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EN BUSCA DEL TEXTO TEORÍA DE LA RECEPCIÓN LITERARIA

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DIETRICI-1 RALL (COMPILADOR)

EN BUSCA DEL TEXTO TEORÍA DE LA RECEPCIÓN LITERARIA

Traducciones: FRANco y otros

SANDRA

INSTITUTO DE INVESTIGACIONES SOCIALES UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO México 2001

COLECCIÓN PENSAMIENTO SOCIAL 1



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CONTENIDO

Prefacio a la ediá6n de 2001 ............................ ........................................... 3 .lntroducci6n ............. ................................................................................... ·5 Primera parte. Enfoques. teóricos y críticos

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Primera edición: 1987 Primera reimpresión: 1993 Primera reedición: 2001

HANS-GEORG GADAME~: Fundam.entos pa1 ~ una teoría de la experiencia hennenéutit:a ......................................................................................... 19 RoMAN lNGARDEN: ConcretiZ!~ci6n y re.corzstrucci6n ........................................ 31 HANS ROBERT JAuss: Historia de; la literatura com.o u.na prouocaci6n a la czencia literaria .................................................................................... 55 HANS RoBERT JAuss: Cambia de paradigma en la ciencia. literaria ......... ........ 59 HANS RoBERT JAUss: Experiencia Pstética y hermr.nétdica literaria ................... 73 HANS RoBERT ]Auss: Para continuar el diálogo entre la estética de recepción "burguesa" y la "materialista" ........................................................ 89 WoLFGANG !SER: La estrur:tura wpelativa de los textos .................................... 99 WoLFGANG I.sF.R: El q,cto de la lectu,ra: cor.,¿,ideraciunes previas sobre una teoría del efecto estético ...................................................................... 121 WoLFGANG IsrR: A la lu.z de la uíttca . ......... ,.......................................... 145 KARL!:IF.INZ BARCK: Crüica del. problerht't de la reapción en lc.s concepciones burguesas de la liter•;,tura. .... ..... ..... .. .................... ,......................... 161 KARLHE!NZ B'\RCK: Su~jet.i.viwciones relativistas de la obra .......................... 165 K.ARLHEJNZ Bi\RCK: El redescubrimiento del lector ¿Lo. "estética de la recepción como superación del estudio innu.mente de la literatura? ................. 171 RoBER1' WEIMANN: Presente y plsado P.n, la hi5tor;:a de la literatum .............. 185 HARALD WEJNRJCH: Para lj.na histmia iitemria deller"tor ............................. 199 .JMN STAROBINSKI: Un desafio a la teoría literaria ... .......... ,_. ....................... 211

DR 2001 Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad Universitaria, 04510 México, D. F. DIRECCIÓN GENERAL DE PUBUCACIONES

Diseño de portada:

CvNTHIA

Trucos SuZÁN

Impreso y hecho en México

ISBN: En trámite

Segunda parte. Aplicaciones

Sociología y estética de la rea:pc,•ón ................... 223 Investigación de las ¿r~flu.enáas y de la. recep,·i6-:2 .................................................... .,; .......................................... 246 HANS ULRICH GuMBRF.cwr:

MARÍA Mooc.. GRüNEV{ALD:

WOLFGANG BADER: Literatura mundial europea y colonialismo: el mundo no-euTOpeo en el espejo de la investigación euTOpea de la historia literaria .............................................................. ,......................... 271 GUNTER GRIMM: Campos especiales de la historia de la recepción .................. 291 I-IARTMUT HEUERMANN, iETER HüHN, BRIGITTE RüTTGER: Modelo de una didáctica basada en el análisis de la recepción ....................................... 313 CARLOS RINCóN: Acerca de la "nueva crítica latinoamericana" .................... 339 FLAVIO RENÉ KoTHE: Fragmento para un diálogo sobre literatura ................ 345 WOLFC;ANG ISER: La interacción texto-lector: algunos ejemplos hispánicos ........................................................................................................ 351 GUSTAV SIEJ.lENMANN: Técnica narrativa y éxito literario: su correlación a la luz de algunas novelas latinoamericanas ....................................... 365 A.NTHONY PERCIVAL: El lector en Rayuela ......... : ........................................ 3 81 Kuus MEYER-MINNEMANN: Octavio Paz en lengua alemana. Traduc. ciones y recejJCión ...................................................................................... 3 99 DIETRICH RALL: La muerte como espacio vacío ............................................ 411 DIETER REICHARDT: InventaTio de la recepción de la literatura latinoamericana en los países de habla alemana ................................................... 423 FEDERICO SHOPF: Sobre la rec{3pción de la literatura hispanoamericana en la República Federal de Alemania ..................................................... 43 5 DIETRICH RALLY MARLENE RALL: La recepción de la literatura alemana en !vféxico ..................................................................................................... 443 Referencias bibliográficas ................................................ ~ ......................... 455

PREFACIO PARA LA EDICIÓN DE 2001 DIETRICH RALL

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La teoría de la rer.epción ha afirmado su lugar al lado de otros mo_delos imprescindibles de la teoría literaria, de la literatura comparada y de los diferentes estudios discursivos, sodoliterarios y de las relaciones entre textos y lectores. Lo atestiguan las numerosas publicaciones, dentro y fuera de México, sobre la recepción literaria, así como las tesis de maestría y doc- · tprado en las que se aplican proced1mientos hermenéuticos propuestos por dicha estética. La hermenéutica, base filosófica de la teoría de la recepción, ha recobrado su actualidad a lo largo de los últimos decenios, sea siguiendo la tradición de Hans-Georg Gadamer, sea por nuevos caminos, como por ejemplo la hermenéutica análoga. Pruebas recientes de la actualidad de la hermenéutica son las numérosas publicaciones sobre esta temática, dentro y fuera de México, y su fuerte presenCia en la reflexión filosófica, como por ejemplo en el XI Congreso Nacional de Filosofía 2001, que se llevó a cabo en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. · Estos hechos, aunados a la vigencia de la teoría de la recepción como enfoque productivo de la didáctica de la literatura; nos han convenara mis estudiantes y colegas de Letras Modernas, Letras Mexic~nas Y Latinoamericanas y de Literatura Comparada, ha resultado la:bonoso, en general, .consultar las f~entes alemanas y encontrar traducciones de los text~s básicos que . nos mteresaban. La presente recopilación de rtl&'l:mos escritos representativos de la teoría de la recepción tiene como propóslto resolver parte de los problemas mencionados. Esta antología llena, así lo. espe:o, una laguna que existe respecto al conocimiento, la difusión Yla chscusió~ de la te?ria en cues.tión. Quiere proporcionar un instrumento de consulta,. m~ormación y trabaJo a los lectores interesados. Además, pretende contnbmr a completar el panorama que se tiene en México de las teo:ías y }os mét~dos de análisis literario generados durante los últimos tremta anos en diferentes partes del mundo. Los estudiantes y estudiosos de la literatura encontrarán en esta antología algunos textos. fundament~les ~e la teoria de la recepción, también clesd~ _el punt~ ele v1sta ele la J:ustona y el desarrollo ele esa corriente de análisis h~erano. Estos textos no sólo son interesantes como propuestas para_ exp.hca~ el ~roce_so ele lectura y como alternativas para comprender la lustona hterana, smo que también tuvieron un efecto capaz ele confo~mar un~ teoria. "!Iicieron escuela" y se convirtieron ellos mismos en ObJe~o de .mterpretación .Y de referencia. Encontraron una sucesión y una contmuación, ~r? también ~na ~tica sev~ra y un rechazo (lo que tiene una buena tra~ICIÓJ? en la h1stona .de la. ciencia). Por ello, para los interesados en la histona ele la teoría hterana, la crítica de la crítica 0 bien la r~cepci~n de la estética ele la recepción puede convertirse en 'un acer~ C~Imento mteresante al desarrollo ele un campo ele la ciencia. Las discuSIOnes sobre las metas y los alcances el~ los estudios sobre la recepción no ll~varon a cabo. en la torr~ ~e marfil y no se limitaron a la publicidad relativa de las revistas especializadas. Los postulados ele los científicos de la "Escuel~ de Const~nza", en torno de Hans Robert Jauss y Wolfgang l~er produJeron cam.bws en los planes ele estudio y en la didáctica de la literatura en las escuelas y las universidades de Alemania Occidental. Parecería que los años sesen~a y setenta hubieran introducido también una "liberación del lector", no sólo frente a una tradición con frecuencia asfixiante, por ser mal entendida, de la historia literaria, sino también en ~·elación con una interpretación de textos centrada predominantemente "· en los autores o una interpretación inmanente.

