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Guerrero Martínez Joy Dunixxi 618 13 de Agosto del 2018

Apolo o de la literatura- Alfonso Reyes

La literatura, siempre tan importante, ha sido siempre una herramienta útil para el hombre. Alfonso Reyes dice, y con mucha razón, que es necesario distinguir la literatura de aquella que se utiliza con otros fines, que se puede llamar literatura aplicada. Pues bien, la literatura es algo más estético, imaginario y humano, que aunque toma elementos reales, se usa para crear cosas nuevas y reinventar dicha realidad.

Ante esto se entiende, que la literatura es una forma de expresión, con ella se crean cosas imaginarias, siempre con la intención de transmitir al lector lo que el autor siente, de forma correcta; es de esta comunicación correcta de las ideas, que la obra adquiere su belleza. Básicamente, Reyes califica la literatura como “la actividad del espíritu que mejor aprovecha los valores del lenguaje” eso sin perder de vista que la obra literaria será siempre subjetiva y distinta para cada persona que conozca la obra. Esta idea, la comparto, pues a mí parecer, una obra se reinventa (no sólo para cada persona, sino para diferentes edades de una misma persona.) constantemente.

Claro que la literatura no tiene las mismas funciones (drama, novela y lírica), tampoco las mismas maneras (verso y prosa), estas son formas de guiar el texto a lo que se desea lograr. Hablando en primera instancia de las funciones, es importante recalcar, que aunque cada función tenga características de las otras o pueda fácilmente combinarse con estas, no se pierde de vista la función principal.

El autor, hace una clara y acertada distinción entre cada función. El drama, es algo mucho más escénico, representaciones, algo presencial; la novela, narrativa y puesta para que el lector lo represente en su mente. La última, pero no menos importante, la lírica, la más estética de todas, más apegada a la existencia diaria y por tanto, algo lejana a las otras dos funciones, es “liberación”. La lírica en particular, se he visto siempre como algo muy difícil, parte de esto se debe al verso y prosa, de esto Reyes también diferencía entre ambos. Ninguna de las dos es más importante que la otra, simplemente cambia el sentido en el que se

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usa el lenguaje; el verso, meramente estético y riguroso en su forma, y la prosa, con un lenguaje más “común” (comparado con el de la prosa).

Reyes afirma, que no hay forma en que la literatura se pueda estudiar cronológicamente, así como la historia, pues ahí intervienen la historia, el espacio, la política, cultura, entre otras cosas. Existe la literatura mundial (cualitativa), universal (cuantitativa), y -el más nuevo de los términos- la nacional.

Es de suma importancia estudiar todas, para entender cualquier tipo de literatura. Comenzar pues, desde que la escritura como literatura se vuelve una necesidad de la población, desde el primer momento que se ofrece un medio de, no sólo aprendizaje, sino de viajar y descubrir sin siquiera levantarse, desde la literatura antigua, pasando por todas, de todas partes y en todos los idiomas que sean posibles, hasta llegar a la literatura moderna.

Con justa razón, aunque sean los ojos los que leen, es todo el cuerpo el que lo siente. Reyes, de forma muy acertada, dice que erróneamente el lector suele interpretar lo que lee con vivencias personales, lo que puede alejar a este de la intención original del texto y hacer que la conexión entre ambos se pierdan si es que aquel recuerdo no le es grato. Este tipo de distracciones deben evitarse, leer de la forma más objetiva posible.

Reyes, a través de diversos autores y textos, plantea lo importante de la lectura como un simple medio de expresarse y sentir, ejemplifica de forma muy clara lo que plantea y logra plasmar perfectamente sus ideas y expresa su opinión de forma muy sutil. Es así como forma un ensayo muy completo, concluyendo que no hay medio de comunicación que pueda desaparecer a la literatura, no mientras haya palabras bellas (y alguien que las lea, a mi parecer).