Alzheimer Monografia

FACULTAD DE MEDICINA HUMANA Y CIENCIAS DE LA SALUD ESCUELA ACADEMICO PROFESIONAL DE ENFERMERIA ENFERMEDAD DEL ALZHEIMER

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FACULTAD DE MEDICINA HUMANA Y CIENCIAS DE LA SALUD ESCUELA ACADEMICO PROFESIONAL DE ENFERMERIA

ENFERMEDAD DEL ALZHEIMER

PROFESORA: MAG. SILVIA MALDONADO ALVAREZ ALUMNA:     

QUINTANILLA POZO, STEFANY HUACHUACO COLLAZOS STEFANY LEVY PANDURO PATRICIA TINEO MERA KARLA VELA BETETA, CRIS

CICLO: VIII TURNO: MAÑANA

2018

INTRODUCCION

La enfermedad de Alzheimer es una patología cerebral progresiva, en la que el cerebro degenera de forma gradual. La enfermedad de Alzheimer suele aparecer en personas mayores de 65–70 años y las personas que la sufren desarrollan cambios en la memoria, pensamiento, función social y conducta que empeoran con el paso del tiempo. Estos cambios tienen consecuencias crecientes sobre la vida cotidiana del paciente, reduciendo su independencia hasta que, finalmente, el paciente depende totalmente de los demás. Al principio de la enfermedad no siempre se advierte la pérdida de la memoria o bien se atribuye a desmemoria o distracción benigna. Una vez que las amnesias repercuten en las actividades diarias o desciende por debajo de 1.5 desviaciones estándar en relación a con lo normal en las pruebas estandarizadas de memoria, la enfermedad se define como deficiencia cognitiva leve, en donde en promedio el 50% de las personas con esta deficiencia exhibe enfermedad de Alzheimer en un lapso de cinco años. Al principio de la enfermedad se deben descartar otras causas de demencia como enfermedades curables del tipo de las enfermedades de la tiroides, deficiencias vitamínicas, tumores encefálicos, intoxicación por fármacos, infección crónica y depresión profunda. En el Alzheimer los estudios neuroimagenologicos no señalan un perfil específico y propio e incluso son normales al principio de la enfermedad, más tarde se advierte atrofia cortical difusa y en la resonancia magnética se observa atrofia del hipocampo, también permiten descartar otros trastornos como neoplasias primarias, demencia por infartos múltiples, leucoenfalopatías difusas. El tratamiento de esta enfermedad es difícil y al mismo tiempo gratificante, a pesar de que no se cuenta con una terapia farmacológica sólida ni una cura definitiva.

LA ENFERMEDAD DEL ALZHEIMER La enfermedad del Alzheimer es un trastorno neurodegenerativo (se degeneran, mueren las neuronas en el cerebro), adquirido, progresivo, crónico y que produce deterioro del funcionamiento de la persona afectada en las áreas personal, laboral, familiar, social. La EA es la demencia más frecuente y puede durar entre 3 y 20 años a lo largo de los cuales la persona afectada se va deteriorando y también se afectan el cuidador y la familia. Antiguamente a la EA se le conocía como “demencia senil” “ateroesclerosis” “falta de lucidez”. Su presentación es más frecuente a partir de los 65 años, después de los cuales la prevalencia aumenta; así el 30% de las personas de 80 años y mayores desarrollan la EA, es decir 1 de cada 3 personas. Aun cuando la EA se desarrolla con mayor frecuencia en la adultez mayor, existe el Alzheimer de inicio temprano, donde la presentación se da entre los 30 y 50 años de edad y usualmente se asocia a la

presencia de antecedentes familiares.

HISTORIA DE LA ENFERMEDAD

Médicos griegos y romanos asociados a la vejez con la demencia, pero no fue hasta 1901 cuando el neuropsiquiatra alemán Alois Alzheimer identificó el primer caso de lo que se conoce hoy como enfermedad de Alzheimer, en una mujer de cincuenta años de edad, a quien llamó «Auguste D». El investigador hizo un seguimiento de su paciente hasta su muerte en 1906, momento en que reportó el primer caso de la enfermedad que lleva su nombre. Se trata de una mujer con deterioro cognitivo, alucinaciones, delirios y problemas en el habla, cuyo estudio cerebral post mortem reveló la existencia de atrofia y cambios en la estructura del mismo. El diagnóstico de la enfermedad del Alzheimer se reservaba para personas de entre 45 y 65 años con demencia, lo que cambió en 1977, en una conferencia sobre el Alzheimer, donde se llegó a la conclusión de que el diagnóstico de la enfermedad del Alzheimer era independiente de la edad. Desde entonces, el interés por este grupo de enfermedades ha crecido considerablemente, cuando antes solo se podía consumir una mínima parte de los tratamientos de Psiquiatría y Neurología. Entre los factores que han contribuido a aumentar su esperanza de vida en todo el mundo, incrementando el número de ancianos.

