surge es la “ecología histórica”, que intenta estudiar la relación del hombre con el medio a través de historia. 04-05-04 TEMA 9. LA TERCERA GENERACIÓN DE ANNALES Y LA EVOLUCIÓN DE LA HISTORIOGRAFÍA FRANCESA. LA REGENERACIÓN Y TRANSFORMACIÓN DE ANNALES. Tras un breve paso por el estructuralismo y una fuerte dependencia de los aspectos sociales de la economía, se desarrolló una tercera generación de annalistas. Sus representantes más significativos fueron: Enmanuel Le Roy Ladurie, Jacques Le Goff, Marc Ferro, George Duby y Pierre Nora, quienes trataron de abrir nuevas perspectivas a la ya un tanto anquilosada Escuela de Annales, lanzando en 1978, la propuesta de una Histoire Nouvelle, que partiendo de un cierto espíritu conciliador con la historia tradicional, reivindicaba los métodos positivistas. La Histoire Nouvelle es un sistema muy jerarquizado; el modelo de Annales se había anquilosado y ya no servía. Braudel quedó en un segundo plano, aunque siguió ejerciendo una influencia notable. La tercera generación de annalistas sufrió un proceso de desatomización y policentrismo; aparecen nuevos autores que dirigirán la revista. Los autores de la segunda generación se dedicaron más a los estudios metodológicos. Los de la tercera sacaron obras colectivas como Faire de l'Histoire y La Nouvelle Histoire. Los planteamientos de la escuela original fueron cuestionados. Se produjo una dura crítica entre los historiadores del momento y un cuestionamiento epistemológico de la que salió muy afectada la disciplina. A la cabeza de estos renovadores estaba Le Roy Ladurie, que ya había escrito el libro Montallou que le ha consagrado. Con él están los mencionados anteriormente. Son nuevos historiadores vinculados a Annales, que participaron en la renovación de la historiografía francesa, mostrando una tendencia a tener en cuenta otros tiempos históricos y a no despreciar otras formas de historia, como la política, la cultural o la de mentalidades. En 1989, a los sesenta años de la fundación de Annales, se planteó una renovación profunda tanto del ámbito de influencia de los llamados annalistas, como de los postulados que durante más de medio siglo habían sido dominantes. En los años 80 hay una gran crisis del pensamiento europeo. Hasta ahora se pensaba que la historia iba en un camino de progreso, a juzgar por los avances técnicos, pero esta evolución se empieza a ver que no es sinónimo de una sociedad mejor. Así se pone en entredicho el paradigma marxista de continuo progreso. Se impone la ley de mercado y se empieza a hablar de que hay un pensamiento único tras la caída del muro de Berlín. Aparece una línea de pensamiento denominado postmodernismo. La tercera generación de Annales también entra en crisis, al igual que la historia cuantitativa. Desde la propia redacción, se criticó que la revista se hubiera dedicado casi en

exclusiva a sacar artículos y se reivindicó la función de lugar de experimentación y confrontación de las investigaciones en curso. La crítica también llega al estructuralismo y al funcionalismo, que han dominado durante mucho tiempo las ciencias sociales y que consideran a la sociedad como un objeto inmóvil, que puede ser medido y pesado por medios econométricos. Hay una vuelta a la narración. Partiendo del eclecticismo que en la actualidad caracteriza a los estudiosos históricos, la tercera generación de Annales reconoce la inviabilidad de los modelos excesivamente cerrados, defendiendo un modelo mucho más abierto y que no se encierre en categorías previamente construidas. Desde posiciones muy cercanas al positivismo, Annales propone un tipo de historia inteligible que se construya desde la investigación, por procedimientos de experimentación y desde una perspectiva multidisciplinar. Los historiadores de Annales se dedicaron a estudiar, con métodos y técnicas innovadoras, procesos de larga y media duración sobre marcos geográficos precisos. E. Le Roy Ladurie era considerado el portavoz más extremo de esta tendencia, expresó terminantemente el sentido de este giro: “la historia que no es cuantificable no puede llamarse científica”, “la cuantificación ha condenado virtualmente a muerte la historia narrativa de acontecimientos y la biografía individual”. El desarrollo de la historia cuantitativa tuvo frutos en el campo de la demografía y la economía histórica (bautismos, testamentos, rentas, precios...) para la época moderna (siempre que se dispusiera de fuentes suficientes y mínimamente fiables para confeccionar tales series). Aunque también se cayó en el fetichismo del número y se hicieron trabajos muy malos con ese halo inefable de veracidad incuestionable que aporta el dato. Los annalistas de Tercera Generación van a provocar dos revisiones importantes: las mentalidades y la historia política (las que más han perdurado). La historia de las mentalidades diferencia entre “ideología” (sistema elaborado de creencias y conceptos que explican el mundo a quien la sustenta) y “mentalidad” (conjunto de opiniones y creencias colectivas inarticuladas, menos reflexivas y más “populares” y duraderas). Estuvieron muy influenciados por la psicología social y la antropología estructural. Los temas que ahora interesaban eran, además del estudio de producciones, precios, salarios, defunciones y matrimonios, se pasó al análisis de la actitud ante la muerte, el bandidaje, los gustos de los lectores de libros, la piedad e impiedad religiosa, la sexualidad, la locura , el ocio... La supremacía de la historia económica y social en la escuela de Annales fue compartiendo espacio con una historia de las mentalidades entendida como antropología retrospectiva de la cultura material y simbólica de las sociedades. Sin caer en el fetichismo del número, los medievalistas G. Duby y Jacques Le Goff o el modernista Michel Vovelleestablecieron una relación estrecha entre el ámbito cultural y la sociedad. Surgieron los estudios de historia de la cultura popular y las mentalidades “en migajas”, desprovistos de alguna conexión con dimensiones