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2. Sobre la elección de textos y la estructura de esta antología Casi incalculable es ya el número de publicaciones sobre la teoría y la aplicación de la estética de la recepción que han aparecido desde 1966 (el año de la famosa conferencia inaugural de H. R. Jauss en la Universidad de Constanza, titulada "Historia literaria como provocación a la ciencia literaria") y eso naturalmente no facilitó la elección para esta antología. Varios textos esenciales sólo pude incluirlos en extractos por razones de espacio. Esta selección quiere ser al mismo tiempo representativa, variada y fácilmente comprensible, pretensiones diversas que, como lliempre, difícilmente se pueden conciliar en una antología.

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Por otro lado, la libertad del lector y los aspectos pedagógicos de la literatura y su hermenéutica fueron durante muchos años teinas conflic. tivos entre los teóricos literarios de Alemania Occidental y Oriental. También de ese aspecto da testimonio esta antología, dentro del margen de lo posible. Las discusiones sobre la delimitación entre la estética de recepción "burguesa" y la "materialista" son nuevamente una prueba de cómo una comprensión "correcta" de textos fictivos (los que con frecuencia han tenido que luchar, absurdamente, por su legitimidad) 2 puede convertirse en el centro de la desavenencia concreta de ideologías. Aun cuando debemos ser precavidos frente a la pretensión de los es tetas de la recepción de haber dado a luz a un nuevo paradigma cientifico-literario (véase para ello sobre todo el artículo correspondiente de H. R. Jauss), no podemos pasar por alto que esa tendencia orientada hacia el lector, la sociedad, la acción y la comunicación contribuyó mucho a la discusión y enriqueció a la cienci~ literaria. Y esto no sólo en la Germanística, la Anglistica y la Romanística establecidas en las dos Alemanias, sino también en la semiótica literaria, en la literatura comparada y últimamente en la "hermenéutica intercultural". Ésta convierte en su objeto de investigación a la comparación de "perspectivas internas y externas" de textos (condicionadas por la cultura y mutuamente complementarias) que pueden ser leídos con ojos propios o extranjeros. s No importa desde qué punto de vista se acerque cada individuo al fascinante fenómeno de la literatura: si los textos sobre la recepción literaria aquí ofrecidos despiertan interés, estimulan el pensamiento e incitan a nuevas lecturas, se habrá alcanzado la meta principal de esta publicación. Espero que asi se contribuya a ampliar el tan citado horizonte de conocimientos, a comprender mejor la literatura, a aprender otras estrategias de lectura y simplemente a tener más gusto por el acto de leer.



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.2 Al respecto, es muy instructivo el estudio sobre la historia de la comunicación literaria de Aleida Assmann, Die Legitimitiit der Fiktion, München (Fink), 1980. 3 Véase Alois Wierlacher (ed.) . Das Fremde und das Eigene. Prolegomena zu einer interkulturellen Ge1·mat¡istik, Mi.inchen (Editorial Iudicium), 1985.

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Todas las con~ribuciones contenidas en la presente ya fueron publicadas en otra parte; nmguna fue expresamente escrita para En busca del texto y en su mayoría son artículos completos o capítulos enteros de una obr~ mayor: En ese caso, se incluye la bibliografia correspondiente a la que se refieren los autores y las notas a pie de página, numeradas desde 1 hasta x. En los extractos de obras mayores se respeta la numeración original ele las notas, las cuales se completan con indicaciones bibliográficas sólo donde era necesario para comprender la referencia. Este es el caso, por .ejemplo, c~e Gunter Grimm: las notas a pie de página del extracto cleg1do de su hbro Rezeptionsgeschichte (Historia de la recepción) comienzan con el número 416. Aquellas citas largas que estaban originalmente en alemán, inglés y francés, hemos resuelto traducirlas al español. Esto corresponde a una costumbre de la UNAM y contribuye naturalmente a una mejor comprensión, pues no podemos basarnos en el supuesto de que todos los lectores leen las lenguas mencionadas u otras. Un problema para la traducción lo presentó, como siempre, la terminología. Como t~da teoría, también la estética de la recepción tiene sus con~eptos :spedf1cos, para los cuales en español todavía no existe una eqmvale~cm aceptada en general para todos los casos, simplemente porque los térmmos aún no han sido fijados o porque no han entrado en todas partes en la terminología técnica usual. Esto es aplicable en cierta medida mcluso para "Rezeptionsasthetik" ('estética de la recepción", la que ya ~u e m.al ,;on:r.:endl?a con . frecu,?nc~~) .' "re~eptionsasthetisch" ("estéticol~cept.~vo ,~ , ~sthetlsche D1stanz ( distancra estética") , "Erwartungshon~ont ~ honzonte de expectativas"); pero todavía más para "Unbestimmtheitsstellen", «Leerstellen" (''lugares de intedeterminación", "vados/lugares vadosfhlancos"), "schematisierte Ansichten" ("perspectivas¡ aspectos e~quematiZados") , ''Wirkung" ("efecto Jeficacia ¡repercusión Jrespuest~JacCión") y todas sus composiciones ("Wirkungsasthetik", "wirkungsasthetisch", Wlrkungsgeschichtlich", "Wirkungspotential", Wirkungsstruktur", etcétera) . Ahora bien, los textos de esta antología se seleccionaron y ordenaron de ~cuerdo a determinados criterios. En la primera parte se incluyeron trabaJOS que se han vuel~o decisivos para los principios y el desarrollo de la estética de la recepción. A éstos pertenecen las reflexiones hermenéuticas de Hans-c.:eor? Gadamer en su li_bro Verdad y método y las ideas sobre ~a concretlz~crón y la reconstrucCión de textos por medio de la lectura, 1deas contemdas en Vom Erkennen des litemrischen Kunstwerks de Roman In.garden .. Ni Gadamer ni Ingarden pertenecen en realidad a la "teoría de la recepc1óU:' o a la "Escuela de Constanza", sino que como sabemos son precurso~·es 1mporta~tes. A estos dos autores y a sus obras se refieren, con frecuencm, los estéticos de la recepción; así, Hans Robert Jauss tomó y desan·olló algunos conceptos centrales de la hermenéutica filosófica de su ~ · antiguo maestro Hans-Georg Gadamer. La historicidad de toda compren8