DESCRIPCIÓN DE LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER: La Organización Mundial de la Salud (OMS), en su clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) define el Alzheimer como “una enfermedad neurodegenerativa primaria, de etiología desconocida y con características neuropatológicas y neuroquímicas propias”. Por otro lado, la Asociación Americana de Psiquiatría (1994), también establece los criterios DSM- IV para el diagnóstico de la Enfermedad de Alzheimer, que son similares a los de la demencia pero con puntualizaciones concretas que la diferencian: A. Desarrollo de deficiencia cognitiva múltiple manifestada por: 

Alteración de memoria



Una o más de las siguientes alteraciones cognitivas: 

Afasia



Apraxia



Agnosia



Alteración de las funciones ejecutivas

B. Las anteriores alteraciones representan un deterioro con respecto a las capacidades previas del paciente, y producen dificultades significativas en las funciones ocupacional y social.

C. La evolución se caracteriza por instauración gradual y deterioro cognitivo continuo.

D. Las alteraciones expresadas en alteración de memoria y cognitiva no se deben a las siguientes causas:

-

Otros trastornos del sistema nervioso central que puedan ocasionar

deterioro progresivo de la memoria y de otras funciones cognitivas (por ej. enfermedad cerebrovascular, enfermedad de Parkinson, enfermedad de Huntington, hematoma subdural, hidrocefalia de presión normal, tumor cerebral).

-

Trastornos sistémicos que pueden ocasionar demencia (por ej.

hipotiroidismo, deficiencia de vitamina B12, ácido fólico, niacina, hipercalcemia, neurosífilis, SIDA).

-

Intoxicaciones.

E. Las alteraciones no ocurren únicamente durante un síndrome confusional agudo.

F. El trastorno no es atribuible a una alteración psiquiátrica que pudiera justificar las manifestaciones, como por ejemplo una depresión mayor o una esquizofrenia.

NEUROPATOLOGIA DE LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER En la enfermedad de Alzheimer se produce una atrofia cerebral progresiva, bilateral y difusa, que comienza en regiones mesiales temporales para afectar luego al neocórtex, preferentemente temporoparietal y frontal. En el corte cerebral de la imagen superior izquierda pueden apreciarse tales cambios. A nivel anatomopatológico se producen primero la lesión y después la destrucción de la neurona cerebral, en relación con la aparición de depósitos insolubles extracelulares cuyo elemento fundamental es la proteína β-amiloide, y depósitos intracelulares cuyo principal componente es la proteína tau. Los depósitos insolubles extracelulares de la proteína β-amiloide constituyen las placas seniles, entre las que podemos distinguir fundamentalmente la placas difusas y las placas neuróticas , estas últimas con núcleo amiloide. Los depósitos intracelulares forman los ovillos neurofibrilares, y con ellos la llamada degeneración neurofibrilar. Ambos tipos de lesiones histológicas se pueden encontrar también en los cerebros de ancianos sanos, y lo que en realidad marca el diagnóstico histológico es su cantidad y topografía, correlacionándose su número y densidad con la intensidad de la demencia en estos pacientes

COMO AFECTA EL ALZHEIMER AL CEREBRO Los cambios que se producen en el cerebro comienzan a nivel microscópico mucho antes de los primeros síntomas de pérdida de memoria. Lo que va mal en el cerebro El cerebro tiene 100 mil millones de células nerviosas (neuronas). Cada célula nerviosa se conecta con muchas otras para formar redes de comunicación. Además de las células nerviosas, el cerebro incluye células especializadas para apoyar y nutrir a otras células. Los grupos de células nerviosas tienen trabajos especiales. Algunos participan en el pensamiento, el aprendizaje y la memoria. Otros nos ayudan a ver, oír y oler. Otros ordenan a nuestros músculos cuándo moverse. Las células del cerebro funcionan como pequeñas fábricas. Ellas reciben suministros, generan energía, construyen equipos y se deshacen de los residuos. Las células también procesan y almacenan información y se comunican con otras células. Mantener todo funcionando requiere coordinación, así como grandes cantidades de combustible y oxígeno. Los científicos creen que la enfermedad de Alzheimer impide que algunas partes de la fábrica de una célula funcionen bien. No están seguros dónde empiezan los problemas. Pero, al igual que una verdadera fábrica, los atascos y las averías en un sistema causan problemas en otras áreas. A medida que se extiende el daño, las células pierden su capacidad de hacer sus trabajos y, eventualmente, mueren. El rol de las placas y el los enredos El cerebro de las personas con el Alzheimer tiene una gran cantidad de placas y enredos. Las placas son depósitos de un fragmento de proteína. Llamado beta amiloide que se acumula en los espacios ubicados entre las células nerviosas. Los enredos son fibras retorcidas de otra proteína llamada tau que se acumula dentro de las células. Aunque los estudios de autopsias muestran que la mayoría de las personas desarrollan algunas placas y enredos a medida que envejecen, las personas con Alzheimer tienden a desarrollar muchos más. Para personas que padecen del Alzheimer, las placas y los enredos tienden a desarrollarse en un patrón predecible, a partir de las áreas importantes para la memoria, antes de extenderse a otras regiones.

