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FACULTAD DE CIENCIAS MÉDICAS ESCUELA ACADEMICO PROFECIONAL DE MEDICINA HUMANA ENSAYO "La muerte es un castigo para algunos, para otros un regalo, y para muchos un favor”

Autores: Satalaya Palacios Evelyn Silva Córdova Joys

Asesor: Enrique Rivas Pacherres

Piura – Perú 2017

Contenido I. INTRODUCCIÓN:.........................................................................................................................3 II.

ARGUMENTACION:.....................................................................................................................4 1)

Primera postura:..........................................................................................................................5 El miedo a la muerte:......................................................................................................................5 ¿Por qué produce tanto miedo?......................................................................................................5 Diferencias culturales al enfrentarse a la muerte:...........................................................................7

2)

Segunda postura:.........................................................................................................................8

3)

Tercera postura..........................................................................................................................10

III. CONCLUSIONES.............................................................................................................................14 IV.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS......................................................................................................15

I.

INTRODUCCIÓN:

La muerte es un efecto terminal que resulta de la extinción del proceso homeostático en un ser vivo; y con ello el fin de la vida. Puede producirse por causas naturales (vejez, enfermedad, consecuencia

de

la cadena

trófica, desastre

o inducidas (suicidio, homicidio, eutanasia, accidente, desastre

medioambiental).

natural) Este

tema

siempre ha sido el mayor misterio de la vida, y presentado así, como parte de la vida misma; la duda se plantea entre la impotencia del acceso del saber. ¿Es parte de la vida, como punto intermedio o es conclusión?, el acuerdo final reposa en el misterio. La muerte como saber inaccesible, que provoca en cada uno de los seres humanos, el miedo. Todo aquello que se reduce en ignorancia, provoca rechazo y miedo; de este punto parte el temor a la muerte. En el proceso capitalista de occidente, se ha abierto un camino de utilidad a este concepto de temor a la muerte. A partir de esto se maneja “La cultura del miedo” de Fromm. Tomando una mayor postura psicoanalítica, se muestra a la muerte como la conclusión del conflicto intra psíquico que representa la vida, y al mismo tiempo al rendir cuenta de la falta en el sujeto, se interrelaciona con el registro de Real, provocando al miedo a la muerte como una motivación para la vida. A lo largo de la historia, podemos notar tres posturas frente a la inminencia de la muerte. Una de ellas es el rechazo al proceso de transición a la muerte, que es el sufrimiento; viendo este como un castigo. La segunda postura es una visión dedicada a las creencias religiosas de diferentes partes del mundo siendo la muerte no un castigo sino un regalo, “todos quieren ir al cielo, pero al final nadie quiere morir en el intento” (Juan Carlos Larrea). La tercera postura, aquellos que sufren por diferentes motivos y después de muertos van a la gloria sería un favor. Después de este recuento de posturas, es notorio el temor a la transición que representa la muerte, pero también se ve en ella un descanso sin importar la postura religiosa que se tome. “La muerte es un castigo para algunos, para otros un regalo, y para muchos un favor", del célebre filósofo Lucio Anneo Séneca.

II.

ARGUMENTACION:

La muerte es un ser infinitamente necesario e indispensable, un ser real y verdadero que eternamente ha sido incomprendido, un ser con el trabajo más importante pero más despreciado por la humanidad porque ¿qué sería de un mundo sin muerte? Sería un mundo lleno de infelicidad, un mundo en el cual la gente no se interesaría por nada y dejaría su existencia a la suerte; Definiéndola como un ser indispensable para la vida, como una preciada compañera que vive en el mundo para que todos disfrutemos de su singular saludo porque es uno solo y hay que agradecérselo además de aceptarlo sin miedo, porque aceptarla es empezar a morir, porque su existencia es imposible de negar, todos los días nos demuestra que vive, que está pendiente de nosotros y nos recuerda que “nos da toda una vida de ventajas” pero que algún día llegara a terminar con nuestra existencia porque nuestro morir es su vivir nuestro terminar es su nacer y nuestro sufrimiento es su gloria infinita. El proceso de fallecimiento, si bien está totalmente definido en algunas de sus fases desde un punto de vista neurofisiológico, bioquímico y médico, aún no es del todo comprendido en su conjunto desde el punto de vista termodinámico y neurológico, existiendo discrepancias científicas al respecto. Lo más característico de la experiencia humana, es que en la muerte todos los casos desemboca no sólo en la comprensión del hecho de que hay muertes, sino del hecho de que la muerte es algo indisolublemente ligado a la existencia, esta no llega a nosotros sino está dentro de nosotros y empieza a ser más nuestra cada que aumenta nuestra vida. Considerada como la cesación de todos los pensamientos, acciones, culminación de la existencia de un ser y demás de un ser vivo, y aun así hay algunas teorías que exponen a la muerte como un traspaso a tormentos, a una vida mejor o simplemente un pago por los pecados cometidos; ¿Pero será que realmente podremos encontrar un acertado significado de la muerte? La verdad nadie tiene la capacidad para experimentar lo que es la muerte y mostrárnosla claramente solo con argumentos sólidos. Analizaremos este tema con la frase del célebre filósofo Lucio Anneo Séneca: “La muerte es un castigo para algunos, para otros un regalo, y para muchos un favor", dividiéndola en tres diferentes posturas, explicando cada una de ellas a continuación:

1) Primera postura:

El miedo a la muerte:

La muerte no es un misterio para quien sepa algo de biología. La muerte no asusta a un ateo, porque sabe que nada podrá ocurrirle después de muerto. Lo único que podrá asustarle es una muerte lenta y dolorosa, pero la muerte asistida nos libera de este temor. Mario Bunge La experiencia de la muerte, en sus diversas formas, conduce a la convicción del «tener que morir». Hablar de la muerte y sus circunstancias se ha convertido en un tabú y para muchos de nosotros admitir que la vida es limitada, nos produce una horrible sensación de vacío; y nos cuesta reconocer que es parte del proceso de crecer y aprender a convivir con ella: "nacemos para morir”, Siendo la primera postura; el rechazo al proceso de transición a la muerte, que es el sufrimiento; vemos en este paso como un castigo. Es imposible poder aceptar con una sonrisa todas las cosas que, lamentablemente, son ciertas e ineludibles. Hace falta aceptar la verdad que no queremos asumir de una vez y para siempre. Que nuestra madre va a dejarnos o nosotros vamos a dejarla a ella, que el amor de nuestros padres nunca será exclusivamente para nosotros, que aquello que nos hiere no siempre puede ser remediado con besos, que esencialmente estamos aquí solos. Que tendremos que aceptar el amor mezclado con el odio, con lo bueno y lo malo. Que no importa cuán listos seamos, a veces nos toca perder. Habrá que aceptar que somos irremediablemente incapaces de ofrecer a nuestros seres queridos o a nosotros mismos la protección contra todo peligro, contra todo dolor, contra el tiempo perdido, contra la vejez o contra la muerte. ¿Por qué produce tanto miedo? El miedo a la muerte se debe a dos hechos que ocurren dentro de nuestro inconsciente. En primer lugar, la muerte nunca es posible con respecto a nosotros mismos; es decir, la causa de la muerte es externa, en este sentido, se le atribuye un carácter maligno; la muerte es

mala y se encuentra en el ambiente no en nosotros mismos. Siguiendo esto, para nuestro inconsciente es inconcebible morir por alguna causa natural o vejez. En segundo lugar, la persona no es capaz de distinguir entre un deseo y la realización de este (un hecho); esto justifica la muerte sobre la base de la culpa donde el deseo y la realidad generan un conflicto. Así, la persona se considera responsable de la muerte del otro en el sentido de que el deseo de matarlo y el hecho de la muerte genera culpabilidad. Asimismo, el proceso del dolor siempre lleva consigo algo de ira. En este sentido, se depositan en la persona muerta dos sentimientos diferenciados: el amor que se tiene y ha tenido por esta a lo largo de su vida, y el odio generado por la sensación de abandono que genera la pérdida de este ser querido. El miedo a la muerte surge como una negación hacia la existencia de esta. La muerte es una realidad angustiante, ya que la gente es consciente de que existe y de que llegará pero, la mayoría de las veces, se vive con la incertidumbre de cuándo será el día en que realmente pase. Es precisamente por esa razón que a lo largo de la vida, la muerte es percibida con una sensación muy angustiante. Otro factor de miedo es que no se sabe qué es lo que sigue después de la muerte; además del temor que causa pensar en dejar a todos nuestros seres queridos, de nunca volverlos a ver. Sin embargo, es normal la angustia que este proceso de vida provoca, siempre y cuando esté dentro de los parámetros habituales, es decir, cuando no interfiere con el transcurso del día a día, y que se pueda seguir viviendo de manera cotidiana sin estar pensando solamente en la muerte.

