Alzheimer

UNIVERSIDAD DEL SINU ELIAS BECHARA ZAIUM BIOLOGIA CELULAR Y MOLECULAR EMFERMEDAD DEL ALZHEIMER DOCENTE MIGUEL SANZ DE

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UNIVERSIDAD DEL SINU ELIAS BECHARA ZAIUM

BIOLOGIA CELULAR Y MOLECULAR EMFERMEDAD DEL ALZHEIMER

DOCENTE MIGUEL SANZ DE LA ROSA

INTEGRANTES NELSON JOSE BERNAL RODRIGUEZ JORGE LUIS MORALES MEDINA JORGE MARQUEZ PEREZ

MONTERIA-CORDOBA

Antecedentes El Alzheimer es descrito por primera vez como una enfermedad neurodegenerativa en el año 1906 por el psiquiatra y neurólogo alemán Alois Alzheimer, del cual recibe el nombre la patología. La primera persona en ser diagnosticada fue Auguste Deter, paciente de Alois Alzheimer en 1901. Deter era una mujer con 50 años que sufría una enfermedad degenerativa, demencia progresiva, y el estudio de su enfermedad y su seguimiento fue lo que hizo que Alzheimer pudiera definir pocos años después la enfermedad. En la actualidad siguen los estudios de esta prolongada enfermedad neurodegenerativa en el ser humano.

Objetivos . Promover la investigación y el estudio de la llamada Enfermedad de Alzheimer y en particular, de la patología del cerebro relativa al deterioro de las neuronas o células del sistema nervioso, al objeto de conseguir avances. Realizar toda clase de actividades que tengan como fin el desarrollo de la terapéutica de los procesos patológicos de las células del cerebro. . Identificar los tratamientos de dicha enfermedad a personas con este síndrome . Priorizar los factores genético y tratamiento del alzhéimer

Descripción de la enfermedad El Alzheimer se produce debido a la reducción de la producción cerebral de acetilcolina (un neurotransmisor), lo que provoca a un deterioro en el rendimiento de los circuitos colinérgicos del sistema cerebral. Es difícil determinar quién va a desarrollar la enfermedad de Alzheimer, puesto que se trata de una alteración compleja, de causa desconocida, en la que, al parecer, intervienen múltiples factores. En la enfermedad del Alzheimer se observa una reducción de casi el 25% de la proteína sinaptofisina en la vesícula presináptica a medida que la enfermedad avanza se produce una perdida desproporcionada de sinapsis con respecto a la neuronas siendo esta perdida la que mas coincide con la demencia, acumulación de proteínas desdobladas en el cerebro envejecido provoca daños oxidativos e inflamatorios que a su vez conduce a un déficit de energía y disfunción sinápticas el Alzheimer puede provocar anomalías proteicas. Esta sustancia permite que las células. como en todas las enfermedades neurodegenerativas. Hay una extensiva evidencia de que el daño oxidativo y la disfunción mitocondrial producidos por los radicales libres son un factor importante para las enfermedades neurodegenerativas, entre las que se encuentra esta patología. El péptido β-amiloide se forma a partir de la proteína precursora de amiloide (APP). Esta proteína se puede hidrolizar mediante la acción de unos enzimas llamados secretasas (secretasas). Los productos de la hidrólisis proteica son péptidos de pequeño tamaño solubles. El problema surge cuando la secretase libera péptidos β-amiloide de mayor tamaño, no solubles, dando lugar a la formación de las placas seniles. Hay muchos factores

que pueden influir en el procesamiento de la APP y generar péptidos β-amiloide, como la dieta, el estado hormonal y las mutaciones genéticas. Hay muchos factores que pueden influir en el procesamiento de la APP y generar péptidos β-amiloide, como la dieta, el estado hormonal y las mutaciones genéticas. Se ha sugerido que la disfunción mitocondrial y la deficiencia del metabolismo energético son eventos tempranos que se correlacionan con las afectaciones cognitivas en la enfermedad de Alzheimer En efecto, ahora sabemos que el péptido β-amiloide se acumula también en la mitocondria causando un importante daño oxidativo y, en consecuencia, una severa disfunción de este organelo, considerándose de máximo interés este nuevo aspecto patogénico desde el punto de vista terapéutico.

Aspecto clínico: El alzhéimer es una enfermedad mental progresiva que se caracteriza por una degeneración de las células nerviosas del cerebro y una disminución de la masa cerebral; las manifestaciones básicas son la pérdida de memoria, la desorientación temporal y espacial y el deterioro intelectual y personal. Que ocurre muy frecuente en personas de mayor edad.