PROPAGACION DE LA ENFERMEDAD DEL ALZHEIMER

El mal de Alzheimer se propagaría de una zona del cerebro a otra a lo largo de los circuitos cerebrales, según investigaciones en ratones efectuadas en Estados Unidos y publicadas el miércoles, que podrían abrir la vía a tratamientos para los humanos.

ETAPAS DE ALZHEIMER 

PRIMERA ETAPA:

Ausencia de daño cognitivo (Función normal) La persona no experimenta problemas de la memoria y no hay síntomas evidentes a los profesionales médicos durante las entrevistas médicas. 

SEGUNDA ETAPA:

Disminución cognitiva muy leve (Pueden ser los cambios normales provocados por el envejecimiento o pueden ser las primeras señales del Alzheimer) El individuo nota ciertas fallas de memoria como olvidar palabras conocidas o el lugar donde se colocan objetos de uso diario. Sin embargo, estos problemas no son evidentes durante los exámenes médicos, ni tampoco resultan aparentes para los amigos, familiares o compañeros de trabajo. 

TERCERA ETAPA:

Disminución cognitiva leve (La etapa temprana del Alzheimer puede ser diagnosticada en algunos individuos que presentan estos síntomas, pero no en todos) Los amigos, familiares o compañeros de trabajo comienzan a notar deficiencias. Los problemas de memoria o concentración pueden medirse por medio de una entrevista médica detallada. Algunas dificultades comunes en la Tercera Etapa son:  Dificultad notable de encontrar la palabra o el nombre adecuado  Capacidad reducida para recordar nombres al ser presentado a nuevas personas  Mayor dificultad notable de desempeñar tareas sociales o laborales  Poca retención de lo que uno lee  Pérdida o extravío de un objeto  Menos capacidad para planificar y organizar



CUARTA ETAPA:

Disminución cognitiva moderada (Etapa leve o temprana de la enfermedad de Alzheimer) A este punto, una entrevista médica cuidadosa debería poder detectar deficiencias claras en las siguientes áreas:  Falta de memoria de acontecimientos recientes  Mayor dificultad en realizar tareas complejas, tales como, planificar una comida para invitados, pagar las cuentas o administrar las finanzas  Olvido de la historia personal  Estar de humor variable o apartado, sobre todo en situaciones que representan un desafío social o mental



QUINTA ETAPA:

Disminución cognitiva moderadamente severa (Etapa moderada o media de la enfermedad de Alzheimer) Lagunas de memoria y déficit en la función cognitiva son notables y las personas empiezan a necesitar asistencia con las actividades cotidianas. En esta etapa, los individuos que padecen del Alzheimer pueden:  Ser incapaces de recordar su domicilio actual, su número telefónico o el nombre de la escuela o colegio a que asistieron  Confundirse del lugar en que están o el día de la semana  Necesitar ayuda para seleccionar una vestimenta adecuada para la época del año o para la ocasión  Por lo general, todavía recordar detalles significativos sobre sí mismos y sus familiares  Por lo general, todavía no requerir ayuda para alimentarse o utilizar el baño



SEXTA ETAPA:

Disminución cognitiva severa Los problemas de la memoria siguen agravándose, pueden producirse cambios considerables en la personalidad y los individuos afectados por la enfermedad necesitan considerable ayuda en las actividades de la vida cotidiana. En esta etapa, el individuo puede:  Perder conciencia de las experiencias y hechos recientes y de su entorno  Recordar su historia personal con imperfecciones, aunque por lo general recuerda su propio nombre  Olvidar ocasionalmente el nombre de su pareja o de la principal persona que lo cuida, pero por lo general puede distinguir las caras conocidas de las desconocidas  Requerir ayuda para vestirse en forma apropiada y cuando está sin supervisión, cometer errores tales como ponerse el pijama sobre la ropa o los zapatos en el pie equivocado  Sufrir una alteración del ciclo normal del sueño — durmiendo durante el día y volviéndose inquieto durante la noche  Requerir ayuda para manejar asuntos vinculados con el uso del baño (por ejemplo: tirando la cadena, limpiándose o deshaciéndose del papel higiénico de forma correcta)  Experimentar episodios de incontinencia urinaria o fecal en aumento  Experimentar cambios significativos de la personalidad y con el comportamiento, incluyendo recelos y creencias falsas (por ejemplo, creyendo que la persona que lo cuida es un impostor) o conductas repetitivas y compulsivas, tales como retorcer las manos o romper papeles  Tener una tendencia a deambular y extraviarse



SÉPTIMA ETAPA:

Disminución cognitiva muy severa (Etapa severa o tardía de la enfermedad de Alzheimer) En la última etapa de esta enfermedad los individuos pierden la capacidad de responder a su entorno, de hablar y, eventualmente de controlar sus movimientos. Es posible que todavía pronuncien palabras o frases. En esta etapa, los individuos necesitan ayuda con la mayoría de su cuidado personal diario, incluyendo comer y hacer sus necesidades. Pueden perder la capacidad de sonreír, sentarse sin apoyo y sostenerse la cabeza. Los reflejos se vuelven anormales y los músculos rígidos. También se ve afectada la capacidad de tragar.

