Dieta de La Muerte

Denisse Fuentes DENISSE FUENTES La dieta de la muerte «Soy anoréxica y esta es mi historia» • • •• •• •• • • ••

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Denisse Fuentes DENISSE

FUENTES

La dieta de la muerte «Soy anoréxica y esta es mi historia»

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2007

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bio, hay otras que son SCII(,;illoIllCIII 'm El maltrato y la descalificación

EII

Unas extrañas vacaciones

'UI1I-

lv das,

a los que me sometían

por mi sobrepeso eran constantes. Quizá creían que siendo

,.

duros () más drásticos iba a seguir mejor sus dietas, pero yo era pequeña y me angustiaba,

me gustaban las golosinas y

los dulces, solo que para mí estaban prohibidos.

Recuer-

do, de manera muy vívida, una frase que un nutriólogo decía, con voz golpeada, como si fuera una sentencia:

me

«[Tú,

no puedes ni oler los dulces, no puedes ni olerlos!», recal-. caba. Hasta el día de hoy siento el tono de su~ palabras. Yo no decía nada, soloacataba, bía el sufrimiento

asentía con la cabeza y perci-

de mis papás y también el miedo de que

alguno de los diagnósticos amenazantes se hiciera realidad. Ahora entiendo que quizá por eso, muchas veces apoyaron esa dureza con la que me trataban.

Creían que era

una forma de cuidarme. Pero no los culpo, nadie les enseñó cómo ser papás y, en su afán de que no ocurriera

lo

peor, hubo veces en que también ellos fueron muy crueles.

HABÍA

SIDO

con la Nari

UN FIN DE AÑO MUYAJETREAUO,

nos habíamos preocupado curso. Yo era la presidenta

de las presentaciones

finales del

y me sentía muy orgullosa de

mi cargo, quería hacerlo bien, así que nos juntábamos

du-

rante tardes enteras ideando una y mil formas de sorprender a nuestros compañeros.

Como casi rodos los afios.sme

había ganado el premio al esfuerzo. Me enorgullecía obrenerlo, casi siempre era por el área deportiva. La Natí solía' decirrne que los iba a dejar a todos éhicos e iba a ser la futura atleta de Chile: yo me reía mucho de sus gracias. Me daba especial satisfacción ver la alegría en el rostro de mis papás; era lo mejor que me podía pasar. De alguna forma sabía que era.mi deber rerribuirles todo lo que hacían por mí, aunque también sentía que nunca lo encontraban

sufi-

ciente. Esas vacaciones casi no vi a la Nari: ella se fue con su familia a principiog del veranoy ~

yo en.febrero con la mía. .

Recuerdo que ese enero no rcrrnina lia nunca sin la Nari, con un calor insoportable,

,

I di

estaba aburrida

y además

an-

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y dl'!1.111,\

comer, Miraba mi cena con indiferencia, mente y observaba

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la recorría lenrn-

cada alimen,to con extrañeza,

como si

fuera de piedra o cartón: la ensalada, el pescado, la manzana, el vaso de bebida lighr. .. Luego, volvía a empezar: la , ensalada, el pescado de nuevo ... No había respuesta, esta contemplación

me producía cero estímulo.

Debo aclarar que, aunque no me gustara la dieta, cuan-

rente. Estaba más liviana, como si pudiera caminar en el aire y

C~)J1

menos pena, con menos rabia. De hecho, esas

sensaciones desaparecieron

... Esa. noche pude conciliar el

sueño. Pasaron los días y losmeses.

Empecé a volverrne una

persona muy solitaria, sin la risa fácil que me caracterizabao De mi única amiga, la Nati, también me había alejado mucho. Ya casi no le contaba mis cosas, ¿cómo ser sincera

do llega ban Jas horas de las comidas siempre sentía mucha '

con ellar, ¿cómo tratar de explicar lo que me estaba pasan-

hambre. No m~ demoraba nada en vaciar el plato. En carn-

do si ni yo misma lo entendía? Ella notabaalgo

, bio ahora era tan raro ... Por más que mirara la bandeja varias veces, nada me daba ni el más mínimo apetito. De pronto,

la extrañeza

se convirtió en rechazo. Sentí odio,

taba de conversar

conmigo,

de acercarse,

Debo reconocer que la Natifue

de eliminado,

final por recuperar

de hacerlo desaparecer.