sociohistóricas y con los mismos vicios y defectos de su colega serial. Alejados ya del ideal braudeliano de la “historia total”, que Pierre Nora se ocupó de sistematizar en 1974: “Vivimos una Historia en migajas, ecléctica, abierta a curiosidades que no hay que rechazar”. Algunos autores que han tratado el tema de mentalidades son Michelle Vovelle, Furet, Duby, Ariès... 05-05-04 Vouvelle en su obra Piedad barroca y descristianización (1973) En Francia hay un interés en demostrar que es un país católico pero no tanto, la obra trata de cómo va perdiendo papel el cristianismo en la mentalidad del común. Para ello, Vouvelle ha estudiado los estamentos, por lo que ha llegado a cuantificar pagos bautizos, bodas, funerales... intentando cuantificar el nivel de las mentalidades. Estudian cómo la mentalidad se va limitando. Furet y Chartier en Cultura y la historia de la cultura estudian la lectura y la historia de la cultura. Furet estudia el mercado de libros; Chartier estudia la historia de la lectura; cuantifica cuantos libros se escriben, quienes los leen y llega a conclusiones importantes: no sólo los obispos leen. P. Aries escribió La infancia y la vida familiar en el Antiguo Régimen y El hombre ante la muerte; es un autor de la tercera generación, de derechas, muy conservador. El primer libro trata de estudiar la vida en el Antiguo Régimen, explicando que la infancia es un invento posterior del siglo XIX, porque en el Antiguo Régimen lo que había eran hombres pequeñitos con una actividad laboral igual que la de los mayores. Utiliza fuentes cronológicas, de madres.... Le costó ser aceptado entre los historiadores, pero una vez aceptado, asumió una vida nueva. Junto a G. Duby haráHistoria de la vida privada que será aceptada por toda la vida académica. Es un libro de mentalidades desde un punto de vista económico y social. Es un libro que se construye en contra de los marxistas. G. Duby en Los tres órdenes o el imaginario del feudalismo (1978) aparece el término “imaginario” entendido como una realidad subjetiva. El imaginario sobrevive al propio sistema feudal. Tiene muchos puntos de relación con la antropología. Abre la posibilidad de estudiar las mentalidades desde un campo que se acerca a la psicohistoria. Le Goff en El nacimiento del purgatorio (1981) trata de estudiar cómo la Iglesia católica va creando formas para explicar determinadas situaciones. Dice que la creación del purgatorio tiene que ver con el surgimiento de una mentalidad precapitalista. Estos libros tienen que ver con la revisión de la historia de las mentalidades. 10-05-04 Dentro de la historia política, hay libros fundamentales entre los que destacan: * G. Duby, El domingo de Bouvines que trata una batalla medieval del 1214, a través de la cual se estudia la visión que los franceses tenían de esa batalla. * G. Duby, Guillermo, el mariscal donde hace un estudio de la vida medieval, cómo eran los torneos...