sión como princ1p10 hermenéutico en Gadamer, así como su concepto central del "horizonte" (y de su cambio constante en la historia) , son adoptados y modificados por Jauss en sus postulados estético-receptivos: por ejemplo el muy discutido horizonte de expectativas del lector o del público respectivo, introducido por Karl Mannheim y desarrollado por Jauss, a partir del cual se pueden aclarar diferentes formas de lectura del mismo texto (condicionadas histórica, social y culturalmente) y por último también su "éxito" o su "fracaso". Según Gadamer, el cambio de horizonte no puede evitarse y por tanto hay que incluir este aspecto herme· néutico en la contemplación y en la comprensión de los objetos. El acto de comprensión implica el distanciamiento consciente del horizonte original de producción (y su primera recepción) y del horizonte actual del receptor. Pero la comprensión significa también el intento de fusión de los dos horizontes. Por otra parte, con su teoría fenomenológica de la estructura de la obra literaria, Roman Ingarden motivó al anglista Wolfgang Iser a continuar con este enfoque de la semiótica literaria. Pero Iser sobrepasa definitivamente a Ingarden, por ejemplo en la crítica de los "lugares de indeter· n;ti~J.ación", que con frecuencia sólo se refieren a apariencias en la superfiCie del texto. A éstos contrapone Iser sus "vacíos", que están definidos más precisamente, que tienen un carácter estructural y estimulan (o desorientan) al lector como "partes de conexión en el texto" y que guían la lectura. Sin embargo, también las investigaciones de Ingarden se han vuelto directrices para la teoría de la recepción, y por ello me decidí a incluir un capítulo suyo, por lo demás ya impreso en Warning, 1975. Aparecen en la parte I algunos trabajos centrales de H. R. Jauss y de W olfgang Iser, empezando por una versión corta de "Historia literaria como provocación a la ciencia literaria", 4 la que contiene las siete tesis tan comentadas de Jauss sobre la renovación de la ciencia literaria con una orientación teórico-receptiva. Este tipo de "manifiesto" se caracteriza por un tono un tanto polémico, n¡.uy propio de los trabajos de H. R. J auss. Aun cuando muchos postulados de las siete tesis no se han cumplido hasta hoy o únicamente lo han hecho de una manera parcial (por ejemplo, la realización de su "esbozo estético-receptivo de una historia literaria"), aun así raras veces un estudio critico ha influido en los últimos años tan persistentemente en las ciencias literarias. El segundo artículo de' Jauss contenido en esta colección, "Cambio de paradigma en la ciencia literaria", no provocó menos controversias. Pues se pregunta si con el enfoque estético-receptivo se encontró una nueva 4 H. R. Jauss, "La historia literaria como desafío a la ciencia literaria", en H. U. Gumbrecht et al., La actual ciencia literaria alemana. Seis estudios sobre el texto y su ambiente, traducidos por H. U. Gumbrecht y G. Domínguez León, Salamanca (Anaya), 1971, p. 37-114. H. R. Jauss, "La historia de la literatura como provocación de la ciencia literaria", en La literatura como provocación, Barcelona (Península), 1976, p. 129-211.

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m•tuclulul{lll pnra la investigación de textos _liter.arios .. En la introducc~ón m llilm ¡.;xperiencia estética y hermenéuttca ltterana (1977), aparecido

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dl~:r. nftos después del anterior artículo, Jauss toma de nuevo sus ldru y lua relaciona con importantes estudios, publicados entretanto, de W. flml', Jtlrgen Habermas, Theodor W. Adorno, Louis Althusser y otros. .Jnm" Intenta sobre todo fundamentar de una manera más profunda su r•l~tlcn literaria. I.u parte I contiene justificaciones y aclaraciones de Jauss y ~e Is~r res-. pecto n la fuerte critica marxista a sus trabajos, tanto en Alemama O~Iental como en la Occidental. "Para continuar el diálogo entre la estética de recepción 'burguesa' y la 'mate;ialista' ", deno~inó ~ auss a sus comentnrios, en alusión a las publicaciOnes de Alemama Onental ~especto a la estética de la recepción y a propósito de la critica a la estética burguesa desde el punto de vista marxista. J auss mismo cita de manera detalla~a los escritos de Marx y trata de vencer a sus recept?res con sus proJ:>Ias armas. Pero el diálogo continúa y para el intercambio de resultados ~1en-. tíficos de la investigación los polemistas se sientan a veces en la m1si?a mesa: de esto dio testimonio, por ejemplo, el IX Congreso de la Asociación Internacional de Literatura Comparada, 1979 en Innsbruck, en donde el "burgués" Jauss presidió junto con su colega "marxista" Naumann, de Berlín Oriental, la sección "Comunicación literaria y recepción". 15 Para comprender la crítica recíproca y las réplicas es necesaria también la lectura de los fragmentos del libro ya famoso de Iser: El acto de lectura y su artículo fundamental sobre "La estructura apelativa de lo~ tex~~~· La indeterminación como condición para el efecto de la prosa hterana · Ahí !ser hace suyo el concepto de "indeterminación" d~ Ingard~n Y. lo aplica de una manera ejemplar a algunas novelas de D1ckens, F1eldmg, Thackeray y Joyce, en quienes el grado de indeterminación crece visiblemente. (Este punto se trata con más detalle en el libro de !ser El lector implícito, München, 1972.) La concepción del "lector" y del "lector implícito" así como el efecto de la estructura de la obra en el receptor en el proc~so de lectura, se consideran en el capítulo seleccionado de El acto de la lectura 1976. El comentario de !ser sobre diferentes concepciones . . del lector, tipos de lector y los constructos de lector~s, es mu-z mstructivo para todo aquel que se interese por esos planteamientos. Fmalmente, en su réplica "A }a luz de la crítica'.' retoma varias .de sus ideas Y. conceptos, para justificarlos ante ataques y malos enten,chdos. Esta !é~hca es cl.ara y útil porque muestra en pocas palabras el nucleo del obJetivo receptivoteórico de !ser. . Esta antología ofrecería una imagen demasiado unilateral de la teoría ·de la recepción si no incluyera trabajos importantes de investigadores de )

t5 z. Konstantinovic, M. Naumann, H. R. Jauss (eds.) . Literary Comm~nicatfon and RccejJtion. Proceedings of the IXth Congress of the International Comparatlve L1teraturc Association, tomo 2, Innsbruck, 1980.

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Alemania Oriental. Un grupo de autores bajo la dirección de Manfred Naumann (todos ellos colaboradores del Instituto Central para Historia Literaria de la Academia de las Ciencias de la República Democrática Alemana) publicó en 1973 un estudio fundamental en el que se desarrolla su versión de la teoría de la recepción: Sociedad - Literatura - Lectura: Recepción literaria desde un punto de vista teórico. Me alegra que hayamos recibido de la Editorial Aufbau, en Berlín y Weimar, los derechos de traducción y de publicación para algunos· capítulos de este libro tan importante, que por lo general es difícilmente accesible para lectores hispano-hablan tes. De la parte "Sobre la crítica del problema de la recepdón en las concepciones burguesas de la literatura" escogí algunas páginas, que muestran una posición claramente opuesta a la "Escuela de Constanza". En su "Advertencia preliminar" a esta parte, Karlheinz Barck se propone .examinar de cerca cuatro tendencias metódicas básicas cuyos principales representantes son para él Hans-Georg Gadamer, Hans Robert Jauss, Wolfgang !ser y Roland Barthes, entre otros. A pesar de la critica y del distanciamiento de las "Subjetivaciones relativistas de la obra" y de otra imagen del lector y de la función social de la literatura, es sorprendente, sin embargo, la cantidad de puntos de vista del análisis comunicativo de textos y de la investigación de la lectura que son comunes a las dos escuelas alemanas. La búsqueda formal de nuevas perspectivas de la ciencia literaria en la República Democrática Alemana se muestra clarame:p.te sobre todo en el articulo de Robert Weimann, "Presente y pasado en la historia de la literatura". En sus consideradones histórico-filosóficas de 1970, que él denomina un "Ensayo histórico-ideológico y metodológico", postula la unidad dialéctica de pasado y futuro en la recepción literaria. Sigue un trabajo de Harald Weinrich, del año de 1967: "Para una historia literaria del lector". H. Weinrich, actualmente catedrático y director del Instituto de Alemán como Lengua Extranjera en la Universidad de München, demuestra una vez más en ese artículo cuán sensiblemente detecta siempre importantes tendencias de las. ciencias literaria y lingüística y les proporciona a tiempo una ayuda orientadora y una fuerza persuasiva. El articulo que renueva la pregunta por el rol del lector en la Historia literaria posee todavía hoy una actualidad relativa. "No pretende", como subraya Weinrich, "ser una· ',historia del lector'. Quiere sólo demostrar a grandes rasgos que un determinado tipo de lectores está ligado a determinadas conp.iciones de determinadas épocas históricas. En lo futuro, se puede esperar de las interpretaciones de textos un perfeccionamiento de este resumen para trazar un panorama de la literatura en sus formas de aparición histórica." Ya dije con anterioridad que muchas expectativas de la teoría de la recepción no fueron satisfechas en lo referente a una historia literaria concebida y formulada esencialmente de nuevo. Pero lo que W einrich muestra 11