Síntomas En un principio, surgen pequeñas e imperceptibles pérdidas de memoria, pero con el paso del tiempo, esta deficiencia se hace cada vez más notoria e incapacitante para el afectado, que tendrá problemas para realizar tareas cotidianas y simples, y también, otras más intelectuales, tales como hablar, comprender, leer, o escribir. Síntomas neurológicos La enfermedad de Alzheimer afecta a la memoria en sus diferentes tipos. Estos son los deterioros sufridos: 

Pérdida de memoria a corto plazo: incapacidad para retener nueva información.



Pérdida de memoria a largo plazo: incapacidad para recordar información personal como el cumpleaños o la profesión.



Alteración en la capacidad de razonamiento.



Afasia: pérdida de vocabulario o incomprensión ante palabras comunes.



Apraxia: descontrol sobre los propios músculos, por ejemplo, incapacidad para abotonarse una camisa.



Pérdida de capacidad espacial: desorientación, incluso en lugares conocidos.



Cambios de carácter: irritabilidad, confusión, apatía, decaimiento, falta de iniciativa y espontaneidad.

Aspectos genéticos La enfermedad de Alzheimer hereditaria (FAD, por sus siglas en inglés) o el Alzheimer de aparición temprana es heredada, es una forma rara de la enfermedad, que afecta a menos del 10 por ciento de los pacientes con la enfermedad de Alzheimer. La FAD se desarrolla antes de los 65 años, y en personas tan jóvenes como de 35. Es causada por una de las tres mutaciones genéticas en los cromosomas 1, 14 y 21. Si incluso uno de estos genes mutados se hereda de un padre, la persona va a desarrollar casi siempre FAD. Todos los descendientes de la misma generación tienen una probabilidad de 50/50 en desarrollar FAD si uno de sus padres la tiene. La mayoría de los casos de la enfermedad de Alzheimer son de aparición tardía, generalmente desarrollándose después de los 65 años. La enfermedad de Alzheimer de aparición tardía no tiene causa conocida y no muestra un obvio patrón de herencia. Sin embargo, en algunas familias, grupos de casos son vistos. A pesar de que no ha sido identificado un gene específico como la causa de la aparición tardía de la enfermedad de Alzheimer, los factores genéticos parecen desempeñar un papel en el desarrollo de esta forma de la enfermedad. El gene ApoE en el cromosoma 19 tiene tres formas de ApoE2, ApoE3 y ApoE4. Los estudios han demostrado que las personas que heredan la versión E4 del gene tienen más probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer de aparición tardía. Los científicos estiman que adicionalmente otros cuatro a siete genes influyen en el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer de aparición tardía. Dos de estos genes son el UBQLN1 y SORL1, que se encuentran en los cromosomas 9 y 11. Los factores de riesgo genéticos por sí solos no son suficientes para provocar la enfermedad de Alzheimer de aparición tardía, por lo que los investigadores están explorando activamente la educación, la alimentación y el medio ambiente para aprender qué papel podrían desempeñar en el desarrollo de esta enfermedad.

Tratamientos La enfermedad de Alzheimer es una patología de evolución lenta. Desde que aparecen los primeros síntomas hasta que se inicia una etapa de mayor gravedad pueden pasar años, dependiendo de cada persona, entre 5 y 20. Por el momento no existe ningún tratamiento que revierta el proceso de degeneración que comporta esta enfermedad. Sin embargo, sí se dispone de algunos fármacos que pueden retrasar, en determinadas etapas de la enfermedad, la progresión de la patología.

Se utilizan los anticolinesterásicos o inhibidores de la acetilcolinesterasa, fármacos que elevan los niveles de acetilcolina en el cerebro. Tarina, donepezilo, gal Antamina, memantina y rivastigmina son los fármacos indicados en las primeras etapas de la enfermedad. Con estos medicamentos se mejoran las fases iniciales y moderadas de la patología, retrasando el deterioro de la memoria y la atención. En el 20 por ciento de los casos estos medicamentos pueden tener efectos adversos que causan trastornos gastrointestinales como náuseas, vómitos o diarrea. Sin embargo, no tienen ningún tipo de interacción con otros fármacos. De manera general, los anticolinesterásicos suelen retrasar medio año el deterioro cognitivo de los pacientes. Según la Fundación del Cerebro y la Fundación Española de Enfermedades Neurológicas, las tasas de efectividad son elevadas: un 50 por ciento de los pacientes responde positivamente a la administración del medicamento, mientras que un 20 por ciento responde en mayor medida de forma positiva que la media. Por el contrario, el 30 por ciento de los pacientes no responde a la medicación. Este tipo de tratamiento se combina con otro sintomático, que se administra, a medida que el paciente va denotando diversos síntomas que acompañan al mal de Alzheimer, tales como la depresión, estados de agitación, alteraciones del sueño, o complicaciones más tardías del tipo incontinencia fármacos neurolépticos etc.