* Marc Ferro, Historia de la Revolución francesa; La historia de la revolución rusa; Historia de la I Guerra mundialsupone una nueva manera de analizar la historia política, analizando desde distintos puntos de vista cómo evolucionará el armamento bélico, cómo se excavaron los túneles en el suelo. Le Roy Ladurie, Montoillou, una aldea occitana estudia los protocolos notariales, los actos de la Inquisición, cómo es la aldea en el siglo XIII, cómo es la vida pública y la privada, la herejía cátara en el Languedoc. Se puede incluir dentro de la microhistoria. Estudia cómo queda enclaustrada la herejía de los cátaros, la cual dio lugar a procesos inquisitoriales muy duros. Es un best-seller al igual que El queso y los gusanos de Ginzburg. Supone el triunfo de la narrativa porque es muy asequible. Los libros de Ginzburg y Le Roy Ladurie tienen mucho que ver con la antropología. 17-05-04 TEMA 10. LA VUELTA AL SUJETO: LA MICROHISTORIA, ALLTAGSGESCHICHTE E HISTORIA ORAL. El interés por la narrativa y por el sujeto se concreta de nuevo en los años '70 en Europa y algo después en Estados Unidos, buscando en la microhistoria. Estos movimientos tienen que ver con la crisis de la izquierda en los '60 y '70, con la revisión de la explicación de la historia en los paradigmas del marxismo. Evolución de la microhistoria desde su inicio: * 1959. Primera vez q se nombra la microhistoria. En la Universidad Berkley aparece en un estudio sobre la Guerra civil estadounidense, decía que había que estudiar cuestiones ambientales, es decir, el medio ambiente que rodea los acontecimientos políticos. * La primera vez que se plantea el tema seriamente fue la obra de Primo Levi, El sistema periódico (1975), en ella hay un capítulo donde se trata qué podía ser la microhistoria. * Carlo Ginzburg, El queso y los gusanos (1975) es una obra que se publica en Italia. Es la vida de un molinero que produjo gran conmoción entre los italianos. Hizo plantearse un desplazamiento de la gravedad de las corrientes innovadoras de París a Italia. La influencia de Ginzburg ha durado mucho, ha sido el libro más comentado. No hace teoría de la historia. * Giovanni Levi si hace teoría de la historia. Coge un dato extraordinario como son las actas inquisitoriales. Es un paradigma indiciario para establecer conjeturas. 11/05/04 Los microhistoriadores se convierten en una especie de detectives de la historia. La persona q más a teorizado ha sido precisamente G. Levi. Los microhistoriadores tienen una gran difusión porque son grandes literatos, por esa misma razón son apoyados por las editoriales como es la editorial Einaudi. No es una historia tradicional; dicen que es otra forma de hacer historia y otra forma, y otra forma de interpretar el pasado. Sirve para explicar la historia desde dentro. G. Levi marca unas pautas de definir objetos claros de la microhistoria. No es una recreación historicista, esto hace que se acerquen a la microhistoria para elaborar trabajos interesantes.

Entre las obras de G. Levi se encuentra La herencia inmaterial, que explica la herencia inquisitorial contra un exorcista, estudia de esta forma el precapitalismo en el Piamonte. Otra de sus obras es Nuevas perspectivas de la historia. A finales de la década de los '70 la microhistoria se consagra como una historia serial que se entiende como que se ha agotado ya. Para G. Levi, la microhistoria es “una reducción de la escala de observación en un análisis microscópico y en un estudio intensivo del material documental”; para esto se sirven del método de la antropología. Siguen el método deClifford Geertz, un antropólogo modelo que sigue Levi; ellos buscan la descripción densa, es decir, la señalización de matices en profundidad, necesarios para analizar de forma más clara. Este análisis intenta dar sentido a unos determinados hechos pero que analizados de forma crítica dan un sentido más amplio. Como se parte de un dato empírico en cierto modo rechaza la teoría total. La microhistoria busca estudiar no la historia local, sino desde la historia local, partiendo de ella. Grendi dice que toma las interpretaciones de gran escala y llegan a cuestionar todo lo cualitativo. Cuestionan el marxismo y a Braudel, porque repiten los esquemas. Entre otras cosas, Grendi ha estudiado con Thomson en Inglaterra el protagonismo de lo popular. Otro antropólogo famoso fue Polanyi, aunque éste que se acerca al marxismo. G. Levi en Nuevas perspectivas de la historia llega a definir unos rasgos que definen a la microhistoria. J. Amelang se apoya en Levi, coincidiendo en varios puntos:

indiciario. l de lo particular. el contacto con el gran público. desarrollan. Ginzburg dice que la microhistoria ha de estudiarse en 3 niveles o planteamientos:

Ginzburg propone el estudio de una fuente individual, anónima, no serializable que crea un paradigma cognoscitivo, es decir, un ejemplo de conocimiento que se puede utilizar en otras situaciones. Habla de la abducción, prefiere el método inductivo al deductivo. La realidad no es penetrable del todo y lo excepcional no tiene por qué ser menos creíble que lo general. Ginzburg dice que el historiador debe ser inductivo y estar abierto a la interdisciplinaridad. La microhistoria se acerca más a la historia cultural que a la de las mentalidades. La historia de las mentalidades busca lo común, mientras que la microhistoria busca lo concreto. Por ejemplo: la mentalidad de un pueblo puede ser el ser cristiano pero un