en su artículo puede servir como- ejemplo del procedimiento para futuras investigaciones del rol del lector. Jean Starobinski trató de evaluar, en los años setenta, el logro de la critica literaria teórico-receptiva y su contribución a la investigación de la historia de la literatura, en donde la distancia con respecto a la escena científica alf'!mana le fue favorable. Su exposición y su clasificación histórica de la teoría de la recepción se caracterizan por una gran afinidad, pero también por la imparcialidad necesaria. En la segunda parte de la antología incluí trabajos en los que las consideraciones teóricas de la estética de la recepción se transfieren y aplican a diferentes campos y disciplinas de la ciencia literaria. Aquí se pueden diferenciar las contribuciones en aquellas que contienen más bien planteamientos literarios generales y en aquellas que se dedican a temas especiales de la literatura latinoamericana. En una antología como ésta, que se publica en México y que se dirige al lector de lengua española, consideré adecuado seleccionar trabajos para la recepción sobre todo de autores latinoamericanos, que deberán despertar interés aquí. El artículo de Hans Ulrich Gumbrecht, quien trabajó durante muchos años en Constanza con Hans Robert Jauss, es una prueba de la estrecha relación de una tendencia de la teoría de la recepción con la sociología de la literatura, sin que por eso se las deba confundir. Cuando el articulo "Sociología y estética de la recepción" apareció en 1976 en la publicación Nuevas perspectivas de una germanística futura, a un grupo de miembros universitarios alemanes le interesaba encauzar por nuevos caminos los estudios literarios y lingüísticos y buscar un enriquecimiento en la cooperación interdisciplinaria. Esa exigencia de interdisciplinariedad muestra en qué dirección puede continuar la investigación literaria orientada hacia el lector. También a la literatura comparada le dio nuevos impulsos la teoría de la recepción. Prueba de ello es el capitulo de Maria Moog-Grünewald sobre la comparación de la "investigación de las influencias y de la recepción", tomado del libro Teoría y práctica de la literatura comparada (1980, editor Manfred Schmeling) . La autora relata cómo la literatura comparada evolucionó desde la investigación de influencias hasta la investigación de la recepción, lo que no significa simplemente una nueva etiqueta, sino que sobre todo conduce a planteamientos y resultados novedosos. También de la literatura comparada proviene Wolfgang Bader, quien pasó muchos años en Latinoamérica y cuyo punto de vista crítico sobre la relación entre la historia literaria euro-céntrica y el colonialismo es estimulante. Bader ve una salida de la perspectiva europea tradicional, si se toma en serio el horizonte de expectativas propio y el extranjero, en el sentido de la estética de la recepción, y si se acepta la correspondiente perspectiva extranjera necesaria en la recepción literaria. En el ejemplo de The Tempest de Shakespeare exhibe por qué no pueden ser idénticas

la concretización y la interpretación europeas y americanas de la obra y en especial de las tres figuras principales: Próspero, Ariel y Calibán. La historia literaria y la problemática de la recepción literaria internacional como áreas especiales de la teoría de la recepción se tratan asimismo en el capítulo del libro de Gunter Grimm, Rezeptionsgeschichte (Historia de la recepción) . Este volumen, aparecido en 1977, contiene ~na de las bibliografías más amplias, hasta ese momento, sobre las publicaciones de la teoria de la recepción. Esto se puede explicar fácilmente, pues Grimm pertenece a los científicos que promovieron desde un principio la investigación teórica y práctica en torno a la recepción. Una gran influencia tuvo el enfoque teórico-receptivo también en la didáctica de la literatura y en la investigación emphica de la recepción, si bien es verdad que Rainer Warning excluyó esta ültima área de su importante antología, ya que la investigación empírica de la recepción "no es ninguna disciplina literario-científica, sino (en tanto se preocupe de la teoría) una disciplina sociológica o psicológica" (Warning, 1975:7). Pero yo considero que las cuestiones literario-didácticas pertenecen a los imperativos de la presente antología, pues en la UNAM también nos ocupamos de la formación de futuros profesores de Letras. Y éstos deben ahondar sus conocimientos sobre la didáctica de la literatura. Existen muchos trabajos que hubieran merecido ser considerados aquí. Del gran nümero de publicaciones me decidí, finalmente, por el "modelo de una didáctica analítico-receptiva de la literatura" de H. Heuermann, P. Hühn y B. Rottger. Ahí se discuten algunas posibilidades fundamentales de integrar la teoría de la recepción en la clase de literatura. El objetivo de otros dos textos en esta antología es ilustrar la contribución de la teoría de la recepción desde la perspectiva de la critica literaria latinoamericana. Así, Carlos Rincón analiza en qué medida la teoría de la recepción puede contribuir, junto con otras escuelas, a la renovación de la crítica literaria latinoamericana. El "Fragmento para un diálogo sobre literatura" del brasileño Flavio René Kothe es, por el contrario, un informe muy personal sobre su encuentro con algunos profesores de literatura y de habla alemana, entre ellos WoUgang lser. Este tipo de texto, que se aproxima a la entrevista, se sale con seguridad del margen acostumbrado. Por otra parte, se percibe en él una relación biográfica y humana, que se echa de menos con frecuencia en muohos estudios eruditos de científicos alemanes. Entre los trabajos de la parte Il, orientados hacia la aplicación y que se ocupan de la Lectura y la recepción de obras de escritores de habla hispana, se encuentra también un trabajo de Wolfgang lser, "La interacción texto-lector: algunos ejemplos hispánicos". Con esto quise ofrecer al lector la posibilidad de seguir, en una nueva publicación, la forma práctica de trabajo y de argumentación de Iser en textos conocidos. Además, me importaba dejar hablar, de una manera ejemplar, a algunos científicos que se han ocupado de la lectura y de la recepción de escritores latino-

