El ALBA y EL ALCA

ALDEA UNIVERSITARIA EZEQUIEL ZAMORA SAN CARLOS - COJEDES INFORMATICA TRAYECTO INICIAL PROYECTO NACIONAL Y NUEVA CIUDADAN

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ALDEA UNIVERSITARIA EZEQUIEL ZAMORA SAN CARLOS - COJEDES INFORMATICA TRAYECTO INICIAL PROYECTO NACIONAL Y NUEVA CIUDADANIA

EL ALBA Y EL ALCA.

Bachiller: Argenis Serrano CI: 20.949.012

Introducción. Los pueblos latinoamericanos están llamados a formar, en un próximo futuro, debido al rumbo mundial, una comunidad de naciones que, sin desprecio de los valores propios de cada país y su intransferible mensaje, permita presentar a la faz del mundo una América Latina unida, solidaria, progresista y fuerte. La integración de América Latina, afianzada en una antigua y esencial fraternidad, es un proceso histórico cuya terminación resulta indispensable para asegurar la libertad de nuestros pueblos; su desarrollo económico y social, la elevación del nivel de vida de sus habitantes y la presencia en el mundo de una gran comunidad de naciones que realicen plenamente sus destinos definiéndose con el ALBA y el ALCA. El ALBA.

La Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) es una iniciativa de integración para los países de América Latina y el Caribe, promovida por la República Bolivariana de Venezuela, inspirada en el más grande sueño de nuestro Libertador, Simón Bolívar: "Ver formar en América la más grande nación del mundo, menos por su extensión y riqueza que por su libertad y gloria". La propuesta del ALBA la formuló por primera vez el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, en el marco de la III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe, celebrada en la isla de Margarita, al noreste de Venezuela, en diciembre de 2001. Esta propuesta de unir a los países de América Latina y el Caribe en un solo bloque económico, político y social resume los principios rectores de una verdadera integración latinoamericana y caribeña basada en la justicia, la solidaridad, la equidad, la cooperación, la complementariedad, la voluntad común de avanzar, el desarrollo equitativo y el respeto a la soberanía y autodeterminación de los pueblos, con énfasis en el desarrollo humano y social, además del político y económico.

Ideológicamente el ALBA está sustentada en el pensamiento de los próceres latinoamericanos Simón Bolívar, José Martí, Antonio José de Sucre, Bernardo O"Higgins, José de San Martín, Augusto César Sandino, entre otros, sin nacionalismos egoístas ni políticas nacionales restrictivas que nieguen el objetivo de construir la Patria Grande Latinoamericana que soñaron los héroes de nuestras luchas emancipadoras. La propuesta integracionista del ALBA se contrapone al Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA), formulada por Estados Unidos en la primera Cumbre de las Américas, realizada en 1994. El ALCA constituye desde el punto de vista político la desunión de los países latinoamericanos y niveles de dependencia y subordinación sin precedentes; desde el punto de vista económico contribuiría a la desnacionalización de las economías y significaría la profundización del neoliberalismo; y desde el punto de vista social traería mayor pobreza y desesperación para los sectores mayoritarios de nuestros países. Frente al modelo capitalista, mercantilista, centrado en el desarrollo económico, depredador y profundizador de las desigualdades propuesto por el ALCA, el ALBA propone la búsqueda de un desarrollo en armonía con el entorno, sustentable en el tiempo, acorde con las potencialidades, sin discriminación y orientado fundamentalmente hacia la igualdad social. Objetivos del ALBA. El ALBA tiene por objetivo general, la transformación de las sociedades latinoamericanas, haciéndolas más justas, cultas, participativas y solidarias y por tanto está concebida como un proceso integral, destinado a asegurar la eliminación de las desigualdades sociales y fomentar la calidad de vida y una participación efectiva de los pueblos en la conformación de su propio destino. Objetivos Específicos: -

Establecer políticas orientadas al fomento de la agricultura pública, con el objetivo de garantizar el principio de seguridad alimentaria nacional. De manera más extensa está planteado en el artículo 305 de la Constitución Bolivariana de Venezuela.

-

Consignar que los derechos económicos, sociales y civiles sean interdependientes e indivisibles. La soberanía e independencia son principios irrenunciables.

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Alcanzar una propuesta de integración humanista que tiene aplicación concreta en el convenio suscrito.

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Crear ventajas cooperativas entre las naciones, que permitan compensar las asimetrías existentes entre los países del hemisferio.

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Construir consensos para formalizar acuerdos de integración en función de alcanzar un desarrollo endógeno nacional y regional que erradique la pobreza, corrija las desigualdades sociales y asegure una creciente calidad de vida para los pueblos.