estudio pormenorizado puede apreciar que en realidad su cultura mantiene rasgos paganos. Ginzburg rehuye el tema de la mentalidad porque puede ser un concepto interclasista; es una cultura artesanal muy primitiva que enlaza con la Edad Media. En El queso y los gusanos enfrenta la cultura artesanal con la predominante: la represión de las creencias religiosas que busca imponer a Menocchio como mentalidad dominante cuando este tiene una mentalidad precapitalista; Menocchio da un valor a la libertad de pensamiento. Nos lleva a plantearnos problemas de subjetividad: praxis de los sujetos. Natalie Zemon Davids hizo una historia de un hombre de la guerra civil norteamericana que se hace pasar por Martín Guerre y vive como si fuera el padre de un hacendado, cuestionando la personalidad del individuo. N. Z. Davids dice que el historiador debe dejar hablar al personaje, sirve para reconstruir el período que se quiere relatar. 12/05/04 La microhistoria enlaza con el interés de los historiadores sociales. Les interesa más la historia de la cultura que la de las mentalidades. Los historiadores alemanes no están muy preocupados por esto, han estado apegados al positivismo, la que llaman la historia total, pasando de otras corrientes. No les interesa la confrontación. Les interesa la historia de Alemania porque para muchos de ellos la historia del siglo XX está abocada al nazismo. Kockha y Wehler son los historiadores sociales más importantes de Alemania. Aportan algo más a la historia de Alemania; tratan de analizar la imperfecta modernidad de Alemania: cómo este país ha impuesto un capitalismo feroz. Kockha es un teórico de la historia social. La historia nunca supone una vuelta al neohistoricismo, se plantean la historia de Alemania acercándose a la microhistoria con un modelo nuevo. La historia de la vida cotidiana pero utilizando un término alemán -altagsgeschische- para diferenciarlo de la “vida cotidiana” de los franceses Aries y Duby. Iggers dice de la altagsgeschische que es “una fusión de la investigación microhistórica con las especulaciones de la macrohistoria marxista aplicada a la gente corriente”. Parte de Duby, pero los alemanes se alejan del escepticismo de los Ginzburg, del relativismo... intentan comprender fenómenos sociales más densos. Medick es un historiador marxista a la manera de E. P. Thompson, le interesa el sujeto con relación a las formas de vida cotidiana pero partiendo del marxismo de Thompson. Prefieren hablar de experiencias y no quieren ser confundidos con la vida cotidiana francesa. Se interesan mucho por la protoindustrialización alemana. Le preocupaban dos cosas fundamentales: cómo la industrialización ha afectado a los trabajadores, a la gente corriente. También los alemanes reflexionaron mucho sobre las consecuencias de la Revolución industrial y cómo incidió en la gente. Medick junto con otros historiadores son autores de La industrialización antes de la industrialización que trata cómo influye en la gente corriente este proceso. El nazismo siempre es un tema vigente en esta corriente, cómo sufrió el común de la gente el nazismo qué formas de resistencia

había; este es un tema de preocupación de los historiadores sociales. [...]La historia del tiempo presente es una parcela de la historia contemporánea. Se ha empezado en Francia. Bedaridaes uno de los profesores que tiene una formulación teórica sobre la historia del tiempo presente. Para su estudio juegan las fuentes orales. Josefina Cuesta, en La historia del tiempo presente define el tiempo presente como la posibilidad de análisis histórico de la realidad social vigente que comporta una coetaneidad entre la historia vivida y la escrita de esa misma historia y los propios historiadores. La historia del tiempo presente alcanza la esperanza de vida de una persona. Para los franceses es la historia desde la II Guerra mundial hasta nuestros días. En España entendemos desde la Guerra civil hasta hoy. Empezó con fuerza en los '80 pero se desinfló porque ha recibido muchas críticas que afirman que hace falta perspectiva para enjuiciar los hechos; el historiador tiene que tener más objetividad. Bedarida dice que el historiador del tiempo presente tiene una gran responsabilidad porque forma conciencia histórica. Es la historia reciente, inmediata y cambiante que se diferencia de la contemporánea en 3 elementos: hechos. Historiador y hecho histórico tienen una interconexión muy estrecha. Interferencia mutua. Existe una relación estrecha entre presente y pasado. Esta relación presenta muchos problemas que el historiador tiene que resolver. La historia del tiempo presente no está acabada y puede modificarse a lo largo del tiempo. e y futuro. El estudio del presente está sometido a una mayor variabilidad (el suceder, el discurrir). papel muy importante las fuentes orales. El problema de la memoria juega un papel fundamental. Se recurre a la memoria para reconstruir datos para la memoria es para reconstruir datos. La memoria es selectiva la gente tiende a olvidar lo que no le interesa recordar, o altera la realidad. La memoria cuestiona la metodología convencional. Obedece a intereses colectivos. Se seleccionan acontecimientos, se alteran y descubrimos realidades. De la transformación de la realidad -subconscientedescubrimos mitos que salen de la colectividad, representan ansias, intentos de plasmar valores distintos. “El mito es un lenguaje, y se opone al logos”; plasma reivindicaciones subyacentes de una realidad. El mito tiene una representación simbólica y tiene una función social. El historiador debe ser capaz de identificar los mitos y comprenderlos e insertarlos en un discurso histórico donde tomen realidad. EL GIRO LINGÜÍSTICO. El giro cultural La historia cultural no es algo nuevo. En los '70 hemos visto la obsesión de las tendencias historiográficas por volver a la narrativa. Se habla de giro cultural.