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americanos y en especial de los mexicanos. Gustav Siebenmann, actualmente catedrático en St. Callen, Suiza, se dedica a la muy interesante pregunta acerca de cómo se relacionan la "Técnica narrativa y el éxito literario" en escritores del "boom". Según sé, él aplica aquí por primera vez (1978') de una manera consecuente a autores latinoamericanos los criterios de J auss en torno al horizonte de expectativas y a la distancia estética. El derecho de reproducción del texto de Anthony Percival sobre "El lector en Rayuela") me lo proporcionó amablemente Mario Valdés, editor de la Revista Canadiense de Estudios Hispánicos. Percival intenta poner en práctiva la teoria de Iser (quien fue profesor invitado en Toronto y que también publicó en la RCEH). Rayuela de Juilo Cortázar es un objeto de estudio interesante para analizar modernas técnicas de relato y al "lector implícito". Klaus Meyer-Minnemann, catedrático para literatura latinoamericana en la Universidad de Hamburgo, se ocupa desde hace años intensamente de la vida y la obra de Octavio Paz. Para los lectm:es mexicanos deberia ser muy interesante saber algo sobre "Octavio Paz en lengua alemana". Aquí también se vuelve patente qué importante papel juegan las traducciones en la recepción y en el efecto de un escritor extranjero. Sin este puente de comunicación ni aun el mejor po.eta tendría efecto fuera de su circulo lingüístico. Mi propia contribución "La muerte como espacio vacío·" fue originalmente una conferencia, que sostuve en 1982 en Nueva York, dentro del marco del X Congreso de la Asociación Internacional de Literatura Comparada. En textos de Juan Rulfo, Julio Cortázar y William Faulkner, trato de demostrar que los "vacíos" de Iser log1·an un efecto muy especial en el lector, cuando precisamente en esos vados alguien muere o es asesinado fictivamente. No sólo las novelas policiacas trabajan con esa técnica. Finalmente, las investigaciones de Dieter Reichardt y de Federico Schopf muestran cómo puede tratarse -a partir de dos puntos de vista (un universitario alemán y un intelectual latinoamericano exiliado en Alemania) y de dos métodos y en un lapso de más o menos cinco años- el problema de la recepción de la literatura latinoamericana en los países de habla alemana. Tales trabajos pueden provocar investigaciones similares e intensificar los estudios socio-literarios y empírico-receptivos sobre las relaciones in tercul turales. En este lugar quiero nuevamente agradecer la oportunidad que me ofrece la Universidad Nacional Autónoma de México de compilar y publicar esta selección de textos sobre la teoría de la recepción literaria. Agradezco a la Coordinación de Humanidades la inclusión del libro como titul.o de su colección "Pensamiento social contemporáneo", y en especial a Franrroise Pérus y a Carlos Martinez Assad, quienes animaron y apoyaron este proyecto. Doy también las gracias a Clairette Ranc y a FaustoVega, de la Dirección General de Publicaciones, por su constante ayuda en la

solución de problemas administrativos. Agradezco a las editoriales extranjeras que nos han cedido los derechos de traducción y publicación, algunas inclusive sin pedir remuneración alguna. En el caso de las traducciones que fueron publicadas por otras editoriales e incluidas como tales en esta antología, se mencionan en la bibliografia los traductores indicados por las editoriales. Independientemente de esto, quiero agradecer la colaboración de mis colegas Noemí Alfaro y Gerardo del Rosal, quienes aceptaron traducir los textos de Flavio René Kothe (del portugués) y de Anthony Percival (del inglés), respectivamente. Pero quien realizó el duro trabajo de traducir del alemán la mayoria de los textos de esta antología fue Sandra Franco, a quien le doy las más rendidas gracias por su dedicación e interés. También fueron muy valiosos el apoyó técnico que recibí por parte de Carlos García y las sugerencias de Alberto Vital con respecto a la Introducción. Como yo he revisado todas las traducciones que se hicieron para esta publicación, asumo la responsabilidad por los errores que, a pesar de todos los esfuerzos, puedan todavía aparecer en los textos.

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DIETRICH RALL

PRIMERA

p AR'l'E

ENFOQUES TEóRICOS Y CRíTICOS

FUNDAMENTOS PARA UNA TEORíA DE LA EXPERIENCIA HERMENÉUTICA HANS-GEORG GADAMER

El p1·incipio de la historia efectual

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El interés histórico no se orienta sólo hacia los fenómenos históricos o las obras trasmitidas, sino que tiene como temática secundaria el efecto de los mismos en la historia (lo que implica también a la histm:ia de la investigadón) ; esto es considerado, generalmente, como una mera extensión del planteamiento histórico que, desde el Raffael de Hermann Grimm hasta Gundolf y más allá de él, ha dado como fruto toda una serie de valiosas perspectivas históricas. En este sentido la historia efectual no es nada nuevo. Si es nueva, en cambio, la exigencia de un planteamiento histórico-efectual cada vez que una obra o una tradición ha d·e ser extraida del claroscuro entre tradición e historiografia y puesta a cielo abierto; esta exigencia, que no se dirige tanto a la investigación como a la conciencia metódica de la misma, es consecuencia obligada de toda reflexión a fondo de la conciencia histórica. Por supuesto que no es una exigencia hermenéutica en el sentido tradicional del concepto de hermenéutica; pues no quiere dedr que la investigación tenga que desarrollar un planteamiento de historia efectual paralelo directo de la comprensión de la obra. Se trata más bien de una exigencia teórica. La conciencia histórica tiene que hacerse consciente de que en la aparente inmediatez con que se orienta hacia la obra o la tradición está siempre en juego este otro planteamiento, aunque de una manera imperceptible y en consecuencia incontrolada. Cuando inten:temos comprender un fenómeno histórico desde la distancia histórica que determina nuestra situación hermenéutica en general, nos hallamos siempre bajo los efectos de esta historia efectual. Ella es la que determina por adelantado lo que nos va a parecer cuestionable y objeto de investigación, y normalmente olvidamos la mitad de lo que es real, más aún, olvidamos toda la verdad de este fenómeno cada vez que tomamos el fenómeno inmediato como toda la verdad. En la aparente ingenuidad de nuestra comprensión, en la que nos guiamos por el patrón de la comprensibilidad, lo otro se muestra tan a la luz de lo propio que ni lo propio ni lo otro llegan realmente a expresarse como tales. El objetivismo histórico que se remite a su propio método critico oculta la trabazón e!ectual en la que se encuentra la misma conciencia histórica. Es verdad que gracias a su método critico se sustrae a 19

la a:t'bitrariedad y capricho de ciertas actualizaciones del pasado, pero con esto se crea una buena conciencia desde la que niega aquellos presupuestos que no son arbitrarios ni caprichosos, sino sustentadores de todo su propio comprender; de esta forma se yerra al mismo tiempo la verdad que seria asequible a la finitud de nuestra comprensión. En esto el objetivismo histórico se P,arece a la estadística, que es tan formidable medio propagandístico porque deja hablar al lenguaje de los hechos y aparenta así una objetividad que en realidad depende de la legitimidad de su planteamiento. No se exige, por tanto, un desarrollo de la historia efectual como nueva disciplina auxiliar de las ciencias del espíritu, sino que éstas aprendan a comprenderse mejor a sí mismas· y reconozcan que los efectos de la historia efectual operan en toda comprensión, sea o no consciente de ello. Cuando se niega la historia efectual en la ingenuidad de la fe metodológica, la consecuencia puede ser incluso una auténtica deformación del conocimiento. Esto nos es conocido a través de la historia de las ciencias, en la que aparecen demostraciones irrefutables de cosas evidentemente falsas. Pero en su conjunto el poder de la historia efectual no depende de su reconocimiento. Tal es precisamente el poder de la historia sobre la conciencia humana limitada: que se impone incluso allí donde la fe en el método quiere negar la propia historicidad. De aquí la urgencia con que se impone la necesidad de hacer consciente la historia efectual: lo necesita la propia conciencia científica, aunque por otra parte esto no significa en modo alguno que sea un requisito que se pueda satisfacer plenamente. La afirmación de que la historia efectual puede llegar a hacerse completamente consciente es tan híbrida como la pretensión hegeliana de un saber absoluto en el que la historia llegada a su completa autotrasparencia y se elevaría así hasta la altura del concepto. Por el contrario la conciencia histórico-efectual es un momento de la relización de la comprensión, y más adelante veremos que opera ya en la: obtención de la pregunta correcta. La conciencia de la historia efectual es en primer lugar conciencia de la situación hermenéutica. Sin embargo, el hacerse consciente de una situación es una tarea que en cada caso reviste una dificultad propia. El concepto de la situación se caracteriza porque uno no se encuentra frente a ella y por tanto no puede tener un saber objetivo de ella. 3 5 Se está en ella, uno se encuentra siempre en una situación cuya iluminación es una tarea la que nunca se puede dar cumplimiento por entero. y esto vale también para la situación hermenéutica, esto es, para la situación en la que nos encontramos frente a la tradición que queremos comprender. Tampoco se puede llevar a cabo por completo la iluminación de esta situación, la reflexión total sobre la historia efectual; pero esta inacababilidad no es defecto de la reflexión sino que está en la esencia misma del ser histórico que somos. Ser histót·ico quiere decir no agotarse