EVOLUCIÓN DE LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER: FASES Saber cómo es la evolución de la enfermedad puede resultar útil a los familiares que se encargan del cuidado de la persona, puesto que conocer a qué se van a enfrentar en un futuro no muy lejano, disminuye su angustia e incertidumbre y ayuda a afrontar mejor los cambios. Al margen de las diferencias individuales de cada caso, la enfermedad evoluciona de forma lenta ya que desde el inicio de los síntomas hasta el final de la enfermedad pueden transcurrir entre 7 y 15 años, llegando en algunos casos hasta 20 años. Se pueden delimitar diferentes fases, en las que la sintomatología va cambiando y el enfermo se va haciendo gradualmente más dependiente con el paso del tiempo. Las fases mencionadas son 3: inicial o leve; intermedia o moderada y avanzada o grave aunque algunos textos distinguen una cuarta, la fase terminal. 1. La fase leve (3 a 4 años de duración): Aparecen los primeros síntomas observables en el día a día como son: 

Pérdida de memoria: olvida dónde deja algunos objetos, el nombre de personas conocidas y fechas importantes, pero es consciente de sus olvidos y se muestra preocupado por ellos. Más avanzada la fase se olvida a menudo de los acontecimientos y las conversaciones que han ocurrido recientemente, pero mantiene íntegros los recuerdos de acontecimientos del pasado lejano.



Problemas en la orientación espacio-temporal: tiene problemas para orientarse en lugares poco conocidos y puede olvidar la fecha del día en el que vive.



Alteraciones en el lenguaje: le cuesta encontrar palabras para nombrar algunos objetos de uso cotidiano y le resulta difícil construir frases complejas.



Problemas en las actividades cotidianas: la persona presenta dificultades en actividades que antes no le suponían ningún esfuerzo: hacer la comida, conducir, manejo del dinero, etc.



Alteración de aspectos de la personalidad: a consecuencia de todo lo anterior, enfermedad se pueden dar episodios depresivos y cambios de humor sin motivo pasando de la alegría al llanto, están irritables y se vuelven desconfiados, su autoestima disminuye y desaparecen las ganas de socializarse



. Al final la fase sigue con su independencia

2. La fase moderada (2 a 3 años de duración): 

Memoria: la persona se olvida de las acciones que ha realizado en el día y empieza a olvidar sucesos importantes de su pasado.



Desorientación: no se orienta ni en tiempo ni en espacio y se pierde en lugares conocidos.



Agnosia: es incapaz de reconocer a sus familiares cercanos y también tiene dificultades en el reconocimiento de objetos.



Alteraciones del lenguaje: pierde la mayoría de su vocabulario y es casi incapaz de construir frases complejas, se limita a repetir palabras y a construir frases muy cortas que tiene automatizadas.



Cambios bruscos de carácter: puede presentar episodios de agresividad y reacciones desproporcionadas. Suelen aparecer en esta fase las alucinaciones y los delirios.



Pérdida de la capacidad de realizar las actividades de la vida diaria: la persona tiene problemas a la hora de asearse o vestirse o en el manejo de los cubiertos. En la fase moderada se va perdiendo de forma progresiva la

independencia y la persona va necesitando ayuda para realizar las Actividades Básicas de la Vida Diaria.

3. La fase grave ( 2 a 3 años de duración):  Memoria: está completamente perdida la memoria reciente y pasada.  Desorientación total: la persona está desorientada en tiempo, espacio y persona.  Pérdida completa del lenguaje: pueden decir alguna palabra suelta o emitir gritos o gruñidos.  Agnosia: no se reconoce a sí mismo, siendo frecuente la aparición de alteración y miedo al mirarse en el espejo.  Deterioro motor: su capacidad de coordinación de movimientos es inexistente en esta fase. El enfermo no es capaz de realizar ninguna actividad por sí solo y permanece en silla o encamado.  Pérdida completa del control de esfínteres.  Disfagia: en esta fase suelen necesitar alimentación asistida.

La persona se vuelve completamente dependiente durante la fase grave. Es en esta fase donde más frecuentemente las familias toman la decisión de institucionalizar al enfermo, aunque también es muy frecuente durante la fase moderada. La fase terminal El paciente ha perdido toda capacidad de comunicación. Esta fase se caracteriza por inmovilidad total con el paciente permaneciendo en cama y mutismo absoluto. Normalmente el paciente fallece como consecuencia de una enfermedad colateral, que puede deberse al deterioro generalizado de la enfermedad y el envejecimiento, y/o a la aparición de otra enfermedad asociada cáncer, accidente cerebrovascular o accidental neumonía o infección sistémica.