El primero que habla de esto es HUNT en Nueva historia cultural. A mediados del siglo XX hay un interés muy grande por ver cómo se ha difundido la cultura. Por ejemplo, se ha estudiado la Historia de la lectura: Libro y sociedad en la Francia del XVIII y Historia de la lectura (CHARTIER). Estos autores estudian la lectura en sentido amplio igual cómo se lee y para qué se lee. Antes se leía en los clubs y salones, y un mismo libro o pocos constantemente. En el siglo XX hay un proceso distinto: se lee mucho y de forma individual. Los estudios sobre la lectura remiten a formas de pensamiento. Hay una relación entre microhistoria y macrohistoria. MALINOWSKY hizo un estudio de la cultura que afecta a otras disciplinas (antropología...). Surge la corriente de la historia del pensamiento, que centra su interés en textos literarios. Se escogen unas cuantos textos, descontextualizan éstos y le dan un tratamiento distinto. Hay algunos textos que han tenido un peso decisivo en la historia del pensamiento. De esta historia de los textos sale “el giro cultural”, que hay que entender dentro de la crisis de los paradigmas históricos clásicos. El giro lingüístico surge después de la II Guerra mundial. El capitalismo es imparable, McCarthy si no ahoga toda forma los del giro lingüístico dice que es imposible saber lo que aconteció en el pasado, sino que sólo sabemos lo que otros dicen que pasó. Lo que hay que hacer es quedarnos con el texto, “girarlo” y sacarle el máximo jugo. JAMESON es el que empieza esta teoría (todavía no es muy conocido). LYOTARD es otro autor posmodernista que anuncia lo que es el fin de la modernidad. Los del giro lingüístico se basan en los lingüistas estructuralistas: NOAM CHOMSKY, SAUSSURE... según ellos, lo que hacen es analizar, desmenuzar el texto para acercarnos a unas realidades lejanas. El giro lingüístico pone en entredicho, critica todo el discurso historiográfico actual. El camino nuevo de la historia ha de basarse en: a) Escritura b) Discurso y c) Texto. FUKUYAMA, El fin de la historia ya no hay historia porque ya no hay discurso. Ahora hay pensamiento único. fotocop. M. Bloch: sobre la periodización en historia). Ver segundo párrafo de la fotocopia de “texto de tema 3: segunda generación de Annales”. Fotocopia adjunta. A los historiadores marxistas se les empieza a llamar historiadores jacobinos. E. Mitre, Historia y pensamiento histórico. Madrid,1997, p. 111 E. Mitre, Historia y pensamiento histórico. Madrid,1997. p. 100 E. Mitre, Historia y pensamiento histórico. Madrid,1997. p. 77 E. Mitre, Historia y pensamiento histórico. Madrid,1997 p. 111 La historia cuantificada mide variables que intervienen en un proceso histórico. Establecidas sus variables, saca conclusiones sobre los datos. Aróstegui afirma que la

Historia cuantificada se refiere a un modelo matemático y en cuando se le da una explicación es cuando tiene el valor de interpretación de los fenómenos históricos. A menudo esta corriente se le acusa de cientifismo, para mucho autores es una teoría floja, pero al estar apoyada por tablas matemáticas parece que tiene un mayor cientifismo. El término historia social no gusta a los historiadores franceses. Ellos usan la definición de Historia social. Ver Peter Burke en Formas de hacer historia, el artículo de Roy Porter. Esto fue reflejado en el libro de Carlo M. Cipolla en su libro Allegro ma non troppo, Barcelona, Crítica, 1991, que se tomó con mucho sarcasmo la crítica a este apego a las cifras. Historia política que no es positivista.

a Nueva Historiografía se manifiesta a través del Debate” En el siguiente trabajo se desarrollará la temática, establecida por la cátedra, sobre la propuesta ofrecida por Historia a Debate en su manifiesto, haciendo referencia a la postura de dicha tendencia historiográfica, la cual quiere contribuir a la configuración de un paradigma común y plural de los historiadores del siglo XXI a tal fin han elaborado 18 propuestas metodológicas, historiográficas y epistemológicas, que presentan a los historiadores y a las historiadoras del mundo para su debate y adhesión crítica y posterior desarrollo. En este caso en particular se ha elegido el tema Metodología en el cual se propone una síntesis del concepto de historia y como hace referencia Historia a Debate: “abandonando el objetivismo ingenuo heredado del positivismo, sin caer en el radical subjetivismo resucitado por la corriente posmoderna del siglo XX” (pp. 1). Por lo tanto, se comienza haciendo la introducción de las dos tendencias antes mencionadas para concluir en el aspecto más interesante aquí propuesto, a saber: las propuestas propiamente dichas del Manisfiesto de Historia a Debate y lo interpretado desde el punto de vista como lector que se me ha encomendado. Para Ranke, había dos caminos para conocer los hechos humanos, el filosófico y el histórico, los historiadores debían tomar la historia como un agregado de hechos particulares y no tener los ojos puestos en el aspecto universal de las cosas, es decir, monografías pero sin compresión global del fenómeno. Además de esto, Ranke hizo de la consulta de las fuentes una ley de reconstrucción histórica. En definitiva, la historia para Ranke era una sistematización de los documentos históricos que el historiador solo debe ordenar en su intento de reconstruir el pasado. Gracias a eso, progresó de forma sustancial en la crítica de las fuentes, más allá de los logros de los especialistas en antigüedades, al tener en consideración las circunstancias históricas del escritor que se convirtieron en clave para evaluar los documentos. En este sentido es muy