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La estructura del concepto de. la situación ha sido explicada sobre todo por

K. Jaspers en Die geistige Situation der ZeU y por E. Rothacker,

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ntmca en el saberse. Todo saberse procede de una predeterminación histórica que podemos llamar con Hegel "sustancia", porque soporta toda opinión y comportamiento subjetivo y en consecuencia prefigura y limita toda posibilidad de comprender una tracdición en su alteridad histórica. Desde esto la tarea de la hermenéutica filosófica puede caracterizarse como sigue: tiene que rehacer el camino de la fenomenología del Espíritu hegeliana en cuanto que en toda subjetivid.

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lógica- funciona el público como la instancia de transmisión .que cons· tituye la historicidad de la literatura. Jauss reprocha a la socwlogía de la literatura que la relación entre literatura y público no se presenta en el hecho de "que la obra tiene su público específico, determinable de una manera tanto histórica como sociológica", 104 porque de esta manera no se puede explicar un "efecto posterior o duradero". 10 5 Pero su propio concepto de público no es menos problemático. La "interacción entre autor y público" 1oo es realizada -según Jauss- porque el autor cuenta con un determinado mundo literario imaginario de su público, el q.ue, o bien recibe a la obra en su horizonte de expectativas o bien la rechaza y con esta decisión tiene efecto nuevamente en la creación de la. próxima obra. La historia de la recepción seda el método que hace posible, por medio de la reconstrucción del horizonte de expectativas, responder la pregunta de en qué consiste la "diferencia hermenéutica entre la co:;nprensión pasada y la actual de una obra". 1 0 7 J auss sigue aquí el prmcipio de Gadamer de la historia del efecto (sin a~opta1~ su clasicis~o), ya que como aquél "busca mostrar en la comprensiÓ~ mism~ _la reah.d~d -de la historia", 1os en donde el método de la recepción est etlca smmmstraria el principio de la mediación entre el efecto pasado ele la literatura y la validez actual. La estética de la recepción debe hacer posible determinar el valor estético de una obra, a partir ele las reacciones que encuentra en su primer público. Para esto da Jauss un criterio muy claro: ¡

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La distancia entre el horizonte de expectativas y la obra, entre el ya familiarizado con la experiencia estética habida hasta ahora y el "cambio de horizonte" exigido con la recepción de la nueva obra, determina bajo el aspecto de la r~cepción estética ca~ácter artístico de una obra literaria: en la medida en que esa distancia se reduce y no se exige a la conciencia receptora ningun cambio hacia el horizonte de la experiencia todavía desconocida, la obra se acerca al campo del _arte "culinario" o del arte para diversión. 1 0'0

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tllt:ura se juzga a si misma. La teoria de la distancia (del tipo de la ll't'Cpción estética) entre la obra y el ·horizonte de expectativas cumple 11dcmás para Jauss con algo esencial, en tanto que le permite elevar la 1 ntcgoría de lo "nuevo" al nivel de una regularidad de la historia literadn. Lo "nuevo", la "modernidad", 1 11 se convierte en criterio del proceso IIICrario, porque toda obra nueva revisa -dice él- "nuestra visión sobre lmlus las obras pasadas". 112 El criterio de una formación tal de cánones y de un nuevo relaJo, siempre necesario, de la historia literaria, está señalado claramente por la estética de la recepción. El camino de la historia de la recepción de cada obra hacia la historia de la literatura deberia conducir a ver y representar la consecuencia histórica de las obras, cómo condiciona y aclara el contexto, importante para nosotros, de la literatura como historia previa de su experiencia actual. 1LB Esto acaba en una relativización considerable. Contra el objetivismo histórico y contra la metafisica de la tradición 114 se expone la tesis en principio correcta, de que la historia literaria sólo se puede justificar unte el presente, "cuando en el pasado representado hace visible la perspectiva actual y con ello la posición histórica del observador". 115 La posición histórica del observador Jauss es, sin embargo, idealista. Con__ _ C:ollingwood, quien es de la oponión de que la historia es una historia tlc ideas y que los hechos históricos sólo viven en las ideas, proclama Jn.uss que la historia no es ninguna otra cosa que "the re-enactment of ¡mst thought in the historian's O'Wn mind". 116 El historicismo criticado es sustituido sólo por el principio inmanente de la modernidad y una "consecuencia cerrada en sí de un cambio constante de estilo" 117 es

179. 164. 1'83. 1•85. 178. -!llO Véase al respecto: Werner Krauss, "Periodisierung und Gcnerationstheorie", en Krauss, Grundprobleme der Literaturwissenschaft, p. 119-lW.

111 Jauss dedicó al concepto de "modernidad" una detallada investigación histórica ("Literarische Tradition und gegenwartiges Bewusstsein der Modernitat", en Jauss, I.il'eraturgeschichte als Provokation, p. ll-68) , la que representa el intento más amplio hasta ahora, para fundar una teoría del modernismo, a partir de la autocomprensión ele una tradición literaria, una teoría que en algunos aspectos se toca con la estética de Adorno. (Una discusión crítica del rol atribuido ahi a la querella de los Anciens et :tv!odernes, la hace Hans Kortum en su recensión de la "ParaW:le" de Perrault, editada nuevamente por Jauss, en DLZ (Berlín), año 87, 4flS'66, p. 290-293). Sea recordada en esta relación también la crítica de Engels al esfuerzo de Alexander Jung por conrcrtir el concepto de los "modernos" en la base de una exposición literario-histórica. "¡Como si lo 'moderno' pudiera 'ser elevado' alguna vez al nivel de 'concepto'!, ¡como Ri una frase tan vaga, sin valor e indeterminada, que fue propagada por todas partes por cabezas superficiales en cierta manera misteriosa, se pudiera convertir alguna vez en una categ·oria filosófica!" (oME, tomo 1, p. 435) . 112 Jauss, Literaturgeschichte als Provokation, p. 251. 118 Ibidem, p. 170. 114 Véase ibidem, p .. 23lss. 115 Ibidem, p. 143. 116 Ibiclem, p. 171. 117 Kortum, en DLZ, 4/1966, p. 293.