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Abrir nuevos espacios de consulta, identificar espacios y alistar alianzas estratégicas.

Misión del ALBA. Para alcanzar su misión el ALBA se guía por los siguientes principios y bases cardinales: -

El comercio y la inversión no deben ser fines en sí mismos, sino instrumentos para alcanzar un desarrollo justo y sustentable, pues la verdadera integración latinoamericana y caribeña no puede ser hija ciega del mercado, ni tampoco una simple estrategia para ampliar los mercados externos o estimular el comercio. Para lograrlo, se requiere una efectiva participación del Estado como regulador y coordinador de la actividad económica.

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Trato especial y diferenciado, que tenga en cuenta el nivel de desarrollo de los diversos países y la dimensión de sus economías, y que garantice el acceso de todas las naciones que participen en los beneficios que se deriven del proceso de integración.

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La complementariedad económica y la cooperación entre los países participantes y no la competencia entre países y producciones, de tal modo que se promueva una especialización productiva, eficiente y

competitiva que sea compatible con el desarrollo económico equilibrado de cada país, con las estrategias de lucha contra la pobreza y con la preservación de la identidad cultural de los pueblos. -

Cooperación y solidaridad que se exprese en planes especiales para los países menos desarrollados en la región, que incluya un Plan Continental contra el analfabetismo, utilizando modernas tecnologías que ya fueron probadas en Venezuela; un plan latinoamericano de tratamiento gratuito de salud a ciudadanos que carecen de tales servicios y un plan de becas de carácter regional en las áreas de mayor interés para el desarrollo económico y social.

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Creación del Fondo de Emergencia Social, propuesto en la Cumbre de los Países Sudamericanos, celebrada en Ayacucho.

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Desarrollo integrador de las comunicaciones y el transporte entre los países latinoamericanos y caribeños, que incluya planes conjuntos de carreteras,

ferrocarriles,

líneas

marítimas

y

aéreas,

telecomunicaciones y otras. -

Acciones para propiciar la sostenibilidad del desarrollo mediante normas que protejan el medio ambiente, estimulen un uso racional de los recursos e impidan la proliferación de patrones de consumos derrochadores y ajenos a las realidades de nuestros pueblos.

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Integración energética entre los países de la región, que asegure el suministro estable de productos energéticos, en beneficio de las sociedades latinoamericanas y caribeñas.

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Fomento de las inversiones de capitales latinoamericanos en la propia América Latina y el Caribe, con el objetivo de reducir la dependencia de los países de la región de los inversionistas foráneos.

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Defensa de la cultura latinoamericana y caribeña y de la identidad de los pueblos de la región, con particular respeto y fomento de las culturas autóctonas e indígenas.

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Medidas para que las normas de propiedad intelectual, al tiempo que protejan el patrimonio de los países latinoamericanos y caribeños

frente a la voracidad de las empresas transnacionales, no se conviertan en un freno a la necesaria cooperación en todos los terrenos entre nuestros países. -

Concertación de posiciones en la esfera multilateral y en los procesos de negociación de todo tipo con países y bloques de otras regiones, incluida la lucha por la democratización y la transparencia en los organismos internacionales, particularmente en las Naciones Unidas y sus órganos.

El ALBA tiene como visión: Una

alianza

continental

de

empresas

energéticas

estatales,

“Petroamérica”. En el marco de las tres iniciativas sub regionales promovidas por Venezuela, Petrocaribe, Petroandina y Petrosur, la empresa estatal petrolera de Venezuela, Petróleos de Venezuela o PDVSA, ya ha comenzado a poner en práctica esta visión de cooperación energética continental. La iniciativa Más ambiciosa en este sentido es la construcción de un gasoducto transsudamericano propagado por Venezuela: el Gran Gasoducto del Sur, de más de 8.000 kilómetros, que partirá desde la Costa Atlántica venezolana y beneficiará a Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Fundación y adhesión de nuevos miembros. Su fundación fue llevada a cabo en la ciudad de La Habana, Cuba, el 14 de diciembre de 2004, por parte de los entonces presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Cuba, Fidel Castro, surge como respuesta al ALCA, promovida, inicialmente, desde los EE.UU. En la XI Cumbre del ALBA en febrero de 2012 solicitaron la incorporación a la organización Surinam, Santa Lucía y Haití, al cual se le otorgó la condición especial de miembro permanente, en tanto los otros dos países fueron nombrados miembros especiales mientras se gestiona su incorporación plena. El 13 de agosto de 2013 el parlamento de Santa Lucía aprobó definitivamente la incorporación de ese estado caribeño al Alba elevando el número total de miembros a 9.

