En Busca Del Destino

El bueno de Will En busca del destino (Good Will Hunting – EE. UU.-1997-Dur: 2 horas 6’) Dirección: Gus Van Sant. Guión:

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El bueno de Will En busca del destino (Good Will Hunting – EE. UU.-1997-Dur: 2 horas 6’) Dirección: Gus Van Sant. Guión: Matt Damon, Ben Affleck. Elenco: Matt Damon, Ben Affleck, Robin Williams, Minnie Driver, Casey Affleck, Stellan Skarsgård.

Premios: Oscar: 2 (Actor Secundario: Williams; Guión Original), 7 nominaciones (Film, Director, Actor: Damon, Actriz Secundaria: Driver, Banda de Sonido: Elfman, Canción: “Miss Misery”: Elliot Smith, Edición, Fotografía). Berlin: 1 (Oso de Plata Actor: Damon), 1 nominación Oso de Oro (Director). Globo de Oro: 1 (Guión), 3 nominaciones (Film Drama, Actor Drama: Damon, Actor Secundario: Williams). Academia Japonesa: 1 nominación (Film Extranjero). Asociación de Críticos de Chicago: 1 (Actor Revelación: Damon). Directores Guild: 1 nominación (Director). Europa: 1 (Actor Europeo: Skarsgård). MTV Movie: 4 nominaciones (Film, Actor: Damon, Dúo Actoral: Damon, B. Affleck, Beso: Driver-Damon. Crítica de Florida: 1 (Guión Revelación). Crítica de Londres: 1 (Actriz Secundaria Británica: Driver), 2 nominaciones (Guión, Actor: Damon). Satellite: 1 (Guión Original), 5 nominaciones (Film Drama, Director, Actor Drama: Damon, Actor Secundario: Williams, Actriz Secundaria: Driver). Screen Actors Guild: 1 (Actor Secundario. Williams), 3 nominaciones (Actor: Damon, Actriz Secundaria: Driver, Elenco: Damon, B. Affleck, Williams, Skarsgård, Driver). Escritores EE.UU.: 1 nominación (Guión).

En el film “En busca del destino” se refleja la vida de Will Hunting, un joven que tiene algunos problemas con la ley. Will ha pasado tiempo en reformatorios por asaltos y peleas callejeras y deberá afrontar una sentencia efectiva de un año por una nueva causa. La justicia lo considera peligroso, especialmente luego de la golpiza que le efectúa con su pandilla a un joven y a varios policías que intentan detenerlos. Su peligrosidad debe ser controlada y el encierro debe hacerse efectivo. Pero Will es un joven un tanto peculiar. Se gana la vida limpiando en una universidad y acompañando a uno de sus compinches de parrandas en una obra de desmonte de edificios. Pero algunas cosas cambiarán para su bien, aunque en el camino deberá reencontrarse con él mismo y con un pasado que lo atormenta y no lo deja progresar. Serán una mujer -Skylar- que se enamora de él y de quien él se enamorará, un profesor de la universidad donde trabaja y un psicólogo los que lo harán verse así mismo. Pero como en todo adolescente con pesadillas de un pasado sin resolver y

plagado de injusticias familiares tendrá que construirse desde adentro y para Will eso no es moneda corriente. Lo que sí es corriente para él es la facilidad que la vida le ha dado, es un dotado de la matemática y es por ello que un profesor -que lo pesca realizando un ejercicio en un pizarrón de un pasillo de la Universidad (que deja para que resuelva su alumnado)-, intercede ante la jueza que lo condena y logra conseguirle una libertad condicional si Will promete asistir a sesiones de psicológica y a clases de matemáticas. Will irá despertando. La música del amor que golpea a sus sentidos lo enaltece. Lo potencia, pero también se potencia su arrogancia para encarar las sesiones de terapia y su desfachatez para resolver cálculos matemáticos que eminencias de la universidad no pudieron realizar. Y en esa vorágine de tragos con sus amigos, sus salidas con Skylar, sus mentiras para con ella, ante quien se considera inferior (la joven tiene un status económico y social alto que él desmerece), asiste paulatinamente a una terapia que sostiene no le hará mejorar. Porque no quiere mejorar.

Como en la novela llevada al cine de Irvin Yalom, “El día que Nietzsche lloró”, se da una contratransferencia ideal entre terapeuta y paciente; cada sesión les irá planteando nuevas visiones de lo que pasaron, a ambos, en sus vidas: el terapeuta con la pérdida de su esposa y Will intentando conectarse con los fantasmas de un padrastro que lo golpeaba (quien le daba a elegir como elemento de castigo entre un cinturón o lo que Will, acaso por arrogancia, por desfachatez, por honor, optaba: una llave de tuercas, sólo por el afán de mostrarse fuerte y fastidiarlo más), que le endilgaba su fracaso por el abandono paterno y a quien Hunting, junto al resto de su familia, considera muertos. En el mientras tanto, podemos asistir a una transformación del joven, que entendiéndose imperfecto (como su terapeuta le dice que somos los seres humanos) no afloja, va comprendiendo sobre sus limitaciones, sobre sus aspiraciones, sobre la posibilidad de construir una relación, a pesar de los abandonos y pensando precisamente en ello: tanto que le cuestiona a Skylar, cuando ella lo invita a irse juntos a estudiar y vivir en California, que seguramente la joven lo abandonará y se despachará entre los suyos menospreciando la relación con él por sus escasos recursos económicos. Cada fantasma de Will lo azotará. Como son azotados múltiples niños, niñas y adolescentes que pueden tener chances de desarrollarse pero jamás encontrarán la oportunidad porque nadie se las dará. Porque estos niños, niñas y adolescentes siguen en estados abandónicos, inmersos en reyertas de debates por bajar la imputabilidad