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Esta argumentación intra-literaria del pro~eso ~e la. historia liter:"-ria une el viejo principio del cambio de generaCI.Ó~ hterana 110 con la .Idea de que la literatura se desarrolla en la oposiCIÓ.n entre el autom~tismo y la alineación de la percepción. Ya que el honzonte de expectativas se define sólo de manera literaria, la relación entre la literatura pasada y la recepción actual se convierte en un diálogo literario en el que la liteJ-04 Ibidem, p. 179.

p. p. :ttO:t Ibidem, p. "tl.fiS:Jbidem, p. "100 Ibiclem, p. :Hl5 Ibidem, :lOO Ibidem,

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cu:vaua a1 mve~ cte una ley de la historia literaria. Para la pregullln sobre qué constituye lo "nuevo" en su contenido, Jauss adeuda todavln la. respu~sta, porque él trabaja con un concepto incleferenciado del p1\. b:~co .. Mientras q~e la .estética ele la recepción no desarrolle ninguum cutenos que permitan JUzgar formas de recepción tanto pasadas COliHl ac~uales, segú~ 1~ ~eclicla ele la función social ele la literatura, no se pucdt< evitar el subJetivismo en la cuestión ele la valoración. La renuncia 11 incluir Ja diferenciación social y la diferencia histórica del público en ln teoria de la r:c~pción ~o sólo descuida las causas sociales e ideológicaN de _la~ contradicw~es exist~ntes entre la producción y la recepción lilt!· ra~I.as, esta re~~ncm también conduce necesariamente a una concepción ehtista y esteticist~ de la literatura. Es sintomático que la estética burg_uesa de la recepción descub.ra de nuevo al lector para la historia literana en. la forma del lector Ideal como parte de un público fictivo. El contemdo de ese concepto de público es claramente determinable en su carácter burgués de clases. Objetivamente tiene la función de expulsar de! P~~eso hist~rico "v:rdadero" a todo aquel público que no realiza el pn,~cip~o de la moderm~ad':, y a toda aquella literatura que no atraviesa el honzonte de expectativas . La teoria de la distancia estética critica el acuer~o tradicionalista de una elite cultural clasicista y burguesa (que se e~tiende como el :público) con "su" literatura. En este punto es perceptible u~ tono .critico-cultural. Pero al ser elevado lo "moderno" por a~t?nomasia al ~Ivel de una norma, se reproduce la misma concepción elitista, con un s1~o contrario. 118 El lector ideal es ahora aquel que sabe gozar la destruCción permanente de su "horizonte literario de expectativas" por medio_ de la literatura "más nueva" en cada caso. Es imaginable que en lo suces1vo todo ~roductor el~ un fenómeno literario de moda y ca~~ uno ~e s~s consumidores snobistas puedan creerse justificados en su modermda~ foment~clora ·ele la cultura, pero que por otro lado, todo acuerdo autént1co, por eJemplo, el de una literatura revolucionaria con sus lectores en la forma real de sujetos históricos, debería declararse como 118 • Que;

la teoría desarro'lada por Jauss, de la distancia estética, tiene su propia

~re-hiStona, la que aparentemente la une, de una manera paradójica, con la teoría cláSica del arte Y con su principio de la distancia estética, debería ser mostrado en detalle. Pero esta te?ría, con su concepto de lo "nuevo", cae también en una cercanía directa a la co~cepc1ón del arte de Ortega y Gasset, quien, como uno de los primeros, investigó la re:aclón entre arte "moderno" y publico. En Ortega,. la afrenta de la vanguardia artística. contra el gusto burgués del püblico es ampliada a una teoría elitista de la modermdad artística, que ve en la "falta de popularidad" la señal de la genialidad de t~do gran arte. (Véase "Musicalia", 1921, en Ortega y Gasset, Obras completas, Madnd, 1957, . t?mo 2, ,P· 236-218) . La derivación de normas estéticas a partir del problema cond1cronado s1empre de una manera social y cultural-histórica de lo difícil Y de la no comprensión de las nuevas obras de arte ante el fondo de una forma de recepción tradicional y convencional, contribuyó c~nsiderablemente a dificultar una comprensión crítica y diferenciada de la llamada literatura moderna.

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'''i!Óticamente descalificada ya en el momento d~ su realización. 110 _El J¡ncho ele que Jauss no consideró estas consecuencias yacentes en _la lógica dn au teoría se debe a la tendencia idealista ele su concepto ele hteratura, '[llC desarroÚó sobre todo como alternativa para la teoría literaria marxista. El "abismo entre el estudio histórico y el estético ele la literatura", "nntre historia y poesía" (abismo legado por la historia literaria_ del sil¡lo :x:rx) se profundizó todavía más -afirma Jauss- en nuestro s1glo "en lna teorías literarias opuestas a la escuela marxista y a la escuel~ f~rma­ llllta". 12o La polémica, que J auss desarrolla aquí contra la teona II;er~­ l'la y la estética marxista, no se puede re~hazar simplemente con la mdlt:ttción de que se trata de una comprensiÓn funclan;entalment~ fal~~ del marxismo. Esta polémica muestra, precisamente también en su SimphCldad, d dilema del tipo ele la teoría del conocimiento de una estética ele la rc.:cepción que no concibe al lector como sujeto social y que no coloca n la literatura (en su dimensión ele la historia del efecto) ;n u~a re~a­ ción con la realidad, desde un punto de vista de la creaciÓn hterana. Sólo así se puede entender la afirmación de Jauss ele q~e "la provoca~ión original, siempre renovada ele la teoria literaria marxista, es que mega una historia propia al arte así como a las correspondientes formas ele conciencia de la moral, ele la religión o ele la metafísica". 1121 Por lo visto, Jauss puede imaginarse una historia pt·?pia ele la liter~tura sólo como una historia inmanente. De la teoría marxista de la relación base-superestructura, que se entiende clialécticamente, no se puede derivar, sin e.mbargo, tampoco para la teoría literaria ni que la superestructura sea mdependiente ele la base, ni se puede excluir la t·elativa autonomía de los proc~sos literarios. La premisa ele Jauss identifica a la teoría literaria ~arxista simple y llanamente con la sociología vulgar. Por ello ve él a la hteratura marxista bajo la presión constante de buscar "equivalentes sociales" 122 119 En el ultimo Congreso de Germanistas Universitarios en Stuttgart estuvo en el centro del debate el tema "estética de la recepción". (Véase el informe de: Jorg Drews, "Viele Zauberworte, doch nur wenige tragen", en Süddeutsche Zeitung (Münch:n), 17-IV-1972, p. 16). Bernd Jürgen Warneken adhiere su crítica a Jauss con la an~tac1ón: "El que su programa de una nueva historia de la literatura podría conv~rtnse en ejemplar, pero bajo la bandera de la 'estética de la recepción y de l~ produ~1ón', como un cómodo sofá entre las sillas de una ciencia literaria comprometida políticamente o bien convertida en inservible y de una ciencia literaria histórico-materialista, es un hecho que obligó a distanciarse críticamente", en Das ATgument, año 1972, Cuaderno 3f1, p. 366. . 1 Michael Nerlich va un paso más adelante, el que reprocha a Jauss baJo el títu o "Del anti-comunismo sutil" (con todo el derecho, pensamos nosotros), por hacer mal uso de su autoridad científica para ofrecer al público el (falto de calidad) "espectáculo de un juicio sobre el marxismo con un veredicto de culpabilidad por ultimo". (Nerlich, "Romanistik und Anti-Komunismus", en Das Argument, año 1972, cuaderno 3J1, p. 307313). 120 Jauss, "Literaturgeschichte als Provokation", p. 151. 121 Ibídem, p. 155. 1:22 Ibidem, p. 158.