¿Se espera la muerte? Generalmente la angustia ante la muerte tiene diferentes variantes, una de ellas se da porque en la época en la que nos encontramos y en nuestra cultura, la muerte significa un suceso del cual se habla poco, seguramente debido a que nadie quiere llegar a ese momento, ya que no se sabe si hay una vida después de esta, o simplemente te mueres y todo se termina.

Esta incertidumbre ha motivado a la humanidad a estudiar a la muerte a lo largo de la historia; médicamente se investiga cuál es el umbral que provoca la muerte y de igual forma, se ha tratado de obtener una respuesta acerca de lo que pasa cuando uno se muere. Ante la duda se habla de que hay otra vida después de esta, de que hay una reencarnación en otra persona o, popularmente, se dice que la gente que se muere está en el cielo y desde ahí nos observa. Sin embargo, este suceso se da en todas las culturas y en cualquier época. La muerte ha sido un proceso angustiante por todos los cambios que conlleva, por todo lo que se deja cuando llega a ella, principalmente el dejar a todos nuestros seres queridos. Aunque en diferentes épocas y culturas la muerte tiene significados diferentes. Diferencias culturales al enfrentarse a la muerte: La muerte, además, tiene un peso cultural importante ya que en algunas culturas se vive como un proceso sagrado que se ofrece a los dioses. En otras, las personas se preparan para esperar a la muerte y se vive como un proceso natural de vida, mientras que en otras más todavía sigue siendo un tema tabú. Ciertamente el peso que se le da culturalmente a la muerte es lo que define en el mayor de los casos la manera en que cada persona la percibe, pero no se descarta que este proceso deje de ser angustiante por más preparación que se haga, sin embargo la manera en que se vive esta etapa depende del contexto y de la influencia cultural con la que cuente la persona, incluso en la época en la que se dé la muerte. En este plano también se marca lo religioso, aquello que muchas veces nos salvó la vida está relacionada con soltarlo, soltar las cosas a las cuales nos aferramos intensamente creyendo que tenerlas es lo que nos va a seguir salvando de la caída. En Génesis 2:17, el Señor advirtió a Adán que el castigo por la desobediencia sería la muerte — "ciertamente morirás". Cuando Adán desobedeció, él experimentó la muerte espiritual inmediata, que provocó que se escondiera "de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto." (Génesis 3:8). La muerte en si no es un castigo. No son los malos los únicos que deberían morirse. La muerte es inherente a la vida y por lo tanto, nos pertenece a todos. Sin embargo Aceptar que

muchas de nuestras personas más queridas morirán algún día. Pero no sólo eso. Cada día que vivimos algo muere en nosotros. Vamos perdiendo progresivamente la fe ciega en muchas cosas. Mueren las amistades, mueren los amores, mueren las esperanzas y mueren los deseos. Mueren millones de cosas, cada día, poco a poco y muchas veces de forma imperceptible. De algún modo todas esas muertes nos transforman, nos vuelven más indiferentes, más cínicos ante todo. Obviamente cuando se han vivido ciertas cosas, ya no se puede tener una visión infantil e ingenua de ellas. Por mucho que se pretenda no se puede ser siempre un niño. Es una etapa de la vida como cualquier otra. Poco a poco nuestras obligaciones y frustraciones nos van amargando, hacen que muramos lentamente. La muerte nos acompaña, nos persigue, nos obsesiona. Es nuestra eterna compañera. No podemos escapar a ella y no solo porque nos llegará el momento, sino porque a la mayor parte de nosotros nos es indiferente la muerte, Únicamente cuando lo vemos en la tele con bastante crudeza o muere alguien cercano tomamos conciencia de lo que es. Normalmente no pensamos en ella, hasta que ya es demasiado tarde. Esta es la idea que quiero transmitir; que no solo hay que aceptarla y asumirla, sino vivir con ella y tenerla siempre presente. Mucho se ha escrito y muchos tópicos se han creado en torno a ella. Cosas como que hay que vivir la vida como si fuera nuestro último día, porque no sabemos lo que nos puede pasar. Eso es bastante cierto y también hay que tenerlo en cuenta. “la muerte se siente sola todos se asustan y pretenden huir de su frio abrazo no saben de su oculto calor, ni de su realidad amorosa, ni su extraña ternura.” María hoyos.