Quería desahogar-

pero no había

caso, estaba súper cerrada .. Así fue como de a poco me fui quedando

asco por ese plato de comida y unas ganas indescriptibles

raro y tra-

sin amigos.

la única que luchó hasta el

y sostener nuestra amistad,

pero no

me de alguna manera por todas las cosas que me estaban

pudo frente a un enemigo desconocido ... «¿Qué pasa con

pasando yque en ese momento no entendía ni podía corn-' ,

la Denisse?», estoy segura de que se preguntaba

partir con nadie.

vez con tristeza. Seguramente

Como una autómata,

me levanté, tomé el plato y, sin

una y otra·

pensaba que ya no le tenía

confianza y, al final, pese a sus esfuerzos, la relación termi-

da, hasta me las arreglé para cortar la fruta y hacerla des-

nó por debilitarse. De esta etapa también recuerdo lo frustrada

aparecer por el water. Cuando estuvo listo mi «trabajo»,

sentía por mi bajo rendimiento

iimpié todo minuciosamente

bía pasado y tenía pocas armas con qué enfrentado.

A

de lo que había hecho. ¿Estaba Jaca? Era como si estuviera

menudo,

de

poseída y todo lo que hacía, de algún modo, me lo dictaba

alien~o cuando estudiábamos

esa otra persona que ahora vivía en mí. Al terminar, mis ojos se fijaron de nuevo en la bandeja

en vano. Una vez, mientras estáhamos sentadas en su cama con-

ahora vacía, y en el baño que estaba como si nada hubiera

versando, no aguantó más y me dijo: «Denisse, ¿no te das

ocurrido. Me sentí satisfecha, un tipo de satisfacción dife-

cuenta lo triste que estoy? Las cosas entre nosotras ya no

pensar, fui a tirarlo al baño. Vacié la bebida, luego la comi-

para ocultar cualquier huella

la Nati trataba

que me

académico. Nunca meha-

de motivarme

con palabras

juntas, pero sus intentos eran

1\1 principio pasaba (k tanto en, tanto, cuando son

COIllO

eran, E~t¡\lll()s muy

pa~a nuestra

amistad

que te molestó?

distunciudns

se deteriora

¿H,lS perdido

pidió que por favor ledijera

y '"da día

más. ¿He hecho algo

la confianza si

que

ITIC

en mí?". Me

estaba pasando

algo

con elln, que me quería tanto,

grave pues cornparriéndola

la caiga no sería tan pesada y así prometía

ayudarrne

en

lo que fuere.

cupación,

recuerdo su carita angustiada

y su preo-

me cuesta entender cómo en ese momento pude

ser tan dura, cómo no me derrumbé sinceridad. Me había convertido

arire su calidez y su

en una pared impenetra-

ble, no confiaba .ni en mí misma, ni siquiera fui capaz de responderle

una palabra. Tampoco algo que l~ hiciera ver

escalofríos ... Después,'cmpezóahacerse

cotidiano: bajaba

las escaleras, subía con la bandeja a mi cuarto e iba directamente al baño. Si'no lo hacía.no podía conciliar el sueño; Esa «ceremonia»

era mi única forma de desahogo. Ya no

hablaba casi con nadie y me v~lví una persona muy silensación' de tranquilidad

y raro

bienestar

la sen-

que embargaba

después de cumplir mi rito. Tanto fue así que necesité hacerlo con más y más frecuencia: primero,

una vez al día,

luego, siempre que podía, una y otra vez, hasta perder el control... La; pocas ocasiones en que debía cenar con mi papá y

lo mucho que 'la quería y lo difícil que era para mí verla ~an

la Carola eran una tortura: simplemente

apenada. Así fue, ella no pudo disimular su tristeza y yono

a logrario. Esos días'eran terribles, ni bien me enteraba de

tuve ninguna reacción visible, ni siquiera intenté confortar-

que habría una cena famili~r no paraba de llorar. Recuer-

la como hubiera hecho en otro tiempo. ¿Es que me había,

do que ponía la música a todo volumen y lloraba, lloraba,

convertido

lloraba hasta quedar agotada. Quería ami mamá, un beso

en un monstruo

insensible ante mi mejor ami-

ga?, ¿ tan grave era mi secreto, tan inexpresable

sentía que no iba

que estaba

de ella, solo pedía un beso, una caricia, saber que.estaba

dispuesta a sacrificar esta hermosa amistad? Por supuesto

presente, que volvería a estar conmigo y que había sanado,

,

I

que me dolía en el alma ver a la Nati así, pero ese dolor

En el fondo, también deseaba que mi papá notara que algo

llegaba lejano, como de otra vida y, en ese momcnto.ino

no estaba bien, era una actitud contradictoria,

era capaz deexpresarlo.

otro lado me esforzaba en pasar desapercibida.

Sentía que, extrañamente,

no me

estaba permitido revelar mi secreto. Es importante (t.

día más, y antes de que llegaran las ganas de escapar y los

ciosa, pero eso no me molestaba: era indescriptible

Hoy,cuando

no po-

riva para canalizar sensaciones L1S

Todo era

confuso: tenía conciencia de la situación en la que ellos es-

recordar que, en cierta forma, me sen-

tía, aliviada: había encontradouna

porque por

1l1