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para los fenómenos literarios. Esta presión resulta necesariamente de 1n teoría. del reflejo que -según Jauss- como una pura estética de repre• sent~ción sólo considera la función reflejadora de la literatura y además perdió totalmente de vista el "carácter formador de realidad del arte". 11.10 s.e ve que t~~bién la teoria del reflejo existe 'para Jauss sólo en su ver· sión mecamcista. Por ello Jauss piensa que la teoria literaria marxista depende necesariamente del ideal de la mimesis clásica y con ello sólo sustituye el antiguo concepto de naturaleza por el concepto de realidad. La historia de la critica marxista de esta teoría no es tomada absoluta· mente en cuenta por Jauss; más bien, 'él se identifica de una manera acritica con el subjetivismo de la praxis que falsifica- al marxismo. liH La teoría. del reflejo, cuyo desarrollo por Lenin no es tomado en cuenta, y la estética del efecto son para J auss antítesis no conciliables. "Quien reduce el arte al reflejo, limita también su efecto -aquí se venga la herencia negada de la mimesis platónica- al reconocimiento de lo ya conocido." 125 La polémica general que sostiene Jauss con la teoría mar· xista tiende siempre hacia un punto: al centro materialista de la dia· léctica en el marxi~mo, en cuya total mala comprensión se abre paso su teoría idealista en la concepción básica de la historia. Se trata sobre todo de la idea de la autonomía histórica de la literatura y del arte, el postu· lado de su propia independencia, la que Jauss convierte en el centro de su discusión con el marxismo. Por un lado, J auss expone la anotación marxista sobre la relación desigual de la producción material con la artística, como si Marx hubiera representado aqui la tesis de que el arte no está suficientemente determinado. 126 Por otro lado, critica en la concepción marxista de la historia -haciendo referencia al Engels tardío- un , "dogma materialista" que obliga a creer en una "continuidad histórica concreta" y a no aceptar ninguna conciencia determinada primordialmente de manera económica. :L27 En los dos (y ·en otros) casos son sobre todo los vados los que son sign~ficativos para la con~epci¿n histórica de Jauss. Claro que de la concepción marxista de la h1stona no se puede derivar ninguna autonomía de 1~ literatura y del arte (como de la cultura en general) sin ninguna relación con la base social material. La teoría literaria marxista habla por ello de una autonomía 1·elativa de los fenómenos literarios y artistiIbidem, p. 157. La concepción histórico-filosófica de la filosofía de la praxis la adoptó J auss de una manera no critica de: Karel Kosik, Dialektik des Konkreten. Frankfurt, 1967 (véase sobre ese libro el comentario detallado de Heinz Pepperle, en DZFPH, 8/1969, p. 11241134). 125 Jauss, "Literaturgeschichte a1s Provokation", p. 162. Después de que Jauss criticó la interpretación vu1gar-socio!6gica de la teoría del reflejo, no sigue, sin embargo, una comprobación más exacta de la pregunta (que es tocada con esto) por las condiciones teóricas del conocimiento de la teoría literaria. 100 Ibidem, p. 159. 1:27 Ibidem, p. 236. 123

1:24

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Una argumentación expressis 1Jerbis para esto la hubiera p~dido nncontrar Jauss en la carta de Engels a Mehring (24-;'Il-1893), c1t~da mmo prueba del "dogma ma~er~alista". 12s. Engels da aqm, c?mo es sabido, 110 sólo un explicación matenahsta de la Ideología e~ !a soc1~dad de clases mmo una condición es·encial para la subsecuente cntica rad1cal ':_ la ~on­ I'Cpción historicista burguesa de la historia (un tema que ata~e dtreclnmente al propio objetivo de Jauss). Él critica: sobre to~o,. "la msensa~a concepción de los ideólogos" de que la concepc1ón matenah.sta ~e la hisl.oria niega el papel activo de la super-estructura en la h1stona:

1 os.

Si negáramos un desarrollo histórico autónomo a las diferentes esferas ideolÓgicas, que juegan un papel en la historia, tambiét; les neg.aría~os toda eficacia histórica. Aqui sirve de base la idea c?mun, no-dialéct.1ca de causa y efecto como polos rígidamente opuestos uno a o~ro, ~1 olvido total del efecto reciproco. El hecho de que un aspecto h:stónco (tan ronto como es puesto en el mundo por otras causas al fm y al C>) a un oyente ( Desde Baudelaire, este pensamiento se hace de dominio común en la literatura europea moderna, sobre todo en la lírica. Paul Valéry, que se opuso incansablemente a la consideración del poeta como ser inspirado, escribe, invirtiendo esta idea de una manera muy significativa: ccEl poeta se reconoce ... únicamente por el hecho de que hace del lector un 'inspirado'.» Parece que los autores modernos han encontrado ideas en la antigua estética de la recepción que pueden también ser sus propias ideas.

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3 [Catedrático de anglística en la Universidad de Konstanz; "miembro del grupo •Poetik und Hermeneutik».]

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En nuestro siglo, la estética ele la recepción se ve confirmada desde llllll dirección totalmente imprevista. Recordamos el ensayo famoso ele Sartl't' Qu'est-ce que la littératme? (1948). Los supuestos de este ensayo provit·nen por igual de la sociología de la literatura -según la concepci(m marxista- y de la filosofía existencialista de Sartre. Sartre demuestra al comienzo de su trabajo que escribir y leer representan dos partes de 1lll mismo proceso. Quien pretenda que la obra literaria es una creación d~ la libertad del espíritu, debe añadir, según Sartre, que el escritor contribuye sólo con una parte a esa creación. El lector aporta la otra. Es copar tícipe en la creación de la obra literaria. Sería una equivocación pensar que el autor escribe para sí mismo. El acto de escribir es necesariamenlr una llamada ( «appeZ,) y establece un pacto («Un pacte de généTosité») entre autor y lector, pues los dos son libres: uno de escribir o no escribir: el otro de leer o no leer. Cuando los dos renuncian a esa libertad, se comprometen. Estas consideraciones llevan a Sartre a un nuevo enfoque, muy discutido, del problema: el de la literatura comprometida ( «littérature engagée») . No solamente importa -según Sartre- que el escritor se comprometa. Tiene la misma importancia -quizá todavía mayor- que obligue a com· prometerse al lector. El escritor es siempre un solo individuo. Pero el lector representa a un grupo social. Los cambios colectivos sólo se pueden esperar de los grupos sociales o de la masa. Dejemos aquí la descripción general de la posición del lector tal como nos la presenta Sartre. Él no se limita a ella, sino que esboza una pequeña «historia del lector". Me refiero al capítulo «¿Para quién se escribe?», que presenta un panorama general de la historia de la literatura francesa desde el punto de vista del «escritor y su público". Durante los siglos pasados las relaciones entre el escritor y su público fueron más o menos , buenas. En la literatura actual no acune así, según Sartre, que está con· vencido de que el porvenir de Ja literatura está ligado al porvenir de la clase trabajadora. Los trabajadores serían, pues, el público adecuado del siglo xx. Pero los obreros no leen, por lo menos no leen «alta literatura». En consecuencia, el primer objetivo del escritor responsable es ganarse a la clase trabajadora para el papel de lector. Como propedéutica se ofre· cen los medios de difusión: la prensa, la radio, la televisión, el cine. Es sabido ele qué modo ha extraído Sartre las consecuencias de este análisis. Parece que la sociología de la literatura -por lo menos desde el ensayo de Sartre- no puede omitir al lector en sus análisis. Aunque no está obligada a aceptar el análisis marxista que Sartre hace de la sociedad, ni su filosofía de la existencia, se ve precisada a' tener en cuenta las expectativas de un grupo de lectores como elemento constitutivo de la obra literaria. No por azar, durante los últimos años, ha aparecido toda una serie ele

investigaciones en el campo >, que aparecen en Gütersloh) con sus. mves:Igacwnes ~m­ piricas sobre la situación del libr~ y de~ lector e~ varios pmses. También merece atención una de las meJores mtroducoones a los problemas Y métodos de la sociología de la literatura, el libro ~el cr.ítico franc_és :z,oger Escarpit, El libro y el lector. Esbozo de una soc~ologta. de la Ztte1 atum. Encontramos aquí una aserción importante: «Qmen qme;a saber lo que un libro representa, tiene que saber antes cómo se ha leido.» Aparte de la sociología ele la literatura, la filología, _la románica espe· cialmente -en relación estrecha con aquélla- se ha Impuesto la tarea de dar cuenta del lector. Este es, ante todo, el mérito del gran romanista Erich Auerbach, que murió en los Estados Unidos en 1957. Comcn~n~1· do con un estudio sobre