rescatable el aporta que hicieron los positivistas decimonónicos a la historia. Esta combinación de la objetividad del historiador (al menos como ideal) con la aguda observación de que todos los historiadores son producto de su tiempo y entorno, y que por tanto sus relatos son necesariamente subjetivos, auguraba la ruptura de la conexión de la historiografía clásica con el arte literario, de carácter intuitivo, y la alineaba con la moderna investigación científica. Muchos historiadores se sintieron influidos por el método de este alemán y rápidamente adoptaron el positivismo para hacer historia. El afán de los positivistas en hacer de la historia, una “ciencia exacta”, es imposible porque el objeto de estudio es el ser humano, que tiene un grado de racionalidad, por tanto sus conductas no pueden ser como la de un animal. Los hechos históricos no se pueden repetir. En definitiva, Ranke quería hacer de la historia una ciencia exacta basada en la máxima objetividad, rigurosidad de los hechos, dotándolo de un método científico, de iguales características. Para los positivistas, la observación a través de la experiencia de los hechos históricos llevaba a una acumulación de los datos comprobados en forma crítica, a través de un vasto conocimiento de los documentos. Los hechos están en los documentos, sólo hay que criticar a la fuente de manera objetiva, tratando de no aplicar el análisis subjetivo del autor. Por tanto, el método inductivo del que partía el positivismo establecía dos fases de desarrollo: la acumulación de datos a través de la observación (tarea reservada a la historia) y la formulación de las leyes a partir de esos datos (tarea de la sociología). Pero, de ninguna manera, el historiador debía sobrepasar la barrera de la acumulación y ordenación de los datos. Por otra parte, las fuentes escritas que utilizaban los positivistas estaban en documentos oficiales procedentes de los gobiernos y conservados en archivos. Hay que mantener una cierta distancia entre el sujeto-objeto para que la interpretación, digámoslo así, no sea desvirtuada por la subjetividad del historiador. La actitud de los historiadores positivistas, discípulos de Ranke, a negarse a teorizar sobre la historia había sido una constante general durante varios siglos, en los que las reflexiones sobre la evolución histórica, la historia universal y la sociedad se hacían sobre todo desde el campo de la filosofía o de la política, pero no de la historia. Simiand la calificaba como la “historia historizante”, que consistía en una historia como ciencia del pasado sin más, pasado que no poseía ninguna relación ni contacto con el presente. Cómo puede apreciarse el positivismo rechaza la contemporaneidad o más bien la historia del presente. En esta corriente historiográfica además hay una exaltación por los “grandes hombres”, “grandes batallas”, “grandes instituciones” y cómo también a la historia-acontecimiento caracterizado por la cronología. Este tipo de historia fue predominante en el siglo XIX, y cómo tiene una visión desde arriba, prácticamente despojan a las personas comunes y corrientes, dejándolas “sin historia”. Prácticamente a la historia según el positivismo hay que “ordenarle un par de fechas” sin análisis, las fechas no importan, lo demás no

existe. O más aún, nos enseñan el tiempo pasado para que nos resignemos a él para que en el tiempo presente no hagamos historia porque ya estaba hecha y ahora sólo hay que aceptarla como tal. Ahora, si hay algo evidente en la historiografía es que a partir del historiador mismo, es tan subjetiva como lo es el propio hombre, y en esa subjetividad está un elemento qué es la manipulación. El poder político hace a la historia como instrumento de manipulación para un interés particular. Por tanto, esos historiadores son humanos y por ello, también están empapados con la sociedad y con su cultura que los rodea. Es por ello, que sienten y se ven atraídos por determinados pensamientos e ideologías. No hay historiador que sea prácticamente “puro” u objetivo. Es muy cierto, que en el proceso de interpretación afecta a la investigación histórica porque ya con la selección de un tema a tratar, se está haciendo una elección, tanto de una sociedad o institución en particular es en sí misma un juicio que manifiesta la importancia de la cuestión. La reivindicación de la narrativa va unida a la idea de que el análisis de las estructuras no son suficientes para entender los procesos históricos ni para dar respuesta a las causas que los generan. Que a veces una biografía puede aportar tanta luz como una secuencia de precios o salarios. Es decir, la narrativa debería tener en cuenta los aspectos subjetivos de los protagonistas de la historia. Ahora bien, la vuelta a la narrativa no supone una vuelta a la historia tradicional, Rankeana o positivista. Según Stone, la historia narrativa se ocupa de “los itinerarios vitales, los sentimientos y los modos de comportamiento de los pobres e insignificantes, no de los ricos y poderosos”. Iggers dice que este giro de la historia narrativa no rompe con los métodos científicos tradicionales, sino que los transforma. Stone no aceptaba que los cuantitativistas dijeran que tenían una “metodología”, para él sería más preciso hablar de una “interpretación de la Historia” y nada más. Les reprochaba el abuso de sistemas, métodos y paradigmas que se fundaban en un sistema de cifras y datos y que explicaban en un lenguaje matemático que, según él, no comprendían la mayoría de los historiadores. Los dos principales pecados a juicio de Stone tiene la cliometría son la banalidad y la ilegibilidad. Stone decía estar totalmente cansado del marxismo de las macroexplicaciones cuantificables y la serenidad de sus enunciados; también arremetía contra la cliometría americana a la que acusaba de depender en exceso de las cifras y además de los recuentos demográficos de la historiografía francesa. Aunque en su artículo sólo decía pretender denunciar una situación y no tomar partido, lo cierto es provocó una polémica en la que se impuso la toma de partido por una concepción o por otra de la historia. La falsa idea de que la “historia narrativa” es más inocente que la de las estructuras ha costado mucho demostrarla. Tuvo que aparecer la corriente de la “la historia desde abajo” para que no se viera tan mal esta corriente. Los partidarios de reivindicar la narración afirman que la historia de las estructuras es en cierto modo una historia