PACIENTE CON ALZHEIMER La enfermedad de Alzheimer es una enfermedad heterogénea, progresiva e irreversible. Heterogénea en su presentación y evolución, pudiendo aparecer de manera lenta o con brusquedad y evolucionando de forma variable dependiendo del individuo. Es progresiva en su curso porque los síntomas aparecen de forma insidiosa y van aumentando con el paso del tiempo, evolucionando con mayor o menor rapidez según las características individuales de cada persona, esto es: la edad de aparición, el ambiente en el que vive y la estimulación que recibe entre otras causas. Sigue, por tanto, un curso marcado por el propio enfermo. Es irreversible porque la clínica irá en aumento y la persona no volverá al estado de normalidad, es decir, no recuperará sus capacidades previas. Esta enfermedad, por lo general, suele aparecer en edades tardías, generalmente en mayores de 65 años, aunque se han dado casos incluso en individuos en la tercera y cuarta década de la vida.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS: Aunque la sintomatología puede variar de unos individuos a otros, la EA se caracteriza por la existencia de un cuadro clínico característico que la diferencia de otro tipo de enfermedades neurodegenerativas, pudiéndose clasificar las manifestaciones clínicas en tres grandes grupos diferenciados: las cognitivas, las psicológicas o conductuales y los trastornos funcionales o motores. Los síntomas cognitivos normalmente son visibles desde el inicio de la enfermedad. Los conductuales, cuyo curso es progresivo, suelen ir manifestándose a lo largo de la enfermedad y no desde el principio. Hay que tener en cuenta que los síntomas se presentan en cada individuo de forma diferente y la enfermedad no evoluciona en todos de la misma manera. El comienzo de las manifestaciones clínicas en el Alzheimer es lento e insidioso, tanto es así que en ocasiones ni las personas más cercanas al enfermo saben detallar el inicio de los síntomas, ya que al principio se pueden confundir con cambios propios del envejecimiento. Otras veces son los propios enfermos los que se dan cuenta de que empiezan con pequeños olvidos y se muestran preocupados por ello. Sin embargo, la mayoría de las veces no se les da mayor importancia a estos olvidos y es en el momento en que la enfermedad está más avanzada cuando se solicita la atención médica. Los fallos en la

memoria, en la mayoría de ocasiones, suelen ser el síntoma de inicio, pero en otras situaciones son las alteraciones en el comportamiento, las agnosias visuales o las alteraciones del lenguaje las que dan la alarma. Como es frecuente que en el inicio de la enfermedad los síntomas no sean detectados, pasen desapercibidos o se les reste importancia por asociarse a problemas normales del envejecimiento, la detección y el diagnóstico precoz se hacen más difíciles.

SÍNTOMAS COGNITIVOS: 

Amnesia : la pérdida de memoria constituye el núcleo central de la enfermedad y es el mejor marcador clínico. Este síntoma afecta esencialmente a la atención y a la capacidad de aprender y retener lo aprendido, y se caracteriza por la rapidez en el olvido con un mayor impacto en los primeros minutos de la información recibida. Esto se evidencia mediante la objetivación de fallos en el recuerdo de información suministrada al paciente en los minutos previos.



Afasia: suele ir acompañada de alexia y agrafia. La alteración del lenguaje inicial característica es la disnomia. La lectura y la escritura se ven afectadas en etapas tardías. El paciente presenta empobrecimiento del lenguaje y dificultad para la comprensión del mismo que aumenta progresivamente, presentando facilidad para perder el hilo o argumento de la conversación. En etapas avanzadas se altera el aspecto fonológico, el enfermo utiliza perífrasis y parafasias caracterizándose el estadio severo por la emisión de alguna palabra de forma ocasional, y finalmente en la última etapa existe mutismo total.



Alteración de la capacidad de orientación: la orientación se afecta de manera progresiva unida al deterioro de la memoria. Inicialmente la desorientación es temporal, el enfermo tiene problemas para recordar el día de la semana, mes o estación del año. Posteriormente el paciente presenta episodios de desorientación espacial, primero se pierde en lugares desconocidos y luego en habituales. Más tarde se desorienta en persona y no recuerda quién es. En fases finales la desorientación es total.



Dificultades en el razonamiento abstracto, en la resolución de problemas y en la toma de decisiones: esto interfiere en las actividades de la vida diaria del individuo. En las fases iniciales se pierde la capacidad para realizar labores complejas como gestión del dinero o ciertas actividades sociales. Lo que motiva esta discapacidad además de la pérdida de memoria y aprendizaje, es la alteración de la capacidad de abstracción, cálculo y razonamiento complejo.



Alteraciones visuoespaciales: estos problemas se manifiestan en fallos en la copia de dibujos o en la construcción de figuras a partir de las partes que las forman apraxia constructiva.



Apraxia: pueden perder la capacidad para ejecutar distintos actos motores como decir adiós con la mano (apraxia ideomotora), vestirse correctamente (apraxia de vestido) o incapacidad para realizar acciones complejas compuestas de acciones simples que se suceden.



Agnosia: pueden perder la capacidad para reconocer algunos estímulos, principalmente visuales. Es frecuente que extrañen caras o lugares conocidos, su propio cuerpo, o presentar anosognosia.