2) Segunda postura: La segunda postura es una visión dedicada a las creencias religiosas de diferentes partes del mundo siendo la muerte no un castigo sino un regalo, “todos quieren ir al cielo, por la doctrina de su vida” Los musulmanes y los cristianos piensan que, después de la muerte, las almas van al cielo o al infierno. Los hinduistas creen en la reencarnación y para los budistas la muerte no es más que un tránsito. Cada religión responde, según sus creencias, al misterio del dejar de ser.

Cada religión, cada creencia, responde a la pregunta que con más frecuencia se ha hecho la humanidad a lo largo de la historia. Unas y otras religiones tratan de explicar lo que sucede después de la muerte:  Para el cristianismo, la muerte es un tránsito desde la vida terrenal hacia Dios. Los cristianos piensan que, al morir, el cuerpo se corrompe, pero el alma sobrevive. La muerte es el descanso eterno junto al Creador, aunque para alcanzar el cielo, habrá sido preciso cumplir con los diez mandamientos que Jesús dio a sus discípulos. Si hemos vivido en pecado mortal iremos al infierno, aunque cabe la posibilidad de ir al purgatorio, el lugar donde se purifican los pecados veniales (menos importantes) que hemos cometido. Desde la tierra, los amigos y familiares pueden ayudarnos a entrar en el cielo a través de los rezos y las misas.  Como los cristianos, los musulmanes también creen que después de la muerte serán juzgados según sus obras sus buenas o malas acciones les llevarán al cielo o al infierno. El profeta Mahoma, el que entregó el mensaje de Dios o Alá a la Humanidad, intervendrá para que no se condenen al infierno.  El hinduismo, religión que siguen unos 750 millones de personas en todo el mundo, sostiene que existe vida después de la muerte, pero no como la ven los cristianos y musulmanes en un paraíso no terrenal. Los hinduistas creen en la reencarnación: después de la muerte, el alma renace en este mundo aunque no necesariamente en un cuerpo humano. Es el karma resultante de acciones pasadas el que determina el tipo de renacimiento. La meta final de la vida, sin embargo, es la liberación del ciclo de vidas en este mundo material y la entrada en el Nirvana o paraíso. Los hinduistas creen que pueden salvarse de tres maneras: cumpliendo con los deberes propios y familiares, lograr un estado de conciencia (la meditación) en el que nos demos cuenta de la identidad con Brahma y, por último, obtener la ayuda de un dios.  Los budistas se aferran a las Cuatro Nobles Verdades: La vida está llena de sufrimiento, su causa es el deseo, extinguir el deseo hace cesar el sufrimiento, para lograrlo hay que seguir el Óctuple Camino: Visión, vida, aspiraciones, esfuerzo, palabras, conciencia, conducta y concentración correctas. Para los budistas, la muerte no es más que un tránsito como los hinduistas también creen en el karma: los actos buenos hacen que

tengamos un buen karma, lo que condicionará el renacimiento futuro. Creen que si uno alcanza la Iluminación, sale de la rueda del ‘samsara’ (reencarnaciones), lo que para ellos es la meta final. El budismo no cree en un dios omnipotente. De todas las religiones que existen en el mundo, las más resaltantes son las que hemos tomado basándonos en el análisis de cada religión elegida teniendo en cuenta la segunda postura, ya que interviene el aspecto social-religioso. Estas personas no eligen las religiones o que camino tomar por el motivo que les imponen la religión y el camino por ello es que la muerte para ellos se basa en su doctrina de la vida que han sido ya establecidos, tomando el hecho de la muerte como un regalo o como una aceptación de su doctrina pero recordar que la muerte está ligada al amor por el simple hecho de sentir amor es que se teme a la muerte o se acepta como regalo en las diferentes religiones del mundo porque para sentir, valorar como etapa final o experiencia se debe sentir, vivir en ausencia de algo, en muchas situaciones para acabar con la ausencia del amor es que algunas personas toman como un regalo la muerte porque según la religión que viven es que volverán a sentir otra vez el sentimiento perdido ya sea el amor o algún sentimiento que les haga falta y tomen como “regalo” la muerte.