estática, y en cierto modo, ahistórica y si Braudel en su Mediterráneo consiguió convencer fue porque al tercer nivel, el de los acontecimientos, le dedicó un amplio capítulo, más de lo esperado, equilibrando a los anteriores a los que no se les veía demasiado sentido sin éste. La narración como soporte de peso en la historia provoca una revisión en la idea de ciencia o en las relaciones de la historia y la ciencia. El cuantitativismo no se abandonó del todo. En la utilización de las series para explicar fenómenos sociales existe una gradación. Hay autores que las utilizan de una manera determinante en su análisis, son el caso extremo de los cliómetras y otros que engloban las cifras en su método más atento a otros factores. A finales de los 80, la revista Annales arremete contra la historia cuantitativista. En 1989, Bernard Lepetit acusaba desde esta revista a los historiadores de que estaban más preocupados por conseguir datos y cifras que de atender a los fenómenos sociales y afirmaba que la historia social no tenía por qué encontrar su justificación en un instrumento tan frío y calculado como las cifras. Este cúmulo de críticas y revisiones de las corrientes historiográficas que se seguían en Europa y América desembocaron en una fuerte crisis de las ciencias sociales, en general, y de la historia en particular. El cuantitativismo, el marxismo, la corriente defendida por Annales, el estructuralismo, etc. son cuestionados desde todos sus ángulos. El modelo de estudio de las ciencias sociales se había quedado anticuado, había que renovarlo. Los años 70 y 80 y la crisis de los valores ideológicos y las posturas políticas derivadas de la evolución política de la URSS no son ajenos a este movimiento. Se denominó a esta corriente crítica, Postmodernismo, sin delimitar claramente su contenido. A partir de los 80 no han cesado de aparecer líneas metodológicas nuevas que intentan dar salida a esta situación de crisis. En el s. XXI todavía se sigue en esta línea. El postmodernismo se basa en la negación de la validez de la racionalidad como pilar sustentador del progreso social; a partir de esta premisa se habla del fin de la modernidad como dominio de la racionalidad y el progreso, tal y como se entendía desde el siglo XVIII. La “Nueva Historia” es aquella que siguen los nuevos historiadores que se sienten capaces de superar los defectos de las corrientes que surgieron tras la II Guerra mundial. Al buscar nuevos caminos han tenido que pagar el precio del cuestionamiento de la historia como disciplina científica y esta polémica se va a arrastrar hasta final de siglo. En esta línea es donde entra el “giro lingüístico”, que se basa en el protagonismo de los textos literarios. El lenguaje pasa pues a ser el vehículo y la concreción de todo conocimiento. Las cuestiones planteadas en el “giro lingüístico” enlaza con el New criticism, la historia no se diferencia esencialmente del relato ficción, tal y como afirma su principal representante, Hayden White. Según esta corriente, lo que verdaderamente sucedió queda en un segundo plano, porque lo que de verdad hay es la interpretación que hace el historiador. Esto nos lleva a