SÍNTOMAS NO COGNITIVOS Los síntomas no cognitivos o síntomas conductuales y psicológicos (SCP) son definidos como síntomas de alteración de la percepción, del contenido del pensamiento, el estado de ánimo o la conducta que, según diversos estudios, aparecen en más del 90 % de los pacientes diagnosticados de enfermedad. Estos síntomas son los que más carga ejercen sobre el cuidador y demandan mayor intervención farmacológica, precipitando en muchos casos el ingreso del paciente en una residencia de la tercera edad. Su identificación es imprescindible para lograr una atención adecuada de estos enfermos. Los SCP se hacen más visibles cuando la demencia se encuentra en estadios intermedios, y generalmente marcan un punto de inflexión en la evolución, pues cuando aparecen se agrava y acelera el déficit cognitivo y funcional. Estos trastornos se van a presentar de las siguientes formas que se describen a continuación: 

Ideas delirantes: son creencias falsas que se fundamentan en conclusiones incorrectas sobre la realidad. Se suelen manifestar como: ideas de que alguien les ha robado pertenencias personales, ideas de que el domicilio en el que vive no es propio, de que el cónyuge es un impostor o infiel o pensamientos de que va a ser abandonado.



Alucinaciones: son percepciones sensoriales que acontecen sin que exista un estímulo real que las provoca. Las de tipo visual son las más frecuentes, seguidas de las auditivas y las olfativas. La más típica es ver dentro del domicilio a personas que en realidad no están presentes. Las alucinaciones pueden ser molestas pero en ocasiones no generan disconfort en el paciente.



Interpretaciones erróneas: Consisten en identificaciones erróneas de personas u objetos. Existen varios tipos de errores de identificación: errores de identificación del propio yo del paciente: con frecuencia no reconoce su reflejo en el espejo; errores de identificación de otras personas: el enfermo confunde a su hijo con su padre; errores de identificación de acontecimientos en la televisión: el paciente imagina que tales acontecimientos se producen en el espacio real tridimensional.



Depresión: sus manifestaciones más frecuentes son el llanto y los sentimientos de culpa, de inutilidad o de ser una carga para los demás. Se puede dar pérdida de peso, cambios en el sueño y preocupación excesiva por la salud. A medida que avanza la demencia, el diagnostico de depresión se hace mas difícil por las mayores dificultades en el lenguaje y en la comunicación.



Apatía: los pacientes presentan desinterés por realizar actividades o salir de casa con sus amistades, pérdida de iniciativa, se despreocupan en su cuidado personal, y disminuye su expresión facial.



Ansiedad: se preocupan frecuentemente sobre su futuro, su situación financiera y su salud, y piensan más en sucesos que antes no les preocupaban ni estresaban. Un síntoma característico es el temor importante a quedarse solo en casa, de hecho puede considerarse una fobia. También son características otras fobias como miedo a los viajes, a la gente o a ciertas actividades como el baño o el aseo personal.



Actividad motora aberrante: es uno de los síntomas que más sobrecarga genera en el cuidador. Existen varios tipos de deambulación errática: caminar sin rumbo fijo, actividad excesiva, caminar de noche, intentar escaparse de casa, o perseguir continuamente al cuidador



Agitación: es un estado de tensión, con ansiedad, manifestado a través de una gran actividad de movimientos y conductas molestas. Los pacientes están hiperactivos y con frecuencia gritan y discuten.



Exhibición del cuerpo y alteraciones de la actividad sexual: unos enfermos pueden ver disminuido su impulso e interés sexual, y otros exhiben su cuerpo sin pudor. Esto tiene que ver con la desinhibición e incapacidad de razonamiento.



Trastornos del sueño: se presentan de diferentes formas. Pueden encontrarse intranquilos o nerviosos, dormirse y despertarse frecuentemente o pueden presentar insomnio.

TRASTORNOS FUNCIONALES O MOTORES En el comienzo de la enfermedad la movilidad no se ve afectada, pero según avanza aparecen trastornos motores que les impide valerse por sí mismos en las actividades de la vida diaria. Estos trastornos consisten en cambios en la postura o alteraciones de la marcha, rigidez muscular, bradicinesia, mioclonías, disfagia e incontinencia esfinteriana. Los estadios finales se caracterizan por inmovilidad absoluta y dependencia total de otras personas.

CAUSAS Y FACTORES DE RIESGO Aunque los científicos saben que la enfermedad de Alzheimer implica una falla de las células nerviosas, la razón por la cual esto ocurre es aún desconocida. Sin embargo, han identificado ciertos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. 

Edad El principal factor de riesgo conocido para la enfermedad de Alzheimer es la edad. La mayoría de las personas con la enfermedad tiene 65 años o más. Una de cada nueve personas de este grupo de edad tiene la enfermedad de Alzheimer. Casi un tercio de las personas de 85 años o más tiene la enfermedad de Alzheimer.



Antecedentes familiares Otro factor de riesgo son los antecedentes familiares. Las investigaciones han demostrado que las personas cuyo padre, madre, hermano o hermana padecen del Alzheimer son más propensas a desarrollar la enfermedad que aquellas sin un familiar cercano con la enfermedad de Alzheimer. El riesgo aumenta si más de un miembro de la familia padece la enfermedad.



Alzheimer familiar y genética Dos categorías de genes influyen en el hecho de que una persona desarrolle una enfermedad: los genes de riesgo y los genes determinantes. Los genes de riesgo aumentan la probabilidad de desarrollar una enfermedad, pero no garantizan que ocurrirá.