carcelaria a menos edad y encerrarlos en vez de ocuparse, como ocurre con el bueno de Will Hunting, a quien el profesor desea transformarlo en el genio de las matemáticas, a quien Skylar sólo quiere amar porque siente ese amor que él le regala, a quien el terapeuta le quiere dar una amplitud de toma de decisiones sin las clásicas presiones a las que viene sometido desde niño y a quien uno de sus mejores amigos de juergas y tragos lo insta a asumir con responsabilidad su crecimiento, para llegar a ser alguien, para poder irse del pueblo, progresar, y a quien le promete asesinarlo si en veinte años no se ha ido de allí. Will busca su destino. Tiene oportunidades únicas. Tiene un aparato (jueza, profesor) que confía en él, más allá de su prontuario, sabiendo de sus cicatrices a la vista, en su cuerpo, por los golpes de su padrastro, y a quien quiere enamorar -su chica-, hacer despegar –su amigo- y estabilizar –su terapeuta-. Como el abrazo de Nietzsche y Breuer, el abrazo de Will y Sean (su terapeuta) es sincero, porque ambos se han ayudado, porque en el origen de tanta violencia juvenil, hubo un maltrato infantil feroz, que muchas veces le genera culpa a quien luego tendrá serios inconvenientes con la autoridad, con las limitaciones. Y es Sean quien abrirá esas heridas tan profundas en un adolescente que no sabe porque vive pero puede empezar a saberlo.

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Los hijos de la calle

(Sleepers 1996) Dirección: Barry Levinson. Guión: Barry Levinson Elenco: Kevin Bacon, Billy Crudup, Robert De Niro, Brad Pitt, Jason Patric, Dustin Hoffman, Vittorio Gassman, Minnie Driver, Bruno Kirby, Joseph Perrino, Geoffrey Wigdor, Brad Renfro. Un grupo de amigos planifica una venganza para quienes abusaron física, sexual y psicológicamente de ellos cuando estuvieron de niños en un penal de menores. Oscar: 1 nominación (Banda de Sonido: John Williams). Círculo de Crítica de Londres: 1 premio (Actriz Secundaria: Driver). Jóvenes Artistas: 2 nominaciones (Actor Revelación: Perrino, Actor Secundario Revelación: Wigdor). Jóvenes Estrellas: 2 nominaciones (Actor Joven: Perrino, Actor Joven: Renfro). (Dur: 2 horas 27’, EE. UU.) Drama.

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Gente como uno

(Ordinary people 1980) Dirección: Robert Redford. Guión: Alvin Sargent. Elenco: Donald Sutherland, MaryTyler Moore, Judo Hirsch, Timothy Hutton, M. Emmet Walsh, Elizabeth McGovern, . Las relaciones de una familia estadounidense modelo (padre, madre, dos hijos) se ven alteradas por por un accidente ocurrido que deviene en la muerte del hermano mayor. El hermano menor, agobiado por la culpa de haber sobrevivido, intenta suicidarse y es internado durante un tiempo en un psiquiátrico. El film narra el regreso a casa del joven, con sus problemas atrapados entre la frialdad de su madre y la impostada alegría de su padre. Premios: Oscar: 4 premios (Film, Director, Guión Adaptado, Actor Secundario: Hutton). 2 nominaciones (Actriz: Tyler Moore, Actor Secundario: Hirsch). Japón: 1 nominación (Film Extranjero). Academia Británica: 2 nominaciones (Actriz: Tyler Moore, Actor Revelación: Hutton). Director Guild: 1 premio (Director y Equipo de Dirección). Globo de Oro: 5 premios (Film Drama, Director, Actriz Drama: Tyler Moore, Actor Secundario: Hutton, Actor Revelación: Hutton) 3 nominaciones (Actor Drama: Sutherland, Actor Secundario: Hirsch, Guión). Kansas: 3 premios (Film, Director, Actor Secundario: Hutton). Los Angeles: 1 premio (Actor Secundario: Hutton). New York: 1 premio (Film). Escritores Guild: 1 premio (Guión Drama). (Dur: 2 horas 4’, EE. UU.) Drama.

Mi vida como hijo (This boy’s life 1993) Dirección: Michael Caton-Jones. Guión: Tobias Wolf & Robert Getchell Música: Carter Burwell. Elenco: Robert De Niro, Ellen Barkin, Leonardo DiCaprio, Jonah Blechman, Eliza Dushku, Chris Cooper, Zachary Ansley, Tobey Maguire. En “Mi vida como hijo”, Toby, un preadolescente, “escapa” en los “escapes de su madre” (que busca nuevos horizontes de pueblo en pueblo, buscando crecer, asentarse, conseguir una vida digna). No escapan de la justicia, sólo del dolor. La historia de Toby es de abandono (está basado en una historia real) pero de superaciones. Con su madre, Carolina, escapa de los golpes de un novio difícil y de otras malas relaciones vividas. (Dur: 1 hora 55’ – EE.UU.) Drama

El día que Nietzsche lloró (When Nietzsche wept 2007) Dirección: Pinchas Perry. Guión: Pinchas Perry Elenco: Ben Cross, Armand Assante, Katheryn Winnick, Joanna Pacula, Jamie Elman, Michal Yannai, Rachel O'Meara, Andreas Beckett, Ayana Haviv. La novela propone un encuentro entre el doctor vienés Josef Breuer y el filósofo Freiedrich Nietzsche para ayudarle a superar su desesperanza. (Dur: 1 hora 45’ – EE. UU.) Drama

©Nuestras manos 2004-2010 Autor: Diego Tedeschi