poner de relevancia los términos “verdad” y “verosimilitud”. De aquí se enlaza con el “deconstructivismo” de Derrida. De nuevo estas corrientes nos llevan a la vuelta de la narrativa. La historia se comunica a través de un texto narrativo y ese texto es lo que ha sido objeto de estudio en todas las escuelas historiográficas. El trabajo del historiador es una “representación del pasado” que se concreta con la narración. Para Paul Ricoeur la narración y lo narrado es un todo y no se puede separar. Lo que se discute ahora es si el relato histórico es igual que el literario y si tienen la misma estructura. Los que defienden la narración en esta línea niegan el carácter científico de la historia y sostienen el carácter autoexplicativo de la narración histórica. La formulación del Manifiesto de Historia a Debate, nos muestra como se desarrolla su labor con el fin de alcanzar su meta. Por lo tanto, podemos decir que Historia a Debate es un foro permanente de discusión, en tiempos de transición paradigmática, sobre: la metodología, la historiografía y la teoría de la historia; la práctica renovada de la investigación y de la divulgación histórica; la docencia de la historia, en la universidad y en las enseñanzas medias, y su relación con la investigación y la reflexión historiográfica; los problemas académicos, profesionales y laborales de los historiadores, sobre todo jóvenes; la interacción y el compromiso del historiador con la sociedad, la política y la cultura de nuestro tiempo. Algunos principios básicos y fundamentales a tener en cuenta a la hora del análisis de su propuesta: - No confunden la praxis intelectual de la tolerancia con cualquier neutralidad indiferente ante los problemas históricos e historiográficos del pasado, del presente y del futuro. - Creen en un pensamiento historiográfico comprometido pero abierto, crítico más autocrítico, coherente pero jamás único. - Procuran, en consecuencia, a través de un intercambio académico y digital, de la investigación, la reflexión y el contraste de pareceres, aquellos consensos posibles y necesarios, los nuevos paradigmas, para, desde la diversidad, afrontar con éxito los cambios históricos e historiográficos que nos trae el nuevo siglo. Historia a Debate es una puesta al día, en tiempos de grandes retornos, en todo lo relativo al uso crítico y reflexivo de las fuentes, a los temas, teorías y enfoques de la investigación empírica, a lo que sin duda, restrictivamente llaman oficio de historiador. Están interesados en nuevas propuestas de líneas de investigación, incluyendo las que están surgiendo, o que pueden surgir, de la reformulación creativa de los enfoques sabidos, porque piensan que lo nuevo no es necesariamente bueno y que lo viejo no es necesariamente malo. Pone especial énfasis en reivindicar el carácter de ciencia social de la historiografía, la acción multidisciplinaria, la pertinencia de la historia del tiempo presente y la

necesidad de la explicación, apuntan a una recuperación de los mejores logros de las historiografías del siglo XX. Intenta practicar una historiografía de paradigmas, superando la historiografía positivista, reintroduciendo el estudio de las corrientes colectivas en la evolución del conjunto de la disciplina, condicionada por los diferentes contextos históricos. Considera que tanto en historia como en historiografía, la descripción es necesaria pero no suficiente, pretendiendo profundizar en la explicación de la hegemonía y los cambios de las formas de escribir la historia, incluyendo las tendencias más recientes y la recuperación de la memoria histórica. Luego de haber presentado las dos postura con las cuales se debería hacer una síntesis para lograr una nueva historiografía que se corresponda con las necesidades actuales, podemos concluir que la propuesta de Historia a Debate es el camino correcto a tomar para lograrlo. Bibliografía - BURKE, Peter: Formas de hacer historia. Madrid, España. Editorial Alianza, 2001. - MANIFIESTO DE HISTORIA DEBATE. (Documento de cátedra-2008) - SIMIAND, François: Método histórico y ciencia social. En Empiria. Revista de Metodología de Ciencias Sociales. Nº 6, 2003, pp. 163-202. - STONNE, Lawrence: “El nacimiento de la narrativa: reflexiones sobre una vieja historia”. En HERVITZ, N y LUDLOW, L (Comp.): Problemas de la historiografía contemporánea. Universidad Autónoma del estado de México, México, 1984. - WHITE, Hayden: El texto histórico como artefacto literario. Paidós, Barcelona, 2003. -Estos planteamientos afectan a la noción y a la práctica de la Historia de un modo trascendental, al señalar la imposibilidad del conocimiento del pasado mediante el análisis documental, al estar viciada la interpretación, de modo que los historiadores estarían “condenados a una constante reconstrucción, renunciando al principio de causalidad y a la persecución de evidencias”: el objeto de la historiografía sería, como el toda exploración cultural, la interpretación, y no la explicación de la realidad objetivo, solo cabría explicar el discurso surgido de los acontecimientos y no los acontecimientos mismos. -Si el postmodernismo es una reflexión estética o formal sobre la realidad circundante, al postmodernidad es la conceptualización de la naturaleza de esa realidad social del fin de siglo. La postmodernidad no es subjetiva ni interpretativa sino que se refiere a realidades y es susceptible de ser analizada como cualquier otro periodo histórico. -Pueden reseñarse los fenómenos que caracterizan la postmodernidad en los siguientes aspectos: a)Transnacionalización política y económica. b)Formación de grandes conjuntos regionales. c)Pérdida de los estados nacionales de su antigua hegemonía en el control económico. d)Globalización de los mercados productores y financieros.

e)Modificación de hábitos y costumbres sociales. f)Desmovilización política y crisis de los sistemas de valores tradicionales. g)Revolución de los medios de comunicación y entretenimiento. h)Acceso generalizado a la educación y a la cultura. i)Revolución científica y tecnológica, expresada en las mismas corrientes de pensamiento que se denomina “postmodernas”. -Debido al debate sobre la conceptualización de la postmodernidad, tal vez sería interesante encontrar una definición alternativa: se emplean términos como “era mediática”, “sociedad digital”, “edad de la comunicación”, “sociedad del espectáculo”, “sociedad postindustrial” y “modernidad radicalizadora”. -La función básica de los historiadores es analizar los fenómenos que han conducido a lo que parece ser un nuevo periodo histórico a inicios del siglo XXI (la postmodernidad), pero no determinar como será la nueva era.