Los

genes

determinantes

provocan

directamente

una

enfermedad, lo que asegura que quien herede uno desarrollará un trastorno.

MEDIOS DE DIAGNOSTICOS



UNA HISTÓRICA CLÍNICA DETALLADA EN SU CONTENIDO Y EN EL TIEMPO ES FUNDAMENTAL:

El informante debe de ser además del paciente, un familiar o amistad que conozca bien al paciente. Además debe hacerse un examen físico y mental de la persona. En la histórica deben consignarse enfermedades que tuvo y que tiene el consultante así como la relación pormenorizada de los medicamentos que toma. 

EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA:

Es una evaluación del rendimiento de nuestras funciones intelectuales superiores y nos informa como está funcionando nuestro cerebro; que funciones intelectuales están bien, cuales se están deteriorando y cuales están ya bastante mal. Esta evaluación nos permite orientar el diagnóstico y establecer un plan de tratamiento y estimulación cognitiva. 

EXÁMENES DE LABORATORIO EN SANGRE Y ORINA



TEST DE APO-E DE RIESGO GENÉTICO:

Es una evaluación que permite determinar el riesgo de la persona de ser portadora de Alzheimer. En casos iniciales, en quienes tienen problemas de memoria o en aquellos familiares de personas con Alzheimer que aún están bien, sin síntomas, permite la actuación preventiva y la instalación precoz de un tratamiento oportuno y adecuado. IMAGENOLOGÍA: Una Tomografía axial computarizada y preferible una Resonancia Magnética.

TRATAMIENTO

TRATAMIENTO FARMACOLOGICO / BIOLOGICO Fármacos para la memoria y otras funciones intelectuales A medida que la enfermedad de Alzheimer progresa las neuronas se van muriendo y las conexiones entre ellas se van perdiendo produciendo la pérdida de memoria y alterando las otras funciones intelectuales. Si bien los fármacos no curan el Alzheimer pueden reducir el daño que se produce en las neuronas y estabilizar la enfermedad por un tiempo. Los fármacos más usados y aprobados para el tratamiento del Alzheimer son los:

INHIBIDORES DE LA ACETILCOLINESTERASA. Previenen la ruptura de la acetilcolina, un químico importante del cerebro que tiene que ver con el aprendizaje y la memoria y permite que los niveles de esta sustancia permanezcan altos. Retrasan el empeoramiento de los síntomas en la mayoría de personas con Alzheimer Generalmente son bien tolerados. Los efectos colaterales más comunes son: náuseas, vómitos, pérdida de apetito y diarrea. Los inhibidores de acetilcolina más usados son: 

Donepezilo (Aricept®), aprobado en 1996 para tratar la etapa leve a moderada de la enfermedad de Alzheimer y, en 2006, para la etapa severa. 24 »



Rivastigmina (Exelon®), aprobado en 2000 para tratar la etapa leve a moderada de la enfermedad de Alzheimer. »



Galantamina (Razadyne®), aprobado en 2001 para tratar la etapa leve a moderada.

El segundo tipo de medicamento funciona mediante la regulación de la actividad de glutamato, un mensajero químico diferente que interviene en el procesamiento de información: 

Memantine (Namenda®), aprobado en 2003 para las etapas de moderada a severa, es el único medicamento disponible en esta clase.

El tercer tipo es una combinación de un inhibidor de colinesterasa y de un regulador de glutamato. 

Donepezilo y mementina (Namzaric®) aprobado en 2014 para la etapa moderada y la etapa severa.

La eficacia de estos tratamientos varía según la persona. A pesar de que pueden ayudar a tratar los síntomas por un tiempo, no desaceleran ni detienen los cambios cerebrales que causan el agravamiento de la enfermedad de Alzheimer. 

Efectos secundarios de los medicamentos Los efectos secundarios de los medicamentos recetados pueden intervenir. Las interacciones con los medicamentos pueden ocurrir al tomar varios medicamentos para tratar diversas enfermedades.



Condiciones médicas Los síntomas de infecciones o enfermedades que pueden tratarse pueden afectar el comportamiento. Las infecciones del tracto urinario o la neumonía pueden generar molestias. Las infecciones del oído o los senos paranasales pueden causar mareos y dolor.

 Influencias del entorno Las situaciones que afectan el comportamiento incluyen mudarse a una nueva residencia privada o centro de atención residencial, amenazas percibidas por error, o miedo y fatiga al intentar dar sentido a un mundo confuso. Hay dos tipos de tratamientos para los síntomas del comportamiento: tratamientos sin medicamentos y medicamentos recetados.