Estadísticas: según la Organización Mundial de la Salud, 47.5 millones de personas padecen la enfermedad de Alzheimer en el mundo y cada año hay 7.7 millones de nuevos casos. en nuestro país (Colombia) la cifra supera los 200 mil pacientes que se encuentran entre los 65 y 85 años de edad y en córdoba Cada año cerca de 500 casos de Alzheimer son diagnosticados en la provincia de Córdoba. Así lo explicó ayer la delegada territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, María Ángeles Luna, con motivo del Día Mundial de esta enfermedad que se conmemora hoy. En total, más de 8.000 pacientes son atendidos cada año en los hospitales cordobeses por esta patología que se detecta principalmente a partir de los 65 y afecta a dos de cada 100 personas, un dato que a partir de los 80 años se incrementa hasta uno de cada diez personas, destacó la delegada de Salud. Caso Clínico: Mujer de 60 años de edad, sin antecedentes de interés, que acude a la consulta acompañada de sus familiares porque le notan deterioro de memoria de al menos tres años de evolución. Los primeros datos apuntan a despistes en la recepción de mensajes (olvidaba recados que le dejaban o los transmitía a destiempo, a veces de forma reiterada a la misma persona). En varias ocasiones venía de la compra habiendo olvidado artículos básicos que precisaba. Terminó por llevar una lista exhaustiva de la que antes no dependía, pero aun así se liaba con los cambios monetarios y en último término tenía que ir siempre acompañada, sobre todo cuando acudía a realizar alguna tarea bancaria (en ocasiones había realizado ingresos o reintegros por la misma cantidad varias veces en poco tiempo). Por vergüenza acumulaba ese dinero en casa, pero varias veces olvidaba dónde lo guardaba y lo encontraba su familia.

Empezaba a aquejar trastornos afectivos (sentimientos de inutilidad, frustración, tristeza), pero los síntomas depresivos mejoraban sólo transitoriamente con los tratamientos instaurados. Varias veces se había retrasado al llegar a casa porque había tenido dificultades al regresar, habiéndose perdido y precisando de ayuda para volver en una ocasión. En su domicilio, fallaba en tareas como cocinar (olvidaba ingredientes o condimentaba en exceso) y se dejaba encendidos los electrodomésticos a menudo. Realizaba preguntas repetitivas sobre un mismo tema, hecho que motivaba en ocasiones la desesperación de su familia, que la acusaba de no prestar atención en las conversaciones. Ella se irritaba y se quejaba frecuentemente de que la trataban con desdén. Con el paso del tiempo, se iba mostrando cada vez más despreocupada en su cuidado personal. Vestía de manera desordenada, utilizaba prendas poco adecuadas al tiempo, mal combinadas, a veces abotonaba las camisas de forma irregular. Poco a poco, sus habilidades comunicativas (era una gran conversadora) se habían reducido: le costaba trabajo mantener el hilo conductor de las conversaciones y le era difícil encontrar las palabras adecuadas al contexto, no acertando con la nominación de objetos de uso común, lo que salvaba con circunloquios. Por la calle recibía saludos de amigos que veía con relativa frecuencia a los que no respondía por considerarlos extraños. Examen físico Paciente alerta, con cierta indiferencia ante el motivo de preocupación de sus familiares. Escasa fluidez verbal. Mini examen Cognoscitivo de Lobo: 17/35. Fallos en orientación temporal (no recordaba día del mes ni de la semana), en orientación espacial (fallos en la ubicación de planta del hospital), no recordaba 3 palabras a los cinco minutos. Fallos en la repetición de dígitos en orden inverso y en cálculo mental simple. Dificultades nominativas. Enlentecimiento en pensamiento abstracto y asociativo. Fallo en la comprensión y ejecución de órdenes escritas y en copia de gráficos. Ausencia de signos meníngeos. Pupilas, oculomotricidad, fondo de ojo y resto de pares craneales sin alteraciones. Ausencia de déficit sensitivo-motor. Reflejos de estiramiento muscular simétricos. Reflejos cutáneo-plantares en flexión. Tono y trofismo muscular normales. Bipedestación, marcha y pruebas cerebelosas sin alteraciones. Tensión arterial: 150/80 mm de Hg. Temperatura: 36.5 ºC. Ausencia de bocio y adenopatías en cadenas ganglionares cervicales. Auscultación carotídea cervical y cardiorrespiratoria sin hallazgos. Abdomen normal. No existían trastornos tróficos ni edemas en miembros.

Bibliografía: Autor: Gerald Karp

Biología celular y molecular (concepto y experimento) Ed: Sexta PP.: (120-125) Estructura y función de membrana plasmática Autor: Geoffrey M. Cooper, Robert E. Hausman Célula Ed. Quinta Webgrafía https://www.ortoweb.com/podcast/19-el-alzheimer-en-cifras-informes-y-estadisticas/ http://www.cuidateplus.com/enfermedades/neurologicas/alzheimer.html