En la XII Cumbre ALBA-TCP, celebrada el 14 de diciembre de 2004 en La Habana, Cuba, las naciones caribeñas de Granada y San Cristóbal y Nieves ingresaron como miembros plenos al organismo. Actualmente está conformada por: Venezuela, Antigua y Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominica, Ecuador, Granada, Nicaragua, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Haití (observador).

EL ALCA. El Área de Libre Comercio de las Américas o ALCA fue el nombre oficial con que se designaba la expansión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Estados Unidos, México y Canadá) al resto de los estados del continente americano excluyendo a Cuba. A partir de la cumbre de 2005 en Mar del Plata el ALCA entró en crisis, al punto que muchos ya lo consideran como un proyecto muerto. El Área de Libre Comercio de las Américas se originó en la ciudad de Miami en diciembre de 1994. En su versión original contemplaba la gradual reducción de las barreras arancelarias y a la inversión en 34 países de la región, todos menos Cuba, y los países independientes. Con el paso del tiempo, el cambio de gobiernos en América del Sur complicó las negociaciones y en la Cumbre Extraordinaria de las Américas celebrada en Monterrey, México, se acordó implementar una versión menos ambiciosa para el 1 de enero de 2005 y que la presidencia del proceso se compartiera entre los Estados Unidos y Brasil. Se trató de un viejo proyecto de EEUU sobre el resto del continente, cuya primera manifestación data del proyecto de Unión Aduanera propuesta por Estados Unidos en 1885, y que estuvo muy cerca de concretarse entre 1889 y 1890, pero que fracasó por la oposición del gobierno argentino, presidido entonces por Miguel Ángel Juárez Celman, al que se sumó la posición del gobierno de Chile. El delegado argentino a la Conferencia Panamericana Roque

Sáenz Peña, declaraba «tratar de asegurar el comercio libre entre mercados carentes de intercambio sería un lujo utópico y un ejemplo de esterilidad». El cubano José Martí ya había advertido que «tendría que declararse por segunda vez la independencia de la América Latina, esta vez para salvarla de los Estados Unidos». A principios del año 2004, varias ciudades competían por obtener la sede, entre ellas Miami, Atlanta, Colorado Springs, Chicago y Houston en los Estados Unidos; Puebla y Cancún en México; Puerto España (Trinidad y Tobago), San Juan en Puerto Rico y la ciudad de Panamá. La integración al mercado latinoamericano por parte de América del Norte supone una población de 800 millones de personas y un Producto Interno Bruto (PIB) combinado de US$ 21.000 miles de millones anuales. Aquellos que apoyan el ALCA dicen que es un tratado que quiere impulsar el comercio entre las regiones reduciendo los aranceles, pero no se puede decir que en un primer momento tenga consecuencias traumáticas pero sí que es un paso hacia el desarrollo a través de las transacciones comerciales que impulsarán la especialización, la competitividad, la desaparición de monopolios, la mejora del nivel de bienestar de la población y un desarrollo de las infraestructuras. La IV Cumbre de las Américas que se llevó a cabo en la ciudad de Mar del Plata, Argentina entre el 4 y el 5 de noviembre de 2005, produjo una declaración final que en verdad son dos contrapuestas: incluye una mención a favor de la reapertura del ALCA presentada por Panamá y apadrinada por EEUU, y otra del Mercosur y Venezuela, en la cual destacan las asimetrías3 existentes entre las economías del continente que dificultan la puesta en marcha de un área de libre comercio. «Estoy un poco sorprendido. Acá pasó algo que no tenía previsto», le dijo George W. Bush a Néstor Kirchner, en ese momento presidente de Argentina y de la Cumbre, a manera de despedida. Lo que había sucedido era que Estados Unidos no pudo imponer una mención de reapertura del ALCA en el documento final.

Objetivos del ALCA. -

Promover la prosperidad a través de la creciente integración económica y el libre comercio entre los países del hemisferio.

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Establecer un área de libre comercio en la que serán progresivamente eliminadas las barreras al comercio de bienes y servicios y la inversión.

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Alcanzar un acuerdo balanceado y comprehensivo.

-

Facilitar la integración de las economías más pequeñas en el proceso del ALCA.

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Procurar que las políticas ambientales y de liberalización comercial se apoyen mutuamente.

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Asegurar, de conformidad con las respectivas leyes y reglamentos, la observancia y promoción de los derechos laborales.