CUIDADOS DE ENFERMERÍA PARA UN ENFERMO CON ALZHEIMER Cuando vayamos a cuidar a un enfermo de Alzheimer, hay que tener en cuenta los consejos siguientes: A) Conservar la calma, de lo contrario le transmitiremos nuestro nerviosismo. B) No intervenir sistemáticamente en su manera de vivir. C) Dejarle tiempo para que realice lo que le hemos pedido hacer. D) Encontrarle actividades sustitutorias. E) Organizar su vida de forma rutinaria. Cuidados en la Fase I Memoria: Cuando oculta sus olvidos: - No intente razonarle. - Recurra a ejercicios de memoria. ¿Qué se pretende con esta terapéutica? - Buscar otras áreas cerebrales que no estén deterioradas por la enfermedad. - Favorecer el interés del enfermo por las cosas. - Contribuir a mantener los procesos de percepción, atención, aprendizaje, observación, etc. Tipos de ejercicios: - Leer revista o periódico, 5 líneas, dos veces seguidas e instarle a que resuma por escrito o de palabra lo que ha leído. - Hacer puzzles simples de organizar. - Escuchar canciones que él o ella conozca. - Intentar dibujar de memoria los muebles de una habitación conocida. - Recordarle sistemáticamente donde están los objetos que se utilizan varias veces al día: libro, bolso, gafas, ropa, etc.; poniéndolos siempre en el mismo sitio Nombre de personas: Ayudarle a recordarlos valiéndose de fotografías de su familia, de amistades, compañeros de trabajo; ya que su memoria visual puede tenerla conservada.

Cuidados en la Fase II En esta fase y con respecto a la Memoria existen una serie de ejercicios que también son aplicables durante la Fase I . Debemos recordarles, con frecuencia, el día en el que se encuentra (de la semana y del mes). Para ello es aconsejable poner en la casa y a su vista: calendarios, así como relojes. Aprovechando cualquier conversación, es conveniente decirles si es por la mañana, tarde o noche. De este modo le ayudamos a orientarse en el tiempo. Cuando deambule por la casa, ya en esta fase con ayuda, váyale diciendo: vamos a la cocina. Vamos al salón, vamos al cuarto de baño, vamos al dormitorio. Así le ayudamos a orientarse respecto al espacio. Cuando decidamos acostarle, debemos recordarle que es de noche y que hay que dormir. Hacer que orine antes de acostarse, así evitamos que lo haga en la cama. Podemos inducirle al sueño, intentando sofronizarle, repitiéndole: está muy cansado, le pesan mucho los párpados, le pesan mucho los brazos, etc. Se pueden combinar una serie de ejercicios de memoria y de motilidad. La finalidad de éstos es desarrollar la memoria al aprender y recordar una información durante un período de tiempo. Ejemplos: 1. Ejercicio de memoria: 

Recuerde el número 33.



Recuerde el refrán: A quien madruga Dios le ayuda.

2. Ejercicio de motilidad: 

Inspirar-espirar.



Levantarse-sentarse.



Palmada por encima de la cabeza.



Levantar alternativamente los pies.



Tocar las puntas de los dedos delante de los ojos,

Cada uno de estos movimientos deben repetirlo al menos cinco veces.

3. Le preguntamos: 

¿Qué número le he dicho al principio que recuerde?, ¿Qué refrán le he dicho que debe recordar?. En cuanto a sus gestos y movimientos en esta fase (remítanse al

cuadro sinóptico de las fases), es necesario que le acompañemos en su deambulación para evitar sus caídas y ayudarle por si pierde el equilibrio; pudiéndose también ayudar él mismo con un andador. Como puede perderse en trayectos habituales es conveniente que le pongamos un identificador, bien en una pulsera, un colgante o cadena y para que no pueda sentirse ofendido, lo haremos de modo que parezca un regalo por algún motivo especial. Cuidados en la Fase III En relación con su comportamiento: cuando llora, grita, se agita, debemos mostrarnos siempre ante él con una gran tranquilidad y procurar darle cariño y palabras afectuosas. En este período de la enfermedad tiene sus memorias recientes y remotas abolidas. Su lenguaje se transforma en un simple balbuceo, no controla sus gestos; comienza a tener dificultad para tragar por lo que suele atragantarse hasta con su propia saliva. Tiene dificultad para controlar sus esfínteres. En esta fase suele instaurarse la alimentación mediante sonda. Sus actividades cotidianas desaparecen totalmente. Suele estar ya encamado. Los cuidados de enfermería van encaminados a subsanar todos aquellos problemas que conllevan la inmovilidad del enfermo, la incontinencia urinaria, los fecalomas, las úlceras por decúbito y los problemas respiratorios. Alimentación: Con la alimentación se consigue fundamentalmente disminuir la degradación. Es aconsejable una dieta rica en proteínas y pobre en grasas animales. Si todavía es capaz de comer por sí solo, dejarle elegir pero sin abusar, ya que el enfermo de Alzheimer es capaz de volver a comer dos veces sin sentirse saciado. En caso de que os ocurra esto, bien porque coma él antes, o bien porque ha terminado de comer antes que los demás, le engañáis sacándole un plato con pastas o galletitas variadas. Para vosotros le habréis dado el postre, sin embargo el está comiendo.

CONCLUSIONES

Las enfermeras fomentarán en los cuidadores la adquisición de conocimientos y competencias con el propósito de desarrollar sus fortalezas en el cumplimiento de su rol social como cuidadores, para mejorar la calidad de vida de las personas mayores a quienes cuidan y la de ellos mismos. La intervención enfermera en el domicilio sirve para hacer una evaluación de las condiciones reales del hogar y envolvernos en el entorno habitual de cuidados.