3) Tercera postura Dicha frase traduce a lo que para muchos se reduce el tema de la eutanasia: un favor. Ayuda que resulta muy difícil de realizar, a pesar de las incesantes luchas por la despenalización de la eutanasia. El lapso de una vida es insignificante. Nacer es comenzar a morir. El común de los hombres que no sabe qué hacer con esta vida, quiere otra, que no acabe nunca. A pocos les resulta suficiente la duración de una vida. Cuantos más años se tienen, más se ve cuán importante sería el no tener tantos. Es inútil cuestionar o lamentar lo que nos viene impuesto. Entregarse

a las diversiones no equivale a saborear la vida. Duerme con el pensamiento de la muerte y levántate con el pensamiento de que la vida es corta. (Tagore) Según Rabindranath Tagore y su pensamiento deja claro que las personas tienen cuestionada el hecho de la muerte por el pasar de los años, claro está también el esquema que la sociedad ha establecido el vivir la vida equivale estar fiesta en fiesta, es por una parte, por la otra parte es la crianza y la religión ya establecida dentro de la sociedad. En esta postura se toma a la muerte como un favor aplicando el proceso de la eutanasia para comprender esta parte hay que definir eutanasia: La eutanasia es la acción u omisión que acelera la muerte de un paciente desahuciado con la intención de evitar sufrimientos. El concepto está asociado a la muerte sin sufrimiento físico. Los médicos son los responsables de ejecutar la eutanasia, por lo general con el apoyo de los familiares del enfermo en cuestión. Hay casos, sin embargo, donde el enfermo se encuentra en condiciones de elegir sobre su propio cuerpo y solicita la aplicación de la eutanasia. Esta práctica, sin embargo, está prohibida en la mayoría de los países. La eutanasia despierta todo tipo de debates éticos. Sus defensores aseguran que evita el sufrimiento de la persona y que rechaza la prolongación artificial de la vida que lleva a situaciones que son indignas. Los detractores, en cambio, consideran que nadie tiene derecho a decidir cuándo termina la vida del prójimo. Uno de los casos internacionales más conocidos sobre la eutanasia fue la del español Ramón Sampedro que a los 25 años quedó tetrapléjico por culpa de una mala caída desde una roca al mar. Vivió en cama desde entonces y siempre pidió morir dignamente. Cabe destacar que, a lo largo de la historia, la eutanasia ha sido utilizada como excusa para concretar la eliminación de grupos sociales. El nazismo promovía la eutanasia de los minusválidos o discapacitados por considerarlos inferiores y con el argumento de ser un acto compasivo. Esta situación hace que haya sujetos que apoyan la eutanasia, pero siempre que sea consentida por el enfermo. De esta manera se evita la aplicación en contra de la voluntad. En el caso de pacientes en coma que no pueden pronunciarse de ninguna manera, lo mismo ocurre en el caso de los recién nacidos, la decisión será tomada por un familiar directo de acuerdo a la decisión uniforme de la familia.

Entramos en el análisis de varias perspectivas con esta postura como en el ámbito cultural, social, económico, religioso, todos los ámbitos que engloben la convivencia en este mundo, sabemos que la eutanasia es muy cruel para algunas religiones, ese punto se respeta pero poniendo en claro la salud de la persona y agotando cualquier procedimiento médico que volviera a poner al paciente a su vida normal, con la misma rutina sin ninguna secuela es donde entra a intervenir este procedimiento de eutanasia. Muchas personas que están a favor de este procedimiento se hacen la siguiente pregunta: “¿es más cruel viendo como sufre en vida que descansando eternamente?” para estas personas la respuesta está clara que es el procedimiento de eutanasia, ellos prefieren acabar con el sufrimiento ajeno y propio viéndolo como un favor a uno mismo , es un tema de amplio magnitud porque en la religión católica , los sacerdotes y los grandes personajes de esta doctrina rechaza el “decidir por el prójimo” y lo ven como algo hereje por los que proponen y crearon este procedimiento. Por otro lado de la moneda aquellas personas que rechazan la eutanasia se basan en argumentos muy válidos y razonables ya que analizan los efectos colaterales de esta este proceso como el abuso de la eutanasia aplicando a personas que aún no lo requieren y que no le han dado a elegir entre otras acciones medicas como se registró casos en Holanda que se aplicó a personas que no quieren simplemente seguir viviendo, tomando como este hecho como “homicidio” , en dicho país estos casos levantaron polémica y entraron en controversia con la “buena decisión” de haber aprobado la ley que ampara el procedimiento de eutanasia.