Misión del ALCA. Traer como beneficio para la región según los 34 Jefes de Estado y de Gobierno que en 1994 firmaron la Declaración de Principios de Miami: -

Promover el crecimiento económico.

-

Aumentar la prosperidad interna.

-

Elevar el nivel de vida.

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Mejorar las condiciones de trabajo de los pueblos de las Américas.

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Proteger mejor el medio ambiente.

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Desarrollar las democracias de Américas.

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Promover la protección de los derechos humanos.

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Promover el desarrollo sostenible en la región.

Visión del ALCA. -

Maximizar la apertura de los mercados mediante altos niveles de disciplina a través de un acuerdo balanceado y comprensivo.

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Establecer un área de libre comercio en la que serán eliminadas progresivamente las barreras al comercio de bienes, servicios y la inversión.

-

Procurar que nuestras políticas ambientales y de liberación comercial se

apoyen

mutuamente,

tomando

en

cuenta

los

esfuerzos

emprendidos por la Organización Mundial de Comercio (O.M.C.) y otras organizaciones internacionales. -

Promover la prosperidad a través de la creciente integración económica y libre comercio entre los países del Hemisferio, como factores claves para elevar el nivel de vida, mejorar las condiciones de trabajo de los pueblos de las Américas y proteger el medio ambiente.

Origen y fundación del ALCA. El proyecto fue lanzado en 1994, en la Primera Cumbre de las Américas realizada en la ciudad de Miami (Estados Unidos). está integrada por todos los países de América (excepto Cuba), que son: Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Dominica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela. Desarrollo endógeno. Es un modelo de desarrollo que busca potenciar las capacidades internas de una región o comunidad local; de modo que puedan ser utilizadas para fortalecer la sociedad y su economía de adentro hacia afuera, para que sea sustentable y sostenible en el tiempo. Es importante señalar que en el desarrollo endógeno el aspecto económico es importante, pero no lo es más que el desarrollo integral del colectivo y del individuo: en el ámbito moral, cultural, social, político, y tecnológico. Esto permite convertir los recursos naturales en productos que se puedan consumir, distribuir al mundo entero. En una organización de este tipo existen individuos o recursos humanos idóneos en alguna rama del conocimiento y están dispuestos a poner ese conocimiento al alcance de los otros miembros de la organización, con el propósito de la transferencia tecnológica voluntaria para el crecimiento de todos. Esto redunda en el fortalecimiento, amplitud, integración y desarrollo de las capacidades individuales y en consecuencia la formación natural de

equipos multidisciplinarios de trabajo que cooperan para el desarrollo armónico de la organización en un ambiente sistémico, simbiótico y sinérgico. Hay otra visión sobre el desarrollo endógeno que lo presenta como una pregunta sobre los modos en que una comunidad puede desplegarse (desarrollarse) en armonía con su entorno, entendiendo que este despliegue pasa por garantizar el despliegue de todos los seres humanos que forman parte de esa comunidad. En este sentido, el ser humano pasa de ser objeto de desarrollo a ser sujeto de desarrollos.

En conclusión y defensa. Podemos observar claramente que el modelo del ALCA presenta un perfil netamente capitalista, imponiendo al mercado sobre el Estado en su marco legal; en cambio, el ALBA es un proyecto que hace hincapié más en las posturas humanistas y culturales, es decir, el Estado y su bienestar social están por encima del mercado. En definitiva, podemos definir que en los dos modelos de integración, en sus estructuras y postulados, encontramos aspectos negativos y positivos en pro de la creación y desarrollo de un mercado común para el continente americano. Por una parte, el ALCA con su imposición de políticas asimétricas, no permite el desarrollo de un proyecto integracionista equilibrado. En contraparte el ALBA impone un sistema integracionista centrado en el estatismo sobre los intereses trasnacionales, no estimulando el desarrollo productivo de industrias competitivas en el mercado internacional. El ALCA, representaría la extensión del actual mercado de América del Norte hacia el sur, consolidando la hegemonía de EE.UU. y trayendo más perjuicios que beneficios. En principio, por la inmensa inequidad que existe entre el norte y los vecinos sureños en cuanto a potencial tecnológico y económico. Segundo, porque el pretendido beneficio del consumidor por acceder al mercado norteamericano tropezaría con un sistema oligopólico de formación de precios bajo el predominio de las multinacionales. Y tercero, porque nada garantizaría mayores inversiones directas sin el estímulo que representa el salto de barreras aduaneras en mercados relativamente protegidos; además de que para países lejanos, como Argentina y Brasil, los costos de transporte superarían los posibles ahorros en producción y tornarían esas inversiones poco atractivas (a diferencia del caso para México).