Otro de los argumentos que se basan son los siguientes: La eutanasia empeora la relación entre médico paciente e incluso la relación entre paciente y familiares. La conciencia tanto del médico como la decisión final de la familia es algo que se cargara de por vida en la conciencia tanto del ejecutor como del decisor La eutanasia corrompe la ética médica que desde Hipócrates se ha centrado es eliminar el dolor, no en eliminar el enfermo. Los médicos insisten en que la eutanasia, como el aborto, no son actos médicos, ya que el fin de la medicina es curar, y si no se puede curar al menos mitigar el dolor, y en todo caso atender y acompañar. La eutanasia no cura nada. Los médicos

que entran en una mentalidad eutanásica la incorporan a toda su visión profesional y olvidan a Hipócrates. La eutanasia no es un derecho humano, no está recogido en ningún Convenio Americano ni Europeo de Derechos Humanos, por ejemplo. Según el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en el caso de Dianne Pretty en el año 2002, no existe el derecho a procurarse la muerte, ya sea de manos de un tercero o con asistencia de autoridades públicas. El derecho a la autonomía personal no es superior al deber de los Estados de amparar la vida de los individuos bajo su jurisdicción. La eutanasia tenderá a eliminar a los más pobres y débiles como el aborto, la eutanasia tenderá a hacerse especialmente accesible y promocionada entre las clases económicamente más débiles, los grupos étnicos desfavorecidos. La eutanasia no es solicitada por personas libres, sino casi siempre por personas deprimidas, mental o emocionalmente trastornadas. Los niños no tienen madurez para hacer este acto en libertad. Pero muchos adultos tampoco porque lo piden con enfermedades mentales o emocionales. Cuando uno está sólo, anciano, enfermo, paralítico tras un accidente es fácil sufrir ansiedad y depresión que llevan a querer morir. En un país si los terapeutas se esfuerzan por curar esta depresión, devolver las ganas de vivir, casi siempre tienen éxito si el entorno ayuda. Por el contrario, en un país con eutanasia, en vez de esforzarse por eliminar la depresión se tiende a eliminar al deprimido "porque lo pide". Para esta postura cabe recalcar siempre el análisis minucioso antes de que tomar una decisión final, como siempre dice un optimista: “siempre hay solución para todo”

III. 

CONCLUSIONES La muerte es un concepto que principalmente nos invade al final de la rutina diaria entramos en ese dilema de preguntas ¿Por qué trabajamos mucho?, Al final del camino no

me llevare nada material, ¿Cuál es mi propósito? , entre otras preguntas y comentarios en 

lo cual están relacionados con la ausencia de un buen sentimiento como ejemplo el amor. Las religiones más resaltantes del mundo, tienen como un punto final la muerte ya sea como lo vean o lo tengan establecidos hace siglos, nos referimos al punto final de la vida porque generalizando desde varias perspectivas tiene que existir un punto final para poder comenzar la idea de cada doctrina de las religiones, es decir que a partir de ese punto final que lo ven como la muerte es que se basan la ideología de la muerte en las respectivas



religiones más resaltantes del mundo. Todos los que hemos recibido un legado espiritual nos negamos a aceptar el camino del bien junto con el placer, de salir de este mundo cuando queremos como planteaba el filósofo griego Epicuro, quien afirmaba que “podemos salir de esta vida como se sale del teatro”.



En el proceso de la eutanasia la vida del hombre es multidimensional, somos cuerpo alma y espíritu. El dolor y la enfermedad que irremediablemente nos lleva a la muerte no es más que un tránsito, un cambio de estadio y de dimensión. En realidad la muerte no existe porque el espíritu del hombre es tan eterno como su creador. La vida del ser humano en este plano material es un instante en la eternidad y no debemos apresurar saliendo de este mundo sin que nuestro creador infinito y sabio así lo determine. Si unos seres sufren más dolor que otros antes de partir de este mundo es porque Dios quiere medir nuestra paciencia, determinación y carácter y porque quiere librarnos en el otro mundo de dificultades más serias e insoportables.

IV.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS